~ &S A delak |
EL MOVIMIERTO
REVOLUCIONARIO
LATING AMERICANO
. Versiones de la Primera Conferencia
Comunista Latino Americana
Junio de 1929
EDITADO POR LA REVISTA
“LA CORRESPUNUENCIA SUDAMENICANA”
BUENOS AIRESmcditorial SUDA!
IWOPPENDENGLA 3054 BUENOS AIRES
LENIN
Paginas escogidas. (Lenin) .11.255. $ 1.900
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EN PREPARAC! ON:
El Impeoriatismo. (Lenin)
Anarquismo y socialisino (Plejanov)
Historia del P. CG. Ruso. (WJarosi-vsky),
Tratado de Economia Politica (Lapidus y Os-
trovitranov).
El sucialisme y af movimiento politico (Ple-
janov).DOs PADABRAS
Del 1 a! 32 de juno de 1929 se veatizd en Buenos Aires la Prime-
va Conferencra Connniste Litnoamercana, integrada por 38 delega-
dos dircclas de los Partidos Comunistas de Argentina, Brasil, Bolivia,
Coloubia, Cuba Bemutor, BL Salvador, Cnatemuta, México, Panwnd,
Paragrey, Pen Uriguiy y Venesieeit, (el recrudecimierto del lerror
blanco ew Chiter Mipidid le lkeguda de una representacién Mrecta de
ese pris), Ademds participaron on la Conferencta: delegrctones de lu
Internacional Convinistit, do la Paiternacional Juvenril. Comenista, Gel
Partido Comunista ds Bstados Unidos, del Partida Comuntsda de Fran-
eta, del Secretariddo Sudamericano de lu Internacional Comunista y. del
Neeretarviado Sudamericana de la Inlernacionnt Suventl Cermiumista.
Ich orden ded dia de le Prinssu Conferencia, fué et siguiente:
Jha situucién internteional de Anérien latina y los peligros de
groerre, 2.—La leche wmiiimperialista y los problemas @a técticn de
los Partides Comamtstas ie América Latina, 8—Cuesttdn Sindical,
d—Ouestion Campesina, 5B) Problem de las fags en América Lee
tine, 6—Trabajo de li Liga Anti-Imperintista, T.—Movianiento de le
Faventud Comienista, 8—Cuestiones de Organizacién. 9.—T'rabajo del
Neeretariado Sudamericino. 10—Informe sobre le solucihie de ln crisis
on el Partido Comanisia de ie Argentina.
Por ta suma de las represanticioncs y la neturalesa Re los proble-
mas considerades, las debates v resaluciones de esta Conferencta, ‘asi
men, imporiancia exerpetonal, LUa marca ana etapa, en et desarrello
dehoawetmienta revolucionario en Amériow latina, y a Ya ves, constitne
ve cot gitta para la acciin de nuestros Partidos, Justamenke por el in-
teres extraardinario que representa ef material y la. expervioneta aporta-
cos a la Atscusién, os que el Secretariata Sudamerienno hur eretde con-
veniimie coupilar en cle bre, los trformes oy debates producidos cr
An Confarencia cited:
Diwersos infarmes y discursos importantes han sido recousiruidos
0 revisados por sus propios mttores a los fines de esta publicacidn: Tos
que ne se hallan en esta condiciin, han sido evldudnsemente contratax
dos por cl Seeretariada Sudamericano, @e modo tal ane sus defteiencias,
si dus hublerer son scoundartes, manteniéndiase infacto el pensomicnto
eupresada en da Confivencia,
Este lihvo contiong solamente los debates, Las resaluciones y tesis
deta Primera Conferencta, him. suite frteqrameanie prblicadas tn “La
Correspondenca Sudamericana’, armera 15 (agosta 1929).
ELS.
AL dele doAPERTURA DE LA CONFERENCIA
DISCURSO DE SALUTACION DE: GOMEZ
ky 7 . oy oo ”
Lassituacién internacional, de Latino-
. américa y los péligros .de guerra
Informante: CODOVILLA - DISCUSION
"peeApertura de la Conferencia
“TTINITAY 1° TA 1929
JUNIO TY DE 1729
Copovinwa. — (Secretariado). Camaradad: Va a comenzar sus trabajos la
Primera Conferencia Comunista Latinoamericana, EF) Seeretariado Sudameri-
ano de la [nternacional Comunista, ha designado pare hacer uso de la pala-
bra en Ja sesién inaugural de tn Conterencin, al compniero Kugenio Gamer,
& .
Gé6muz. —- Compaiteros: Por primera vez nos hallamos reunidos en una
Conferencin los Partides Comunistas latinoanuricanos, Bl hecho tiene impor-
tancia fundamental porque esta Conferoncia permitiraé trazar dircetivas que
liguen }s. aceién conjunta del comunismo en Latinoamérica,
Hasta, hoy, si bien los Partidos Comunistas representados en esta Confe-
rencia mantenian relaciones cordiales, por intermedio de la aceién eficaz del
Seeretariado Sudamericano de la Internacional Comunista, no tenfan, sin
embargo, toda ta. vineuladén necesarin para el trabajo en comin, lo que en-
torpecia nuestra labor.
La Conferencia va a realizarse en los precisos momentos en que el impe-
rislismo, y !as burguesias nacionales vendidas a él, intensifican su actin
contra el proleturiado imponiendo condiciones de vida cada vez més mise-
Tables; cn niomentos en que los peligros de guerra se agudizan en Américn
Jatina, - !
fin estos instantes, reerudece la reaceién contra el proletnriaila, Vv espe-
cinlmente contra los militantes comunistas: en Cuba, nuestros camarndas gon
constantemento perseguides, muchos do ellos so eneventran en Ins edirceles, y
los compafieros saben eé6mo Julio Antonio Mella ha enido asesinndo por los
siearios del tirano Machado; los compaiieros saben cémo el gobierno de México
jnicia Ta reneeién contin nuestro Partido y-céino Tin asesinado al eompaiiero
Guadalupe Rodrimies y a olros cnamaradas; los compniicros sehen c6mo en et
Paraguay han sido’ castigndos brutulmente Jos estudiantes que querian dejar
oir su palabra en la plaza pibliea; .cé6mo en Bolivia se ha masacrado n los
trabajadores de Potosi; eémo han sido asesinados Jos obreros de la zona bana-
nera de Colombia; y cémo, on Chile, han sido apresados y torturados tres-
cientos heroicos eompaficios del Partido Comunista y de la Federacién Obre-
ra Chilena.
Debemos tener un reenerde para todos estos héroes de nuestra causa y,
en nombre del Seerotarinds Sudamericano, pido a los delegndos y, demiis eom-
parieros que asisten a ela Conferencin, que se pongnn de pie y canten In
Internacional, (Los delegndos y la barra, de pie, entonan In Internacional),
Frente a la neeién de los enemigos, dehemos esforzarnos por Ja bnenn orien.
tacidn do endn uno de nuestros Partidos y por el Irabajo conjunto de todos
los Partidos Comunistnas lathnoamerieanos. Sélo ast podremos aleanzar el
triunfo.Loe Bw
Para lerminar, deba mnnifestay que esta reunién se librard de toda apara-
tosidad para entrar direetamente a resolver Jas importantes cuestiones que la_
preoeupan; y, en nombre del Secretariado Sudamericano de Ja Internacional
Comunista, presento wr saludo cordial » todus lus delegadog de los Partidos
hermanos, esperande que trabrjer oftetentemente jarn trazar rumbos, a fin de
que Ins masas trababeterae ly Asati Hidtnd nuitelteh} bajo las banderas Jibe-
radoras del comutsitin, LAphnisos prelompddon), :
El Secretarindo propone el signiunte Prosidum pata la Conferencia:-
Sudrez (México), Ramfres, (Uniguiy), Romo (Argentina), Prieto (Colom-
bia), Gabrinetti (Brasil), Cudovilla (Seerétarindo 8. dela I. C.) y Ghitor (Se-_
cretariado del K. 1. M.). (Se aprueba). ‘
Romo. — (Presidente). La sbetetatia yap dor lectnra al horario dot Con-
greso y a la lista de delegados que componen Jas distintas Comisiones,. (Sa
aprueba), ‘ : .
Tiene Ia palabra el compaiiero Codovilla, informante sobre el primer
punto del orden del dia, o sea: , :
LA SITUACION INTERNACIONAL, DE AMERICA LATINA -Y | .
LOS PELIGROS DE GUERRA
Copovin LA. — (8. 8, A. dela 7. .), Camaraius: a nadie puede escapar Ja
importancia politien de cstia Conferencia, no sdlo por ser la primera que -se
renliza entre representantes de los partidos comunistas de Amérien latina, sino,
tnumbién por el momento histérico en que se realiza,
fa efecto, gendl es el periodo istérico actual y eufiles las perspectivas del.
movimiento revolucionario mundial? El perfodo histéried actual, compaicros, es -
el de Ja agravacién de ins contradicciones eapitalistas, de los conflictos inter-
imperialistas, de las erisis revolucionarias von ritmo actleradye, de las guerras |
y de las luchas revolucionarias. En una palabra: es el perfodo agdénieo del enpi-
talismo, Nuestro aserto se encontrar’ corroborado en el andlisis que trataremos
de haver en forma somera de Ja situacién internacional y, de la de loa paises
lntinormericanos, en relacién eon Jos peligros de guerra, contra los euntes hay
gne luchar en Ja nctualidad con todo teséu y energia, porque son los mis inme-
diatos.
1, Caracteristicas de la “‘estabilizacién’’ capitalista, fay
Fl sexto congreso de la Internacional Comunisin, al definir como “precaria
y podrida en sus cimientos” Ja estabilizacién enpitulista, sefialé eémo ésta traia
como consecuencia un aumento. acelerado de las contradicciones Internas y ex- —
temas del capitalismo, y los hechos van demostrando-cémo esas contradicciones
se hacen enda vex wads agudas y las luchas entre los paises imperialistas — In-
rlaterra y Hstados Unidos, en primer término — por la dominacién del mundo,
los Heva al callején sin salida de la guerra, , oe
Insa estabilidad precuria del capitalismo se deriva, en primer término, de
In contradiccién, fundamental existente entro cl aumento del aparato de pro-
daeciént y In rednecidn de los mereados, Al mismo tiempo que creeo el aparato
(ae prodyceién cnpilatista, disminuye el mereado interno a causa de In paupe-
rizacidn de Jas mmaphias iasas. ML mereado exterior se reduce, también, espe-
ciamente en lo que se relicrd a tag colonias, presentAndose ante el capitalismo
imperialista ln necesidad de conseguir nuevos mereados y de realizar una nueva
reparticion deb mtiunda, sin la cual ef capitatismo se ve aboeado a una. erisiswom Q meee
catastréfien inminente. Pero como la couquista de esos mereadgs no puede
Incerse en forma “paeffiea”’, el imperialismo, al mismo tiempo que presiona
sobre los paises eoloninles y semicoloninies parn obtener Ja exelusividad del
mercado, sg prepara para defender o conquistar el mismo, mediante In aecién
armada contra el imperialismo rival,
El “tereer periodo” del enpilalismo. do post-guerra ha sido enlifieado con
Jnsteza por el Sexto congreso como ol de agudizacion de In lucha de elases, do
polarizacién de las clases sociales. La “racionalizacién” capitalists se ha ido
realizando, mis «ue por él perfeccionamiento téenieo, mediante un ntaque di-
recto contra el nivel Cvida de Jas masag trabajadorns, y éstas, al resistir las
consecuencias de esa “racionnlizneién”, han ido realizando luchas defensivas que
progresivamente se van transformando en luchas ofensivas,
Los sintomas de esa ofensiva proletaria se encuentran en todas partes del
mundo. Las huelgas del Ruhr, las de Lodz, log movimientos en Norte América,
en Inglaterra, y ahorw tenemos lod acontecimientos de Berlin que demuestran
cémo las masas despiertan en todas partes a la lucha. Este afio depara, también,
para Inglaterra grandes movimicentos de masas, ya que los obreros ingleses espe-—
ran el advenimicnto del taborismo al, poder para pedirle el ““cumplimiento” de
las promesas, y, como sud reivindicaciones no serin satisfechas, éstos se verin
alocados a. geriudes huelgas.
KL aplastamiento momentineo del movimiento Sneuemecionsl en las colonias
no represenin on inancra alguna ona “solueién capitalista” de los problemas
planteados por esas revoluciones. Al contrario, lis luehas en esos paises adquie-
ren un earficter especifico de luchas de las ma8ng obreras y campesinas contra
toda la Inarguesia nacional y ef imperialismo; y, si tomamos como ejemplo a
China, venios cémo a pesar du la reaccién sanguinaria desenendenada por el
Knomintany, el movimionto revolucionario agrario contintin en varios puntos
dul pats y butters do inipuitancia se han realizado en las regiones industriales,
Si consideramos In Amérien Intina, venias eémo las previsiones, del sexto
congreso, al deci que In agravacién de la lucha interimperialista — sobre todo
Ja yanqui-britinics --- tendria como punto fundamental de operaciones a la
América latina, ha sido completunente justa. fectivamente, en el poriode que
va desde el Sexto congres> hasta hoy, hemos visto desnrrotlarse grandes con-
flietox, como al boliviano-parngunyo (lucha interinperialistn. para In domina-
e1én de: unn gran zona do materias prima), la gran huelga bananera de Co-
Jobin y el conflicto interimperiatista: yanqnt- -inglés por ln posesién del petré-
leo en dicho pats, acelones avmadas do mash contra la renceién en México, insu.
rrecciones en Venezucta, contimineion de In lucha! armada en Nicaragua, grandes
huelgas en Brasil, Argentinn, Urnguay, México, ele.; todos ellos produeidos en
empresas directs o indirectamente dominadas por lox innperialistas.
En Chile, donde la lucha entre los imperialismos yanqui e inglés se ha ido
definiendo en favor del primero, existen'también sintomas de que el imperia-
lismo inglés no se dejard desalojar de ese pais sin unn resistencia eneamizada,
‘ius tendrd hondns reperensiones en la vida econdmicn y politica, nacional.
En general, la Incha sérdida entre los imperialismos yanqui e@ inglés; el
primero por desnlojar de las viejax posiciones al segundo y eonquistar nuevas
y el segundo por mantenering y aniplinelas, para Ia doniiaeddn da hia América
latina, se agrava end din, lo que determina wna drestabilidnd social en los
patses Jatinoamoricanos, euyas burguesias gobernantes sen agentes de uno vu
otro Jmperialismo,
Si tenemos en cuenta que la contradiccién mas grave qne caracteriza Ia
situacién actual del enpilalismo, es In despropureién entre su aparate de pro-—~10— *
duecidn — en constante aumento — y sus posibilidades de eclocacién de mer-
enderias ¥ capitales, y consideramos que la sexta parte del mundo, — consti-
tnida por In Unidén Soviélica—, escupa a Jas esferas de dominacién eapitalista,
veremos cémo esa agravacién de las contradieciones eapitalistas trae como con-
secuencia luchas de aniquilamiento entre Jas fuerzas de la ‘reaccién y las de
la revolucién. Pero la Unién Soviétien representn una herida de lags mfs graves
eausadas al enpitulismo después de la guerra, no sélo por la importancia de
ese mercado que eseapé a la “estera de influencia” capitalista, sino también
porque representa el més grande baluarte de la revolucién mundial y el) ejem-
ple viviente para Ins luchas emancipadoras de Ins masas explotadas. .
Y la Unién Soviética se consolida polftica y econdmicamente, desarrolla
aceleradamente, — como lo analizaremos m&s adelante—, su economia socialis-
ta, y las dificultades por que atraviesa. en la actualidad son dificultades de cree.
cimtento, yn que son ereadas no por une politica de capitulacién ante el eapi-
talismo, sino para reforzar el sector socialista de la economia soviética. .
Todos esos factores son los que determinan Ja inestabilidad del régimen
capitalista, aceleran sis contradieciones e indiean que el periodo actual es et
periode de Jas Juchas decisivas do Jas masas obreras y campesinas contre el
régimen eapitalista,
If, La “racionalizacién” capitaliata y- sua consecuencias.
En el pats en que en In postguerra se hin realizado con mfg rapidez la “ra-
cionalizacién” y el aumento de la produeci6n, es indiseutiblemente Alemania.
‘Si tomamos como ejemplo a ese pnis, verermos eémo el problema de los mereados
se plantea en forma imperntiva, ya que sin un aumento progresivo de su ex- |
portacién no podria atender los compromisos financicros internacionales (deudas
de guerra y empréstitos extranjeros), lo que produeiria an eatastrofe econdmica.
En ese pais es donde se vo claraiments la desproporetén entre el aparato de-
produceién y la produeeién misma.
En efecto, tqnemos la proporcién signiente:
_Afios ' Capacidad de produccién = Produecién
. (en millones de $ oro) :
WB... eee ee eee 2.800
1925: au ex ee we we aw ce oe = BLORR 2.900
1926... ee ee ee ABO 2.500 :
W927 2. eee ee ee ee (850 3.400 7...
No disponemos todavin de los datos de 1928, pero ths cfras parciales do ~
muestran que esa desproporcién va en aumento, con la agfravante de Ja disminu-
cién continua del eonsumo interno.
Esa situacidn se ve todavia agravada,, si so tiene er) cuenta que Alemania:
he producido uiis durante Jos titimas afios, con el oljeto de ncumular reservas
y, ademas de eso, se nota actualmente un retrnimiento de capitales extranjeros
del mercado alemin, debido a que so hace dificulfuso el arreglo de Jas dendas
do guerra.
Si tomamos a los-Kstados Unidos, vemos también una despraporcién pro-
gresiva entre el aparate de produccién y la coloeacién do mereaderias, reducida
aun 50 ofo de xv enpacidad de produecién. :
Pero ef sintoma mas claro de In. agravacién de Ja crisis intern du lox pas-
ses capitalistas, se encuentra en Ja apnricién do une desoeupaci6n orginicn y
con ftendenein al anmento.an
La “racionalizacién” so ha realizado.en los paises de téenien mis adelan-
tada, mediante una rediecién cuantitativa de productores, lo que ha venido
a aumentar el ejército de Jos desocupados o, el ntimero de tos obreros con fine
Giones seeundarings en Ia produccién, Algunas citras pueden demosirar nuestro
aserto: Alemania, en el mes de febrero de este aio, tenia 2.225.000 desoenpados,
es decir, 225.000 més que en 1926; y ese mimero de desocupados con algunas
variaciones, ha do mantenerse si se tiene en cuenta que anteriormente muchos
obreros habfan sido emplendos pary la transformacién de las industrias, para
Ja “racionalizaci6n”, , 4 . .
'’ Los Estados Unidos tienen, también, su ejército de desoeupados permanen-
‘tes:-—~ alrededor de 4.000.000—, con tendencia a aumentar, ya que, a pesar
del aumento de Ia produeccién, esto no involuera wn aumento paralelo de jn
mano de obra, sino, por el contrario, una disminucién, Segin uns estadistica
-recionte sobre cl anilisis de los efectos de la ‘racionalizneidn”, la produccién de
» IXY
un obrero, gracias aflal “racionalizicién”, ha aumentdao hasta un 45 olo con
referencia al rendimiente anterior a la guerra y que, al mismo tiempo que
anmenta la produceién, disminuye cuantitativamente el miimero de obreros ocu-
pados en la misma.
Si tomamog a Inglaterra, pais que todavia no ha procedido en forma enér-
gicn 6 Ja “racionalizacién” do su produccién, — ya que hnstr ahorn el menor
costo de Ja produccién lo ha conseguido tinienmente mediante el aumento de las
' jornadas de trabajo y en ta disminucién do tos salarios—, vemos que el ejército
de desoenpados va siempre en numento y ha do aumentar mis atin, » medida
que se hagnn esfuerzos serios para la “racionalizacién”. Ese pals tiene una-
‘desocupacién organica que sobrepasa a 2.000.000.
Al mismo tiempo que aumenta la desocupacidn, los salarios reales de tos
obreros, — y especialmente en log paives eapitalistay europeos mis importan-
tes—, tienden a disminuir. En Alemania, apenas aleanzan al 93 ofo de ante-
guerra; en Inglaterra, al 90 olo; en Francia, al 87 olo; en Italia, al 70 olo, ete.
Tel vinieo pats en que. los salarios han tenido un aumento del 3 al 5 olo ha sido
en Jos Estados Unidos; perd ésto se ha realizado tinicamente en las capas obre-
ras mAs privilegindas, que participan de los heneficios obtenidos a expensas de
Jag colonias; mientras, en cambio, las masas mis numerosns (textil, minas, ete.),
cinpeoran sus condiciones de vida y sus salarios tienden a reducirse.
Si a todo eso agregamos que la “xacionalizacién” de la producecién ha
trafdo como consecuencia, una mayor concentracién de los medios de produc-
cidn, la ereacién de “trusts” giguntescos, tx, desaparicién del pequefio comer-
cio, de Ja pequeiia industria, una mayor pauperizaciéu de las masas, ete, lo
que aumenta el ejército del proletariado, Si se considera que la “racionalizacién”
se venliza no sélol mediante el mejoramiento de los medios téenicos de produc-
-gién, Sino también gracias 1 una explotacién mas intensa y mas bratal de las
inasns trnbajadoras, se comprenderd cémo las Inelns interhas de eadn pais,
tienden a neravarse, cémo la bicha de clases tiende n agudiznrse, cémo grandes
masas ‘trabajadoras, para Inchar con éxito contra los gigantescos “trusts”,
deben vealinr acciones tales que conmuevan a la sociedad eapitalista,en sn
von junto. .
“Otra de las ‘contradicciones graves de los paises imperialistas, se deriva
de su necosidad de aumentar la exportaeidn, sobre todo a tos paises, coloninles
y semicolonintes, al mismo tiempo. que deben disminuiry li importadon. Ese fe-
némeno lo notamos ‘especininento en to que se reficre al imperiatismeo yanqui-
inglés en sus relneiones econ In Amériea lalinns sobre todo, ef tinperiniisino
Yanga, quo realign nna politica nduanearn profeccionista, iepidiendo In entre.AL .
da‘de prédactos agropecuarios de los prises latinoamericanos, ereando en. los
mismos fuertes ecorrientes contra esa politics, ; i
En resumen, tenemos como conseeueneia de la “tacienalizacién” eapitalis-
ta, una agravacién de los eontiictos internos ¥ jextornes, euya solucién no
puede ser otra que ol contlicto axrinado, .
I. La Unién Soviética como factor :!n Inostubilidad capitalist,
Como ya hentos dicho, uno cde los factores mis formidebles de la inestabi-*
Hdad enpitalista, es la existencin de la’ Unién Sovidtien'que, con su progresiva
edificacién socialista, estimula Ja radicalizacigu de las masas en todos los
paises y el movimicuto insurreccional de las colonias y semicolonias, al mismo
tiempo que representa un gran mereado que esenpa al coutralor capitalista y |
que produce choques permancntes entre la economia burguesa y Ja economia
socialista. . i . 38
Ahora bien: el nico pais en que paralelamente a la “racionalizacién” y
‘al aumento de produccién, ha seguide. un vumento det bienestar do Jas masnag
trabajadoras, es la Unién Sovidtica, por la misma razén quo se traty di ua
pais de economia socialista, ,
Quizés senn necesarias algunas cifras para dar a los cdmpafieros, la certi-
dumbre do los progresos aleanzados por In Unién ‘Soviética en su obra de -
‘eonstruccién. socinlista, y demostrar asi, como'ya hemos dicho, que las difieul-
tndes actuales, — que tanto asustan a algunos compafieros que pan manifes- |
tado abiertamento desviaciones de derccha—, son dificultades do crecimiento,
que el prolelarindo ruso, — con el apoyo del proletarindo internacional—,
sabré superar une ved mas.
- El presupuesto del Estado ha sido para el afio que transcurre en 1° olo
mayor al de anteguerra, habicndo aumentado en; 41. olo en el término de dos
aiios. En Jo que n ta produccién respeeta, cabe sefialar quo ¢l aumento se pro-
duce mediante ct refuerzo del sector industrial, La proporcién de la industria
en el monto de la produccién nacional, que cra en 1924 de 53,1 ojo, ha pasado
en 1928 a 60,7 ol, mientras que, en la agricultura, la proporcién ha pasado
de 46,9 o|o a 39 ojo, respectivamente, ;
La mayor productividad. de los! medios de produceién, que es Ja base ‘fun-
damental para continuar Ja industrializacién del pats y sa desarrollo econd-
mi¢o independiente del mundo enpitnlista, se produce tamhisa con ritmo aceleri-
do. En efecto: de 34,1 olo en 1924, ha pasado a 38,6 olo en 1928. Respecto de
los capitales -invertidos en la industria sociulizada se constata. un aumento con-
tinno, pasando.de 1237 millones de rnblos en 1924, 2 3466 en 1028. La pro-
duceién global del Mstado en las industrias, pasé de 81 olo, on 1924, 2 85,9 ofo,
en 1928, Lo mds fundamental es el ritmo de ese desarrollo. se ritmo de des. .
arrollo de la produeaién industrial en la Unién Soviétiea, es actualmente su--
perior al de Jas épocas mds florecientes dul eapitalismo. La burguesia inter-
nacional comprueba que sila Unién Soviétiea puede eontinuar unos afios mas
en sit trabajo de construceién socialista “en paz”, adquiriré una potencialidnd
tal que sera invencible. En efecto, los compaieros deben recordar Ins. discusio-
nes recientes en cl seno del Partido de la Unién Sovidtica, respecto del “arries-
gado” plan quinqnenal, a rafz de la diseusién del cual, pudieron notarse elarn-
mente desviaciones de derecha quo se basaban en que, de Hevarse a la prdetien
ese plan, se agotarian las reservas y, en easo de guerra, la Unién Boviética no
tendrin los medivos necesariog yarn tincer frente al enemigo. Olvidaban esos
compaferos que mientras la Unidn Soviétiea esté eireundada por paises enpila-
listas, el peligro de agresidn armada cs permanente, pero que eso no debe impe- |— 13 —~—
Cir Wevar a la practiea con energia, los planes mas andaces para acelerar el
proceso de construccién socialista.
Algunas cifras pueden dar la sensacién de In importancia, econdmica y
politica de ese plan, el cual tiende a transformar el pais, en an Inpso de ticinpo
auuy breve, de-agroindastrial en industrial ayrvario, Las industrins serin equi-
padas cou iu: aparato de produceién perfeceionada v en el quinquenio, lu pro-
‘oveién numentaré dos veces y media sobre ol nivel eetual, 1] mimero de obre-
sos especificamenta industrinles — cuyo aumento, como es sabido, representa
una garantia efectiva para evar a cabo Ja construccién socialist, aumen-
aria, de 2.700.000 a 4.000.000, y Jos obreros em general, de 11.350.000 a
14.500.000, en 1933.
En Jo que respecta al sector agrario, que es uno de los mas diffciles de ,
‘socializar pnra el Estado Proletario, sufrirf también un cambio considerable
suediante ese plan quinquenal, que prevé Ja crencién de grindes haciendas
agricolas colectivas, de cooperativas agricolas de prodnecién y de ayuda directa
‘a los eampesinos mis pobres, para arrancarlos « toda inflnencia de los “ku-
hicks” y haverlog participar activamente en In vida soviética,
La realizacién de ese plan, viene 2 cambiar fundamentalmento Ia sitne-
eién del mereado agricola del pais, ya que el 40 oo del mismo pagarin 4 manos
do la produccién sociulizada, y sélo 1m 60 olo quedarja todavia en manos pri-
yadas, pero con creeiente contralor del Estado. ‘ ‘
Kl bienestar de Jas masas trabajadoras de Ja Uniin Soviética, en aumen-
to ereciento se acelerart atin mis, puesto quo dicho plan prevé un 70 volo de
anmento del salario real con tendencia al anmento de los sularios mag ro-
dneidos.
En el campo cultural, cuya preocupacién de parte del Estado Proletario
es conocida, se preyé tambien el aumento del presupuesto de 2.400.000 a
6.900.000; en 1933.
Por los datos que he suministrado, pueden valorar, los compafieros, el po-
derfo econdémieo quo adqnivira la Unién Soviétien en poeos afios y eso lo sube
la burguesia internacional. De ahi que, al mismo tiempo que teme Ju guerth
contra Ja Rusia Proletaria — porque presiente que esa guerrn. se transformari
en une guerra revolucionaria do las masas trabujadoras y de los. pueblos opri+
midos de todo el mnndo, contra su propia burguesis, — quiere esa paw,
' porque si espera mucho tiempo en renlizaria, la consolidacién de 1n U,R. 8. 8.
y el desarrollo del movimiento revolucionario de muss, destraira (! récimen
eapitalisia, Dea manera que In guerra, como hemos dicho, so prepara simulta
noamente sobro dos Srentos: guerra intor-inyporialisia, — enyo cjo esta eon
Mstados Unidos e Inglalerra—, y guerra de! imporialismo en sn conjunte con-
tra Ja Unidn Soviética y el proletariado y Jos pucblos oprimidos. Pero, los
paises imperialisins parm poder realizar la primera, que les permita un nuevo
reajuste del mundo, o sea, esferas de explotacién mis ampling, necesilan tener
las “manos. libres”, parn que de sus conflictos no aproveehe cl tereero en dis-
cordia, qua es la Unién Soviélica y el proletarindo internacional.
(En lo que respecta a tx Unién Soviéticn y a la necesidad do su destrne-
cién, para poder inicinr libremente Ia gnerra inter-imperialista, lo dicen cla-
ramente Jos érzanos its representatives de la burguesin dalernacional dun
“La Naeién”, de Buenos Aires, pudo leerse, a principios de este afio, na comen-
tario de un corresponsal curopeo de dicho diario, quien, despnés de analizar In ti-
itex de relaciones que se habia producido entre Estados Unidos y Irancia-In-
terra, por el farnoso “Pacto naval”, analizabs Ins posibilidades de conflivtes
armndos iiler-iperialistas y ponin en guardia a fos probubles contendieutes— 14 —
* . ‘
sobre el “tercero en discordia”’, es decir, sobre la, Unidn Soviética quo aprove-
charia ese estado de cosas en beneficio de Ja revoluciéa mundial. En su apoyo,
citaba la opinién de, la revista “El Beonomista”, la cual refiriéndoso al mismo
asunto, decia: “Eneontrindoad f'raniia y Gtr Bretaiin subre la balanza anti-
americanista, los Wstados Unis sa esfétvaNan por restablecer un equilibrio
favorable para ellos, oprimientle Jos advetsirios de Francia y Gran Breta-
fia, Italia y Alemania, Efectivatmonte, todo el mundo sera arrastrado, con ex--
copcién de la Unién Soviética, q&e usgistird, tercero en diseordia, al especticulo
agradable de una guerra de destrucidén entre potencias. im eriglistas.”
Referente al movimiento tevolucionario internacional, vemos euda dia y
a medida qua aumentan los pellgros de guerra, cémo | burguesia busca por
todos los medios, — la corrupdlth y tl detref—, duebcu: eu resistencia.
IV, La agudizacién de tna eddtdndiaelohee tathalerie ® te giterva.
Los hechos qua hemos analizdo anteriormente, que efi su conjunto deter-
minan el aceleramiento del ritmo de las eontradiceiones capitalistas, determinan,
tanibién, situaciones de fuerza, choques eraentus ds lax fuerzas capituliztas
entre si y de las fuerzas capitalistas conligadas contra Jt Unién Sovisética y
el movimiento yevolucionario internacional, que ponen uw la burguesia- inter .
nacional frente al callej6én sin salida de la guerra,
La guerra ya esté resuclta; siunea come en estos momentos, se ha hablado
tanto de paz, pero nunen con tanta intensidad se ha preparado-de hecho fa
guerra. Si no hubiese otros hechos para demostrar que las potencias imperia-
listas, mientras hablan de paz preparan la guerra, bastaria. recordar la propo-
sicién da desarme de la, Unién Soviética, también desarme parcial, expnesta en
Ja Conferencia del Desarme, en que todos los presentes, — los sovial-demécratas,
en primer término—, la rechazaron indignadus porque su propésito no era otto
que el discutir, no el desurme, sino cl de querer demostrar «que reduciendo
nlggnos armumentos inadecvados para el estado actual de Ja técnica aplicada
a Ja destruccién, se reulizaba parte del desarme, mientras, en cambio, lo que se
hacfa era reforzar o crear nuevos armamentos mis modernos,
Si tomamos el famoso “Pacto de Kellog”, por el cunl se deshacen en clogios
“nacitistas” los social-deméeratas, améu de ser, como todos los pactos eapita-
Jistas, una proposicién ventajosa para el proponente, es completamente nulo
en su aplicacién prietica, puesto quo cada potencia signutaria ha hecho una
serie de reservas que en renlidad anulan, en cl caso que hubiese existido, toda
posibilidad de efieacin, Por otra parte, todo cl mundo sabe que el “Pacto do
Kellogg” no ha sido vtra cosa quo ina maniobra politien de Kstados Unidos,
tendiente u desplazar el centro do influeneia politica internacional de Europa
a los Estados Unidos. Que la lucha inter-imperialista después de Ja firma det
“Pacto de Kellogg” se haya intensifieado, lo demuestra el reciente disewrso
de Borah, — el gran “pacifista” norteamericano—, ef cunl ha declarado que
on vista de la eontinur constelacién de paises europeus alrededor de Gran
Brotafia, con vistas ": una guerra imperialista, los Estados Unidos “se vetan
en Ja necesidad de defender su comercio contra Inglaterra” y que, por con-
siguiente, “era necesario prepararse para la guerra y precisamente para Ja
guerra contra dicho pais”. . .
Si tomames en wuestro andlisis tan sélo la agudizacién de la Incha inter-
imperinlista entre Inglaterra y Estados Unidos, no es que-olvidemos que otros
prises capitalistas, <= Japon, Talia, Francis, Alemania, cte—, tengan entre
si quotivos de ducha; alamismo tempo que busean de aliarse con fines impo-— 15 —
vialistas. Al contrarivo, todos esos son motivos de ngravacién de la situacién
con vistas n la guerra qna se prepara, Pero cs indiseutiblo que ese continuo
reagrupamiento do Juerzas, representa combinaciones wilitares -y estratégicas
mtte los grupos de poteneias, enyo objeto no es otro que el de resolver por In
fuerza,-el problema de los mereados, proceder a una neva reparticién del
mundo y estableeer In hegemonia sobro cl mismo, de vno de los imperialismos
mas potentes: Estados Unidos o Tuglaterrn, ' ,
Esta lucha sérdida no puede limitarse a In competencia “normal” del
periodo pre-imperialista en el mereado internacional, y en las colonins y semi-
colonias, ya quo Levando e-a lucha en forma encarnizada, produce lo mismo
la catdstrote econdmien del eapitalismo. De all{ el reforzamiento de jag formas
imperialistas de penetracién que preparan también las condiciones para evar
Ja guerra o Ias colonins y semicolonings la eompra de log diversos gobiornos
‘“nacionales” y In provoeacién de conflietos entre el pais dominado y el quo
se quiere dominar, todos prolegémenos de Ja yucrra que se prepara en escala
internacional y que estallari en el momento preciso en que se rompa el
equilibrio econémico mundial, y una do las grandes potencias imperialistas —
Inglaterra, particularmente—, que va siendo desalojada de sus posiciones en
Jas colonias y semicolonias y del mereado internacional, por el imperialismo
amerieano, no encnentre otra sulida que jugarse el todo por el todo: Ja
guerra, :
Repetimos / cl obsticulo mis grande prra esa guerua, lo constitnyo In Unién
Soviética y el proletariado internacional; poro el liecho do que se prepare ¥
sa intente realizar In, gnerra contra la U. 2..S. 8, no excluye qua al mismo
tiempo se prepare y se intents realizar Jn guerra inter-imperialista.
‘De ahi, entonves, que en nuestra tacticn do lnclin contra In guerra, deba-
mos tener varias perspcetivas parn contormar nuestra aecién alas mismas. Lo
vierto es que Ia guerra do clases en el. ‘frente interno se agudiza crecientemente;
que Jas masas se radiealizan y empiezan o pasar de jas Inchas defensivas a
las ofensivas y ge aprestan a grandes movimienlos que Hevarin al derrumbe
del régimen capitalista. Y jnstamente, porque asistinios a esa polarizacién de
elases y a la agudizacién de la lucha, es por lo que se pone de manifiesto eon
fis claridad el nuevo rol de Ja social-demoeracia, que desempeiia no sélo el
papel du traidora del movimiento revolucionario, sino gue es el instramento
que la burguesin utiliza para reprimir at misino. Es necesario, entonees, rom-
per en forma absoluta con la cocitl-demoeracin y aus alos “izquierdas” y ganar
ila influencia comunista alos mis sinveros obrerog.de hase,
VUnicamente comprondiendo tod lia importancia de las Inchas revoluciona-
rias que so realizan en la act id — y que se desarrollan en forma erecien-
te-—-, es como podremos ponernos al frente de esas masas, orientarlas y diri-
girlas en Ja lucha contra la burguesia y la social-democracia, identificada con
In misma, Sino so comprenda Ia neeosidad de esa Incha, que melas veces
sohrepasa los mareos lognles de las organizaciones sindienlos existentes, se ¢o-
meterin Jos mas graves errores oportuonistas.
La burgnesfa internacional dispone de varios métodos de lucha eontra el
proletariado; Ja social-demoeracia, que desde el poder representa un pertodo
de preparacéa — enando no acciona eomo “socialfaseismo”, caso Zoergiebel
en Alemania — para le transicién del réginen “demoeratico” al dictatorial,
ya que su misién es ia de desarmar continuamente alas niasas y frenar sug
deciones revolucionnrins; los gobiernos Fascistas que, ef terror medionte, impl-
den toda inanifestacién de descontento y acciones reivindicatorias de las masns;
y les gobiernos “iocional-faseistas” — (ipieos de América lntinn — que oirven— 16 —
para facilitar la penetracién inrperialista, reprimiendo lus movimientos de
masas, lo quo permite aumentar la explotacién imperialista y, on una palabra,
ascgurar, como agentes del imperialism, la colonizacién riplda de estes paises,
Conclusién: tenemos ontonees en la estera mundial un reforzamiento del
polo reavcionario — preparativos de guerra contra la Unidén Soviética, recru-
decimiento de la reaccién contra el prolctarindo — y un reforzamiento del:
polo revolucionario — desarrollo répidy de lu economin socialista, radiculi-
zacion de las masus, desarrollo do los partidos comuuistas—, lo que hace inmi-
nente luchas decisivas de las cuales Ja revolucién proletaria, a pesar de todas
Jas vicisitudes y de las victimas que ha de tener en Ja lucha,-ha de salir ven-
ecdora. ;
V. La América lating como factor de agudizacién de las contradicciones ims
perialistas.
Si en.otras partes del mundo se azuiilizan Ias contradicciones capitalistas,
Ja ‘América latina, gracias a su proceso de colonizacién, representa actual-
mente uno de los factores ma&s formidables de esa ngudizacién de la Incha inter-
imperialista, partieularmente entre Jos imperialismos inglés y yanqui.
No so exeluye, entonces,. que en la préxima guerra, Ja América latina sea
también el objeto de la misma. Sen como fuere, teniendo en. cuenta su estado.
de dependencia del imperialismo, sera obligada a desempefiar un papel de
primer orden, siendo arrastrada directamente a In guerra.
Para poder establecer con certeza nuestra tdcticn en la -lucha contra el
imperialismo, es preciso tener en enenta que en la batalla encarnizada que se.
‘libra actualmente entre los imperiali:nogs yanqui e inglés por lo hogemonia
sobre la América latina, las ventnjas se resuclven de m4s en mis en favor del
primero. El imperialismo inglés va siendo desalojado de sus posiciones y al
yanqui no sdlo va dominando econémicumente a estos pases sino que croa
gobicrnos reaccionarios nacional-fasvistas, qua mediante su apoyo se trans-
forman on baluarte de Ia reaceién en América latina, al mismo tiempo que
en puntos sdélidos de penetracién imporialista. Debido a eso, si bien es claro
que nuestra lucha debe ser dirigida por igual contra 1!os dog imperialismos, no
dehemos ‘olvidar Ia necesidnd de reforzar nuestro sector de lucha contra el
imperialismo americano que en Ins condiciones histériens actuales es el més
potente y el mids avasallador.
Ma parecerin wn error, quo no se tuviese on enenta In realidad de los he-
chos qo domuestra In decadencia del imperialismo brilimico en el orden intor-
nacional; si bien es elerto que el imperialismo inglés, como toda fuerza reacniv-
naria, retrocede atacando,
Algunas cifras pueden dar Ja impresién de la situacién actual del impe-
rinlismo britdnieo y del yanqui. .
Vl comereio de exportacién de Gran Bretafia ha disminufdo en un 20 por.
cionto comparado cen el de anteguerra, mientras que las exportaciones norte-
americinas han aumentado en m: 30 por ciento sobre Jas cifras do ‘anteguerra
yen un dG por ciento en volumes, ‘
Kso en ct mereado mundidl En Atméricn Intinn el proceso de retrocescr
hritinieo es todavia ifs pronuncindo. El aumento de Jas exportaciones de -
Ino Rotadas Unidos en ef mereado mundial, comparado con la anteguerra, esta
domostrido por Jas siguientes cifras: en Asin, 366 por ciento; en Australin,
$465 en Envopa, 715 en América littina, 310.—~17 —
Y, en general, el aumento del comereio de Estndos Unidos, con 6! Oriente
es de 500 por ciento Inés, comparado con Ja anteguerra,
Hu lo que se refiere a ln exportacién de cupitales — que antes era el
‘fuerte de Inglaterra —~ parn cl periody 1924-28 tenemos que Inglaterra ha
exportado al extranjero 47:3 millones de libras esterlinas, mientras que los
‘Estados Unidos 990,
Luego analizarentos Jas ramas on quo Jia sido volociio el capital americano ‘
‘y sus congeenencias en la deformacién de la economia nacional, como asi
también ln calidad distinta de esay rams de produccién con Jas dominadas por
Jos ingleses. Verifiquemos ahora que el ritmo de la penetracién americana ha
sido vertizinoso, medianta el apoyo da enpas sociales interesadas en Ja introdue-
dién de cupitales para el desarrollo de la evonomia “nacional”, Veamos esas
eifyns: '
» Anteguerr Postguerra.
(Lin millones de délares)
CHD, 6. ce ee ae ee EO we 220 . 1.400
MOxICO LL. ve ee ee ce ee ee oe 800 1.288
Chile .. c. ca be ee ee ee ee 15 451
Argentina 2c. ce ee ce ce ee ae 40 , 450
Brasil «ae cs ce ee ce ba ore te 50 . 388
Porth ve ce ce ve colon ee ee oe 35 169
Venezuela .. ce ee ee ce ee we 3 ‘ 162
Colombia 2 oo. 6. ee ee ee ee ee, 2 i . 125
Bolivia: os em ew oe ee ew wee ee 10 86
Uruguay 26. ee ce ce we ene 5 / T7
Costa Ried .. 6. ce ee ce ee oe 7. wo, AG
Wonduras 2. 2. 6. wk ee eee 3 : . 40
Guatemala .. 66 ck ce wa ce ae 20 ‘ 3
Fl Salvador .. 0.06, 16 ee ee oe é i 35
Panamii .. 6. ce ee ce ee eee 8 e : BL
Bcundor .. 6. ee ee ce we eee 16 : 30
VOWEG ss am ee as sm me ge te we 4 28
Santo Domingo . 6. 6, 6. e848 4 23
Nienragua 2. 0.00. 2. ee ee ee 3 20
Purngumy oc. ee ce ee ee ee 4 18
CUUAVANOS os ae cela ee ee ee ee § , 8
De manera qua vemos que cl eayilal amerienno lin pasado de 1248 millones
en, 1912, 2 4917 en 1928,
Tnglaterra, en cambio, que tenfa colocades 989 millones de libras esterlinas
en 1933, aleanyd n 1139 en 3928, o sen un aumento ide apenas 150 millones
de Jibras esterlinas, ‘
Pero lo que se debe analizar no cs sélo el monto de los enpitales invertidos,
sino et peso especttico de lus mismos; es decir: las ramas de produceién en
qno han sido emplendos los enpilales y los heneficios que mediante In defor-
ningidn de hy eronomta nacional comportan at pais imperttista,
Ahora hien; anientras eb capital ingtés en su cast totalidad ha side em-
pleado en los empréstilos a los gobicrnos (30 por ciento) vo en tos transportes
(AZ por lento), sélo Liene wy 25 por ciento on las industrias; en enmbio, el
capital americano fué empleado ey si gran mayoria ay las industrias particu-
Jarmente extractivas. Tin efecto, de los 4917 millones de délares colocndos en
América Ilina, 3445 lo hin sido en das industrins,ae TH 6
En lo que respeeta a Ins ex portitciones yanquis en América Jatina, basta
recordar, para comprender {toda -su importancia, que ellns representan el 67
por ciento de los productos mantifnelure:’ sy oyuiridos, .
Queda entendido qite seria un errer enhostitnar la importaneia y Ja in-
fluencia del imperiniismo inglés — y tambity do sus capitales — en América
latina, El imptalismo inglés dispone todavia de fuertes -posiciones, espcvial-
mente en la Argentina -(397 millones do libras externas), Brasil (310), Chilo
(100), Méxivo (87), Peni (64), ete. . .
La caracteristiea del capital britfnieo en América latina ha sido Ja de
acapararse productos agropecuarios y Ins muterias primas para alimentar sus |
industrias — explotando esas mnterias primas en furna primitiva —— y esta.
blever medios de transporte convenientes a Ja tna do produceiéni para explo- |
tur en un pais determinado.
’ Ahora bien; a pesar de las trabas imperialistas, wna cierta industrializa-
_dién se ha revlizado en los paises latinoamericanos, — industrias secunda-
rins, se entienden—, y esa “industrializacién” so ha realizado justamente hnjo
Ja influencia del imperialismo yanqui, especialmente en los paises més evolu-
cionados econdmieamente. .
\ Los Estados Unidos se independizan de mfs en mf&s de Inglaterra en lo
Jo, que se refiery a materias primas — es snbido que actualmente produce un 72
por ciento del petrdéleo mundial, un 60 por ciento Al neero, un 53 por ciento
del cobre, nn 80 por ciento del azviear--, adquiriendo an América Intinn terre-
nox pura plantaciones propias de. caucho, fibras vegetales, nlgodén, café, ete.
Y en algunos productos hace ‘la competencia a Inglaterra, ya que es sabido,
por ejemplo, que el monopolio de estado del enfé en el Brasil es apoyado
fmancicramente por el imperialismo inglés, mientras el ynuqui desarrolla la
misma produceién en Colombia y otros paises de Amérien latina. Actualmente
Jos americanos realizan tentativas serias para adquirir el puerto de Santos
y quebrar definitivamente el monopolio inglés, Eso unido a la caracteristice
del imperialismo yanqni, de incautarse de las mismnas fuentes de materias pri-
mas en los diversos. paises Jatinocameriecanos, formando poderosos “trusts” que
explotan Jas mismas materias primis en todos los paises, y la de imponer sus
manufacturas “stundarizadas” x los mismos, lo que hace més violentas. sug:
Inchas contra su rival, el imperialismo inglés, que su vo cada din mds desalojado
do sus posiciones,
Esos heehos vienen a demostrar que tanto en, el enmpo internacional como
en In América Intina — aqui particularmente — los -yanquis se incautan de
las fuentes mis vitales do inaterias primas, en esta periodo histérico de Ja ero-
nomian mundial, realizon una erecientg colonizacién de Amériew latina mediante
la dominacién de la vida econdmica y p-lilica de estoy paises, |
Gran Bretaiia trata de resistir por todos Jos medios los empujes (ci impe-
villismo Yanqui, Apoyandose on Jas situaciones adquiridas antes do Js. guerra,
pero so ve oblignda a contracy com promisos momentércis, ventajosos, para el
capital americano (frigorifiees argentinos, sntitre chileno, petréleo on Vene-
zncla y Colombia, ete.). Pero esas “treguas” son utilizadas por logs im/peria-
Jisinos para suscitar conflictos, tales como el paraguayo-boliviano, ef bolivinno-
peruano-chileno, el panamefio-colombiano, ete. .
Quo del cinpromiso eon el capital amoricano, el inglés se vo obligado a
ceder también algunas de sus posiciones econdmicas lo demnestran heehos re-
cicitese incontrovertibles, Asistimos en este momento al tragpaso verlipinoso
de muchas industrias y concesiones inglesas a manos-yanquis. ‘Tal es el easo
de Jas empresas de electricidad y.en gran parto de Jas tranviaring (Chile, Brasil,awe PQ a
Argentina), de los teléfonos y telégrafos, y actualmente el imperialismo yanqut |
realiza unin lucha encarnizada. para obtener cl traspaso de algunos tramos de
fers carriles en Brasil y Argentina (ferrocarril de Buenos Aires al Pacifico),
hasta ahora monopolio del impetialisino inglés.
En Jo que respecta a las finanzns de los diversos paises latinoamericanos,
salta ala vista eémo de mas en mas estos pafyes se dirigen eon preferencia
para sus empréstitos a los bangneros de Wall-Street. Como se sabe también
qua es la misi6n iemeror Ia que va “regulariz@ndo” paulatinamente Ins finan.
zas de los gubiernos Jatinoamericanos, ‘ereando bincos centrales, controludes di-
rectamente yer los “trusts” bancarios amcricanos, y reguladores de las fi+
nenzes del pals, ‘
Todos esos hechos demuestran que fa. Incha entre los inpurialismos yanqui
e inglés por |i deminacién de da América latina se hace dia a dia mis enear-
nizada, que esa hu in se determina progresivamente on favor del imperialismo
yanqui y como consecuencia, tenemos ann agravacién de los conflictos inter-
imperialistas en Anicrient tatina — parle considerable de los contiictos mun-
diales — cuya agudizacién hace que este sector sea cada din mds un factor de
guerra interimperialista,
VI. La guerra mundial y Ja America latina.
Ta apreejaci i de les tesix del Sexto congreso de Ja T. C. sobre In enestiOn
cola ial en lo que w la Américn Jatinn respects es completumente exneta, cunndo
afirmn que “la ereciente expansién cvondinieo-militar de los Estados Unidos
en }os paises de América latina, convierte a este continente en uno de los Locos
mis traséendentales de las contradiceioned de todo el sistema colonial imperia-
liste’, En efecto,’ como lo hemos sefialndo varias veees en el curso de ln expo-
sicién, los conflictos interimperialistas se ngravan de mds en mas, ya que la
Amérien latina cs ademfs{del sujeto, el objeto de esa lucha inteviniperialista
pnra la dominacién mundial,
Si en el orden internacional asistimos a un continuo TASarpNNONA de
fuerzas imperialistas, cllo se debe justnmente al’ propésito de sumarse a uno de
los bandos — Inglaterra o Estados Unidos — con el objeto de poder partivipar
en Ja redistribueién del mundo colonial.
En, efecto, si bien las diversas potencias enpitalistas, wiran como satélites
alrededor de Inglaterra y de Estados Unidos, trata: al misino tiempo de jugar
un rol independiente y yaosn vex devenir el punto de concentracién de otras
potencins, Hs et caso particalar del imperiatisine francés y del japonés, El re-
‘cliente pacte naval anglo-Lrancés — sea cunlquiera hy suerte que eorra — ne
ha sido otrd cosa que una alianza de guerra de esos os prtses con vistas a la
lucha armada contra el jinperialismo yanqui para destruir su poderio mundial,
Por otrm parte, el dapdn, que haste después de ln yrnerra estuviera ligado
con Inghilarra, actuntmente también, se esfucrza por desempenur in papel in-
dependiente.
La Conferencia naval de Washington, en 1922, que establecié ln propor-
cién de 5-5-3, reronocié “oficialmente” el poderio de Japén. Wes indise ulible quite
Estados Unidos trata de inflnenciar o dicho pais para alejarto de las “eom-
binacioney inglesas”, y como sintoma dé eso tenemos qne Japon cenpa.el pris
ner aise en la importacion y exportacidn de Welles Unidos, '
Se lm dicho, y con ragén, que el teatro de Ta nueva guerra’ imperiae
lista seri el Pacifivo, Si comsideramos qne da gnerra del Pacitico esta a la
orden del dfn debemos también tener en enenta ciuiles sen los preparatives— 90 —
que hacen los iniperialistas en nuestro continente con vistas n esa guerra.
In ese sentido, pudemos observar cénio los Estados Unidos preparan sus
posiciones estratégicas en las costas de la América latina batiadag por el
Pacifico. Después de ix “adaptando” y reforzando mis los medios de defensa
del ennal de Panama, Estados Unidos se apresuxa en Ja construccién del de
Niecarngua. Después de preparar Jas diversas bases navales del Mar Caribe,
con vistas ul pasaje répido de esa flota al Pneifico, los Estudos Unidos
obtienen posiciones estratégiets en Ia costn pacifica do los paises eentro~
americanos. Y no ¢s un misterio para nadie que Jos conflictos actnales entre
el gobierno colombiano y. Estados Unidos — a euya resistencia a las preten-
siones yanquis no es ajena Inglaterra—, tiene como origenes, ademas de
Jas concesiones petroliferas de In regién do Zulia, el querer obtener conce-
siones territorisles para hacer una base. do abastecimiento de sa flota en
el Pacifico. ; '
A ‘pesar de los “desmentidos patriéticos” del gobierno ecuatoriano, res-
pecto de la venta do las islas Galapagos a los Estados Unidos, cuando un
diputado nacional pedin se te autorizira a hacer conocer Ja forma en que
se habia hecho Ia transaccién, In Asumblen no antoriz6 su publicacién “por
trntrrse de nn asnnto seereto y xveservado”’, Pues, bien, esas islas serfn
vendidas a Jos Kstados Unidos, y éstos harfin de ellas bases navales.
Y Ja enestidn de Tacna y Arica, de cuya solucién tanto hablan los
patrioteros de los dos pnises, ,qué es, sino obro trinnfo'y adquisicién estra-
tégiea de posiciones del imperialismo yunqui? No‘se conoce todavia el texto
fntegro del tratadd entre Chile y Pert, pero se sabe desde ya que el puerto
de Ariea seri “neutral”, bajo el contralor directo del imperialismo yanqui; y
que en ese puerto: podran depositarso o transitar elementos bélicos cuando el
arbitro Jo crea conveniente. Todos esos hechos, agregados ol acto funda-
mental de la ereciente dominacién' neat neice meihiine de los yanquis en
América latina, particularmente en los paises baiados por el Pacffico, de-
muestran que los Estados Unidos preparan “su base’ para la guerra del
Pacifieo. Y la potencia politica americana so extiende en el Oriente, .ya que
después de la traicién del Kuomintang éste ha obtenido el apoyo “benévolo”:
de los Estados Unidos y el gobierno “nacionaliste’ de Nankin no es otra
cosa que un agente del imperialismo yanqui. El poder del imperialismo
americano Hega hasta Ins mismag colonias .britdnieas — en la India, por
ejemplo—, doude alcanza a desempefiar un rol “progresista” colocando sus
capitales para el desarrollo de Jn industria “nacional”,
Los hechos precilados domuestran que en ln gran guerra quo se apro-
Nima, nnestros pists han de jugar mm. rol-de primer orden, y es preciso,
prepararlos parn dar un golpe mortal al imperialismo y consegnir ln inde-
pendencia econdmica, politica y social de estos pafses. rv
VIL. Caracteristicas de la América latina,
Hemos dicho ya que cl perfodo actual de “estabilizaci6n” capitalista
signifier una mayor presiéu del enitalismo imperialista sobre Ia3 masns
trahajadoras, — presidn atin mds fuerte en los paises coloniales y semi-
coloniales; al snisine Uampo qita ttt agidigneién dp la lueha entre log impe-
rinlistas por Jy tleytniteltlt da day juiletas, .
Bn Amérita datinn, la penetracién hnperialista, tanto inglesn como yan-
qui, no Jute jugudo un rol progresista, sino que iu servido para deformar la
vida cconémicn du estos puises; no ha desarroladg las xelaciones capilalis-:
21 —
tas, mmantentendo ta explolacién semi-fendal y semi-esclavista. de lag masas
trabajadornas.
No asistimoa, pues, netualmente, a una “#deseolonizacion” de estos - pai-
ses, sino por el contrario, a su colonizacién. En el segundo punto del
orden del dia, se analizaré oste problema, Creo, sin embargo, necesario
’ plaritear algunas cuestiones que sirvan para precisir cuadl es el rol del impe-
rinlismo Gy nuestra vida econdmien y politica, para poder establecer at
mayor exaetitud, nuestra ticlicn frenté a ln guerra. Para comprender el
eardcler do In revolucidn on América Intinn, es entonces, neeesnrio tener
- en enenta que la independencia do estos paises, realizada a principios del siglo
- pas Dal, ha sido una independencia de forma, puesto qne el iniperialismo ha
intervenido direetamente en Ia misma, impidiendo el deserrello normal de
ano burguesin agravia e industrial independiente, sino que conservando el
‘rézimen de explotacién semi-feudal, dejando que la economia se desarrollara
en forma primitiva ‘y de acuerdo a Jos intereses imperialistas.
Por esta razén, ta burguesia nacional estuvo vineulada desde sn naci-
miento con el imperialismo, transformdndose en agente del mismo, ayudfin-
dolo en tn oxplotneién de las masas trabajndoras indigenas, con trl de parti-
cipar de Jas ganancins que el inperialismo oblenin en estos paises.
Hoy, es tat el estado de deformacién de la economin nacional v su depen-
dencin del mereado exterior, que toda tendencin a crear una economia nacional
independiente dentro de tos cuadros de In Jegalidud burpguesn, esti Hamada
al fracaso. Unicamente uma revolucién democritico-burguesn divigida con-
tra el imperialismo y los grandes terratenientes, puede crear Jas condiciones
_ para ese desarrollo independiente.
De ahi, entonces, que todas las manifestaviones demagdgieas de Ja
pequefia burguesia y In burguesia industrial naciente, respecte dol desarro-
No econédmico independiente de les paises Intinoameriennos, no pasan de
r manileslaciones Mricas, cnando no est@ tras de ellas, Ia mano de wu
imperialisme — particularmente cl amiericeano—, quo tiene interés en eolo-
car los enpitales para la “industrialiaacion”,
Es el enso tipico de Jn Argentina, donde Ta burguesia industrial na-
eiente se ha dado In fémmula de “la Aveentina dche bastarse a si misma”,
es decir, debe crear una industria “propia” mediante la introdnecién del
* enpital extranjero (lénso yanqui) — o de In burguesia agropeeunria, “com-
premos a quien nos tompre’--, compremos a tngliterra, que es la que jos
Compra anestros productos. in Jos dos cases se trata de satisfacer: los
propio intareses, satisfucionde Jos do ne wo olro imperiniismo,
Do aqut qne dn verdadera dueha por da independenein nacional debe
revlizaese contra da gran burgnesta nacional y el taperialisme, de lo quo
se desprenda yue el caréetor de to revolucién on Amérien Intina, es el
‘de una revoludén democratico-hurguesa, Pero, Ins conquistas de esa revo-
lucién podrén Hevarse a cabo, tinienmente si se tiene en cuenta que las
masas obreras y campesinas seran In fuerza molviz de la misma y bnjo la
legenionia del proletariado.
isa revolucién deberé poner en primer plane: Ja Incha contra los
" grandes terratenientes; por la entrega de In tierra a quienes Ja trabajen;
Juchw contra Jos gobiernoy nmaeionates, agentes del imperiatismo; tncha con-
“tra el intpertalisma y por el gobierno obrero y enmpesino.
Seria un error grave el sobreestimar ef rol de Ja pequefia burguesia
y de la bargucsia industrial naciente, como posible alinda de hi revolucién
antiimperiabista, En algnties casos podrdn ser alindos monentineos; pero,WY
la fuerza motriz de Ia rerun deberi set Jos obrerds y campesinos. din
todos los paises de la Asnérict 2 Una, is, Pogniefia hitguesin — snivo- las
capas pauperizadas o eh tren dé hanpebltitsa a erten de la penetracién
imperialista—, y la burguesia industrial ttaclente, estan Kyoeins directainente
a los intereses imperinlistas,
En algunos paises, los gobisriios pequefio-burgueses, agetites Siagatee Naet
imperialismo yangui, se han transformado en gehi-rtios nacional-fascistas
(Ibffiez, Lepuia, Siles, Machado, ete.), y ‘i108 que se pueden calificar
de nacional-reformistas por: su demagogin obrerista (Argentina, Uruguay, ..
Eeuador, ete.), se estin transtormando de mis en mfg-en gobiernos fuertes
con’ vistas al nacional-fascismo.
El gobierno pequeiio-burgués’ de México, pasa del nacional-reformismo,
al nacional-fascismo, eapitula ante el imperialismo, impide todo desarrollo
de In revolucién agraria, suprime Ins pocas conquistas de la revolucién del
17 y desenendena In reaccién contra las masas trabajadoias y su vanguardia,
el Partido Comunista. :
En general, al mismo tiempo que asistimos a una mayor presién ‘del
imperialismo sobre las. masas trabajadoras de estos paises, se nota un pro-
ceso hacin In formacién de “gobiernos fuertes”, tipo nacional-fascista, en.
toda América latina, que tienden a impedir foda acdién de masas contra
ese aumento de explotacién. i
La tendencia actual del imperialismo es la de crear gobiernos nacional-.
fascistas con una organizacién estatal y un servicio perfecto de policin, listo
para reprimir toda manifestacién se deseontento obrero o insurreccién de
Jas masas campesinas, y reservar su intervencién armada tinicamente para
los casos de’ no sumisién absoluta del gobierno “nacional”, o de su impusi-
bilidad de reprimir por sf solo, los movimientos insurreccionales.
i Al gobierno yanqui lo resulta menos oneroso “sostener’ al gobierno de
Ibdiiez y su aparato estatal que le permite Ja. colonizacién “pacitica” del
pais, que la ocupacién armada de Nicaragua.
Respecto de Ja “justificacién” de las diversas formas de penetracién
imperialista en América latina y Jos que Jas favorecen, es necesariu decir
algunas palabras.
Empecemos por: a) La filosofia americanista respecto a Ja necesidad _
de reemplazar Ja intervencién armada, — costosa e impopular—, por Iv
conquista de los gobiernos “nacionales’, Seguramente todos ustedes habrén
lefdo a fines del niio pasado, Ins diseusiones habidas en ol “Tnstitula de
Williamstown”, euya misién es In do crear esa filosofia nmericanista, por ta
enal so justifica juridicamente la penetracién imperialista en América latina,
Ese Instituto, después de una gran: discnsién,; tomé una resolucién por
la cual se consideraba que “las intervenciones armadas no eran siempre nece-
sarias y labia que considerarlas como agresividad indebida por parte de
una. grande y. poderosa nacién en Jos asuntos de una nacién déhil y atra-
sade’, Semin el Instituto, se debia renunciar a esa.intervencién armada
puesto que “Ins naciones poderosns, por medio de la penetracién econdmica,
obtienen el control de.wn pais atrasado’, y si Jas intervenciones deo Estados
Unidos se hicieron necesarias en ofras époenas en e) Caribe, eso fué “achida
nu-que las dendas dé esos pafses con naciones: europeas, hizo temer que estas
Viltinms sa npoderaran do Ins aduanas y sug territorios, haciendo que los
Estados Unidos cneurgaran a -banqueros nortermericanos parn jacerso cargo
de Jas dendas y establecer el control de Ing finangns de esos patses’, En esos
casos — continin eb dnstituto—, “no puede Jamarse imperialismo; es laww 23 ae
proteecién de los pueblos déhiles”. Agréga nego: “Después de haber pagado
nosotros # Colombia Ja eantidnd de 25 millones de ddlares como indemniza-
ciédn para obtener Jas concesiones de petrdélco, en un esfuerzo para adelan-
tarnos a log intereses do Jn ‘!ucht Shell”, gse nos puede titular imperialis-
tas por eso? 40 so puede titular de invperialista a los Estados Unidos por
su_aclitud de 1921, relativa a la retroactividad del artieulo de la ley mexienna
del petrédleo? y() se nos puede titular de imperialistas por Ja enmiendn
Platt, que sevuerda a Estados Unidos algunos derechos en los asuntos de Cuba
para: defender. nuestros intereses?” A esns preguntas, como es légico, el
Institnto, contesta que no. “I! asunto esti — y en eso reside la nueva
“filosofia”’ americanista del: Instituto.—, en saber si esa polities es: primero,
buena para todo el pueblo de Bstados Unidos; segundo, si lo es para el!
pueblo de América Intinn; y tereero, si lo es al los otras pueblos del
mundo”, ‘
Como se ve, no puedo expresarse en tan poeas ndldbine, y.con mayor.
cinismo, toda Ia politica imperialista de Estados Unidos. Primero, se trata
de salar si el “pueblo” de Kstndos Unidos — entiéndase: Jos grandes “trusts”
tinancieros americnios y In aristocracin obrera de ese pais—, obtienen bene-
ficios do Ja colonizacién, de Amérien lutina; seenndo, si Ia borguesia nacio-
nal, venal y corr rompida, est ono interosnada en la penctracién del imperia-
iano yanqui ; y tercero, silos otros “pueblos” de] mundo, o sea los otros
paises imperi inlistas, ealizan ono la misma ptitica de rapifia en las colonias.
b) Pero: si los imperialistns yanquis se esfuerzan para crear esa filo-
sofia americanista, no es menos cierto que Ins burguesias nacionales de
América latina, — y gran parte de Ia pequefia burguesia—, tratan a su vez"
de inenlear en Ins magns, Ia teorin del fatalismo respecto de la penetracién
imperialista on América Inlina, Hegdndose hasta el caso servil y repugainte
de Leguia, en el diseurso de revepeién a Hoover, en el cual dijo que “ni
los ruidosos clamores de los que disputan al coloso del norte su papel de dirigen-
te, ni atin hajo el manto de una transtormicién de ln Doctrina de Monroe, en
favor .de una intervencién cuando en realidad Jn doctrina ha sido y sigue sicndo
un baluarte de nuestra libertad. Monroe proclamé la personalidad de Amé-
rien en medio de In libertad, y vos, por vuestra visita, vais a garantizarly
por medio de In expansién econémien”, De mancra que, en pocas palabras,
Legian asegura n Loover el apoyo ineondicionnl de los diversos gobiernos
renccionarios de América latina, para el derecho a su. expansién econdmica
en los mismos,
Jen lo qua respeeta nv olras corrienles do la burguesin o pequeiia bur-
guesin que hnaeen gestos demagégicos contra el imperialismo, en realidad
también fneilitan su penetracién. Ellos temen tan solo que Ia intervencién
brutal del imperialismo yanyni pueda despertar el sentimiento nacionalista
revolucionario de Ins masas. y provecar ann lucha armada anti-imperialista.
Cy justifies la penetricidn “paeiticn”’, pero no violenta, del impotialismio,
En el caso de la nanenagn yanqni de inlervencién en Colombia, que origind
la. protestn en diversas cnpus de ta burgtiiesin Intinoamericana, “Yn Nacibn?
do Buenos Aires, eseribia lo simuiente: “] eapilal nortenmerieano, quo lega
aodas repiblicus Intinonmericanas como nonncio do eivilizacién VY progreso,
Hamado a embedever sus cindudes, a inultipliear snus eamines y a fecundar
sn economia, no se vuelva en razén de ln doetrina intervencionistn, en impe-
rintismo emboardo”. Esaes In opinién de ta burgiesin liberal, pero, peredis
que élla difiere de las de los socialistas? Absolutamente, no. “ha Vaneuar-
dia”, érgano del Partido Sociatisia Argentino, en esn Gpoca, después de la-— 24 — '
; ’ é ‘
mentar con los mismos argumentos que “La Nacién”, Ja actitnd “agresiva”’
del imperialismo yanqui, decia: “Se hace, pues, indispensable, si esas rela-
ciones han de mantenerse, que las inversiones yanquis no constituyan un
peligro para los paises que necesiten) el dinero yanqui y pagan por él buenos
intereses o le garautizan de hecho una ganancia no despreciable”. La filo-
sofia de Ja fatalidad — contra la enal hay que luchar con toda energia si
se manifiesta entre Ins musns trabajadoras—, do la penetracién imperialista
y fle Ja inutifidad de resistirla, toma cuerpo también en ciertas capas de la
burguesia liberal Jatinoamericana. Yo tomo, como ejemplo, a un escritor
mexicano, Garcia Naranjo, que seguramente los compaiieius delegados da
México, han de conocer, el cual en un Libro reciente del que ja prensa argen-
tina ha publicado extractos, refiriéndose a Ja situacién de México y a la de
Nicaragua, explicaba “cdmo las medidas econédmicas son mas eficaces que
los procedimientos de guerra para hacer capitular a los pueblos débiles. Min
frente de Sandino, — contintia el escritor nombrado—, Coolidge perdiéd lu
serenidad y did orden a sus soldadog para que lo sometieran por Ja fueran; ,
enfrente de Calles — que parecin decidido a no respetar los intereses norte-
ameriennos—, el presidente yanqui sugiri6 un bloqueo econémico. Y alli
estan Jos resultados: mientras'el general Calles est4é completamente sometido
a la Casa Blanea, el general Sandino sigpe dandole guerra a los soldados
de Estados Unidos”.
De esos hechos, Gnrefa Naranjo extrae como conclusién, que desde el
momento en que es imposible a log pueblos de Amérien latina, esenpar a la -
colonizacién yanqui, vx myecl® mda cutivettlente aceptar el método de Calles
que el do Sandino, “Rbsiltady —. dies Ostele, Naranjo—, mientras Sandino
por andar luchawle eotttet log amtotiinhos, te posard pronto en un eementerio
humilde o en Ja fosa dt los hétoes nridtiinos, Calles ‘esti encantado con
Mr. Morrow, socio de Pirrpont Morgin. Sandino seri un vencido y Calles
“un conmvencido”, . .
c) Que el antismpeHallao peqtreio-+hurgués de Hlgunas capas sociales
de la burguesia lutinonnterieain, no asusta al imperialismo amerirano, lo.
dice claramente Robert dea Forrest eif un intervencién realizada en el Insti-
-Lulo americano preeitado, el cual nfirma que ea necestrio “entenderse” con
ciertas capas de la pequefin burguesia lulinoamericnna y no utilizar la
fuerza armada para dominarlas ya que, dice de Forrest, “el hombre de nego-
cios latinoamericano es un ciudadano tranquilo, que so ocupa de sus cosas
y se muestra inclinada ano mezelurse en polities. Tin privade admite fran-—
camente que acoge la eooperncién de Estados Unidos y también, que os per.
el bien de su pats que en ciertos casos se tienen intervenciones estadouni-
denses; pero en ptiblico no expresard esos nnntos de vista, pues se encon-
trard atacadg por los elementos polfticos que é1 evita”, Y si es posible enten-
derse eon esa capa de burguesia, ypor qué no ha de strio con los socialistas,
log eudles, por ejemplo, tomamos otra vez los de la Argentina, que son los
que tipicamente representan la ideologia reformista Intinoamericana — reeo-
noeen el papel “progresista” del imperialismo y In necesidnd de trner esos |
eapitales al pafs, para desarrallar Jag industrias “naciotiales’? Lo wnieo que
cellos lumentan 9s que el capital norteamericano no sen mis prudento y
amonace con infervenciones, resultado de “In mala pelitien americana”, ya
gue ellos dicen: ‘“preferirinmos, nataralmente, que con el ddlar fuera otra
cosa: ef honesto espirilu de empresa, el legilimo fomento que toda incorpo-
rueién de eapitales ftiles provoen; rm nuevo vinculo de relaciones amisto-
sag entre el pais de donde cl eupital sale y aquel a cuyo acervo definitiva-\
mente se ineorpora, Bienvenido el délar como emisario de paz, de aeti-
vidades nuevas, do fomento industrial y comereial”, Licnvenido a los pai
de Aimérica latina el imperiatismo y el capital financiero yanqui; nosotro:
les entregaremos nuestras fuentes. de produccién; les ayudaremos a explotar
mas intoensnmente a los trabajadores indigenas, siempre qno tenga el “honesto
espirita de empresa” de que hablan anteriormente, Tal es la aetitnd cana-
Nese y traidora do los socislistas argentinos frente a ta penetracién impe-
yinlists que, vomo es légico, no diliere en nadn con Ja de ta HT fiternagional,
yr que Vandervelde, en una de sus conferencias pronuneindas en Buenos
Airs, sobre los progresos aleanzados por la “gran nacén argentina’, —
cle burgnesia que Je pagéd sus viajes y sus juergas—,.que “si bien es cierto
que em ins Argentina, por ejemplo, Jas grandes empresas, se desarrolian con
eapitales enropeos, no quita eso la importancia a la grandeza de. su expan-
sién, puesto que treinta afios atris la sitnacién en Norte Améfica era igual
a ote respeeto, y Seligman decia en aqnel entonees, que Norte América
cra Tinancieramente una nacién deudora de Muropa. Toy todo ha cambiado:
Norte Amérien es aereedora de la mayorin de Jos patses del mundo”,
Coneusién: si Norte Américn din podido transformarse en une gran
nacién imperialista, ypor qué no podria transformarse también en una nua-
cién independiente la Argentina? Es In historia del lobo y del cordero y
creo que no hari falta refutar Ins afirmaciones de Vandervelde, sobre la
teoria de que la colonizacién evondmien-militar de los paises debiles, repre-
senta In descolonizacién yo ta independenein de los mismos, Es, por otra
parte, la ideologia traidora de la TL Tnternacional.
VII. «La lucha anti-imperialista en -América latina y laa fuerzas motrices de
la revolucién.
También toenré de paso este problema, puesto que deberai ser diseu-
tido en el segundo punto del orden del din, y lo hago solamente con vistas
a establecer las fnerzns sociales que estén prertty ‘al imperialismo, y, por
consiguiente, frenle a da guerra,
: Cases son Jas capas soviales interesadas en Jn lucha eontra el im-
perialismo? Ante tudo, es preciso eslablecer que Jas fuerzas motriees de
iy revoluei6n en Amériea latina, son el proletarindo y los eampesinos.
Las demis — como ya henios dicho anteriormente—, se deben eonsiderar
como fumznas auxilinres . La pequefin burguesia, -- y esta éapa social, no
tomada en blogue—, puede jugar en ciertos momentos un Fol auxiling, pues-
fo que sa Hgazén con el imperialismo -- especinlmento el yanqni, en los
paises donde las fuerzas agrarias estitn ligadas al imperialismo inglés, se
renliza en el transcurso enando no en ef comienzo de Ja lucha, y si busea
el apoyo do las masns trabajadoras, mediante promesns demagégiens, apenas
en el poder, impide todo desarrollo ulterior de In revolueién Aemoeriitico
barguesn, desencadena In reneeién contra las masas trabajadoras y se vuelve
el perro de guardian mas furioso del imperialismo.
Tal es da experiencin que nos han deparade los gobiemos pequeno-
burgneses que Hogaren al poder, con el apoyo de Jas mimsas Otabajndorns
de Anita Intina,
Jul finico experimento de lucha mas o menos larga contra el imperia-
lismo, lo conustituye el-caso de México, Pere alli mismo, en los momentos
infis filgidos de Jn tacha, Ia peqnefia burgnestia en el poder, frend siempre
ef desnrrotlo de In vevolueién agrarin, no Hevé a eubo las conquistis de la—26—- -
revolucién democratico-hurguesa, baseé6 compromises con el imperialismo, y
termind eapitulnndo ante él en la forma vergonzosn por todog care-cida,
siendo en la actualidad un-agente del mismo, !
El programa esbozado al principio de Ji revolucién fué siempre apli-
eado eon oscilaciones (entrega de parcelas de tierra “provisoriamente” a los
campesinos, para luego quitdrselas por los 4ribunales;° armamente de Jos
campesinos en los periods de contrurrevolucién, desarmadndolos luego para
impedir que.arrancaran por la fuerza la tierra 2 los Jatifundistas; partici-
pacién de los representantes obreros y campesinos en, el poder, en los pe-
riodos de emergencia, excluyéndolos luego; fomento y aynda de Jas fuer-
‘aus revolucionarias de Nicaragua, Cuba y Venezuela, para luego nhando-
narlag a sus propias fuerzas, ete.). y los resultados fueron que a través
de esa politica, el aparato estatal fué pasando-a manos de Ja burguesia
agraria que hoy lo vuelve completamente contra las masas obreras y cam-
pesinas. — '
La revolucién mexicana podia enmplir las reivindicaciones de ja revo-~
“Yucién democritiva-burguesa, a condicidn de desarrollar la revoluci6n agra-—
ria, realizar una Jucha consecuente contra ¢l imperialismo y esforzarse por
extender la revolueién a los dem4s paises latinoamericanos,
Pero eso no podia hacerlo la pequefia burguesin, Sélo Jas masas obre- ,
ras y camposinas, dirigidas por nuestro: Partido, podrén evar a cabo Ins
conquistas de ln revelucidu demoeratico-burguesa, estableciondo un gobierno
ubrero y .campesino, primer paso hacia Ja revolucién proletaria. /
Teniendo en cuenta que en easi todos los paises latinoamericanos exis-
ten condiciones objetivas para la revolucién democr&tico-burguesa, nuestra
tauren fundamental para. ce) futuro, una vez que hayamog establecido cudles
son las fuerzas motrices de Ja revolucién, es Jn de crear las vanguardias de
lucha que den perspectivas elaras al movimiento revolucionatio Jatinoameri-
eano. Sin pérspectivas claras para la lucha y sin ideologia conformada de
nuestros partidos, los préximos movimientos revolucionarios anti-imperialistas
que so perfilan en América latina, caerén de nuevo bajo la influencia de la
pequefia burguesia y de los .aventureros politicos sin eseripulos, que lleva-
rin nuestros paises al nacional-frscismo, como en Chile, o al nacional-refor-
mismo, como en México y Eenador, que no eg otra, cosa que In primera etapa
hacia el nacional- fascismo, que significa una explotacién y un sometimiento
bretales de fas masns trnhajadorns del pais por la burguesfa nacional y en
beneficio del imperinlismo,
Los socialistuy Intinoamericnnos — que son tan lacayos, o mis, del capi-
talismo que Ios del resto del mundo, — no sélo admiten la necesidad de los |
“gobiernos fuertes’’, agentes del imperialismo, sino que admiten, también,
que el nacional-fascismo representa una necesidad transitoria para “eontener la
impnciencia de Jas masas’. La prucha de nuestro aserto esti en un editorial
del 21 de abril de este afio, publieado en el é6rgano oficial del partido socia-
lista argentino, “La Vanguardia”. En 6! se dice que “las mismns dictaduras
que parecen ser su negacién mas absoluta representan’ solamente un recurso
destinndo a moderar, n regularizar e} ritmo de la evolucién hacia el soeia-
lismo en aquellos pnfses qtte por razones de insuficienta enpacidad téenica
y politica, no se hullan en condiciones de superar, dentro de la legalidad,
tos problemas que tin ereado la post-guerra y la impaciengin ineontenible do
lag imnsas”,
Como ven tos compafieros, faselsmo y: socialisrno no son sino, dos di-versos métodos de gobierno, que tn inoenesin, ntiliza para aoricler y explotar
4) proletariads, segiin convenga a tn situacién del momento,
Couclusién; que solamente e) Partido Comunista como vanguardia de das
misas obreras -y campesinons cn lacha, representa la garnntia efectiva do que
éstos podrén realizar lis conquistas de la revolucién y llevnrlas a Ia prietiea.
Fortalecer orgdnien ¢ ideoldgicamento a muestros partidos, debe ser nues-
tra. tnrea inmediata,
Para poder establecer el papel que le tocaré desempefiar a la América
Jatina en Ja préxiina guerra, és necesario encundrar a estos paises on el mareo
internacional. Al hacer eso debe tenerse en cuenta que habiéndose establecido
que e) nudo fle las contradicciones imperialists to representan Jngelaterra
»'y Estados Unidos, y, que ésns contradieciones se agudizan continunmente en
Améri¢a latina, donde los inter-ses de fos dos imperialismos entreehoean
continuamente, se puede considerar que estos paises, en la préxima guerra,
serfn utilizados por uno: uv otro imperialismo en la lueha armada inter-impe-
rialista; o por el imperialismo en general en da guerra eontra Ja Unién So-
viélien y los pueblos oprimidos,
Ademias, debe considerarse que toda In’ estructura econédmica de nues-
. tros paises esta modelada de acuerdo a jas necesidudes de] imperialismo, ya
que algunos paises son sus grineros y proveedores de enme, otros de ealé
y frutas, otros de petréleo y minerales ‘en general, otros de algodén y eau-
cho, ete. Y en enso de guerra deberfin conformar atin mas sa produeciéu a
los intereses inmedintos do la metrépoli. En caso de gnermn, mientyns un
grupo de paises abastecer’i el combustible, otro abasteceré los comestibles,
“Kin cualquiera de los dos casos, jv deformacién de la eebnomin nacio-
nal, ya realizada de acuerdo a los intereses iniperinlistas, se neentuard toda-
via y In dependencia de In produccién de nuestros paises del merendo extran-
jero los obligaré a producir solamente lo’ que interesa al imperialismo en
guerra, produciéndose asi crisis graves en la economia de nuestros paises.
Si tomamos In Argentina, por ejemplo, —— cuyn ceonumia ha sido de.
formada ensi exclusivamente por eb imperialismo inglés — durante Ja guerra
(aunenté su prodaceién de eercales y panado para abastecer a los ejércitos
aliados, ‘Toda otra rama do la vida econdmien argentina qred’ paraliziada,
y eso, Mientras produjo gauaneias fabulosas para la burgnesin agropecuaria
y las “compradores”, determinéd }a pauperizacién de ciertas eapas del eam-
pesinado y una erisis general de trabajo.
sso produjo un gran malestay en el interior del pals, malestar que tra-
tnron los socialistas de desviar por todes Jos medios, aparisndo Ta atencién
de lng masas de Ins neeiones revolucionarias, enyniandolas sobre el bienestayr
‘que se producirin en Ja posteuerra, mediante el empleo de las ganancias en
el desarralle econémieo del pais.
Veremos en sepnida cedl debe ser nuestra thetien frente a tos distintos
tipos de guerra, Hgdndola con Ja situacién objetiva que so creara on cadn
“pais signiendo las cnracteristieas de esas misnins puerres. Los tres tipos
Jundamentates de guerra pueden resumirse cn tos situievtes: a) guerra in-
ter-impermlista; b) guerra contra In Unidn Sovielies o contra la revolueidir
de los pueblos oprimidos; ¢) guerra entre pafses latinommericanos, instru-
spentus del imperialismo.—~— 28 —
,
En el primer caso, es decir: en el caso do guerra inter-imperialista, nnes-
tra consigna debe ser la de: “transformarla en guerra civil por la indepen-
deneia del pais del imperialismo, por In revolucién democrético-burgucsa, °
por el gobierno obrero, y eampesino”. En ese cago, In coyuntura resulta
favornble al movimiento revolucionario en cuanto jos paises imporialistas
tlenen que coneentrar sts fuerzis nrmadas en la lucha entre sf-y no estin
en condiciones do utilizarlas parn Ja represién de los pafses latinoumericanos
que se independizan del yugo impertalista, ‘
En el‘segundo caso, en el caso de una guerra contra lai Unién Soviética -
o contra los jaises eoloniales que luchan para independizarse del imperia~
lismo, nuestras consignns deben ser: “ni combustibles ni comestibles para los
ejércitos imperialistas que Iichen ee Ja primera republica proictaria o°
contra el movimiento revolliclonttio Ye IMs colonias. Apoyo directo y por
todos los medios a In t). &. A. S,, dlggreptinds ol frente imperialista. Sabotaje
por todos’ los medios do todo lo qiié fetta relacicn con el abastecimiento
de los ejércitos imperialistis’, En eas momentos fe efervoscencia debe
aprovecharse también, el estado de espirilu especial de las masas que se
creard como un reflujo de su resistencia a Juchar en los ejércitos imperialistas,
para ineitarlos a Ja lucha revolucionatia por la independencin del impe-
rinlismo. , : .
El tercer enso, enso de guerra entre patses latinonthericatios, instrumentos
del imperialismo, en que los intperitlisths aprovechah su sttuacién predomi-
nante en uno u otro pais para lanzarips fuertds entts af, para anexar partes
del territorio o afinnzar la situacién de uh imperialismd, o como fuerzas auxi-
Hares de uno u otro imperialismo en la contienda mundial, nuestra consigna
debe ser Ia de: “Fraternizacién. Transformacién de la: guerra entre paises
latinoamericanos en guerra contra la burguesia, agente del imperialismo. .
Por In tierra a quienes la trabajan, Por el gobierno obrero y campesino.” Esas
consignas permitiran movilizar a las grandes masas trabajadoras para Ja
revolucién democrdtico-burguesn, ya que en esas guorras serfn reclutadas ospe-
eialmente Jas masns campesinas indigenas que sufren la explotaci6n mas brutal
por parte de la burguesia nacional y de las empresas imperialists.
La consigna de “la tierra 2 quienes In trabajan” es la que tendra el poder
de atrnecién de esas masas campesinas que anoran volver a ja posesién en
comin de sus tierras -y que para eso son capnces de cunlquier snerificio.
FL Amérien datina tenemos también olyuna experiencia roxpecio do Ja
Inchna contra In guerra, Hay quo decirle eon toda, Pranqueza: no os de las-
mejores, En toda ella so ha manifestado abiertamente los peligros de derecha,
del peor. oportunismo pequefiio-burgués, , ,
Aparte cl hecho de que en todos nuestros partidos existe un *““provincia~
lismo” remarendo que se manifiesta a través de una despreocupacién por los
problemas internacionales, en el centro de los cuales estd.ja evestign de la
sraerra, ese “provincialismo” se manifiesta, también, en Ja falta de ligazén
entre In aceidn de nuestros, partidos en el orden continental, a pesar de que
“tenemos wn enemigo comin inmediato que eombatir: el imperialismo, cuyas
gorras se elavan por igualyy en la misma forma en todos log paises latino-
AMIN ANOS, ,
Mse “provineialismo” se ha manifestado en forma abierta ‘con motivo del
conflicto paragzunyo-boliviano, A pesar de ser inminente la guerra, de haberse
efectundo eneuentros entre Ins tropas de Bolivin y de Paraguay, y a pesar
de snberse que Jos dos prises no eran otra cosa que instrumentos de las. miras
imperialistas, nuestros partidos, con muy rarvas excepciones, no realizaron nin-29
guna agitacién entre Ins masas trabajadoras de sus respectivos patses parm
dennneciar la inminencia de esa guerra y la esencin imperialista de Ja misma. |
La guerra entro Bolivia y Paraguay debian ser expUcada a las masas tra-
bajadoras coma una consecuencia directa de las luehas inter-imperiatistas por
In conyuista de he América lalinn, y demostrarles a cufntos y cuiles mnyores
oynales se exponian al-no disponerse a luchar con energia contra el imperialis-
mo y sus agentes: los gobicrnos nacionales,
En eanibio, enmaradas, no se hizo nada en ese sentido. Algunos partidos
ni publicaron el Hamado del Secretariado Sudamericano, Y_ cso es inadmisi-
ble, Heche: antes no deben repelirse, so pena de desacreditar toda
nuestra actividad frente a las masas. ‘ : .
Hay que deeir también que en ese caso, nnestros compafieros, tanto, de
Paraguay como de Bolivia, no supicron cumplir enteramente con su deber
de revolucionarios. : :
Las causas hay que buscarlas, en gran parte, en In falta de experiencia
politica de nuestros ‘compaiieros, Ja no conformacién ideoldgiea de nuestros
partidos, ete.; pero eso no puede eximir de nuestra critica, Sobre todo si se
tiene en cuenta que tanto en Rolivia como en Paraguay existian eomdiciones
objetivas para hacer Ja propaganda contra la ‘guerra,
En el segundo punto del orden del dia so diseutivi sobre tictica y alll
:go establecerii cud! deboa ser nuestra netilod frenta nm los partidos pequetio-
burgueses.
Pero quiero citar el casa de Bolivia eomo ejemplo tipico del papel ‘eontra-
rrevolucionario de esos partidos, Temiendo que las masas trabajadoras del
pais ée asustaran por el nombre “comunista” ,nuestros compaiieros entraron
en una ecombinacién eon grupos heterogéneos del pais y formaron el “partido
Ss same
- Jaborista”, Aliora bien, en la direecién de ese partido estaban nuestros com-
;
pafieros; pero cuando el estallido de Ja guerra se hacia inminente, nuestros
compafieros mas agtivos fueron perseguidos y tuvieron que ocullarse para
‘yenlizar un trabajo ilegal, los pequefios burgueses so nduefiaron dé la di-
receién de ese partido, lanzaron jouclainas en favor de la guerra, invitando
a las organizaciones obreras a apoyar al gobierno en In aceién guerrera; en
una palabra: hacian propaganda ehaavinista,
Twas masas trabajadoras, que habian ereido que el partido laborista era
aw partido, se-eneon!zaron, desorientadas frente a las declaraciones patrioteras
del mismo y sa pndo asistir al hecho boehornose de que Ta muayorin de as
organizaciones obreras hicieran miavnifestaciones en favor de lv guerra, bat
inactividad de nuestros compaficros, por una parte, Ia contnsién producida
en el campo obrero, por’ otra, hicieron que manifestaciones aisladas de grupos
‘de obreros honestamente revolucionarios — entre ellog anarquistas sinceros
— realizaran propaganda contra la guerra, . ,
Ian Paraguay, duade erclamos tener un partido formado y por consi-
guiento con mis responsabilidad mite las masas, las desviaciones oportunistas
y social-patriotas fueron todavia iis pronunciadas. Tel que fuera ‘secretario
de nuestro partido, Ibarrola, no sdlo no ineité n lox otros compaiieros a ume
fevidn efeetiva contra In guerrn, sino que habin preparado ya ln poblicacién
det é6rgano det partide, con ua edilorind completamente chatvinista, precedido
de fraseologia hneen respecto a la “paz”, pero acusando a los “hermaechos bo-
livianos” do querer Jn gnoerra, Por consiguiente, habin que “dere. ' sal pais’,
invadido por las “hordas” do Siles. Despiés do la reorganizacion de ha dirte-
cién del partido, y con Ja ayuda de nuestro Sceretariado, se realiz6 cierta
propaganda contra la guerra; pero alli también fueron mag actives que nos.x
-
otros algunos elementos anarquistas, si bien dando una forma equivocada a
su protesta contra In guerra que materializaron mediante Ia desercién,
. Sin embargo, como hemos dicho, existfan condiciones objetivas para nues-
tra propaganda. Tanto los campesinos indigeras de Bolivia y eomo los del
Paraguay no iban con “entusiasmo” a Ja enmicerfa, primero por tratarse do
una guerra a realizarse en una regién en que més que Ja vecidn armada era,
de temerse In do Jos insectos venenosos y la inclemeneia del tiempo, y_ se-
gundo, porque Ja movilizacién se habia realizado en la épocn de la cosecha
y, de no realizarse In yeeoleecién, se exponin al hambre a sus familias. Y
eso se. manifesté nt desmovilizarse, en qae hubo conatos do rebeliédn de Jos
campesinos, debido que a Ja vuelta se encontraron sin Ia eosecha y con el
hambre en sus hogares. . ,
Hay que sefialar, también, que nuestro partido de la Argentina, si bien
realizé una propagauda general contra Ia guerra boliviano-parnaguaya, no
organizé una accién efectiva eontra Ja misma, limitAndose a denuneiar el pa-
saje de nrmamentos para los paises beligerantes por torritorio argentino.
Nuestros compaiieros del Pert tampoco.se han oeupndo seriamente del
asunto de Taena y Arica, — cuyo arreglo altimo por parte de Leguia produ-
jo descontento en ciertus capas de Ja poblacién — para ver si era posible, . |
bajo Ia consigna de In autodeterminacién y del plebiscito mediante el contra-
Jor obrero y campesino, organiznr ta resistencia activa do lag masas obreras y,
campesinas de esa regién contra el arreglo “saloménieo” iImpuesto por los .
yanquis, que reserva para jos mismos puntos estratégicos para Ja guerra on”
el. Pacifieo y también ana hase de operaciones militares para aplastar eunl-
quier movimiento insurreccional de la América del Sur,
En loique respecta a la experiencia de la Argentina, podemos decir que
en Ja lucha contra los peligros de guerra también se ha perfilado elaramento
Jn desviacién oportunista y socinldemoerttica frente a Ja accidn, reprosentn-
da por Penelén y sus adlateres, hoy en el eampo de la contrarrevolucién.
Los compafieros de la Argentina intervendrin en este debate y nos explicarin
mas detalladumente esa experiencia qne es Util sen conocida por todos los
conmmpaiieros delegados y que demuestra eé6mo los oportunistas, que empiezan
siempre poniendo reparos a las eonsignas revolucionarias del partido, a posar
de estar de acuerdo “en general’, pero arguyendo que‘es preciso. “contem-
plar da situacién especial del pais’, terminan lnego por desenmasenrarse en
el momento de la regidu, porque en el fondo temen ta necién revolucionarin’
doe Jas magsns contra la, guerra y trata de sabotear 1A revolucién,
En fin, se puede verificar en general que el peligro mis grave pare
nuestros partidos es el de la subestimacién de Jos peligros de ruerra como
consecuencin de su “provincialismo”. Teéricamente, se comprende el peligro .
de guerra, pero so considera como una cosa lejana o. que en todo ense no
tendrd como teatro a Jos paises de América latina, Estos desempefarin un
papel secundario: tal es la opiniént de algunos eompafieros.
Creorrepetivy tin Jugor condi HL dbrde que en In guerra préxima nadia
restardi neatral, por ln mifetit HRA ie serA unin guerra imperialista por
Ja dominaeién mmunedial, y que, pot editeitleaty, oo: seeegario que cada partido
estudie detenidmmente Ju situacién eeondmien, politiea y estratcuicn de su
pais, la coloque en el marco interhaeloriat y ver enfil eg el rol que su pais
desempefard en la préxima guerra, Sdlo nai se podré coyanizar Ja aceidu
efective contra ta misma, Parle unn visién clara a nuestros partidos regpecto
de ju inelnetabiiidad y de ta inmineneia de la guerra, debe ser prrte inte.
grante de Ja preparncidn de la avcién eobtra Ja misma,
—. — 31 —
x. Nwestras tarcas frente a los peligros de guerra.
. ,
,Camaradas: me acereo al final del informa, A. través de la exposicién
hemos podido verificar, al analizar la situacién internacional, que los conflie-
tos interimperialistas — unglo-nmericano, particularmente — soe xgudizan cons-
tantemente; que cada una de esas grandes potencias imperialistas trata de
agrupar bajo su direeeién a potencins menores con vistas a ly guerra por la
hegemonian mundial y hemos comprobade, sobre todo, tn econsolidacién siem-
pre erecionte de Ia Unién Soviétien, en el cumino cic In construecién det socia-
lismo y el desarrollo del movimiento revolueionario mundial, factores fanda-
mentales de In inestnbilidad ercciente del rézimen eapitalista.
La extensién de Ing esferas do inthuenein mundial, el merendo exterior,
constituyen Is condicién “sine qua non” de los paises imperialistas para evitar
sus crisis catastréfieas. ‘ '
Si se tiene en cnenta que In Amériea latina representa uno de los mer-
cados de colocacién mas importantes para Jos productos munutacturados y los
enpitales, y para In obtencién (le mnaterias primas, se comprenderit cémo el
sector Jatinonmerienmo se transforma de mits an mas on wio de los sevtores
en que Ins luchas interimperialistas se lincen mas agudas y donde tos choques
de Jos intereses imperialistas tendran reperensiones desastrosns para ln evo-
nomia nacional, crenndo situaciones objetivaments fnvorables para el desarro-
Ho de grandes. movimientos de masas, yo parn Ja revolucidn agrarian yo anti
imperialista, '
_ Para ln Amériea del ‘Norte, la colonizacié6n de la Amérien Jatinn y su
-dominacién indisputada representa una necesidad imperiosn, porque asi lo
requiere sa situacién interior, donde existe ina erisis de superprodueecién, y
Ja obtencién del merendo exterior es In condicién para evitar una crisis ¢a-
tastréfica de st economia. Pero al mismo tiempo que necesita del mereado
latinoamericano para sus exportaciones, por “razones internns’” se ve obligndo
un levantar barrerns adunaneras pare defender Ja produceién nacional, que
“obstaculizan la introducecién de ciertos productos agropeenarios y muterias
primas provenientes del mereado latinoamericano. Ello eren erisis en esos
paises, levantando grandes olas de descontento, De alli que necesite conquistar
por todos los medios pnestos econdmicos de comnando en todos los prises
Jatinoamerieanos, erear y sostener regimenes nacional-fascisins que impidan
toda manifestaci6n de deseontento entre hi magn trabajadora,
Fs ast como trata do ndquitir, -- desplazando a los ingloses, — los forro-
eariles de da Argentinn y Brasil, hiabienda adquiride ya tos de Chile, Pert
Y otros paises Intivoameriennos; ademits, como la hemos dicho, de los teléto-
nos, telégratos, usinas eléctricas, etc, que van pasando de las manos ingltesas
an las americanas,
Por su porte, Inglaterra trata de detener el avance del imperintismo
yanqni y evita ser desplazada de snus posiciones de Aimérien latina, afe-
rriuidose ning situaeiones conqnistadas en los patses del, Sur (Argentina,
Brasil y Chile) para contrarrestar aquella ofensiva, De ahi que eomo con-
textacién al viaje de Hoover, se haya resuelto el envie de una delerncién eo-
mercial a estos paises -- presidida por Jord T’?Abernen — donde day reta-
ote, eoamerciales han safrido fucrtes quebrantos,
Inglaterra se propone aprovechar la siluncidi de descontento de In gran
hburguesia agrarian de estos paises ~~ partionlarmente Ia Argentina — frente
al aumento de Jos aranceles norteamericanos, que de cierra el merendo pare
gran parte de su produecién agropecuaria, y el deseontento de los predue-— 32 —
tores de enfé de Brasif -- ebig iiniiopulle trl de quebrar ° rie América,
lo que producirfa una caléstrsfe en ta economy brasilefin—, para atraer de
nuevo a esos paised ul mercado inglés. ‘
-Bajo et lema de “compret » quienes Jes compran”, —- Inglaterra es el
primer comprador de productos agrdpecunrios — presiona sobre estos paises,
amenavandolos con que si no se adaptan a lus hecesidades de la produccién
inglesa, ella se vera obligada a nbandonar estos méreados, aumentando su
intercambio con los dominios y producionde crisis catastréficas en estos! paises,
Todos esos hechos hacen que Jas vontradiceiones angloamericanas en Amé-
rica Jatinn se agudicen de mis en mfs y bien es sabido que en los conflictos
armados, tales como el paraguayo-boliviano, octiltanse los ingleses y america-
nos, que cierta orientacién reciente de Bolivia hacia la Liga de las Naciones,
— a pesar de ser un pais dominado por el imperialisme yanqui—, puedo
interpretarse como manifestacién de protesta por la solucién dada al asunto
de Taena y Arica, es obra exclusiva de} imperialismo inglés, , :
En el segundo punto del orden del din se hablara*de Ja situaciéw objetiva
del movimiento revolucionario de cnda pais. Yo diré tan sélo que en casi
todos les paises de Latinoaméricn asistimos actualmente a un gran despertar
de Jas masas trabajadoras, a grandeg movimientos enyo desarrollo revolucio-
nario posterior dependeré de quienes tengan Ia direccién.
"Pero si verificamos que exister{ en estos paises todas las condiciones obje-
tivas para el desarrollo de los smovimientos revolucionarios, debemos compro-
bar también que nos faltan Jas fouerzas snbjetivas, ya que ni nuestros partidos
ni las organizaciones sindicales, por sn composicién social, por sus métodos
de organizacién e ideologia, estén en eondiviones do aprovechar compl iamen-
te esa situacién objetiva. ‘
La desproporcién entre los factores objetivos, y los subjetivos es muy
grande, y tomar Ins medidas para hacerla desapnrecer seri una do las tareas
de nuestra Conferencin.
El eongreso de Montevideo, que ha creado la Confederacién Sindical La-
tinoamericann, ha realizado un gran paso hacin Ja conformacién de las orga-
nizaciones sindicales revolucionarias de Ja América latina, a las necesidades
de Jas luchas que so aproxinnn, Pero all{, como nef, podemos comprobar que
es preciso adaplar nuestro trabrjo 1 la estructura de neestros paises, que es
la de pifses coloniales y semi-culoniales. . ;
“Para realizar con eficacia Ja lucha contra el imperialismo y la guerra
es menester organizar en los sindicatos a los obreros que trabajan en jas em~
presns imperiulistus (empresns de transportes, pucrtos, mines, plantaciones,
vbreros agricolas en general, ele.) y hacer ingresar a los mejores en nuestros
partidos.
Las consiynas que hemos lanzado contra In guerra, para que no queden
an el aire, es preciso.qne cuenten con sus ejecutores, que deben sex los obre-
ros de la rama de produecién en’ que debe Hevarse a cabo el sabotaje. “Ni
combustibles ni comestibles para Jos ejércitos imperialistas que luchan contra
la Unién Soviétien y los pueblos oprimidos”, presupone la existencia de Co-
mités de aecidén contra In guerra en las empresns de transportes, en Jas iminas,
en Jos frigorifieos, en los puertos, ete, “Traisformacién de la guerra impe-
rialistn on guerra clvil contra el imperialisme y la burguesin nacional, ct”,
presupone Ja organizneién de los campesinos y de los obreros agricolas para
que, conjimtamente con los ohreros de Jag eiudades, predun Nevar a eabho
esis consignas, “Apoyo directo y por todos los medios.a In U. R. 8. 5. y