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UNIVERSIDAD DE CIENCIAS PEDAGÓGICAS

ENRIQUE JOSÉ VARONA

ESTRATEGIA CURRICULAR DE ÉTICA Y VALORES PARA LA FORMACIÓN


PLAN DE ESTUDIO E marzo 2016
PROPUESTAS METODOLÓGICAS PARA SU APLICACIÓN EN LA
FORMACIÓN

Por: Dra. Cs. Nancy Chacón Arteaga


Presidenta Cátedra de Ética Aplicada a la Educación
Premio Nacional Ciencias Sociales 2015

“Al revés de lo que pasa en el mundo palpable, en este mundo incorpóreo, oro es
lo que no se compra ni se vende.
Hay pocas gentes que tienen pura la nueva clase de moneda: a eso he venido: a
descubrir el oro nuevo.”

José Martí (O. C. T. 22, pág. 83)

“+los valores éticos son esenciales, sin valores éticos no hay valores
revolucionarios.

“Yo he pensado mucho en el papel de la ética. ¿Cuál es la ética de un


revolucionario? Todo pensamiento de un revolucionario comienza por un poco de
ética, por un poco de valores que le inculcaron los padres, le inculcaron los
maestros, él no nació con esas ideas; igual que no nació hablando, alguien lo
enseñó a hablar. La influencia de la familia es también muy grande.”

Fidel Castro Ruz, 17 noviembre 2005

“En las condiciones de la revolución científico – técnica contemporánea no


concebimos al maestro con métodos artesanales del trabajo, lo concebimos como
un activo investigador, como una personalidad capaz de orientarse
independientemente, como un intelectual revolucionario que toma partido ante los
problemas y plantea soluciones desde el punto de vista de la ciencia y de nuestros
intereses de clase. Todo ello requiere de mucho estudio, de un alto nivel
ideológico, de un alto nivel de los conocimientos y del desarrollo de habilidades
profesionales”. (Castro, F. 7/ 7/1981).

I. Introducción necesaria

La Cátedra de Ética Aplicada a la Educación Moral, en Valores y Ciudadana


(1997) (CEMVAC), de la UCPEJV, a partir de los resultados obtenidos en los

1
proyectos realizados desde la década de los 90´, focaliza como núcleo central de
sus actividades y propósito esencial:

contribuir a la formación ético – moral, en valores y humanista de los estudiantes


que estudian las carreras pedagógicas, como contenido de la profesionalidad que
debe caracterizar el ejercicio de esta hermosa profesión, en el desempeño y los
modos de actuación de todo maestro, profesor o docente, para cumplir con el
encargo social de educar a las nuevas generaciones de cubanos y cubanas.

Hoy el Sistema Nacional de Educación cubano vive momentos de cambios


trascendentales, marcado por un proceso integral de reordenamiento económico e
institucional en el país a la luz de la actualización del modelo económico definido
desde el VI Congreso del PCC (2011), así como por un Perfeccionamiento que
conduzca a un Modelo Educativo que propicie un salto cualitativo en la formación
de los niños, jóvenes y adultos en todos los subsistemas y centros educacionales,
a partir del tipo de escuela y de maestro que se necesita en estos tiempos.

La familia y la sociedad cubana actual no solo esperan una respuesta ante el


encargo que demandan en la calidad de este servicio, sino a su vez requiere ser
partícipe del logro de tan caro objetivo educativo, exigiendo que la educación
cubra las expectativas y niveles de insatisfacciones que aún existen, cumpliendo
con la formación de: un estudiante con educación y un educador con
profesionalidad.

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II. La Dimensión ética de la educación y el enfoque ético, axiológico y
humanista EAH, como fundamentos de la estrategia curricular en la
formación docente.

Para lograr el perfeccionamiento de la Educación cubana en el contexto actual es


necesario potenciar la Dimensión Ética de la Educación1, la que expresa el lugar y
papel de la moral, los valores morales y el humanismo en todo el proceso
educativo de los seres humanos, tanto como fundamento teórico, normativo y
práctico de la profesionalidad del docente, como en el dominio de la pedagogía
para la formación teniendo presente de la educación moral, en valores y
ciudadana de sus estudiantes.

Esta Dimensión ética de la Educación, focaliza la horizontalidad y transversalidad


que tienen, la moral, los valores morales y el humanismo, en:

• Los fundamentos éticos, morales y axiológicos de la política educacional a


partir de la tradición del pensamiento educativo revolucionario en su
continuidad histórica, que aboga por la unidad de la instrucción y la
educación, la unidad en la instrucción de la ciencia y la conciencia.
• Como fundamento de la ideología de la Revolución (relación dialéctica entre
ética y política que la caracteriza), como expresión de la cultura nacional e
identitaria, asociada a las tradiciones patrióticas y de la lucha ideológica
contra los males sociales y la subversión.
• Como fundamento epistemológico de la Pedagogía en la teoría y práctica
de la educación moral y ciudadana, métodos, medios, vías, en la educación
integral de la personalidad.
• Esencia de la esfera de las relaciones humanas, la comunicación y el trato
interpersonal entre todos los implicados en el proceso educativo.
• Como parte del clima moral del escenario de la escuela y del contexto
socioeconómico de la familia y de la comunidad.
• Formando parte del sistema de influencias sociales, incluyendo las redes
sociales, los grupos informales, los medios de comunicación entre otros.
• Los procesos sustantivos de la escuela o la Universidad.
• La esencia humanista (martiana, marxista y leninista, guevariana y fidelista)
del currículo, que cree en las potencialidades del ser humano, se concreta
en la ética que lo sustenta y el tipo de moral socialista, valores y cualidades
que potencia.

1
Chacón Arteaga Nancy. El término de Dimensión ética de la educación, aparece tratado por la
autora desde el Folleto elaborado para la formación experimental emergente de los Profesores
Generales Integrales, en el mismo se abordan las ideas esenciales del enfoque ético, axiológico y
humanista aplicado a la educación en sus conceptos claves, el que fue publicado por Pueblo y
Educación en el 2000. Posteriormente en el 2002 se hace una edición de un texto más amplio
donde la autora incorpora artículos de los doctorantes del proyecto de Ética y profesionalidad que
asesoraba y que amplían la concepción del enfoque ético, axiológico y humanista, finalmente en el
2006 se publica una tercera edición del texto con formato de libro, donde se renueva la estructura
de los capítulos y los contenidos del enfoque ético, axiológico y humanista y sus aplicaciones en
los aportes de los coautores en sus tesis de doctorado.

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• El empleo de las TIC como herramientas para aprender, comunicarse y
educar.
• La profesionalidad del docente en sus desempeños y modos de actuación
concretadas en el desempeño de sus competencias profesionales con
apego a la ética, moral y valores propios de su labor y de la sociedad
socialista; mostrando los modos de actuaciones profesionales para la
preparación de los estudiantes en cuanto a su labor educativa en la
escuela.
• Comportamiento moral y ciudadano del estudiante en formación con un
enfoque profesional pedagógico.

La Dimensión ética de la Educación, es un concepto cuyo contenido expresa el


lugar y el papel que tienen las ideas y concepciones éticas de la cultura de la
época, el sistema de la moral y los valores morales vigentes, en el proceso
educativo, como fundamento ético – axiológico y humanista (enfoque EAH) del fin
y la esencia de la educación, presentes en la dinámica entre:

el Ser moral o la moralidad practicada en la convivencia social y las


representaciones del modelo del Deber Ser y del Ideal moral de la
profesión, lo que se expresa tanto en el modelo general del profesional de
la educación, como en el de cada carrera pedagógica, así como en el
modelo educativo de cada nivel de la Educación general de la escuela
cubana.

Esta dialéctica entre el ser moral de la profesión y el deber ser contenido en el


Modelo del profesional, genera una contradicción que se manifiesta en la
valoración – crítica hacia lo interno del proceso pedagógico y sus actores, para la
toma de medidas y de acciones en su perfeccionamiento permanente que revela
una tendencia progresiva y ascendente de la formación de los profesionales de la
educación durante los sucesivos planes de estudios.

A su vez, en la dimensión ética de la educación, se revelan las interinfluencias y


relaciones morales que se producen entre las personas, agencias y actores
educativos en los diferentes escenarios y contextos de la educación, con sus
particularidades de manifestaciones en las cualidades morales de dichos sujetos
(docentes, directivos, estudiantes, familia, comunidad), y su percepción en la
subjetividad o mundo interior, en la educabilidad y sensibilidad humana, en la
actitud y las relaciones ante lo que nos rodea, la comunicación, en la resolución de
los conflictos morales y en las normas en la elección del acto moral, que son
contenido de lo que hoy se llaman “habilidades sociales” concretadas en los
modos de actuación y los comportamientos asumidos, los que dicen del grado de
educación moral de la persona y de su cultura ética.

Es importante tener en cuenta el nexo que existe en la subjetividad humana entre


la esfera moral y los valores en el individuo, aunque muchos piensen que los

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valores funcionan como entes autónomos, estos están anclados o estrechamente
vinculados a la esfera moral de la regulación y autorregulación de los
comportamientos de cada persona y del contexto social histórico concreto en que
vive, de ahí la interacción que existe entre lo subjetivo y lo objetivo en los valores
(dialéctica de los tres planos de los valores de J. R. Fabelo Corzo), tal como, entre
lo interno y lo externo.

Principios y valores morales de la profesión como contenidos del enfoque


EAH.

Los principios y valores morales de la sociedad socialista cubana tienen una forma
particular de expresarse en la labor educativa y en la personalidad de los docentes
que desarrollan esta función o encargo social, los principios morales son reglas
generales o exigencias éticas de la profesión, ellos orientan y regulan el
comportamiento y cualidades del maestro, en su contenido están los valores en la
importancia y significación que tienen los mismos para el cumplimiento del trabajo
educativo, entre ellos se encuentran:

• Espíritu revolucionario, patriota, transformador y creativo, unido al optimismo


pedagógico, creer en las fuerzas racionales, de los sentimientos y morales,
confiar en las potencialidades infinitas del crecimiento personal y humano.
• Profundo humanismo martiano y marxista, manifestado en el amor a los niños,
jóvenes y adultos, en una palabra, al ser humano, concretado por medio de un
trato y comunicación afectuosa, orientadora y siempre respetuosa de la
dignidad personal de sus educandos, familiares, colegas y sociedad.
• Creer en el crecimiento y potencialidades para el mejoramiento humano
permanente.
• Amor a la profesión, expresado en la dignidad, la consideración y autoestima
profesional, honor y orgullo pedagógico, con abnegación y entrega a su trabajo.
• Consciente cumplidor de sus deberes y responsabilidades pedagógicas,
dominio de la ciencia pedagógica y del contenido de la enseñanza de su labor
educativa, luchador incansable por el perfeccionamiento y la excelencia de su
trabajo y resultados educativos, metodológicos y científicos investigativos.
• Ser exigentes y a la vez que justos.
• Saber correlacionar desde la moral y la ética, los fines y los medios que
empleamos para alcanzarlos, sobre todo en los métodos y estilos para la
educación.
• Ser honestos, modestos y sencillos, sin dar cabida a la envidia y los celos
profesionales.
• Practicar las normas del comportamiento adecuado en cada lugar.
• Cuidar su porte y aspecto personal como profesional, los modales, el
vocabulario y las expresiones coloquiales y gestuales, ya que el lenguaje y la
comunicación son instrumentos esenciales de la educación y la transmisión de
influencias y modelos de pensamiento y actuación.

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• Portador de un prestigio moral como base de la autoridad pedagógica que solo
se alcanza ejerciendo una influencia positiva ante sus estudiantes, sus colegas,
la familia y la sociedad como un todo.
• Practicar la ética de la cooperación profesional y del trabajo cooperado, desde
visiones más integradoras de la Pedagogía y del trabajo pedagógico, teniendo
en cuenta la multidisciplinariedad y la interdisciplinariedad.

A continuación se presentan la clarificación breve del contenido y la significación


de algunos de los valores de la moral profesional pedagógica, recogidos en los
códigos de ética de la profesión.

Deber pedagógico.

Conciencia de las exigencias del trabajo pedagógico que se transforman en


compromisos y obligaciones morales y laborales, que el maestro asume
responsablemente con amor y dedicación.

Indicadores:
Conocedor y cumplidor de sus exigencias y funciones profesionales como
educador.
Compromiso con las transformaciones y el cambio educativo para mejorar
el trabajo y sus resultados.
Autodidacta permanente.

Responsabilidad pedagógica.

Actitud que se asume en la realización de los deberes en las tareas y acciones


educativas concretas, por la cual responde el maestro y/o el colectivo pedagógico
de la institución educativa ante la sociedad (correlación de la responsabilidad
individual y colectiva).

Indicadores:
Cumplir con las funciones y tareas del trabajo pedagógico individual y/o del
colectivo.
Disciplinado.
Responder con conocimiento de causa por los resultados de sus actos y de
su labor educativa.

Justeza pedagógica.

Grado de dominio por el maestro de la objetividad e imparcialidad en las


valoraciones, toma de decisiones y actuaciones en el ejercicio de su labor.

Indicadores:
Imparcialidad en la valoración y/o mediación de conflictos.
Objetividad en sus análisis y valoraciones sobre sus alumnos, sobre los
resultados del trabajo u otros.

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Comprensivo y flexible ante circunstancias que lo ameritan.

Exigencia pedagógica.

Expresa los requerimientos propios de la profesión que se derivan de los fines y


objetivos de la pedagogía como ciencia y como trabajo educativo, orienta la labor
del docente hacia el cumplimiento de los mismos y sus resultados.

Indicadores:
Sentido crítico y autocrítico ante los requerimientos del trabajo pedagógico
y los resultados que se aspiran y los obtenidos.
Combatir y ser intransigente ante lo mal hecho.
Saber establecer los niveles de exigencia por los resultados del proceso
pedagógico, que estas exigencias no estén por encima de las posibilidades
reales de los estudiantes o de las personas implicadas, en ello estriba la
objetividad de la exigencia y su justeza.
Trabajar por la perfectibilidad permanente del trabajo y de los resultados.

Dignidad pedagógica.

Sentimiento de orgullo, de consideración, autoestima y de pertenencia a la


profesión pedagógica.

Indicadores:
Amor a la labor educativa, comprensión de su necesidad e importancia
social.
Trato respetuoso a la personalidad de sus alumnos, colegas, y personas
con quienes interactúa en su radio de acción.
Amor al ser humano.
Orgullo de su profesión.
Consideración y respeto a los educadores de experiencia con quienes
trabaja.
Sentido de pertenencia a la profesión, al sector o enseñanza y a su centro
educacional.

Honor pedagógico.

Prestigio, reputación y méritos acumulados por el maestro o grupo profesional en


su trayectoria en el ejercicio de su profesión, avalado por el reconocimiento de sus
estudiantes, colectivo laboral, la comunidad y/o social.
Indicadores:
Méritos acumulados en el transcurso de su trabajo.
Reconocimiento colectivo y/o social.
Ejemplaridad en el quehacer diario.
Fiel a la ética de la profesión.

Autoridad pedagógica.

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Grado de influencia positiva que ejerce el maestro en relación con las personas
con que interactúan con él en la labor pedagógica, especialmente con sus
estudiantes, lo cual genera sentimientos de admiración, respeto e identificación
con el modelo personal profesional.

Indicadores:
Influencia educativa con sus alumnos, la familia, los colegas y otros.
Capacidad de convocatoria y movilización de los que le rodean hacia
propósitos educativos.
Prestigio personal, inspira respeto y admiración.
Éxito profesional (buenos resultados teórico – práctico en su labor
reconocidos).

Profesionalidad pedagógica.
Integración de los valores y cualidades morales que caracterizan la esencia
humanista de la profesión, con los saberes pedagógicos, culturales y científico –
tecnológicos necesarios para su función, avalados en la experiencia práctica
acumulada, los resultados y logros obtenidos en el desempeño y modos de
actuación en el trabajo pedagógico.

Indicadores:
Conciencia de los deberes pedagógicos.
Actuación en correspondencia con la ética, moral y valores, que exigen su
función como educador en la sociedad.
Desarrollo de la pedagogía con enfoques integradores de lo instructivo y
educativo, de lo cognitivo, afectivo, ideológico y actitudinal.
Desarrollo de una ética de la cooperación profesional en el trabajo
colaborativo.

III. Lugar y papel de la estrategia curricular de la formación ético – moral, en


valores y humanista de los estudiantes que se forman en las carreras
pedagógicas en el plan de estudio E.

La estrategia curricular de Ética, da respuesta a una carencia y necesidad


formativa de los estudiantes de carreras pedagógicas, aspecto que de una u otra
manera entra a formar parte de los objetivos del Modelo del egresado de los
planes de estudio D, de todas las carreras solo que de forma implícita y poco
intencionado.

Ante las limitaciones que en el conocimiento de la Ética existe en la formación de


los docentes desde los planes de estudios anteriores, es necesario que esta
estrategia incluya la preparación por diversas vías de los docentes formadores
para el desarrollo de su profesionalidad y puedan contribuir con mayor efectividad
a este propósito educativo en la formación de los profesionales que deben cumplir
su encargo social con apego a la ética, la moral y valores humanistas de la
profesión y de nuestra sociedad.

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La estrategia parte del reconocimiento del enfoque ético, axiológico y humanista
EAH, como fundamento que aporta la Ética Aplicada a la Educación a la
Pedagogía como ciencia de la educación integral de la personalidad, para la
educación ético – moral y en valores morales de la profesión, por lo que el
enfoque tiene una transversalidad u horizontalidad en los fundamentos de los
procesos sustantivos de la Universidad, en la formación inicial y continua, así
como en los planos teóricos, metodológicos y prácticos del que hacer de los
docentes y del proceso formativo en sus tres momentos, el inicial, el de
preparación para el empleo y en el postgrado.

La estrategia se nutre de los resultados que los proyectos realizados en este


campo desde 1998, las maestrías y los doctorados, han desarrollado las diversas
líneas del enfoque EAH, desde la concepción de la Profesionalidad pedagógica y
las dimensiones e indicadores que se han establecido en los diferentes momentos
de su aplicación, para cumplir con las exigencias formativas de cada plan de
estudio y de la educación de la capital y el país en cada momento histórico
concreto de la trayectoria de la formación, lo que ha permitido su ampliación y
concreción en el quehacer pedagógico de la formación inicial y permanente, tales
como:

desarrollo de la profesionalidad pedagógica, componentes y dimensiones

fundamentos y metodología de la educación ético - moral, en valores y


ciudadana

aplicación de estudios de opinión y socioeducativo de los estudiantes como


diagnóstico permanente en la observación y seguimiento del proceso
formativo

la cooperación pedagógica entre los docentes vía de la integración en los


procesos sustantivos de la universidad

la educación bioética en la enseñanza de las ciencias naturales y valoración


de los problemas y conflictos del desarrollo científico tecnológico y sus
impactos en la sociedad y medioambiente

los valores de la cultura económica en el escenario de la actualización del


modelo económico de la sociedad cubana.

la cultura literaria con enfoque axiológico

fuentes de pensamiento educativo, la formación martiana, el pensamiento


educativo de Fidel y el Ché

la educación ideopolítica de la Revolución

la ética del educador

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Como puede apreciarse la amplitud de los temas desarrollados en el enfoque
EAH, tienen un carácter multidisciplinario e interdisciplinario que interactúan con
las diferentes disciplinas y asignaturas del plan de estudio en los colectivos de
año, y de disciplina, brindando herramientas conceptuales y metodológicas para
el trabajo de los docentes en la formación de los estudiantes.

La estrategia aporta para el trabajo de los docentes en el nuevo plan de estudio E


los contenidos siguientes:

la comprensión de la Profesionalidad pedagógica en la integración de sus


tres componentes:

1. el ideológico, axiológico y humanista

2. el dominio de la pedagogía para la educación e instrucción del


contenido de la ciencia que enseña

3. el de las buenas prácticas educativas, en el desempeño,


competencias profesionales y modos de actuación con apego a la
ética, la moral y valores que lo orientan y regulan

los principios sociológicos y pedagógicos, los métodos, medios y vías de


la educación moral, en valores y ciudadana

el contenido ético – moral, en valores y humanista de la identidad nacional,


patriótica e ideopolítica de la formación ciudadana en el sistema socialista
y de la política educacional que rige la escuela cubana.

Una bibliografía que respalda la preparación de docentes y estudiantes,


entre ellos: el libro de Dimensión ética de la Educación cubana (Pueblo y
educación, 2002 y 2006), Martí y Fidel en el código de ética del educador
cubano (Pueblo y educación, 2013), Educación en valores. Retos y
experiencias (Acuario 2015, este último resultado de investigación Premio
Nacional de Ciencias Sociales 2015).

Objetivo general

Contribuir a la educación ético – moral y en los valores propios del humanismo de


la profesión del maestro, que estimule la profesionalidad para cumplir con el
encargo social de educar a las nuevas generaciones en la escuela cubana.

Objetivos específicos

• Promover acciones concretas en el proceso formativo con la aplicación


intencionada del enfoque EAH y su incorporación en los estudiantes como
manifestación de las cualidades morales profesionales y de la regulación
responsable ante su preparación para su labor educativa en la escuela
cubana.

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• Desarrollar una ética de la profesionalidad pedagógica basada en el
respeto a la dignidad humana, la práctica de la solidaridad, la cooperación
pedagógica en el trabajo, en las relaciones y comunicación con los
estudiantes y los sujetos implicados en el proceso educativo con quienes
interactúan, la escuela, la familia y la comunidad.

Direcciones estratégicas.

1. Proceso de formación inicial


Componente académico.
Actividad estudiantil científico investigativa
La práctica laboral
Estrategias educativas de año y Facultad
Extensión universitaria

2. Formación para el empleo


Acompañamiento por el colectivo pedagógico de la institución
educacional en la que trabaja en la aplicación de las buenas
prácticas educativas en su desempeño y modos de actuación, dada
las posibilidades del nuevo currículo flexible, descentralizado y
contextualizado de la escuela.
3. Formación de postgrado
Ofertas de diferentes modalidades de superación.

IV. Acciones estratégicas a desarrollar en las diferentes direcciones.

• Aplicación y seguimiento del diagnóstico socioeducativo, de aspectos


motivacionales de la profesión e ideo político y culturales, que manifiestan
los estudiantes en sus criterios y comportamientos en cada año de la
carrera.2
• Elaboración dinámica, participativa, democrática y consensuada de las
estrategias específicas de la Facultad y los proyectos educativos, en
consonancia con la Estrategia de la Universidad y la determinación de sus
valores compartidos vinculados como sistema con el valor de la
Profesionalidad pedagógica en el desempeño, sobre la base de la
ejemplaridad y autoridad moral del docente a partir de sus propias
cualidades morales profesionales, la responsabilidad y el valor del respeto
en sus relaciones con estudiantes y colegas.
• Intencionalidad en la aplicación del enfoque ético, axiológico y humanista
EAH, en los métodos educativos en el proceso formativo, en las tres
grandes esferas de actuación:
1. en el proceso de enseñanza – aprendizaje (trabajar la instrucción y la
educación)

2
Ver anexo 1 modelo de registro del docente de observación de comportamientos de los
estudiantes

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2. aplicación consciente de las normas y valores morales en las relaciones
interpersonales, la comunicación educativa y el trato respetuoso a la
dignidad humana en las relaciones entre estudiantes y profesores
3. exigir la práctica de los principios, normas y valores morales de la
profesión3 en las actividades educativas de la práctica preprofesional en
las escuelas, así como en las actividades generales propias de la
universidad, las que siempre deben cumplir una función educativa.
• Trabajar con el sistema de valores del componente académico, que aporta
cada disciplina en su contenido de la enseñanza y en correspondencia con
los objetivos del modelo del egresado de la carrera; así como con las
estrategias educativas puntuales de cada docente para con sus
estudiantes.
• Orientación metodológica en cada disciplina o asignatura de la carrera
sobre cómo desarrollar en los estudiantes en cada año los valores del
contenido de la enseñanza de su especialidad, así como del modelo de
actuación profesional para instruir y educar, con apego a la moral, los
valores y el humanismo de la profesión, en cada actividad del currículo.
• Aplicación de la observación comportamental de los estudiantes en el
seguimiento al desarrollo de los resultados educativos para tener en cuenta
con objetividad los cambios en las valoraciones de su integralidad en cada
semestre.
• Desarrollar en los colectivos de años y carrera, los contenidos de las
asignaturas del currículo que tienen como parte de su objeto los temas
educativos y de valores con actividades para la preparación de los
docentes.
• La asignatura de Ética e ideario martiano, debe potenciar en cada año y
carrera en que se imparta el proceso de construcción conjunta del código
de ética y valores del educador con los estudiantes y promover actividades
estudiantiles para su compromiso con sus normas y valores.
• Aplicación de talleres de preparación a los estudiantes a partir del texto
“Martí y Fidel en el código de ética del educador cubano” (Pueblo y
Educación 2013), en las actividades diseñadas para la práctica laboral, las
que deben garantizar el conocimiento de los principios, normas y valores
morales de la profesión en su labor educativa en la escuela de la práctica.
• Crear un clima moral de armonía, confianza, aceptación mutua y respeto en
las actividades concretas del proceso formativo, tomando en cuenta las
normas éticas del trabajo cooperado de la educación en el colectivo para la
formación de los estudiantes, generando un sistema de influencias
educativas coherentes en las interrelaciones, comunicación y trato entre:
profesor. estudiante, profesor – profesor, profesor – directivos.
• Manejar con tacto pedagógico, discreción profesional y empleo de los
métodos de la mediación en la resolución de conflictos y dilemas que se
producen en los choques entre los actores del proceso formativo.

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• Empleo de la valoración autocrítica de forma sistemática hacia las
actitudes, sentimientos o rasgos personales tendientes a la
irresponsabilidad ante los deberes como estudiantes, así como a la
insensibilidad, la autosuficiencia, la subvaloración del otro y celos
profesionales que van en sentido opuesto a los propósitos integrativo del
proceso formativo de la Universidad.
• Promover una actitud moral de no indiferencia ante los acontecimientos del
quehacer nacional e internacional en los estudiantes, que los motive a
estar informados y actualizados en el ámbito socioeconómico, político y
cultural, con un conocimiento de la moralidad histórica y de los valores de
la ideología de la Revolución cubana.
• Incluir en los temas de la sociedad científico estudiantil el estudio de
problemáticas de la educación moral, en valores, ciudadana, vinculados a la
especialidad, al desarrollo científico y tecnológico entre otras, asociadas a
la práctica educativa teniendo en cuenta los aportes del pensamiento
revolucionario cubano Martí, el Ché, Fidel, pedagogos destacados.
• Las actividades extensionistas recreativas, deportivas, culturales, de
artistas aficionados estudiantiles, tertulias, concursos, visitas a museos,
proyectos comunitarios, patrióticas, de la defensa, prácticas de campo,
entre otras, que tengan un mensaje efectivo y huella educativa.
• Las visitas de control académicas e institucionales deben tomar en cuenta
el comportamiento del tratamiento hacia los aspectos de la ética, la moral,
los valores y el sentido humanista del contenido de la enseñanza y del
proceso formativo.
• La evaluación integral de los estudiantes debe incluir el componente de su
educación moral con enfoque profesional.
• Inclusión de temáticas sobre “Educación ciudadana en la escuela cubana”,
como parte del currículo de la formación profesional pedagógica.

V. Metodología y procedimientos que puede emplear el docente para


contribuir a la formación ético – moral, en valores y humanista.

El Contenido humanista en la formación de profesores toma en cuenta:

El conjunto de conocimientos de la cultura humanista (de raíces martianas en


articulación al humanismo progresista universal, marxista, leninista y fidelista),
habilidades profesionales, valores ideológicos inherentes a la profesión, métodos
y procedimientos de trabajo, que le permitan desarrollar al estudiante modos de
relacionarse, de comunicación y de actuación con un sentido humanista (estima y
consideración del ser humano, amor al ser humano en armonía con el medio
ambiente, amor a la profesión), que oriente su comportamiento y actividad
educativa transformadora.
Dimensiones
• relación Ciencia - Tecnología – Valores culturales, con un enfoque
integrador e interdisciplinar en el proceso de la formación.
• formación ético - moral profesional, que integra el sistema de valores y

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cualidades que deben conformar la personalidad del educador en su
desempeño profesional.
• trasmisión de un modelo de actuación pedagógica que prepare a los
estudiantes para su contribución a la formación de valores, como
aspecto esencial de la labor educativa en unidad a la instrucción en la
escuela.

Para el desarrollo de estas dimensiones el docente puede potenciar su sistema de


influencias educativas, a partir de las acciones que se ilustran a continuación:

desde los contenidos de las asignaturas en las clases las potencialidades


de las ciencias como parte de la cultura humanista y medioambientalista,
con enfoque interdisciplinar, teniendo a los valores como categoría puente
o nodal en el sistema de conocimientos de la asignatura.
en el estudio e indagaciones de historia de la ciencia de la asignatura o
especialidad, el servicio que presta al desarrollo de la humanidad, de
la técnica y tecnología en la actualidad.
Los valores humanistas de los científicos o personalidades relevantes,
que se consideran modelos paradigmáticos en la historia de la ciencia de
la asignatura en la carrera.
La contribución de los conocimientos de la asignatura o carrera a la
cultura laboral (significación del trabajo, orientación profesional,
vinculación con la técnica o tecnología, la producción o los servicios, las
habilidades o actitudes laborales que desarrolla), en este caso con la
profesión pedagógica.
Aportes a la cultura medioambiental.
Aportes a la educación sexual, orientación de género, familiar, de la salud
preventiva y responsable
Aportes al conocimiento patrio y de la cultura universal.
Las normas éticas en la comunicación, formas de relacionarse,
de la convivencia en la sociedad y en el trabajo en la escuela en la
relación con los educandos, la familia, la comunidad y su colectivo
pedagógico.

Sobre los métodos que contribuyen a la educación moral y en valores

Los métodos educativos son las formas, los procedimientos o acciones


específicas, que el maestro emplea con el fin de encauzar el sistema de
influencias positivas y la base orientadora de su actividad para el logro de
propósitos formativos en los estudiantes en cuya base están la moral y los valores
morales, en la interacción que establece con el estudiante por medio de las
relaciones humanas, la comunicación y el trato, en un contexto dado áulico,
mediatizado por las TIC, en la práctica laboral en las escuelas, actividades
extensionistas u otros contextos.

El empleo de los métodos educativos, se sustentan en los fundamentos


filosóficos, éticos, axiológicos, históricos, sociológicos, psicológicos y políticos, de

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la concepción pedagógica con una cultura humanista y optimista, que ubica en el
centro de su atención el respeto a la dignidad humana y no da cabida a ningún
tipo de voluntarismo, autoritarismo, paternalismos, así como discriminación,
favoritismos, estigmatización o esteriotipación de los estudiantes, colegas o
persona alguna en este proceso.

Los métodos educativos conforman un sistema por la interrelación dialéctica que


existe entre ellos, a partir de considerar el nexo indisoluble que existe entre
conciencia y conducta. Autores como la pedagoga rusa G. I. Schukina( 1978), los
ha agrupado en dos grandes grupos (criterio asumido por diferentes autores
cubanos: H. Ulloa y N. Chacón 1988, E. Baxter 2008, Guillermo Arias 2010, entre
otros), estos son:

1. Métodos que ayudan a formar la conducta moral estable en la en la


actividad y experiencia moral acumulada en la práctica, este grupo de
métodos se concretan en el conjunto de procedimientos y actividades que
se organizan mediante los cuales se muestran, practican y vivencian las
formas del comportamiento profesional y social a partir de los principios,
normas y valores propias de la profesión en correspondencia con las
costumbres y tradiciones morales vigentes y aceptadas en la sociedad.
Mientras más protagónica sea la participación de los estudiantes en el
diseño del proyecto educativo, mayor será la contribución a la
formación de sus valores y cualidades personales, así como su
compromiso y huella interna de dicha experiencia participativa.
En este grupo se incluyen todas las actividades que se organizan en el
currículo de la formación y en la escuela donde el estudiante realiza sus
prácticas pre profesionales. Desde la propia clase, hasta las actividades extra -
clases, algunas con la participación de la familia y otros agentes socializadores
de la comunidad en las que se involucra el estudiante.

Estos métodos favorecen y propician la práctica de los modos de actuación, los


hábitos de la educación formal en las relaciones humanas, las formas de la
comunicación, la comprensión y el trato, el empleo del tacto pedagógico ante los
conflictos de la profesión, las que se vivencian de una forma satisfactoria en la
medida en que contribuyen al propósito educativo, aportanto a la autoestima y
conciencia profesional.

2. Métodos de formación de la conciencia moral profesional, sistema de


puntos de vista, conceptos, representaciones, valores, y covicciones,
como mecanismos internos de la orientación, valoración y autorregulación
del comportamiento.

Dentro de ellos se destacan, el ejemplo personal del educador, el seguimiento


personalizado de la observación sistemática de las manifestaciones y
comportamientos de los estudiantes, el control de sus deberes, la persuasión
dialógica, la exigencia justa, la compulsión o exhortación reflexiva ante la

15
necesidad de la transformación de lo mal hecho al bien, el estímulo ante los logros
y la sanción moral en el tiempo oportuno y la forma adecuada por medio de la
valoración reflexiva, el ejercicio de la crítica y la autocrítica constructiva, con la
autopropuesta de acciones y medidas de mejoras,

Como puede apreciarse ambos grupos de métodos actúan como un sistema y se


integran en su empleo convenientemente seleccionados por el docente en su labor
día a día, atendiendo a las características de los estudiantes en lo individual y
grupal, así como a los objetivos de la estrategia o proyecto educativo diseñado en
el año de la carrera.
De lo que se trata es de que toda actividad en la que están involucrados los
estudiantes potencien acciones formativas que dejen una huella positiva en sus
vivencias, como parte del proceso de internalización o subjetivización.
Los estudiantes como jóvenes tienen incorporados los valores y cualidades morales
que se forman en el seno familiar, en las redes del tejido social, así como en su
formación escolarizada anterior, en cuya interacción recíproca, el bien y el mal, lo
bueno y lo malo, están siempre presentes en la órbita de la moral y de la vida
cotidiana, tanto en el seno familiar e incluso en el propio centro escolar, por lo que la
labor educativa no se produce en una burbuja de forma aislada, ni abstraída de este
hecho objetivo, lo que presupone la presencia de las influencias negativas de los
contextos sociales y círculos de personas (amistades, conocidos), los medios de la
información y comunicaciones, redes sociales, grupos informales, entre otros, en los
que interactúan los estudiantes.

Tal y como hemos apuntado, todo proceso educativo pasa por las vivencias y
experiencias personales de los estudiantes como resultado de la práctica de
acciones orientadas a hacer el bien, pero cuando se actúa mal puede ser el
resultado de la premeditación, pero también del desconocimientos de causas, de
impulsos, de poca reflexión o falta de experiencia, entre otros muchos factores que
subyacen.

Cuando se produce la trasgresión de una norma moral, la violación de un valor


moral, que se expresa en los llamados errores cometidos, en las faltas, indisciplinas
o en los defectos personales, con los consecuentes sinsabores, malos momentos,
sentimientos de vergüenza, cargos de conciencia, entre otros mecanismos internos
que inciden en el proceso de formación gradual y regulación moral de la
personalidad del niño, joven o adulto, se lleva a cabo un proceso de confrontación
interna, conflicto o dilema, cuya salida o actitud asumida puede conducir a la
reafirmación de un valor o a la asimilación de un antivalor.

Lo anterior apunta a la importancia que tiene el tratamiento educativo de ciertas


actitudes incorrectas en los niños y jóvenes, su seguimiento en cuidadosas
observaciones y la comunicación dialógica, de comprensión y sistemática, que
permitan la retroalimentación tanto al maestro, como a los padres, en cuanto a los
cambios que se producen como resultado de la aplicación de los métodos de la labor
educativa, o por el contrario como efectos de otras influencias negativas, para poder

16
a tiempo aplicar una estrategia que ayuden a corregir aspectos de la educación de
los estudiantes.

En este caso hay que señalar que aunque el trabajo educativo de las nuevas
generaciones se orienta por un modelo concretado en los objetivos formativos, a
partir de las representaciones del deber ser, los sujetos que se educan son seres
humanos diferenciados entre sí por su individualidad concreta e historias de vida,
donde lo perfectible tiene un carácter relativo e interactúa como aspiración y metas
elevadas en el incesante camino del perfeccionamiento humano, movimiento que
caracteriza al proceso educativo y formativo desde las tempranas edades.

La mediación de conflictos en la labor educativa del docente desde un


enfoque ético, axiológico y humanista.

¿Por qué hablar de Ética y mediación de conflictos en la labor educativa de los


docentes?

Los conflictos o dilemas, son una forma peculiar, subjetiva, de manifestarse las
contradicciones objetivas, estos se expresan en los choques de intereses de las
personas que confluyen en el ámbito o escenario de los contextos educativos en la
escuela o fuera de ella, este es un proceso que pasa por el prisma de las
afectividades pero también de tensiones afectivas, emotivas e incluso de estrés,
en un determinado clima psicológico - moral y estados de ánimos de los sujetos
involucrados.

Estos conflictos o dilemas son propios de los problemas que se presentan día a
día en el trabajo de la escuela y en ello mucho tienen que ver la Ética y la
Mediación.

Mientras más complejo se hace el proceso educativo en las condiciones del


cambio profundo y de las transformaciones, donde se expresa la dialéctica en la
práctica del trabajo pedagógico de la triada del ser moral (entendido como la
contextualización de la realidad de la escuela, vista como una unidad en la que se
da este proceso educativo con sus fortalezas y debilidades), el deber ser(las
representaciones ideológicas, pedagógicas, de cómo deben hacerse las cosas
para que salgan bien en aproximación constante a los objetivos formativos o al
modelo del egresado) y el Ideal moral (la representación ideal o teórica del modelo
de la escuela, su proceso educativo y los resultados esperados, según las
tendencias del desarrollo y las exigencias sociales), más necesario se hace
profundizar en el enfoque ético, axiológico y humanista, inherente al proceso
formativo de niños, adolescentes y jóvenes, e incluso de los que se están
formando como profesores, así como por todos los factores, agentes o sujetos que
intervienen en tal proceso, unos como formadores y otros como los que se están
formando.

Los conflictos son propios e inevitables en el trabajo pedagógico, al ser inherentes


de la vida cotidiana de los seres humanos en sus relaciones, actividad y

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convivencia social, ellos pasan por el prisma de la moral, el sentido personal de
los valores y sus escalas jerárquicas o preferencias, la forma de ser de cada
persona, su individualidad y diversidad.

Por la participación de los sujetos los conflictos pueden ser internos, cuando se
producen al interior de la subjetividad de la persona o se hace externo cuando se
exterioriza en las posiciones divergentes o contradictoria asumidas entre dos o
más personas involucradas. Se pueden expresar en desacuerdos, diferencias,
desavenencias, en estados de ánimos o en actuaciones concretas.

La forma más tradicional que la humanidad ha atendido los conflictos o dilemas a


los que se ha tenido que enfrentar desde épocas remotas ha sido por las normas
morales, las cuales se utilizan convenientemente por cada persona y en cada
circunstancia. Las normas son mediadoras de los conflictos, los resuelven o les
dan una salida específica que puede ser momentánea o no, pero con la aplicación
de estas los conflictos no desaparecen definitivamente, no son eliminados por las
normas, sino solo cuando se eliminan las cusas que generan tales conflictos (las
contradicciones que los generan). Las normas morales expresan un conocimiento
y experiencia humana acumulada de cómo enfrentar determinados conflictos o
dilemas frecuentes en el ámbito escolar y del trabajo pedagógico.

La mediación de conflictos es propia de los seres humanos cuando estos están


interesados en la resolución del mismo, es una acción de buena voluntad moral,
de buena intención, expresa su sensibilidad y el compromiso con una tarea u
objetivo común a lograr, así como con el proceso o persona en la que el conflicto
tiene una repercusión negativa, es la manifestación de la madurez moral e
ideológica personal y profesional, del grado de su autodeterminación y regulación,
así como de la solidaridad humana.

Cuando la mediación se maneja de forma adecuada esta puede ser un


instrumento importante que no pocas veces contribuye a evitar males mayores,
soluciones traumáticas, decisiones drásticas incorrectas, incomunicación,
violencia, negatividad, pesimismo, entre otros.

El enfoque Ético, Axiológico y Humanista ayuda a caracterizar los rasgos de la


mediación de conflictos como un elemento a tener en cuenta principalmente por
los docentes y todos aquellos que intervienen en este proceso formativo; el
mediador siempre será una persona que estando involucrado o no en el conflicto
capta, intuye, percibe, siente, como parte de la sensibilidad del tacto pedagógico,
que es necesaria su intervención para aportar, contribuir o ayudar a una solución
en evitación de problemas, disgustos, violencia, ataque verbal o de otro tipo, en
la búsqueda de una salida menos traumática, y más favorable para el objetivo del
trabajo, la armonía entre las personas, la paz, la fraternidad, todo lo que redunda
en la educación.

La brújula ética que sirve de criterio de medida de la actuación moral en la


mediación de conflictos es salvaguardar los objetivos formativos y cumplir con las

18
funciones del educador. En este sentido la mediación de conflicto se transforma en
un método o procedimiento para la formación y la labor educativa en la escuela, es
un instrumento que se apoya en los métodos de la educación moral y de la
formación de valores, tales como la observación, la persuasión, el diálogo reflexivo
frente a frente de las partes, la valoración y autovaloración como mecanismos de
la autoconciencia moral, la compulsión, la estimulación, la propuesta de
rectificación de errores cometidos, entre otros; por estas razones desde un plano
muy concreto o específico de la actuación en la labor formativa se puede contribuir
a la formación ideológica ya que de las situaciones conflictivas como parte de las
vivencias y experiencias profesionales se extraen las lecciones, enseñanzas o
moralejas personales o colectivas.

Aunque los profesionales de más experiencia y preparación pueden ser los de


más posibilidades para mediar en los conflictos en la formación, esta actuación
puede ser asumida por diferentes personas, lo cual no se puede descartar ninguno
de los sujetos vinculados de alguna manera al conflicto en el contexto escolar.

Dentro de los variados y múltiples conflictos frecuentes que se presentan en el


trabajo de los docentes se encuentran:

• Entre la motivación y la desmotivación ante las altas exigencias de la


formación o de la preparación profesional y de la práctica pre profesional
del trabajo en la escuela.
• Los que se presentan en las relaciones, comunicación y trato entre los
docentes, entre estos y estudiantes o con la familia, entre otros.
• Los relacionados con la prioridad de la atención a los intereses de su vida
personal y el cumplimiento de los deberes del trabajo diario.
• Entre la preparación pedagógica y modos de actuación y la atención a las
necesidades educativas de sus estudiantes, los que en ocasiones no se le
da un tratamiento adecuado y genera insatisfacciones o quejas por parte de
los propios estudiantes o de la familia que se siente afectada.

¿Cómo proceder en la mediación ante un conflicto?

En primer lugar debe entenderse que la mediación no es un procedimiento


aislado, sino un instrumento más dentro del sistema de métodos de la formación y
de la labor educativa desplegada en la escuela o fuera de ella por los respectivos
colectivos pedagógicos e incluso de trabajadores no docentes. Ante la focalización
de los conflictos las acciones más frecuentes han sido entre otras:

• Consultar y colegiar con otros colegas la envergadura del mismo y las


alternativas de salida.
• Valorar las posibilidades individuales reales para actuar como mediador en
el caso concreto, el mediador no siempre puede ser cualquier persona, en
estos casos puede decidirse por el más idóneo para ello, en ocasiones son
varias las personas que pueden actuar como mediadores

19
• Valorar las causas que generan el conflicto con la discreción y el tacto que
amerite el caso.
• Tener conocimiento de las características personales de las personas
involucradas en el conflicto.
• Ser oportunos, buscar el momento más propicio para intervenir.
• Ser sensibles ante los sentimientos, sufrimientos, temores o estados de
ánimos de los involucrados.
• Introducirse de forma respetuosa al establecer la comunicación con las
partes, reprimir los impulsos o sentimientos negativos que el acaloramiento
le puedan provocar.
• Crear condiciones psicológicas y morales de confianza, aceptación y
franqueza para el proceso del diálogo reflexivo.
• Emplear la persuasión, explicar, argumentar, aconsejar.
• Tener la disposición de acometer una cadena de acciones mediadoras,
para el seguimiento de la solución del conflicto.
• Ser pacientes.
• Utilizar un vocabulario adecuado, siempre de respeto a la dignidad humana.
• Tener una predisposición positiva y confianza en la potencialidad humana,
subjetiva, de que pueda superarse la situación, agotar las variantes o
posibilidades existentes.
• Inducir a la reflexión, la comprensión y justeza de la elección o toma de
decisión personal o colectiva más favorable para la resolución del conflicto.
• La mediación puede conducir a la toma de medidas educativas cuando la
gravedad del caso lo requiera.

Como puede apreciarse, la riqueza de la Pedagogía radica en la infinitud del ser


humano y de la complejidad del proceso de su educación, en tal caso, el
educador, educa y a su vez necesita ser educado. En tal sentido la Ética como
fundamento en la mediación de conflictos conduce al despliegue del enfoque ético,
axiológico y humanista estrechamente vinculado al histórico cultural en el proceso
educativo en la escuela, con lo cual actuamos en consecuencia con la pedagogía
del desarrollo y el crecimiento humano.

VI. Exigencias metodológicas del estilo ético, axiológico y humanista del


empleo de los métodos y procedimientos educativos.

Para el desarrollo de la labor educativa con el empleo de un estilo y de los métodos


sustentado en el enfoque ético, axiológico y humanista, pueden tenerse en cuenta
las exigencias metodológicas que proponemos a continuación:

• Compenetrarse y conocer a sus estudiantes, quiénes son, qué conocimientos


han adquirido, cuáles son sus virtudes y sus carencias educativas, sus
potencialidades y sus intereses.
• Integrar en la dirección del propio proceso de enseñanza – aprendizaje,
desde su planeación, el empleo adecuado de los métodos educativos, como
parte de las didácticas de las diferentes asignaturas, que deben propiciar el

20
carácter activo y formativo del proceso de aprendizaje, con el papel
protagónico de los estudiantes.
• Empleo del método problémico, técnicas participativas, entre otros,
donde los estudiantes se apropien de las formas en que pueden de manera
independiente estudiar y asimilar los conocimientos y las habilidades
intelectuales o manuales del aprendizaje, en vinculación con su utilidad práctica
en la vida y para el desarrollo científico y tecnológico.
• Las situaciones de aprendizajes dentro o fuera del aula deben
caracterizarse por ser un proceso de interacción de los estudiantes con sus
tareas a cumplir y los niveles de ayuda de los docentes, donde los mismos con
una base orientadora adecuada puedan participar, hacer de forma individual o
en equipos, sentir, constatar y llegar a sus propias conclusiones, con el
estímulo a la inteligencia y la dignidad, los sentimientos, el tesón, la seguridad,
la creatividad, la honestidad, receptividad y la independencia, en un clima
moral de armonía, solidaridad y receptividad mutua.
• En este proceso de formación de valores, el tratamiento de la
individualidad requiere especial atención, ya que estos valores solo se forman
en el mundo interno de cada individuo, por lo que el maestro en su labor debe
respetar la dignidad personal de sus estudiantes y en sus relaciones tratarlos
con el mayor tacto pedagógico atendiendo a las características personales, y
teniendo en cuenta las normas éticas de la relación educador - educando y
educador -familia, este último como elemento que no puede soslayarse en todo
este proceso.
• Esto significa trabajar con la espiritualidad de los jóvenes asociados a
los hechos, a los conocimientos, al mundo en que viven, a sus vivencias, a la
verdad, la belleza, el bien en contraposición a al mal, hacer brotar los nobles
sentimientos, hacerles sentir sentimientos de realización y satisfacción cuando
cumplen sus deberes y responsabilidades y les salen las cosas bien, crear los
mecanismos para que los puedan expresar libremente y canalizar de diversas
formas, oral, escrita, artistícamente, en sus relaciones u actuaciones, entre
otras, que la escuela debe propiciar en sus múltiples actividades.
• En correspondencia con la psicología de las edades y las caracte-
rísticas socioeducativas e individuales de los educandos, el maestro debe
estimular el desarrollo de la autoconciencia moral, a partir de la autovaloración
y la valoración sobre la base de los conocimientos de los hechos,
acontecimientos, vivencias, entre otros, que les permite confrontar sus puntos
de vistas, se reafirman o no los propios, se contribuye a que los niños y
jóvenes vayan adquiriendo seguridad en sí mismos y aprendan a conocer los
rasgos que van caracterizando su individualidad, en la medida en que se
sienten satisfechos o no con su propia imagen, así como la confrontación
permanente de su autovaloración con la valoración que de él tienen las demás
personas. Estos son aspectos importantes de la autoestima y dignidad
personal.

• En este proceso educativo influye la formación de determinadas


aspiraciones personales tanto presentes como futuras, donde la orientación

21
profesional y la formación laboral, con la vinculación del estudio con el trabajo
en la práctica pre profesional, tienen un papel importante asociado a al sentido
moral de la vida, de ser una persona activa, útil y de bien, que contribuye con
su trabajo al bienestar y la felicidad personal, de su familia y de la sociedad en
que vive.

• La comprensión del docente, para siempre saberlos escuchar, no coar-


tar, imponer esquemas o patrones, limitar inquietudes y necesidades
personales, sin enfrentamientos desafiantes ante las discrepancias, entre otros,
son requerimientos de este proceso formativo, alejado de todo tipo de
autoritarismo, paternalismo, relación de subordinación, la violencia física, verbal
o gestual, u otras formas que limiten la participación protagónica, la plenitud al
actuar o al expresarse de los estudiantes, ante lo que es necesario estimular y
facilitar las posibilidades espirituales y de la sensibilidad humana en cada uno
de los educandos, es parte del cultivo de la individualidad, de la conformación
de su escala propia de valores y de sus cualidades morales personales, en una
correlación de los intereses individuales, del colectivo y los intereses sociales.
• La apertura de espacios de reflexión y de diálogo, sobre temas de
diversos intereses, sobre su propia vida personal, coadyuvan a este fin
educativo, en el cual el uso de las reglas para el debate o trabajo en grupos,
puede ser una vía que contribuya a la formación de la receptividad, la paciencia
y la tolerancia necesaria en la comunicación y la convivencia social, en la
aceptación mutua y en el respeto hacia las diferencias de individualidades, así
como la libre expresión y defensa de los puntos de vistas de forma reflexiva,
crítica, autocrítica y con sinceridad, todos estos elementos conforman las bases
de la solidaridad humana.

Principios para contribuir a la de educación en valores.

La determinación de estos principios tiene como fundamento la concepción


filosófica dialéctico materialista sobre la naturaleza espiritual e ideológica y la
esencia histórico-social de los valores. Son criterios de partida generalizadores,
esclarecedores y orientadores para el desarrollo de la actividad educacional de los
maestros. Los principios sociológicos apuntan hacia la naturaleza y esencia de los
valores como un fenómeno de la vida espiritual e ideológica de la sociedad y el
individuo, los principios pedagógicos están dirigidos a la concepción, los
procedimientos metodológicos y las vías fundamentales para el tratamiento de los
valores en los proyectos educativos de nuestra realidad de una forma intencional,
coherente y sistémica. Este complejo proceso formativo en el ámbito universitario
se desarrolla en tres esferas del proceso educativo:
En el ámbito de la enseñanza-aprendizaje, con la integración de la
instrucción y la educación en la interacción de los componentes personales
y no personales del mismo.
En el ámbito de las relaciones interpersonales a partir del respeto a la
dignidad del estudiante, la comunicación dialógica, educativa y el trato con
el tacto pedagógico que requiere la individualidad de cada estudiante,
colega, familia, entre otros.

22
En el ámbito de las actividades universitarias, estudiantiles, extensionistas
desarrolladas en el contexto universitario o fuera de este, organizadas, con
objetivos definidos, con una convocatoria y participación estudiantil con
conocimiento de causa, motivación e implicación.

Principios sociológicos
1. Carácter multifactorial de los valores y del proceso de su formación.
Los valores como parte de la vida espiritual e ideológica de la sociedad y del
mundo interno de los individuos, reciben las influencias y las incidencias o impacto
de múltiples factores del contexto de la realidad social tanto del macro como del
micromedio social en que las personas nacen y se desarrollan. De todos los
factores sociales que interactúan con la esfera de los valores, el factor económico
(de última instancia) es el determinante. Este determinismo no es fatalista, pues
los valores se erigen como ideales que orientan la actividad de los individuos hacia
actitudes transformadoras de la realidad para el logro de fines a mediano o largo
plazo.
2. Dialéctica de lo objetivo y lo subjetivo en el proceso de formación de valores
La naturaleza espiritual e ideológica de los valores se expresa en forma de
concepciones, sentimientos, puntos de vista, ideales, cualidades y actitudes, las
condiciones objetivas en que viven las personas. En este sentido los valores son
una manifestación subjetiva (construcción interna por el sujeto en forma de
principios, normas, escalas de valores, convicciones), de las condiciones
materiales de su existencia (situación socioeconómica, posición de clase, medio
familiar, calidad de vida), las que generan en el individuo las necesidades, los
intereses, motivos e intenciones de sus relaciones, de su actuación y en buena
medida aportan el matiz de la significación social positiva o negativa que tienen los
hechos o fenómenos para la sociedad y para el propio individuo.

Esta dialéctica de lo objetivo y lo subjetivo, abarca los tres planos en que pueden
analizarse la dinámica y contradicciones que se da en la esfera de los valores
(Fabelo Corzo J. R, 1995) y las contradicciones existentes en esta esfera tan
compleja: el plano objetivo (sistema de valores histórico-sociales vigentes), el
plano subjetivo (valores del individuo), el plano objetivo- subjetivo de los valores
institucionalizados por la clase en el poder.
En la dinámica de estos planos se manifiestan los conflictos, los choques de
intereses, los reajustes, la renovación, pérdida o degradación de los valores, que
se concreta en el escenario de la lucha ideológica y de las contradicciones de los
intereses personales, familiares, sociales, en el contexto de estudio, trabajo, entre
otros.
3. Carácter histórico concreto, condicionado y cambiante de los valores
Los valores de la sociedad y del individuo expresan las condiciones y
características de la época en cada período histórico-concreto, por ello tienen un
carácter cambiante, movible, varían de una época a otra, de una región a otra en
su contenido específico de manifestación.
En ello está presente la dialéctica de lo universal y lo específico en los valores, tal
y como dijera F. Engels, las ideas del bien y del mal han cambiado tanto de siglo a
siglo, de pueblo a pueblo, que no pocas veces hasta se contradicen abiertamente.

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4. Contenido clasista e ideológico del contenido y significado de los valores
Los valores expresan un tipo de significación social positiva de ciertos hechos u
objetos de la realidad, que reafirman el progreso social y el perfeccionamiento
constante del ser humano, este significado está permeado por la posición social
que ocupan los individuos y de sus intereses generales los que están
profundamente marcados por lo clasista.
Tal y como dijeron los clásicos del marxismo, el hombre piensa de acuerdo a
como vive; no obstante este determinismo no es fatalista, el hombre también
idealiza y se anticipa a la realidad en que vive y en el plano de los valores (nivel
ideológico) elabora las representaciones del deber ser y del ideal social (en
correspondencia con el tipo de sociedad y las exigencias de la época), en cuya
base está la insatisfacción crítica que siente con los defectos e imperfecciones del
ser humano y de sí mismo. En tal sentido los valores orientan la actividad y
acciones de las personas hacia el mejoramiento humano y de sus condiciones de
vida proponiéndose objetivos, metas y fines.

Principios pedagógicos
1. Relación de la política, la ideología y los valores en el proceso pedagógico.
La educación como institución y proceso social responde al sistema político
imperante y a los intereses ideológicos de la clase dominante, como tal forma
parte de la organización política y la superestructura de la sociedad.
La política educacional de un país es una derivación y concreción de la política de
la clase en el poder, que se plasma en un sistema de concepciones, fundamentos
teóricos e ideológicos y de acciones encaminadas a la formación de las nuevas
generaciones, atendiendo a un modelo de sociedad y de personalidad.
En Cuba, la política educacional responde a los intereses del Partido Comunista el
que por la vía del trabajo político a escala de toda la sociedad cumple con el
objetivo específico de formar una conciencia, una ideología y una actitud política
en los individuos, que garantice la defensa y continuidad de la Revolución
socialista cubana en el poder, objetivo que constituye un principio político rector de
la educación cubana. La escuela cubana como institución educacional, en vínculo
estrecho con la familia y los factores de la comunidad, realiza la política
educacional y el trabajo político, en la medida en que cumple con calidad y
eficiencia el proceso pedagógico de formación integral de los niños y jóvenes y
logra la socialización que exigen las condiciones del socialismo cubano, para ello
es imprescindible atender la vinculación de los conocimientos científico-
tecnológicos - culturales, con el desempeño de las habilidades y los valores que
permitan orientarse y discernir entre lo bueno y lo malo en el comportamiento y
vida cotidiana.
En este sentido la educación como proceso pedagógico y el trabajo político están
íntimamente unidos, ya que los maestros para cumplir con las elevadas exigencias
de la formación de la personalidad del joven cubano, revolucionario y socialista,
necesita tener una claridad política de su misión y de los retos que esto implica
para su preparación profesional en el contexto actual. También esto requiere
adentrarse en la metodología de la formación de valores como elementos
consustanciales de la ideología en sus dimensiones política, jurídica, moral,
estética, filosófica y científica (relación ciencia-valor-ideología), esto aclara el

24
hecho de que el proceso de formación de valores no excluye el contenido político
consustancial a este y también nos permite eliminar la dicotomía o superposición
que existe entre la labor educativa-formativa y el trabajo político.

2. Tratamiento de los componentes cognitivo, afectivo-volitivo, ideológico y


actitudinal en la integración de lo instructivo y lo educativo.
La personalidad como configuración compleja de un alto nivel de desarrollo se
expresa en la capacidad de la autorregulación y autodeterminación consciente de
su actitud, conducta y comportamiento general, tomando en cuenta el
conocimiento que adquiere del mundo en el que se desenvuelve, de las
emociones y sentimientos que generan en la persona, del grado de esfuerzo,
tesón, constancia y voluntad que desarrolla en la aplicación de los aprendizajes
para abrirse paso en la vida cotidiana, a tenor con los intereses y motivos como
expresión de las necesidades objetivas o sentidas y de los objetivos-metas que se
traza y que se manifiestan en la formas del comportamiento autorregulado,
consciente, con un conocimiento de causa, en el que los valores tienen el papel de
matizar y orientar la elección de la conducta ante cada circunstancia, conflicto o
dilema de la vida cotidiana. En tal sentido, es importante que en los procesos
educativos y en particular de la enseñanza y aprendizaje, se atiendan estas
esferas de la personalidad en su interrelación en cada una de las acciones y
actividades que se realizan con este propósito.

3. Relación de los conocimientos científicos, técnicos y culturales de las


asignaturas de las áreas de las Ciencias Naturales, Ciencias Exactas y Ciencias
Sociales, con los valores de la cultura humanista, el desarrollo humano y
sostenible
Es importante que los docentes se preparen sistemáticamente en la actualización
de los conocimientos que forman parte de los contenidos de la enseñanza, a la luz
de los adelantos de la ciencia y la tecnología para incorporar la dimensión humana
en los ejemplos y argumentos, en el sentido no solo de destacar el progreso del
conocimiento científico-tecnológico de la humanidad, sino con la finalidad de
resolver problemas de alto nivel de complejidad y globales que afectan tanto al ser
humano como al medio ambiente, así como en la satisfacción de las necesidades
y exigencias prácticas del desarrollo, lo cual debe verse a nivel mundial, nacional y
local. Este proceso se da en un contexto mundial de progreso excluyente, donde
no siempre todos los adelantos y avances científico-tecnológicos están al alcance
de todos los necesitados, tampoco sus aplicaciones responden siempre a la buena
voluntad del desarrollo sostenible, del uso o transferencias tecnológicas limpias,
en tal sentido se destaca la política cubana del desarrollo orientado por los valores
humanistas, de justicia y equidad social y de solidaridad en el cumplimiento de la
dignidad plena del ser humano como valor primero en relación con el medio
ambiente para el desarrollo sostenible.
4. Dimensión disciplinar

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Toda acción educativa contribuye a la formación de valores, sin embargo los
valores en el plano interno de los sujetos no se construyen o se aprenden de igual
forma que los conceptos o conocimientos científicos, este es un complejo proceso
que concierne a la subjetividad y condiciones internas de cada persona, al sentido
personal de los significados de los valores y a la creencia en ellos. Al abordar la
dimensión disciplinar del tratamiento de los valores en la formación, esta abarca
los conocimientos del contenido de las disciplinas y asignaturas, las habilidades
como formas de su aplicación y al valor de la importancia del conocimiento para la
vida, esto es el contenido de la enseñanza, correspondiente a la concepción
curricular, los objetivos formativos y el modelo del egresado los que se potencian
desde el contenido de la enseñanza y el aprendizaje y las actividades
complementarias.

5. Relación multidisciplinar e interdisciplinar de la educación en valores en la


integración del proceso formativo y sus contenidos
Los valores constituyen una categoría puente en el tratamiento a las diferentes
direcciones de la educación integral, por ello la determinación por los colectivos de
docentes del sistema de valores de las asignaturas de un grado, así como de las
direcciones de la educación integral que se exige en la finalidad de la educación,
contribuyen a trabajar con una visión más integradora y a integrar los métodos, los
procedimientos, las vías, las acciones y actividades en la planificación del proyecto
educativo del curso escolar, para contribuir de forma intencionada con este fin. El
trabajo metodológico y la preparación de los docentes sobre la base de la
cooperación profesional en el colectivo pedagógico es esencial para este proceso
de integración de los valores del contenido de la enseñanza y el aprendizaje, así
como de las actividades generales de la labor educativa que programan la escuela
y los docentes con los estudiantes, la familia y la comunidad.

6. Vínculo teoría-práctica y vivencia de los valores


La educación moral, en valores y ciudadana en los estudiantes tiene como
aspecto esencial, las vivencias en la experiencia personal acumulada en el
transcurso de la vida, por ello es importante la vinculación de los conocimientos y
habilidades del aprendizaje académico con su utilidad y aplicación en la vida
práctica, la cultura, la ciencia, la tecnología, el deporte, el arte, la salud, entre
otros, y el trabajo en las diferentes ramas de la producción y los servicios y
socialmente útil, lo que exige de la participación protagónica en los diferentes
espacios en los que desarrolla su vida en la escuela y fuera de ella, en particular
con la realidad de su contexto comunitario y la sociedad cubana. En este sentido
la actualización del docente es esencial, así como las actividades de orientación
vocacional y profesional que organiza la escuela entre otras muchas posibilidades
de la concepción actual del currículo que potencian el desarrollo de los valores en
la vida cotidiana y la convivencia ciudadana.

7. Unidad de la teoría y el método

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Los fundamentos teóricos que permiten adentrarnos en la naturaleza ideológico-
espiritual e histórico-social del valor y del complejo proceso de su formación,
tienen un carácter multidisciplinario que transitan desde lo filosófico, lo sociológico,
lo ético, lo histórico, lo psicológico y lo pedagógico, entre otros, en este sentido
estos fundamentos aportan la concepción y el enfoque metodológico de cómo
contribuir a su formación y precisar los métodos, procedimientos, vías, sistema de
influencias y acciones.
En la labor educativa desde la clase, el dominio teórico de los contenidos de la
enseñanza y los métodos adecuados del docente para propiciar el aprendizaje de
los estudiantes según la naturaleza del conocimiento y las habilidades que
implican, trasmiten un método en la lógica del razonamiento para el aprendizaje y
la motivación del interés de este por conocer y aprender, conlleva a un sentido
personal del significado positivo del aprendizaje para su desarrollo y crecimiento
como un ser humano o persona de bien.

Como puede apreciarse este documento tiene el propósito de ofrecer algunas


herramientas que pueden enriquecer el acervo de la experiencia profesional de los
docentes para que apliquen de forma conveniente y electiva (con un
conocimiento de causa) con intencionalidad y explícita, en su práctica educativa
algunos de los conceptos, fundamentos y procedimientos metodológicos que se
explican en el documento, desde su especialidad, disciplina o asignatura, que
focalizan el desarrollo del enfoque EAH en la educación de los estudiantes que se
forman en las carreras pedagógicas de nuestra universidad.

27
Anexo 1
Guía de observación comportamental para el docente.

Esta guía de observación presenta 6 dimensiones e indicadores a tener en


cuenta en el modelo que emplea el docente como registro de la observación
educativa sistemática.
La valoración integral de cada estudiante la hacen los propios estudiantes con el
profesor principal y con la participación de la FEU del grupo a partir de las 6
dimensiones en cada corte evaluativo en cada semestre, por lo que se analiza con
el grupo en la reunión de resultados evaluativos.

El criterio evaluativo del docente sobre la base de su observación actitudinal de los


estudiantes se realiza con una escala similar a la evaluación de la Educación
Superior, porque se le incorpora el MB por lo que será: E (Excelente), MB (Muy
Bien), B (Bien), R (Regular) y M (Mal).

mensiones Modos de actuación


I. Motivación profesional 1. Tiene sentido de pertenencia con la Universidad
2. Se identifica gradualmente con la profesión en que se forma
3. Comprende la necesidad de su trabajo
4. Se esfuerza para que las cosas le salgan bien
II. Preparación pedagógica 5. Cumple con los deberes docentes de las asignaturas
para la enseñanza y la
6. Estudia y se prepara independientemente
labor educativa con sus
alumnos 7. Participa con disciplina y activamente en clases
8. tiene resultados satisfactorios en las asignaturas
9. Se interesa y cumple bien las tareas asignadas en la práctica laboral
10. Se familiariza con los contenidos de las estrategias curriculares en el año
II. Opiniones sobre temas 11. Expresa sus opiniones sobre los problemas económicos y sociales de la
priorizados del trabajo realidad cubana
político ideológico 12. Participa activamente en la preparación político-ideológica
13. Está informado sobre los principales cambios que se hacen en la
economía, en el reordenamiento y algunas leyes en el país.
14. Está informado sobre los principales acontecimientos que son noticias
nacionales
15. Está informado sobre los principales acontecimientos que son noticias
internacionales
16. Muestra conocimiento de la Historia patria
17. Expresa sus opiniones sobre los problemas económicos y sociales y de la

28
educación de la realidad cubana
18. Participa activamente en la preparación político-ideológica del grupo y la
Facultad
V. Comportamientos que 19. Regula su comportamiento según las normas y valores morales de la
reflejan las convivencia social
normas y valores de la 20. Tiene en cuenta las normas y valores morales de la profesión en su
profesión y sociales. comportamiento en las actividades de la Universidad y en los centros de la
práctica laboral
21. Se relaciona adecuadamente con los demás, buen uso del lenguaje y trato
respetuoso con sus compañeros, profesores, familia
22. Preocupado(a) por su porte y aspecto personal adecuado según la
actividad o lugar en que se encuentra
23. Manifiesta un comportamiento y relaciones adecuadas en el trabajo de la
escuela en la práctica laboral
24. Se muestra colectivista y solidario(a) con sus compañeros
25. Es cumplidor(a) y responsable ante sus tareas
V. Proyección político 26. Valora crítica y autocríticamente con honestidad su actitud ante sus
ideológica y de la deberes y responsabilidades.
formación de valores que 27. Tiene receptividad ante los señalamientos y sugerencias
se desarrolla en la 28. Propone y sugiere acciones para dar solución a problemas colectivos o
carrera. superar insuficiencias personales
29. Se esfuerza para mejorar ante los errores o insuficiencias de su formación
30. Participa protagónicamente en la elaboración y ejecución del proyecto
educativo de su grupo y Facultad
31. Participa activamente en las actividades de la FEU
32. Cumple con las actividades de PPD
33. Es cooperativo en el trabajo en equipo
VI. Influencias de actores 34. Relación familiar
educativos y vías que
35. Participación en las organizaciones de masas
inciden en sus opiniones
y su formación 36. Principales medios de información con los que se relaciona
37. Participación en red social
38. Participa en actividades extensionistas de la Universidad, en grupo de
aficionado, práctica de deporte, en asociación

29
GUÍA DE OBSERVACIÓN PARA EL DOCENTE
Nombr D I. D 2. D 3. D 4. D 5. D 6.
e del Motiv. Preparaci Proyecci Comportamie Opinion Influenci
estudia Profesio ón labor ón sobre nto, normas es as
nte nal educativ el TPI y valores sobre la educativ
Inicio a Inicio Inicio formaci as
1er corte Inicio 1er corte 1er corte ón en la Inicio
1er corte carrera 1er
Inicio corte
1er
corte

Bibliografía mínima
Chacón Arteaga N. (1999) Formación de valores morales. PROMET. Editorial
Academia La Habana, Cuba.
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Chacón Arteaga N. y coautores. (2006) Dimensión Ética de la Educación cubana.
Pueblo y Educación. La Habana, Cuba.
______________ y coautores. (2008) Educación, Ciencia y Conciencia. Editorial
Pueblo y Educación. La Habana, Cuba.
Chacón Arteaga N. (2013) Martí y Fidel en el código de ética del educador cubano.
Editorial Pueblo y Educación. La Habana, Cuba.
______________ y coautores. (2015) Educación en valores. Retos y
experiencias. Editorial Acuario. La Habana, Cuba.
______________ y coautores. (2016) Concepción de la Educación para la vida
ciudadana para la escuela cubana. (inédito aplicado en trabajo de colectivo de
autores de programas en el perfeccionamiento) La Habana, Cuba.
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el trabajo pedagógico. Revista Varona No 36 – 37, La Habana.
Cheryl A. et. al. (2002). Programa de solución de conflictos para la educación
primaria y media 4 partes. Publicaciones Acuario, La Habana.
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