Académique Documents
Professionnel Documents
Culture Documents
Da Silva, quien pesa alrededor de 100 kilos, descubrió hace poco que
tenía hipertensión, una afección que reconoce tal vez está relacionada
con su gusto por el pollo frito y la Coca-Cola que bebe en cada comida,
incluido el desayuno.
Da Silva y otros vendedores como ella hacen entregas regulares para Nestlé a un cuarto de
millón de hogares en Brasil. CreditWilliam Daniels para The New York Times
“En una época en la que parte del crecimiento es más atenuado en las
economías establecidas, creo que la firme postura de los mercados
emergentes será una posición ganadora”, dijo Mark Schneider, director
ejecutivo de Nestlé, a inversionistas recientemente. Los mercados en
desarrollo ahora proporcionan a la empresa el 42 por ciento de sus
ventas.
Para algunas compañías, eso puede implicar ponerse como objetivo a los
jóvenes, como se lo describió Ahmet Bozer, presidente de Coca-Cola
International, a inversionistas en 2014. “La mitad de la población del
mundo no ha bebido una Coca en los últimos 30 días”, dijo. “Hay 600
millones de adolescentes que no han bebido una en la última semana.
Así que la oportunidad que hay aquí es enorme”.
“Todos aquí saben que los productos de Nestlé son buenos para ti”, dijo,
y señaló las latas de Mucilon, una papilla para niños pequeños cuya
etiqueta dice que está “llena de calcio y niacina”, pero también Nescau
2,0, que es un polvo de chocolate con mucha azúcar.
Continue reading the main storyFoto
Da Silva con algunos de sus hijos y una prima en su hogar en Fortaleza CreditWilliam Daniels
para The New York Times
Dijo que los bajos ingresos de los brasileños pobres o que pertenecen a la
clase trabajadora habían sido un impulso para las ventas directas. Eso se
debe a que, a diferencia de la mayoría de los vendedores de alimentos,
Nestlé les da a sus clientes todo un mes para pagar sus compras.
También ayuda que las vendedoras —el programa emplea
exclusivamente a mujeres— saben cuándo sus clientes reciben la Bolsa
Família, un subsidio mensual del gobierno para hogares de escasos
recursos.
Algunos de los productos Nestlé a la venta en una tienda cerca de Muaná CreditWilliam Daniels
para The New York Times
Gibney, el nutriólogo que trabaja como consultor para Nestlé, dijo que la
empresa merecía crédito por hacer un trabajo loable reformulando
productos más saludables.
Sin embargo, de los 800 productos que Nestlé indica que están
disponibles a través de sus vendedores, Da Silva dice que sus clientes
solo están interesados en cerca de dos decenas de ellos; casi todos
productos azucarados como Kit Kat; Nestlé Greek Red Berry, un vaso de
yogur de 100 gramos con 17 gramos de azúcar, y Chandelle Pacoca, un
pudín con sabor a cacahuate en un contenedor del mismo tamaño que el
yogur, pero que tiene 20 gramos de azúcar —más de la mitad de la
ingesta diaria recomendada—.
Hasta hace poco, Nestlé patrocinó una embarcación flotante que llevaba
decenas de miles de cartones de leche en polvo, yogur, pudín de
chocolate, galletas y dulces a comunidades aisladas en la cuenca del
Amazonas. Desde que el bote quedó fuera de servicio en julio,
propietarios de botes privados se han dado a la tarea de cumplir con la
demanda.
Popkin cree que las ventas de puerta en puerta son emblemáticas de una
nueva e insidiosa era en la que las empresas no dejan opciones intactas
en un esfuerzo por crecer y hacerse fundamentales en comunidades del
tercer mundo. “No dejan libre un solo centímetro del país”, explicó.
Joana D’arc de Vasconcellos con fotos de su hija, Vittoria, y productos de Nestlé CreditWilliam
Daniels para The New York TimesContinue reading the main storyFoto
De Vasconcellos, a la derecha, tiene diabetes e hipertensión. Vittoria, de 17 años, tiene
hipertensión y pesa casi 136 kilos. CreditWilliam Daniels para The New York Times
“Cada vez que voy a la clínica de salud pública, la fila para los diabéticos
llega hasta la entrada”, dijo. “Sería muy difícil encontrar una familia aquí
que no la padezca”.
Nestlé se preocupaba por una nueva política que Brasil había adoptado y
estaba impulsando en la Organización Mundial de la Salud. Si se
adoptaba ahí, la política habría recomendado que los niños de todo el
mundo se amamantaran durante seis meses, en vez de la recomendación
previa de cuatro a seis meses, dijo Coitinho.
“Puede que dos meses no parezcan mucho, pero son muchos ingresos.
Son muchas ventas”, dijo Coitinho, quien renunció a su puesto en 2004
y ahora es consultora independiente de nutrición para las Naciones
Unidas, entre otros. Al final, las empresas de alimentos
infantilestuvieron éxito al frenar la política durante un año, dijo
Coitinho. Nestlé dijo en respuesta a la anécdota de Coitinho que “cree
que la leche materna es la nutrición ideal para los bebés” y que apoya y
promueve los lineamientos de la OMS.
“Creímos que Brasil podría ser un modelo para el resto del mundo, un
país que pone el bienestar de sus ciudadanos por encima de todo lo
demás”, dijo Dirceu Raposo de Mello, entonces director de la Agencia
Nacional de Vigilancia Sanitaria, conocida ampliamente mediante el
acrónimo en portugués Anvisa. “Desafortunadamente, la industria
alimentaria no pensaba lo mismo”.
Continue reading the main storyFoto
Desde la izquierda: Michel Temer, presidente de Brasil; Dirceu Raposo de Mello, exdirector de
Anvisa; Jaime César de Moura Oliveira, su sucessor; Dilma Rousseff, la expresidenta que instruyó el
remplazo de Raposo de Mello; Luis Ignacio Adams, fiscal general de Brasil.CreditDesde la
izquierda: Adriano Machado/Reuters; Agência Brasil; Marcelo Camargo/Agência Brasil;
Apu Gomes/Agence France-Presse -- Getty Images; Fabio Rodrigues Pozzebom/Agência
Brasil
“Están llegando hasta bebés, que es algo que nunca antes habíamos
visto”, dijo Giuliano Giovanetti, quien se encarga de la difusión y la
comunicación del centro. “Es una crisis para nuestra sociedad porque
estamos produciendo una generación de niños con habilidades
cognitivas dañadas que no alcanzarán a desarrollar todo su potencial”.
Casi el nueve por ciento de los niños brasileños eran obesos en 2015, un
aumento de más del 270 por ciento desde 1980, de acuerdo con un
estudio reciente por parte del Instituto para Métricas y Evaluación de
Salud en la Universidad de Washington. Eso pone al país a una distancia
dramática respecto de Estados Unidos, donde el 12,7 por ciento de los
niños eran obesos en 2015.
Las cifras son aún más alarmantes en las comunidades atendidas por el
centro: en algunos vecindarios, el 30 por ciento de los niños son obesos y
otro 30 por ciento está desnutrido, de acuerdo con los datos de la
organización, que encontró que 6 por ciento de los niños obesos también
estaban desnutridos.
Continue reading the main storyFoto
Unos niños en el Centro para Recuperación y Educación Nutricional con letreros que dicen "Yum"
después de comer un pastel hecho a base de frutas CreditWilliam Daniels para The New York
Times
Isaac, de 9 años, pesa 63 kilos y solo puede usar ropa fabricada para
adolescentes. Dos Santos, quien trabaja en la farmacia de un hospital,
recorta las piernas de los pantalones para que le ajusten a su hijo.
Isaac comiendo ensalada en casa. Su madre, Elaine Pereira dos Santos, ahora le prepara comidas
más saludables.CreditWilliam Daniels para The New York Times
“Siempre pensé que cuando se trata de los bebés, cuanto más gordos mejor”.
ELAINE PEREIRA DOS S ANTOS, MADRE DE DOS NIÑOS CON SOBREPES O
“Es la respuesta del cuerpo a lo que percibe como inanición”, dijo Dellare
Calia.
El dinero manda