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EVOLUCION DE LOS MICROCREDITOS EN EL PERÚ

Crecimiento

Indicadores financieros de las Empresas no Bancarias


Para analizar de una mejor manera la evolución de los microcréditos en el Perú
se analiza los siguientes indicadores:
Tasa de morosidad: Cartera atrasada / colocaciones brutas
Ratio de cobertura (provisiones) de la cartera de alto riesgo: Provisión para
colocaciones/ Cartera de alto riesgo
Elaboracio: Propia
Relación Cartera atrasada/Colocaciones brutas (porcentaje)

FINANCIERAS CMAC CRAC EDPYMES 12.6

9.2

7
5.4 5.1
5.8 5.8 5.7
5 5.1 4.9 5.7 5.5
5.1 5.2 5 5.6 5.5
4.5 5 4.8
4.5 4.6 4.8
4.3 4.5 4.1 4.2
4 3.8 3.9
3.5

2009 2010 2011 2012 2013 2014 2015 2016

Fuente: Memorias Anuales BCRP 2011-2016


Elaboracio: Propia

Con relación a las empresas financieras no bancarias, durante los años 2009-
2011, los indicadores tuvieron una mejora, observándose una disminución de
las tasas de morosidad y un incremento de los ratios de cobertura (provisiones)
de la cartera de alto riesgo. Las empresas financieras mostraron las tasas de
morosidad más bajas (de 4,5% a 3,5% a diciembre de 2011) y los índices de
cobertura de cartera de alto riesgo más altos (de 124,9% a 149,2% a diciembre
de 2011).
Entre los años 2012-2013, los indicadores también sufrieron un deterioro, en el
2012 se registró un aumento de los índices de morosidad y una reducción de
los ratios de cobertura (provisiones) de la cartera de alto riesgo. Las cajas
rurales mostraron los índices de morosidad más altos (5,4%) y los índices de
cobertura de cartera de alto riesgo más bajos (84,4%). El año 2013 las cajas
rurales mostraron los índices de morosidad más altos (7%) y los índices de
cobertura de la cartera de alto riesgo más bajos (84,7%).
El año 2014 Los indicadores de las empresas financieras no bancarias también
experimentaron un deterioro. Los índices de morosidad aumentaron y los ratios
de cobertura (provisiones) de la cartera de alto riesgo disminuyeron. Las cajas
rurales mostraron los mayores índices de morosidad (12,6%) y los menores
índices de cobertura de cartera de alto riesgo (63.2%). Durante el año 2015, se
observó un ligero aumento de los índices de morosidad en las empresas
financieras (5,7%) y en las Edpymes (4,2%). Las cajas municipales, por su
lado, registran leves mejoras en sus índices de morosidad (5,7%) y el
incremento de cobertura de cartera de alto riesgo con provisiones (106,1%).
Finalmente en el 2016 se observó una reducción de los ratios de cartera
atrasada en todas las entidades, sobre todo en las cajas rurales (5,1%), que a
su vez aumentaron su cobertura de cartera de alto riesgo con provisiones
(97,1%); Las cajas municipales y las empresas financieras siguen mejorando
en sus índices de morosidad (5,5%) y la disminución de cobertura de cartera de
alto riesgo con provisiones: cajas rurales con 104,9% y las financieras con
116.2%; mientras las Edpymes presentaron los menores índices de morosidad
(3,9%) y la más alta cobertura de cartera de alto riesgo con provisiones
(137,9%).

149.2
Relación Provision para colocaciones/Cartera de alto riesgo

137.9
132.8 132.2 132.7
124.9 124.1
122.5 123.2
114.4 120
115.2 120.6 116.2
106.7 108.2 111.2
105 108 105.5 105.2 106.1 104.9
105.1 105.7
96.7 97.1
91.3 92.3
(porcentaje)

84.4 84.7

63.2

FINANCIERAS CMAC CRAC EDPYMES

2009 2010 2011 2012 2013 2014 2015 2016

Fuente: Memorias Anuales BCRP 2011-2016


Elaboracio: Propia

Instituciones Bancarias y no bancarias que brindan microcréditos

A octubre del presente año la Superintendencia de Banca y Seguros SBS,


registro las siguientes entidades que registraron colocaciones en forma de
microcréditos:
EMPRESAS DEL RUBRO DE MICROCREDITOS

Cajas Municipales de Cajas Rurales de


Banca Multiple Empresa Financiera Edpyme
Ahorro y Credito Ahorro y Credito
Mibanco CMAC Arequipa Crediscotia Financiera CRAC Raíz EDPYME Santander
B. Azteca Perú CMAC Cusco Financiera TFC CRAC Los Andes EDPYME Acceso Crediticio
CMAC Del Santa Compartamos Financiera CRAC Prymera EDPYME BBVA Consumer Finance
CMAC Huancayo Financiera Confianza CRAC del Centro EDPYME Micasita
CMAC Ica Financiera Efectiva CRAC Sipán EDPYME GMG
CMAC Maynas Financiera Qapaq CRAC Incasur EDPYME Alternativa
CMAC Paita Financiera Oh! EDPYME Inversiones La Cruz
CMAC Piura Amérika Financiera EDPYME Marcimex
CMAC Sullana Mitsui Auto Finance EDPYME Credivisión
CMAC Tacna Financiera
CMAC Trujillo Financiera Credinka
Fuente: SBS
Elaboracio: Propia

¿Cómo actúa la regulación de la SBS en los microcréditos?

Impulsa la bancarización

Lo que representa atraer al sistema regulado a oferentes de servicios


financieros con interés y voluntad de atender a los sectores menos favorecidos
y sobre todo con know-how respecto de cómo hacerlo. De este modo, se fue
configurando un sector micro financiero, cuyo inicio se remonta a más de
treinta años con la creación de las cajas municipales de ahorro y crédito (la
primera en 1983), con el propósito de favorecer un crecimiento descentralizado
y equitativo en el país.

Al no ser éstas suficiente para atender a los microempresarios urbanos y


rurales a lo largo del territorio nacional, desde mediados de los noventa se
promovió el surgimiento de entidades privadas especializas. Así, aparecen las
cajas rurales de ahorro y crédito, de propiedad de inversionistas regionales
locales, las que estaban llamadas a llenar el vacío creado por la liquidación del
Banco Agrario.

Posteriormente, se promueve la transformación de las ONG a entidades


reguladas, la ONG con mayor desarrollo a banco especializado y otras bajo la
nueva licencia de Entidades de Desarrollo a la Pequeña y Microempresa
(EDPYME). En un principio, todos estos tipos de entidades se rigieron por sus
propias leyes; sin embargo a través de la Ley General del Sistema Financiero y
del Sistema de Seguros de 1996, las instituciones microfinancieras (IMFs)
fueron incorporadas al sistema financiero, en igualdad de condiciones que las
empresas bancarias.

La principal actividad de las IMFs siempre ha sido el otorgamiento de créditos a


microempresas y, gracias a la interacción con dichas empresas se entendió
que ésta era una actividad distinta a los créditos comerciales, lo cual se debiera
ver reflejado en la regulación. Es así que por primera vez en agosto de 1997,
se definió regulatoriamente el microcrédito como una nueva categoría de
crédito, lo cual se plasmó en el Reglamento para la Evaluación y Clasificación
del Deudor y la Exigencia de Provisiones. Además, se precisó que la regulación
era aplicable de manera general a todas las empresas del sistema financiero
que realicen dicha actividad.

La definición de microcrédito tuvo modificaciones en el tiempo para reflejar


mejor la realidad del mercado y tipificar los riesgos inherentes; pero se mantuvo
el criterio de acotar el riesgo de establecer un máximo endeudamiento del
prestatario en el sistema financiero.

Actualmente, se distingue el microcrédito y el crédito a la pequeña empresa de


otro tipo de créditos empresariales y, para ambos casos, se aplican reglas que
dejan espacio para el empleo de tecnologías adecuadas para servir a
receptores de microcrédito, típicamente informales, con poca documentación y
escasa o nula historia crediticia.

Regulación en las exigencias de provisiones

En el Perú, se constituyen provisiones específicas por los créditos con


calificación de mayor riesgo que la categoría normal (backward-looking) y
provisiones genéricas para los créditos normales. Adicionalmente, desde el 1
de Diciembre del 2008, la SBS exige a los bancos la constitución de
provisiones cíclicas que varían en un rango de 0.3% y 1.5% según el tipo de
cartera, las mismas que se activan o desactivan siguiendo unas reglas
cíclicas8. Se eligió una regla de activación de la provisión adicional basada en
el crecimiento del producto bruto interno (PBI), ya que este precede al
crecimiento de las colocaciones. De esta manera, las mayores colocaciones
constituyen un resguardo frente al riesgo potencial asociado al crecimiento de
las colocaciones y, eventualmente, pueden actuar como un freno al crecimiento
excesivo del crédito.

Regulación en la calidad de cartera

Existen otros indicadores bancarios que permiten realizar un mejor análisis del
riesgo crediticio para el caso peruano en contextos de auge económico. Uno de
ellos, se encuentra relacionado con el gasto en provisiones bancarias. Para
tener una visión más adecuada del gasto en provisiones, es necesario hacer un
análisis en términos relativos. Para ello, conviene dividir el gasto en provisiones
entre las colocaciones totales por cartera crediticia (estandarización) y analizar
el ratio resultante. A diferencia del ratio de morosidad, el ratio de provisiones
(gasto en provisiones entre el total de colocaciones) incorpora los castigos y,
por su construcción, tiene una mayor relación con el ciclo económico.

Aun cuando el sistema financiero peruano tiene un gran espacio para la


innovación, desarrollo de nuevos mercados, ganancias de eficiencia y mejores
niveles de inclusión financiera, resulta relevante apreciar lo mucho que se ha
avanzado en los últimos 25 años en materia de crecimiento, diversificación,
desarrollo de nuevos mercados e inclusión financiera. Igualmente importante es
señalar que dicho desarrollo se ha realizado en un cuidadoso entorno de
regulación prudencial, de manera que los logros alcanzados sean sostenibles
en el largo plazo y constituyan una sólida plataforma para futuros desarrollos.
Ello queda evidenciado por el buen perfil de estabilidad financiera del que
actualmente goza nuestro sistema financiero. En este contexto, avizoramos
que el sistema financiero continuará desarrollándose de manera sana y
sostenible y contribuyendo al desarrollo de la economía peruana.

Finalmente, hay que destacar que la mayoría de empresas del sistema


financiero ha venido obteniendo una rentabilidad positiva y capitalizando un
monto considerable de sus utilidades. A junio de 2014, la rentabilidad
anualizada sobre activos del sistema en su conjunto registró un nivel de 1.9%,
en tanto que la rentabilidad anualizada sobre capital alcanzó un 18.4%.
La regulación local de entidades financieras y las microfinanzas En esta
sección interesa analizar el tratamiento brindado a las microfinanzas por la
legislación y la regulación prudencial local, en dos niveles: a la actividad de las
microfinanzas en sí misma, independientemente del tipo de institución regulada
que la desarrolla y el tratamiento brindado a las IMF, esto es, a las entidades
que únicamente se dediquen al negocio de las microfinanzas. Se plantean
entonces dos cuestiones: 1) ¿la regulación prudencial local impide que las
entidades financieras reguladas –cualquiera sea su tipo- dediquen una parte de
su negocio a las microfinanzas?. Esta pregunta apunta a establecer si hay
regulaciones que contemplen a los negocios microfinancieros como tales; 2)
¿la regulación prudencial y la legislación contemplan alguna categoría de
instituciones que puedan dedicarse exclusivamente a las microfinanzas?, es
decir, ¿hay regulaciones para las instituciones microfinancieras? En lo que
hace a la primera cuestión, la regulación prudencial ha establecido requisitos
diferenciales para algunos productos microcrediticios que pueden ofrecer las
entidades financieras. Uno de ellos son los denominados “préstamos de bajo
valor”. Se consideran como tales aquellos cuya cuota mensual –con sistema
francés- no supere los $200 para un plazo máximo de 24 cuotas y un monto
total de $15,000 para plazos superiores54. Asimismo se establece la necesidad
de contar con la clasificación del cliente y su información a la Central de
Deudores. El límite máximo de préstamos que las entidades pueden otorgar
bajo esta modalidad es del 10% de su Responsabilidad Patrimonial
Computable (RPC)55. Una de las ventajas de este tipo de préstamos es que
para ser otorgados requieren un volumen de documentación menor al exigido
para el resto de los créditos. La normativa local establece como caso general
que cuando una entidad financiera otorga un préstamo debe confeccionar un
legajo del cliente donde se registrará

toda la información relativa al mismo. Esa información comprende, en el caso


de corresponder, el comprobante de cumplimiento de las obligaciones
previsionales, la inscripción en el Registro Industrial de la Nación, la
declaración jurada sobre vinculación a la entidad financiera, además de todos
los elementos que posibiliten efectuar correctas evaluaciones acerca del
patrimonio, flujo de ingresos y egresos y rentabilidad empresaria o del proyecto
a financiar56. La confección de ese legajo tiene un costo en materia de
obtención y procesamiento de la información. Atento a ello es que se
establecen requisitos de información menores para los préstamos de bajo
valor. En este caso solo es exigible que el legajo de crédito cuente con los
datos que permitan la identificación del cliente57. El mismo tratamiento se
requiere para los préstamos a personas físicas otorgados utilizando métodos
estadísticos de evaluación (“Credit Scoring”). El monto de estos préstamos
otorgados por “Credit Scoring” no pueden superar los $15,000, requiriéndose
también la clasificación del cliente y estableciéndose como límite para el banco
el 15% de la RPC o $30 millones, de ambos el mayor sin superar el 50% de la
RPC. Hasta el presente, la utilización de los préstamos de bajo valor por parte
de los bancos y entidades financieras ha sido baja a nivel agregado, con un
saldo del orden de $19 millones en todo el sistema58. La baja utilización de
estos préstamos podría estar respondiendo tanto a problemas de oferta como
de demanda. Por un lado, las entidades financieras podrían considerar que la
información requerida por la regulación no es suficiente para evaluar los
créditos, motivo por el cual exigirían requisitos adicionales a los procedentes de
la norma exclusivamente. Por otro lado, puede estar sucediendo que la
demanda de créditos de bajo monto por parte de las personas de escasos
recursos no esté dirigiéndose al sector bancario tradicional. Quizá esto se deba
a falta de información sobre el tipo de préstamos que puede ofrecer el sector
formal o porque, anticipándose a situaciones adversas, muchas personas
recurren al sector informal en busca de financiamiento. También existe en la
normativa un tratamiento más favorable para los préstamos comerciales cuyo
monto no supere los $500,000, respecto del tratamiento otorgado al resto de
los créditos comerciales de mayor monto59. La regulación otorga a la entidad
la opción de clasificarlos como cartera de consumo o vivienda, con o sin
garantía preferida, en cuyo caso reciben el tratamiento previsto en las normas
para los primeros60. Esta opción aporta simplificación a la tarea de
clasificación del deudor ya que para los préstamos de consumo la clasificación
se realiza en forma mensual y atendiendo exclusivamente a pautas objetivas
de cumplimiento de las obligaciones o su situación jurídica61 . Por el contrario,
los créditos comerciales se clasifican en base a la información financiera
actualizada (estados contables e información complementaria, proyectos de
inversión, etc) que proporciona el cliente considerando como criterio básico de
evaluación la capacidad de repago según el flujo financiero estimado. La norma
enumera para cada categoría de clasificación, la situación que debiera
observarse en el análisis del flujo de fondos como así también la periodicidad
mínima de clasificación62. Sin embargo, hay que remarcar que la cartera
comercial originada con la pauta de “asimilable a consumo”, no está eximida de
la constitución de garantías ni se adopta ninguna metodología de evaluación
crediticia que pudiera asemejarse a las utilizadas en las microfinanzas. En lo
que hace a la segunda cuestión planteada al inicio de esta sección, puede
afirmarse que no hay en la actualidad una figura legal y regulaciones en la que
pudiesen encuadrarse las IMF como tales. Muchas veces en las discusiones se
sostiene que las Cajas de Crédito Cooperativas -creadas en el año 2003 por la
Ley 25782-63 serían la figura legal más parecida a una IMF ya que, según la
Ley de Entidades Financieras, cuentan con capacidad para conceder
préstamos “...a pequeñas y medianas empresas urbanas y rurales, incluso
unipersonales, profesionales, artesanos, empleados, empleados obreros,
particulares y entidades de bien público”64. Si bien es la figura legal que por su
objeto más podría asemejarse a una IMF, no pueden realizar todas las
actividades usualmente atendidas por una típica IMF, ni aplicar en su totalidad
las metodologías crediticias por ellas utilizadas. En orden a aclarar las
diferencias existentes, en el Cuadro 7 se comparan características típicas de
las IMF con las que corresponden a una Caja de Crédito Cooperativa. Las
Cajas de Crédito y Cooperativas realizan operaciones activas y pasivas solo
con sus asociados y dentro de ciertos límites impuestos por la normativa. A su
vez, dada la naturaleza y volumen de las operaciones que realizan, reciben un
tratamiento especial respecto a la regulación impuesta a otras entidades
financieras65. El objetivo de las últimas reformas legales apuntaron justamente
a la reducción de los costos asociados a su actividad. Dadas las operaciones
que pueden realizar y la cercanía que tienen con sus clientes, se podría asumir
que las cajas de crédito cuentan con herramientas

adecuadas para acercarse a las microfinanzas. Sin embargo la limitación con


que cuentan para funcionar solo en un sector geográfico determinado, más allá
de que les permite alcanzar un mayor conocimiento de su clientela (factor
fundamental en las microfinanzas) podría resultar en un inconveniente para el
desarrollo de las microfinanzas, tanto en lo que respecta a la escala de
actuación que pueden alcanzar como a la diversificación de su cartera. Las
restricciones a las tasas de interés cobradas, como el hecho de que no podrían
prestar el 100% de su cartera sin garantías, son otros de los factores que,
según se desprende de la comparación, dificultan que las cajas de crédito
pudiesen dedicarse completamente al negocio microfinanciero.

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