Académique Documents
Professionnel Documents
Culture Documents
CAPÍTULo 1
IAESENCIA DE IAnECLARACIÓN-DEYOLUNTAD
y DEL NEGOCIO jURÍDICO*
~:
j¡¡>\--
S 1. LA AUTONOMÍA PRNADA
'ttJ:t?
o
t~r~
1. La autonomía privada como principio de nuestro Ordenamiento
jurídico
O~i
o
~.oo
relaciones jurídicas por los.particulares conforme a su voluhtad. La°au_
tonomía privada es una parte del principio general de la autbdetermina-
ción de las personas. Este principio es, según la Constitució~, un princi-
pio previo al Ordenamiento jurídico y el valor que con él debe realizarse
;.,'
I"l\Wt:
. ~-::::: . está reconocido por los derechos fundamentalesl• . I
El principio de la autonomía privada se materializa con un alcance
o
misma en general está vigente eD el mundo occidental. Cfr:, por ejemplol OrnNGER, Die
Vertragsfreiheit, Die Freiheit des Bürgers im Schweiz. Recht, 1948, pp. :315 y ss.; KEssLER,
Festschr. M. lValff, 1952, pp. 67 Y SS., 71. .
24
I
• Cfr. sobre esto ENNECCERUS, Rechtsgeschü..ft,Bedingung und Anfangstermin, 1, 152 Y
ss.; Enn.-Nippcrdey, 1, S 49, N. 1. Zit.
25.
dI
de compraventa por acuerdo sobre cosa y precio) y Ordenamiento j~-
rídico (~ 433) son fundamento jurídico inescindibl¿ de la vigencia del
acto de autonomía privada (del contrato de compdventa). La configu-
ración autónomo-privada, por una parte;sólo tiene ~ficaciajurídica si y
en la medida en que el Ordenamiento jurídico lo estkblezca.El Ordena-
miento juridico,-por .otra_parte, determina-Ias-con~ecuencias jurídicas
conforme. a -la configuración. autónomo-privada,-pbrque -el reconoci-
miento de la autonomía privada es un principio furdamental del Orde-
namiento jurídico como parte del reconocimiento d~ la autodetermina-
ción de la persona.
~?
Los efectos jurídicos producidos en virtud de la autonomía privada
son siempre, ciertamente, efectosjurídicos legales, la medida en ql;le
el acto de autonomía privada sólo tiene eficacia jurídica en virtud del
Ordenamiento jurídico, El Ordenamiento jurídico s~ limita, sin embar-
go, a.atribuir eficaciajuríciica a la configuraciónautóhomo-privada en la
medida' en que la reconoce. Por eso, con razón se pubde hablar de efec-
tosjurídicos en virtud de .la autonomía privada. Por btro lado, son con-
secuenciasjurídicas legales aquéllas que se producen kólo en virtud de la .
Ley,en cuanto que la Ley determina la consecue~ci~juridica valorando,
jurídicamente relaciones y acontecimientos, en espec~alactos humanos.
Como comparación, confrontemos el ~ 433 Yel ~ 823.1.De acuerdo
con la estructura general de la norma jurídica, en ambos parágrafos hay
.'
supuesto de hecho normativo y consecuencia jurídita. Si se celebra un
contrato de compraventa (supuesto de hecho norinativo), entl)nces
como consecuencia jurídica del ~ 433 el vendedor escl obligado a entre-
gar la mercancía, y.el comprador a entregar el precib. Por el contrario,
si cualquiera lesiona dolosa o culposamente la vida; etc., de otro antijurí-
dicamente (supuesto de hecho normativo), entoncesiestá obligado con-
forme al ~ 823.1a indemnizar los daños ocasionados (consecuenciajurí-
dica). I.
La consecuencia jurídica del contrato de compraventa se produce
I
porque las partes han acordado que el vendedor debe entregar al com-
.1
26
prador la mercancía y el comprador debe pagar el precio al vendedor. El
Ordenamiento jurídico solamente pone en vigor el acuerp.o de las par-
tes contratantes. En el caso del acto ilícito, por el contrario, la conse-
cuencia jurídica de la indemnización de los daños se produce porque el
Ordenamiento jurídico valora la lesión anújurídica y dolosa o culposa
de la vida etc. de modo que el agente debe estar obligado a indemnizar "
los daños.
;7t-.
t b) Consecuencias jurídicas legales en virtud de la autonomía privada
f""'" .~
~~.
r-' .'~~~~[~y~~~r~:~i
-,;;--:';'
~,:~.~~~~t?:~ffj~?4;;{i:~'"T
.~
..~.~,
..'.:
./ .. ' .
" 1"
27
mi=0i
no acordada- no es una consecuenciajuridica en cumplimiento del con-
"""', ono p"" la _ludón o <ennin>dóod<l
r.a:
cunstancias o acontecimientos. También la-configuración autónorno-pri-
_vada tiene preferencia, sin embargo, en esa valoración jurídica. valo-
ración jurídica tiene que producirse en atención a la autonomía privada.
:La pretensión «contractual» establecida legalmente para la inderimiza-
ción de daños y perjuicios por el interés en el cumplimiento, por ~jem-
plo, obtiene su contenido de la reglamentación del contrato efectuada
por la autonomía privada, en cuanto que el obligado a reparar los daños
y peIjuiciosdebe colocar a la otra parte,_por-medio de una prestación
'peCuniaria, en-ola-mismasituación -patrimonial que tendría-si se hJ.biera
cumplido el contrato. I -
La configuración autónomo-privada, en la medida en que valga, es
sencilla de observar en la decisión jurídica. En el caso de todas las
demás decisiones jurídicas se trata, por el contrario, de valorar jurldica-
mente Circunstanciasy acontecimientos, en especial actos humanoÁ.
...•.. ~
-o"
Derecho. Igual que el individuo no puede ser juez en sus propio~I asUD- •
tos~ tampoco puede ser legIslador. Pero, por otra parte, debe teper VI-
' • I
• System, 1, p. 12, N. b.
29
I
material de Derecho como realización de la idea de la justicia. Del legis-
lador hay que esperar que tenga la intención de h~cer realidad la idea
de la justicia. En cambio, quien celebra un contrato de compraventa, lo
hace en su propio provecho. Naturalmente, no d~be cometer ningún ilí-
cito, pero es legítimo que persiga su beneficio.
La problemática de la autonomía privada consiste en que al acto de
autonomía privada -le falta la calificación de Derecho, y sin embargo la
configuración efecmada por él debe ser Derecho. Para dominar estos
problemas, existen múltiples determinaciones de cdntenido y limitacio-
nes del Ordenamiento juridico a la <i.utonomíapritada, de modo que
ésta sólo puede ser eficaz dentro de las fuertes estrucmras del mismo
Ordenamiento. La configuración autónomo-privada en virtud de su re-
conocimiento por el Ordenamiento jurídico, vale, Hasta donde alcance
el reconocimiento, igual que una norma jUrídica.
,!~m"
.....
J~:~,. '_~:: nes jurídicas, se llega a entender con qué alcance y bajo qué presupues-
tos el Ordenamiento jurídico debe dar cabida a la configurabón
autónoma de. relaciones jurídicas.
;.,::.",;~:;.~~r
6. El obrar autónomo como actuación para sí mismo, no como actuación
para otros
:'~I~~
dico, cuando alguien obra autónomamente para sí mismo. El prinqipio
de la autonomía privada no confiere ninguna legitimación para obrar
«autárquicamente>' para otros. Pero por regla general por una relal:ión
.: .~.~.:.¡;:
..\;~':':;.
jurídica resultan afectados varios. Por eso, la configuración autónom~ de
relaciones jurídicas necesita, por regla general, la colaboración d¿ va-
por-
:;Il~$i
rios, concretamente de los que van.a ser afectados por la relaciónjurldi-
ca. La idea del contrato es que lo acordado contractualmente vale
que los c0atratantes, cada uno en uso de su autodeterminación.lhan
pactado que debe ser Derecho. Como regla general el Ordenamiel!-to ju-
rídico, en cuanto admite la validez dd contrato incluso en perjuici9 de
ambos.contratantes, parte de que el contratante mismo ha establecido la
regulación del contrato. ,. I
A menudo se enseña que el contrato encarna en sí mismo una
i~ '
garantía de justicia: puesto que los intereses en cuestión deben sei ga-
raritizados recíprocamente por Jos contratantes, su cooperación eri la
configuración contractual de relaciones jurídicas conduce a «una dom-
~.".:. .¡
31
• Acp, 147,130 Y SS.; FESTSOfR, Nipperdey (l955) , pp. 1 Y SS., en cuanto a lo citado, cfr.
p. 6. n.5.
32
jurídica (paradigma: ocupación de una cosa sin dueño -~ 958- cuando
sobre ella otro no tenga un derecho de apropiación, por ejemplo, dere-
cho de caza), o cuando para otro sólo sUIjauna ventaja jurídica (para-
digma: oferta.fle contrato, ~~ 145Yss.).
En principio, el individuo no puede, mediante una actuación autó-
nomo-privada, constituir, modificar o extinguir una relación jurídica
aunque sea en favor de otro. O el Ordenamiento jurídico exige desde el
principio el asentimiento del otro, o el otro. puede rechazar la relación
jurídica favorable para él. Así el acreedor sólo puede perdonár la deuda
al deudor con suconsentimierito, concretamente por un contrato (~
397), Yla donación requiere la aceptaCión del donatario (~ 5161).
Quien ha sido instituido heredero por testamento, es ciertamente here-
dero ipso iure desde la muerte del causante. Puede, no obstante, repu-
diar la herencia,' y entonces la delación se tiene por no producida (9
1953). La oferta decae por sí misma si no es aceptada(~~ 146 y ss.)'.
Por medio del contrato, los contratantes en principio sólo pueden
~~:.f-¡ configurar relaciones jl}rídicaspara sí mismos. En el Derecho de Obliga-
ciones existen contratos en favor de tercero, pero no a cargo de terceros
l'
ftf.i}
, (SS 328 Yss.), es decir, de otras personas distintas de las partes contra-
tantes. Tampoco en los contratos en favor de tercero se puede imponer
el derecho al tercero. Si lo rechaza, se considera que no lo ha adquirid9
(~333).
: Una especialidad rige para la promesa pública de recompensa (~~ 657 Yss.). Es ver-
. dad que en virtud de la promesa pública de recompensa unilateral no surge todavia ningu-
na pretensión. Sin embargo, no es necesario que la acción para la cual se ha hecho la pro-
mesa de recompensa, se realice -en consideración a la promesa-o La pretensión para
exigir el cumplimiento de la promesa puede surgir por eso para cualquiera, incluso en
contra de su voluntad.
'-,r~" ".,-.
'0"
." .
. ..
-,"
1
33
tiene que actuar para otro (por ejemplo, los padres pk su hijo menor,
o el apoderado para el poderdante), a menudo tiene lm cierto margen
para la propia decisión. Los padres, por ejemplo, ti~nen que decidir
cómo invertir el patrimonio de su hijo (a reserva delciertas autorizacio-
nes del Tribunal de tutelas). El margen para la propialdecisión se llama
discrecionalidad8• La discrecionalidad, en la configuración de relaciones
_jurídicas-para otro, nunca es librearbitrio,-sino-siempte-arbitrio confor-
me a un deber, y se encuentra en oposición muy clarala la actuación en
ejercicio de la autonomía privada como conducta «autárquica» con
poder jurídico reconocido para configurar relaciohes jurídicas del
modo que se crea preferible. Sólo en interés de la seghridad del tráfico
jurídico se considerará la actuación del representante~ en cuanto se re-
fiera a la configuración de relaciones jurídicas, como si el representado
mismo hubiese actuado. Incluso cuando el represenJmte actúe, vulne-
rando su deber, en perjuicio del representado, en priricipio su coilfigu-
ración jurídica es eficaz para el representado. Sobre ~sto se tratará más
detenidamente en la representación.
por
neral está obligado a celebrar el contrato de compra~enta, e incluso las
condiciones dd contrato de compraventa están fijadas la Ley.
.,~.~.-~.'::,..
.... .:....
....
','.•._:_,;;._~Ú:_~;J"~t;jyy.0rti;~\t~P
-" ,'..
37
a
crédito o de una deuda, sin embargo, sólo puede tener higar de la mane-
ra que el Ordenamiento jurídico establece en cuanto su cont~nido.
Tampoco existen en el campo del Derecho de Obligaciorles asigIÍaciones
jurídicas diferentes a las previstaspor el Ordenamiento juHdico.
i¥~~~'
r
:;.t.";',..
.,~.
~,.j~.
f
fi-fd~~'.
38
~A
$',•• '!1- b) La determinación del contenido de las relaciones jurídicas por el
Ordenamiento jurídico en los Derechos Reales, de Familia
y de Sucesiones
p1!-$"
1.,;j'.
::~
'!
1~'' "' .tf
~Aq1
En lo que se refiere a la asignación jurídica de bienes, la configura-
ción autónoma está básicamente determinada en cuanto al contenido
~~;.~;~~. por el Ordenamiento jurídico. Conforme a las normas de los Derechos
Reales, únicamente pueden constituirse la propiedad, los derechos en
cosa ajena, como prenda, hipoteca, usufructo, etc., con el contenido
--
con el que estos derechos han sido estructurados por el Ordenamiento
~'¡:fÚ~! jurídico. Un usufructo por ejemplo sólo puede constituirse de modo
¡".
;~~-
ti.,~~~
.. ; '. ~: .
:,'.
39
/
9. El ámbito de la autonomía privada en el Ordenamientojuridico actual
I
de es que desde el siglo XVII cada vez se fue más consciente del principio
de la autonomía privada como valor", y sobre todo el siglo XIX se esforló
por extender el ámbito de la autonomía privada. En. la actualidad, del
I
Jt Cfr. OITINGER, Vertragsfreiheit; Die Frciheit des Bürgers im Schweizer /lecht, ]948,
pp. 3]5 Y SS., 321 Yss. . .
'; ...'.':.
. . !";.~.:,.~~'
:.'.'.
41
l.
a) La garantía del principio. de autanamÍa privada p~r la Jy
fundamental...
.
admisibles «en la medida en que prioritarias exigencias del bien común
:..
,';
requieran imperativamente tal limitación»!".Otrosl1 colocan la libertad
contractual bajo la reserva del «Ordenamiento constitucional» y resuel-
ven el problema de la libertad contractual elevando el Ordenamiento
.
civil al rango del Ordenamiento constitucional!". Frente a ello hay que'
'.
decir: .
Como la libertad contractual -que hay que entender como pars pro
tato de la autonomía privada- solamente puede existir conforme al Or-
denamiento jurídico", de la garantía constitucional de la libertad con-
tractual no se derivan ningunas consecuencias concretas para el conteni-
I
•• F..NN.-NIPPERDEY, ~ 15 II 4 (pp. 100 Yss.), se opone a la opíni6n contraria del BVerwG
(1,321 Y ss., 2, 214 Y ss.), que II sujllicio contiene una .fundamentación i:1Sostellible».
lO Así, ENN.-NIPPERDEY, ibídem; cfr. también NIPPERDEY,Die Grundrechte, IV, 2, p. 801.
"Cfr. LAUFKE,Festschr. H. Lehmann (1956), 1, pp. 145 Y ss.
lO Cfr. sobre e'to BVerfGe, 6; 32 y SS., cuya conclusión_principal es: _Ordenamiento
constitucional en el sentido del art. 2, p. 1, GG es el Ordenamiento juñdico conforme a la
.í' . Constitución, es decir, el conjunto de normas que formal y materia1mente son conformes
a la Constitución». .
lO Asi correctamente MAUNZ-DüR1G,artículo 2, p. 1, n. 59, aun cuando lo formulen
, equívocamente, como si las normas del Derecho Privado solamente determinasen -el fun- .
" cionamlento técnico del uso reciproco de la libertad de los sujetos de Derecho Privado
entre sí,..
.'
43
I
do del Ordenamiento juridico privado, aparte de la deciSión fundamen-
tal de nuestra Constitución en favor de un Ordenamientd jurídico priva-
do". Tampoco se puede decir que al estar garantizada l~ libertad con-
tractual en el Ordenamiento tradicional del Derecho Privado éste haya
sido elevado al rango constitucional. Ant~sbien, allegislalior le .está per-
mitido modificar o.suprimir .las figuras jurídicas existerites de manera
- ---- que el ámbito .de -la-autonomía'privada-s~reduzca. Por tanto,constitu-
cionalmente no existe ninguna objeción, por ejemplo, para establecer
un régimen económico matrimonial exclusivamente legal, por tanto
para sustraer totalmente del campo de la autonomia privkda el régimen
económico matrimonial; para, en el Derecho de Sucesiories, limitar las
disposiciones tal como ya ha ocurrido en la sucesión del patrimonio fa-
miliar; para, por ejemplo, en el Derecho de Sucesiones, conforme a la
máxima semel heres, semper heres, excluir la sustitución fideicomisarÍa
como posible disposición testamentaria, o no admitir los contratos suce-
sorios; reducir las figurasjurídicas de los Derechos Reale~;completar el
Derecho de Obligaciones con muchas más disposiciones q.eDerecho im-
perativo de las que hoy están vigentes sustituyendo a las de Derecho dis-
positivo, etc. Sólo habría que exigir a todas estas normas que tuvieran'la
" 1..AUFKE (op. cit., pp. 145 Y$s.• 169 y ss.) ha extraído tales consJencias. Así. s.egú~'
a
1..AUFKE. los contratos a cargo de tercero sin autorización del tercero soniinadmisibles cons-
J titucionalmente en virtud del articulo 2. p.l. GG (igualmente, siguiendÓ 1..AUFKE;MAUNZ-
J
DÜRlG. Kotnm. Grudges., art. 2. p. 1. n. 55). Ciertamente. según el Derci:ho vigente, no se
admiten tales contratos.,Es también obvio. y para ello no es preciso ap<¡bir al articulo 2 GG.
que una Ley no puede establecer en general la validez de contratos oblig..torios a cargo de
tercero. Pero seria perfectamente concebible que. por ejemplo. el neJ5i?tiorumgestor pu-
diera celebrar contratos obligatorios que también tuvieran eficacia para ~l dominus del ne-
gocio. Es verdad que tal regulación no es deseable. Mas no se puede acIniitir que le estuvie-
ra vedada al legislador por el artículo 2 GG. Por otra parte. no es ningJna violación de la
libertad contractual que el Derecho vigente no reconozca contratos a cárgo de tercero in-
cluso con autorización de éste. I
Es además incorrecta la opinión de 1..AUFKE cuando entiende (op. cit., p. 171). que no
se deberla establecer por la Ley la nulidad de los negocios de disposicióri pur virtud de los
que se frustren pretensiones obligacionales. Para el problema de la eficácia frente a terce-
ro de las pretensiones obligacionales son posibles indudablemente ottatl soluciones distin-
tas a las del Derecho vigente en el sentido de una atribución de eficacia fe:U a los derechos
de crédito (.Verdinglichung. ) y que han sido observadas en 1;1 historia Idel Derecho. y no
se ve por qué le debieran estar vedadas al legislador por la CÓnstitucióri. En contra de la
opinión de 1..AUFKE (op. cit., p. 172). tampoco es dudoso que normas co!no el S 2481 BGB
pueden ser mantenidas. Finalmente. no no' parece razonable fundar e!. el articulo 2 GG
la nulidad conforme al !i 134 o a1li 138 BGB Y apoyar en ello consideraciones sobre si un
reconocimiento de contratos que están dirigido. a la lesión de derechos ~jenos está exclui.
do por el artículo 2 GG (así. 1..AUFKE, op. cit., p. 172).
44
" ,-~fr. sobre esto STOLL, GrundreeMe und GnmdpJliehten der Reiehsúeifassung
(1930). 1II. pp. 175 Yss.
"Así, con razón, HUBER, Wirtsehaftsverwaltungsrecht,1 (2. Aufl.). p. 661.
•• Así, incorrectamente, HAMA1',N, Deutseke Wirtsehaftsveifassungsreeht, pp. 83 Ys.; cfr.
también NIPPERDEY, Grundrechte IV, 2, p. 888.
/
,. Respecto de la propiedad (art. 14 GG) esto es distinto. La asignación de los bienes
en el extenso sentido. del concepto de la propiedad del articulo 14 GG es una concreta in:;.
titución de nuestro Ordenamiento jurídico. Esta concreta institución y con ello las asigna-
ciones correspondientes a ella están garantizados por el articulo 14 GG .
•• Re'pecto a la limitación de la libertad contractual por medio de la fijación de los
precios, cfr. E'./erfG, 8, 274 Yss., 328 y ss. .
....... ,",' ."
45
. . ales d etermIDan
L as normas constltuclOn . l. - di'e IDd'lVi'd uo
l'a sItuaClOn
en el Estado. En el'artículo 1 GG se proclama la intang¡bilidad de la dig-
nidad de la .persona-con esta consecuencia: «Respetafla y protegerla es
deber de todos'lorpoderes-públicos,.: En el artículo l.III.--se-dice:-«Los
siguientes derechos fundamentales vinculan a los pbderes legislativo,
ejecutivo yjudicial,.. I
Las normas sobre derechos fundamentales se refieren al ejercicio del
poder estatal. Su significado consiste preferentement~ en que el indivi-
duo no se vea lesionado en sus derechos fundamentales por el ejercicio
del poder estatal. Pero el Estado también tiene que proteger al indivi-
duo frente a otros en su status, fijado por los derechos fundamentales,
tal como se dice en el artículo l.IGG, al afirmar que es deber de todo
poder estatal proteger la dignidad de la persona.
En el campo de la autonomía privada, como se ha expuesto, el indivi-
duo sólo puede adoptar en principio regulaciones jurídico negocialt:s ex-
r
clusivamente para sí y para su patrimonio. En principid una persona'sólo
puede resultar afectada por una reglamentación jurídico negocial, cuanc:lo
ella misma, como partícipe en el negociojurídico, lo haYapuesto en vigor.
Según esto, por principio no pueden presentarse en absoluto, en el ámbito
del negocio jurídico, los problemas de los que se trata kcerca de los dere-
'chos fundamentales cuando el individuo ha de ser proteg¡do para no resul-
tar lesionado en sus derechos fundamentales por el uso del poder o contra
el poder. Sin duda puede suceder que el indhiduo no ~elebre el negocio.
jurídico en uso de su autodeterminación, sino que en.su acwaciónjurídico
negocial se doblegue al poder de otro. Entonces se trad, sin embargo, del
problema de los defectos de! negocio jurídico por falta :de autodetermina-
ción y este problema se ha de resolver con las normas q.ispuestaspara die .
por el Derecho Privado (cfr.especialmente ~~ 123Y 138), sín que sea nece-
sario invocar las hormas sobre los derechos fundamentaies"'. .
En la relación del individuo con el Estado las norrhas sobre los dere-
chos fundamentales cumplen su función por e! hecho[de que la Ley o el
/
acto estatal singular que lesionan normas sobre los derechos fundarnen-
tales, sean nulos o sean eliminados por decisión judicial. Lo que proce-
• I
••, Si se limita, como recientemente hace NIPPERDEY (Die Gru1UinL IV. 2, pp. 754 Yss.).
la apliación de las normas de las libertades fundamentales al caso de ~plotación de una posi-
ción de poder. entonces no existe una diferencia esencial con la opiniÓn sOsteiúda en el texto.
46
* N. del L No se traduce .Drittwirküng- por ser expresión utilizada en alemán entre noso-
tros. Se refiere, como es sabido, a la eficacia de los derechos fundamentales entre particulares.
;, Cfr. sobre esto ante todo DÜRIG, Festschr. NaÜJirisky(1956). pp. 157 Y ss. Y ciL;
MAUNZ-DÜRIG,Komm. Grundges. Arúculo 1, n. 127 y ss.; Enn.-Nipperdey, S 15 TI 4 Y ciL
Grundrechte und Privatrecht (1961), Die Grundrechte, IV. 2, pp. 741 Y ss. Y ciL; Hans
HusER, z.j. Schweiz. Recht, i 955, 173 Y ss.; BALLERSfEIlT, Die Grundrechte, Ill. l. pp. 54 Y
ss., p. 58 ss.; Walter RDMERS. Die Beduetung der Grundrechte jür das Privatrecht (1959);
W. GEIGER, Die Grundrechte in der Privatrechtsordnung (1960); W. UISNER. Grundrechte
und Privatrecht (1960); cfr. sobre esto la critica sustancialmente clara y acertada de BID-
UNSKI. Oesterr.Z.j.ÓjJ.Recht, XII (1963),423 Yss.
"
~- -
/.
47
48
-
buenas costumbres por su desprecio de los valores contenidos en los de-
.
" ,.
res del primer Proyecto de BGB prescindieron conscientemente de una
definición semejante. En la Exposición de Motivosdel primer Proyecto, sin
embargo, se dice: «Negociojurídico en el espíritu del Proyecto es una de-
\
-c1araciónde voluntad privada, .dirigidaa la producción de un resultado ju-
...
" ',~.<
el mundo jurídico la configuración jurídica que ha sido querida»'.
" ...... No existe el negocio jurídico en sí, sino solamente tipos concretos de
actos reconocidos por el Ordenamiento jurídico, y existentes gracias al
mismo, como compraventa, cesión de créditos, transmisión de la propie-
dad, esponsales, matrimonio, testamento, etc., que están comprendidos
todos ellos en la abs!:racción «negocio jurídico» •. El concepto de nego-
cio jurídico responde al principio de la autonomía privada. El principio
de la autonomía privada, como se ha expuesto en el S 1, no significa que
el individuo pueda configurar relaciones j'..:rídicasconforme a su volufI-
~ .
>••••••
tad de cualquier m¡mera, sirio que la configuración autónomo-privada
solamente e;;posible a través de actos que el Ordenamiento jurídico ;e-
conoce. corno actos típicos.
'\1. .•" .
\....
de reforma del Código civil francés (Travaux de la commission de réforme du cede civil,
1945/46, p. 147) -le ne erois pas que l' actejuridique existe en soL TIexiste des actesjuri-
diques-; diferentemente URENZ, AUgem. T., 4.', p. 272. n. 1.
l..
~.
lo. ,