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TEORIA GENERAL DEL DERECHO ADMINISTRATIVO

EXAMEN 2 - O U G L A S H. L Y A L L

PREGUNTAS DE EXAMEN
BOLILLA 13 – SERVICIO PUBLICO – Que es, de donde surge, caracteres, control, (2 o 3 entes
reguladores) diferencias en tarifa y precio

BOLILLA 13 - SERVICIOS PÚBLICOS


CONCEPTO DE SERVICIOS PÚBLICOS (DOUGLAS – en si no hay un concepto sobre
servicio público)
La Constitución Nacional establece en su artículo 42 que los consumidores y usuarios de bienes y
servicios tienen derecho, en la relación de consumo, a la protección de la salud, seguridad e
intereses económicos; a una información adecuada y veraz; a la libertad de elección, y a condiciones
de trato equitativo y digno.
Las autoridades proveerán a la protección de esos derechos, a la educación para el consumo, a la
defensa de la competencia contra toda forma de distorsión de los mercados, al control de los
monopolios naturales y legales, al de la calidad y eficiencia de los servicios públicos, y a la
constitución de asociaciones de consumidores y de usuarios.
La legislación establecerá procedimientos eficaces para la prevención y solución de conflictos, y los
marcos regulatorios de los servicios públicos de competencia nacional, previendo la necesaria
participación de las asociaciones de consumidores y usuarios, en los organismos de control.
la Carta Magna ha querido brindar una especial protección a quienes usan o consumen bienes y
servicios, estableciendo que el parlamento, debe dictar las normas necesarias que aseguren
condiciones de trato equitativo y digno entre los proveedores de esos bienes y servicios y los
usuarios.
Cuando quienes prestan estos bienes y servicios no actúan con buena fé, y utilizan herramientas
distorsivas de la competencia para beneficiarse en exceso y en detrimento de los derechos de los
usuarios o consumidores, saliéndose así de lo que se llama el trato equitativo y digno, entonces, se
torna imperativo que las autoridades, intervengan con mayor vigor, dictando las normas y actuando
concretamente, para corregir estas falencias.
Todo esto que la Constitución Nacional encomienda a las autoridades, es lo que recibe el nombre
de “SERVICIO PÚBLICO”, entendido entonces como un sistema de regulación estatal, establecido
por ley formal, que establece que determinada actividad comercial o industrial, en un
determinado momento, se regirá por un marco regulatorio especial, con fuerte control estatal,
y sometido a órganos de control con participación ciudadana.
El SERVICIO PÚBLICO, es entonces un concepto político y económico, aplicable a un momento
determinado y bajo ciertas circunstancias. No hay actividades que en sí, sustancialmente, sean
servicios públicos, sino criterios políticos y económicos, que hacen que algo, en un momento
concreto, se regule bajo las formalidades de los servicios públicos.
Lo que va a variar la necesidad de aplicar una determinada regulación, son las condiciones del
mercado, puntualmente, la existencia o no de un monopolio natural o legal, o la participación de la
libre competencia en esta área.
El servicio público no es la actividad en si, aunque usualmente tiende a utilizarse esta acepción,
diciendo por ejemplo que la provisión de agua, gas o electricidad son servicios públicos. En realidad,
estas son actividades, que pueden o no brindarse bajo una regulación especial llamada servicio
público. El servicio público es el conjunto de normas y principios aplicables a una
actividad, y no la actividad misma.

LA PUBLICATIO.
Para que una actividad comercial o industrial, que en principio, se rige por el derecho privado, pase
a ser regulada bajo la modalidad del servicio público, es necesaria una declaración
legislativa, que establezca que dicha actividad, pasará en lo sucesivo a prestarse y regularse
conforme a las reglas del servicio público. A partir de allí, esta actividad se sustrae al derecho privado
y se aplicará el derecho público en general, y el marco regulatorio propio de la actividad, en particular.

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Esta declaración estatal, por involucrar claramente limitaciones de derechos establecidos en la
Constitución Nacional, debe ser realizada por el órgano político de gobierno, que es el
Parlamento, y materializada mediante ley formal, recibiendo el nombre de “Publicatio”.-
Estas actividades, publificadas y sometidas a un marco regulatorio propio, pueden ser prestadas de
distinta manera:
a) Propio: cuando la actividad es prestada por la misma administración en forma directa o por un
particular que actúa como concesionario o licenciatario.-
b) Impropio: cuando la actividad es prestada por un particular.-
c) Directa: cuando la actividad es llevada a cabo por la misma administración.-
d) Indirecta: cuando la actividad es desarrollada por un tercero que actúa en virtud de un contrato de
concesión, licencia o alguna otra forma contractual.-
e) General: cuando están destinados a un universo indeterminado de personas.-
f) Particular: cuando están destinados a un número determinado de personas.-
g) Permanente: cuando la actividad se desarrolla por tiempo indeterminado.-
h) No permanente: cuando la actividad está prevista solo para determinadas épocas, o para un
evento especial.

LOS CARACTERES DE LOS SERVICIOS PÚBLICOS. Partiendo de la base de que no existen


caracteres uniformes y aplicables a todas las actividades que han de ser reguladas por las reglas
y principios de los servicios públicos, dado que las actividades son diferentes, los momentos de
aplicación también, los criterios políticos y económicos varían en casos diferentes, y que los marcos
regulatorios son establecidos en situaciones disimiles, no obstante ello, existen algunos caracteres,
que pueden servir como guía, por la frecuencia y asiduidad con que se presentan en la mayoría de las
actividades reguladas bajo estas formas.
Estos caracteres son:
a) Regularidad: significa que las actividades realizadas deben sujetarse a las normas
jurídicas establecidas en los marcos regulatorios establecidos para su actuación.-
b) Continuidad: Las prestaciones que se brindan mediante estas actividades, deben estar
disponibles para los usuarios cada vez que se los requiera (ej. El servicio de electricidad debe
ser permanente estricto sensu, el servicio de bomberos, cada vez que sea necesario apagar un
incendio).-
c) Obligatoriedad: Los prestadores de estas actividades no pueden negarse a brindar el
servicio, sin razones que lo justifiquen. No se admite en estos casos el derecho de admisión
por parte de los prestatarios.
d) Igualdad: Se refiere a la igualdad entre personas que se encuentren en las mismas
condiciones. Debe asegurarse a éstas un trato igualitario, no pudiendo negarse a unos lo que
se les concede a otros. Es posible establecer tratos diferenciales a usuarios que se encuentren
en diferente situación. Ej. Establecer diferencias por tarifas telefónicas residenciales y
comerciales.

MODOS DE USO DE LOS SERVICIOS PÚBLICOS Las actividades sometidas al servicio público
pueden ser utilizadas bajo distintas modalidades, por ejemplo se puede hacer un USO OPTATIVO U
OBLIGATORIO, según que el usuario esté obligado o no a relacionarse con el prestador del servicio.
En el servicio de alumbrado, barrido y limpieza, se es usuario por la sola pertenencia a una
determinada localidad, no pudiendo optar entre ser usuario o no, en cambio en el servicio de
electricidad, puedo elegir entre contratar o no la actividad de provisión del servicio eléctrico. En el
primer caso el uso es obligatorio y en el último es optativo.
También el USO PUEDE SER DE CONTENIDO CONTRACTUAL O REGLAMENTARIO. En el primer
caso existe un contrato entre las partes donde se establecen los derechos y obligaciones de las
partes, en cambio en la modalidad reglamentaria hay una norma general que establece el marco
regulatorio de la actividad, pero en el cual el usuario no ha participado ni tiene posibilidad de modificar
el mismo.
Ejemplo de modalidad contractual podría ser la contratación de un servicio de telefonía celular,
donde puedo elegir el plan deseado, la empresa a contratar, la cantidad de minutos que quiero
contratar, el plazo de duración, etc.-
Ejemplo de modalidad reglamentaria podría ser el servicio de provisión de agua corriente, en
determinados lugares, donde se establece un valor uniforme sin importar el consumo, ni otra

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condición, no participo de la elaboración de las normas que regirán la actividad, ni puedo modificarlas,
siendo mi intervención meramente reglamentaria no contractual.

LA RETRIBUCIÓN DEL SERVICIO PÚBLICO. es uno de los temas más importantes dentro de la
actividad regulatoria que se llama servicios públicos, precisamente por tratarse de actividades de tipo
comercial o industrial, y quienes las prestan tienen como objetivo mínimo, salvar los gastos que les
ocasiona la prestación del servicio, y por supuesto, tratar de obtener el mayor rédito económico
posible.
Los usuarios o consumidores, en esta relación, tienen como objetivo recibir prestaciones
adecuadas y pagar por el mismo un precio racional y proporcionado a lo recibido.
La Constitución Nacional encomienda a las autoridades, velar por la seguridad e intereses
económicos de los consumidores y usuarios, porque los mismos reciban información adecuada y
veraz, tengan libertad de elección y condiciones de trato equitativo y digno.
A raíz de esto es que en los marcos regulatorios de cada actividad, se establece la “TARIFA”,
que son las reglas o parámetros que permiten establecer los precios o tasas aplicables a los servicios
o bienes brindados. La tarifa es un concepto general, que indica de qué modo se puede establecer el
cálculo para arribar al costo del mismo. De la tarifa surgirá el precio del servicio (costo
contractual) o la tasa (costo reglamentario).

LOS ENTES REGULADORES. Cuando se regula fuertemente una actividad de interés público, es
importante controlar que las normas establecidas se cumplan y en caso de que así no fuere, poder
adoptar las medidas necesarias para corregir estas anomalías.La Carta Magna, manda que además
de los marcos regulatorios se establezcan procedimientos eficaces de prevención y solución
de conflictos, que normalmente deben ser llevadas adelante por parte de los organismos de
control.
Es el que controla el cumplimiento del marco regulatorio, a vecs defienden al usario y a veces
al concesionario.

La Argentina adoptó un SISTEMA MIXTO, tomando del sistema americano la creación de agencias
de control o entes reguladores, y del sistema francés, el incluir estos entes dentro de la administración
pública, siendo los mas conocidos el Ente Nacional Regulador de la Electricidad ( ENRE) y el Ente
Nacional Regulador del Gas (ENARGAS).
a) La facultad de creación de estos entes u órganos de control es una facultad legislativa , por lo
tanto solamente el Congreso Nacional,
b) en el caso de las actividades reguladas por el Servicio Público de carácter Nacional, o las
legislaturas provinciales o los Consejos Deliberantes en el ámbito municipal, según se traten
de servicios prestados en el ámbito provincial o municipal, pueden crearlos.
Es posible que la legislatura, faculte al Poder Ejecutivo para que por vía reglamentaria o delegada,
dicte ciertas normas en materia de control de estas actividades, y en tales casos podrá reglamentar
una ley o ejercer una actividad delegada por el Congreso, pero la titularidad de la decisión y su
competencia es siempre legislativa, y debe llevarse adelante por ley formal.
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PREGUNTA DE EXAMEN
BOLLILA 14 - DOMINIO PÚBLICO Y LIMITACION AL DOMINIOPRIVADO – apunta a CCC (*) -
HAY POSIBLIDAD DE LIMITAR EL DOMINIO PRIVADO?

BOLILLA 14: EL DOMINIO PÚBLICO


DIFERENCIA CON BIENES PRIVADOS DEL ESTADO
La Publicatio es la declaración de que una actividad se convierte en servicio público y tiene que ser
técnica (Pulles). El DOMINIO PUBLICO es el conjunto de bienes que acuerda al ordenamiento
jurídico, pertenecer a la comunidad del pueblo para su uso y goce.
Los objetos inmateriales susceptibles de valor, e igualmente las cosas, se llaman BIENES.

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ELEMENTO ORIGINARIO = BIENES
ELEMENTO FINALISTA = USO Y GOCE (ELEMENTO FINALISTA O TELEOLOGICO) puede ser
público y es cuando todos podemos acceder a él o especial cuando solo algunos pueden acceder.
Si es público, sus características son = libre impersonal, ilimitado gratuito
Si es el de uso especial = personal, reglado, limitado, oneroso.
ELEMENTO SUBJETIVO = COMUNIDAD DEL PUEBLO
ELEMENTO NORMATIVO = ORDENAMIENTO JURIDICO
Sobre los bienes del DOMINIO PÚBLICO – pueden dar permisos o concesiones.

CARACTERISTICAS DE LOS BIENES DEL DOMINIO PÚBLICO


1 – inajenable – no se puede vender.
2 – inembargable – no se puede embargar
3 - imprescriptible - no se pueden adquirir por usucapión

LIMITES DE LAS CARACTERISTICAS


1 – no puede ser vendido por el Estado (la administración)
2 – no pueden ser embargados por el Poder Judicial
3 – para los ciudadanos.

 Resolución 6/2016 del ceys – el internet es un bien de DOMINIO PUBLICO DEL ESTADO.

CLASIFICACIÓN AFECTACIÓN Y DESAFECTACIÓN


AFECTADOS – ingresa el bien al Estado por medio de una donación, sanción, expropiación, esto
se hace a través de una ley expresa (AA hecho),
Hay dos elementos
a) Objetivo – cuando hay un bien que ingresa
b) Subjetivo – cuando hay una declaración de poderes públicos
CSJN – directa, expresa y efectiva.
DESAFECTACION – puede ser mediante una ley o un Acto Administrativo

(*)En el CCC Art 235 – DICE QUE BIENES DEL DOMINIO PUBLICO, puede ser natural o artificial.
Art 237 – uso y goce
Art 238 – bienes que no pertenecen al dominio público pero si a los particulares
Art 239 – habla del agua publica
COMUN - En el primer caso es el que permite que todas las personas puedan gozar del mismo, sin
otra limitación que las normas de policía aplicables al bien. Su naturaleza es reglamentaria, gratuita,
impersonal e ilimitada.
ESPECIAL - El uso es especial cuando determinadas personas gozan de una facultad especial
brindada por la ley, para que lo hagan con exclusión de otras personas. La naturaleza de este uso es
de tipo contractual, oneroso, personal y limitado, y se materializa bajo formas contractuales como lo
son el permiso o la concesión.

RÉGIMEN JURÍDICO DE LOS BIENES DEL DOMINIO PÚBLICO Si bien el régimen de las cosas y
bienes se encuentra previsto y regulado por el derecho público en general y por el Código Civil en
particular, incluido la enumeración de los bienes del dominio público, lo cierto es que la
reglamentación, afectación y desafectación de los mismos, el otorgamiento de permisos y
concesiones, y el régimen aplicable como su competencia en materia de conflictos, pertenece al
derecho público en general y al derecho administrativo en particular.
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BOLILLA 15: LIMITACIONES AL DOMINIO PRIVADO
ESPECIES DE LIMITACIONES AL DOMINIO PRIVADO.
El DERECHO DE PROPIEDAD, al igual que todos los derechos reconocidos por la Constitución, no
es absoluto y admite la posibilidad de su limitación por una norma emanada del parlamento.
Los bienes pueden ser de dominio público, de dominio privado del Estado o bien de los
particulares.

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Los bienes de dominio público están destinados al uso público, y los del dominio privado del
Estado, casi siempre están destinados a este uso, y para estos casos no es necesaria ninguna
declaración ya que los mismos pertenecen al público en general, con las limitaciones que se
mencionaron al hablar de los bienes estatales.
Los particulares también son titulares del derecho de propiedad respecto de los bienes que no son de
dominio estatal, y pueden disponer de ellos conforme las normas del derecho privado.
Puede ocurrir que en determinadas situaciones, sea necesario disponer de bienes que pertenecen a
los particulares, para ser utilizados con fines de utilidad e interés general, y en estos casos, nace lo
que se denominan las limitaciones y restricciones a los bienes de dominio privado.
Las normas que regulan el régimen de propiedad privada, son las del derecho privado en general, y
del Código Civil en particular. Las normas de limitación y restricción administrativa al dominio privado,
son las del derecho público en general y administrativo en particular.

EXPROPIACIÓN La Constitución Nacional en su artículo 17 sostiene que la propiedad es


inviolable, y ningún habitante de la Nación puede ser privado de ella, sino en virtud de sentencia
fundada en ley. La expropiación por causa de utilidad pública, debe ser calificada por ley y
previamente indemnizada.
LA EXPROPIACIÓN es un instituto del derecho público, mediante el cual el Estado, a través del
órgano legislativo declara que un bien de dominio privado será destinado a una utilidad pública, y por
lo tanto se transmitirá la propiedad del mismo, desde el dominio privado al público, previa
indemnización justa en dinero.

Los requisitos para que proceda la misma serán entonces:


1) declaración estatal de utilidad pública,
2) indemnización justa, previa y en dinero,
3) traslado de la posesión privada al dominio público,
4) cumplimiento del fin de utilidad pública previsto en la ley que declaró la necesidad de
la expropiación.

Cumplidos estos cuatro requisitos, se estará en presencia de una expropiación perfecta o regular.
Los elementos de la expropiación son:
1) elemento final o fin tenido en cuenta para la afectación del bien privado. Esta finalidad
debe estar expresamente establecida en la ley que declara la utilidad pública,
2) elemento objetivo o bien sujeto a expropiación,
3) elemento subjetivo o partes de la relación expropiatoria, que son el sujeto pasivo,
titular dominial del bien sujeto a expropiación y el sujeto activo o expropiante, que es el
Estado, a través de sus órganos de gobierno,
4) elemento material o indemnización debida, que debe ser siempre en dinero, de pago
único y previo a la transmisión de la posesión, salvo manifestación de conformidad
expresa del expropiado, y
5) elemento formal o procedimental, que son los distintos pasos que se cumplirán para
materializar la expropiación.
De haber acuerdo entre las partes (declaración de utilidad, afectación, indemnización y posesión), el
procedimiento se agotará en lo administrativo, pero de no haber acuerdo ya sea con la declaración, la
indemnización o alguna otra cuestión vinculada con la expropiación, se deberá resolver el o los
conflictos en sede judicial.
La declaración de utilidad pública debe ser siempre realizada por el parlamento, mediante el dictado
de una ley formal. La indemnización se efectuará mediante la tasación del bien a expropiar, que
efectuará el Tribunal de Tasaciones o el órgano estatal competente para ello. Al prestar conformidad el
particular a la misma, o de no hacerlo, al ser fijada la misma por sentencia judicial, deberá abonarse la
misma y cancelarse la totalidad de la misma antes de que el propietario ceda la posesión del bien.
Procede la acción de expropiación irregular en los siguientes casos:
a) Cuando existiendo una ley que declara de utilidad pública un bien, el Estado lo toma sin
haber cumplido con el pago de la respectiva indemnización.
b) Cuando, con motivo de la ley de declaración de utilidad pública, de hecho una cosa mueble
o inmueble resulte indisponible por evidente dificultad o impedimento para disponer de ella en
condiciones normales.

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c) Cuando el Estado imponga al derecho del titular de un bien o cosa una indebida restricción o
limitación, que importen una lesión a su derecho de propiedad.
No corresponde la acción de expropiación irregular cuando el Estado paraliza o no activa los
procedimientos después de haber obtenido la posesión judicial del bien.
El que accione por expropiación irregular está exento de la reclamación administrativa previa.
En el juicio de expropiación irregular los valores indemnizables serán fijados en la misma forma
prevista para el juicio de expropiación regular, contemplada en el artículo 10 y siguientes de la ley de
expropiación.
Las normas del procedimiento judicial establecidas para la expropiación regular, rigen también para la
expropiación irregular, en cuanto fueren aplicables.
La acción de expropiación irregular prescribe a los 5 años, computados desde la fecha en que
tuvieron lugar los actos o comportamientos del Estado que tornan viable la referida acción
Una vez transferida la propiedad, debe cumplirse con el fin establecido en la ley, que llevó a la
declaración de utilidad pública. Si esto no se cumple, entonces no se habrá perfeccionado la
expropiación, y el particular expropiado tendrá entonces una acción judicial llamada RETROCESIÓN,
mediante la cual requerirá la devolución del bien, previa devolución de la indemnización recibida.
El procedimiento por el que tramitará la acción de retrocesión puede ser administrativo o judicial. En el
primer caso se producirá cuando se formule reclamo administrativo y se deposite la indemnización
recibida, poniéndola a disposición de la Administración, De recibirse la misma, se habrá producido
la retrocesión, reintegrando el bien al dominio privado.
De no haber acuerdo, la acción de retrocesión tramitará ante los estrados judiciales, consignándose la
indemnización recibida y solicitándose el dictado de una sentencia judicial que ordene la expropiación
inversa, volviendo el bien al titular originario.

SERVIDUMBRE. La SERVIDUMBRE ADMINISTRATIVA es un gravamen real administrativo


impuesto sobre un inmueble particular en beneficio de otro perteneciente al público. El inmueble a
cuyo favor está constituida la servidumbre, se llama predio dominante; el que la sufre, predio
sirviente.
También pueden establecerse servidumbres en provecho de una o más personas, o de una
comunidad, a quienes no pertenezca la finca gravada. Las servidumbres pueden ser continuas o
discontinuas, aparentes o no aparentes.
 Continuas son aquellas cuyo uso es o puede ser incesante, sin la intervención de ningún hecho
del hombre.
 Discontinuas son las que se usan a intervalos más o menos largos y dependen de actos del
hombre.
 Aparentes las que se anuncian y están continuamente a la vista por signos exteriores que revelan
el uso y aprovechamiento de las mismas. No aparentes las que no presentan indicio alguno
exterior de su existencia.
Las servidumbres son además positivas o negativas.
Se llama positiva la servidumbre que impone al dueño del predio sirviente la obligación de dejar
hacer alguna cosa o de hacerla por sí mismo,
y negativa la que prohíbe al dueño del predio sirviente hacer algo que le sería lícito sin la
servidumbre.
Las servidumbres son inseparables de la finca a que activa o pasivamente pertenecen. Las
servidumbres son indivisibles. Si el predio sirviente se divide entre dos o más, la servidumbre no se
modifica y cada uno de ellos tiene que tolerarla en la parte que le corresponda. Si es el predio
dominante el que se divide entre dos o más, cada porcionero puede usar por entero de la
servidumbre, no alterando el lugar de su uso, ni agravándola de otra manera.
Las servidumbres se establecen por la ley o por la voluntad de los propietarios. Aquéllas se llaman
legales y éstas voluntarias.
Las servidumbres se extinguen:
1. Por reunirse en una misma persona la propiedad del predio dominante y la del sirviente.
2. Por el no uso durante veinte años.
Este término principiará a contarse desde el día en que hubiera dejado de usarse la
servidumbre respecto a las discontinuas; y desde el día en que haya tenido lugar un acto
contrario a la servidumbre respecto a las continuas.

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3. Cuando los predios vengan a tal estado que no pueda usarse de la servidumbre; pero ésta
revivirá si después el estado de los predios permitiera usar de ella, a no ser que cuando sea
posible el uso, haya transcurrido el tiempo suficiente para la prescripción, conforme a lo
dispuesto en el número anterior.
4. Por llegar el día o realizarse la condición, si la servidumbre fuera temporal o condicional.
5. Por la renuncia del dueño del predio dominante.
6. Por la redención convenida entre el dueño del predio dominante y el del sirviente.
Las servidumbres impuestas por la ley tienen por objeto la utilidad pública o el interés de los
particulares.
Todo lo concerniente a las servidumbres establecidas para utilidad pública o comunal se regirá por las
leyes y reglamentos especiales que las determinan, y, en su defecto, por las disposiciones del Código
Civil.
Las servidumbres que impone la ley en interés de los particulares, o por causa de utilidad privada, se
regirán por las disposiciones del Código Civil, sin perjuicio de lo que dispongan las leyes, reglamentos
y ordenanzas generales o locales sobre policía urbana o rural.Estas servidumbres podrán ser
modificadas por convenio de los interesados cuando no lo prohíba la ley ni resulte perjuicio a
tercero.
Siempre que se establece una servidumbre pública, debe hacerse mediante un acto expreso de
carácter legislativo, fijándose asimismo el derecho a una indemnización justa en favor del titular del
bien sometido a servidumbre. Son ejemplos de servidumbre pública, la servidumbre de paso, de luz,
vista, caminos de sirga, acueductos, gasoductos, etc.

RESTRICCIONES es una especie de limitación al dominio privado y consiste en disposiciones que


establece la administración pública con el objeto que el derecho de propiedad privada se materialice
dentro de un determinado ámbito, tolerando conductas administrativas que contribuyen al logro de
una finalidad pública. Puede comprender tanto una obligación de dar, de hacer o de no hacer
para el titular del dominio que debe soportar estas restricciones. Un ejemplo de restricción es permitir
que se fije un cartel identificatorio de una calle en la pared de nuestra casa, o permitir que se fije el
cableado de un servicio esencial en una medianera, etc.
Las restricciones son ejecutorias, lo que significa que dictada y publicada, siempre que no sean
arbitrarias o irracionales, son ejecutadas directamente y no generan derechos indemnizatorios.

OCUPACIÓN TEMPORÁNEA. Se produce cuando un ente público adquiere el uso y goce en forma
temporal de un bien de dominio privado, por razones de utilidad pública. Aquí también debe haber una
ley que declare la necesidad de la ocupación temporánea, se fije el plazo de la ocupación y además,
se establezca el derecho de una indemnización justa por los perjuicios causados. La Ley de
expropiaciones regula esta figura al decir que cuando por razones de utilidad pública fuese necesario
el uso transitorio de un bien o cosa
determinados, mueble o inmueble, o de una universalidad determinada de ellos, podrá recurrirse a la
ocupación temporánea. La ocupación temporánea puede responder a una necesidad anormal,
urgente, imperiosa, o súbita, o a una necesidad normal no inminente. La ocupación temporánea
anormal, puede ser dispuesta directamente por la autoridad administrativa, y no dará lugar a
indemnización alguna, salvo la reparación de los daños o deterioros que se causaren a la cosa o el
pago de daños y perjuicios debidos por el uso posterior de la cosa en menesteres ajenos a
los que estrictamente determinaron su ocupación.
Ninguna ocupación temporánea anormal tendrá mayor duración que el lapso estrictamente necesario
para satisfacer la respectiva necesidad. La ocupación temporánea por razones normales, previa
declaración legal de utilidad pública, podrá establecerse por avenimiento; de lo contrario deberá ser
dispuesta por la autoridad judicial, a requerimiento de la Administración Pública.
La ocupación temporánea normal apareja indemnización, siendo aplicables en subsidio las reglas
vigentes en materia de expropiación. La indemnización comprenderá el valor del uso y los daños y
perjuicios ocasionados al bien o cosa ocupados, como así también el valor de los materiales que
hubiesen debido extraerse necesaria e indispensablemente con motivo de la ocupación.
El bien ocupado no podrá tener otro destino que el que motivó su ocupación. Ninguna ocupación
temporánea normal puede durar más de dos años; vencido este lapso, el propietario intimará
fehacientemente la devolución del bien. Transcurridos treinta días desde dicha intimación sin que el
bien hubiere sido devuelto, el propietario podrá exigir la expropiación del mismo, promoviendo una
acción de expropiación irregular. El procedimiento judicial establecido para el juicio de expropiación es
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aplicable, en lo pertinente, al juicio de ocupación temporánea normal. Sin conformidad del propietario,
el ocupante temporáneo de un bien o cosa no puede alterar la sustancia del mismo ni extraer o
separar de éste elementos que lo integren.
Si la ocupación temporánea afectase a terceros, los derechos de éstos se harán valer sobre el
importe de la indemnización. Las cuestiones judiciales que promoviese el propietario del bien ocupado
están exentas de reclamación administrativa previa. La acción del propietario del bien ocupado para
exigir el pago de la indemnización prescribe a los cinco años computados desde que el ocupante
tomó posesión del bien.
La acción del propietario del bien ocupado para requerir su devolución prescribe a los cinco años
computados desde que el ocupante debió devolver el bien.

LAS REQUISAS. es una figura jurídica que implica la expropiación forzosa de bienes, de carácter
excepcional, que permite en situaciones graves y de emergencia la utilización de toda clase de bienes
inmuebles, derechos, empresas, industrias, alojamientos, prestaciones personales y, en general,
cuanto sirva directa o indirectamente a los fines públicos. La requisa da derecho a una indemnización
justa por el importe del servicio prestado, el valor de lo requisado o los daños y perjuicios provocados.
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BOLILLA 16: LOS CONTRATOS ADMINISTRATIVOS


Es un acuerdo de voluntades, cuando una de las partes es el Estado (para algunos autores) y para
otros NO BASTA con el que el Estado sea parte del contrato para que sea administrativo dado que su
finalidad también tiene que ser de orden público.
Para la mayoría LOS CONTRATOS ADMINISTRATIVOS son aquellos celebrados únicamente por la
administración pública en el que una de las partes es la administración pública y su finalidad pública.
Ejemplo concesión de servicios públicos, contrato de empleo público contrato de obra pública.
Sin perjuicio de ello, se puede definir a estos CONTRATOS (ADMINISTRATIVOS O DE LA
ADMINISTRACIÓN), como el acuerdo de voluntades que vincula a la administración por un
lado, que en el ejercicio de su función materialmente administrativa, tiene por objeto la
realización de un fin de utilidad pública. El régimen legal aplicable tendrá relación con el objeto del
contrato, al igual que la jurisdicción aplicable al mismo.

LOS ELEMENTOS DE LOS CONTRATOS ADMINISTRATIVOS O DE LA ADMINISTRACIÓN son los


siguientes:
1- Sujeto: comprende a las partes involucradas en el acuerdo de voluntades, una de las cuales
necesariamente ha de ser un ente u órgano administrativo, pudiendo ser la otra, un ente u órgano
administrativo internacional, provincial o municipal, o un particular.
2- Objeto: consiste en la prestación que se pretende obtener con el acuerdo de voluntades, y que
puede ser una obligación de dar, hacer o no hacer.
3- Consentimiento: Más allá de las diferencias teóricas o dialécticas, la ley presume que en todo
contrato hay un acuerdo de voluntades, y por ende que los titulares de ese acuerdo han prestado su
consentimiento para obligarse por las cláusulas contractuales.
4- Causa: En general, se ha previsto que este tipo de contratos (administrativos) tienen como causa
la satisfacción de una necesidad pública, de no ser así, se estará ante un contrato de la
administración.
5- Finalidad: O fin del contrato, que es el cumplimiento del fin de la administración, consistente en el
bien común o interés público.

LOS CARACTERES DE ESTE TIPO DE CONTRATOS son tres:


1) Formalidad: Todo contrato administrativo se encuentra regido y habilitado por la ley del Congreso
que lo regula de manera general, por la reglamentación que efectúa cada órgano de gobierno,
también de manera general, y por las normas particulares y las cláusulas contractuales autorizadas
por las normas generales.
2) Personalismo: Los contratos por lo general, son celebrados en atención a las características
personales de los contratantes, por lo que no pueden ser transferidos.
3) Desigualdad jurídica: Puede ocurrir que por la naturaleza del contrato, el fin de utilidad pública y
lo esencial del servicio involucrado en la prestación, se pacten o que la ley autorice a establecer

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cláusulas que generen una desigualdad jurídica, que razonable y equitativamente, aseguren la
prestación del servicio de manera eficiente y segura.

El RÉGIMEN DE NULIDADES será el que surja de la ley general, al igual que el régimen de
nulidades de los actos administrativos, y por supuesto, deberá aplicarse en particular las cláusulas del
contrato que – en cumplimiento de la ley establezcan nulidades por algún tipo de vicio o
incumplimiento del mismo.
Estos contratos, se pueden extinguir por modos normales o anormales.
Por modos normales, se da cuando se cumpla el tiempo de duración del mismo, o bien que se haya
cumplido su objeto.
Los modos anormales de terminación se podrán dar de manera bilateral o unilateral.
De manera bilateral se produce cuando las partes acuerdan finalizar el contrato, y de manera
bilateral, cuando la administración decide por incumplimiento de la otra parte poner fin al mismo, o en
aquellos casos en que no se ponga en riesgo la continuidad de un servicio esencial, el contratista ante
un incumplimiento grave de la administración, y estando previsto en las cláusulas contractuales,
decida poner fin al mismo.
En cuanto a las causas por las cuales se puede extinguir un contrato de la administración,
pueden SER POR RESCATE (la administración decide poner fin al contrato y cumplir con la
prestación por sí misma), por fuerza mayor, imprevisión, hecho del príncipe, muerte o quiebra del
contratista, renuncia o caducidad.

LOS PRINCIPIOS GENERALES a los que deberá ajustarse la gestión de las contrataciones, teniendo
en cuenta las particularidades de cada una de ellas, serán:
a) Razonabilidad del proyecto y eficiencia de la contratación para cumplir con el interés público
comprometido y el resultado esperado.
b) Promoción de la concurrencia de interesados y de la competencia entre oferentes.
c) Transparencia en los procedimientos.
d) Publicidad y difusión de las actuaciones.
e) Responsabilidad de los agentes y funcionarios públicos que autoricen, aprueben o gestionen las
contrataciones.
f) Igualdad de tratamiento para interesados y para oferentes Desde el inicio de las actuaciones hasta
la finalización de la ejecución del contrato, toda cuestión vinculada con la contratación deberá
interpretarse sobre la base de una rigurosa observancia de los principios que anteceden.

ESTE RÉGIMEN SE APLICARÁ A LOS SIGUIENTES CONTRATOS :


a) Compraventa, suministros, servicios, locaciones, consultoría, alquileres con opción a compra,
permutas, concesiones de uso de los bienes del dominio público y privado del Estado Nacional , que
celebren las jurisdicciones y entidades comprendidas en su ámbito de aplicación y a todos aquellos
contratos no excluidos expresamente.
b) Obras públicas, concesiones de obras públicas, concesiones de servicios públicos y licencias.

Quedarán excluidos los siguientes contratos:


a) Los de empleo público.
b) Las compras por caja chica.
c) Los que se celebren con estados extranjeros, con entidades de derecho público
internacional, con instituciones multilaterales de crédito, los que se financien total o
parcialmente con recursos provenientes de esos organismos, sin perjuicio de la aplicación de
las disposiciones del presente Régimen cuando ello así se establezca de común acuerdo por
las partes en el respectivo instrumentó que acredite la relación contractual, y las facultades de
fiscalización sobre ese tipo contratos que la Ley Nº 24.156 y sus modificaciones confiere a los
Organismos de Control.
d) Los comprendidos en operaciones de crédito público.

Las contrataciones se regirán por las disposiciones de este régimen, por su reglamentación, por las
normas que se dicten en su consecuencia, por los Pliegos de Bases y Condiciones y por el
contrato o la orden de compra según corresponda.

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La autoridad administrativa tendrá las facultades y obligaciones establecidas en este régimen, sin
perjuicio de las que estuvieren previstas en la legislación específica, en sus reglamentos, en los
pliegos de bases condiciones, o en la restante documentación contractual.

Sin perjuicio de las facultades y obligaciones previstas en la legislación específica, en sus


reglamentos, en los pliegos de bases y condiciones, o en la restante documentación contractual, el
cocontratante tendrá:
a) El derecho a la recomposición del contrato, cuando acontecimientos extraordinarios o imprevisibles
de origen natural, tornen excesivamente onerosas las prestaciones a su cargo.
b) La obligación de ejecutar el contrato por sí, quedando prohibida la cesión o subcontratación, salvo
consentimiento expreso de la autoridad administrativa, en cuyo caso el cocontratante cedente
continuará obligado solidariamente con el cesionario por los compromisos emergentes del contrato.
Para ello se deberá verificar que el cesionario cumpla con todos los requisitos de la convocatoria al
momento de la cesión.
c) La obligación de cumplir las prestaciones por sí en todas las circunstancias, salvo caso fortuito o
fuerza mayor, ambos de carácter natural, o actos o incumplimientos de autoridades públicas
nacionales o de la contraparte pública, de tal gravedad que tornen imposible la ejecución del contrato.
Los funcionarios que autoricen, aprueben o gestionen las contrataciones serán responsables por los
daños que por su dolo, culpa o negligencia causaren al Estado Nacional con motivo de las mismas.
La adjudicación deberá realizarse en favor de la oferta más conveniente para el organismo
contratante, teniendo en cuenta el precio, la calidad, la idoneidad del oferente y demás condiciones de
la oferta.
Cuando se trate de la compra de un bien o de la contratación de un servicio estandarizado o de uso
común cuyas características técnicas puedan ser inequívocamente especificadas e identificadas, se
entenderá, en principio, como oferta más conveniente, la de menor precio.

CONCEPTO Y CARACTERES DE LOS PRINCIPALES CONTRATOS:


OBRA PÚBLICA, CONCESIÓN DE OBRA PÚBLICA, CONCESIÓN DE SERVICIOS PÚBLICOS,
SUMINISTRO.
El contrato de obra pública se rige por la ley 13064, que considera obra pública nacional toda
construcción o trabajo o servicio de industria que se ejecute con fondos del Tesoro de la Nación, a
excepción de los efectuados con subsidios, que se regirán por ley especial, y las construcciones
militares, que se regirán por la ley 12.737 y su reglamentación y supletoriamente por las disposiciones
de la ley 13064.
Antes de sacar una obra pública a licitación pública o de contratar directamente su realización, se
requerirá la aprobación del proyecto y presupuesto respectivo, por los organismos legalmente
autorizados, que deberá ser acompañado del pliego de condiciones de la ejecución, así como de las
bases del llamado a licitación a que deban ajustarse los proponentes y el adjudicatario, y del proyecto
de contrato en caso de contratación directa. La responsabilidad del proyecto y de los estudios que le
han servido de base, caen sobre el organismo que los realizó.
El proyecto de obra pública deberá prever, en los casos de obra que implique el acceso de público,
para su aprobación por los organismos legalmente autorizados, la supresión de las barreras
arquitectónicas limitativas de la accesibilidad de las personas con discapacidad.
En casos excepcionales y cuando las circunstancias especiales lo requieran, el Poder Ejecutivo podrá
autorizar la adjudicación, sobre la base de anteproyectos y presupuestos globales, los que tendrán el
carácter de provisional por el tiempo necesario para que se preparen y aprueben los documentos
definitivos.
La licitación y/o contratación de obras públicas se hará sobre la base de uno de los siguientes
sistemas:
a) Por unidad de medida;
b) Por ajuste alzado;
c) Por coste y costas, en caso de urgencia justificada o de conveniencia comprobada;
d) Por otros sistemas de excepción que se establezcan.
En todos los casos la contratación podrá hacerse con o sin provisión de materiales por parte del
Estado.

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Podrá ser realizado con licitación o sin ella el arrendamiento de inmuebles y de máquinas
(implementos, equipos, transportes, embarcaciones, dragas, grúas flotantes, etcétera) destinados a
obras públicas nacionales.
No podrá llamarse a licitación ni adjudicarse obra alguna, ni efectuarse inversiones que no tengan
crédito legal.
Exceptúanse de este requisito las construcciones nuevas o reparaciones que fueron declaradas de
reconocida urgencia, con cargo de solicitar el otorgamiento del crédito correspondiente al Honorable
Congreso. En caso de que el mismo no se hubiera pronunciado dentro del período ordinario
correspondiente, se tendrá por acordado el crédito solicitado, así como la autorización para
financiarlo. Sólo podrán adjudicarse las obras públicas nacionales en licitación pública.

QUEDAN EXCEPTUADAS DE LA SOLEMNIDAD DE LA LICITACIÓN PÚBLICA Y PODRÁN SER


LICITADAS PRIVADAMENTE O CONTRATADAS EN FORMA DIRECTA, LAS OBRAS
COMPRENDIDAS EN LOS SIGUIENTES CASOS:
a) Cuando el costo de la obra no exceda del monto que establezca el Poder Ejecutivo Nacional.
b) Cuando los trabajos que resulten indispensables en una obra en curso de ejecución, no hubiesen
sido previstos en el proyecto ni pudieran incluirse en el contrato respectivo. El importe de los trabajos
complementarios antedichos no excederá de los límites que fije el Poder Ejecutivo Nacional.
c) Cuando los trabajos de urgencia reconocida o circunstancias imprevistas demandaren una pronta
ejecución que no dé lugar a los trámites de la licitación pública, o para la satisfacción de servicios de
orden social de carácter impostergable;
d) Cuando la seguridad del Estado exija garantía especial o gran reserva;
e) Cuando para la adjudicación resulte determinante la capacidad artística o técnico científica, la
destreza o habilidad o la experiencia particular del ejecutor del trabajo o cuando éste se halle
amparado por patente o privilegios o los conocimientos para la ejecución sean poseídos por una sola
persona o entidad;
f) Cuando realizada una licitación pública, no haya habido proponente o no se hubiera hecho oferta
admisible;
g) Los demás casos previstos en el Capítulo I del Título II del régimen de contrataciones de la
Administración Nacional, en tanto no se opongan a las disposiciones del presente.
Formarán parte del contrato que se subscriba, las bases de licitación, el pliego de condiciones, las
especificaciones técnicas y demás documentos de la licitación.

El contratista no tendrá derecho a indemnización por causas de pérdidas, averías o perjuicios


ocasionados por su propia culpa, falta de medios o errores en las operaciones que le sean
imputables. Cuando esas pérdidas, averías o perjuicios provengan de culpa de los empleados de la
administración, o de fuerza mayor o caso fortuito, serán soportados por la administración pública.
Para los efectos de la aplicación del párrafo anterior se considerarán casos fortuitos o de fuerza
mayor:
a) Los que tengan causa directa en actos de la administración pública, no previstos en los
pliegos de licitación;
b) Los acontecimientos de origen natural extraordinarios y de características tales que
impidan al contratista la adopción de las medidas necesarias para prevenir sus efectos.
Para tener derecho a las indemnizaciones a que se refiere este artículo, el contratista deberá hacer la
reclamación correspondiente dentro de los plazos y en las condiciones que determinen los pliegos
especiales de cada obra.
En caso de que proceda la indemnización, se pagará el perjuicio de acuerdo, en cuanto ello sea
posible, con los precios del contrato.

De la recepción de las obras


Las obras podrán recibirse parcial o totalmente, conforme con lo establecido en el contrato; pero la
recepción parcial también podrá hacerse cuando se considere conveniente, por autoridad competente.
La recepción total o parcial tendrá carácter provisional hasta tanto se haya cumplido el plazo de
garantía que se hubiese fijado.
La recepción definitiva se llevará a efecto tan pronto expire el plazo de la garantía que se hubiese
fijado en el contrato, siendo durante este plazo el contratista responsable de la conservación y
reparación de las obras salvo los efectos resultantes del uso indebido de las mismas.

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En los casos de recepciones parciales definitivas, el contratista tendrá derecho a que se le devuelva o
libere la parte proporcional de la fianza y de la garantía para reparo, con arreglo a lo dispuesto en los
artículos 20, 44 y 46.

De la rescisión del contrato - En caso de muerte, quiebra o concurso civil del contratista, quedará
rescindido el contrato, a no ser que los herederos, o sindico de la quiebra o concurso, ofrezcan llevar
a cabo la obra bajo las condiciones estipuladas en aquél. La administración nacional fijará los plazos
de presentación de los ofrecimientos y podrá admitirlos o desecharlos, sin que, en el último caso,
tengan dichos sucesores derecho a indemnización alguna.

La administración nacional tendrá derecho a la rescisión del contrato, en los casos siguientes.
a) Cuando el contratista se haga culpable de fraude o grave negligencia o contravenga las
obligaciones y condiciones estipuladas en el contrato;
b) Cuando el contratista proceda a la ejecución de las obras con lentitud, de modo que la parte
ejecutada no corresponda al tiempo previsto en los planos de trabajo y a juicio de la administración no
puedan terminarse en los plazos estipulados;
c) Cuando el contratista se exceda del plazo fijado en las bases de licitación para la iniciación de las
obras;
d) Si el contratista transfiere en todo o en parte su contrato, se asocia con otros para la construcción o
subcontrata, sin previa autorización de la administración;
e) Cuando el contratista abandone las obras o interrumpa los trabajos por plazo mayor de ocho días
en tres ocasiones, o cuando el abandono o interrupción sean continuados por el término de un mes.
En el caso del inciso b), deberá exigirse al contratista que ponga los medios necesarios para acelerar
los trabajos hasta alcanzar el nivel contractual de ejecución en el plazo que se le fije y procederá a la
rescisión del contrato si éste no adopta las medidas exigidas con ese objeto.
En el caso del inciso c), se podrá prorrogar el plazo si el contratista demostrase que la demora en la
iniciación de las obras se ha producido por causas inevitables y ofrezca cumplir su compromiso. En
caso de que no proceda el otorgamiento de esa prórroga, o que concedida ésta el contratista tampoco
diera comienzo a los trabajos en el nuevo plazo fijado, el contrato quedará rescindido con pérdida de
la fianza.

Resuelta la rescisión del contrato, salvo el caso previsto en el inciso c) del artículo anterior, ella
tendrá las siguientes consecuencias:
a) El contratista responderá por los perjuicios que sufra la administración a causa del nuevo contrato
que celebre para la continuación de las obras, o por la ejecución de estas directamente;
b ) La administración tomará, si lo cree conveniente y previa valuación convencional, sin aumento de
ninguna especie, los equipos y materiales necesarios para la continuación de la obra;
c) Los créditos que resulten por los materiales que la administración reciba, en el caso del inciso
anterior, por la liquidación de partes de obras terminadas u obras inconclusas que sean de recibo, y
por fondos de reparos, quedarán retenidos a la resulta de la liquidación final de las trabajos;
d) En ningún caso el contratista tendrá derecho al beneficio que se obtuviese en la continuación de las
obras con respecto a los precios del contrato rescindido;
e) Sin perjuicio de las sanciones dispuestas en esta ley, el contratista que se encuentre comprendido
en el caso del inciso a) del artículo anterior perderá además la fianza rendida.
En caso de que rescindido el contrato por culpa del contratista la administración resolviera variar el
proyecto que sirvió de base a la contratación, la rescisión sólo determinará la perdida de la fianza,
debiendo liquidarse los trabajos efectuados hasta la fecha de la cesación de los mismos.

El contratista tendrá derecho a rescindir el contrato, en los siguientes casos:


a) Cuando las modificaciones mencionadas en el artículo 30 o los errores a que se refiere el artículo
37 alteren el valor total de las obras contratadas, en un 20 % en más o en menos;
b) Cuando la administración pública suspenda por más de tres meses la ejecución de las obras;
c) Cuando el contratista se vea obligado a suspender las obras por más de tres meses, o a reducir el
ritmo previsto en más de un 50 % durante el mismo período, como consecuencia de la falta de
cumplimiento en término, por parte de la administración, de la entrega de elementos o materiales a
que se hubiera comprometido;

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d) Por caso fortuito y/o fuerza mayor que imposibilite el cumplimiento de las obligaciones emergentes
del contrato;
e) Cuando la administración no efectúe la entrega de los terrenos ni realice el replanteo de la obra
dentro del plazo fijado en los pliegos especiales más una tolerancia de treinta días.

Producida la rescisión del contrato en virtud de las causales previstas en el artículo anterior, ella
tendrá las siguientes consecuencias:
a) Liquidación a favor del contratista, previa valuación practicada de común acuerdo con él sobre la
base de los precios, costos y valores contractuales, del importe de los equipos, herramientas,
instalaciones, útiles y demás enseres necesarios para las obras que éste no quiera retener;
b) Liquidación a favor del contratista del importe de los materiales acopiados y los contratados, en
viaje o en elaboración, que sean de recibo;
c) Transferencia, sin perdida para el contratista, de los contratos celebrados por el mismo para la
ejecución de las obras;
d) Si hubiera trabajos ejecutados, el contratista deberá requerir la inmediata recepción provisional de
los mismos, debiendo realizarse su recepción definitiva una vez vencido el plazo de garantía;
e) Liquidación a favor del contratista de los gastos improductivos que probare haber tenido como
consecuencia de la rescisión del contrato;
f) No se liquidará a favor del contratista suma alguna por concepto de indemnización o de beneficio
que hubiera podido obtener sobre las obras no ejecutadas.
En el caso del inciso d) del artículo 53, no será de aplicación el inciso e) del presente artículo.

JURISDICCIÓN CONTENCIOSO ADMINISTRATIVA - Todas las cuestiones a que dé lugar la


aplicación e interpretación de los contratos de obras públicas, derivadas de los mismos, deberán
debatirse ante la jurisdicción contencioso administrativa, renunciando expresamente los contratistas a
toda otra jurisdicción.
La exigencia de este artículo será voluntaria para el contratista hasta tanto no se dicte la ley que rija el
trámite en lo contencioso administrativo. En caso de someterse el contratista al actual tramite podrá
convenir con la autoridad administrativa un tribunal arbitral que decida en única instancia.

CONCESION DE OBRA PUBLICA es un contrato en el cual interviene una autoridad pública por un
lado, a quien se denomina concedente, y por la otra un concesionario, donde el primero cede al
segundo la explotación de una obra pública, que implica la realización de una actividad estatal, en
favor de terceros, a cambio de un precio que será abonado conforme a las estipulaciones
contractuales.
Mediante el contrato de obra pública, se encarga al contratista, la realización de una autopista, y
mediante el contrato de concesión de obra pública, se encarga al concesionario la explotación de la
misma, su cuidado y mantenimiento, a cambio de un precio que se abonará por parte del gobierno o
los usuarios.
El Decreto-ley 17520 regula la cuestión de las concesiones de obras públicas sosteniendo que el
Poder Ejecutivo podrá otorgar concesiones de obra pública por un término fijo, a sociedades privadas
o mixtas o a entes públicos para la construcción, conservación o explotación de obras públicas
mediante el cobro de tarifas o peaje conforme a los procedimientos que fija esta ley. La concesión se
hará por decreto del Poder Ejecutivo.

La concesión podrá ser:


a) A título oneroso, imponiendo al concesionario una contribución determinada en dinero o una
participación sobre sus beneficios a favor del Estado;
b) Gratuita;
c) Subvencionada por el Estado, con una entrega inicial durante la construcción o con entregas en el
período de la explotación reintegrables o no al Estado.

Las concesiones de obra pública se otorgarán mediante uno de los siguientes procedimientos:
a) Por licitación pública;
b) Por contratación directa con entes públicos o con sociedades de capital estatal;
c) Por contratación con sociedades privadas o mixtas. En tal caso las tratativas preliminares entre
la persona o entidad privada y la entidad pública concedente, se llevarán a cabo hasta fijar las bases

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principales de la futura concesión; hecho lo cual se optará por la licitación pública con dichas bases o
se convocará públicamente para la presentación de proyectos en competencia, mediante los avisos o
anuncios pertinentes. En este caso si no se presentaran mejores ofertas, el contrato podrá celebrarse
directamente con la persona o entidad privada que inició las tratativas preliminares hasta la redacción
de aquellas bases. Si se presentaran ofertas mejores, a juicio exclusivo del Estado, se llamará
a licitación pública o privada entre los oferentes para la construcción, conservación o explotación de
que se trate.
En todos los casos el CONTRATO DE CONCESIÓN deberá definir: el objeto de la concesión; su
modalidad, el plazo; las bases tarifarias y procedimientos a seguir para la fijación y los reajustes del
régimen de tarifas; la composición y las facultades de la representación o de la delegación a que se
refiere el artículo 5º de esta ley; la indicación -si correspondiese- de utilizar recursos del crédito para
financiar las obras según lo previsto en el artículo 5º de esta ley; las garantías a acordar por el Estado;
los alcances de la desgravación impositiva, si la hubiere; el procedimiento de control contable y de
fiscalización de los trabajos técnicos; las obligaciones recíprocas al término de la concesión; las
causales y las bases de valuación para el caso de rescisión. En los casos en que las inversiones
motivo de la concesión fuesen a ser financiadas con recursos del crédito a obtenerse por el Estado o
por el concesionario con la garantía de éste, la concesión -además de prever los procedimientos de
fijación y ajuste de tarifas- deberá contener las disposiciones
que aseguren la amortización y servicio de las deudas y obligaciones a contraerse, así como la
obligación del Estado de proveer el eventual defecto de ingresos si las tarifas autorizadas o
reajustadas no resultasen suficientes.

CONCESION DE SERVICIOS PUBLICOS


Una vez que el gobierno ha decidido mediante la publicatio que una actividad determinada, en un
momento dado, se prestará bajo el régimen jurídico del servicio público, puede materializar la gestión
de la misma, por si ( llamada por administración), o bien encomendar la misma a un tercero, mediante
los contratos de concesión o licencia de servicio público.
Mediante estos contratos, el gobierno busca satisfacer necesidades generales, encomendando a los
concesionarios o licenciatarios, la organización y funcionamiento de la actividad que por decisión
estatal pasó a prestarse bajo el régimen del servicio público.
En cada caso existe un marco regulatorio dictado por ley formal, como lo son los casos del gas y de la
electricidad.
La Ley 23696 de emergencia administrativa, en su artículo 15 establece que el Poder Ejecutivo podrá
otorgar permisos, licencias o concesiones para la explotación de los servicios públicos.

CONTRATO DE SUMINISTRO
Llamado también contrato de abastecimiento o provisión, es el que vincula a la administración pública
con otra persona, llamada proveedor, a fin de que ésta le provea de cosas muebles, a cambio de un
precio. Mediante este tipo de contratos, la administración consigue proveerse de medicamentos,
alimentos, uniformes, papeleria y cualquier otro bien mueble, necesario para el cumplimiento de su
función. El régimen jurídico de estos contratos, se encontraba regulado por la llamada Ley de
Contabilidad (Decreto ley 23354/56) y el Decreto 5720/72, y actualmente por el Decreto 1023/01 y su
reglamentación el Decreto 436/2000.-

EL CONTRATO DE EMPLEO PÚBLICO (LEY 25164). PRINCIPALES CARACTERES. LA


ESTABILIDAD. RÉGIMEN DE DERECHOS Y OBLIGACIONES. RÉGIMEN DISCIPLINARIO.
El 15 de septiembre de 1999, el parlamento sancionó la Ley 25164, llamada LEY MARCO DE
REGULACION DE EMPLEO PUBLICO NACIONAL, que regula los derechos y obligaciones del
personal de la administración pública nacional, que no se encuentre regido por convenciones
especiales. Quedan expresamente excluidos del ámbito de aplicación de esta ley el personal del
Poder Legislativo nacional y del Poder Judicial de la Nación, que se rigen por sus respectivos
ordenamientos especiales. Esta normativa regula los deberes y derechos del personal que integra el
Servicio Civil de la Nación. Este está constituido por las personas que habiendo sido designadas
conforme lo previsto en la presente ley, prestan servicios en dependencias del Poder Ejecutivo,
inclusive entes jurídicamente descentralizados.

Quedan exceptuados de lo establecido en el párrafo anterior:

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a) El Jefe de Gabinete de Ministros, los Ministros, el Secretario General de la Presidencia de la
Nación, los Secretarios, Subsecretarios, el Jefe de la Casa Militar, las máximas autoridades de
organismos descentralizados e instituciones de la Seguridad Social y los miembros integrantes de los
cuerpos colegiados.
b) Las personas que por disposición legal o reglamentaria ejerzan funciones de jerarquía equivalente
a la de los cargos mencionados en el inciso precedente.
c) El personal militar en actividad y el retirado que prestare servicios militares.
d) El personal perteneciente a las Fuerzas de Seguridad y Policiales, en actividad y retirado que
prestare servicios por convocatoria.
e) El personal diplomático en actividad comprendido en la Ley del Servicio Exterior de la Nación.
f) El personal comprendido en convenciones colectivas de trabajo aprobadas en el marco de la Ley
14.250 (t.o. decreto 198/88) o la que se dicte en su reemplazo.
g) El clero.
Al personal que preste servicios en organismos pertenecientes a la Administración Pública Nacional, y
esté regido por los preceptos de la Ley de Contrato de Trabajo Nº 20.744 (t.o. 1976), y modificatorias
o la que se dicte en su reemplazo, se les aplicarán las previsiones contenidas en ese régimen
normativo. En los supuestos contemplados en el párrafo anterior y en el inciso
f), las partes, de común acuerdo, podrán insertarse en el régimen de empleo público, a través
de la firma de convenios colectivos de trabajo, tal como lo regula el inciso j) de la Ley 24.185 y de
acuerdo con las disposiciones de dicha norma.

El personal podrá revistar en el régimen de estabilidad, en el régimen de contrataciones, o como


personal de gabinete de las autoridades superiores. La situación del personal designado con carácter
ad honorem será reglamentada por el Poder Ejecutivo, de conformidad con las características propias
de la naturaleza de su relación.
El régimen de estabilidad comprende al personal que ingrese por los mecanismos de selección que
se establezcan, a cargos pertenecientes al régimen de carrera cuya financiación será prevista para
cada jurisdicción u organismos descentralizados en la Ley de Presupuesto.
La carrera administrativa básica y las específicas deberán contemplar la aplicación de criterios que
incorporen los principios de transparencia, publicidad y mérito en los procedimientos de selección
para determinar la idoneidad de la función a cubrir, de la promoción o avance en la carrera basada en
la evaluación de la eficiencia, eficacia, rendimiento laboral y de exigencias de capacitación acorde con
las necesidades de las tareas o funciones a desarrollar, así como la previsión de sistemas basados en
el mérito y la capacidad de los agentes, que motiven la promoción de los mismos en la carrera.
El régimen de contrataciones de personal por tiempo determinado comprenderá exclusivamente la
prestación de servicios de carácter transitorio o estacionales, no incluidos en las funciones propias del
régimen de carrera, y que no puedan ser cubiertos por personal de planta permanente.
El personal contratado en esta modalidad no podrá superar en ningún caso el porcentaje que se
establezca en el convenio colectivo de trabajo, el que tendrá directa vinculación con el número de
trabajadores que integren la planta permanente del organismo.
Dicho personal será equiparado en los niveles y grados de la planta permanente y percibirá la
remuneración de conformidad con la correspondiente al nivel y grado respectivo.
La Ley de Presupuesto fijará anualmente los porcentajes de las partidas correspondientes que podrán
ser afectados por cada jurisdicción u organismo descentralizado para la aplicación del referido
régimen.
El régimen de prestación de servicios del personal de gabinete de las autoridades superiores,
que será reglamentado por el Poder Ejecutivo, solamente comprende funciones de asesoramiento, o
de asistencia administrativa. El personal cesará en sus funciones simultáneamente con la autoridad
cuyo gabinete integra y su designación podrá ser cancelada en cualquier momento.
El personal alcanzado por el régimen de estabilidad que resulte afectado por medidas de
reestructuración que comporten la supresión de organismos, dependencias o de las funciones
asignadas a las mismas, con la eliminación de los respectivos cargos, será reubicado en las
condiciones reglamentarias que se establezcan. A este objeto se garantizará la incorporación del
agente afectado para ocupar cargos vacantes. Asimismo en los convenios colectivos de trabajo se
preverán acciones de reconversión laboral que permitan al agente insertarse en dichos cargos.
En el supuesto de no concretarse la reubicación, el agente quedará en situación
de disponibilidad.

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El período de disponibilidad se asignará según la antigüedad del trabajador, no pudiendo ser menor
a seis (6) meses ni mayor a doce (12) meses. Si durante el período de disponibilidad se produjeran
vacantes en la Administración Pública Central y Organismos descentralizados, deberá priorizarse
el trabajador que se encuentre en situación de disponibilidad para la cobertura de dichas vacantes.
Vencido el término de la disponibilidad, sin que haya sido reubicado, o en el caso que el agente
rehusare el ofrecimiento de ocupar un cargo o no existieran vacantes, se producirá la baja,
generándose el derecho a percibir una indemnización igual a un (1) mes de sueldo por cada año de
servicio o fracción mayor de tres meses, tomando como base la mejor remuneración mensual,
normal y habitual percibida durante el último año o durante el tiempo de prestación
de servicios si éste fuera menor, salvo el mejor derecho que se estableciere en el Convenio Colectivo
de Trabajo y las indemnizaciones especiales que pudieren regularse por dicha vía.

Las personas vinculadas laboralmente con la Administración Pública Nacional, según el régimen
al que hubieren ingresado, tendrán los siguientes derechos, de conformidad con las modalidades
establecidas en las leyes, en las normas reglamentarias y, en cuanto corresponda, en los convenios
colectivos de trabajo:
a) Estabilidad.
b) Retribución justa por sus servicios, con más los adicionales que correspondan.
c) Igualdad de oportunidades en la carrera.
d) Capacitación permanente.
e) Libre afiliación sindical y negociación colectiva.
f) Licencias, justificaciones y franquicias.
g) Compensaciones, indemnizaciones y subsidios.
h) Asistencia social para sí y su familia.
i) Interposición de recursos.
j) Jubilación o retiro.
k) Renuncia.
l) Higiene y seguridad en el trabajo.
m) Participación, por intermedio de las organizaciones sindicales, en los procedimientos de
calificaciones y disciplinarios de conformidad con que se establezca en el Convenio Colectivo Trabajo.
La presente enumeración no tiene carácter taxativo, pudiendo ser ampliada por vía
de la negociación colectiva.

Al personal comprendido en el régimen de contrataciones y en el de gabinete de las autoridades


superiores sólo le alcanzarán los derechos enunciados en los incisos b), e), f), i), j), k) y l) con
salvedades que se establezcan por vía reglamentaria.
El personal comprendido en régimen de estabilidad tendrá derecho a conservar el empleo, el nivel
y grado de la carrera alcanzado. La estabilidad en la función, será materia de regulación
convencional.
La adquisición de la estabilidad en el empleo se producirá cuando se cumplimenten las siguientes
condiciones:
a) Acredite condiciones de idoneidad a través de las evaluaciones periódicas de desempeño,
capacitación y del cumplimiento de las metas objetivos establecidos para la gestión durante
transcurso de un período de prueba de doce (12) meses de prestación de servicios efectivos, como de
la aprobación de las actividades de formación profesional que se establezcan.
b) La obtención del certificado definitivo de aptitud psicofísica para el cargo.
c) La ratificación de la designación mediante acto expreso emanado de la autoridad competente con
facultades para efectuar designaciones, vencimiento del plazo establecido en el inciso a).
Transcurridos treinta (30) días de vencido el plazo previsto en el inciso citado sin que la administración
dicte el acto administrativo pertinente, designación se considerará efectuada, adquiriendo el agente el
derecho a la estabilidad.
Durante el período en que el agente no goce estabilidad, su designación podrá ser cancelada.
El personal que goce de estabilidad la retendrá cuando fuera designado para cumplir funciones sin
dicha garantía.
No será considerado como ingresante el agente que cambie su situación de revista presupuestaria,
sin que hubiera mediado interrupción de relación de empleo público dentro del ámbito presente
régimen.

16
La estabilidad en el empleo cesa únicamente cuando se configura alguna de las causales previstas en
la presente ley.

El personal tiene derecho igualdad de oportunidades en el desarrollo de carrera administrativa, a


través de los mecanismos que se determinen. Las promociones a cargos vacantes sólo procederán
mediante sistemas de selección de antecedentes, méritos y aptitudes. El Convenio Colectivo de
Trabajo deberá prever los mecanismos de participación y de control que permitan a las
asociaciones sindicales verificar el cumplimiento de los criterios indicados.
El régimen de licencias, justificaciones y franquicias será materia de regulación en el Convenio
Colectivo de Trabajo, que contemplará las características propias de la función pública, y de los
diferentes organismos.
Hasta tanto se firmen los convenios colectivos de trabajo, se mantiene vigente el régimen rige
actualmente para el sector público. El personal podrá ser intimado a iniciar los trámites jubilatorios
cuando reúna requisitos exigidos para obtener la jubilación ordinaria, autorizándolos a que continúen
en la prestación de sus servicios por el período de un año partir de la intimación respectiva.
Igual previsión regirá para el personal solicitare voluntariamente su jubilación o retiro.

El personal que goza de jubilación o retiro no tiene derecho a la estabilidad. La designación podrá
ser cancelada en cualquier momento, por razones de oportunidad, mérito o conveniencia. En ese
supuesto el agente tendrá derecho al pago de una indemnización que se calculará de conformidad
con lo normado en el artículo 11 de la presente ley, computándose a los fines del cálculo de la
antigüedad, el último período trabajado en la administración.
La renuncia es el derecho a concluir la relación de empleo produciéndose la baja automática del
agente a los treinta (30) días corridos de su presentación, si con anterioridad no hubiera sido
aceptada por autoridad competente.
La aceptación de la renuncia podrá ser dejada en suspenso por un término no mayor de ciento
ochenta (180) días corridos si al momento de presentar la renuncia se encontrara involucrado en una
investigación sumarial.
Los agentes tienen los siguientes deberes, sin perjuicio de los que en función de las particularidades
de la actividad desempeñada, se establezcan en las convenciones colectivas de trabajo:
a) Prestar el servicio personalmente, encuadrando su cumplimiento en principios de eficiencia,
eficacia y rendimiento laboral, en las condiciones y modalidades que se determinen.
b) Observar las normas legales y reglamentarias y conducirse con colaboración, respeto y cortesía en
sus relaciones con el público y con el resto del personal.
c) Responder por la eficacia, rendimiento de la gestión y del personal del área a su cargo.
d) Respetar y hacer cumplir, dentro del marco de competencia de su función, el sistema jurídico
vigente.
e) Obedecer toda orden emanada del superior jerárquico competente, que reúna las formalidades del
caso y tenga por objeto la realización de actos de servicio compatibles con la función del agente.
f) Observar el deber de fidelidad que se derive de la índole de las tareas que le fueron asignadas y
guardar la discreción correspondiente o la reserva absoluta, en su caso, de todo asunto del servicio
que así lo requiera, en función de su naturaleza o de instrucciones específicas, con independencia de
lo que establezcan las disposiciones vigentes en materia de secreto o reserva administrativa.
g) Declarar bajo juramento su situación patrimonial y modificaciones ulteriores con los alcances que
determine la reglamentación.
h) Llevar a conocimiento de la superioridad todo acto, omisión o procedimiento que causare o pudiere
causar perjuicio al Estado, configurar delito, o resultar una aplicación ineficiente de los recursos
públicos. Cuando el acto, omisión o procedimiento involucrase a sus superiores inmediatos podrá
hacerlo conocer directamente a la Sindicatura General de la Nación, Fiscalía Nacional de
Investigaciones Administrativas y/o a la Auditoría General de la Nación.
i) Concurrir a la citación por la instrucción de un sumario, cuando se lo requiera en calidad de testigo.
j) Someterse a examen psicofísico en la forma que determine la reglamentación.
k) Excusarse de intervenir en toda actuación que pueda originar interpretaciones de parcialidad.
l) Velar por el cuidado y la conservación de los bienes que integran el patrimonio del Estado y de los
terceros que específicamente se pongan bajo su custodia.
m) Seguir la vía jerárquica correspondiente en las peticiones y tramitaciones realizadas.

17
n) Encuadrarse en las disposiciones legales y reglamentarias sobre incompatibilidad y acumulación de
cargos.
El personal queda sujeto a las siguientes prohibiciones, sin perjuicio de las que en función de las
particularidades de la actividad desempeñada se establezcan en las convenciones colectivas de
trabajo:
a) Patrocinar trámites o gestiones administrativas referentes a asuntos de terceros que se vinculen
con sus funciones.
b) Dirigir, administrar, asesorar, patrocinar, representar o prestar servicio remunerados o no, personas
de existencia visible o jurídica que gestionen o exploten concesiones o privilegios de administración
en el orden nacional, provincial municipal, o que fueran proveedores o contratistas de las mismas.
c) Recibir directa o indirectamente beneficios originados en contratos, concesiones o franquicias que
celebre u otorgue la administración en orden nacional, provincial o municipal.
d) Mantener vinculaciones que le signifiquen beneficios u obligaciones con entidades directamente
fiscalizadas por el ministerio, dependencia o entidad en el que se encuentre prestando servicios.
e) Valerse directa o indirectamente de facultades o prerrogativas inherentes a sus funciones para fines
ajenos a dicha función o para realizar proselitismo o acción política.
f) Aceptar dádivas, obsequios u otros beneficios u obtener ventajas de cualquier índole con motivo u
ocasión del desempeño de sus funciones.
g) Representar, patrocinar a litigantes o intervenir en gestiones extrajudiciales contra la Administración
Pública Nacional.
h) Desarrollar toda acción u omisión que suponga discriminación por razón de raza, religión,
nacionalidad, opinión, sexo o cualquier otra condición o circunstancia personal o social.
i) Hacer uso indebido o con fines particulares del patrimonio estatal.
Es incompatible el desempeño de un cargo remunerado en la Administración Pública Nacional, con el
ejercicio de otro de igual carácter en el orden nacional, provincial o municipal, con excepción de los
supuestos que se determinen por vía reglamentaria, o que se establezca en el Convenio Colectivo
de Trabajo.

REGIMEN DISCIPLINARIO El personal vinculado por una relación de empleo público regulada por la
presente ley, y que revista en la planta permanente, no podrá ser privado de su empleo ni ser objeto
de medidas disciplinarias, sino por las causas en las condiciones que expresamente se establecen.
Al personal comprendido en el régimen contrataciones, y de gabinete se le aplicarán los preceptos del
presente capítulo, en las condiciones que establezcan las respectivas reglamentaciones.
El personal no podrá ser sancionado más de una vez por la misma causa, debiendo graduarse la
sanción en base a la gravedad de la falta cometida, y los antecedentes del agente.
El personal comprendido en ámbito de aplicación del presente régimen tiene derecho a que se le
garantice el debido proceso adjetivo, en los términos del artículo 1º inciso f) de la Ley 19.549 o la que
la sustituya.
El personal podrá ser objeto de las siguientes medidas disciplinarias:
a) Apercibimiento.
b) Suspensión de hasta treinta (30) días en un año, contados a partir de la primera suspensión.
c) Cesantía.
d) Exoneración.

La suspensión se hará efectiva sin prestación de servicios ni goce de haberes, en las normas y
términos que se determinen y sin perjuicio de las responsabilidades penales y civiles que fije la
legislación vigente.
Son causas para imponer el apercibimiento o la suspensión hasta 30 días:
a) Incumplimiento reiterado del horario establecido.
b) Inasistencias injustificadas que no exceden de diez (10) días discontinuos en el lapso de doce
meses inmediatos anteriores y siempre que no configuren abandono de tareas.
c) Incumplimiento de los deberes determinados en el art. 23 de esta ley, salvo que la gravedad y
magnitud de los hechos justifiquen la aplicación de la causal de cesantía.

Son causales para imponer cesantía:


a) Inasistencias injustificadas que excedan de 10 (diez) días discontinuos, en los 12 (doce) meses
inmediatos anteriores.

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b) Abandono de servicio, el cual se considerará consumado cuando el agente registrare más de cinco
(5) inasistencias continuas sin causa que lo justifique y fuera intimado previamente en forma
fehaciente a retomar sus tareas.
c) Infracciones reiteradas en el cumplimiento de sus tareas, que hayan dado lugar a treinta (30) días
de suspensión en los doce meses anteriores.
d) Concurso civil o quiebra no causal, salvo casos debidamente justificados por la autoridad
administrativa.
e) Incumplimiento de los deberes establecidos en los artículos 23 y 24 cuando por la magnitud y
gravedad de la falta así correspondiere.
f) Delito doloso no referido a la Administración Pública, cuando por sus circunstancias afecte el
prestigio de la función o del agente.
g) Calificaciones deficientes como resultado de evaluaciones que impliquen desempeño ineficaz
durante tres (3) años consecutivos o cuatro (4) alternados en los últimos diez (10) años de servicio y
haya contado con oportunidades de capacitación adecuada para el desempeño de las tareas.
En todos los casos podrá considerarse la solicitud de rehabilitación a partir de los dos (2) años de
consentido el acto por el que se dispusiera la cesantía o de declarada firme la sentencia judicial, en su
caso.

Son causales para imponer la exoneración:


a) Sentencia condenatoria firme por delito contra la Administración Pública Nacional, Provincial o
Municipal.
b) Falta grave que perjudique materialmente a la Administración Pública.
c) Pérdida de la ciudadanía.
d) Violación de las prohibiciones previstas en el artículo 24.
e) Imposición como pena principal o accesoria de inhabilitación absoluta o especial para la función
pública.
En todos los casos podrá considerarse la solicitud de rehabilitación a partir de los cuatro (4) años de
consentido el acto por el que se dispusiera la exoneración o de declarada firme la sentencia judicial,
en su caso.
La exoneración conllevará necesariamente la baja en todos los cargos públicos que ejerciere el
agente sancionado.
La substanciación de los sumarios por hechos que puedan configurar delitos y la imposición de las
sanciones pertinentes en el orden administrativo, son independientes de la causa criminal, excepto en
aquellos casos en que de la sentencia definitiva surja la configuración de una causal más grave que la
sancionada; en tal supuesto se podrá sustituir la medida aplicada por otra de mayor gravedad.
La aplicación de apercibimiento y suspensión hasta el máximo de cinco (5) días, no requerirá la
instrucción de sumario.
Las suspensiones que excedan de dicho plazo serán aplicadas previa instrucción de un sumario,
salvo que se funden en las causales previstas en los incisos a) y b) del art. 31.
La cesantía será aplicada previa instrucción de sumario, salvo que medien las causales previstas en
los incisos a), b) y c) del art. 32.
El personal sumariado podrá ser suspendido preventivamente o trasladado dentro de su zona por la
autoridad administrativa competente cuando su alejamiento sea necesario para el esclarecimiento de
los hechos investigados o cuando su permanencia en funciones fuera evaluada como peligrosa o
riesgosa.
Esta decisión deberá ser tomada por la autoridad competente con los debidos fundamentos y tendrá
los efectos de una medida precautoria, no pudiendo extenderse en ningún caso, durante más de tres
(3) meses desde la fecha de iniciación del sumario. Vencido dicho plazo, si el sumario no hubiera sido
concluido, el trabajador deberá ser reincorporado a sus tareas habituales. Una vez concluido el
sumario, si del mismo no resulta la aplicación de sanciones o las que se determinen no impliquen la
pérdida de los haberes, el trabajador que hubiera sido afectado por una suspensión preventiva tendrá
derecho a que se le abonen los salarios caídos durante el lapso de vigencia de la misma, o la parte
proporcional de los mismos, según le corresponda.
Los plazos de prescripción para la aplicación de las sanciones disciplinarias, con las salvedades que
determine la reglamentación, se computarán de la siguiente forma:
a) Causales que dieran lugar a la aplicación de apercibimiento y suspensión: seis (6) meses.
b) Causales que dieran lugar a la cesantía: un (1) año.

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c) Causales que dieran lugar a la exoneración: dos (2) años.

En todos los casos, el plazo se contará a partir del momento de la comisión de la falta.
Por vía reglamentaria se determinará las autoridades con atribuciones para aplicar las sanciones a
que se refiere este capítulo, como así también el procedimiento de investigación aplicable. Este
procedimiento deberá garantizar el derecho de defensa en juicio y establecerá plazos perentorios e
improrrogables para resolver los sumarios administrativos, que nunca podrán exceder de seis (6)
meses de cometido el hecho o la conducta imputada.
Contra los actos administrativos que dispongan la aplicación de sanciones al personal amparado
por la estabilidad prevista en este régimen, el agente afectado podrá optar por impugnarlo por la vía
administrativa común y una vez agotada ésta acudir a sede judicial, o recurrir directamente por ante la
Cámara Nacional de Apelaciones en lo Contencioso Administrativo Federal o por ante las
cámaras federales con asiento en las provincias, según corresponda conforme al lugar de prestación
de servicios del agente. La opción formulada es excluyente e inhibe la utilización de cualquier otra vía
o acción.
El recurso judicial directo sólo podrá fundarse en la ilegitimidad de la sanción, con
expresa indicación de las normas presuntamente violadas o de los vicios que se atribuyen al sumario
instruido.
El recurso judicial directo deberá interponerse ante el Tribunal dentro de los noventa (90) días de
notificada la sanción, debiendo la autoridad administrativa enviar al Tribunal el expediente con el
legajo personal del recurrente, dentro de los diez (10) días de requerido.
Recibidos los antecedentes, el Tribunal correrá traslado por su orden por diez (10)
días perentorios al recurrente y a la administración.
Vencido este plazo y cumplidas las medidas para mejor proveer que pudiera haber dispuesto el
Tribunal, llamará autos para sentencia, la que se dictará dentro de los sesenta (60) días. Todos los
términos fijados en el presente artículo se computarán en días hábiles judiciales.
Si la sentencia fuera favorable al recurrente, en caso de ordenar su reincorporación, la administración
deberá habilitar una vacante de igual categoría a la que revistaba. Este podrá optar por percibir la
indemnización prevista en el artículo 11 renunciando al derecho de reincorporación.
La relación de empleo del agente con la Administración Pública Nacional concluye por las
siguientes causas:
a) Cancelación de la designación del personal sin estabilidad en los términos del artículo 17.
b) Renuncia aceptada o vencimiento del plazo de conformidad con lo previsto en el artículo 22.
c) Conclusión o rescisión del contrato en el caso del personal bajo el régimen de contrataciones.
d) Vencimiento del plazo que le correspondiere de conformidad con lo previsto en el artículo 11 por
reestructuración o disolución de organismos.
e) Razones de salud que lo imposibiliten para el cumplimiento de tareas laborales.
f) Aplicación de sanciones de cesantía o exoneración.
g) Baja por jubilación, retiro o vencimiento del plazo previsto en el artículo 20.
h) Por fallecimiento.
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BOLILLA 17. SISTEMAS DE SELECCIÓN DEL CONTRATISTA.


SELECCIÓN DEL CONTRATISTA
Como se elige a la persona que va a tratar con la administración pública, se debe tener en cuenta
los elementos esenciales del ACTO ADMINISTRATIVO.
HAY PROCEDIMIENTOS: y teniendo en cuenta los elementos del ACTO ADMINISTRATIVO
ELEMENTOS COMPETENCIA – no cualquiera, hay funcionarios para ese
OBJETO – licito posible, no todo puede comprar un funcionario
PROCEDIMIENTO – establecido en la ley (compras directas), una finalidad
CAUSA – antes del hecho derecho, normas que lo admiten
FIN
No pueden contratar a cualquiera, ni comprar cualquier cosa si no está establecido en la ley.
Los funcionarios públicos están limitados al régimen de contratación y está limitado para elegir
porque por ejemplo Dietrich no podría comprar, autos de su empresa ya que hoy es funcionario.

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La ley establece procedimientos para la selección y ella LA LICITACION – es una invitación a
ofertar.

REGIMEN GENERAL – PROCEDIMIENTOS que lo postula la norma


A – LICITACION – (mecanismo general es este procedimiento) invitación a ofertar (ejemplo
tractores, realizo un pliego)
Existen distintas modalidades licitatorias, ya sea pública, privada, restringida o internacional.
Pliego – condiciones a contratar, público en general que se hace la oferta.
Quienes quieran realizar se presentan
Se presenta fecha en el pliego – el inicio y el cierre, hay condiciones
de INVITO A Oferta, condiciones pre-adjudicación,
a saber cómo se paga en determinada manera y condiciones.
PUEDE SER – abierta – cuando no tiene limitaciones (cualquier puede ofertar, al publico general)
Cerrada – cuando se establece condiciones, ósea limitaciones, empresas que
Sean nacionales, en el distrito.
Nacional e internacional.

En el procedimiento que se llevará a cabo, deben seguirse los siguientes pasos:


1) declaración de la necesidad de la contratación,
2) elaboración del pliego de condiciones por parte del gobierno, que incluye tanto las condiciones
generales como particulares,
3) la venta de los pliegos para que los oferentes puedan conocer las condiciones a las que habrá de
sujetarse la contratación,
4) la presentación de las ofertas por parte de quienes habiendo adquirido los pliegos, tengan
interés en vincularse con la administración,
5) apertura de las propuestas u ofertas, que se lleva a cabo en acto público, para dar a conocer las
ofertaspresentadas,
6) Pre-adjudicación, que se lleva adelante por la labor de los organismos técnicos aconsejando la
adjudicación del contrato a uno u otro oferente,
7) adjudicación, que es el acto administrativo mediante el cual se aprueba la contratación,
estableciendo cual es la oferta más conveniente, y por lo tanto cual de los oferentes ha sido escogido
para contratar con la administración.

Hay condiciones y situaciones, y no puedo utilizar este mecanismo General de LICITACIONES,


este MECANISMO GENERAL. en este caso existe la COMPRA DIRECTA – es decir que es por
ejemplo comprar un tipo de teléfonos APPLE.
También la editorial “La ley” hacia informe anual con leyes de ese año, y una sola persona
jurídica.
Ejemplo es en RAZONES DE EMERGENCIA – porque tengo un terremoto - agua mineral, fideos,
colchones, etc, no puedo esperar 6 meses para licitar, es por eso que la ley me da la posibilidad y
me habilita hacer compra directa, ósea de hacer esto.

B - CONCURSO – Otro mecanismo es el mecanismo que no es cosa, sino contratar


condiciones personales o intelectuales. Ejemplo – director de inmigraciones, profesor
administrativo.
La contratación de servicios donde son fundamentales las características personales de los
oferentes.

C - REMATE – la administración cuenta con bienes materiales, productos, etc que pueden estar
o no en el mercado, que son los que están en el mercado y interesa venderlos o comprarlos, y el
mecanismo es el REMATE – bienes usados, fidecomiso, bienes inmuebles, vehículos
automotores, etc. Y se pone estos en venta.
Es una venta al público, de libre concurrencia, sin requisitos para ofertar y se contrata con el
mejor postor.

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Para cada una de contrataciones hay procedimientos, es la licitación y arranca con un PLIEGO
DE CONDICIONES – las condiciones que se quieren contratar, que lo realiza la administración
pública.
Y este PLIEGO DE CONDICIONES tiene la FECHA, (fecha que se inicia la etapa de inscripción /
presenta y la fecha de cierre), cuales las condiciones para como presenta las ofertas, y se
crea y designar a una COMISION DE PRE-ADJUDICACION – personas en sabe y idónea del
tema, adjudica al referente, y analiza cada una de las ofertas, cual es la más conveniente.
La comisión propone y de allí pasa UNA AUTORIDAD EJECUTIVA que aprueba y aprueba la
compra y analiza cual es las condiciones y la comisión adjudica la oferta. .
El mecanismo es si hay razones diferentes.

JUSTIFICACIÓN DE LA EXISTENCIA DE SISTEMAS DE SELECCIÓN.


Cuando la administración va a celebrar un contrato, está obligados a seguir una serie de
procedimientos establecidos en la ley, que aseguran la corrección del actuar administrativo, la
transparencia en la contratación y el cumplimiento de las finalidades públicas que justifican la
existencia de la administración pública en general y del gobierno en particular.
Antes de la celebración del contrato, existe un paso previo, de orden legal y reglamentario, que se
denomina el proceso de selección del co-contratante, consistente en determinar los
mecanismos previstos en la ley para elegir a la persona que habrá de contratar con la
administración, las modalidades que deben seguirse para ello y las formalidades a las que
habrá de ajustarse la vinculación contractual que se llevará adelante.
El principio general de contratación pública es que debe primar el sistema de la licitación pública,
salvo que por las razones que determina la ley, ello no fuere posible, y en esos casos se habilita la
posibilidad de las otras formas de contratación.

LA CONTRATACIÓN DIRECTA
La selección por contratación directa se utilizará en los siguientes casos:
1. Cuando de acuerdo con la reglamentación no fuere posible aplicar otro procedimiento de
selección y el monto presunto del contrato no supere el máximo que fije la reglamentación.
2. La realización o adquisición de obras científicas, técnicas o artísticas cuya ejecución deba
confiarse a empresas, artistas o especialistas que sean los únicos que puedan llevarlas a cabo. Estas
contrataciones deberán establecer la responsabilidad propia y exclusiva del cocontratante, quien
actuará inexcusablemente sin relación de dependencia con el Estado Nacional.
3. La contratación de bienes o servicios cuya venta fuere exclusiva de quienes tengan
privilegio para ello o que sólo posea una determinada persona física o jurídica, siempre y
cuando no hubieren sustitutos convenientes. Cuando la contratación se fundamente en esta
disposición deberá quedar documentada en las actuaciones la constancia de tal exclusividad
mediante el informe técnico
correspondiente que así lo acredite. Para el caso de bienes, el fabricante exclusivo deberá presentar
la documentación que compruebe el privilegio de la venta del bien que elabora.
La marca no constituye de por sí causal de exclusividad, salvo que técnicamente se demuestre la
inexistencia de sustitutos convenientes.
4. Cuando una licitación o concurso hayan resultado desiertos o fracasaren se deberá efectuar
un segundo llamado, modificándose los Pliegos de Bases y Condiciones Particulares. Si éste
también resultare desierto o fracasare, podrá utilizarse el procedimiento de contratación directa
previsto en este inciso.
5. Cuando probadas razones de urgencia o emergencia que respondan a circunstancias
objetivas impidan la realización de otro procedimiento de selección en tiempo oportuno, lo cual
deberá ser debidamente acreditado en las respectivas actuaciones, y deberá ser aprobado por la
máxima autoridad de cada jurisdicción o entidad.
6. Cuando el PODER EJECUTIVO NACIONAL haya declarado secreta la operación contractual
por razones de seguridad o defensa nacional, facultad ésta excepcional e indelegable.
7. Cuando se trate de reparaciones de maquinarias, vehículos, equipos o motores cuyo
desarme, traslado o examen previo sea imprescindible para determinar la reparación necesaria
y resultare más oneroso en caso de adoptarse otro procedimiento de contratación. No podrá
utilizarse la contratación directa para las reparaciones comunes de mantenimiento de tales elementos.

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LA CONTRATACIÓN INFORMÁTICA. El decreto 1023/01 en su capítulo II, regula el régimen de
contrataciones públicas electrónicas, y establece que las contrataciones comprendidas en este
régimen podrán realizarse en formato digital firmado digitalmente, utilizando los procedimientos de
selección y las modalidades que correspondan. También podrán realizarse en formato digital firmado
digitalmente los contratos previstos en el artículo 5 de este decreto.
Las jurisdicciones y entidades comprendidas estarán obligadas a aceptar el envío de ofertas, la
presentación de informes, documentos, comunicaciones, impugnaciones y recursos relativos a los
procedimientos de contratación establecidos en este régimen, en formato digital firmado digitalmente,
conforme lo establezca la reglamentación. Se considerarán válidas las notificaciones en formato
digital firmado digitalmente, en los procedimientos regulados por el presente. Deberá considerarse
que los actos realizados en formato digital firmados digitalmente cumplen con los requisitos del
artículo 8° de la Ley N° 19.549, su modificatoria y normas reglamentarias, en los términos
establecidos en las disposiciones referentes al empleo de la firma digital en el Sector Público
Nacional, las que se aplicarán, en el caso de las contrataciones incluidas en los artículos 4° y 5° de
este régimen, aun a aquellos a ctos que produzcan efectos individuales en forma directa.
Los documentos digitales firmados digitalmente tendrán el mismo valor legal que los documentos en
soporte papel con firma manuscrita, y serán considerados como medio de prueba de la información
contenida en ellos. La reglamentación establecerá la regulación integral de las contrataciones públicas
electrónicas, en particular el régimen de publicidad y difusión, lo referente al proceso electrónico de
gestión de las contrataciones, los procedimientos de pago por medios electrónicos, las notificaciones
por vía electrónica, la automatización de los procedimientos, la digitalización de la documentación y el
expediente digital.
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BOLILLA 18. EL CONTENCIOSO ADMINISTRATIVO
SISTEMAS DE CONTROL DE LA ADMINISTRACIÓN
Cuando se establecen los repartos de competencia de los órganos de gobierno, es necesario
otorgarles a los mismos las atribuciones necesarias para que cumplan las misiones encomendadas, y
también hay que ESTABLECER LOS MECANISMOS DE CONTROL, para asegurar que los
mismos cumplan con sus obligaciones y evitar cualquier posible exceso en el manejo de la
cosa pública.

En este sentido, en el de los controles del actuar administrativo, existen 2 sistemas clásicos, que son
el francés por un lado, y el anglosajón por el otro.
1° de ellos, heredero directo de la Revolución Francesa, fundado en la desconfianza y el desprecio a
la actividad de los jueces, se basó en la existencia de un tribunal administrativo, al que llamo Consejo
de Estado, que tenía como competencia, el juzgamiento y control de la actividad administrativa, con
fuerza de verdad legal. El sistema francés, es un sistema de control interno de la actividad
administrativa, realizado por un órgano perteneciente a la administración y fuera de cualquier
posibilidad de control judicial. el sistema francés es interno, administrativo y se agota en el seno
de la misma administración pública,
2° sistema, de origen anglosajón, desconfía de la posibilidad de que sea la misma administración
quien controle su propia actividad, y sobre todo que pretenda constituirse en juez de sus propias
arbitrariedades o abusos. Excluye el control de la actividad administrativa de cualquier instancia
ejecutiva, y encomienda al órgano judicial esta tarea. el anglosajón es externo, realizado por otro
órgano de gobierno, el judicial.
En nuestro país, se ha adoptado el sistema anglosajón, en el que el órgano judicial es el que
controla la actividad administrativa, pero se admite la posibilidad de un control administrativo, siempre
que se encuentre habilitada en última instancia el control jurisdiccional.
Las provincias suelen establecer que el control administrativo se lleve a cabo por entidades a las que
se llama Tribunales de Cuentas, que también existieron en el orden nacional, hasta que la Ley 24156
de administración financiera y de sistemas de control del sector público nacional los derogara y
estableciera un doble sistema, en el cual la Sindicatura General de la Nación efectúa un control
interno, por tratarse de un órgano administrativo, y la Auditoria General de la Nación, realiza un control
externo, ya que es un organismo que actúa en el ámbito del Congreso Nacional, con facultades de

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control de la actividad administrativa. En ambos casos, esta actividad administrativa, y lo que
mediante ellas se resuelva, se encuentra sujeta a la revisión judicial.

Lo cierto es que el Estado, como cualquier persona, tiene una personalidad única, con una doble
capacidad, que le permite actuar tanto en el campo del derecho público y del derecho privado.
El Decreto-ley 19549, mal llamado Ley Nacional de Procedimientos Administrativos regula un
procedimiento previo a la posibilidad de demandar judicialmente al Estado, consistente en el
obligatorio procedimiento de agotamiento de la instancia administrativa.

LAS PRETENSIONES EN EL CONTENCIOSO ADMINISTRATIVO.


PRETENSIONES CIVILES Y CONTENCIOSO ADMINISTRATIVAS.
En el PROCESO CONTENCIOSO ADMINISTRATIVO podrán plantearse pretensiones con el objeto
de obtener lo siguiente:
1. La declaración de nulidad, total o parcial o ineficacia de actos administrativos.
2. El reconocimiento o restablecimiento del derecho o interés jurídicamente tutelado
y la adopción de las medidas o actos necesarios para tales fines.
3. La declaración de contraria a derecho y el cese de una actuación material que no
se sustente en acto administrativo.
4. Se ordene a la administración pública la realización de una determinada actuación
a la que se encuentre obligada por mandato de la ley o en virtud de acto administrativo
firme.

Desde esta perspectiva, 3 son los supuestos que se presentan en los conflictos de
competencia, en los que, mediante la vía del amparo o de la acción declarativa, los particulares
requieren la declaración de inconstitucionalidad de las normas aquí en examen.
1.- la pretensión se dirige contra el Estado Nacional exclusivamente, en su condición de
órgano emisor de las normas. En estos casos, es mi parecer que el juez que resulte
competente por la materia del pleito, según se desprenda de la exposición de los hechos de la
demanda y de la realidad jurídica, deberá analizar si se presenta un "caso" o "causa" de
carácter contencioso, toda vez que no se da tal situación cuando se procura la declaración
general y directa de inconstitucionalidad de las normas o de actos de otros poderes.
2.- se demanda a una de las entidades previstas en el art. 1º de las ley 25.587 o a una
de éstas con el Estado Nacional -como órgano emisor de las normas-, en una relación
jurídica entre particulares que se rige por el derecho privado. En estos casos, entiendo que
la causa corresponde a la competencia del fuero nacional en lo civil y comercial federal, por
aplicación de los arts. 1º y 6º de la ley 25.587.
3.- el pleito se entabla entre particulares (casos de mutuos hipotecarios o prendarios) o
contra éstos y el Estado Nacional -por su actividad legislativa- situaciones que se rigen por el
derecho común. En esos casos, al no presentarse alguno de los sujetos previstos en el art. 1º
de la ley 25.587, considero que las causas deben tramitar, por la materia sustancial en debate,
ante la justicia ordinaria de la Capital -que también es nacional-, en los fueros civil, comercial,
laboral, etc., según corresponda.

LA HABILITACIÓN DE LA INSTANCIA. ORIGEN DEL INSTITUTO. LA DISTINCIÓN ENTRE


PRESUPUESTO PROCESAL Y DEFENSAS OPONIBLES, EFECTOS.
La Ley de Demandas contra la Nación al sustituir la exigencia de la venia legislativa por el reclamo
administrativo, fijó una condición previa a la posibilidad de demandar al Estado, sin base
constitucional, que se constituyó con el tiempo, en un instituto al que se lo conocería como habilitación
de la instancia, y que consiste en una serie de requisitos establecidos en la ley que resultan
necesarios materializarlos para habilitar la instancia judicial.
Esta habilitación se constituye entonces en un presupuesto procesal por un Lado, que debe
cumplirlo LA PARTE ACTORA como condición ineludible para poder dejar expédita la vía de la
demanda, y a su vez es una defensa oponible por parte de la demandada, para impedir el progreso de
la acción, en el caso de que no se acredite haber cumplido con los pasos requeridos por la ley.
Este PRESUPUESTO/DEFENSA PROCESAL, no resulta razonable, salvo contadas excepciones, y
la experiencia de los años de su vigencia han demostrado que son muy pocos los casos en que los
particulares logran una eficiente reconocimiento de sus reclamos.
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Sería deseable que tanto EL RECLAMO como LOS RECURSOS ADMINISTRATIVOS tuvieran
carácter voluntario, quedando en cabeza de los particulares, estimar aquellos casos en que se
justifique el reclamo o el recurso administrativo, y de esta manera generar un esfuerzo de la
administración, para generar la confianza en los particulares de reclamar y recurrir ante ella, sin
necesidad de acudir a la instancia judicial.
La habilitación de la instancia produce un doble efecto; por un lado,
A - para EL ACTOR, implica que una vez cumplidos los requisitos fijados en la ley, queda expedita
la vía judicial, para demandar en procura del reconocimiento de sus derechos,
B - para EL DEMANDADO, al ser una defensa procesal, ante el incumplimiento de los requisitos
legales para su constitución, se constituye en una excepción procesal, que al igual que las
establecidas en el Código de Procedimientos, impide la prosecución de la causa, ordenándose el
rechazo de la acción judicial, por falta de un presupuesto procesal.

EL AGOTAMIENTO DE LA VÍA ADMINISTRATIVA. EL PLAZO PARA ACCIONAR.


LA DENEGATORIA POR SILENCIO. PLAZO PARA PROMOVER LA ACCIÓN DE LESIVIDAD.
EL AGOTAMIENTO DE LA VÍA ADMINISTRATIVA es la contracara de la habilitación de la
instancia judicial. Para tener por habilitada la instancia, es necesario agotar la vía administrativa.

PLAZOS - el pronunciamiento de la administración, éste no podrá exceder de 60 días.


Vencido el plazo el interesado requerirá pronto despacho y si transcurrieren otros 30 días sin
producirse dicha resolución se considerará que hay silencio de la Administración.
EL SILENCIO O AMBIGÜEDAD DE LA ADMINISTRACIÓN frente a pretensiones que requieran
de ella un pronunciamiento concreto, se interpretará como negativa.
Conf. Art. 10 -Sólo mediando disposición expresa podrá acordarse al silencio sentido positivo

DEMANDAS INPUGNATORIAS DEL ACTO ADMINISTRATIVO


Los ACTOS ADMINISTRATIVOS que pueden ser IMPUGNADOS JUDICIALMENTE, son
tanto los de alcance particular como los de alcance general.
Conf. Art. 23. ACTOS ALCANCE PARTICULAR - cuando revistan calidad de definitivos y
se hubieren agotado a su respecto las instancias administrativas, o bien cuando sea imposible
continuar con la tramitación administrativa, se produzca el silencio administrativo o vías de hecho
administrativas
Conf. Art. 24 ACTOS DE ALCANCE GENERAL también pueden ser impugnados
judicialmente cuando:
 un interesado a quien el acto afecte o pueda afectar en forma cierta e inminente en sus derechos
subjetivos,
 haya formulado reclamo ante la autoridad que lo dictó y el resultado fuere adverso o se produjera
el silencio administrativo,
 bien que la autoridad de ejecución del acto de alcance general le haya dado aplicación mediante
actos definitivos y contra tales actos se hubieren agotado sin éxito las instancias administrativas

Conf. Art. 25.- EL PLAZO para demandar al Estado, es de 90 días hábiles judiciales ,
computados de la siguiente manera:
- no hay plazo si no contesta
No hay plazo si es la misma administración.
a) En los actos de alcance individual o general, desde que se notifique la denegatoria al
interesado.
b) Si se tratare de vías de hecho o de hechos administrativos, desde que ellos fueren
conocidos por el afectado.
c) Cuando estén previstos recursos jurisdiccionales como forma de impugnar la actividad
administrativa, el plazo será de 30 días desde la resolución denegatoria que resulta
impugnable por esta vía.

25
Conf. Art. 26.- LA DEMANDA CUANDO TENGA UNA NEGATORIA EXPRES CORRE EL
PLAZO DE 90 DIAS, EN CASO DE SILENCIO LA DEMANDA PUEDE INCIARSE EN CUALQUIER
TIEMPO.

Conf. Art. 27 LNPA - DE LESIVIDAD - Finalmente existe un último supuesto en que el


Estado puede ser llevado a juicio, en el que se da una característica especial, que consiste en que
sea el mismo Estado quien se lleva a si mismo a los estrados judiciales. Esta acción se llama “DE
LESIVIDAD” debido a que es la autoridad pública quien ha dictado un acto administrativo, que lesiona
el orden jurídico, por adolecer de vicios o irregularidades, que ante la imposibilidad legal de revocarlo
o modificarlo, requiere la intervención judicial para que revise la actuación administrativa y declare la
nulidad del mismo, su inaplicabilidad o bien lo deje sin efecto. No hay plazos para accionar en estos
casos, sin perjuicio de lo que corresponda en materia de prescripción

Conf. Art. 27.- No habrá plazo para demandar en los casos en que el Estado fuera actor.
A – cuando es el Estado (la administración) quien impugna un ACTO adm – debe recurrir a la vía
judicial para que lo revoque, por eso no tiene plazo para iniciar la acción judicial porque no puede
agotar la etapa administrativa. La administración recurre/ejerce a la acción de lesividad.

Conf. Art. 28 / 29.- AMPARO POR MORA.

DEMANDAS NO IMPUGANATORIAS DEL ACTO ADM


ES RECLAMO de un ACTO ADMINISTRATIVO
ART 31, ART 32, ART 33
Ejemplo viene el mundial y se quema el LED por un corte de luz con una vuelta de luz no a 220W
Conf. Art. 30 – IMPUGNAR UN ACTO EN SEDE ADMINISTRATIVO – DEMANDA la
respuesta no es IMPUGNAR es un RECLAMO PREVIO.
Requieren una presentación especial, que la norma ha llamado “RECLAMO
ADMINISTRATIVO PREVIO”, que debe ser dirigido al ministerio o comando en jefe que
corresponda.
El pronunciamiento acerca del reclamo deberá efectuarse dentro de los 90 días de formulado.
Vencido ese plazo, el interesado requerirá PRONTO DESPACHO
si transcurrieren otros 45 días, podrá aquél INICIAR LA DEMANDA, la que deberá ser interpuesta en
los plazos perentorios y bajos los efectos previstos en el artículo 25, sin perjuicio de lo que fuere
pertinente en materia de prescripción.

RECLAMO – respuesta
No respuesta + 60 días
No contesta PRONTO DESPACHO – 30 días
IMPUGNAR
CIERRE GERARQUICO
DENEGATORIA

El Poder Ejecutivo, a requerimiento del organismo interviniente, por razones de complejidad o


emergencia pública, podrá ampliar fundadamente los plazos indicados, se encuentren o no en curso,
hasta un máximo de (120) y (60) días respectivamente.
LA DENEGATORIA EXPRESA del reclamo no podrá ser recurrida en sede
administrativa.
# Para Impugnar un Acto Administrativo, se sigue el proceso de los artículos 23, 24 (impugnación
judicial). Para impugnar un Acto Administrativo DENEGADO – es un reclamo simple

26
Conf. Art. 31 El RECLAMO ADMINISTRATIVO (presentación a la máxima
autoridad) previo a que se refieren los artículos anteriores no será necesario si mediare una norma
expresa que así lo establezca y cuando:
a) Se tratare de repetir lo pagado al Estado en virtud de una ejecución o de repetir un gravamen
pagado indebidamente;
b) Se reclamare daños y perjuicios contra el Estado por responsabilidad extracontractual (Conf.
Art. 32).
plazo de 90 días hábiles administrativos (previo a la interposición de la demanda)
PRONTO DESAPACHO - 45 DIAS + 1 - 120 DIAS – RESOLUCION JURADA - Y 120 DIAS y 90 DIAS
Conf. Art. 32 – EXCEPCIONES – no presento un reclamo previo
a) cuando hay una norma expresa que así lo estipula
b) cuando se pago de manera errónea
c) cuando se reclama daños y perjuicios contra el estado por responsabilidad extracontractual.

NORMA EXPRESA – con responsabilidad contractual y un pago

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BOLILLA 19. MEDIDAS CAUTELARES Y TRÁMITE
Así como la Constitución Nacional le ha otorgado al órgano judicial de gobierno la
responsabilidad de resolver los conflictos que se puedan presentar entre los particulares y
la administración, delegando en el órgano legislativo la facultad de establecer las estructuras
judiciales y las normas por las cuales habrán de regirse, siempre respetando los principios
constitucionales
El procedimiento judicial para efectuar el tránsito que va desde la iniciación de la demanda hasta la
sentencia definitiva, necesita de un tiempo, en el cual las partes habrán de exponer sus pretensiones
y argumentos, la prueba de la que intentan valerse, etc., y es posible que en ese tiempo, ocurran o
puedan razonablemente ocurrir situaciones que hagan que la ejecución de la sentencia dictada sea de
imposible cumplimiento.
Estas situaciones pueden darse por la edad de las partes, por un estado de enfermedad, por la
posibilidad de que una prueba o un bien determinado puedan ser destruidos en el curso del
proceso, porque una conducta de una de las partes se torne irreparable (ej. Demolición de un
inmueble, destrucción de papeles, documentos o semovientes, etc), o muchas otras causas que
harían que cuando se dicte la sentencia judicial la misma solo constituya una declaración abstracta
que no pueda ser materializada por haber ocurrido algunos de los supuestos mencionados.
el legislador ha previsto en las normas adjetivas una figura que se conoce como MEDIDAS
CAUTELARES, son actos procesales que tienen como objetivo la protección
de bienes, personas o situaciones, en miras a su preservación, de manera tal
de hacer efectiva la decisión que se tome mediante la sentencia judicial. Este
tipo de medidas permiten materializar el principio de la tutela judicial efectiva,
se dictan inaudita parte por parte del juez de la causa, pudiendo ser
modificadas o sustituidas por otras medidas, siendo accesorias de una causa
principal.

LOS REQUISITOS para la procedencia de estas medidas son 3:


1) Verosimilitud en el derecho,
2) peligro en la demora
3) contractuales, que puede ser personal, real o juratoria.

LAS MEDIDAS CAUTELARES que se pueden dictar contra la Administración son las
siguientes:
a) embargo preventivo, ejecutivo o ejecutorio
b) secuestro,
c) intervención judicial,

27
d) inhibición general y anotación de Litis,
e) prohibición de innovar,
f) obligación de innovar,
g) prohibición de contratar.
Sin perjuicio de la anterior enumeración, que prevé LAS MEDIDAS CAUTELARES TÍPICAS, también
existen LAS MEDIDAS CAUTELARES ATÍPICAS O INNOMINADAS, que se dan cuando alguien
tuviere fundado motivo para temer que durante el tiempo anterior al reconocimiento judicial de su
derecho, éste pudiere sufrir un perjuicio inminente o irreparable, y en tal caso podrá solicitar las
medidas urgentes que, según las circunstancias fueren más aptas para asegurar provisionalmente el
cumplimiento de la sentencia.

LAS MEDIDAS DE NO INNOVAR Y LA SUSPENSIÓN DE LOS EFECTOS DEL ACTO


ADMINISTRATIVO. RELACIÓN ENTRE EL ART. 230 DEL C.P.C.C.N. Y EL ART. 12 DE LA
L.N.P.A.
El Código Procesal Civil y Comercial de la Nación regula en el artículo 230 la figura de la
prohibición de innovar, al decir que “podrá decretarse la prohibición de innovar en toda clase
de juicio, siempre que:
1) el derecho fuere verosímil,
2) existiere el peligro de que si se mantuviera o alterara, en su caso, la
situación de hecho o de derecho, la modificación pudiera influir en la sentencia o convirtiera su
ejecución en ineficaz o imposible,
3) la cautela no pudiere obtenerse por medio de otra medida precautoria.”
El Decreto-ley 19549 de Procedimientos Administrativos de la Nación establece en su artículo 12 que
“El acto administrativo goza de presunción de legitimidad: su fuerza ejecutoria faculta a la
administración a ponerlo en práctica por sus propios medios – a menos que la ley o la
naturaleza del acto exigieren la intervención judicial- e impide que los recursos que
interpongan los administrados suspendan su ejecución y efectos, salvo que una norma
expresa establezca lo contrario. Sin embargo, la Administración podrá, de oficio o a
petición de parte y mediante resolución fundada, suspender la ejecución por razones de
interés público, o para evitar perjuicios graves al interesado, o cuando se alegare
fundadamente una nulidad absoluta”.
Dándose cualquiera de los 3 supuestos, la administración puede suspender los efectos del acto
dictado. Lamentablemente, esto casi nunca sucede, la administración jamás suspende los efectos del
acto administrativo, salvo cuando beneficiare a la administración, pero nunca cuando pudiere
beneficiar al particular.
En 1° se dispone de la posibilidad de solicitar a la administración, que hasta tanto se resuelva la
impugnación efectuada, suspenda los efectos del acto administrativo dictado (art. 12 última parte de
LNPA).-
Paralelamente, y sabiendo que es muy poco probable que la administración haga lugar a una solicitud
de este tipo, se prevén acciones judiciales directas para lograr el mismo fin (suspensión de los efectos
del acto administrativo), consistente en la solicitud a una autoridad judicial que dicte una medida
cautelar de no innovar, tendiente a que la autoridad judicial dicte una resolución por la cual se
suspenda los efectos de un acto administrativo dictado, hasta tanto se resuelva el fondo de la cuestión
(Conf. Art. 230 CPCCN), siempre que se de la verosimilitud del derecho, existiere el peligro de que si
se mantuviera o alterara, en su caso, la situación de hecho o de derecho, la modificación pudiera
influir en la sentencia o convirtiera su ejecución en ineficaz o imposible, y la cautela no pudiere
obtenerse por medio de otra medida precautoria.”
Por tratarse de una prerrogativa de los particulares, esta medida es directa y no se encuentra
subordinada a ningún requisito más que los establecidos en el Código Procesal. El juez deberá
analizar si hay verosimilitud en el derecho y peligro en la demora, si esto es así, y no hay
otra medida precautoria de carácter judicial disponible, deberá concederla ordenando la
suspensión de los efectos del acto administrativo, mediante la cautelar de no innovar.
En este caso no será necesario que el particular reclame administrativamente la suspensión del
acto administrativo, ya que la norma no lo exige, y aunque lo hiciere, sería contraria a la naturaleza
del instituto cautelar, que requiere urgencia y pronta resolución, característica que no es propia de los
procedimientos administrativos.

28
Si el acto dictado ya hubiere comenzado a producir efectos, contará entonces el particular con otra
herramienta procesal, consistente en una medida cautelar positiva, a la que se denomina medida
innovativa, a los efectos de que se ordene a la autoridad administrativa que realice una conducta
determinada, a diferencia de la medida negativa o medida de no innovar antes referida.
Finalmente, queda otra medida más, que permite equilibrar los derechos de los particulares con los de
la administración, y que se da mediante la LEY DE AMPARO, en la que se requiere a la autoridad
judicial que dicte una medida cautelar en el sentido antes indicado ( Conf. Ley 16986. Ley de
Amparo).
como existen presunciones en favor de la autoridad pública, también existen presunciones en
favor de los particulares, y una de las principales, es la que sostiene que el derecho administrativo en
general, ha sido concebido y estructurado para proteger a los particulares frente a los posibles
excesos de la autoridad pública, y por lo tanto, en las normas de fondo como en las de procedimiento,
la interpretación debe ser siempre en favor de los particulares, que gozan de esta presunción in
dubio pro particularis.
LA NOTIFICACIÓN DE LA DEMANDA. LA LEY 25.344 Y LA COMUNICACIÓN A LA
PROCURACIÓN DEL TESORO.
La DEMANDA CONTRA EL ESTADO será deducida conforme a las formalidades que establece el
Código Procesal. El actor puede modificarla antes de que sea notificada, pudiendo ampliar la cuantía
de lo reclamado si antes de la sentencia vencieren nuevos plazos o cuotas de la misma obligación.
Se considerarán comunes a la ampliación los trámites que la hayan precedido y se sustanciará
únicamente con un traslado a la otra parte.
Cuando procediere el fuero federal por razón de la nacionalidad o del domicilio de las personas, el
demandante deberá presentar con la demanda documentos o informaciones que acrediten aquella
circunstancia.
Presentada la demanda en la forma prescripta, el juez dará traslado de ella al demandado para
que comparezca y la conteste dentro de 15 días. Cuando la parte demandada fuere la Nación, una
provincia o una municipalidad, el plazo para comparecer y contestar la demanda será de 60 días.

Aquí se presenta una injustificada diferencia entre los plazos aplicables:


Porque el Estado que dispone de servicios jurídicos permanentes y especializados en cada una de las
ramas en las que se pueden presentar litigios, que cuenta con un plantel de abogados contratados
para representar judicialmente al Estado cuando se encuentre en juicio, goza de un plazo
exageradamente amplio para contestar una demanda, cuando a los particulares, que no cuentan con
servicios jurídicos, ni abogados, ni estructuras preparadas para tal fin, la norma les fija un plazo de 15
días.

La Procuración del Tesoro de la Nación tendrá un plazo de veinte (20) días a partir de la
notificación para tomar la intervención que ella considere pertinente, vencido el cual se reanudarán
los términos procesales.
En materia previsional de amparo y procesos sumarísimos el plazo será de cinco (5) días.
La comunicación indicada es por medio de oficio, o a través del formulario que apruebe la
reglamentación o por carta documento u otro medio fehaciente En todos los casos el instrumento
deberá ser conformado por el tribunal interviniente mediante la imposición del sello respectivo. Será
nula de nulidad absoluta e insanable cualquier comunicación que carezca de los requisitos
anteriormente establecidos o contenga información incorrecta o falsa.
La Procuración del Tesoro de la Nación deberá mantener actualizado el registro de los juicios
del Estado. Para los juicios que se inicien a partir de la presente ley, regirá lo mismo.
En todos los casos, promovida una acción contra los organismos mencionados, cualquiera sea la
jurisdicción que corresponda, se remitirá por oficio a la Procuración del Tesoro de la Nación:
A - copia de la demanda, con toda la prueba documental acompañada y se procederá,
cumplido este acto,
B - a dar vista al fiscal, para que se expida acerca de la procedencia y competencia del tribunal.
C - Admitido el curso de la acción, se correrá traslado por el plazo de treinta (30) días o el mayor que
corresponda, para que se opongan todas las defensas y excepciones dentro del plazo para contestar

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la demanda. El traslado se efectuará por oficio dirigido al Ministerio, Secretaría de la
Presidencia de la Nación o entidad autárquica pertinente.
D - Cuando la notificación se cursara a Ministerio o Secretaría de la Presidencia diversa al que legal
mente corresponde, los plazos de contestación sólo comenzarán a correr desde la efectiva recepción
del oficio por el organismo competente, acreditada mediante el sello de su mesa de entradas.
En las causas que no fuera menester la habilitación de la instancia, se cursará de igual forma y
manera la notificación a la Procuración del Tesoro de la Nación con una anticipación no menor de
treinta (30) días hábiles judiciales al traslado de la demanda que se curse al organismo pertinente.

En LOS JUICIOS DE AMPARO Y PROCESOS SUMARÍSIMOS no será de aplicación la


comunicación referida. Esta comunicación a la Procuración del Tesoro de la Nación de las
demandas contra el Estado, constituyó nada más que otra de las tantas dilaciones o chicanas
procesales para evitar o demorar el acceso a la jurisdicción, ya que no aportó nada nuevo.
Esta comunicación se venía efectuando – como corresponde por parte de los abogados del Estado,
que al ser notificados de la demanda, en forma periódica comunicaban la misma a la Procuración
del Tesoro de la Nación, por ser el organismo responsable de la representación judicial del Estado,
así que cuando la ley suspende todos los plazos procesales de los juicios contra el Estado, obligando
a la parte actora a cumplir con una carga de carácter ilegítima e inconstitucional, no tenía por interés
mejorar la situación de los particulares, ni del régimen de representación estatal, sino tan solo trabar
el funcionamiento del órgano judicial ( al menos por un tiempo).
Lamentablemente la emergencia económica se siguió prorrogando y la obligatoriedad de esta
innecesaria comunicación también. Como la esperanza es lo último que se pierde, siempre queda la
ilusión de que este requisito en algún momento pasará a ser nada mas que un mal recuerdo y un
pésimo antecedente de lo que no debe haberse en materia legislativa cuando se regulan los procesos
judiciales, establecidos en protección de los ciudadanos, frente a los posibles diferendos o abusos del
poder público.
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BOLILLA 20 SENTENCIA JUDICIAL


LA SENTENCIA DEFINITIVA es una resolución judicial dictada por un juez o
tribunal que resuelve una pretensión, expidiéndose sobre el derecho de fondo
de la cuestión planteada admitiendo o rechazando la demanda.
Cuando la misma queda firme, pone fin al proceso judicial y hace cosa juzgada sobre lo declarado en
ella. Toda sentencia tiene algunos requisitos que deben cumplirse indefectiblemente para que la
misma sea válida como pronunciamiento judicial:
a) subjetivo: que sea dictada por juez competente,
b) objetivo: que sea congruente en el sentido de resolver el objeto de la Litis y no otra cuestión,
c) que lo resuelto sea jurídicamente posible, no contrario a la ley.

Las sentencias definitivas se clasifican:


a) Por la naturaleza de la pretensión en sentencias de conocimiento o de ejecución;
b) por su amplitud en totales o parciales;
c) por sus conclusiones en estimatorias o desestimatorias;
d) no firmes y por tanto admiten la interposición de recursos o firmes, que hacen cosa
juzgada y no admiten recursos.

Una vez que se ha dictado la sentencia definitiva, el juez pierde la competencia para modificarla o
sustituirla, salvo para hacer aclaraciones de oficio para subsanar algún error material u omisión,
sin alterar la sustancia de lo decidido (antes de notificar a las partes), o bien hacer aclaratorias
luego de notificada la sentencia a pedido de parte.

Firme entonces la SENTENCIA DEFINITIVA, hace cosa juzgada, la cual puede ser analizada
desde un punto de vista formal o procesal y también desde un punto de vista material.

Desde el PUNTO DE VISTA PROCESAL implica la imposibilidad de impugnación de la


sentencia.

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Desde el PUNTO DE VISTA MATERIAL se refiere a la imposibilidad de modificar la decisión
plasmada en la sentencia en la que se ha aplicado una norma de orden sustancial.
La cosa juzgada en sentido material es la verdad legal, definitiva que no puede ser alterada, que le
da certeza a las cosas y al derecho. La cosa juzgada se da tanto respecto del objeto de la decisión, es
decir del asunto resuelto, como de los aspectos subjetivos de la misma, que comprende a las
personas involucradas en la decisión, que se benefician o perjudican sine die, respecto de lo decidido
en la sentencia y que al quedar firme hizo cosa juzgada procesal y material.

LAS POTESTADES JUDICIALES EN EL ÁMBITO DEL CONTROL DE ACTIVIDADES


REGLADAS Y DISCRECIONALES.
Esto significaba que solamente podían intervenir para declarar que un acto administrativo se
ajustaba a la ley o no, pero de ninguna manera podían atravesar ese límite.
Si los jueces solo podían intervenir para decir si un acto o hecho administrativo se ajusta a la ley o no,
estaba claro para todos, que de ninguna manera podía intervenir en el campo de la actividad
discrecional o reglamentaria que se ajustara a la ley.
Un gobernante podía ser arbitrario, injusto, inequitativo, pero si su conducta se encuadraba en una
norma legal o administrativa, estaba fuera del control judicial.
Tuvo que pasar mucho tiempo para que esta situación se modificara.
La aparición de algunas teorías jurídicas como la de la interdicción de la arbitrariedad
administrativa y después de la tutela judicial efectiva hicieron que se levantaran muchas de las
inhibiciones de claro resabio monárquico que subsistían en nuestro orden jurídico, y se termine
aceptando que nuestro sistema de control de la actividad administrativa es de horizonte amplio, de
carácter externo, y donde el órgano judicial tiene la facultad de resolver las controversias que se
presenten entre el gobierno y los particulares, tanto en razones de ilegalidad como de ilegitimidad en
el actuar administrativo, que no hay zonas de reserva ni actos o hechos que no puedan ser juzgados,
y que obviamente tanto los actos de corte reglamentario como discrecional forman parte de este
universo revisable judicialmente.
No solamente se ha aceptado este control de legalidad y legitimidad , sino que también se entiende
que las facultades jurisdiccionales se amplían al análisis de la razonabilidad de las medidas de
gobierno.
Negar el acceso a la jurisdicción de los particulares por excesos o abusos del actuar de los
órganos de gobiernos es contrario al estado de derecho y del principio de la tutela judicial efectiva,
que es la expresión del principio del debido proceso adjetivo establecido en la Ley Nacional de
Procedimientos administrativos, para la actuación de los particulares durante el procedimiento
administrativo, llevada al plano del proceso judicial, y que comprende el derecho de acceso a la
jurisdicción, de ofrecer y producir prueba, y de obtener una sentencia justa y fundada. Este principio,
ya tiene tutela en algunas Constituciones de otros países, bajo la forma de la tutela judicial efectiva,
pero es reconocido desde hace mucho tiempo bajo la forma del principio de defensa, legalidad y
debido proceso.

LA EJECUCIÓN DE SENTENCIAS EN LA LEY 3952:


LA JURISPRUDENCIA: “PIETRANERA”. LAS LEYES 23.982 Y 25.344
El 27 de septiembre del año 1900 se sancionó la Ley N° 3952 de Demandas contra la Nación, en la
que se establece (con la aclaración formulada por la Ley 11.634), que los tribunales federales y los
jueces letrados de los Territorios nacionales, conocerán de las acciones civiles que se deduzcan
contra la Nación, sea en su carácter de persona jurídica o de persona de derecho público, sin
necesidad de autorización previa legislativa; pero no podrán darles curso sin que se acredite
haber producido la reclamación del derecho controvertido ante el Poder Ejecutivo y su delegación
por parte de éste.
Si formulado el reclamo, la resolución de la administración demorase por más de 6 meses después
de iniciado el reclamo ante ella, el interesado requerirá el pronto despacho, y si transcurriesen
otros 3 meses sin producirse dicha resolución, la acción podrá ser llevada directamente ante los
tribunales, acreditándose el transcurso de dichos plazos.
La demanda se comunicará por oficio al Poder Ejecutivo por conducto del ministerio respectivo, y
al procurador fiscal, el cual deberá proceder previa consulta y con sujeción a las instrucciones que le
transmita dicho ministerio.

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Esta Ley prevé que la Corte Suprema conocerá de los recursos que se deduzcan contra las
resoluciones definitivas de los jueces en los casos a que se refiere la presente ley, según el
procedimiento señalado para la tramitación de las apelaciones concedidas libremente, y que los
jueces letrados de los Territorios nacionales elevarán en consulta, ante la Suprema Corte, aun cuando
no se interponga apelación, todas las sentencias definitivas que pronuncien en los casos
comprendidos en la misma ley. Finalmente, y en lo que aquí interesa, las decisiones que se
pronuncien en estos juicios, cuando sean condenatorias contra la Nación, tendrán carácter
meramente declaratorio, limitándose al simple reconocimiento del derecho que se pretenda.
Que la ley estableciera el carácter declarativo de las sentencias condenatorias contra la
Nación, planteaba algunas dudas respecto de la ejecutoriedad de la misma, y en tal caso, de
que manera se podría exigir el cumplimiento de ella.
La Corte Suprema de Justicia de la Nación, aclaró el alcance del artículo 7 de la Ley 3952 (Carácter
declarativo de las sentencias contra la Nación), al resolver la cuestión en el Fallo “Pietranera Josefa
y otros c/ Estado Nacional”, en fecha 7 de septiembre de 1966. A partir de entonces quedó aclarado
que el carácter declarativo de las sentencias contra la Nación, es relativo, y solo implica que no tienen
una ejecutoriedad propia del derecho privado, sino que se deberá cumplir o informar el modo de
cumplimiento de la misma, bajo apercibimiento de establecerse judicialmente.
La Ley 23.982 de agosto de 1991, sobre consolidación de Deudas del Estado Nacional,
introduce mediante su artículo 22 un procedimiento mediante el cual se pretende asegurar el
cumplimiento de las sentencias dictadas contra el Estado Nacional, obligando a presupuestar (incluir
en la Ley de Presupuesto) los créditos que tuvieran los particulares como consecuencia de reclamos o
juicios favorables y firmes.
Dice este artículo, que a partir de la entrada en vigencia de la ley, el Poder Ejecutivo nacional
deberá comunicar al Congreso de la Nación todos los reconocimientos administrativos o
judiciales firmes de obligaciones de causa o título posterior al 1 de abril de 1991 que
carezcan de créditos presupuestarios para su cancelación en la ley de presupuesto del
año siguiente al del reconocimiento.
El acreedor estará legitimado para solicitar la ejecución judicial de su crédito a partir de la clausura
del período de sesiones ordinario del Congreso de la Nación en el que debería haberse tratado la ley
de presupuesto que contuviese el crédito presupuestario respectivo.
No solamente se vela por la inclusión del crédito en el Presupuesto, sino que se legitima al acreedor
para solicitar la ejecución judicial de su crédito, a partir de la clausura del período de sesiones
ordinario del Congreso de la Nación en el que debería haberse tratado la ley de presupuesto que
contuviese el crédito presupuestario respectivo.
El 19 de octubre del año 2000 se sancionó la Ley Nro. 25344, que declaró la
EMERGENCIA ECONOMICO-FINANCIERA del Estado Nacional , estableciendo que
en todos los juicios deducidos contra organismos de la administración pública nacional centralizada y
descentralizada, entidades autárquicas, obras sociales del sector público, bancos y entidades
financieras oficiales, fuerzas armadas y de seguridad, sociedades anónimas con participación estatal
mayoritaria, sociedades de economía mixta, servicios de cuentas especiales, y todo otro ente en que
el Estado nacional o sus entes descentralizados posean participación total o mayoritaria de capital o
en la conformación de las decisiones societarias se suspenderán los plazos procesales hasta que el
tribunal de oficio o la parte actora o su letrado comuniquen a la Procuración del Tesoro de la Nación
su existencia, carátula, número de expediente, radicación, organismo interviniente, estado procesal y
monto pretendido, determinado o a determinar.
Establece la ley que en los casos de deuda consolidada, los pedidos de informes o requerimientos
judiciales respecto al plazo en que se cumplirá cualquier obligación alcanzada por la consolidación
dispuesta en la ley serán respondidos por el Poder Ejecutivo o cualquier ente deudor de
obligaciones alcanzadas por la consolidación indicando que tales obligaciones quedarán
sujetas a los recursos que anualmente contenga la Ley de Presupuesto de la Administración
Nacional, para hacer frente al pasivo consolidado al 31 de diciembre de 1999, en un plazo
máximo de dieciséis (16) años para las obligaciones generales y de diez (10) años para las
obligaciones previsionales originadas en el régimen general. Un verdadero retroceso, y un
incumplimiento mas de las obligaciones del gobierno para con los ciudadanos. La deuda interna
siempre es la que primero se deja de pagar y son los particulares los que sufren sus

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consecuencias, motivada por la irresponsabilidad, cuanto menos, de los que tienen obligaciones
públicas.
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BOLILLA 21: RESPONSABILIDAD DEL ESTADO
EVOLUCIÓN HISTÓRICA DE LA RESPONSABILIDAD DEL ESTADO. ELABORACIÓN
JURISPRUDENCIAL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA NACIÓN:
Existe un principio general del derecho que indica que todo aquel que produce un daño debe
indemnizarlo, sea que se trate de personas físicas o jurídicas (entre las cuales se encuentra el
gobierno).
Esto que puede parecer algo que se desprende del sentido común y que no podría ser de otra
manera, no siempre ha sido así, ya que el régimen de responsabilidad del gobierno, como
representante del Estado, se ha modificado con el tiempo, y aún se encuentra incompleto, por lo que
es de esperar que esa evolución continúe y tanto la legislación como la jurisprudencia realicen su
labor, para conseguir que este tema se encauce y formule con criterios de justicia y equidad.
Cuando el gobierno actúa en nombre del Estado, interviene tanto en el campo de lo precontractual,
lo contractual y lo extracontractual, y tal como sus nombres lo dicen, se derivan consecuencias
diferentes, según que las conductas realizadas u omitidas, lo hayan sido en forma previa a la
realización de un contrato, en el curso del mismo, o que no haya habido contrato alguno y el accionar
se haya producido en materia extracontractual.
Para el caso de la responsabilidad contractual, deberá estarse a la ley general en materia de
contrataciones administrativas, y por supuesto al régimen que se haya establecido en las normas del
contrato en particular.
En materia de responsabilidad extracontractual, al no haber cláusulas contractuales – por ausencia
de contrato – el régimen aplicable surgirá entonces de la ley del Parlamento, que establezca el
régimen general en materia de responsabilidad por actividad extracontractual, o bien de las leyes
particulares que fije el Congreso, y del que surjan perjuicios indemnizables y su correspondiente
obligación de compensar al mismo, como se da en el caso de las leyes de expropiaciones, que
establecen que las mismas, al afectar el derecho de propiedad individual, debe ser justa y
previamente indemnizada.
A nivel nacional no existe una ley general que establezca el régimen de responsabilidad
extracontractual, lo que dificulta seriamente el análisis de esta cuestión, ya que al tratarse de una
cuestión que limita o restringe derechos individuales, solamente puede ser establecida por ley formal.
Esta ausencia normativa fue suplida parcialmente por la actividad doctrinaria y jurisprudencial, que al
tener que resolver situaciones derivadas de esta responsabilidad tuvo que elaborar soluciones de los
principios generales del derecho o bien aplicando las normas del derecho privado existentes.
Hay que reconocer que desde los inicios de la organización Institucional, tanto la doctrina como lo
jurisprudencia se caracterizaron por ser remisos a la posibilidad de admitir el deber de indemnizar de
los órganos del Estado cuando ocasionaba daños a los particulares. Las interpretaciones que se
hacían de las normas existentes, siempre eran conservadoras y negatorias de la posibilidad de
obtener una reparación por su accionar dañoso. Por ese entonces, los iuspublicistas y los
funcionarios judiciales, tenían al derecho francés como un faro de inspiración y aceptaban su
ordenamiento jurídico como una verdad indiscutible.
Lamentablemente, la historia y realidad del derecho francés nada tenía que ver ni con la historia ni
con la realidad argentina. Francia logró revolución mediante, despojarse de una monarquía tiránica y
absolutista, y en su lugar, Napoleón Bonaparte, tal vez, más absolutista que la misma monarquía, se
aseguró con el dictado del Código Civil Frances y una serie de normas dictadas, trasladar hacia sí y
su gobierno, los mismos privilegios y excesos de la monarquía, pero ya perfeccionados, estableciendo
un sistema mediante el cual la actividad administrativa quedaba fuera del control judicial,
convirtiéndose en actor y juez de su propio accionar.
Nuestros doctrinarios y magistrados, reflejados en aquel derecho europeo, desestimaban cualquier
posibilidad de admitir que el gobernó pudiera ocasionar daños, y aun cuando lo hiciera, los mismos no
debían ser reparados económicamente.
Estaba muy arraigada la idea francesa de que el monarca no puede dañar a sus súbditos, y en caso
de que lo hiciera, los mismos estaban obligados a soportarlo. Un mal entendido concepto de
soberanía, les hacía decir que el Estado como entidad suprema, tenía entre sus atributos a la
soberanía irrestricta, que comprende un poder absoluto por encima de los intereses individuales, lo
que implicaba aceptar el despotismo, la impunidad y la falta de responsabilidad del gobierno por su

33
accionar dañoso. Si bien la Constitución de 1853/60 en su artículo 97 determinaba la
competencia de los tribunales nacionales en las causas en las que el Estado fuera parte, la
doctrina conservadora se ocupó rápidamente de interpretar que ello no implicaba la posibilidad
de llevar al Estado a juicio, sino que en realidad, se trataba de aquellos casos en los que el
Estado actuara como actor.
En 1864 la Corte Suprema de Justicia de la Nación, en el fallo “Seste Vicente y Seguich Antonio c/
Gobierno Nacional” sostuvo que “es uno de los atributos de la soberanía, reconocido universalmente,
que quien la inviste no puede ser arrastrado a tribunales de otro fuero, sin su expreso cons entimiento
por particulares a responder de sus actos” (Fallos 1:317). Al año siguiente ( 1865), en los casos
“Domingo Mendoza” (Fallos 1:485) y “Juan Carlos Gomez” ((Fallos 2:36), determinó que el Poder
Judicial carecía de jurisdicción respecto de la Nación y que el Congreso Nacional debe decidir estas
cuestiones, por estar facultado por la Constitución Nacional para arreglar el pago de la deuda pública.
En 1871 por Ley 475 y 1874 por Ley 675 se autoriza a los reclamantes para entablar juicio a la Nación
en procura del reconocimiento de sus derechos, originando así un instituto al que se llamó “Venia
Legislativa”, como requisito previo de demandas contra el Estado.
En 1872, la Corte Suprema en el caso “Don Anselmo Nuñez (Fallos 12:227), declaró que para poder
demandar al Estado, se requiere el consentimiento expreso del Poder Ejecutivo.
Recién en 1880, en los autos “Carranza y Cía” Fallos 22:385 se establece como criterio que el Poder
Judicial tendrá jurisdicción en las demandas que se entablen contra la Nación, siempre que haya una
previa venia o autorización legislativa para que el Estado sea llevado a juicio.
En 1900, se sanciona la ley 3952 de demandas contra la Nación, que habilitaría a llevar a la misma a
juicio, sin venia legislativa, reemplazando a la misma con un reclamo administrativo previo.
Fueron necesarios 32 años para que estas ideas maduraran y se acepte la libre demandabilidad
(previo reclamo administrativo), que llegó de la mano de la Ley 11634, que aclaró los alcances de la
Ley 3952 de demandas contra la Nación, suprimiendo el requisito de la Venia legislativa y
manteniendo el reclamo administrativo previo genérico para la actuación estatal tanto del campo del
derecho público como privado.
Así se fue pasando de un régimen de irresponsabilidad absoluta del gobierno, a un régimen de
responsabilidad parcial, hasta aceptarse la responsabilidad plena, con algunas restricciones, que
fueron cambiando con el tiempo, pero que aún resulta insuficiente y perfectible. No obstante ello hay
que reconocer que la evolución judicial – con todos sus defectos- ha sido notablemente superior a la
legislativa, que en este tema tiene una deuda pendiente, al no haber sancionado una ley que regule el
régimen general de responsabilidad extracontractual.. La Corte Suprema de Justicia de la Nación, ha
tenido diferentes criterios en este tema, pasando desde el primigenio que sostenía en concordancia
con algunos importantes doctrinarios, la total irresponsabilidad estatal, dado el carácter soberano de
sus decisiones, y por lo tanto insusceptibles de revisión judicial.
El antiguo artículo 43 del Código Civil establecía la prohibición de ejercer acciones criminales o
civiles sobre indemnización contra personas jurídicas y el artículo 1071 de la misma norma,
señalaba que el ejercicio regular de un derecho propio o el cumplimiento de una obligación legal no
puede constituir como ilícito ningún acto, y esta combinación fue la herramienta que permitió a
muchos desestimar la posibilidad de imputar patrimonialmente al gobierno sus actos dañosos, lo que
hacía que fuera muy difícil demandar al gobierno, y mucho mas obtener una reparación económica
por un daño causado por el mismo.
Recién en el año 1933, la Corte Suprema de Justicia en el fallo “ Tomás Devoto SA c. Gobierno
Nacional” (CSJN 169:11), modificar esta línea de pensamiento, y se condenó a la demandada a
indemnizar el daño producido a la empresa Tomás Devoto, como consecuencia de un incendio
provocado por el actuar irresponsable y negligente de agentes estatales de la empresa de Correos y
Telégrafos, que en un descuido, las cenizas de un brasero encendido, provocaron un incendio en el
campo de la Empresa Tomas Devoto. En esta primera etapa, la Corte Suprema hizo aplicación de las
normas del Código Civil para resolver esta situación, en particular los arts. 1109 y 1113 del C.C.,
admitiendo la responsabilidad como consecuencia de un comportamiento ilícito de empleados
públicos. Para la Corte Suprema se trataba de un supuesto de responsabilidad indirecta, por el actuar
de los dependientes, y basado en la culpa de los mismos. Dijo la Corte que en nada influye para
definir la responsabilidad del Estado por el desempeño negligente de sus empleados, que aquéllos,
en el caso de autos, no hayan procedido intencionalmente, o que la causa generadora del incendio
sea casual, desde que la casualidad sólo puede equipararse al caso fortuito, en cuanto en ambas
circunstancias ocurren sucesos que no han podido preverse ni evitarse (art. 514 del Código Civil).

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Pero el estrago de autos ha podido ser previsto y evitado desde que él ha ocurrido por falta de
atención de los agentes del Gobierno y en tanto éstos ejecutaban trabajos bajo su dependencia
(reparación de una línea telegráfica nacional). Esta Corte ha dicho en casos análogos, que el incendio
como acto reprobado por la ley, impone al que lo ocasiona por culpa o negligencia, la obligación de
reparar los daños ocasionados a terceros, extendiéndose esa responsabilidad, a la persona bajo cuya
dependencia se encuentra el autor del daño o por las cosas de que se sirve o que tiene a su cuidado
(arts. 1109 y 1113 del Código Civil; t. 129, p. 306; t. 130, p. 143; t. 146, p. 249).

Dicen los artículos 1109 y 1113 del CC:


Art. 1.109. Todo el que ejecuta un hecho, que por su culpa o negligencia ocasiona un daño a otro,
está obligado a la reparación del perjuicio. Esta obligación es regida por las mismas disposiciones
relativas a los delitos del derecho civil. Cuando por efecto de la solidaridad derivada del hecho uno de
los coautores hubiere indemnizado una parte mayor que la que le corresponde, podrá ejercer la
acción de reintegro.
Art. 1.113. La obligación del que ha causado un daño se extiende a los daños que causaren los que
están bajo su dependencia, o por las cosas de que se sirve, o que tiene a su cuidado. En los
supuestos de daños causados con las cosas, el dueño o guardián, para eximirse de responsabilidad,
deberá demostrar que de su parte no hubo culpa; pero si el daño hubiere sido causado por el riesgo
o vicio de la cosa, sólo se eximirá total o parcialmente de responsabilidad acreditando la de la víctima
o de un tercero por quien no debe responder. Si la cosa hubiese sido usada contra la voluntad
expresa o presunta del dueño o guardián, no será responsable.
La doctrina criticó severamente este fallo, por entender que la aplicación del art. 1109 no era
procedente, ya que no debe admitirse la culpa tratándose de personas jurídicas. Otra parte de la
doctrina criticó al mismo por entender que no hay responsabilidad indirecta, sino directa porque los
empleados públicos no son dependientes, sino órganos del gobierno y por tanto la responsabilidad es
directa.
Más adelante, intervino la Corte nuevamente en los autos “Ferrocarril Oeste c/ Provincia de Buenos
Aires” (CSJN 182:5) en el año 1938, donde la empresa Ferrocarril Oeste sufrió un perjuicio al adquirir
una propiedad, ya que tuvo que abonar dos veces el mismo importe por una certificación errónea del
Registro de la Propiedad provincial.
Dijo la Corte en este caso que en principio, quien contrae la obligación de prestar un servicio lo debe
realizar en condiciones adecuadas para llenar el fin para que ha sido establecido, siendo responsable
de los perjuicios que causare su incumplimiento o su irregular ejecución (doctrina de los arts. 625 y
630 del cód. civil). Y si bien las relaciones entre el Estado y sus gobernados se rigen por el derecho
público, la regla enunciada, fundada en razones de justicia y de equidad, debe tener también su
aplicación a este género de relaciones, mientras no haya una previsión legal que la impida. Que,
haciendo abstracción del dolo con que el falso certificado pudo haberse expedido, habría por lo
menos una conducta culpable en el personal, que, en desempeño de sus funciones y obrando bajo la
dependencia del Estado, ha causado el daño de que se trata, siendo así de aplicación al caso los
arts. 1112 y 1113 del cód. civil.
Que estas disposiciones no son sino el corolario lógico del principio general según el cual todos los
que emplean a otras personas para el manejo de un negocio o para determinada función, llevan la
responsabilidad de su elección y son pasibles de los perjuicios que éstas ocasionaren a terceros en el
desempeño de su función, dado que nadie puede por sí o por intermedio de otro ejercer sus derechos
en forma tal que lesione el derecho de un tercero. Que esto es así tanto cuando se trata de personas
como de entidades jurídicas. Que la disposición del art. 1112 del cód. civil correlacionada con la que
le sigue del art. 1113, significa la aceptación del principio de la responsabilidad del Estado, cuando
concurren las condiciones anteriormente indicadas, tanto por lo que se desprende de su texto mismo
cuando porque, interpretada así, concuerda con la doctrina expuesta por Aubry y Rau, citado por el
Codificador en su nota al art. 1112 (Aubry y Rau, t. 4, p. 799, párrafo 447; Laurent, t. 20, párrafos 593,
594 y 595).
Se abandona el supuesto de la culpa, encuadrando la situación en la responsabilidad por los
dependientes y la falta o prestación defectuosa de un servicio, pero siempre dentro de la actividad
ilícita del Estado.

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En esta segunda etapa, la Corte aplicó los artículos 1113 y 1112, sin hacer referencia al artículo
1109, tal como lo había hecho en “Tomás Devoto”, y agregó en este caso el artículo 1112.
Finalmente, en el caso “Vadell, Jorge F. c. Provincia de Buenos Aires” (LL 1985-B-3), de diciembre del
año 1984, la parte actora demanda a la Provincia de Buenos Aires en virtud de perjuicios sufridos en
una operación inmobiliaria como consecuencia de informes registrales erróneos e intervención de
escribanos, a los que la actora califica de funcionarios públicos dependientes del estado provincial.
Dijo la Corte entonces que las consideraciones precedentes demuestran la responsabilidad de la
provincia toda vez que el Registro de la Propiedad, al incurrir en las omisiones señaladas, cumplió de
manera defectuosa las funciones que le son propias y que atienden, sustancialmente, a otorgar un
conocimiento cabal de las condiciones de dominio de los inmuebles, agregando que "quien contrae la
obligación de prestar un servicio lo debe realizar en condiciones adecuadas para llenar el fin para el
que ha sido establecido, siendo responsable de los perjuicios que causare su incumplimiento o su
irregular ejecución." Esa idea objetiva de la falta de servicio encuentra fundamento en la aplicación
por vía analógica del art. 1112 del Cód. Civil que establece un régimen de responsabilidad "por los
hechos y las omisiones de los funcionarios públicos en el ejercicio de sus funciones, por no cumplir
sino de una manera irregular las obligaciones legales que les están impuestas". Abandonó así la
Corte, la idea de la responsabilidad indirecta del artículo 1113, diciendo que no se trata de una
responsabilidad indirecta la que en el caso se compromete, toda vez que la actividad de los órganos o
funcionarios del Estado realizada para el desenvolvimiento de los fines de las entidades de las que
dependen, ha de ser considerada propia de éstas, que deben responder de modo principal y directo
por sus consecuencias dañosas. Se pasa así a la etapa actual de la jurisprudencia de la Corte
Suprema, sobre responsabilidad extracontractual , donde se establece la responsabilidad directa por
falta o deficiente prestación de servicio, conforme al artículo 1112 del CC, que dice: “Los hechos y las
omisiones de los funcionarios públicos en el ejercicio de sus funciones, por no cumplir sino de una
manera irregular las obligaciones legales que les están impuestas, son comprendidos en las
disposiciones de este título”.
De esta manera se dan cuatro etapas en materia de jurisprudencia de la Corte Suprema de Justicia
de la Nación: 1) Fallo Seste y Seguich- Irresponsabilidad absoluta del Estado, 2) Fallo Devoto-
responsabilidad indirectaarts. 1109-1113 CC; 3) Fallo Ferrocarril Oeste- Responsabilidad mixta- arts.
1112-1113 CC, y 4) Fallo Vadell- responsabilidad directa- art. 1112 CC.-
Estas cuestiones han sido resueltas aplicando normas del derecho privado (Código Civil), pero
también existen principios del derecho público y del derecho en general que permiten justificar y
encontrar respuesta a la indemnización debida al dañado, como son el de la igualdad en las cargas
públicas, el del sacrificio especial, la garantía del derecho de propiedad, de los derechos adquiridos,
de la equidad y del estado de derecho.

RÉGIMEN DE RESPONSABILIDAD DE LOS ESTADOS LOCALES Y REPARTO


CONSTITUCIONAL DE COMPETENCIAS ENTRE LA NACIÓN, LAS PROVINCIAS Y LA
CIUDAD AUTÓNOMA DE BUENOS AIRES.
La Constitución Nacional establece en su artículo 1 que la Nación adopta para su gobierno
la forma representativa, republicana y Federal. De aquí se desprende un reconocimiento a la
autonomía de las provincias, en todas aquellas cuestiones que no han sido delegadas al gobierno
nacional.
En este sentido, el artículo 5 de la C.N. determina que cada provincia dictará para sí una
Constitución bajo el sistema representativo republicano, de acuerdo con los principios,
declaraciones y garantías de la Constitución Nacional; y que asegure su administración de
justicia, su régimen municipal, y la educación primaria. Bajo de estas condiciones, el Gobierno
federal, garante a cada provincia el goce y ejercicio de sus instituciones". De esta manera se
establece un campo de actuación federal y campos de actuación provinciales derivados de su propia
autonomía, es por ello que la Constitución Nacional señala en su actual artículo 75 ( ex 67) inciso
12, que corresponde al Congreso dictar los Códigos Civil, Comercial, Penal, de Minería, y del
Trabajo y Seguridad Social, en cuerpos unificados o separados, sin que tales códigos alteren las
jurisdicciones locales, correspondiendo su aplicación a los tribunales federales o provinciales, según
que las cosas o las personas cayeren bajo sus respectivas jurisdicciones". Del juego armónico de
estas normas, se desprende que las provincias se han reservado para sí, la regulación de su derecho
público interno, dentro del cual se encuentra el régimen de responsabilidad estatal. La Nación, por vía
del Congreso Nacional regulará entonces el régimen de responsabilidad el gobierno nacional, las

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provincias por medio de sus legislaturas lo harán respecto de los gobiernos provinciales, y la Ciudad
de Buenos Aires, a partir del año 1994, por mandato del artículo 129 de la Constitución Nacional, a
través de su legislatura, hará lo propio en relación a la responsabilidad del gobierno local.
Por el principio de jerarquía normativa del artículo 31 de la Constitución Nacional, la Constitución,
los tratados internacionales y las leyes federales son la ley suprema para todos los órdenes.
Las leyes comunes dictadas por la Nación, las provincias o la Ciudad de Buenos Aires, son de
aplicación en cada uno de estos ámbitos. Por ejemplo, las normas sobre responsabilidad de los
funcionarios establecidas en el Código Civil, están referidas a los funcionarios de la Administración
Nacional, en tanto que los funcionarios provinciales o de la Ciudad de Buenos Aires, se encuentran
excluidos , debiendo regirse por las normas de sus propias legislaturas.

REQUISITOS PARA QUE PROCEDA LA RESPONSABILIDAD DEL ESTADO POR ACTIVIDAD


ADMINISTRATIVA LÍCITA. RESARCIMIENTO RESTRINGIDO. LA REGULACIÓN JURÍDICA DE LA
RESPONSABILIDAD..
La jurisprudencia ha reconocido la procedencia de la responsabilidad patrimonial del Estado por sus
actos o hechos lícitos que causen daños a los particulares. Cuando se habla de actividad lícita, se
hace referencia a actos que si bien carecen de vicios, por haber sido emitidos de conformidad con los
recaudos exigidos por el ordenamiento jurídico, tienen aptitud para generar la responsabilidad del
Estado por el perjuicio provocado.
Se funda esta responsabilidad en los artículos 16,17 y 19 de la Constitución Nacional, que dicen:
Art. 16.- La Nación Argentina no admite prerrogativas de sangre, ni de nacimiento: no hay en ella
fueros personales ni títulos de nobleza. Todos sus habitantes son iguales ante la ley, y admisibles en
los empleos sin otra condición que la idoneidad. La igualdad es la base del impuesto y de las cargas
públicas.
Art. 17.- La propiedad es inviolable, y ningún habitante de la Nación puede ser privado de ella, sino en
virtud de sentencia fundada en ley. La expropiación por causa de utilidad pública, debe ser calif cada
por ley y previamente indemnizada.
Sólo el Congreso impone las contribuciones que se expresan en el artículo 4º. Ningún servicio
personal es exigible, sino en virtud de ley o de sentencia fundada en ley. Todo autor o inventor es
propietario exclusivo de su obra, invento o descubrimiento, por el término que le acuerde la ley. La
confiscación de bienes queda borrada para siempre del Código Penal argentino. Ningún cuerpo
armado puede hacer requisiciones, ni exigir auxilios de ninguna especie.
Art. 19.- Las acciones privadas de los hombres que de ningún modo ofendan al orden y a la moral
pública, ni perjudiquen a un tercero, están sólo reservadas a Dios, y exentas de la autoridad de los
magistrados. Ningún habitante de la Nación será obligado a hacer lo que no manda la ley, ni privado
de lo que ella no prohíbe.
Para que se configure este tipo de responsabilidad deben darse algunos supuestos como ser:
a) Especialidad en el daño, que se da cuando el mismo afecta a un particular de manera
especial y desproporcionada en relación a los demás integrantes de la sociedad.
b) El daño debe ser cierto.
c) Relación de causalidad entre el daño y la acción u omisión de la autoridad pública.
d) Que no exista obligación legal del particular de soportar el daño.
Esta responsabilidad, como todas, pueden generar distintas consecuencias en cuanto al resarcimiento
o indemnización debida, que pueden ser de orden patrimonial ( daño emergente y lucro cesante) o
extrapatrimonial ( daño moral), y los alcances entre la responsabilidad por actividad lícita o ilícita,
varían en uno y otro caso.
La jurisprudencia – que no es muy pacífica en estos temas- ha reconocido en general una
indemnización restringida para los casos de responsabilidad por actividad lícita, reconociendo en un
principio solamente el daño emergente pero no el lucro cesante ( Los Pinos y Cantón), luego en el
caso Sánchez Granel modifica el criterio, estableciendo la indemnización del daño emergente y el
lucro cesante, pero condicionado a que no exista una ley, contrato o razones de fuerza mayor
que limiten la indemnización. Posteriormente en el fallo “Motor Once” vuelve al criterio restringido del
daño emergente hasta que en el caso Juncalán Forestal retorna a la reparación amplia que se
mantiene en otros fallos posteriores.
Si se trata de personas físicas, la responsabilidad patrimonial por actividad lícita, debe comprender
también el daño moral, en caso que se acredite la existencia del mismo. Al no existir una regulación
jurídica integral para los casos de responsabilidad pública por actividad lícita, se ha recurrido a las
normas particulares que contienen un régimen de indemnización para casos particulares. La norma
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que más se ha utilizado de manera analógica es la Ley de Expropiaciones, que establece el principio
de la fuerza expansiva de la expropiación al decir en su artículo 10: “La indemnización sólo
comprenderá el valor objetivo del bien y los daños que sean una consecuencia directa e inmediata
de la expropiación. No se tomarán en cuenta circunstancias de carácter personal, valores afectivos,
ganancias hipotéticas, ni el mayor valor que pueda conferir al bien la obra a ejecutarse. No se pagará
lucro cesante. Integrarán la indemnización el importe que correspondiere por depreciación de la
moneda y el de los respectivos intereses”.
Esta norma es el Decreto-Ley 21499, una norma de facto que establece un criterio arbitrario, que
deberá ser revisado tanto por el Parlamento como por la jurisprudencia al determinar los alcances de
los daños producidos por la autoridad pública.

REQUISITOS PARA LA RESPONSABILIDAD DEL ESTADO POR LA ACTIVIDAD


ADMINISTRATIVA ILÍCITA. RESARCIMIENTO INTEGRAL
La actividad ilegítima de la autoridad pública se da cuando hay un incumplimiento irregular o
defectuoso de la función pública o de gobierno, o un actuar violatorio del principio de razonabilidad.
En estos casos los requisitos para que proceda el derecho a una reparación son los siguientes:
a) Daño cierto.
b) Relación de causalidad entre el daño ocasionado al particular y una conducta imputable a la
autoridad pública.
c) Factor de atribución, que puede ser subjetivo u objetivo, según se tengan en cuenta la
conducta del sujeto que causa el daño o un atributo externo a la conducta del agente.
En los supuestos de responsabilidad estatal por actuar ilegítimo, la reparación debe ser siempre
integral y del mayor alcance posible, comprensivo del daño emergente, el lucro cesante y el daño
moral, que de ser probado, debe aplicarse a las personas físicas y también a las jurídicas.
Esta responsabilidad fue la primera en ser reconocida por la Jurisprudencia, en los ya conocidos
casos “Devoto”, “Ferrocarril Oeste”, “Vadell” y posteriores, y se funda en el principio general de que
todo daño debe ser reparado. Tratándose de actividad lícita del gobierno es posible admitir un mínimo
grado de sacrificio de los particulares, pero ese sacrificio tolerable desaparece cuando se trata de la
actividad ilícita de los órganos públicos.

RESPONSABILIDAD DEL ESTADO POR ACTIVIDAD LEGISLATIVA Y JUDICIAL.


La responsabilidad por el actuar dañoso de los órganos de gobierno, no se limitan a los de la actividad
administrativa del ejecutivo, legislativo y judicial, sino que también son procedentes en los casos de
actividad esencialmente legislativa y judicial de estos órganos.
Respecto de la responsabilidad por actos legislativos, ella se produce cuando una ley formal es
declarada ilegítima o inconstitucional por una sentencia firme, y de esta manera, una vez acreditado el
daño, el particular tendrá derecho al resarcimiento del perjuicio ocasionado.
En el ejercicio de la judicatura, también se producen errores y deficiente prestación del servicio de
justicia, por lo que acreditados estos extremos, y posteriormente el daño ocasionado, se habilita el
derecho a obtener la reparación integral por parte de los particulares.
El error judicial se refiere a aquellos cometidos por los jueces cuando dictan sentencias. Al
impugnarse la misma por ilegítima o arbitraria, y conseguir su revocación, se habilita la vía del
resarcimiento por los daños ocasionados. La deficiente prestación del servicio de justicia, incluye
todas las acciones y omisiones que se producen por la intervención de los funcionarios judiciales, que
actuando contra legem, ocasionan perjuicios a los particulares.

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