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EXAMEN 2 - O U G L A S H. L Y A L L
PREGUNTAS DE EXAMEN
BOLILLA 13 – SERVICIO PUBLICO – Que es, de donde surge, caracteres, control, (2 o 3 entes
reguladores) diferencias en tarifa y precio
LA PUBLICATIO.
Para que una actividad comercial o industrial, que en principio, se rige por el derecho privado, pase
a ser regulada bajo la modalidad del servicio público, es necesaria una declaración
legislativa, que establezca que dicha actividad, pasará en lo sucesivo a prestarse y regularse
conforme a las reglas del servicio público. A partir de allí, esta actividad se sustrae al derecho privado
y se aplicará el derecho público en general, y el marco regulatorio propio de la actividad, en particular.
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Esta declaración estatal, por involucrar claramente limitaciones de derechos establecidos en la
Constitución Nacional, debe ser realizada por el órgano político de gobierno, que es el
Parlamento, y materializada mediante ley formal, recibiendo el nombre de “Publicatio”.-
Estas actividades, publificadas y sometidas a un marco regulatorio propio, pueden ser prestadas de
distinta manera:
a) Propio: cuando la actividad es prestada por la misma administración en forma directa o por un
particular que actúa como concesionario o licenciatario.-
b) Impropio: cuando la actividad es prestada por un particular.-
c) Directa: cuando la actividad es llevada a cabo por la misma administración.-
d) Indirecta: cuando la actividad es desarrollada por un tercero que actúa en virtud de un contrato de
concesión, licencia o alguna otra forma contractual.-
e) General: cuando están destinados a un universo indeterminado de personas.-
f) Particular: cuando están destinados a un número determinado de personas.-
g) Permanente: cuando la actividad se desarrolla por tiempo indeterminado.-
h) No permanente: cuando la actividad está prevista solo para determinadas épocas, o para un
evento especial.
MODOS DE USO DE LOS SERVICIOS PÚBLICOS Las actividades sometidas al servicio público
pueden ser utilizadas bajo distintas modalidades, por ejemplo se puede hacer un USO OPTATIVO U
OBLIGATORIO, según que el usuario esté obligado o no a relacionarse con el prestador del servicio.
En el servicio de alumbrado, barrido y limpieza, se es usuario por la sola pertenencia a una
determinada localidad, no pudiendo optar entre ser usuario o no, en cambio en el servicio de
electricidad, puedo elegir entre contratar o no la actividad de provisión del servicio eléctrico. En el
primer caso el uso es obligatorio y en el último es optativo.
También el USO PUEDE SER DE CONTENIDO CONTRACTUAL O REGLAMENTARIO. En el primer
caso existe un contrato entre las partes donde se establecen los derechos y obligaciones de las
partes, en cambio en la modalidad reglamentaria hay una norma general que establece el marco
regulatorio de la actividad, pero en el cual el usuario no ha participado ni tiene posibilidad de modificar
el mismo.
Ejemplo de modalidad contractual podría ser la contratación de un servicio de telefonía celular,
donde puedo elegir el plan deseado, la empresa a contratar, la cantidad de minutos que quiero
contratar, el plazo de duración, etc.-
Ejemplo de modalidad reglamentaria podría ser el servicio de provisión de agua corriente, en
determinados lugares, donde se establece un valor uniforme sin importar el consumo, ni otra
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condición, no participo de la elaboración de las normas que regirán la actividad, ni puedo modificarlas,
siendo mi intervención meramente reglamentaria no contractual.
LA RETRIBUCIÓN DEL SERVICIO PÚBLICO. es uno de los temas más importantes dentro de la
actividad regulatoria que se llama servicios públicos, precisamente por tratarse de actividades de tipo
comercial o industrial, y quienes las prestan tienen como objetivo mínimo, salvar los gastos que les
ocasiona la prestación del servicio, y por supuesto, tratar de obtener el mayor rédito económico
posible.
Los usuarios o consumidores, en esta relación, tienen como objetivo recibir prestaciones
adecuadas y pagar por el mismo un precio racional y proporcionado a lo recibido.
La Constitución Nacional encomienda a las autoridades, velar por la seguridad e intereses
económicos de los consumidores y usuarios, porque los mismos reciban información adecuada y
veraz, tengan libertad de elección y condiciones de trato equitativo y digno.
A raíz de esto es que en los marcos regulatorios de cada actividad, se establece la “TARIFA”,
que son las reglas o parámetros que permiten establecer los precios o tasas aplicables a los servicios
o bienes brindados. La tarifa es un concepto general, que indica de qué modo se puede establecer el
cálculo para arribar al costo del mismo. De la tarifa surgirá el precio del servicio (costo
contractual) o la tasa (costo reglamentario).
LOS ENTES REGULADORES. Cuando se regula fuertemente una actividad de interés público, es
importante controlar que las normas establecidas se cumplan y en caso de que así no fuere, poder
adoptar las medidas necesarias para corregir estas anomalías.La Carta Magna, manda que además
de los marcos regulatorios se establezcan procedimientos eficaces de prevención y solución
de conflictos, que normalmente deben ser llevadas adelante por parte de los organismos de
control.
Es el que controla el cumplimiento del marco regulatorio, a vecs defienden al usario y a veces
al concesionario.
La Argentina adoptó un SISTEMA MIXTO, tomando del sistema americano la creación de agencias
de control o entes reguladores, y del sistema francés, el incluir estos entes dentro de la administración
pública, siendo los mas conocidos el Ente Nacional Regulador de la Electricidad ( ENRE) y el Ente
Nacional Regulador del Gas (ENARGAS).
a) La facultad de creación de estos entes u órganos de control es una facultad legislativa , por lo
tanto solamente el Congreso Nacional,
b) en el caso de las actividades reguladas por el Servicio Público de carácter Nacional, o las
legislaturas provinciales o los Consejos Deliberantes en el ámbito municipal, según se traten
de servicios prestados en el ámbito provincial o municipal, pueden crearlos.
Es posible que la legislatura, faculte al Poder Ejecutivo para que por vía reglamentaria o delegada,
dicte ciertas normas en materia de control de estas actividades, y en tales casos podrá reglamentar
una ley o ejercer una actividad delegada por el Congreso, pero la titularidad de la decisión y su
competencia es siempre legislativa, y debe llevarse adelante por ley formal.
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PREGUNTA DE EXAMEN
BOLLILA 14 - DOMINIO PÚBLICO Y LIMITACION AL DOMINIOPRIVADO – apunta a CCC (*) -
HAY POSIBLIDAD DE LIMITAR EL DOMINIO PRIVADO?
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ELEMENTO ORIGINARIO = BIENES
ELEMENTO FINALISTA = USO Y GOCE (ELEMENTO FINALISTA O TELEOLOGICO) puede ser
público y es cuando todos podemos acceder a él o especial cuando solo algunos pueden acceder.
Si es público, sus características son = libre impersonal, ilimitado gratuito
Si es el de uso especial = personal, reglado, limitado, oneroso.
ELEMENTO SUBJETIVO = COMUNIDAD DEL PUEBLO
ELEMENTO NORMATIVO = ORDENAMIENTO JURIDICO
Sobre los bienes del DOMINIO PÚBLICO – pueden dar permisos o concesiones.
Resolución 6/2016 del ceys – el internet es un bien de DOMINIO PUBLICO DEL ESTADO.
(*)En el CCC Art 235 – DICE QUE BIENES DEL DOMINIO PUBLICO, puede ser natural o artificial.
Art 237 – uso y goce
Art 238 – bienes que no pertenecen al dominio público pero si a los particulares
Art 239 – habla del agua publica
COMUN - En el primer caso es el que permite que todas las personas puedan gozar del mismo, sin
otra limitación que las normas de policía aplicables al bien. Su naturaleza es reglamentaria, gratuita,
impersonal e ilimitada.
ESPECIAL - El uso es especial cuando determinadas personas gozan de una facultad especial
brindada por la ley, para que lo hagan con exclusión de otras personas. La naturaleza de este uso es
de tipo contractual, oneroso, personal y limitado, y se materializa bajo formas contractuales como lo
son el permiso o la concesión.
RÉGIMEN JURÍDICO DE LOS BIENES DEL DOMINIO PÚBLICO Si bien el régimen de las cosas y
bienes se encuentra previsto y regulado por el derecho público en general y por el Código Civil en
particular, incluido la enumeración de los bienes del dominio público, lo cierto es que la
reglamentación, afectación y desafectación de los mismos, el otorgamiento de permisos y
concesiones, y el régimen aplicable como su competencia en materia de conflictos, pertenece al
derecho público en general y al derecho administrativo en particular.
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BOLILLA 15: LIMITACIONES AL DOMINIO PRIVADO
ESPECIES DE LIMITACIONES AL DOMINIO PRIVADO.
El DERECHO DE PROPIEDAD, al igual que todos los derechos reconocidos por la Constitución, no
es absoluto y admite la posibilidad de su limitación por una norma emanada del parlamento.
Los bienes pueden ser de dominio público, de dominio privado del Estado o bien de los
particulares.
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Los bienes de dominio público están destinados al uso público, y los del dominio privado del
Estado, casi siempre están destinados a este uso, y para estos casos no es necesaria ninguna
declaración ya que los mismos pertenecen al público en general, con las limitaciones que se
mencionaron al hablar de los bienes estatales.
Los particulares también son titulares del derecho de propiedad respecto de los bienes que no son de
dominio estatal, y pueden disponer de ellos conforme las normas del derecho privado.
Puede ocurrir que en determinadas situaciones, sea necesario disponer de bienes que pertenecen a
los particulares, para ser utilizados con fines de utilidad e interés general, y en estos casos, nace lo
que se denominan las limitaciones y restricciones a los bienes de dominio privado.
Las normas que regulan el régimen de propiedad privada, son las del derecho privado en general, y
del Código Civil en particular. Las normas de limitación y restricción administrativa al dominio privado,
son las del derecho público en general y administrativo en particular.
Cumplidos estos cuatro requisitos, se estará en presencia de una expropiación perfecta o regular.
Los elementos de la expropiación son:
1) elemento final o fin tenido en cuenta para la afectación del bien privado. Esta finalidad
debe estar expresamente establecida en la ley que declara la utilidad pública,
2) elemento objetivo o bien sujeto a expropiación,
3) elemento subjetivo o partes de la relación expropiatoria, que son el sujeto pasivo,
titular dominial del bien sujeto a expropiación y el sujeto activo o expropiante, que es el
Estado, a través de sus órganos de gobierno,
4) elemento material o indemnización debida, que debe ser siempre en dinero, de pago
único y previo a la transmisión de la posesión, salvo manifestación de conformidad
expresa del expropiado, y
5) elemento formal o procedimental, que son los distintos pasos que se cumplirán para
materializar la expropiación.
De haber acuerdo entre las partes (declaración de utilidad, afectación, indemnización y posesión), el
procedimiento se agotará en lo administrativo, pero de no haber acuerdo ya sea con la declaración, la
indemnización o alguna otra cuestión vinculada con la expropiación, se deberá resolver el o los
conflictos en sede judicial.
La declaración de utilidad pública debe ser siempre realizada por el parlamento, mediante el dictado
de una ley formal. La indemnización se efectuará mediante la tasación del bien a expropiar, que
efectuará el Tribunal de Tasaciones o el órgano estatal competente para ello. Al prestar conformidad el
particular a la misma, o de no hacerlo, al ser fijada la misma por sentencia judicial, deberá abonarse la
misma y cancelarse la totalidad de la misma antes de que el propietario ceda la posesión del bien.
Procede la acción de expropiación irregular en los siguientes casos:
a) Cuando existiendo una ley que declara de utilidad pública un bien, el Estado lo toma sin
haber cumplido con el pago de la respectiva indemnización.
b) Cuando, con motivo de la ley de declaración de utilidad pública, de hecho una cosa mueble
o inmueble resulte indisponible por evidente dificultad o impedimento para disponer de ella en
condiciones normales.
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c) Cuando el Estado imponga al derecho del titular de un bien o cosa una indebida restricción o
limitación, que importen una lesión a su derecho de propiedad.
No corresponde la acción de expropiación irregular cuando el Estado paraliza o no activa los
procedimientos después de haber obtenido la posesión judicial del bien.
El que accione por expropiación irregular está exento de la reclamación administrativa previa.
En el juicio de expropiación irregular los valores indemnizables serán fijados en la misma forma
prevista para el juicio de expropiación regular, contemplada en el artículo 10 y siguientes de la ley de
expropiación.
Las normas del procedimiento judicial establecidas para la expropiación regular, rigen también para la
expropiación irregular, en cuanto fueren aplicables.
La acción de expropiación irregular prescribe a los 5 años, computados desde la fecha en que
tuvieron lugar los actos o comportamientos del Estado que tornan viable la referida acción
Una vez transferida la propiedad, debe cumplirse con el fin establecido en la ley, que llevó a la
declaración de utilidad pública. Si esto no se cumple, entonces no se habrá perfeccionado la
expropiación, y el particular expropiado tendrá entonces una acción judicial llamada RETROCESIÓN,
mediante la cual requerirá la devolución del bien, previa devolución de la indemnización recibida.
El procedimiento por el que tramitará la acción de retrocesión puede ser administrativo o judicial. En el
primer caso se producirá cuando se formule reclamo administrativo y se deposite la indemnización
recibida, poniéndola a disposición de la Administración, De recibirse la misma, se habrá producido
la retrocesión, reintegrando el bien al dominio privado.
De no haber acuerdo, la acción de retrocesión tramitará ante los estrados judiciales, consignándose la
indemnización recibida y solicitándose el dictado de una sentencia judicial que ordene la expropiación
inversa, volviendo el bien al titular originario.
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3. Cuando los predios vengan a tal estado que no pueda usarse de la servidumbre; pero ésta
revivirá si después el estado de los predios permitiera usar de ella, a no ser que cuando sea
posible el uso, haya transcurrido el tiempo suficiente para la prescripción, conforme a lo
dispuesto en el número anterior.
4. Por llegar el día o realizarse la condición, si la servidumbre fuera temporal o condicional.
5. Por la renuncia del dueño del predio dominante.
6. Por la redención convenida entre el dueño del predio dominante y el del sirviente.
Las servidumbres impuestas por la ley tienen por objeto la utilidad pública o el interés de los
particulares.
Todo lo concerniente a las servidumbres establecidas para utilidad pública o comunal se regirá por las
leyes y reglamentos especiales que las determinan, y, en su defecto, por las disposiciones del Código
Civil.
Las servidumbres que impone la ley en interés de los particulares, o por causa de utilidad privada, se
regirán por las disposiciones del Código Civil, sin perjuicio de lo que dispongan las leyes, reglamentos
y ordenanzas generales o locales sobre policía urbana o rural.Estas servidumbres podrán ser
modificadas por convenio de los interesados cuando no lo prohíba la ley ni resulte perjuicio a
tercero.
Siempre que se establece una servidumbre pública, debe hacerse mediante un acto expreso de
carácter legislativo, fijándose asimismo el derecho a una indemnización justa en favor del titular del
bien sometido a servidumbre. Son ejemplos de servidumbre pública, la servidumbre de paso, de luz,
vista, caminos de sirga, acueductos, gasoductos, etc.
OCUPACIÓN TEMPORÁNEA. Se produce cuando un ente público adquiere el uso y goce en forma
temporal de un bien de dominio privado, por razones de utilidad pública. Aquí también debe haber una
ley que declare la necesidad de la ocupación temporánea, se fije el plazo de la ocupación y además,
se establezca el derecho de una indemnización justa por los perjuicios causados. La Ley de
expropiaciones regula esta figura al decir que cuando por razones de utilidad pública fuese necesario
el uso transitorio de un bien o cosa
determinados, mueble o inmueble, o de una universalidad determinada de ellos, podrá recurrirse a la
ocupación temporánea. La ocupación temporánea puede responder a una necesidad anormal,
urgente, imperiosa, o súbita, o a una necesidad normal no inminente. La ocupación temporánea
anormal, puede ser dispuesta directamente por la autoridad administrativa, y no dará lugar a
indemnización alguna, salvo la reparación de los daños o deterioros que se causaren a la cosa o el
pago de daños y perjuicios debidos por el uso posterior de la cosa en menesteres ajenos a
los que estrictamente determinaron su ocupación.
Ninguna ocupación temporánea anormal tendrá mayor duración que el lapso estrictamente necesario
para satisfacer la respectiva necesidad. La ocupación temporánea por razones normales, previa
declaración legal de utilidad pública, podrá establecerse por avenimiento; de lo contrario deberá ser
dispuesta por la autoridad judicial, a requerimiento de la Administración Pública.
La ocupación temporánea normal apareja indemnización, siendo aplicables en subsidio las reglas
vigentes en materia de expropiación. La indemnización comprenderá el valor del uso y los daños y
perjuicios ocasionados al bien o cosa ocupados, como así también el valor de los materiales que
hubiesen debido extraerse necesaria e indispensablemente con motivo de la ocupación.
El bien ocupado no podrá tener otro destino que el que motivó su ocupación. Ninguna ocupación
temporánea normal puede durar más de dos años; vencido este lapso, el propietario intimará
fehacientemente la devolución del bien. Transcurridos treinta días desde dicha intimación sin que el
bien hubiere sido devuelto, el propietario podrá exigir la expropiación del mismo, promoviendo una
acción de expropiación irregular. El procedimiento judicial establecido para el juicio de expropiación es
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aplicable, en lo pertinente, al juicio de ocupación temporánea normal. Sin conformidad del propietario,
el ocupante temporáneo de un bien o cosa no puede alterar la sustancia del mismo ni extraer o
separar de éste elementos que lo integren.
Si la ocupación temporánea afectase a terceros, los derechos de éstos se harán valer sobre el
importe de la indemnización. Las cuestiones judiciales que promoviese el propietario del bien ocupado
están exentas de reclamación administrativa previa. La acción del propietario del bien ocupado para
exigir el pago de la indemnización prescribe a los cinco años computados desde que el ocupante
tomó posesión del bien.
La acción del propietario del bien ocupado para requerir su devolución prescribe a los cinco años
computados desde que el ocupante debió devolver el bien.
LAS REQUISAS. es una figura jurídica que implica la expropiación forzosa de bienes, de carácter
excepcional, que permite en situaciones graves y de emergencia la utilización de toda clase de bienes
inmuebles, derechos, empresas, industrias, alojamientos, prestaciones personales y, en general,
cuanto sirva directa o indirectamente a los fines públicos. La requisa da derecho a una indemnización
justa por el importe del servicio prestado, el valor de lo requisado o los daños y perjuicios provocados.
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cláusulas que generen una desigualdad jurídica, que razonable y equitativamente, aseguren la
prestación del servicio de manera eficiente y segura.
El RÉGIMEN DE NULIDADES será el que surja de la ley general, al igual que el régimen de
nulidades de los actos administrativos, y por supuesto, deberá aplicarse en particular las cláusulas del
contrato que – en cumplimiento de la ley establezcan nulidades por algún tipo de vicio o
incumplimiento del mismo.
Estos contratos, se pueden extinguir por modos normales o anormales.
Por modos normales, se da cuando se cumpla el tiempo de duración del mismo, o bien que se haya
cumplido su objeto.
Los modos anormales de terminación se podrán dar de manera bilateral o unilateral.
De manera bilateral se produce cuando las partes acuerdan finalizar el contrato, y de manera
bilateral, cuando la administración decide por incumplimiento de la otra parte poner fin al mismo, o en
aquellos casos en que no se ponga en riesgo la continuidad de un servicio esencial, el contratista ante
un incumplimiento grave de la administración, y estando previsto en las cláusulas contractuales,
decida poner fin al mismo.
En cuanto a las causas por las cuales se puede extinguir un contrato de la administración,
pueden SER POR RESCATE (la administración decide poner fin al contrato y cumplir con la
prestación por sí misma), por fuerza mayor, imprevisión, hecho del príncipe, muerte o quiebra del
contratista, renuncia o caducidad.
LOS PRINCIPIOS GENERALES a los que deberá ajustarse la gestión de las contrataciones, teniendo
en cuenta las particularidades de cada una de ellas, serán:
a) Razonabilidad del proyecto y eficiencia de la contratación para cumplir con el interés público
comprometido y el resultado esperado.
b) Promoción de la concurrencia de interesados y de la competencia entre oferentes.
c) Transparencia en los procedimientos.
d) Publicidad y difusión de las actuaciones.
e) Responsabilidad de los agentes y funcionarios públicos que autoricen, aprueben o gestionen las
contrataciones.
f) Igualdad de tratamiento para interesados y para oferentes Desde el inicio de las actuaciones hasta
la finalización de la ejecución del contrato, toda cuestión vinculada con la contratación deberá
interpretarse sobre la base de una rigurosa observancia de los principios que anteceden.
Las contrataciones se regirán por las disposiciones de este régimen, por su reglamentación, por las
normas que se dicten en su consecuencia, por los Pliegos de Bases y Condiciones y por el
contrato o la orden de compra según corresponda.
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La autoridad administrativa tendrá las facultades y obligaciones establecidas en este régimen, sin
perjuicio de las que estuvieren previstas en la legislación específica, en sus reglamentos, en los
pliegos de bases condiciones, o en la restante documentación contractual.
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Podrá ser realizado con licitación o sin ella el arrendamiento de inmuebles y de máquinas
(implementos, equipos, transportes, embarcaciones, dragas, grúas flotantes, etcétera) destinados a
obras públicas nacionales.
No podrá llamarse a licitación ni adjudicarse obra alguna, ni efectuarse inversiones que no tengan
crédito legal.
Exceptúanse de este requisito las construcciones nuevas o reparaciones que fueron declaradas de
reconocida urgencia, con cargo de solicitar el otorgamiento del crédito correspondiente al Honorable
Congreso. En caso de que el mismo no se hubiera pronunciado dentro del período ordinario
correspondiente, se tendrá por acordado el crédito solicitado, así como la autorización para
financiarlo. Sólo podrán adjudicarse las obras públicas nacionales en licitación pública.
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En los casos de recepciones parciales definitivas, el contratista tendrá derecho a que se le devuelva o
libere la parte proporcional de la fianza y de la garantía para reparo, con arreglo a lo dispuesto en los
artículos 20, 44 y 46.
De la rescisión del contrato - En caso de muerte, quiebra o concurso civil del contratista, quedará
rescindido el contrato, a no ser que los herederos, o sindico de la quiebra o concurso, ofrezcan llevar
a cabo la obra bajo las condiciones estipuladas en aquél. La administración nacional fijará los plazos
de presentación de los ofrecimientos y podrá admitirlos o desecharlos, sin que, en el último caso,
tengan dichos sucesores derecho a indemnización alguna.
La administración nacional tendrá derecho a la rescisión del contrato, en los casos siguientes.
a) Cuando el contratista se haga culpable de fraude o grave negligencia o contravenga las
obligaciones y condiciones estipuladas en el contrato;
b) Cuando el contratista proceda a la ejecución de las obras con lentitud, de modo que la parte
ejecutada no corresponda al tiempo previsto en los planos de trabajo y a juicio de la administración no
puedan terminarse en los plazos estipulados;
c) Cuando el contratista se exceda del plazo fijado en las bases de licitación para la iniciación de las
obras;
d) Si el contratista transfiere en todo o en parte su contrato, se asocia con otros para la construcción o
subcontrata, sin previa autorización de la administración;
e) Cuando el contratista abandone las obras o interrumpa los trabajos por plazo mayor de ocho días
en tres ocasiones, o cuando el abandono o interrupción sean continuados por el término de un mes.
En el caso del inciso b), deberá exigirse al contratista que ponga los medios necesarios para acelerar
los trabajos hasta alcanzar el nivel contractual de ejecución en el plazo que se le fije y procederá a la
rescisión del contrato si éste no adopta las medidas exigidas con ese objeto.
En el caso del inciso c), se podrá prorrogar el plazo si el contratista demostrase que la demora en la
iniciación de las obras se ha producido por causas inevitables y ofrezca cumplir su compromiso. En
caso de que no proceda el otorgamiento de esa prórroga, o que concedida ésta el contratista tampoco
diera comienzo a los trabajos en el nuevo plazo fijado, el contrato quedará rescindido con pérdida de
la fianza.
Resuelta la rescisión del contrato, salvo el caso previsto en el inciso c) del artículo anterior, ella
tendrá las siguientes consecuencias:
a) El contratista responderá por los perjuicios que sufra la administración a causa del nuevo contrato
que celebre para la continuación de las obras, o por la ejecución de estas directamente;
b ) La administración tomará, si lo cree conveniente y previa valuación convencional, sin aumento de
ninguna especie, los equipos y materiales necesarios para la continuación de la obra;
c) Los créditos que resulten por los materiales que la administración reciba, en el caso del inciso
anterior, por la liquidación de partes de obras terminadas u obras inconclusas que sean de recibo, y
por fondos de reparos, quedarán retenidos a la resulta de la liquidación final de las trabajos;
d) En ningún caso el contratista tendrá derecho al beneficio que se obtuviese en la continuación de las
obras con respecto a los precios del contrato rescindido;
e) Sin perjuicio de las sanciones dispuestas en esta ley, el contratista que se encuentre comprendido
en el caso del inciso a) del artículo anterior perderá además la fianza rendida.
En caso de que rescindido el contrato por culpa del contratista la administración resolviera variar el
proyecto que sirvió de base a la contratación, la rescisión sólo determinará la perdida de la fianza,
debiendo liquidarse los trabajos efectuados hasta la fecha de la cesación de los mismos.
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d) Por caso fortuito y/o fuerza mayor que imposibilite el cumplimiento de las obligaciones emergentes
del contrato;
e) Cuando la administración no efectúe la entrega de los terrenos ni realice el replanteo de la obra
dentro del plazo fijado en los pliegos especiales más una tolerancia de treinta días.
Producida la rescisión del contrato en virtud de las causales previstas en el artículo anterior, ella
tendrá las siguientes consecuencias:
a) Liquidación a favor del contratista, previa valuación practicada de común acuerdo con él sobre la
base de los precios, costos y valores contractuales, del importe de los equipos, herramientas,
instalaciones, útiles y demás enseres necesarios para las obras que éste no quiera retener;
b) Liquidación a favor del contratista del importe de los materiales acopiados y los contratados, en
viaje o en elaboración, que sean de recibo;
c) Transferencia, sin perdida para el contratista, de los contratos celebrados por el mismo para la
ejecución de las obras;
d) Si hubiera trabajos ejecutados, el contratista deberá requerir la inmediata recepción provisional de
los mismos, debiendo realizarse su recepción definitiva una vez vencido el plazo de garantía;
e) Liquidación a favor del contratista de los gastos improductivos que probare haber tenido como
consecuencia de la rescisión del contrato;
f) No se liquidará a favor del contratista suma alguna por concepto de indemnización o de beneficio
que hubiera podido obtener sobre las obras no ejecutadas.
En el caso del inciso d) del artículo 53, no será de aplicación el inciso e) del presente artículo.
CONCESION DE OBRA PUBLICA es un contrato en el cual interviene una autoridad pública por un
lado, a quien se denomina concedente, y por la otra un concesionario, donde el primero cede al
segundo la explotación de una obra pública, que implica la realización de una actividad estatal, en
favor de terceros, a cambio de un precio que será abonado conforme a las estipulaciones
contractuales.
Mediante el contrato de obra pública, se encarga al contratista, la realización de una autopista, y
mediante el contrato de concesión de obra pública, se encarga al concesionario la explotación de la
misma, su cuidado y mantenimiento, a cambio de un precio que se abonará por parte del gobierno o
los usuarios.
El Decreto-ley 17520 regula la cuestión de las concesiones de obras públicas sosteniendo que el
Poder Ejecutivo podrá otorgar concesiones de obra pública por un término fijo, a sociedades privadas
o mixtas o a entes públicos para la construcción, conservación o explotación de obras públicas
mediante el cobro de tarifas o peaje conforme a los procedimientos que fija esta ley. La concesión se
hará por decreto del Poder Ejecutivo.
Las concesiones de obra pública se otorgarán mediante uno de los siguientes procedimientos:
a) Por licitación pública;
b) Por contratación directa con entes públicos o con sociedades de capital estatal;
c) Por contratación con sociedades privadas o mixtas. En tal caso las tratativas preliminares entre
la persona o entidad privada y la entidad pública concedente, se llevarán a cabo hasta fijar las bases
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principales de la futura concesión; hecho lo cual se optará por la licitación pública con dichas bases o
se convocará públicamente para la presentación de proyectos en competencia, mediante los avisos o
anuncios pertinentes. En este caso si no se presentaran mejores ofertas, el contrato podrá celebrarse
directamente con la persona o entidad privada que inició las tratativas preliminares hasta la redacción
de aquellas bases. Si se presentaran ofertas mejores, a juicio exclusivo del Estado, se llamará
a licitación pública o privada entre los oferentes para la construcción, conservación o explotación de
que se trate.
En todos los casos el CONTRATO DE CONCESIÓN deberá definir: el objeto de la concesión; su
modalidad, el plazo; las bases tarifarias y procedimientos a seguir para la fijación y los reajustes del
régimen de tarifas; la composición y las facultades de la representación o de la delegación a que se
refiere el artículo 5º de esta ley; la indicación -si correspondiese- de utilizar recursos del crédito para
financiar las obras según lo previsto en el artículo 5º de esta ley; las garantías a acordar por el Estado;
los alcances de la desgravación impositiva, si la hubiere; el procedimiento de control contable y de
fiscalización de los trabajos técnicos; las obligaciones recíprocas al término de la concesión; las
causales y las bases de valuación para el caso de rescisión. En los casos en que las inversiones
motivo de la concesión fuesen a ser financiadas con recursos del crédito a obtenerse por el Estado o
por el concesionario con la garantía de éste, la concesión -además de prever los procedimientos de
fijación y ajuste de tarifas- deberá contener las disposiciones
que aseguren la amortización y servicio de las deudas y obligaciones a contraerse, así como la
obligación del Estado de proveer el eventual defecto de ingresos si las tarifas autorizadas o
reajustadas no resultasen suficientes.
CONTRATO DE SUMINISTRO
Llamado también contrato de abastecimiento o provisión, es el que vincula a la administración pública
con otra persona, llamada proveedor, a fin de que ésta le provea de cosas muebles, a cambio de un
precio. Mediante este tipo de contratos, la administración consigue proveerse de medicamentos,
alimentos, uniformes, papeleria y cualquier otro bien mueble, necesario para el cumplimiento de su
función. El régimen jurídico de estos contratos, se encontraba regulado por la llamada Ley de
Contabilidad (Decreto ley 23354/56) y el Decreto 5720/72, y actualmente por el Decreto 1023/01 y su
reglamentación el Decreto 436/2000.-
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a) El Jefe de Gabinete de Ministros, los Ministros, el Secretario General de la Presidencia de la
Nación, los Secretarios, Subsecretarios, el Jefe de la Casa Militar, las máximas autoridades de
organismos descentralizados e instituciones de la Seguridad Social y los miembros integrantes de los
cuerpos colegiados.
b) Las personas que por disposición legal o reglamentaria ejerzan funciones de jerarquía equivalente
a la de los cargos mencionados en el inciso precedente.
c) El personal militar en actividad y el retirado que prestare servicios militares.
d) El personal perteneciente a las Fuerzas de Seguridad y Policiales, en actividad y retirado que
prestare servicios por convocatoria.
e) El personal diplomático en actividad comprendido en la Ley del Servicio Exterior de la Nación.
f) El personal comprendido en convenciones colectivas de trabajo aprobadas en el marco de la Ley
14.250 (t.o. decreto 198/88) o la que se dicte en su reemplazo.
g) El clero.
Al personal que preste servicios en organismos pertenecientes a la Administración Pública Nacional, y
esté regido por los preceptos de la Ley de Contrato de Trabajo Nº 20.744 (t.o. 1976), y modificatorias
o la que se dicte en su reemplazo, se les aplicarán las previsiones contenidas en ese régimen
normativo. En los supuestos contemplados en el párrafo anterior y en el inciso
f), las partes, de común acuerdo, podrán insertarse en el régimen de empleo público, a través
de la firma de convenios colectivos de trabajo, tal como lo regula el inciso j) de la Ley 24.185 y de
acuerdo con las disposiciones de dicha norma.
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El período de disponibilidad se asignará según la antigüedad del trabajador, no pudiendo ser menor
a seis (6) meses ni mayor a doce (12) meses. Si durante el período de disponibilidad se produjeran
vacantes en la Administración Pública Central y Organismos descentralizados, deberá priorizarse
el trabajador que se encuentre en situación de disponibilidad para la cobertura de dichas vacantes.
Vencido el término de la disponibilidad, sin que haya sido reubicado, o en el caso que el agente
rehusare el ofrecimiento de ocupar un cargo o no existieran vacantes, se producirá la baja,
generándose el derecho a percibir una indemnización igual a un (1) mes de sueldo por cada año de
servicio o fracción mayor de tres meses, tomando como base la mejor remuneración mensual,
normal y habitual percibida durante el último año o durante el tiempo de prestación
de servicios si éste fuera menor, salvo el mejor derecho que se estableciere en el Convenio Colectivo
de Trabajo y las indemnizaciones especiales que pudieren regularse por dicha vía.
Las personas vinculadas laboralmente con la Administración Pública Nacional, según el régimen
al que hubieren ingresado, tendrán los siguientes derechos, de conformidad con las modalidades
establecidas en las leyes, en las normas reglamentarias y, en cuanto corresponda, en los convenios
colectivos de trabajo:
a) Estabilidad.
b) Retribución justa por sus servicios, con más los adicionales que correspondan.
c) Igualdad de oportunidades en la carrera.
d) Capacitación permanente.
e) Libre afiliación sindical y negociación colectiva.
f) Licencias, justificaciones y franquicias.
g) Compensaciones, indemnizaciones y subsidios.
h) Asistencia social para sí y su familia.
i) Interposición de recursos.
j) Jubilación o retiro.
k) Renuncia.
l) Higiene y seguridad en el trabajo.
m) Participación, por intermedio de las organizaciones sindicales, en los procedimientos de
calificaciones y disciplinarios de conformidad con que se establezca en el Convenio Colectivo Trabajo.
La presente enumeración no tiene carácter taxativo, pudiendo ser ampliada por vía
de la negociación colectiva.
16
La estabilidad en el empleo cesa únicamente cuando se configura alguna de las causales previstas en
la presente ley.
El personal que goza de jubilación o retiro no tiene derecho a la estabilidad. La designación podrá
ser cancelada en cualquier momento, por razones de oportunidad, mérito o conveniencia. En ese
supuesto el agente tendrá derecho al pago de una indemnización que se calculará de conformidad
con lo normado en el artículo 11 de la presente ley, computándose a los fines del cálculo de la
antigüedad, el último período trabajado en la administración.
La renuncia es el derecho a concluir la relación de empleo produciéndose la baja automática del
agente a los treinta (30) días corridos de su presentación, si con anterioridad no hubiera sido
aceptada por autoridad competente.
La aceptación de la renuncia podrá ser dejada en suspenso por un término no mayor de ciento
ochenta (180) días corridos si al momento de presentar la renuncia se encontrara involucrado en una
investigación sumarial.
Los agentes tienen los siguientes deberes, sin perjuicio de los que en función de las particularidades
de la actividad desempeñada, se establezcan en las convenciones colectivas de trabajo:
a) Prestar el servicio personalmente, encuadrando su cumplimiento en principios de eficiencia,
eficacia y rendimiento laboral, en las condiciones y modalidades que se determinen.
b) Observar las normas legales y reglamentarias y conducirse con colaboración, respeto y cortesía en
sus relaciones con el público y con el resto del personal.
c) Responder por la eficacia, rendimiento de la gestión y del personal del área a su cargo.
d) Respetar y hacer cumplir, dentro del marco de competencia de su función, el sistema jurídico
vigente.
e) Obedecer toda orden emanada del superior jerárquico competente, que reúna las formalidades del
caso y tenga por objeto la realización de actos de servicio compatibles con la función del agente.
f) Observar el deber de fidelidad que se derive de la índole de las tareas que le fueron asignadas y
guardar la discreción correspondiente o la reserva absoluta, en su caso, de todo asunto del servicio
que así lo requiera, en función de su naturaleza o de instrucciones específicas, con independencia de
lo que establezcan las disposiciones vigentes en materia de secreto o reserva administrativa.
g) Declarar bajo juramento su situación patrimonial y modificaciones ulteriores con los alcances que
determine la reglamentación.
h) Llevar a conocimiento de la superioridad todo acto, omisión o procedimiento que causare o pudiere
causar perjuicio al Estado, configurar delito, o resultar una aplicación ineficiente de los recursos
públicos. Cuando el acto, omisión o procedimiento involucrase a sus superiores inmediatos podrá
hacerlo conocer directamente a la Sindicatura General de la Nación, Fiscalía Nacional de
Investigaciones Administrativas y/o a la Auditoría General de la Nación.
i) Concurrir a la citación por la instrucción de un sumario, cuando se lo requiera en calidad de testigo.
j) Someterse a examen psicofísico en la forma que determine la reglamentación.
k) Excusarse de intervenir en toda actuación que pueda originar interpretaciones de parcialidad.
l) Velar por el cuidado y la conservación de los bienes que integran el patrimonio del Estado y de los
terceros que específicamente se pongan bajo su custodia.
m) Seguir la vía jerárquica correspondiente en las peticiones y tramitaciones realizadas.
17
n) Encuadrarse en las disposiciones legales y reglamentarias sobre incompatibilidad y acumulación de
cargos.
El personal queda sujeto a las siguientes prohibiciones, sin perjuicio de las que en función de las
particularidades de la actividad desempeñada se establezcan en las convenciones colectivas de
trabajo:
a) Patrocinar trámites o gestiones administrativas referentes a asuntos de terceros que se vinculen
con sus funciones.
b) Dirigir, administrar, asesorar, patrocinar, representar o prestar servicio remunerados o no, personas
de existencia visible o jurídica que gestionen o exploten concesiones o privilegios de administración
en el orden nacional, provincial municipal, o que fueran proveedores o contratistas de las mismas.
c) Recibir directa o indirectamente beneficios originados en contratos, concesiones o franquicias que
celebre u otorgue la administración en orden nacional, provincial o municipal.
d) Mantener vinculaciones que le signifiquen beneficios u obligaciones con entidades directamente
fiscalizadas por el ministerio, dependencia o entidad en el que se encuentre prestando servicios.
e) Valerse directa o indirectamente de facultades o prerrogativas inherentes a sus funciones para fines
ajenos a dicha función o para realizar proselitismo o acción política.
f) Aceptar dádivas, obsequios u otros beneficios u obtener ventajas de cualquier índole con motivo u
ocasión del desempeño de sus funciones.
g) Representar, patrocinar a litigantes o intervenir en gestiones extrajudiciales contra la Administración
Pública Nacional.
h) Desarrollar toda acción u omisión que suponga discriminación por razón de raza, religión,
nacionalidad, opinión, sexo o cualquier otra condición o circunstancia personal o social.
i) Hacer uso indebido o con fines particulares del patrimonio estatal.
Es incompatible el desempeño de un cargo remunerado en la Administración Pública Nacional, con el
ejercicio de otro de igual carácter en el orden nacional, provincial o municipal, con excepción de los
supuestos que se determinen por vía reglamentaria, o que se establezca en el Convenio Colectivo
de Trabajo.
REGIMEN DISCIPLINARIO El personal vinculado por una relación de empleo público regulada por la
presente ley, y que revista en la planta permanente, no podrá ser privado de su empleo ni ser objeto
de medidas disciplinarias, sino por las causas en las condiciones que expresamente se establecen.
Al personal comprendido en el régimen contrataciones, y de gabinete se le aplicarán los preceptos del
presente capítulo, en las condiciones que establezcan las respectivas reglamentaciones.
El personal no podrá ser sancionado más de una vez por la misma causa, debiendo graduarse la
sanción en base a la gravedad de la falta cometida, y los antecedentes del agente.
El personal comprendido en ámbito de aplicación del presente régimen tiene derecho a que se le
garantice el debido proceso adjetivo, en los términos del artículo 1º inciso f) de la Ley 19.549 o la que
la sustituya.
El personal podrá ser objeto de las siguientes medidas disciplinarias:
a) Apercibimiento.
b) Suspensión de hasta treinta (30) días en un año, contados a partir de la primera suspensión.
c) Cesantía.
d) Exoneración.
La suspensión se hará efectiva sin prestación de servicios ni goce de haberes, en las normas y
términos que se determinen y sin perjuicio de las responsabilidades penales y civiles que fije la
legislación vigente.
Son causas para imponer el apercibimiento o la suspensión hasta 30 días:
a) Incumplimiento reiterado del horario establecido.
b) Inasistencias injustificadas que no exceden de diez (10) días discontinuos en el lapso de doce
meses inmediatos anteriores y siempre que no configuren abandono de tareas.
c) Incumplimiento de los deberes determinados en el art. 23 de esta ley, salvo que la gravedad y
magnitud de los hechos justifiquen la aplicación de la causal de cesantía.
18
b) Abandono de servicio, el cual se considerará consumado cuando el agente registrare más de cinco
(5) inasistencias continuas sin causa que lo justifique y fuera intimado previamente en forma
fehaciente a retomar sus tareas.
c) Infracciones reiteradas en el cumplimiento de sus tareas, que hayan dado lugar a treinta (30) días
de suspensión en los doce meses anteriores.
d) Concurso civil o quiebra no causal, salvo casos debidamente justificados por la autoridad
administrativa.
e) Incumplimiento de los deberes establecidos en los artículos 23 y 24 cuando por la magnitud y
gravedad de la falta así correspondiere.
f) Delito doloso no referido a la Administración Pública, cuando por sus circunstancias afecte el
prestigio de la función o del agente.
g) Calificaciones deficientes como resultado de evaluaciones que impliquen desempeño ineficaz
durante tres (3) años consecutivos o cuatro (4) alternados en los últimos diez (10) años de servicio y
haya contado con oportunidades de capacitación adecuada para el desempeño de las tareas.
En todos los casos podrá considerarse la solicitud de rehabilitación a partir de los dos (2) años de
consentido el acto por el que se dispusiera la cesantía o de declarada firme la sentencia judicial, en su
caso.
19
c) Causales que dieran lugar a la exoneración: dos (2) años.
En todos los casos, el plazo se contará a partir del momento de la comisión de la falta.
Por vía reglamentaria se determinará las autoridades con atribuciones para aplicar las sanciones a
que se refiere este capítulo, como así también el procedimiento de investigación aplicable. Este
procedimiento deberá garantizar el derecho de defensa en juicio y establecerá plazos perentorios e
improrrogables para resolver los sumarios administrativos, que nunca podrán exceder de seis (6)
meses de cometido el hecho o la conducta imputada.
Contra los actos administrativos que dispongan la aplicación de sanciones al personal amparado
por la estabilidad prevista en este régimen, el agente afectado podrá optar por impugnarlo por la vía
administrativa común y una vez agotada ésta acudir a sede judicial, o recurrir directamente por ante la
Cámara Nacional de Apelaciones en lo Contencioso Administrativo Federal o por ante las
cámaras federales con asiento en las provincias, según corresponda conforme al lugar de prestación
de servicios del agente. La opción formulada es excluyente e inhibe la utilización de cualquier otra vía
o acción.
El recurso judicial directo sólo podrá fundarse en la ilegitimidad de la sanción, con
expresa indicación de las normas presuntamente violadas o de los vicios que se atribuyen al sumario
instruido.
El recurso judicial directo deberá interponerse ante el Tribunal dentro de los noventa (90) días de
notificada la sanción, debiendo la autoridad administrativa enviar al Tribunal el expediente con el
legajo personal del recurrente, dentro de los diez (10) días de requerido.
Recibidos los antecedentes, el Tribunal correrá traslado por su orden por diez (10)
días perentorios al recurrente y a la administración.
Vencido este plazo y cumplidas las medidas para mejor proveer que pudiera haber dispuesto el
Tribunal, llamará autos para sentencia, la que se dictará dentro de los sesenta (60) días. Todos los
términos fijados en el presente artículo se computarán en días hábiles judiciales.
Si la sentencia fuera favorable al recurrente, en caso de ordenar su reincorporación, la administración
deberá habilitar una vacante de igual categoría a la que revistaba. Este podrá optar por percibir la
indemnización prevista en el artículo 11 renunciando al derecho de reincorporación.
La relación de empleo del agente con la Administración Pública Nacional concluye por las
siguientes causas:
a) Cancelación de la designación del personal sin estabilidad en los términos del artículo 17.
b) Renuncia aceptada o vencimiento del plazo de conformidad con lo previsto en el artículo 22.
c) Conclusión o rescisión del contrato en el caso del personal bajo el régimen de contrataciones.
d) Vencimiento del plazo que le correspondiere de conformidad con lo previsto en el artículo 11 por
reestructuración o disolución de organismos.
e) Razones de salud que lo imposibiliten para el cumplimiento de tareas laborales.
f) Aplicación de sanciones de cesantía o exoneración.
g) Baja por jubilación, retiro o vencimiento del plazo previsto en el artículo 20.
h) Por fallecimiento.
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20
La ley establece procedimientos para la selección y ella LA LICITACION – es una invitación a
ofertar.
C - REMATE – la administración cuenta con bienes materiales, productos, etc que pueden estar
o no en el mercado, que son los que están en el mercado y interesa venderlos o comprarlos, y el
mecanismo es el REMATE – bienes usados, fidecomiso, bienes inmuebles, vehículos
automotores, etc. Y se pone estos en venta.
Es una venta al público, de libre concurrencia, sin requisitos para ofertar y se contrata con el
mejor postor.
21
Para cada una de contrataciones hay procedimientos, es la licitación y arranca con un PLIEGO
DE CONDICIONES – las condiciones que se quieren contratar, que lo realiza la administración
pública.
Y este PLIEGO DE CONDICIONES tiene la FECHA, (fecha que se inicia la etapa de inscripción /
presenta y la fecha de cierre), cuales las condiciones para como presenta las ofertas, y se
crea y designar a una COMISION DE PRE-ADJUDICACION – personas en sabe y idónea del
tema, adjudica al referente, y analiza cada una de las ofertas, cual es la más conveniente.
La comisión propone y de allí pasa UNA AUTORIDAD EJECUTIVA que aprueba y aprueba la
compra y analiza cual es las condiciones y la comisión adjudica la oferta. .
El mecanismo es si hay razones diferentes.
LA CONTRATACIÓN DIRECTA
La selección por contratación directa se utilizará en los siguientes casos:
1. Cuando de acuerdo con la reglamentación no fuere posible aplicar otro procedimiento de
selección y el monto presunto del contrato no supere el máximo que fije la reglamentación.
2. La realización o adquisición de obras científicas, técnicas o artísticas cuya ejecución deba
confiarse a empresas, artistas o especialistas que sean los únicos que puedan llevarlas a cabo. Estas
contrataciones deberán establecer la responsabilidad propia y exclusiva del cocontratante, quien
actuará inexcusablemente sin relación de dependencia con el Estado Nacional.
3. La contratación de bienes o servicios cuya venta fuere exclusiva de quienes tengan
privilegio para ello o que sólo posea una determinada persona física o jurídica, siempre y
cuando no hubieren sustitutos convenientes. Cuando la contratación se fundamente en esta
disposición deberá quedar documentada en las actuaciones la constancia de tal exclusividad
mediante el informe técnico
correspondiente que así lo acredite. Para el caso de bienes, el fabricante exclusivo deberá presentar
la documentación que compruebe el privilegio de la venta del bien que elabora.
La marca no constituye de por sí causal de exclusividad, salvo que técnicamente se demuestre la
inexistencia de sustitutos convenientes.
4. Cuando una licitación o concurso hayan resultado desiertos o fracasaren se deberá efectuar
un segundo llamado, modificándose los Pliegos de Bases y Condiciones Particulares. Si éste
también resultare desierto o fracasare, podrá utilizarse el procedimiento de contratación directa
previsto en este inciso.
5. Cuando probadas razones de urgencia o emergencia que respondan a circunstancias
objetivas impidan la realización de otro procedimiento de selección en tiempo oportuno, lo cual
deberá ser debidamente acreditado en las respectivas actuaciones, y deberá ser aprobado por la
máxima autoridad de cada jurisdicción o entidad.
6. Cuando el PODER EJECUTIVO NACIONAL haya declarado secreta la operación contractual
por razones de seguridad o defensa nacional, facultad ésta excepcional e indelegable.
7. Cuando se trate de reparaciones de maquinarias, vehículos, equipos o motores cuyo
desarme, traslado o examen previo sea imprescindible para determinar la reparación necesaria
y resultare más oneroso en caso de adoptarse otro procedimiento de contratación. No podrá
utilizarse la contratación directa para las reparaciones comunes de mantenimiento de tales elementos.
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LA CONTRATACIÓN INFORMÁTICA. El decreto 1023/01 en su capítulo II, regula el régimen de
contrataciones públicas electrónicas, y establece que las contrataciones comprendidas en este
régimen podrán realizarse en formato digital firmado digitalmente, utilizando los procedimientos de
selección y las modalidades que correspondan. También podrán realizarse en formato digital firmado
digitalmente los contratos previstos en el artículo 5 de este decreto.
Las jurisdicciones y entidades comprendidas estarán obligadas a aceptar el envío de ofertas, la
presentación de informes, documentos, comunicaciones, impugnaciones y recursos relativos a los
procedimientos de contratación establecidos en este régimen, en formato digital firmado digitalmente,
conforme lo establezca la reglamentación. Se considerarán válidas las notificaciones en formato
digital firmado digitalmente, en los procedimientos regulados por el presente. Deberá considerarse
que los actos realizados en formato digital firmados digitalmente cumplen con los requisitos del
artículo 8° de la Ley N° 19.549, su modificatoria y normas reglamentarias, en los términos
establecidos en las disposiciones referentes al empleo de la firma digital en el Sector Público
Nacional, las que se aplicarán, en el caso de las contrataciones incluidas en los artículos 4° y 5° de
este régimen, aun a aquellos a ctos que produzcan efectos individuales en forma directa.
Los documentos digitales firmados digitalmente tendrán el mismo valor legal que los documentos en
soporte papel con firma manuscrita, y serán considerados como medio de prueba de la información
contenida en ellos. La reglamentación establecerá la regulación integral de las contrataciones públicas
electrónicas, en particular el régimen de publicidad y difusión, lo referente al proceso electrónico de
gestión de las contrataciones, los procedimientos de pago por medios electrónicos, las notificaciones
por vía electrónica, la automatización de los procedimientos, la digitalización de la documentación y el
expediente digital.
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BOLILLA 18. EL CONTENCIOSO ADMINISTRATIVO
SISTEMAS DE CONTROL DE LA ADMINISTRACIÓN
Cuando se establecen los repartos de competencia de los órganos de gobierno, es necesario
otorgarles a los mismos las atribuciones necesarias para que cumplan las misiones encomendadas, y
también hay que ESTABLECER LOS MECANISMOS DE CONTROL, para asegurar que los
mismos cumplan con sus obligaciones y evitar cualquier posible exceso en el manejo de la
cosa pública.
En este sentido, en el de los controles del actuar administrativo, existen 2 sistemas clásicos, que son
el francés por un lado, y el anglosajón por el otro.
1° de ellos, heredero directo de la Revolución Francesa, fundado en la desconfianza y el desprecio a
la actividad de los jueces, se basó en la existencia de un tribunal administrativo, al que llamo Consejo
de Estado, que tenía como competencia, el juzgamiento y control de la actividad administrativa, con
fuerza de verdad legal. El sistema francés, es un sistema de control interno de la actividad
administrativa, realizado por un órgano perteneciente a la administración y fuera de cualquier
posibilidad de control judicial. el sistema francés es interno, administrativo y se agota en el seno
de la misma administración pública,
2° sistema, de origen anglosajón, desconfía de la posibilidad de que sea la misma administración
quien controle su propia actividad, y sobre todo que pretenda constituirse en juez de sus propias
arbitrariedades o abusos. Excluye el control de la actividad administrativa de cualquier instancia
ejecutiva, y encomienda al órgano judicial esta tarea. el anglosajón es externo, realizado por otro
órgano de gobierno, el judicial.
En nuestro país, se ha adoptado el sistema anglosajón, en el que el órgano judicial es el que
controla la actividad administrativa, pero se admite la posibilidad de un control administrativo, siempre
que se encuentre habilitada en última instancia el control jurisdiccional.
Las provincias suelen establecer que el control administrativo se lleve a cabo por entidades a las que
se llama Tribunales de Cuentas, que también existieron en el orden nacional, hasta que la Ley 24156
de administración financiera y de sistemas de control del sector público nacional los derogara y
estableciera un doble sistema, en el cual la Sindicatura General de la Nación efectúa un control
interno, por tratarse de un órgano administrativo, y la Auditoria General de la Nación, realiza un control
externo, ya que es un organismo que actúa en el ámbito del Congreso Nacional, con facultades de
23
control de la actividad administrativa. En ambos casos, esta actividad administrativa, y lo que
mediante ellas se resuelva, se encuentra sujeta a la revisión judicial.
Lo cierto es que el Estado, como cualquier persona, tiene una personalidad única, con una doble
capacidad, que le permite actuar tanto en el campo del derecho público y del derecho privado.
El Decreto-ley 19549, mal llamado Ley Nacional de Procedimientos Administrativos regula un
procedimiento previo a la posibilidad de demandar judicialmente al Estado, consistente en el
obligatorio procedimiento de agotamiento de la instancia administrativa.
Desde esta perspectiva, 3 son los supuestos que se presentan en los conflictos de
competencia, en los que, mediante la vía del amparo o de la acción declarativa, los particulares
requieren la declaración de inconstitucionalidad de las normas aquí en examen.
1.- la pretensión se dirige contra el Estado Nacional exclusivamente, en su condición de
órgano emisor de las normas. En estos casos, es mi parecer que el juez que resulte
competente por la materia del pleito, según se desprenda de la exposición de los hechos de la
demanda y de la realidad jurídica, deberá analizar si se presenta un "caso" o "causa" de
carácter contencioso, toda vez que no se da tal situación cuando se procura la declaración
general y directa de inconstitucionalidad de las normas o de actos de otros poderes.
2.- se demanda a una de las entidades previstas en el art. 1º de las ley 25.587 o a una
de éstas con el Estado Nacional -como órgano emisor de las normas-, en una relación
jurídica entre particulares que se rige por el derecho privado. En estos casos, entiendo que
la causa corresponde a la competencia del fuero nacional en lo civil y comercial federal, por
aplicación de los arts. 1º y 6º de la ley 25.587.
3.- el pleito se entabla entre particulares (casos de mutuos hipotecarios o prendarios) o
contra éstos y el Estado Nacional -por su actividad legislativa- situaciones que se rigen por el
derecho común. En esos casos, al no presentarse alguno de los sujetos previstos en el art. 1º
de la ley 25.587, considero que las causas deben tramitar, por la materia sustancial en debate,
ante la justicia ordinaria de la Capital -que también es nacional-, en los fueros civil, comercial,
laboral, etc., según corresponda.
Conf. Art. 25.- EL PLAZO para demandar al Estado, es de 90 días hábiles judiciales ,
computados de la siguiente manera:
- no hay plazo si no contesta
No hay plazo si es la misma administración.
a) En los actos de alcance individual o general, desde que se notifique la denegatoria al
interesado.
b) Si se tratare de vías de hecho o de hechos administrativos, desde que ellos fueren
conocidos por el afectado.
c) Cuando estén previstos recursos jurisdiccionales como forma de impugnar la actividad
administrativa, el plazo será de 30 días desde la resolución denegatoria que resulta
impugnable por esta vía.
25
Conf. Art. 26.- LA DEMANDA CUANDO TENGA UNA NEGATORIA EXPRES CORRE EL
PLAZO DE 90 DIAS, EN CASO DE SILENCIO LA DEMANDA PUEDE INCIARSE EN CUALQUIER
TIEMPO.
Conf. Art. 27.- No habrá plazo para demandar en los casos en que el Estado fuera actor.
A – cuando es el Estado (la administración) quien impugna un ACTO adm – debe recurrir a la vía
judicial para que lo revoque, por eso no tiene plazo para iniciar la acción judicial porque no puede
agotar la etapa administrativa. La administración recurre/ejerce a la acción de lesividad.
RECLAMO – respuesta
No respuesta + 60 días
No contesta PRONTO DESPACHO – 30 días
IMPUGNAR
CIERRE GERARQUICO
DENEGATORIA
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Conf. Art. 31 El RECLAMO ADMINISTRATIVO (presentación a la máxima
autoridad) previo a que se refieren los artículos anteriores no será necesario si mediare una norma
expresa que así lo establezca y cuando:
a) Se tratare de repetir lo pagado al Estado en virtud de una ejecución o de repetir un gravamen
pagado indebidamente;
b) Se reclamare daños y perjuicios contra el Estado por responsabilidad extracontractual (Conf.
Art. 32).
plazo de 90 días hábiles administrativos (previo a la interposición de la demanda)
PRONTO DESAPACHO - 45 DIAS + 1 - 120 DIAS – RESOLUCION JURADA - Y 120 DIAS y 90 DIAS
Conf. Art. 32 – EXCEPCIONES – no presento un reclamo previo
a) cuando hay una norma expresa que así lo estipula
b) cuando se pago de manera errónea
c) cuando se reclama daños y perjuicios contra el estado por responsabilidad extracontractual.
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BOLILLA 19. MEDIDAS CAUTELARES Y TRÁMITE
Así como la Constitución Nacional le ha otorgado al órgano judicial de gobierno la
responsabilidad de resolver los conflictos que se puedan presentar entre los particulares y
la administración, delegando en el órgano legislativo la facultad de establecer las estructuras
judiciales y las normas por las cuales habrán de regirse, siempre respetando los principios
constitucionales
El procedimiento judicial para efectuar el tránsito que va desde la iniciación de la demanda hasta la
sentencia definitiva, necesita de un tiempo, en el cual las partes habrán de exponer sus pretensiones
y argumentos, la prueba de la que intentan valerse, etc., y es posible que en ese tiempo, ocurran o
puedan razonablemente ocurrir situaciones que hagan que la ejecución de la sentencia dictada sea de
imposible cumplimiento.
Estas situaciones pueden darse por la edad de las partes, por un estado de enfermedad, por la
posibilidad de que una prueba o un bien determinado puedan ser destruidos en el curso del
proceso, porque una conducta de una de las partes se torne irreparable (ej. Demolición de un
inmueble, destrucción de papeles, documentos o semovientes, etc), o muchas otras causas que
harían que cuando se dicte la sentencia judicial la misma solo constituya una declaración abstracta
que no pueda ser materializada por haber ocurrido algunos de los supuestos mencionados.
el legislador ha previsto en las normas adjetivas una figura que se conoce como MEDIDAS
CAUTELARES, son actos procesales que tienen como objetivo la protección
de bienes, personas o situaciones, en miras a su preservación, de manera tal
de hacer efectiva la decisión que se tome mediante la sentencia judicial. Este
tipo de medidas permiten materializar el principio de la tutela judicial efectiva,
se dictan inaudita parte por parte del juez de la causa, pudiendo ser
modificadas o sustituidas por otras medidas, siendo accesorias de una causa
principal.
LAS MEDIDAS CAUTELARES que se pueden dictar contra la Administración son las
siguientes:
a) embargo preventivo, ejecutivo o ejecutorio
b) secuestro,
c) intervención judicial,
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d) inhibición general y anotación de Litis,
e) prohibición de innovar,
f) obligación de innovar,
g) prohibición de contratar.
Sin perjuicio de la anterior enumeración, que prevé LAS MEDIDAS CAUTELARES TÍPICAS, también
existen LAS MEDIDAS CAUTELARES ATÍPICAS O INNOMINADAS, que se dan cuando alguien
tuviere fundado motivo para temer que durante el tiempo anterior al reconocimiento judicial de su
derecho, éste pudiere sufrir un perjuicio inminente o irreparable, y en tal caso podrá solicitar las
medidas urgentes que, según las circunstancias fueren más aptas para asegurar provisionalmente el
cumplimiento de la sentencia.
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Si el acto dictado ya hubiere comenzado a producir efectos, contará entonces el particular con otra
herramienta procesal, consistente en una medida cautelar positiva, a la que se denomina medida
innovativa, a los efectos de que se ordene a la autoridad administrativa que realice una conducta
determinada, a diferencia de la medida negativa o medida de no innovar antes referida.
Finalmente, queda otra medida más, que permite equilibrar los derechos de los particulares con los de
la administración, y que se da mediante la LEY DE AMPARO, en la que se requiere a la autoridad
judicial que dicte una medida cautelar en el sentido antes indicado ( Conf. Ley 16986. Ley de
Amparo).
como existen presunciones en favor de la autoridad pública, también existen presunciones en
favor de los particulares, y una de las principales, es la que sostiene que el derecho administrativo en
general, ha sido concebido y estructurado para proteger a los particulares frente a los posibles
excesos de la autoridad pública, y por lo tanto, en las normas de fondo como en las de procedimiento,
la interpretación debe ser siempre en favor de los particulares, que gozan de esta presunción in
dubio pro particularis.
LA NOTIFICACIÓN DE LA DEMANDA. LA LEY 25.344 Y LA COMUNICACIÓN A LA
PROCURACIÓN DEL TESORO.
La DEMANDA CONTRA EL ESTADO será deducida conforme a las formalidades que establece el
Código Procesal. El actor puede modificarla antes de que sea notificada, pudiendo ampliar la cuantía
de lo reclamado si antes de la sentencia vencieren nuevos plazos o cuotas de la misma obligación.
Se considerarán comunes a la ampliación los trámites que la hayan precedido y se sustanciará
únicamente con un traslado a la otra parte.
Cuando procediere el fuero federal por razón de la nacionalidad o del domicilio de las personas, el
demandante deberá presentar con la demanda documentos o informaciones que acrediten aquella
circunstancia.
Presentada la demanda en la forma prescripta, el juez dará traslado de ella al demandado para
que comparezca y la conteste dentro de 15 días. Cuando la parte demandada fuere la Nación, una
provincia o una municipalidad, el plazo para comparecer y contestar la demanda será de 60 días.
La Procuración del Tesoro de la Nación tendrá un plazo de veinte (20) días a partir de la
notificación para tomar la intervención que ella considere pertinente, vencido el cual se reanudarán
los términos procesales.
En materia previsional de amparo y procesos sumarísimos el plazo será de cinco (5) días.
La comunicación indicada es por medio de oficio, o a través del formulario que apruebe la
reglamentación o por carta documento u otro medio fehaciente En todos los casos el instrumento
deberá ser conformado por el tribunal interviniente mediante la imposición del sello respectivo. Será
nula de nulidad absoluta e insanable cualquier comunicación que carezca de los requisitos
anteriormente establecidos o contenga información incorrecta o falsa.
La Procuración del Tesoro de la Nación deberá mantener actualizado el registro de los juicios
del Estado. Para los juicios que se inicien a partir de la presente ley, regirá lo mismo.
En todos los casos, promovida una acción contra los organismos mencionados, cualquiera sea la
jurisdicción que corresponda, se remitirá por oficio a la Procuración del Tesoro de la Nación:
A - copia de la demanda, con toda la prueba documental acompañada y se procederá,
cumplido este acto,
B - a dar vista al fiscal, para que se expida acerca de la procedencia y competencia del tribunal.
C - Admitido el curso de la acción, se correrá traslado por el plazo de treinta (30) días o el mayor que
corresponda, para que se opongan todas las defensas y excepciones dentro del plazo para contestar
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la demanda. El traslado se efectuará por oficio dirigido al Ministerio, Secretaría de la
Presidencia de la Nación o entidad autárquica pertinente.
D - Cuando la notificación se cursara a Ministerio o Secretaría de la Presidencia diversa al que legal
mente corresponde, los plazos de contestación sólo comenzarán a correr desde la efectiva recepción
del oficio por el organismo competente, acreditada mediante el sello de su mesa de entradas.
En las causas que no fuera menester la habilitación de la instancia, se cursará de igual forma y
manera la notificación a la Procuración del Tesoro de la Nación con una anticipación no menor de
treinta (30) días hábiles judiciales al traslado de la demanda que se curse al organismo pertinente.
Una vez que se ha dictado la sentencia definitiva, el juez pierde la competencia para modificarla o
sustituirla, salvo para hacer aclaraciones de oficio para subsanar algún error material u omisión,
sin alterar la sustancia de lo decidido (antes de notificar a las partes), o bien hacer aclaratorias
luego de notificada la sentencia a pedido de parte.
Firme entonces la SENTENCIA DEFINITIVA, hace cosa juzgada, la cual puede ser analizada
desde un punto de vista formal o procesal y también desde un punto de vista material.
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Desde el PUNTO DE VISTA MATERIAL se refiere a la imposibilidad de modificar la decisión
plasmada en la sentencia en la que se ha aplicado una norma de orden sustancial.
La cosa juzgada en sentido material es la verdad legal, definitiva que no puede ser alterada, que le
da certeza a las cosas y al derecho. La cosa juzgada se da tanto respecto del objeto de la decisión, es
decir del asunto resuelto, como de los aspectos subjetivos de la misma, que comprende a las
personas involucradas en la decisión, que se benefician o perjudican sine die, respecto de lo decidido
en la sentencia y que al quedar firme hizo cosa juzgada procesal y material.
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Esta Ley prevé que la Corte Suprema conocerá de los recursos que se deduzcan contra las
resoluciones definitivas de los jueces en los casos a que se refiere la presente ley, según el
procedimiento señalado para la tramitación de las apelaciones concedidas libremente, y que los
jueces letrados de los Territorios nacionales elevarán en consulta, ante la Suprema Corte, aun cuando
no se interponga apelación, todas las sentencias definitivas que pronuncien en los casos
comprendidos en la misma ley. Finalmente, y en lo que aquí interesa, las decisiones que se
pronuncien en estos juicios, cuando sean condenatorias contra la Nación, tendrán carácter
meramente declaratorio, limitándose al simple reconocimiento del derecho que se pretenda.
Que la ley estableciera el carácter declarativo de las sentencias condenatorias contra la
Nación, planteaba algunas dudas respecto de la ejecutoriedad de la misma, y en tal caso, de
que manera se podría exigir el cumplimiento de ella.
La Corte Suprema de Justicia de la Nación, aclaró el alcance del artículo 7 de la Ley 3952 (Carácter
declarativo de las sentencias contra la Nación), al resolver la cuestión en el Fallo “Pietranera Josefa
y otros c/ Estado Nacional”, en fecha 7 de septiembre de 1966. A partir de entonces quedó aclarado
que el carácter declarativo de las sentencias contra la Nación, es relativo, y solo implica que no tienen
una ejecutoriedad propia del derecho privado, sino que se deberá cumplir o informar el modo de
cumplimiento de la misma, bajo apercibimiento de establecerse judicialmente.
La Ley 23.982 de agosto de 1991, sobre consolidación de Deudas del Estado Nacional,
introduce mediante su artículo 22 un procedimiento mediante el cual se pretende asegurar el
cumplimiento de las sentencias dictadas contra el Estado Nacional, obligando a presupuestar (incluir
en la Ley de Presupuesto) los créditos que tuvieran los particulares como consecuencia de reclamos o
juicios favorables y firmes.
Dice este artículo, que a partir de la entrada en vigencia de la ley, el Poder Ejecutivo nacional
deberá comunicar al Congreso de la Nación todos los reconocimientos administrativos o
judiciales firmes de obligaciones de causa o título posterior al 1 de abril de 1991 que
carezcan de créditos presupuestarios para su cancelación en la ley de presupuesto del
año siguiente al del reconocimiento.
El acreedor estará legitimado para solicitar la ejecución judicial de su crédito a partir de la clausura
del período de sesiones ordinario del Congreso de la Nación en el que debería haberse tratado la ley
de presupuesto que contuviese el crédito presupuestario respectivo.
No solamente se vela por la inclusión del crédito en el Presupuesto, sino que se legitima al acreedor
para solicitar la ejecución judicial de su crédito, a partir de la clausura del período de sesiones
ordinario del Congreso de la Nación en el que debería haberse tratado la ley de presupuesto que
contuviese el crédito presupuestario respectivo.
El 19 de octubre del año 2000 se sancionó la Ley Nro. 25344, que declaró la
EMERGENCIA ECONOMICO-FINANCIERA del Estado Nacional , estableciendo que
en todos los juicios deducidos contra organismos de la administración pública nacional centralizada y
descentralizada, entidades autárquicas, obras sociales del sector público, bancos y entidades
financieras oficiales, fuerzas armadas y de seguridad, sociedades anónimas con participación estatal
mayoritaria, sociedades de economía mixta, servicios de cuentas especiales, y todo otro ente en que
el Estado nacional o sus entes descentralizados posean participación total o mayoritaria de capital o
en la conformación de las decisiones societarias se suspenderán los plazos procesales hasta que el
tribunal de oficio o la parte actora o su letrado comuniquen a la Procuración del Tesoro de la Nación
su existencia, carátula, número de expediente, radicación, organismo interviniente, estado procesal y
monto pretendido, determinado o a determinar.
Establece la ley que en los casos de deuda consolidada, los pedidos de informes o requerimientos
judiciales respecto al plazo en que se cumplirá cualquier obligación alcanzada por la consolidación
dispuesta en la ley serán respondidos por el Poder Ejecutivo o cualquier ente deudor de
obligaciones alcanzadas por la consolidación indicando que tales obligaciones quedarán
sujetas a los recursos que anualmente contenga la Ley de Presupuesto de la Administración
Nacional, para hacer frente al pasivo consolidado al 31 de diciembre de 1999, en un plazo
máximo de dieciséis (16) años para las obligaciones generales y de diez (10) años para las
obligaciones previsionales originadas en el régimen general. Un verdadero retroceso, y un
incumplimiento mas de las obligaciones del gobierno para con los ciudadanos. La deuda interna
siempre es la que primero se deja de pagar y son los particulares los que sufren sus
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consecuencias, motivada por la irresponsabilidad, cuanto menos, de los que tienen obligaciones
públicas.
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BOLILLA 21: RESPONSABILIDAD DEL ESTADO
EVOLUCIÓN HISTÓRICA DE LA RESPONSABILIDAD DEL ESTADO. ELABORACIÓN
JURISPRUDENCIAL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA NACIÓN:
Existe un principio general del derecho que indica que todo aquel que produce un daño debe
indemnizarlo, sea que se trate de personas físicas o jurídicas (entre las cuales se encuentra el
gobierno).
Esto que puede parecer algo que se desprende del sentido común y que no podría ser de otra
manera, no siempre ha sido así, ya que el régimen de responsabilidad del gobierno, como
representante del Estado, se ha modificado con el tiempo, y aún se encuentra incompleto, por lo que
es de esperar que esa evolución continúe y tanto la legislación como la jurisprudencia realicen su
labor, para conseguir que este tema se encauce y formule con criterios de justicia y equidad.
Cuando el gobierno actúa en nombre del Estado, interviene tanto en el campo de lo precontractual,
lo contractual y lo extracontractual, y tal como sus nombres lo dicen, se derivan consecuencias
diferentes, según que las conductas realizadas u omitidas, lo hayan sido en forma previa a la
realización de un contrato, en el curso del mismo, o que no haya habido contrato alguno y el accionar
se haya producido en materia extracontractual.
Para el caso de la responsabilidad contractual, deberá estarse a la ley general en materia de
contrataciones administrativas, y por supuesto al régimen que se haya establecido en las normas del
contrato en particular.
En materia de responsabilidad extracontractual, al no haber cláusulas contractuales – por ausencia
de contrato – el régimen aplicable surgirá entonces de la ley del Parlamento, que establezca el
régimen general en materia de responsabilidad por actividad extracontractual, o bien de las leyes
particulares que fije el Congreso, y del que surjan perjuicios indemnizables y su correspondiente
obligación de compensar al mismo, como se da en el caso de las leyes de expropiaciones, que
establecen que las mismas, al afectar el derecho de propiedad individual, debe ser justa y
previamente indemnizada.
A nivel nacional no existe una ley general que establezca el régimen de responsabilidad
extracontractual, lo que dificulta seriamente el análisis de esta cuestión, ya que al tratarse de una
cuestión que limita o restringe derechos individuales, solamente puede ser establecida por ley formal.
Esta ausencia normativa fue suplida parcialmente por la actividad doctrinaria y jurisprudencial, que al
tener que resolver situaciones derivadas de esta responsabilidad tuvo que elaborar soluciones de los
principios generales del derecho o bien aplicando las normas del derecho privado existentes.
Hay que reconocer que desde los inicios de la organización Institucional, tanto la doctrina como lo
jurisprudencia se caracterizaron por ser remisos a la posibilidad de admitir el deber de indemnizar de
los órganos del Estado cuando ocasionaba daños a los particulares. Las interpretaciones que se
hacían de las normas existentes, siempre eran conservadoras y negatorias de la posibilidad de
obtener una reparación por su accionar dañoso. Por ese entonces, los iuspublicistas y los
funcionarios judiciales, tenían al derecho francés como un faro de inspiración y aceptaban su
ordenamiento jurídico como una verdad indiscutible.
Lamentablemente, la historia y realidad del derecho francés nada tenía que ver ni con la historia ni
con la realidad argentina. Francia logró revolución mediante, despojarse de una monarquía tiránica y
absolutista, y en su lugar, Napoleón Bonaparte, tal vez, más absolutista que la misma monarquía, se
aseguró con el dictado del Código Civil Frances y una serie de normas dictadas, trasladar hacia sí y
su gobierno, los mismos privilegios y excesos de la monarquía, pero ya perfeccionados, estableciendo
un sistema mediante el cual la actividad administrativa quedaba fuera del control judicial,
convirtiéndose en actor y juez de su propio accionar.
Nuestros doctrinarios y magistrados, reflejados en aquel derecho europeo, desestimaban cualquier
posibilidad de admitir que el gobernó pudiera ocasionar daños, y aun cuando lo hiciera, los mismos no
debían ser reparados económicamente.
Estaba muy arraigada la idea francesa de que el monarca no puede dañar a sus súbditos, y en caso
de que lo hiciera, los mismos estaban obligados a soportarlo. Un mal entendido concepto de
soberanía, les hacía decir que el Estado como entidad suprema, tenía entre sus atributos a la
soberanía irrestricta, que comprende un poder absoluto por encima de los intereses individuales, lo
que implicaba aceptar el despotismo, la impunidad y la falta de responsabilidad del gobierno por su
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accionar dañoso. Si bien la Constitución de 1853/60 en su artículo 97 determinaba la
competencia de los tribunales nacionales en las causas en las que el Estado fuera parte, la
doctrina conservadora se ocupó rápidamente de interpretar que ello no implicaba la posibilidad
de llevar al Estado a juicio, sino que en realidad, se trataba de aquellos casos en los que el
Estado actuara como actor.
En 1864 la Corte Suprema de Justicia de la Nación, en el fallo “Seste Vicente y Seguich Antonio c/
Gobierno Nacional” sostuvo que “es uno de los atributos de la soberanía, reconocido universalmente,
que quien la inviste no puede ser arrastrado a tribunales de otro fuero, sin su expreso cons entimiento
por particulares a responder de sus actos” (Fallos 1:317). Al año siguiente ( 1865), en los casos
“Domingo Mendoza” (Fallos 1:485) y “Juan Carlos Gomez” ((Fallos 2:36), determinó que el Poder
Judicial carecía de jurisdicción respecto de la Nación y que el Congreso Nacional debe decidir estas
cuestiones, por estar facultado por la Constitución Nacional para arreglar el pago de la deuda pública.
En 1871 por Ley 475 y 1874 por Ley 675 se autoriza a los reclamantes para entablar juicio a la Nación
en procura del reconocimiento de sus derechos, originando así un instituto al que se llamó “Venia
Legislativa”, como requisito previo de demandas contra el Estado.
En 1872, la Corte Suprema en el caso “Don Anselmo Nuñez (Fallos 12:227), declaró que para poder
demandar al Estado, se requiere el consentimiento expreso del Poder Ejecutivo.
Recién en 1880, en los autos “Carranza y Cía” Fallos 22:385 se establece como criterio que el Poder
Judicial tendrá jurisdicción en las demandas que se entablen contra la Nación, siempre que haya una
previa venia o autorización legislativa para que el Estado sea llevado a juicio.
En 1900, se sanciona la ley 3952 de demandas contra la Nación, que habilitaría a llevar a la misma a
juicio, sin venia legislativa, reemplazando a la misma con un reclamo administrativo previo.
Fueron necesarios 32 años para que estas ideas maduraran y se acepte la libre demandabilidad
(previo reclamo administrativo), que llegó de la mano de la Ley 11634, que aclaró los alcances de la
Ley 3952 de demandas contra la Nación, suprimiendo el requisito de la Venia legislativa y
manteniendo el reclamo administrativo previo genérico para la actuación estatal tanto del campo del
derecho público como privado.
Así se fue pasando de un régimen de irresponsabilidad absoluta del gobierno, a un régimen de
responsabilidad parcial, hasta aceptarse la responsabilidad plena, con algunas restricciones, que
fueron cambiando con el tiempo, pero que aún resulta insuficiente y perfectible. No obstante ello hay
que reconocer que la evolución judicial – con todos sus defectos- ha sido notablemente superior a la
legislativa, que en este tema tiene una deuda pendiente, al no haber sancionado una ley que regule el
régimen general de responsabilidad extracontractual.. La Corte Suprema de Justicia de la Nación, ha
tenido diferentes criterios en este tema, pasando desde el primigenio que sostenía en concordancia
con algunos importantes doctrinarios, la total irresponsabilidad estatal, dado el carácter soberano de
sus decisiones, y por lo tanto insusceptibles de revisión judicial.
El antiguo artículo 43 del Código Civil establecía la prohibición de ejercer acciones criminales o
civiles sobre indemnización contra personas jurídicas y el artículo 1071 de la misma norma,
señalaba que el ejercicio regular de un derecho propio o el cumplimiento de una obligación legal no
puede constituir como ilícito ningún acto, y esta combinación fue la herramienta que permitió a
muchos desestimar la posibilidad de imputar patrimonialmente al gobierno sus actos dañosos, lo que
hacía que fuera muy difícil demandar al gobierno, y mucho mas obtener una reparación económica
por un daño causado por el mismo.
Recién en el año 1933, la Corte Suprema de Justicia en el fallo “ Tomás Devoto SA c. Gobierno
Nacional” (CSJN 169:11), modificar esta línea de pensamiento, y se condenó a la demandada a
indemnizar el daño producido a la empresa Tomás Devoto, como consecuencia de un incendio
provocado por el actuar irresponsable y negligente de agentes estatales de la empresa de Correos y
Telégrafos, que en un descuido, las cenizas de un brasero encendido, provocaron un incendio en el
campo de la Empresa Tomas Devoto. En esta primera etapa, la Corte Suprema hizo aplicación de las
normas del Código Civil para resolver esta situación, en particular los arts. 1109 y 1113 del C.C.,
admitiendo la responsabilidad como consecuencia de un comportamiento ilícito de empleados
públicos. Para la Corte Suprema se trataba de un supuesto de responsabilidad indirecta, por el actuar
de los dependientes, y basado en la culpa de los mismos. Dijo la Corte que en nada influye para
definir la responsabilidad del Estado por el desempeño negligente de sus empleados, que aquéllos,
en el caso de autos, no hayan procedido intencionalmente, o que la causa generadora del incendio
sea casual, desde que la casualidad sólo puede equipararse al caso fortuito, en cuanto en ambas
circunstancias ocurren sucesos que no han podido preverse ni evitarse (art. 514 del Código Civil).
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Pero el estrago de autos ha podido ser previsto y evitado desde que él ha ocurrido por falta de
atención de los agentes del Gobierno y en tanto éstos ejecutaban trabajos bajo su dependencia
(reparación de una línea telegráfica nacional). Esta Corte ha dicho en casos análogos, que el incendio
como acto reprobado por la ley, impone al que lo ocasiona por culpa o negligencia, la obligación de
reparar los daños ocasionados a terceros, extendiéndose esa responsabilidad, a la persona bajo cuya
dependencia se encuentra el autor del daño o por las cosas de que se sirve o que tiene a su cuidado
(arts. 1109 y 1113 del Código Civil; t. 129, p. 306; t. 130, p. 143; t. 146, p. 249).
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En esta segunda etapa, la Corte aplicó los artículos 1113 y 1112, sin hacer referencia al artículo
1109, tal como lo había hecho en “Tomás Devoto”, y agregó en este caso el artículo 1112.
Finalmente, en el caso “Vadell, Jorge F. c. Provincia de Buenos Aires” (LL 1985-B-3), de diciembre del
año 1984, la parte actora demanda a la Provincia de Buenos Aires en virtud de perjuicios sufridos en
una operación inmobiliaria como consecuencia de informes registrales erróneos e intervención de
escribanos, a los que la actora califica de funcionarios públicos dependientes del estado provincial.
Dijo la Corte entonces que las consideraciones precedentes demuestran la responsabilidad de la
provincia toda vez que el Registro de la Propiedad, al incurrir en las omisiones señaladas, cumplió de
manera defectuosa las funciones que le son propias y que atienden, sustancialmente, a otorgar un
conocimiento cabal de las condiciones de dominio de los inmuebles, agregando que "quien contrae la
obligación de prestar un servicio lo debe realizar en condiciones adecuadas para llenar el fin para el
que ha sido establecido, siendo responsable de los perjuicios que causare su incumplimiento o su
irregular ejecución." Esa idea objetiva de la falta de servicio encuentra fundamento en la aplicación
por vía analógica del art. 1112 del Cód. Civil que establece un régimen de responsabilidad "por los
hechos y las omisiones de los funcionarios públicos en el ejercicio de sus funciones, por no cumplir
sino de una manera irregular las obligaciones legales que les están impuestas". Abandonó así la
Corte, la idea de la responsabilidad indirecta del artículo 1113, diciendo que no se trata de una
responsabilidad indirecta la que en el caso se compromete, toda vez que la actividad de los órganos o
funcionarios del Estado realizada para el desenvolvimiento de los fines de las entidades de las que
dependen, ha de ser considerada propia de éstas, que deben responder de modo principal y directo
por sus consecuencias dañosas. Se pasa así a la etapa actual de la jurisprudencia de la Corte
Suprema, sobre responsabilidad extracontractual , donde se establece la responsabilidad directa por
falta o deficiente prestación de servicio, conforme al artículo 1112 del CC, que dice: “Los hechos y las
omisiones de los funcionarios públicos en el ejercicio de sus funciones, por no cumplir sino de una
manera irregular las obligaciones legales que les están impuestas, son comprendidos en las
disposiciones de este título”.
De esta manera se dan cuatro etapas en materia de jurisprudencia de la Corte Suprema de Justicia
de la Nación: 1) Fallo Seste y Seguich- Irresponsabilidad absoluta del Estado, 2) Fallo Devoto-
responsabilidad indirectaarts. 1109-1113 CC; 3) Fallo Ferrocarril Oeste- Responsabilidad mixta- arts.
1112-1113 CC, y 4) Fallo Vadell- responsabilidad directa- art. 1112 CC.-
Estas cuestiones han sido resueltas aplicando normas del derecho privado (Código Civil), pero
también existen principios del derecho público y del derecho en general que permiten justificar y
encontrar respuesta a la indemnización debida al dañado, como son el de la igualdad en las cargas
públicas, el del sacrificio especial, la garantía del derecho de propiedad, de los derechos adquiridos,
de la equidad y del estado de derecho.
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provincias por medio de sus legislaturas lo harán respecto de los gobiernos provinciales, y la Ciudad
de Buenos Aires, a partir del año 1994, por mandato del artículo 129 de la Constitución Nacional, a
través de su legislatura, hará lo propio en relación a la responsabilidad del gobierno local.
Por el principio de jerarquía normativa del artículo 31 de la Constitución Nacional, la Constitución,
los tratados internacionales y las leyes federales son la ley suprema para todos los órdenes.
Las leyes comunes dictadas por la Nación, las provincias o la Ciudad de Buenos Aires, son de
aplicación en cada uno de estos ámbitos. Por ejemplo, las normas sobre responsabilidad de los
funcionarios establecidas en el Código Civil, están referidas a los funcionarios de la Administración
Nacional, en tanto que los funcionarios provinciales o de la Ciudad de Buenos Aires, se encuentran
excluidos , debiendo regirse por las normas de sus propias legislaturas.
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