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Reseñas
El presente libro es sin duda un aporte. riormente por medio de elementos teórico/
Navega por las aguas turbulentas del pensa- conceptuales claros y precisos, el segundo se
miento crítico moderno, articulando teoría funda en la riqueza de casos de estudio que
y práctica sobre un telón de fondo que cada se amparan en dichos ejes tensionándolos, de
vez se torna más urgente: la relación natu- una manera diversa y persuasiva.
raleza/sociedad. De esta manera, y desde el
confín de la tierra, este libro es capaz de ana- Naturaleza
lizar de forma crítica dicha relación respon-
diendo, a ratos implícitamente, a la necesi- Reconocer que la naturaleza es “produci-
dad epistemológica de descolonizar el saber. da tanto discursiva como materialmente por
Así, indagando en una ecología política “ter- medio de procesos sociales” (p. 22) surge
cermundista”, es capaz de dar vida a modos ya como un mantra en la ecología política y
alternativos de pensar, que se maniÞestan en este libro así lo deÞne. En esta línea, no solo
la reßexión crítica de académicos (tanto chi-
da cuenta de la perspectiva posestructura-
lenos como foráneos) que han visto en Chile
lista donde discursos y narrativas marcan el
las consecuencias de un proyecto ambiental
análisis obviando fronteras entre naturaleza
neoliberal que mercantiliza la naturaleza.1
y cultura, sino que también reßexiona sobre
la producción social de la naturaleza –desde
La aproximación conceptual de este libro
una óptica postmarxista– asumiendo el prin-
se estructura en torno a cuatro ejes clave:
cipio básico de que “la naturaleza separada
“naturaleza, propiedad, conocimiento y
de la sociedad no tiene sentido” (p. 25). De
poder”. Sin necesidad de jerarquías ni com-
paraciones, estos conceptos logran articular esta manera, ideas posestructuralistas y es-
las principales contribuciones de la ecología tructuralistas se funden en este libro “desna-
política desde la década de 1970 a la fecha, turalizando la naturaleza” para dar respuesta
y permiten afrontar –a mi juicio– su “talón a interrogantes tan relevantes para el devenir
de Aquiles”: ofrecer un enfoque con límites de nuestro país (y de la región), asociadas a
claros. Así, este libro presenta dos aciertos. identiÞ car quiénes son los dominadores de
Mientras el primero radica en su capacidad los imaginarios sobre naturaleza a los cuales
de analizar los cuatro ejes señalados ante- estamos expuestos, así como a reßexionar en
torno al tipo de naturaleza que como socie-
dad neoliberal hemos producido.
de Rozzi, donde ambos desde distintos enfo- tre personas con respecto a los objetos apro-
ques y aproximaciones dan cuenta de la ne- piados (…) [además de] (…) “estar facultada
cesidad de crear nuevos lenguajes y códigos jurídicamente para hacer valer sus pretensio-
que permitan armonizar la relación entre la nes de uso y beneÞcio sobre dicho objeto”
naturaleza y las sociedades. En especíÞco, el (p. 28). Esto, en términos prácticos ha condi-
capítulo “Involucramientos globales del bos- cionado fuertemente la gestión ambiental, al
que, incluso en el Þn del mundo” de Ogden entenderse a la propiedad privada como una
y Holmes da cuenta de cómo la naturaleza solución natural frente a la desidia de la pro-
emerge de “ensamblajes socioecológicos que piedad colectiva. Este libro así lo declara asu-
se construyen a través de articulaciones glo- miendo que dicho entendimiento responde ya
bales y de la política global” (p. 64), redeÞ- sea a un error epistemológico o a un proyecto
niendo y condicionando su devenir. Tierra del político, ambos embebidos de dinámicas de
Fuego, a pesar de su lejanía y “salvajismo” se poder y segregación. De esta forma, este li-
muestra como un territorio preso de tensiones bro nos invita a asumir que la propiedad, en
políticas disímiles –tal como se observa en tanto derecho, es miope en su capacidad de
los bosques del Parque Natural Karukinka– analizar las relaciones de poder en torno a
que van desde el antagonismo entre la “ló- la naturaleza, y profundiza en la importancia
gica especulativa” del capitalismo neoliberal de extender el estudio de propiedad en tanto
y el reconocimiento sagrado de los bosques; acceso, invitándonos a reßexionar sobre los
hasta las contradicciones de un Estado que contextos en los cuales se aplican dichos
otorga libertades y restricciones sobre la na- derechos o sobre quienes son los ganadores y
turaleza, sin una secuencia lógica clara. perdedores de dicha aplicación.
En esta línea, “Ética biocultural: una Así, la propiedad es abordada como una
ampliación del ámbito socioecológico para herramienta de gobernanza ambiental no
transitar desde la homogeneización biocul- exenta de contradicciones. La definición
tural hacia la conservación biocultural” de de los recursos naturales en el Código Civil
Rozzi reposiciona y redeÞne la importancia como un “bien nacional de uso público”
de la dimensión ética. En contraste con las y la asignación de derechos de propiedad
éticas deontológicas y utilitaristas, ambiental privados sobre dichos recursos surge como
anglosajona, y moderna; promueve la ética un elemento de tensión central, el cual es
biocultural como un paradigma que “deman- retratado claramente por Tecklin y Prieto en
da un diálogo intercultural” (p. 91) acoplando este libro tanto en los derechos asociados a
hábitos humanos con hábitats, e incluyendo la acuicultura industrial, la pesca artesanal
interrelaciones con las comunidades de coha- y las organizaciones indígenas; como en los
bitantes (otras especies animales y vegetales). derechos de agua, respectivamente. Por una
Así, por medio de una reßexión crítica sobre parte, “La apropiación del litoral de Chile: la
la migración rural-urbana, la homogenei- ecología política de los derechos privados en
zación lingüística y el reduccionismo que torno al mayor recurso público del país” de
presenta la Þlosofía en la actualidad, Rozzi Tecklin es un esfuerzo por demostrar cómo
da cuenta de la urgencia de un cambio epis- la explotación de recursos naturales en las
temológico. Esto, a través de un nuevo enfo- costas chilenas se ha distribuido de manera
que metodológico –denominado la Þlosofía desigual. Mediante un análisis de la pro-
ambiental del campo (FILAC)– que permita pertización –entendida como la “creación
un tránsito desde una homogenización bio- y asignación de derechos de propiedad” (p.
cultural hacia una conservación biocultural. 122)– utiliza elementos de la ecología polí-
tica como territorialización, la tensión entre
Propiedad autoridad y derechos de propiedad, y el rol
de los imaginarios geográÞcos para cuestio-
El asumir que la propiedad es un dere- nar el control y el poder que se esconde tras
cho y no una cosa es clave no solo para este la gobernanza ambiental. En concreto, realiza
libro, sino que también para comprender el un análisis crítico de cómo el borde costero-
alcance que dicha distinción tiene en nuestro marino chileno posee un administración bu-
país. De esta distinción subyace que la pro- rocrática, incierta y desigual.
piedad es capaz de establecer “relaciones en-
BEATRIZ BUSTOS, MANUEL PRIETO Y JONATHAN BARTON. ECOLOGÍA POLÍTICA EN CHILE: NATURALEZA, 235
PROPIEDAD, CONOCIMIENTO Y PODER.
Por otra parte, la reflexión crítica que veda y Sundberg como Bustos son capaces
tiene Prieto en el capítulo “La ecología (a) de cuestionar la veracidad del conocimiento
política del modelo de aguas chileno” per- cientíÞ co dando cuenta de su relatividad y
mite desmitificar el carácter apolítico de amparo bajo el poder. En concreto, y a través
dicho modelo de gestión, rompiendo con la de una crítica a los alcances ontológicos de
idea neoclásica de que el mercado puede ser la ecología política, Sepúlveda y Sundberg en
observado “como un fenómeno guiado por el capítulo “Apertura ontológica, multiplici-
leyes naturales, universales y neutrales” (p. dad y performación: explotando una agenda
147). Así, da cuenta cómo la catalaxia [orden posthumanista en ecología política a partir
espontáneo del mercado] valida inequidades del desastre del río Cruces en Valdivia” pro-
al momento de valorizar el agua y de deter- mueven una “apertura ontológica” argumen-
minar el destino de sus ßujos bajo un imagi- tando que “la realidad descrita por teorías
nario de neutralidad que no es tal. En efecto, y hechos cientíÞcos no es algo exterior (…)
y aquí radica el principal aporte de Prieto, la sino el resultado material –la fabricación o
ecología política surge como un lente capaz performación– de mundos” (p.168). En esta
de desenmascarar dicho error epistemológico línea, critican la singularidad ontológica de
al dar cuenta de sus consecuencia materiales la ecología política al tratar de manera in-
tanto ambientales como sociales. A través ternamente homogénea “lo natural” y “lo no
de un repaso por el modelo de gestión hi- humano”, y al presentar como “perspectivas”
droeléctrico y de los mercados de agua en el de “la” realidad a las formas no modernas
desierto de Atacama, este capítulo da cuenta de conocimiento. En concreto, a través del
cómo el modelo de agua en Chile instrumen- desastre del río Cruces, ambas autoras argu-
taliza la naturaleza anclado en derechos de mentan la forma como dicho desastre abrió
propiedad que aseguran y perpetúan la ex- las ‘cajas negras’ del conocimiento cientíÞco
pansión del modelo capitalista. fracturando ontológicamente no solo dicho
conocimiento sino que la institucionalidad
Conocimiento ambiental en su totalidad.