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Los pasos perdidos de PPK

Por Diario UNO el diciembre 22, 2017




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Escribo estas líneas cuando el debate sobre la vacancia presidencial sigue y va para largo.
A tal altura, nadie puede asegurar cuál va a ser el voto final. El presidente Pedro Pablo
Kuczynski no ha desmentido que haya obtenido utilidades de contratos con Odebrecht a
través de una empresa de su propiedad. Ha tenido, sin embargo, tono de indignación en
defensa de su honor y de su nombre, que lleva el sello de ese gran peruanista, amigo de
los indios, que fue su padre, Máxim Kuczynski.

He ahí una muestra de lo ambiguo que pueden ser las palabras de la ley. Cualquiera sea
el resultado del debate, sería buena la prudencia en su enunciado y definición.

La defensa de Alberto Borea, cuya finalidad no comparto, me hizo recordar épocas en que
el Congreso solía ser escenario de grandes oradores, juristas, aparte de hombres de
cultura. Borea evocó a Raúl Porras, Luis Alberto Sánchez, Héctor Cornejo Chávez, Carlos
Malpica. Especie en extinción o ya extinta.

Estamos ante un acto de suspenso. En el caso de aprobación de la vacancia, se abre un


capítulo dramático. Se produciría lo previsto en el artículo 115 de la Constitución:

“Por impedimento temporal o permanente del Presidente de la República, asume sus


funciones el Primer Vicepresidente. En defecto de éste, el Segundo Vicepresidente. Por
impedimento de ambos, el Presidente del Congreso. Si el impedimento es permanente, el
Presidente del Congreso convoca de inmediato a elecciones”.

Kuczynski ha dado a entender que si lo vacan, sus dos vicepresidentes renunciarían al


cargo. Vendrían entonces otras batallas: para que el Congreso acepte las renuncias y, en
el caso de la convocatoria a elecciones previsto por el artículo 115, la lid se daría en un
escenario muy enredado, pues en el ánimo público asoma un voto contra todos los actores
de la política: el grito “que se vayan todos” palpita en el corazón ciudadano.

Por ahora, nada se puede asegurar. En casi todas las bancadas hay discrepancias
internas. Los más nerviosos parecen los fujimoristas, que disfrutaban de una mayoría
abusiva y prepotente, y que saben que no van a repetir el plato.

Más allá del voto sobre PPK, lo que ha quedado claro es que él representa un sistema,
una casta, una ideología que en sí mismos ostentan incapacidad moral permanente.
Fantasmas de la ópera bufa
Por Diario UNO el diciembre 21, 2017


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José Chlimper, secretario general del partido fujimorista Fuerza Popular, aparece en
televisión con una “aclaración”: no es cierto que en la campaña electoral de Keiko Fujimori
haya habido aportantes fantasmas. “Habrán cambiado de opinión. Quién sabe por qué”,
explica con la sangre fría digna de José Chlimper.

Es una falacia redonda. Numerosos “aportantes” han declarado que no entregaron ni un


céntimo. Para aportar los miles de soles y de dólares que les atribuyeron no necesitaban
respaldar una opinión, sino cambiar de bolsillo. Son personas de humilde condición que
viven en casas modestísimas. Sus ingresos no dan para contribuciones tan jugosas como
Fuerza Popular les asigna.

Típicas son las declaraciones de Niczer Romero Villalobos, un “aportante” de la región San
Martín:

“Temo por mi vida. No saben el daño que me han hecho. Nunca he aportado a la señora
Keiko Fujimori porque sencillamente no tengo dinero. Vivo de mi trabajo como cocinero
desde hace muchos años y con las justas gano para mantener a mi familia”.

Lo que ocurre es que han querido disfrazar de aportes de donantes dineros de origen
sospechoso, que pudieron servir para financiar la campaña electoral y, de paso, lavar
dinero proveniente del narcotráfico.

Hay que arrojar luz sobre esas fortunas oscuras. Precisamente por eso el fiscal José
Domingo Pérez Gómez había citado a Keiko Fujimori, pero ella se resiste a la
comparecencia o la posterga.

Las maniobras dilatorias del fujimorismo defienden no solo a Keiko Fujimori, sino también
a Joaquín Ramírez, el exsecretario general de Fuerza Popular, que abandonó el cargo
cuando se confirmó que estaba siendo investigado por la DEA por lavado de activos, delito
en que también está comprendida la cabecilla fujimorista.

La señora Keiko y José Chlimper han tramado hace meses el escándalo que debía
entregarles la Fiscalía de la Nación, el Tribunal Constitucional y, la perla de la corona, la
vacancia del presidente Pedro Pablo Kuczynski. Sin querer, PPK precipitó con sus
mentiras esa caída.
En estos momentos cunde el pánico en los cuarteles del fujimorato. Corre el rumor de que
si el presidente es vacado, los dos vicepresidentes renunciarían. El presidente del
Congreso asumiría entonces la presidencia, con la condición de convocar inmediatas
elecciones. No se sabe si habría un arca de Noé para salvar al fujimorismo del diluvio.

El Estado son ellos


Por Diario UNO el diciembre 20, 2017


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Dos plagas dañan a la sociedad contemporánea: la política antiobrera y antipopular del
neoliberalismo, y la corrupción. No sorprende por eso que la edición de la revista
londinense The Economist del 9 de diciembre ostente en su portada, con grandes
caracteres, este título: “La corrupción de Sudáfrica”.

El lunes 18, Buenos Aires fue escenario de una batalla violenta entre trabajadores que
rechazan la reforma de las pensiones que el presidente Mauricio Macri ha impuesto. Fue
una batalla campal de un diluvio de piedras contra una lluvia de balas de goma y gases
lacrimógenos. Los manifestantes no fueron vencidos en la calle, pero sí en el Congreso.

La acometida de Macri contra los jubilados forma parte de una ofensiva global contra los
trabajadores. No olvidemos que el neoliberal presidente Emmanuel Macron, quien
gobierna desde mayo, se adelantó a Macri en cuanto a medidas antiobreras. Uno de sus
dictados establece que los negocios con menos de 50 trabajadores, que son el 95 por
ciento de las compañías francesas, pueden negociar contratos directamente con su
personal, sin representación sindical en materia de horarios de trabajo, salarios y
sobretiempo. ¿Jornadas de ocho horas? Eso es cosa de ociosos, cínicos y extremistas,
según Macron.

En cuanto a la corrupción, duele que Sudáfrica, el país de Nelson Mandela, ese héroe del
honor y del coraje, haya caído en manos de gobernantes corruptos. The Economist
presenta una historia que parece ideada por Vladimiro Montesinos. Ajay Gupta, hijo de
Jacobo Gupta, presidente de Sudáfrica, recibió en su casa a Mcebist Jonas, exviceministro
de Finanzas. En cierto momento, Ajay Gupta ofreció a Jonas nombrarlo ministro de
Finanzas. Cuando Jonas rechazó la oferta, Gupta le preguntó si no tenía una bolsa como
para llevarse 600.000 rand (la moneda nacional).
También en el país de Mandela se comprueban los nexos entre política y corrupción.
También ahí se ve cómo los políticos del neoliberalismo, esos que siguen las recetas del
Banco Mundial y del FMI, y despotrican contra el Estado, se sirven de este hasta la gran
transfiguración: El Estado son ellos.

Piñera: bemoles de un triunfo


Por Diario UNO el diciembre 19, 2017


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Ayer ganó la presidencia de Chile el derechista Sebastián Piñera. El candidato oficialista,
Alejandro Guillier no pudo atraer a la izquierda y al progresismo. Hay que precisar que la
derrota de la izquierda es abrumadora; pero de 14 millones 300 mil que tenían derecho a
votar, solo siete millones acudieron a las urnas.

A esa mayoritaria abstención, hay que añadir la gran fragmentación de las bancadas en
Diputados y Senadores.

Preciso en recordar que Piñera había virado de la extrema derecha a un centrismo de


derecha. Por ejemplo, se convirtió en defensor de la gratuidad de la educación superior,
rasgo fundamental de la tradición democrática de Chile, que Augusto Pinochet suprimió
brutalmente, y que instaló la educación superior más cara del mundo (exceptuando a los
Estados Unidos).

En su editorial de hoy, el diario comunista El Siglo expresa: “Las fuerzas democráticas,


progresistas y de izquierda sufrieron, sin duda, una gran derrota electoral y que abre un
periodo distinto en el país”. “Por eso”, explica, “el primer objetivo en esta etapa es defender
las conquistas sociales y civiles del pueblo, de los trabajadores, de las mujeres, de la
diversidad sexual, de los pueblos indígenas, de la juventud y los estudiantes, de los
pobladores, de la cultura”.

Informa el diario que en Diputados, el bloque derechista logra un total de 155 asientos;
Nueva Mayoría, de Michelle Bachelet, tendrá 57 curules; Frente Amplio, 21; el PC, 8, igual
que el Partido Socialista; y la democracia cristiana, 14.

Ese abanico opositor quizá explique el tono moderado del discurso de Piñera en su mitin
de la victoria. He aquí párrafos:
“Esta noche les puedo asegurar que tanto Cecilia como yo vamos a entregar lo mejor de
nosotros mismos para cumplir con nuestra misión, para que Chile recupere la senda del
progreso y el desarrollo. Quiero ratificar el compromiso que nos acompañó durante toda la
campaña, un compromiso con la unidad de todos los chilenos, un compromiso con el
diálogo y los acuerdos y con renovada fe y esperanza en nuestro país”.

“Viva la diferencia, viva el pluralismo de ideas, nunca esas ideas deben convertirnos en
enemigos, cada vez que nos hemos enfrentado y nos hemos visto como enemigos hemos
visto nuestras más grandes derrotas y nuestros más grandes errores”.

“Queridos compatriotas, vamos a iniciar un nuevo y mejor trato con nuestros adultos
mayores, con nuestros niños, clase media y por supuesto con nuestros pueblos
originarios”.

El ocaso de los líderes


Por Diario UNO el diciembre 18, 2017


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Ayer se publicaron los resultados de la última encuesta nacional urbano-rural de El
Comercio-Ipsos que muestran una caída de nueve puntos en la aprobación del presidente
Pedro Pablo Kuczynski: de 27 a 18 por ciento en un mes. Ese sondeo se realizó del 11 al
13 de diciembre. Recuérdese que la delación de Marcelo Odebrecht fue expuesta el 13 de
diciembre y no surtía aún sus efectos.

PPK no está solo en la caída. Keiko Fujimori baja siete puntos: de 39 a 32 por ciento; Kenji
Fujimori, de 35 a 30; Verónika Mendoza, del 26 al 23; Julio Guzmán, de 27 a 24.

Ahora que la institucionalidad republicana está en juego, la encuesta indica que el


Ministerio Público tiene la más elevada aprobación: 39 por ciento; el Poder Judicial obtiene
31 por ciento; el Congreso, 26; y el gobierno 21.

Notable es que ya antes del explosivo de Odebrecht contra PPK, el 57 por ciento creía que
este debía dejar el gobierno, aunque el 61 por ciento opinaba que el presidente debía
disolver el Congreso.

También ayer se publicó en La República la más reciente encuesta de GfK –realizada del
9 al 12 de diciembre–. Sus resultados coinciden con los de El Comercio-Ipsos. El
presidente aparece con 22 por ciento de aprobación y un abrumador 72 por ciento de
desaprobación. Sorprende la gran caída de aprobación para PPK en el nivel de los más
pudientes: bajó en un mes de 32 a 24. En el sector C, el de la gran mayoría, se muestra un
bajón: de 33 de aprobación en noviembre cae a 19 por ciento en diciembre: ¡14 puntos
perdidos en un mes!

En cuanto a aprobación de líderes, GfK encuentra que Keiko Fujimori baja un punto: de 34
a 33 por ciento; Kenji sube de 25 a 27, Julio Guzmán baja de 28 a 25 y Verónika Mendoza
pierde seis puntos: de 26 a 20.

Alfredo Barnechea conserva su 20 por ciento; César Acuña pierde dos puntos: de 15 a 13;
Gregorio Santos baja de 11 a 10; Marco Arana cae de 8 a 5 y Alan García, de 7 a 6.

En suma, la opinión pública ha desahuciado a la clase política. Y hay que suponer que esa
desaprobación será aún más rotunda si se produce, lo que es lo más probable, el jueves
próximo en el Congreso la vacancia de la presidencia.

Hay que recordar que los acusadores de PPK son también acusados. Y que la merecida
vacancia no reinstala el reino de la moral y la virtud, sino que abre espacio para buitres del
poder, el crimen, el robo y el autoritarismo.

La victoria: El lema fue: “paz,


pan y tierra
Por Diario UNO el diciembre 17, 2017


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En la aurora del 7 de noviembre de 1917 amaneció un nuevo mundo de luchas y
esperanzas. En la pluma de Trotsky aparece ese parto inaudito:

“Trotsky comunica: desde el frente mandan fuerzas contra Petrogrado; es necesario enviar
inmediatamente comisarios del Soviet al frente, y a todo el país, para dar cuenta de la
revolución efectuada. Del escaso sector de la derecha surgen algunas voces: ‘¡Está usted
adelantándose a la voluntad del Congreso de los soviets!’. El ponente contesta: ‘La
voluntad del Congreso está predeterminada por el inmenso hecho de la insurrección de los
obreros y soldados de Petrogrado. Ahora, lo único que debemos hacer es desarrollar
nuestra victoria’. El autor del presente libro escribe en su autobiografía: ‘Cuando di cuenta
del cambio de régimen llevado a cabo durante la noche, reinó por espacio de algunos
segundos un silencio tenso… Al entusiasmo irrazonable sucedió la reflexión inquieta. En
esto se puso asimismo de manifiesto el certero instinto histórico de los reunidos. Todavía
podían esperarnos la resistencia encarnizada del viejo mundo, la lucha, el hambre, el frío,
la ruina, la sangre, la muerte. ¿Venceremos?, se preguntaban muchos mentalmente. De
ahí el minuto de reflexión inquieta. ¡Venceremos!, contestaban todos. Los nuevos peligros
aparecían en una lejana perspectiva. Pero en aquel instante teníamos la sensación de una
gran victoria, y esta sensación, que hervía en la sangre, se expansionó en la tempestuosa
ovación que se tributó a Lenin cuando, al cabo de casi cuatro meses de ausencia, apareció
por primera vez en esta asamblea”.

“En su discurso, Lenin trazó brevemente el programa de la revolución: destruir el viejo


aparato estatal; crear un nuevo sistema administrativo a través de los soviets; tomar
medidas para la terminación inmediata de la guerra, apoyándose en el movimiento
revolucionario de los demás países; abolir la gran propiedad agraria y conquistar con ello
la confianza de los campesinos; instituir el control obrero de la producción. ‘La tercera
revolución rusa debe conducir, en fin de cuentas, a la victoria del socialismo’”.

Lenin había retornado a Rusia tras superar un episodio que parece de novela. El 21 de
marzo de 1917, en la frontera entre Suecia y Finlandia, en el tren que lo conducía a Rusia,
un agente británico, Harold Gruner, interrogó durante seis horas al personaje que se
declaraba periodista. Gruner sabía quién era ese señor -Lenin-, pero no tenía orden del
gobierno provincial ruso de Kerenshi para apresarlo, y tuvo que dejarlo partir.

Después, triunfante la revolución, las potencias que luchaban contra Alemania en la


primera guerra mundial, temían al líder revolucionario que reclamaba paz, pan y tierra. Si
los bolcheviques tomaban el poder, Rusia ya no sería la aliada de ese bloque.

En realidad, esas potencias soñaban con apoderarse de las riquezas de Rusia. En


diciembre de ese mismo año 1917, en una reunión del Consejo Inter Aliado, se acordó que
Inglaterra, interesada en el petróleo, se adueñaría del Cáucaso, mientras que Francia se
apoderaría de Rumania y Besarabia. Los Estados Unidos codiciaban Siberia, por su
enorme potencial minero. Winston Churchill, furibundo anticomunista, era ministro de
guerra de Inglaterra y soñaba con destruir el régimen soviético.

Abril de 1917. Soldados hacen cola para llevar diarios revolucionarios a sus cuarteles.

Los generales zaristas aliados con invasores extranjeros se estrellaron contra el poder de
la nueva Rusia. De entre las ruinas y el atraso, surgió ahí una gran potencia industrial, que
con el tiempo iba a asombrar con su ciencia, incluida la espacial.
La revolución resolvió los problemas dejados por el zarismo y la nobleza y los capitalistas
retrógrados.

No sólo en lo material soplaron nuevos vientos. En la poesía sonó, junto con la voz del
gigante Vladimir Maiakovski, las de Aleksander Blok, Sergio Essenin, Ana Ajmátova,
quienes, entre tragedias y polémicas, enriquecieron la lírica y la épica del siglo. En el
teatro, nacieron nuevos métodos y técnicas: a comienzos de los años 20, Vsévolov
Meyerhold montó obras con miles de actores (pareció inspirado en el prólogo del Fausto
del poeta alemán Goethe: a las masas de espectadores hay que oponerles las masas de
actores). Sergio Eisenstein inventó el montaje en el cine, para provecho no solo de
cineastas, sino también de escritores. En la pintura nacieron ahí algunos de los artistas
plásticos más revolucionarios del siglo, entre ellos Marc Chagall, el que pintó novios
volando en el espacio (¿quién que ha estado enamorado no sabe que eso es realismo:
sentir el vuelo del ensueño?).

Los planes económicos quinquenales inspiraron cambios en la economía capitalista. Sin


ellos, Rusia no habría podido, entre otras cosas, ayudar a la revolución china y apoyar la
resistencia contra el fascismo y el imperialismo. En su Historia del siglo XX, Hobsbawm
señala que sin el ejército rojo soviético hubiera sido imposible derrotar a Hitler.

La Rusia soviética ha desaparecido gracias a una guerra que libraba para proteger a su
aliado en Afganistán. Mucho dinero y muchos muertos costó eso a Moscú. El imperialismo
yanqui apoyaba a los guerrilleros islámicos con armas cortas. En una entrevista, Henry
Kissinger expresó que las muertes de esa contienda habían valido la pena porque el
malestar del pueblo soviético había causado la crisis y la caída del régimen.

Pero el ejemplo, la posibilidad y la esperanza en el socialismo están al acecho en el


mundo entero. Es un anhelo sin tiempo.

Hoy, más que nunca, el dilema es: SOCIALISMO O BARBARIE.

PPK no tiene quién le crea


Por Diario UNO el diciembre 17, 2017


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Este jueves, Pedro Pablo Kuczynski pierde la presidencia de la República por la razón más
triste que señala la Constitución: por incapacidad moral, por haber mentido respecto a sus
negocios con Odebrecht. Supongo que eso le cierra las puertas para la política, pero a lo
mejor mejora sus perspectivas de empresario.

El jueves último escribí en mi columna titulada “Lo perdieron las ganancias”:

“Ese negocio con Odebrecht fue tercamente negado por PPK. La mentira agravó el delito
de servirse de un puesto público para beneficio personal. Tenía que estallar en algún
momento. Y ha estallado por obra del dueño de Odebrecht. Fue como echar leña al fuego.
¿Por casualidad?”.

Más de un analista ha considerado que Odebrecht soltó el dato sobre sus contratos con
First Capital (El capital primero) y Westfield Capital (el capital del campo occidental) en el
preciso momento en que servía para sepultar políticamente a PPK y desatar la fase final
de la crisis moral y política del país. El arte del suspenso.

La empresa ha pretendido despejar dudas al respecto. Lo hizo en un comunicado en el


que se lee:

“Dada la ausencia de una obligación de confidencialidad, Odebrecht está obligada por ley
a enviar las informaciones solicitadas por autoridades competentes, incluso la Comisión
Investigadora Multipartidaria.

“Los servicios de asesoría y estructuración financiera brindados por First Capital y


Westfield Capital corresponden a servicios efectivamente prestados a empresas de
Odebrecht, y fueron debidamente pagados y contabilizados oficialmente. Los valores de
dichos contratos estaban de acuerdo con las prácticas de mercados a la fecha. La
contratación de dichos servicios ha sido gestionada exclusivamente por el señor Gerardo
Sepúlveda”.

La aclaración es ambigua. Dice que los contratos fueron gestionados exclusivamente por
el chileno Sepúlveda; pero calla que este era socio de las consultoras. En una declaración
televisiva, el constitucionalista Enrique Bernales señaló que eso es una verdad a medias, o
una media verdad porque oculta que si PPK era parte en el negocio se iba a llevar la mitad
de las ganancias.

Salvo que el chileno se haya quedado con todas las utilidades. Las investigaciones sobre
PPK deberían pesquisar eso, así como otros negocios en Chile y con chilenos del todavía
presidente.

Lo perdieron las ganancias


Por Diario UNO el diciembre 15, 2017


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El aún presidente del Perú, Pedro Pablo Kuczynski, ha podido adoptar como estandarte de
su vida el lema “negocios son negocios”. Como empresario privado le ha ido bien con ese
lema, pero como hombre público le ha ido mal, porque creyó que podía hacer dinero
negociando con los intereses del país.

Neoliberal convicto y confeso, PPK ha creído que hay que ponerle límites al Estado, más
no hay límites para servirse de él. Ahora vemos sus resultados. “En el Perú hay muchos
chismes, rumores y luchas fratricidas”, declaró ayer. Pero los pagos de Odebrecht a sus
consultoras no significaron rumores ni chismes, sino abundantes billetes verdes.

Ese negocio con Odebrecht fue tercamente negado por PPK. La mentira agravó el delito
de servirse de un puesto público para beneficio personal. Tenía que estallar en algún
momento. Y ha estallado por obra del dueño de Odebrecht. Fue como echar leña al fuego.
¿Por casualidad?

El presidente PPK ha provocado una crisis grave y excepcional. Ahora crece el clamor de
que renuncie o que el Congreso declare su vacancia. Preferible sería lo primero, porque
sería más rápido. La vacancia es más complicada e insegura. Se requieren 87 votos del
Congreso en tres sesiones plenarias para declararla.

En el expediente 0006-2003 del Tribunal Constitucional se explica la diferencia respecto a


las dos opciones:

“Mientras que el Congreso necesita de la votación de más de la mitad de su número legal


de miembros para remover a los ministros (responsables políticamente y no elegidos por el
pueblo), mediante el voto de censura, sin embargo, no necesita sino una mayoría simple
para remover al Presidente de la República (quién no tiene responsabilidad política y es
elegido directamente por la voluntad popular). En ese sentido, el Tribunal Constitucional
exhorta al Congreso de la República a legislar un procedimiento y la necesidad de una
votación calificada para poder declarar la vacancia presidencial por la causal prevista en el
inciso 2) del artículo 113° de la Constitución, a efectos de no incurrir en aplicaciones
irrazonables de la referida disposición constitucional, para lo cual, al igual que en los casos
de juicio político, debe estipularse una votación calificada no menor a los dos tercios del
número legal de miembros del Congreso”.
Algo se pudre en el Palacio
Por Diario UNO el diciembre 14, 2017


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El presidente Pedro Pablo Kuczynski no tiene remedio. La empresa brasileña Odebrecht
decidió informar que no es cierto que PPK fuera ajeno a negocios con ella, como lo ha
sostenido el mandatario. La empresa envió a la Comisión Lava Jato del Congreso registro
de pagos por 782.207 dólares a la consultora Westfield Capital, propiedad personal del jefe
del Estado.

La primera conclusión es que PPK ha venido mintiendo al país. Hay que recordar que PPK
fue, sucesivamente, bajo el gobierno de Alejandro Toledo, ministro de Economía y
presidente del Consejo de Ministros. Esto ocurrió entre noviembre del 2004 y julio del
2006. Fue funcionario público hasta el 28 de julio del 2006.

Pues bien, las siete consultorías reveladas se dieron cuando PPK ejercía el poder o
acababa de dejarlo. Quizá por eso ocultaba el trato.

Algo más: ahora se sabe, por confesión de PPK, que First Capital, fundada por el chileno
Gerardo Sepúlveda con participación de PPK, también realizó entre el 2005 y el 2013
consultorías para el proyecto H2 Olmos, firma creada por Odebrecht. Esas asesorías
produjeron más de cuatro millones de dólares para First Capital. ¿No cobró su parte
nuestro presidente?

Preciso es recordar que PPK presidió en el 2005 el Consejo Directivo de Proinversión,


organismo que algún día será juzgado. En esa condición, convocó y dirigió la sesión en la
que se autorizó a Odebrecht para que firmara el contrato de IIRSA Sur. IIRSA es la sigla
de la Iniciativa para la Integración de la Infraestructura Regional Suramericana, mecanismo
de coordinación intergubernamental de los 12 países de la región.

La conclusión es que el presidente ha mentido al país, sin duda porque, a pesar de lo que
dijo anoche en su mensaje al país, tenía mucho que ocultar. Y lo oculta.

El escándalo recuerda el caso Watergate, que llevó a la renuncia de Richard Nixon, quien
así evitó que el Congreso lo destituyera por haber mentido al país.

Manuel González Prada lapidó para siempre a Nuestros Magistrados, Nuestros


Periodistas, Nuestros Librepensadores, Nuestros Presidentes. De estar vivo hubiera
condenado a todos los presidentes –a todos– de los últimos 25 años, por corruptos,
cínicos y mentirosos. La generación podrida.

Ahora, lo ético, lo moral, lo justo, sería que PPK renuncie a la presidencia de la República.
Pero ante la embestida del fujimorismo y su aliado el Apra, el remedio sería peor que la
enfermedad.

El Perú sufre la crisis moral y política más grave de su historia.

Por qué tiemblan los


corruptos
Por Diario UNO el diciembre 13, 2017


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Ayer me llegó el libro Megaoperativos contra el crimen organizado. Al iniciar su lectura me
percato de lo necesaria que ha sido la creación de la División de Operaciones de Alta
Complejidad y veo por qué algunos jefes del crimen organizado tiemblan de miedo ante el
rigor con que actúa ese órgano policial y ante la penalidad que se ha establecido para el
crimen organizado y sus jefes y promotores.

“Crimen organizado” no es un insulto para almas sensibles. Es una definición precisa


vinculada a la experiencia. La acción contra ese tipo de delitos se basa en el artículo 317
del Código Penal y su modificación por el Decreto Legislativo 1244. La pena fijada para el
líder, jefe, financista o dirigente de la banda es de 20 años de cárcel.

El ilustrativo Glosario que acompaña la edición tipifica con nitidez el crimen organizado
como el conjunto de actividades delictivas que son (I) cometidas por una organización
criminal (con un nivel de estructuración de mediana complejidad, no necesariamente
jerárquico, con diversos roles y funciones así como estabilidad en el tiempo); (II) que
controlan un determinado territorio o un eslabón de la cadena de valor de un mercado
ilegal; (III) que penetran en los circuitos económicos formales para insertar sus ganancias
y burlar el control estatal; (IV) que diversifican sus delitos o se especializan en mayor
grado a fin de aumentar la rentabilidad de sus actividades; y (V) que usan la violencia
(directa e indirecta) y la corrupción.
El crimen organizado es un fenómeno complejo y de reciente aparición en el Perú tanto en
el ámbito jurídico y policial como en el ámbito académico y de gestión pública, expresa el
texto. Como concepto, el crimen organizado a nivel internacional nace aproximadamente a
mediados del siglo XX. Tampoco existe consenso acerca de su definición general, pues ha
virado entre diversos enfoques según periodos de tiempo y países, enfatizando los
patrones de organización o más bien las actividades que se realizan.

Desde el Ministerio del Interior, editor del volumen, se ha subrayado la importancia de


distinguir las dos principales expresiones de este fenómeno: el crimen organizado
asociado a las principales economías ilegales del país (narcotráfico, minería ilegal, tala
ilegal, trata de personas, contrabando) y el asociado a la delincuencia urbana violenta.

“Yo fui el jefe pero no sé


nada”
Por Diario UNO el diciembre 12, 2017


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Alan García confirmó ayer sus dotes de actor. Ante el largo desfile de coimas bajo su
presidencia, reiteró que él no ha recibido nada de los millones de dólares de cutra. A sus
allegados y compañeros apristas que jugaron el papel de cajeros de la corrupción, él, que
los escogía y los elogiaba, ahora los llama felones. Es decir traidores.

En un gesto muy fácil. Equivale, imaginariamente, a que Alí Babá sostenga que él no sabía
lo que hacían sus 40 ladrones. Da la casualidad de que los corruptos de su segundo
gobierno son apristas y pertenecían a la cúpula podrida del partido del cual era el dirigente
máximo y prepotente.

García ha sido invitado por la Comisión del Congreso que investiga los casos del
Gasoducto del Sur, de la Línea 1 del Tren Metropolitano de Lima y otras obras, que fueron
encargadas a Odebrecht y otras empresas brasileñas por métodos sinuosos aceitados con
coimas que encarecían obras y dañaron al país.

Alan García intentó presentarse como un modelo de honradez. Si fuera cierto que no se
benefició con coimas, percibidas por testaferros y depositadas en refugios financieros,
habría que considerarlo como el mandatario más tonto del mundo, que pudo oler el dinero
que estafaba al Perú pero sostenía, respecto a los corruptos: “Yo soy su jefe pero no sé
nada”.

Varios aspectos del escándalo Odebrecht indican una identidad ideológica y moral entre
los gobiernos peruanos de los últimos 30 años. Todos ellos izaron la bandera del
neoliberalismo. Es decir, la afirmación de que el Estado es mal administrador y la empresa
privada es eficiente (pero ellos administran el Estado y le imponen su condición
putrefacta).

No es casual, por eso, que la corrupción se herede y contagie de gobierno en gobierno.


Esto se ve en el ejemplo del Gasoducto del Sur, que fue entregado en concesión a la
empresa Kuntur. Esta fue luego comprada por Odebrecht. Para escenificar esos pasos de
comedia, la concesión fue anulada a fin de entregarla después a Odebrecht. Sabido es
que García fue el director que urgió ese traspaso. ¿Era tan ingenuo que no barruntó el
faenón que así se consumaba?

Desde sus años mozos en París, cuando exhibía su voz en locales públicos, el gran jefe
aprista ha demostrado ser un vivo de primera. Imposible creer que no aprovechó su cargo
presidencial para llevarse la mejor parte.

No está lejano el día en que se conozca el tamaño real de su fortuna y el nombre de sus
testaferros. La Comisión Lava Jato, expresión del pacto aprofujimorista, no sirve para eso.

Gracias a la vida
Por Diario UNO el diciembre 11, 2017


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Un texto del diario madrileño El País sobre la vida y la obra de Violeta Parra me trajo a la
memoria una experiencia inolvidable: En el Estadio Nacional de Santiago de Chile con
tribunas y cancha repletas decenas de miles de personas cantaron, de súbito y en masa la
canción de Violeta Parra “Gracias a la vida”.

Ocurrió en 1990, en un mitin que festejaba el fin de la dictadura fascista de Augusto


Pinochet y la elección de Patricio Aylwin como presidente constitucional de Chile. Ironía de
la historia: Aylwin, líder del Partido Demócrata Cristiano de Chile, había creado en 1973 el
Bloque de Derechas que apoyó a Pinochet.
Aquel emocionante episodio del Estadio estuvo acompañado de multitudes que se
sumaban a la fiesta cívica a lo largo del recorrido del auto de Aylwin.

Resalto el hecho de que los manifestantes eran jóvenes y gran parte, mujeres. La música
que entonaban era una afirmación de la vida contra un régimen asesino. Un canto a la
resurrección de la democracia.

El homenaje de El País ha sido escrito por Rafael Gumucio, como parte de la celebración
del centenario de Violeta.

Hija de un profesor de primaria, Violeta empezó cantando en circos, calles y velorios.


“Llevo 40 años sufriendo”, dijo una vez. En su etapa inicial formó con su hermana Hilda un
dúo que interpretaba boleros y rancheras.

Su hermano mayor era el poeta y físico genial Nicanor Parra. Un día de 1952, ella le
preguntó qué leía con tanta atención. Él le respondió que estaba estudiando la poesía
popular de Chile del siglo XIX, con el propósito de escribir un Martín Fierro chileno. Ella
salió de la casa de su hermano y volvió horas después con cientos de páginas con
cantares que los ciegos entonaban en los bares de mala muerte.

Precisa Gumucio:

“Folcloristas, rockeros, raperos, poperos, pero también escritores, pintores, arquitectos,


filósofos y bailarines buscan en la obra siempre inconclusa, siempre debutante, de Violeta
una raíz a la que asirse. La nueva canción chilena, pero también la Nueva Trova cubana,
la obra de Mercedes Sosa, Paco Ibáñez o Joaquín Sabina no se entienden sin Violeta.
Una obra que crece y se complica en la medida en que se encuentran nuevos tapices,
cuadros, grabaciones, cartas y manuscritos que dan cuenta de su manía de convertir todo
en personal, todo en único, evitando siempre el prestigio de los profesionales, siendo en
todo siempre una debutante que consigue la obra maestra en el primer ensayo”.

Un día de febrero de 1967, en la carpa en que pensaba fundar una universidad del folclore,
se disparó en la cabeza. Pero ya le había dado gracias a la vida.

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