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UNIDAD 5:

- Análisis psicoanalítico del encuadre:


Bleger, José: Psicoanálisis del encuadre psicoanalítico
La situación psicoanalítica implica la totalidad de los fenómenos incluidos en la relación terapéutica entre
paciente y analista. Esta situación abarca fenómenos que constituyen un proceso que es el que analizamos e
interpretamos, pero también incluye un encuadre, es decir un “no proceso”, en el sentido de que son las constantes
dentro de cuyo marco se da el proceso.
El autor pretende el psicoanálisis del encuadre cuando éste se mantiene y no cuando se rompe, es decir, cuando
sigue siendo un conjunto de constantes y no cuando se ha transformado en variables.
El encuadre es una institución dentro de cuyo marco suceden fenómenos comportamentales. Cada institución
es una parte de la personalidad del individuo, de modo que siempre, por lo menos una parte de la identidad, se
configura con la pertenencia a un grupo, una institución, ideología, partido, etc. Pero además de esta interacción
individuos- instituciones, las instituciones funcionan siempre como los límites del esquema corporal y el núcleo
fundamental de la identidad.
El encuadre tiende a ser mantenido como invariable, y mientras existe como tal parece inexistente. Pero ¿Cuál
es el significado del encuadre cuando se mantiene? Es, en todos los casos, el problema de la simbiosis, que es “muda”, y
sólo se manifiesta cuando se rompe o amenaza romperse. Así como se habla del “miembro fantasma”, hay que
reconocer que siempre la institución y el encuadre se constituyen en un “mundo fantasma”: el de la organización más
primitiva e indiferenciada. Lo que siempre está no se percibe sino cuando falta, por ello podría aplicarse al encuadre el
concepto de “ultracosas” de Wallon, todo aquello que en la experiencia aparece como vago, indeterminado, sin
concepción o conocimiento de ello. En este sentido, lo que organiza al Yo no son las relaciones estables con los objetos e
instituciones, sino las frustraciones y gratificaciones ulteriores con los mismos. No hay percepción de lo que siempre
está. La percepción del objeto que falta y del que gratifica es posterior; lo más primitivo es la percepción de una
“incompletud”. Lo que existe para la percepción del sujeto es aquello cuya experiencia le ha mostrado que puede
faltarle. En cambio, las relaciones estables, las no-ausencias, son las que organizan y mantienen el No-Yo y forman la
base para estructurar el Yo en función de las experiencias frustrantes y gratificadoras. El hecho de que no se perciba el
No-Yo no significa que no existe psicológicamente para la organización de la personalidad, y ese “mundo fantasma”
existe depositado en el encuadre aunque éste no se haya roto o precisamente por ello.
El encuadre, siendo constante, es decisivo para los fenómenos del proceso de la conducta; es una metaconducta
de la que dependen los fenómenos que vamos a reconocer como conductas, es lo implícito de lo cual depende lo
explícito.
El encuadre mismo es el depositario de la simbiosis y ésta no está en el proceso analítico mismo. La simbiosis
con la madre (inmovilización del No-Yo) permite al niño el desarrollo de su Yo; el encuadre tiene la misma función: sirve
de sostén, de marco, pero sólo lo alcanzamos a ver cuando cambia o se rompe.
Ejemplo de un hombre con carácter fóbico: La “no repetición” (no contarle que había comprado un dpto. como
lo hacían sus padres con todo) por cumplimiento del encuadre, trajo a la luz lo más fijo y estable de su personalidad, su
“mundo fantasma”, la transferencia delirante o la parte psicótica de su personalidad, su No-Yo. El mantenimiento del
encuadre es lo que permitió el análisis de la parte psicótica de la personalidad. En este sentido, lo que el autor intenta
plantear no es cuántos de estos fenómenos aparecen por la frustración o por el choque con la realidad (encuadre), sino
¿cuántos de ellos no aparecen y resultan posiblemente nunca analizables? Es similar a lo que ocurre con el rasgo de
carácter, que para su análisis debe ser transformado en síntoma, es decir, dejar de ser egosintónico. El problema es que
el encuadre no solamente no es egosintónico sino que es el marco sobre el que está constituido el Yo y la identidad del
sujeto, y se halla fuertemente clivado al proceso analítico, del Yo que configura la transferencia neurótica.
Podemos decir entonces que hay dos encuadres, uno el que propone y mantiene el psicoanalista, aceptado
conscientemente por el paciente; y otro el del “mundo fantasma”, el que en él proyecta el paciente. Este último es una
compulsión de repetición perfecta, ya que es la más completa, la menos conocida y la más inadvertida.
Entre el Yo y el No-Yo no se instala una disociación sino un clivaje.
El encuadre es la parte más primitiva de la personalidad, es la fusión yo-cuerpo-mundo, de cuya inmovilización
depende la formación, existencia y discriminación (del yo, del objeto, del esquema corporal, del cuerpo, la mente, etc.).
Los pacientes con acting in o los psicóticos traen también su propio encuadre, la institución de su primitiva relación
simbiótica, pero también la traen todos los pacientes. Es por eso que las rupturas que forman parte del encuadre
(vacaciones, incumplimiento de horarios, etc.) suponen una situación catastrófica, porque en estas rupturas se produce
una grieta por la que se introduce la realidad, que resulta catastrófica para el paciente: su encuadre, su mundo fantasma
quedan sin depositario y se pone en evidencia que su encuadre no es el encuadre psicoanalítico.
En este sentido, toda variación del encuadre pone en crisis al No-Yo, “desmiente” la fusión, “problematiza” al Yo
y obliga a la reintroyección, re-elaboración del Yo, o a la activación de las defensas para inmovilizar o reproyectar la
parte psicótica de la personalidad.
El encuadre puede ser considerado como una “adicción”, que si no es analizada sistemáticamente puede
transformarse en una organización estabilizada en la base de la organización de la personalidad, y el sujeto obtiene un
Yo “adaptado” en función de un modelamiento externo a las instituciones. Este Yo, es un Yo fáctico, un Yo de
pertenencia, que está constituido y mantenido por la inclusión del sujeto en una institución (relación terapéutica,
asociación psicoanalítica, grupo de estudio, etc.): No hay un Yo estabilizado que de estabilidad interna al sujeto. Es decir,
toda su personalidad está constituida por personajes y roles; es una fachada (casos límites).
La reacción terapéutica negativa constituye la perfecta instalación del No-Yo del paciente en el encuadre y su no
reconocimiento y aceptación por el psicoanalista; es una verdadera perversión de la relación transferencia-
contratransferencia. En cambio, la “alianza terapéutica” es la alianza con la parte más sana del paciente, en el proceso.
En el encuadre, la alianza es con la parte psicótica o simbiótica de la personalidad del paciente.
En todo análisis, el encuadre debe mantenerse en objeto de análisis. La desimbiotización de la relación analista-
paciente sólo se alcanza con el análisis sistemático del encuadre en el momento preciso. Y con esto nos encontraremos
con las resistencias más tenaces, porque no es algo reprimido, sino clivado y nunca discriminado: su análisis conmueve
al Yo y a la identidad más madura alcanzada por el paciente. No se interpreta lo reprimido, se crea el proceso
secundario. No se interpreta sobre lagunas mnésicas sino sobre lo que nunca formó parte de la memoria.
El encuadre forma parte del esquema corporal del paciente, en la parte en que todavía no se ha estructurado y
discriminado, es decir que es diferente del esquema corporal propiamente dicho: es la indiferenciación cuerpo-espacio y
cuerpo-ambiente. Por eso, con frecuencia la interpretación de gestos o actitudes corporales resulta muy persecutoria,
porque no “movemos” el Yo del paciente, sino su meta-Yo.
Toda interpretación del encuadre (no alterado) moviliza la parte psicótica de la personalidad. Constituye lo que
el autor denomina interpretación clivada.
Podemos decir que el encuadre del paciente es su fusión más primitiva con el cuerpo de la madre y que el
encuadre del psicoanalista debe servir para restablecer la simbiosis original, pero justamente por modificarla. El
encuadre sólo puede ser analizado dentro del encuadre; la dependencia y la organización psicológica más primitiva del
paciente sólo pueden ser analizadas dentro del encuadre del analista, que no debe ser ni ambiguo ni cambiante ni
alterado.

- El rol del entrevistador según M. Mannoni:


Manonni, M.: La primera entrevista con el psicoanalista
Cuando se habla del psicoanalista, lo que constituye su especificidad es su receptividad, su “escucha”; la escucha
en el sentido pleno del término, logra por sí sola que el discurso del entrevistado se modifique y asuma un nuevo
sentido a sus propios oídos.
Cualquiera sea el estado actual aparente, deficiente o perturbado, el psicoanalista intenta oír, detrás del sujeto
que habla, aquel que está presente en un deseo que la angustia autentifica y oculta a la vez, amurallado en ese cuerpo y
esa inteligencia más o menos desarrollados, y que intenta la comunicación con otro sujeto. El psicoanalista permite que
las angustias y los pedidos de ayuda de los padres o jóvenes sean reemplazados por el problema personal y especifico
del deseo más profundo del sujeto que habla. A este efecto de revelador lo logra gracias a su “escucha” atenta y a su no
respuesta directa al pedido que se le hace de actuar para lograr la desaparición del síntoma y calmar la angustia.
En un segundo momento, el momento de la cura psicoanalítica, el sujeto descubrirá por sí mismo su verdad y la
libertad relativa de su posición libidinal en relación con su medio; el lugar de revelación de este segundo momento es la
transferencia.

Conclusiones
La primera entrevista con el psicoanalista es, ante todo, un encuentro con uno mismo, con un sí mismo que
intenta salir de la falsedad. La función del analista es la de restituir al sujeto su verdad. A través de él, más allá de él, una
verdad podrá ser aprehendida por el Otro. Su rol es permitir que la palabra sea.
Lo que cuenta no es la investidura, sino la calidad del interlocutor capaz de situar al debate en un nivel distinto al
de la pura relación dual.
Pese a que el niño-problema plantea en forma implícita el problema de la pareja parental, no se debe resolver
dicho problema con métodos de grupo.
Lo que finalmente puede estructurarse, es el sujeto perdido, olvidado en las fantasías parentales. Su surgimiento
como ser autónomo, no alienado en los padres, es un momento importante. Lo que importa es su inserción en una
dinámica de reconocimiento.
Una consulta psicoanalítica tiene sentido sólo si los padres están dispuestos a despojarse de las máscaras, a
reconocer la inadecuación de su demanda y a cuestionarse en cierta forma.
En el discurso de la consulta psicoanalítica, nada se hará para facilitarle al sujeto lo que demanda. El rol que le
corresponde al psicoanalista es el de considerar su aspecto engañoso para ayudar al sujeto a situarse correctamente
respecto de sí mismo y de los otros.
El niño, sensible a todo lo que se le dice, logra, a través de la confrontación, la posibilidad de un nuevo
comienzo, incluso de un primer comienzo como ser autónomo, no alienado en el deseo de los padres.

- Modelo de análisis de la entrevista según D. Liberman (ítems):


Liberman postula criterios de analizabilidad y dice que la analizabilidad no es solo del paciente, sino tmb de la
pareja analítica, trata de hacer un diagnóstico comunicacional de si la pareja va a poder conformar una buena pareja,
parte del supuesto de que un terapeuta no necesariamente es bueno para todos los pacientes. Utiliza dos entrevistas
abiertas previas al tratamiento con intervenciones por medio de preguntas para recabar información y contraindica la
interpretación. Usa una unidad funcional de dos entrevistas porque para él es importante comparar los efectos que tuvo
sobre el sujeto la primer entrevista, y los cambios de esta primera y la segunda como criterios pronosticos de la pareja
terapéutica.
Las entrevistas preliminares deben ser una experiencia contrastante en relación al tratamiento psicoanalítico, en estas el
terapeuta debe sacarse todas las dudas sobre el paciente porque sino después pueden perturbar en la sesión la atención
flotante del analista.

Liberman propone siete ítems para la evaluación de las entrevistas previas a la iniciación de un tratamiento:
 Grado de tolerancia a la incertidumbre: manera como concibe que será la dependencia terapéutica, la
intolerancia a la misma hace que surjan defensas que se convierten en obstáculos para que el analista pueda
detectar las motivaciones icc.
 Crisis vitales y cambio en el paciente: para detectar su grado de rigidez y plasticidad para soportar una futura
evolución analítica
 Elementos referidos a los miembros en interacción: pareja analítica

Estos tres ítems son básicos. Estos últimos son accesorios y se derivan de los anteriores:
1)
 Percepción del conflicto: percepción que tiene el paciente para aceptar su condición
 Defensas ante la percepción del conflicto: hay que diferenciar entre el grado de conciencia y de defensa
 Grado de objetividad y realismo: que el futuro terapeuta tiene la capacidad de alcanzar las entrevistas, en la
medida en que pueda detectar motivaciones icc. en el paciente, diferentes de las que trae. Cuanto mayor sea el
nivel entre lo que el analista percibe objetivamente y lo que el paciente le dice que le ocurre, tanto mayor será
su capacidad para analizar ese paciente
2) Examen de los momentos críticos de la evolución: e inferencias a partir de dicho examen, de cuanto se enriqueció y
cuanto se estereotipó el paciente al atravesar sus crisis vitales
3) Cambios de las características del vínculo del paciente con en entrevistador: durante la apertura, el desarrollo y el
cierre de la entrevista. Diferenciar entre primera y segunda entrevista. Correlación entre las defensas frente a las
ansiedades y pautas de interacción. Este ítems permite inferir grados de plasticidad de las funciones yoicas. Estas tmb
pueden ser detectadas a través de los distintos estilos defensivos (fachadas) y sus componentes estilísticos subyacentes
como indicios de los conflictos motivacionales icc. (ver más adelante)
Aquí es importante tener en cuenta otros aspectos:
Diagnóstico relacionado con el síntoma y el rasgo de carácter: en el diagnóstico pueden darse tres situaciones:
- que el síntoma sea cc. y que aparezca como al por el entrevistado (pacientes menos distorsionados)
- que el yo haya claudicado ante el síntoma y lo haya incorporado (pacientes que no toman cc. de su síntoma, tiene
estereotipos caracterológicos.
- que en la interacción con el terapeuta el paciente tome cc. de sus síntomas en forma espontánea (buen pronóstico)
Otro aspecto importante es la consideración de la descompensación de un rasgo de carácter que puede ser origen de la
consulta
4) Detección de indicios paraverbales y no verbales de los afectos: estimular el ingrediente afectivo positivo o negativo
que acompaña al desarrollo de las entrevistas, diferenciar entre primera y segunda entrevista. El estudio de las
correlaciones entre elementos paraverbales y no verbales por un lado, y las fantasías icc. predominantes por el otro en
las entrevistas, así como el análisis de as modificaciones que se produzcan, merece ser considerado con detenimiento
porque permite sentar las bases de las estrategias y tácticas terapéuticas y además constituyen datos empíricos acerca
de fantasías icc. correspondiente a etapas revias a la aparición del lenguaje
5) Detección del nivel intelectual y diferencias entre variaciones de rendimiento en diversas áreas de la vida actual del
paciente y en los diferentes momentos de las entrevistas
6) Grado de interés: que podemos esperar que el paciente adquiera acerca de los deseos de conocerse a sí mismo más
allá de las finalidades terapéuticas. Tmb se puede ir infiriendo los posibles tipos de usos resistenciales de los cambios
terapéuticos
7) Evaluación de las posibilidades sublimatorias
Estos 7 ítems nos darán la posibilidad de conjeturar acerca de una persona que desea iniciar un tratamiento y
del grado y tipo de aportes que deberemos efectuar si es que asumimos el compromiso de aceptar la tarea de iniciar
proceso terapéutico psicoanalítico
Estilos y subcomponentes estilísticos (ampliar con el cuadro): Liberman relaciona las funciones comunicativas
con las fases de la libido:
Fase Oral 1 succión: Etapa de succión en la que la satisfacción se logra por chupar. La función comunicativa que se
adquiere es la de recepción del mensaje. El estilo comunicativo de la persona que tiene una fijación en esta fase y una
predominancia en la recepción de la comunicación (recepción global) es el Estilo Reflexivo y se le llama a esta
personalidad observadora y no participante (esquizoidía y esquizofrenias), esta es la persona que en dialogo pone
distancia emocional con el objeto, la emoción predominante es la avidez oral. Es demandante de recepción pero a la vez
silenciosa. Reflexivo porque es la persona que busca incógnita pero no crean suspenso. La persona habla en un estilo
impersonal de las grandes cosas de la vida pero sin compromiso emocional. Alteración semántica (en el qúe del
mensaje)
Oral 2: o canibalista. La función comunicativa que se adquiere es la de la discriminación de los mensajes incorporados.
Coincide con el surgimiento de los dientes, que permiten poder dividir, hay alto grado de ambivalencia (tmb en la
contratransferencia genera broca y pena). El estilo correspondiente a la fijación e esta etapa es el Estilo Lírico y la
persona depresiva (ciclotimia, depresión neurótica y psicótica, melancolía) es tmb ávida pero altamente demandante (se
acerca mucho al objeto dependiendo extremadamente de él), la incorporación implica destrucción, el discurso circula en
peder no al objeto. Lírico porque prima la queja, el penar, la culpa, la pérdida. Alteración semántica
(Hay otro componente con fijación Oral canibalística y es el de la persona infantil, es una variación de la persona
depresiva con persona lógica como fachada, son las organoneurosis o enfermedades psicosomáticas. Son pacientes con
técnicas narrativas y somatización de aspecto lírico, no registran sus emociones y perjudican al cuero, a alteración es
semántica)
Anal 1: expulsiva. La función comunicativa que se desarrolla es la transmisión y la fijación en esta fase produce el Estilo
épico, la persona en acción (personalidades psicopáticas, perversiones e impulsiones neuróticas), utilizan el mensaje a
modo de actos, tienden al acting out. Épico tomado de la epopeya, de los personajes de acción, prima la trasmisión
sobre la recepción de mensajes. La palabra es usada para producir efecto en el otro. Son personas con inestabilidad
vincular, que no pueden mantener el encuadre. Buscan revertir roles, ponen la falta en el analista. Alteración pragmática
Anal 2: retentiva: la función comunicativa es el control de la distancia entre la recepción y la expresión y transmisión del
mensaje, antes de trasmitir el mensaje pasa por pensamiento y control. Es el Estilo Narrativo y la persona lógica
(neurosis o carácter obsesivo), se expresa por un diálogo ordenado, formal, donde prima la lógica por sobre los efectos,
minucioso, detallado, con un control bastante extremo (se cuida de lo que dice y controla lo que el otro dice tmb, puede
hacerlo repetir para ver si lo dice igual), no hay lógica de los afectos, sino lógica formal (contratransferencialmente
produce aburrimiento), necesita controlar el mensaje. Alteración sintáctica
Fálica: uretral. La función comunicativa es señal de angustia, sirve para evaluar cual es el momento más indicado para
emitir el mensaje de acuerdo a la realidad del momento, la fijación de la función dará el Estilo dramático que crea
suspenso y la persona es atemorizada y huidiza (histeria de angustia, carácter fóbico). Es el paciente que dramatiza,
busca incógnitas y produce suspenso, tiñe la sesión de una angustia flotante, no puede hablar de ciertas cosas. Utiliza
técnicas fóbicas de acercamiento y evitación. Alteración sintáctica.
Genital infantil: la función adquirida es la de sincronización entre la idea, la acción y el afecto correspondiente, lo que
devienen en un Estilo dramático con impacto estético la persona demostrativa (histeria de conversión, carácter
histérico) es el paciente que dramatiza y provoca impacto estético. Como hay sincronización son personas que en su
diálogo agradable, producen con él cierta seducción. Tienden a hacer un cierto exhibicionismo, a sincronización se
rompe cuando se toca el unto conflictivo: sexualidad. Alteración sintáctica.
Subcomponentes estilísticos: es lo que subyace al estilo

- Intervenciones para recabar información:


Etchegoyen, H.: Fundamentos para una técnica psicoanalítica.
Hay dos grupos de instrumentos para recabar información, que, opuestos por sus objetivos, son hermanos en su
fundamento: la información para obtenerla y para ofrecérsela al paciente.
Entre los instrumentos para recabar información el más sencillo y directo es la pregunta. Cuando no hemos
escuchado, no hemos entendido o deseamos conocer algún dato que nos parece pertinente a las asociaciones del
analizado, así como cuando creemos necesario saber qué significado le da el paciente a lo que está diciendo,
corresponde preguntar. En el caso regular, la pregunta tiene por finalidad obtener una información precisa y se
entiende que se la formula sin otros propósitos, sin segundas intenciones, porque de lo contrario ya estaríamos
haciendo otra cosa, influyendo sobre el analizado.
Una dificultad de preguntar, es que sin darnos cuenta, tengamos segundas intenciones o que el analizado nos las
adjudique. El otro inconveniente de preguntar es que, el alguna medida, perturbamos la asociación libre. Solo en casos
especiales se justifica interrumpir el flujo asociativo para preguntar.
Cuando el paciente está angustiado o confundido, cuando no puede hablar libremente, resulta legítimo hacer
preguntas, sea para dar soporte al yo o para reforzar su contacto con la realidad, o bien como un intento de mejorar el
nivel de colaboración del paciente.
Otro instrumento para recabar información es el señalamiento (observación). El señalamiento señala algo,
circunscribe un área de observación, llama la atención, con el objetivo de que el paciente observe y ofrezca más
información. Implica siempre un grado de información que el analista le da al paciente al llamar su atención; pero eso es
adjetivo, lo que define a este instrumento es que busca recibir información. Tiende a hacerse diciendo fíjese o note que;
es decir, realmente señalando algo que no ha sido advertido por el analizado y que no sabemos si es consciente para él.
En el señalamiento el analista no lleva el propósito de informar específicamente al paciente sino de hacerle fijar la
atención en algo que ha aparecido y que, en principio, el terapeuta mismo no sabe qué significado puede tener.
Otro instrumento para recoger información es la confrontación. Muestra al paciente dos cosas contrapuestas
con la intención de colocarlo ante un dilema, para que advierta una contradicción, destaca dos aspectos distintos,
contradictorios del material.

- Intervenciones en las entrevistas en situaciones de crisis: Fundamentación:


Berardo de Bauduco: El diagnostico psicológico en las situaciones de urgencia.
El diagnostico en situaciones de urgencia presenta una doble dificultad:
1) El cuestionamiento sobre la técnica; tipo de intervención, actitud diagnostica y/o terapéutica.
2) El cuestionarse sobre los fundamentos teóricos de la técnica que deben encontrarse en la misma teoría que sustenta
todo el accionar del diagnosticador y/o terapeuta.
En base a estos cuestionamientos, parte de dos ideas generales, por un lado, la técnica solo puede ser una: la
entrevista, y la actitud diagnóstica/terapéutica. Y por otro lado, entiende por urgencia a un momento de
desorganización de la estructura donde la cantidad que ha invadido al aparato psíquico (desde sus fuentes pulsional-
mundo interno) no ha podido ser cualificada en la cadena de significantes, se acompaña de un intenso padecimiento y
promueve desorganizaciones en el entorno, con búsqueda inespecífica de respuestas.

El concepto de trauma en psicoanálisis


- Aparece siempre ligado a lo económico: la experiencia dolorosa, excesiva dosis de estímulo, cantidad de energía,
desamparo psíquico, etc.
- Descubrimiento: las histéricas mienten; descreer de sus neuróticas pone a Freud un límite en el concepto de trauma. La
fantasía participa en su constitución, el trauma, cuyo recuerdo es inalcanzable, se resignifica.
- Series complementarias: el trauma se ubica en dos polos: experiencia infantil y factor desencadenante que remite a un
pasado que no se ha constituido como tal. Se resignifica la experiencia infantil y se significa la experiencia actual.
- Progresivamente trauma se sustituye por “situación traumática” que se centra en las experiencias de pérdida. El yo
“inundado”, desvalido como primitivamente lo estuvo es el resultante.
- Articulando estos conceptos con la compulsión a la repetición es que podemos pensar en el carácter repetitivo,
independiente del placer, inherente a toda situación traumática: complejo de Edipo y castración en sus aspectos
traumáticos se repiten en la transferencia.
- La angustia automática como descarga de magnitudes de excitación que provoca un estado de caos interno es el
correlato del trauma en su estado más puro. El nominar es la manera de ubicar y manejar este peligro. En la medida en
que pueda incluirse en el devenir de la historia deja de ser cantidad, la repetición es la búsqueda de historizacion de eso
nominado.
- Si la situación vivida como hecho traumático no se elabora y es tratada como no acontecida (desmentida) estamos
frente a un paciente sin historia.
- Si la situación traumática es incluida estamos frente a un paciente con historia, psiconeurotico.
- El proceso analítico en las psiconeurosis consiste en develar detrás del relato de traumas que el paciente incluye en los
primeros encuentros analíticos, una nueva serie de situaciones traumáticas que nos acerca a lo no nombrado, no
incluido, que busca ligarse a los síntomas.

Aspectos clínicos
El paciente que concurre a la consulta psicoanalítica en estados de crisis no trae síntomas sino que la angustia es
el síntoma mismo. Su discurso, en el que podemos o no reconocer los restos intactos de una estructura conformada por
la represión, muestra el carácter de desorganización, caos, que delata la presencia de una situación traumática
actualizada por un hecho reciente, ya sea por su intensidad o por fallas, brechas en la estructura misma, ha impactado
sobre el paciente que llega a nosotros en un estado de desamparo psíquico. El discurso es éste y la función psicoanalítica
de escucha debe ser especialmente presta a escuchar el grito de dolor que el discurso encierra y contenerlo en el mismo
momento en que aparece. La función de holding es la más adecuada para estas situaciones, el estar presente y sereno es
lo que permite que el paciente pueda encontrar un espacio para empezar a pensar en términos de sentido.
El objetivo de estas entrevistas es el de favorecer la significación, el nominar aún cuando éste no sea sino el
incluir la situación traumática en el circuito neurótico, siempre que éste esté.
La entrevista debe ser operativa, incluyendo al paciente y su entorno, privilegiando la pregunta, la información y
la intervención organizante que apunta a la nominación y la historizacion dentro de la cadena significante del paciente.
El diagnóstico es: PACIENTE EN CRISIS.

- Entrevista y técnicas proyectivas:


Berardo de Bauducco: Técnicas proyectivas, entrevista: articulaciones.
En todo proceso psicodiagnóstico la entrevista constituye la técnica ineludible y primera que el psicólogo
instrumenta en el abordaje del fenómeno psíquico. Esta sirve a los fines de observar a la persona en una “situación
natural”, vincular, al decir de Bleger, donde la manera particular en la que se estructura el vínculo, el estilo que elija para
decir lo que dice, la forma que elija para enfrentar los distintos momentos de la entrevista el manejo de la ansiedad y las
defensas frente a la misma, el despliegue transferencial y su resonancia en el entrevistador (contra), serán algunos de
los tantos indicadores clínicos que el psicólogo, desde una teoría referente interpretará a fin de comenzar a hacer
hipótesis que le permita arribar a un diagnóstico, entendido éste en su sentido más amplio: “diagnóstico funcional y
situacional”.
Cada técnica privilegia la observación particular, más o menos profunda, de algunos elementos del fenómeno
psíquico. Es así como el uso discriminado y eficiente de distintos instrumentos permite un abordaje más científico. Habrá
procesos sin técnicas pero NO procesos sin entrevistas, siendo ésta siempre un instrumento ineludible.

Clasificación clásica de las técnicas


A) Temáticas: Aportan información sobre la dinámica interna de la personalidad
B) Estructurales: Aportan información sobre la estructura de la personalidad.
Si bien no es posible encuadrar cada una de las técnicas en esta clasificación, porque en realidad ninguna es pura
sino mixta, hablaremos de técnicas con predominancia temática como el TAT, TRO, CAT y desiderativo. Y de
predominancia estructural como los gráficos, Rorschach, Z test.
Test Desiderativo
 Verbal. Disparador de símbolos, de simple aplicación. Conformado por dos series de tres preguntas dobles (catexias
positivas y negativas).
 Se procura indagar los tres reinos, siendo el orden de elección un dato significativo entre nosotros.
 Debe ser aplicada en un contexto adecuado: se ha establecido previamente una relación con el examinado que
permita contener las ansiedades que su aplicación pudiese detonar.
 Es conveniente hacerlo a posteriori de las técnicas gráficas.
 La consigna coloca al sujeto en una situación hipotética, invitándolo a una actividad lúdica
 Las producciones desiderativas están regidas por el proceso secundario pero aluden a fantasías icc, son producciones
mixtas
 Cada elección desiderativa tiene un significado propio y único en cada sujeto, develado por las racionalizaciones que
responden al ¿por qué?
 Los símbolos no son interpretados sino traducidos. Se hace imprescindible tener en cuenta la historia vital del sujeto,
su estilo de comunicación, su motivo de consulta para analizar las respuestas dentro de un contexto personal
(importancia de las entrevistas previas)

Test Gráficos(Lo mismo que se menciona en el puntito de test gráficos de Ocampo y Gracía Arzeno Cap III)
Algunos indicadores generales en las producciones gráficas que aportan información para realizar diagnósticos
diferenciales entre estructuras neuróticas, psicóticas y perversas.
a) Estructuración o desestructuración intrapsíquica: la posibilidad de graficar objetos realistas, armónicos, completos
precisos y difrenciados es un indicador de estructuración intrapsíquica.
b) Percepción de realidad: el tratamiento de la hoja nos dará indicaciones en relación a la significación que la realidad
tenga para el sujeto. La hoja representa simbólicamente al mundo externo y puede ser tratada, ”rellenada”, de diversas
maneras.
c) Contacto con la realidad: el paulatino desarrollo de las funciones de percepción sienta las bases para el logro de
nociones temporales y espaciales: nociones de interrelación entre partes de objetos, proposiciones perspectivas, etc.
Sabemos que el contacto con la realidad se apoya en la función perceptual y que el YO se diferencia del Ello a partir de la
percepción, por lo tanto el análisis de la producción gráfica de nociones derivadas de la percepción nos dará información
sobre el contacto con la realidad y el desarrollo yoico.
d) Identidad: identidad sexual, indicador que podrá ser tenido en cuenta cuando el gráfico a analizar sea el de la figura
humana. Es esperable que el sujeto dibuje con diferenciaciones sexuales. Es esperable que dibuje primero su propio
sexo.
e) Posibilidad de simbolizar: implica el poder tomar distancia frente a la tarea y en ésta como en cualquier técnica
proyectiva el jugar en un nivel de “como si”. El exceso de ansiedad provocado por una técnica gráfica nos habla de una
falla en la simbolización, así como la negación a dibujar (poco frecuente). Las verbalizaciones posteriores al dibujo, o sea,
correspondiente al interrogatorio son también indicadores de este ítem.
f) Estereotipia-Plasticidad: 1- posibilidad de aceptar la secuencia gráfica a imágenes diversas y adecuadas versus la
repetición sin modificaciones del mismo gráfico o a lo largo de la secuencia. 2- la presencia versus ausencia del
movimiento armónico y expresivo en el gráfico.
Producciones gráficas neuróticas: organización, armonía, relaciones adecuadas de tamaño y ubicación en la hoja,
características humanas y sexuales, adecuación entre lo graficado y la realidad, la prueba tomada como un “como si”. La
aparición de indicadores patológicos corresponden a puntos de fijación que se manifiestan por áreas específicas del
gráfico que son tratadas de manera especial. Mientras un área del dibujo puede ser tratada de manera especial el
gráfico en su totalidad se mantiene organizado. Debido a la represión puede aparecer movimiento como impedido o
dibujos pobres.
Producciones psicóticas: fallas generales en la organización, inadecuación del objeto gráfico a la realidad figuras duras,
rígidas, trasparencias masivas, presencia de frente y perfil en un mismo gráfico, pérdida de la diferenciación sexual,
alteraciones de tamaño, aparición de elementos bizarros, dibujos confusos, abiertos.
Producciones perversas: presentan características mixtas. Mantienen características de organización semejantes a la
neurosis. Suele ser poco frecuente el uso de elementos simbólicos y los elementos más expresivos se refieren a la
actitud del sujeto frente a la prueba y al examinador, al especial tratamiento que suelan hacer del cuerpo en detrimento
de la cabeza, características sexuales en los dibujos, preferencia por dotar de movimientos activos, invasores a los
dibujos.

- Criterios del juicio clínico:


Lunazzi de Jubany: Lectura del psicodiagnóstico
El juicio clínico rebasa la puesta en marcha de los criterios técnicos para asegurar la rigurosidad de un trabajo
científico. La construcción de un juicio es a la vez el encuentro con lo desconocido, la angustia, el sufrimiento, la
creatividad. La necesidad de expedirse con las ansiedades especiales asociadas a este hecho
Los criterios para construir juicios clínicos confiables son:
• Tendrá como punto de partida la formulación de hipótesis que pueden ser indagadas de modo riguroso
• La selección e integración de indicadores que permitan transformar un conjunto de información en otro que le
corresponda, pero que permita su delimitación teórica, dinámica y singular
• Se sustentará en una sostenida indagación analítica de fenómenos diversos que comenzará posteriormente a insistir –
criterio de recurrencia- en determinados aspectos
• La rigurosidad se sustenta en un criterio de tratamiento suficientemente amplio y abarcativo del problema y su
contexto
• Se tratará de una tarea investigativa de gran complejidad que involucra al psicólogo en sus aspectos cognitivos, de
formación y experiencia técnica, sus marcos teóricos. Su disponibilidad afectiva e ideológica
• Estos procesos suceden de forma muy diversa en cada investigador siendo pertinente no formular ordenamientos o
pasos
El psicólogo que administra y evalúa no es separable de las técnicas. Enfatizamos junto con la sólida formación
especializada en psicodiagnóstico el psicoanálisis individual.

- Tipos de transferencia: Transferencia y resistencia:


Etchegoyen, H.: Los fundamentos de la técnica psicoanalítica.
1- Naturaleza y origen de la transferencia
El origen de la transferencia ha de buscarse en ciertos modelos, estereotipos o clisés que surgen como resultante de la
disposición innata y de las experiencias de los primeros años. Sólo una porción de los impulsos que alimentan estos
estereotipos alcanza un desarrollo psíquico completo; es la parte consciente, que se dirige a la realidad y está a
disposición de la persona. Otros impulsos, impedidos de toda expansión fuera de la fantasía, han permanecido en lo
inconsciente.
La transferencia se contrapone a la experiencia. Es decir, los estereotipos se componen de dos clases de impulsos: los
conscientes, que le sirven al yo para comprender la circunstancia presente con los modelos del pasado y dentro del
principio de realidad (experiencia), y los inconscientes que, sometidos al principio de placer, toman el presente por el
pasado en busca de satisfacción, de descarga (transferencia). Si la necesidad de amor de un individuo no se encuentra
satisfecha en su vida real, dicha persona estará siempre en una actitud de búsqueda frente a quien quiera que conozca o
encuentre, y es muy probable que ambas porciones de la libido, la consciente y la inconsciente, se apliquen a esa
búsqueda; la porción consciente se aplicará a esta búsqueda de forma racional y realista y la porción inconsciente lo
hará con la lógica del proceso primario, en busca de descarga.
El analista no tiene porqué ser una excepción, y por lo tanto, la libido insatisfecha del paciente se dirigirá a él tanto como
a cualquier otra persona. En este sentido, la transferencia es la misma en el análisis que fuera de él, no debe atribuirse al
método clínico sino a la enfermedad, a la neurosis.

2- Transferencia y resistencia
¿Por qué la transferencia aparece durante el tratamiento psicoanalítico como resistencia?
La explicación de Freud parte de que es condición necesaria para que surja la neurosis el proceso de introversión
descripto por Jung. Este proceso reconoce dos factores de realización: la ausencia de satisfacción en el mundo real y
actual, que inicia la introversión (conflicto actual y regresión); y la atracción de los elementos inconscientes de los
complejos inconscientes (conflicto infantil y fijación).
En cuanto al tratamiento consiste en seguir a la libido en este proceso regresivo para hacerla nuevamente accesible a la
consciencia y ponerla al servicio de la realidad, el analista se constituye en el enemigo de las fuerzas de la regresión y de
la represión, que operan como resistencia. Aquí las fuerzas que pusieron en marcha el proceso patológico apuntan
ahora contra el analista en cuanto agente de cambio que quiere revertir el proceso.
¿Por qué la resistencia utiliza la transferencia como su mejor instrumento?
Cuando seguimos un completo patógeno hacia el inconsciente, entramos en una región donde la resistencia se hace
sentir claramente, de modo que cada asociación debe llevar su sello, y es en este punto donde la transferencia entra en
escena. Esta transferencia tiene lugar y produce la próxima asociación, que se anuncia como una resistencia, la
detención del flujo asociativo por ejemplo. Se infiere, que el empleo del material del complejo que se presta a ser
transferido ha penetrado a la consciencia con prioridad a cualquier otro posible porque satisface la resistencia.
Aquí hay un punto difícil de comprender en este razonamiento: si la porción del complejo capaz de transferencia se
moviliza porque satisface a la resistencia, no puede ser, al mismo tiempo, lo que despierta la resistencia más fuerte.
El enlace transferencial, señala Freud, al transformar un deseo en algo que tiene que ver con la persona misma a la cual
ese deseo se dirige, lo hace más difícil de admitir; de esta forma, el impulso o el deseo, se trueca en transferencia para
poder así ser resistido ulteriormente.
En “inhibición, síntoma y angustia” plantea que la emergencia de un recuerdo angustioso pone en marcha una
resistencia de represión que lo transforma en un fenómeno vincular, que cuaja inmediatamente en la resistencia de
transferencia. Tal vez esto quiera decir Freud cuando afirma que nada mejor que transferir para no recordar, y que la
transferencia es lo que condiciona la resistencia más fuerte porque lo más difícil es reconocer algo que está presente en
el momento.
La contradicción que Etchegoyen cree advertir deriva de que Freud habla a veces de la transferencia en función del
recuerdo, y otras en función del deseo. En punto a recordar, la mejor resistencia será la transferencia porque transforma
un recuerdo en algo presente. Desde el punto de vista del deseo será su actualidad lo que ha de despertar la resistencia
más fuerte. Entonces lo que más se acomoda a la transferencia al recuerdo, es la transferencia, en cuanto es a través de
ella que el enfermo no rememora, no recuerda. Para esto habrá de penetrar en la consciencia el elemento del complejo
patógeno que más acude a la situación actual de modo que permita que el complejo se repita en lugar de ser recordado.
Ninguna ocurrencia puede ser mejor para evitar el recuerdo que la ocurrencia transferencial: en el momento en que yo
iba a recordar la rivalidad con mi padre, empiezo a sentir la rivalidad con mi analista.
3- La resistencia de transferencia
Para resolver la compleja relación entre resistencia y transferencia que aborda Freud en 1912, he propuesto verla desde
dos ángulos distintos.
Si lo que buscamos es recuperar el recuerdo patógeno, la transferencia opera como la mejor distorsión, de modo que,
para evitar la resistencia al recuerdo, el analizado va a tratar de establecer una transferencia para evitarlo. Pero si
consideramos el deseo, la pulsión, será al revés; siempre será más difícil confesar un deseo presente, dirigido al
interlocutor, que recordar que se lo experimentó con otra persona en el pasado. El problema está vinculado a la
antinomia entre el recuerdo y el deseo. Esta antinomia atraviesa desde el comienzo al fin la praxis del análisis.
La transferencia es a la vez el pasado y el presente: cuando se resuelve, se solucionan las dos cosas. El inconsciente es
atemporal y la curación consiste en darle temporalidad, es decir, redefinir un pasado y un presente. El analista debe
hacer que pasado y presente se unan en la mente del analizado, superando las represiones y disociaciones que tratan de
separarlos.
En “inhibición, síntoma y angustia” Freud define resistencia de transferencia: es de la misma naturaleza que la
resistencia de represión, pero tiene efectos especiales en el proceso analítico, desde que logra reanimar una represión
que solamente debiera haber sido recordada, la obliteración del recuerdo provoca la transferencia.

4- El enigma de la transferencia positiva


El mayor problema que se le plantea a Freud en 1912 es porqué la transferencia está en el análisis al servicio de la
resistencia, lo que no puede suceder con otras terapias. Freud clasifica la transferencia en positiva y negativa, y divide la
primera en erótica y sublimada. Sólo las transferencias negativa y positiva de impulsos eróticos actúan como resistencia;
y son estos dos componentes los que nosotros eliminamos haciéndolos conscientes, mientras que la transferencia
positiva sublimada persiste, y es el portador del éxito. Desde esta perspectiva Freud acepta que el psicoanálisis opera en
última instancia por sugestión, si por ello se entiende la influencia de un ser humano sobre otro por medio de la
transferencia.
La transferencia positiva de impulsos eróticos no se toca con la psicoterapia, juega a favor de la cura, si por cura
entendemos reprimir mejor los conflictos, en el psicoanálisis en cambio, en cuanto se la analiza, se transforma en
resistencia.
El análisis no crea estos fenómenos (transferencia), ellos están en la naturaleza humana, son la esencia de la
enfermedad.
5- Función de la transferencia
El funcionalismo no parece ser muy aplicable al psicoanálisis, por el tipo de hechos que trata esta disciplina. En el
psicoanálisis no hay una causalidad lineal y simple.
La idea de explicar la transferencia en función de la resistencia lleva entonces, a un planteo demasiado sencillo. En
cuanto al desarrollo de la cura hay que discriminar entre las expectativas de cómo se debe cumplir y el hecho real de
cómo se desarrolla. Freud dice que el analizado quiere actuar sus impulsos inconscientes en lugar de recordarlos como
la cura lo desea. Sin embargo, la cura no tiene porqué desear nada. El proceso psicoanalítico se desarrolla con arreglo a
su propia dinámica, que nosotros como analistas debemos respetar y comprender.
Se podría decir que es cierto, por una parte, que el amor de transferencia se instrumenta para no desarrollar la cura,
para convertirla en una pura satisfacción de deseos, y realmente obstaculiza. Pero por otra parte, también, este
obstáculo es la enfermedad misma, que consiste en que ese paciente no puede aplicar su libido a situaciones reales, a
objetos reales, de modo que el amor de transferencia, en este sentido, no es un obstáculo, sino la materia misma de la
cura.
La clasificación de la transferencia en positiva y negativa debe ser fenomenológica, es decir por el afecto, y no por el
efecto, por la utilidad, para evitar la connotación funcional.

6- Transferencia y repetición
Freud señala que en la medida en que el tratamiento se interna en el inconsciente, las reacciones del paciente revelan
las características del proceso primario, que lo llevan a valorar sus impulsos o deseos como actuales y reales, mientras
que el médico trata de ubicarlos en el contexto del tratamiento, que es el de la historia vital del paciente. Del resultado
de esta lucha depende el éxito del análisis, y si bien esta lucha se desarrolla en el campo de la transferencia y le ofrece al
psicoanalista sus mayores dificultades, también le da la oportunidad de mostrar al paciente sus impulsos eróticos
olvidados.
El análisis de la transferencia permite transformar la repetición en memoria, y así la transferencia pasa de constituir un
obstáculo a ser el mejor instrumento de la cura.

Resumen.
La Transferencia es el proceso en virtud del cual los deseo icc. se actualizan sobre ciertos objetos dentro de un
determinado tipo de relación establecida con ellos y, de un modo especial, en la relación analítica. Es la actualización de
relaciones significativas de la infancia qe se reeditan con figuras actuales.
Se trata de una repetición de prototipos infantiles vivida con un marcado sentimiento de actualidad.
Se la conoce como el terreno en el que se desarrolla la problemática de una cura analítica, caracterizándose ésta por la
instauración, modalidades, interpretación y resolución de la transferencia (Freud: la transferencia es la misma en el
análisis que fuera de él, no debe atribuírsele al método sino a la neurosis)
Para Bleger la transferencia se refiere a la actualización en la entrevista de sentimientos, actitudes y conductas
icc. por parte del entrevistado, que corresponde a pautas que se han establecido en el curso de su desarrollo,
especialmente en la relación interpersonal con su medio familiar.
En la transferencia el entrevistado asigna roles al entrevistador y se comporta en función de los mismos

Recorrido del concepto de transferencia:


 1895: “Estudio sobre la histeria”. Es la primera vez que Freud habla de Transferencia, loase refiriéndose a ella como
“Falso enlace”, hay una falla en la cadena de asociaciones del paciente y aparece una representación equívoca sobre
la figura del médico, es un fenómeno clínico
 1900: “La interpretación de los sueños”. Freud habla de la transferencia como el desplazamiento de la carga de una
representación icc. a una representación pcc. (resto diurno) en el mecanismo de conformación del sueño; es un
modelo metapsicológico aplicable a la formación de sueños y a la transferencia
 1905: “Caso Dora” (epilogo) se conceptualiza claramente por primera vez el concepto de transferencia y de las
trasferencias. Dice Freud: “las trasferencias son reimpresiones de vivencias pasadas con objetos del pasado que se
reactualizan con objetos del presente”. Puede ser tal cual (idéntica) o puede haber sufrido un proceso de
modificación. La transferencia tiene que ver con las características del aparato psíquico (marcado por la represión, a
mayor represión, mayor neurosis y mayor transferencia). Hay una intrínseca relación transferencia – neurosis
 1912: “Dinámica de la transferencia”, es el artículo más importante sobre transferencia. Freud habla en él del origen
y la función de la transferencia. Define la transferencia como clisés (modelo) que se repiten en la historia del sujeto.
El origen está basado en el camino del desarrollo de la libido, en éste van quedando fijaciones de la libido, en el
recorrido por las distintas etapas, de acuerdo a las vivencias infantiles y a la constitución sexual. Hay una parte que
atraviesa las distintas fases y termina pudiendo satisfacerse en la realidad (en la libido que posibilita las relaciones
objetales y las relaciones de meta inhibida, por eso no todo es transferencia); pero hay otra gran parte de libido que
deja puntos de fijación libidinal (por encontrar experiencias de insatisfacción), esta libido que se ha quedado ligada
busca permanente satisfacción con un objeto por otras vías, esa el la que se satisface en la transferencia. En la
medida que encuentre un objeto adecuado para su satisfacción la libido despliega sus afectos, esto sucede en el
tratamiento. En el mismo se busca satisfacer en los objetos actuales impulsos del pasado. El analista es uno de eso
objetos que por sus características se ofrece privilegiadamente como objetito de satisfacción porque su figura es
acéptica, actúa como un espejo que devuelve una imagen y porque es más fácilmente asimilable a objetos del
pasado, al no tener características propias facilita que el sujeto actualice en él vínculos pretéritos. Con respecto a la
función de la transferencia, Freud la conecta con la resistencia. En el curso del tratamiento a medida que se sigue las
representaciones y éstas se acercan al nudo del conflicto (recorrido regresivo de la libido), Freud observó que
aparecía la clínica de la Transferencia justo cuando se esta por revelar un contenido icc. La transferencia es una
repetición que ocupa el lugar de la representación originaria, obstaculiza la cura por que no permite recordar por eso
se pone al servicio de la resistencia.
 Pero como muestra en vivo y en directo aquello que no puede recordar, la transferencia empieza a volverse un
instrumento. La resistencia usa a la transferencia, pero la transferencia no es resistir. instrumento de cura
 1920: antes de “Más allá del principio de placer” Freud inscribe la transferencia a la compulsión a la repetición (el
sujeto no repite solamente por búsqueda de satisfacción, ni repite solamente lo placentero), energía que no se
puede ligar.
La transferencia entonces es conceptualizada como un producto transaccional así como el síntoma. Aparece
porque permite satisfacer una moción pulsional, se produce como modo de transacción de la posibilidad de satisfacer
un deseo prohibido. La vía es la deformación. La transferencia le sirve a la resistencia, en vez de recordar el sujeto repite,
pero la resistencia no crea la transferencia. La resistencia por transferencia es otra de las resistencias del yo (esta la
resistencia por represión, la resistencia por beneficio secundario y la por transferencia)

Tipos de transferencias:
Cuando la transferencia es reedición (ppio. De placer) ya hay ligadura que se deposita en el analista, es una
repetición de una satisfacción libidinal. En cambio cuando la transferencia es compulsión a la repetición es una energía
que se repite, son situaciones que no pudieron ser ligadas.

De acuerdo a la cualidad de afecto dominante:


 positiva:
- positiva sublimada
- erótica
 negativa:
- hostil
Freud dice que la transferencia erótica y la hostil están al servicio de la resistencia. Y que la sublimada facilita la
cura, si no está presente no es posible pensar en el desarrollo de un tratamiento; esta es un derivado de una antigua
corriente erótica originada en el C de Edipo, es el amor de transferencia.
La neurosis de transferencia es la transferencia que se instala en el proceso analítico, en un momento particular, se
instala y se descubre con ello la historia con sus objetos originarios.

Aplicado en las entrevistas:


La transferencia no debe ser trabajada hasta que no se constituye en resistencia, tiene que ver con el vínculo
con figuras originarias. En analista la utiliza al servicio de la cura.
La resistencia es todo lo que se opone a la cura.
El fenómeno transferencial:
 es utilizado como resistencia para no recordar
 la no elaboración es consecuencia de la repetición
 en él se encuentran condensadas la historia de las vinculaciones, la historia edípica del sujeto
 se lo utiliza como vía privilegiada de acceso al icc

Relación análisis de transferencia en la entrevista, analizabilidad y pronóstico terapéutico:


Si en las entrevistas previas al tratamiento el paciente desarrolla una transferencia erótica u hostil el pronóstico
de tratamiento es adverso. Aquí avanzó la transferencia antes del dispositivo terapéutico (“las pacientes que aman tanto
son las más difíciles de curar”).
Si hay suficiente basamento de transferencia positiva sublimada el pronóstico es positivo, hay posibilidad de desarrollo
de un proceso terapéutico, el paciente obedece, cree en el terapeuta, puede entender una interpretación como que es
para ayudarlo y no porque no lo quiera

Transferencia y resistencia:
La transferencia deviene como resistencia cuando es negativa, o la positiva de mociones eróticas reprimidas.
Freud encuentra que en el camino de la cura, y acercándose a los núcleos patógenos, empezaban a aparecer
representaciones y asociaciones relacionadas con la figura de terapeuta. Eran representaciones y asociaciones del tipo
de la transferencia positiva erótica y negativa, ambas obstaculizadoras de la cura. El paciente ya no iba a análisis para
descubrir lo Inconsciente, sino para competir con el analista, seducirlo, etc. Etchegoyen se pregunta si la resistencia crea
a la transferencia o viceversa. La transferencia crea a la resistencia. la transferencia está, es componente de la neurosis.
El paciente no transfiere para resistirse, sino para satisfacer la libido insatisfecha. El proceso regresivo favorece
que aparezca la transferencia, la búsqueda de satisfacción de la libido fijada y esto le sirve a la resistencia para no seguir
asociando y mantener reprimido el núcleo patógeno. Paradojalmente la transferencias erótica sirve a la cura porque el
analista puede darse cuenta que se está acercando al núcleo patógeno.

Freud habla de 5 resistencias:

El tratamiento psicoanalítico consiste en seguir a la libido en el proceso regresivo para hacerla consciente y
ponerla al servicio de la realidad, el analista se constituye en el enemigo de las fuerzas de la regresión y la represión,
que operan ahora como resistencia. La relación entre resistencia y transferencia es por las fuerzas que pusieron en
marcha el proceso patológico apuntan ahora contra el analista en cuanto agente de cambio que quiere revertir el
proceso.
Freud, expresa que la transferencia sirve a la resistencia porque: la transferencia es la distorsión más efectiva, y
porque conduce a la resistencia más fuerte, por lo cual la transferencia podría ser una táctica que emplea el paciente
para resistirse y si fuera así no podría decirse que la cura no la crea.

- Objetivos de la entrevista de admisión:


Patricia, A.: Entrevista de Admisión “Abordaje, Contextualización y Conceptualización.
Las entrevistas de admisión se configuran como una de las puertas de entrada que se ofrece a un sujeto
(paciente) que realiza una consulta en una institución pública, en un servicio o departamento de salud mental. Es el
pasaje previo, a través del cual el paciente accede a la asistencia, con una indicación terapéutica específica acorde a las
posibilidades con que cuenta el servicio. Así también resultan de ella la orientación hacia otros servicios o
especialidades. Es una llave de entrada de extrema complejidad, ya que para indicar algo es menester conocer
mínimamente a quien demanda.
La línea teórica q sustenta el accionar terapéutico es de índole dinámica, siendo la estrategia técnica posible en un
ámbito institucional de la psicoterapia de objetivos limitados. También se ofrecen terapéuticas de corte individual y/o
grupal, en fin, diferentes alternativas factibles de ser elegidas en función de la conveniencia del paciente.
Dos ejes teóricos q la sustentan:
1. La necesidad de realizar un Diagnóstico Diferencial,
2. La importancia de formular una indicación terapéutica apropiada.
Un abordaje dinámico nos habla de la constitución del psiquismo decantando en efectos de estructuras, donde
cada elemento cobra sentido en función de su concatenación con el todo y en función también del que escucha.
No se trata, en el caso de este tipo de entrevistas, de descifrar o deshilvanar las formaciones del icc que lo
constituye sino tan solo de agudizar una escucha que nos permita pensar si es la represión, la desmentida de la realidad
o la desmentida de la castración quienes lo atraviesan.
Si en las entrevistas preliminares hablamos de realizar un dx a los fines de pensar la orientación de un
tratamiento; en las entrevistas de admisión hacemos referencia a un paso anterior, el cual es el de acercarnos a una
aproximación diagnóstica, q nos permite pensar, no en la orientación del tratamiento, sino en términos de una
derivación q lo posibilita.
Estaremos articulando así, en todo lo posible, pedido y requerimiento del q consulta, con respuestas factibles q
la institución dispone.

De la técnica de las Entrevistas de Admisión.


Respecto a la transferencia: Por ejercer la función de la escucha, seremos indudablemente colocados por el paciente en
el lugar de quien supuestamente sabe. Lugar del que, sin embargo, deberemos corrernos para dejarlo a quien lo ocupará
de forma estable. Debemos permitir el despliegue transferencial necesario, a fin de obtener la información suficiente,
pero debemos manejar dicho fenómeno sin facilitarlo, ya que el paciente no debe ligarse intensamente en la medida
que no iniciará tratamiento con nosotros, de ser así podríamos hacer peligrar nuestro propósito de derivarlo.
Transferencia y contratransferencia: agudizaremos al máximo su registro, a fin de volcarnos en la elaboración de un dx
diferencial, p/el cual ambos serán fuentes valiosas.
Considerados así la particular ubicación de entrevistador de admisión, los lineamientos teóricos refieren a un
encuadre y consigna específicos, por los cuales haremos saber al paciente de los objetivos de la entrevista, el tiempo
que enmarcará la tarea, y el conocimiento que en el caso de sugerirle indicación de tratamiento, estamos descartados
como terapeutas.
En un primer momento incursionaremos en el proceso de admisión permitiendo q el paciente estructure el
campo, al modo de una entrevista abierta; y acudimos luego en un segundo momento a un rol activo, a través de la
intervención y la pregunta a la manera de una entrevista semidirigida; apuntando siempre a obtener información q nos
permite pensar en términos estructurales.
¿Cuándo decimos q una entrevista de admisión ha cumplido su cometido, ha devenido eficaz? Solo cuando
funcione verdaderamente en calidad de operador inicial, en tanto logramos a través de ella acercar a quien demanda al
lugar de desconocimiento, posibilitando la emergencia de un interrogante de lo que no se sabe, promoviendo alguna
pregunta en el paciente que merezca seguir siendo por él interrogada.

- Los procesos de duelo, su relación con la elección:


Zachetti, Gempert y González: La entrevista con adolescentes.
Susana Quiroga plantea que en el proceso de duelo habría tres momentos:
1. Pronunciamiento por parte de la realidad, un juicio de existencia que dice que el objeto se ha perdido, seguido de un
corte con la realidad de carácter defensivo que trae como consecuencia la escisión del yo, como forma de mantener la
ilusión de la presencia del objeto.
Es propio de la adolescencia temprana, irrumpe la pulsión genital que se manifiesta primero en forma de tensión sin
posibilidad de descarga, al mismo tiempo que coloca al aparato psíquico frente a una situación traumática.
La imposibilidad de integración entre pulsiones es característica de la etapa, que se manifiesta en: acción antisocial,
adicciones frecuentes, “mal gusto” en las vestimentas, descargas afectivas como asco y repugnancia, furia, angustia, etc.
Aquí ya ocurre la pérdida pero al mismo tiempo la negación frente a lo que se pierde y la desmentida frente a lo nuevo,
es decir, ocurre la pérdida pero no está la capacidad estructural para significarla.
2. Una sobreinvestidura de los recuerdos, de las representaciones y por lo tanto, nostalgia y anhelo por los objetos
perdidos.
Dolor psíquico intensificado por la nostalgia frente al objeto ausente. Los padres no son aquellos que el adolescente
necesita para su equilibrio narcisista, esto condiciona un estado de conflicto para el aparato psíquico que tiende a
desmentirse manteniendo una intensa investidura de los recuerdos, pero dado a que éstos no son acordes a la realidad
perceptual que se le impone al yo, la escisión va dando paso al conflicto psíquico, conflicto entre el deseo, derivado del
empuje pulsional, y el examen que de la realidad hace el yo…
Dolores psíquicos en juego: uno debido a que la realidad no conciente en satisfacer los anhelos que el yo desearía; otro
determinado por el desasimiento libidinal. El primero tiene que ver con el deseo de mantener las ilusiones. El segundo
deriva de que el sujeto está desinvistiendo dichas ilusiones y este proceso se torna peligroso para el equilibrio del yo.
Desde aquí, el adolescente se desplazara por estados afectivos que van desde el estado ilusorio de completud,
característico del enamoramiento, a la desilusion por percibir que el amor no saldaría su estado de desamparo… aceptar
la pérdida de las ilusiones supone tener un yo fortalecido, y estar acompañado por un contexto familiar que pueda
soportar el desmantelamiento en que queda el aparato psíquico del adolescente ante la pérdida de las ilusiones.
Surge la pregunta “quien soy” y “que deseo” ya que “quiero era yo” y “que deseaba” pertenecían al patrimonio
parental.
3. Proceso de desasimiento propiamente dicho “pieza por pieza”, alude a un trabajo de elaboración que implica la
desinvestidura de una historia inscripta en el icc del sujeto.
El desasimiento pieza por pieza, en lo que refiere a la función paterna y materna, implica un duelo por el modelo, por el
rival, por el objeto y por el doble o ayudante que cada uno fue y es en distintos momentos (posiciones en que el
adolescente coloca a sus padres). A esto se le agregan dos nuevos trabajos: el duelo por la representación – yo y el duelo
por el vínculo fraterno.

Dos tipos de desasimiento:


• De los vínculos de ser.
• De los vínculos de tener.

Por los vínculos de ser:


• Lleva a nuevas identificaciones narcisistas.
• Desde el duelo por el complejo fraterno, las investiduras se dirigen a la formación de vínculos grupales y
sociales.
• Desde el duelo por la autoridad paterna infantil se transformará el Superyo arcaico en Superyo social y desde el
duelo por el ideal paterno se forjarán nuevos ideales y valores culturales.

Por los vínculos de tener:


• Incluye el duelo por los derivados del Complejo de Edipo, es decir, vínculos de amor y odio que se reeditan en la
adolescencia, a los cuales el yo regresa y sobreinviste para propiciar el proceso de desprendimiento. En este proceso las
investiduras se dirigen hacia el objeto, no hacia el yo, lo cual conduce al hallzago de objeto heterosexual exogámico,
luego de pasar por vínculos mediatizadores, de tipo narcisista y de investidura homosexual, que aparecen como
precursores del hallazgo y que dan paso a transformaciones en los diferentes tipos de vínculos heterosexuales en la
adolescencia media.
Así, el duelo por el cuerpo queda transformado en un proceso de identificación con una nueva imagen de si.
El duelo por los padres infantiles conduce a un proceso de desasimiento que incluye: desasimiento de autoridad y de
ideal parental, y el desasimiento de los vínculos objetales incestuosos de amor y odio de la fase edipica que incluye
vínculos parentales y fraternos. La primera vertiente conduce al aparato psíquico a transformaciones en el yo, el
Superyo y el Ideal del yo del adolescente, y la segunda dirige el proceso de transformación al hallazgo de objeto
heterosexual externo.
Y el duelo por la identidad infantil se liga al anterior debido a que acercarse a un objeto heterosexual externo implica
haber realizado un duelo por la bisexualidad.

El trabajo de duelo propio de la adolescencia conducirá a:


1. Diferentes procesos identificatorios que permitirán construir una nueva imagen de sí, formas grupos sociales y
forjar ideales y valores.
2. Procesos de investidura de objeto heterosexual que concluirán en la elección de pareja, lo cual se consolida en
la adolescencia tardía.
3. La inserción laboral, que será la resultante de diferentes vínculos y fuentes pulsionales; una transformación de
las pulsiones de autoconservacion, de los vínculos homosexuales fraternos, especulares y de rivalidad, más un pasaje de
la pasividad infantil dependiente de los padres, a la actividad, mediante una identificación con las figuras parentales.
Procesamientos que concluyen recién en la adolescencia tardía; momento en el que se consolida lo que Rodulfo llama:
pasaje del jugar al trabajar; que no supone un simple desplazamiento, sino una lucha por conservar las raíces deseantes
del jugar.

De la Cruz, C.: Orientación vocacional: Una perspectiva clínica.


Todo adolescente es una persona en crisis en la medida en que está desestructurando y reestructurando su
mundo interno y sus relaciones con los demás. La tarea más importante del orientador vocacional será ser un buen
continente de la crisis adolescente y no actuar la urgencia que el consultante tenga en superarla y que ha depositado en
el experto.
La elección estaría ligada a la elaboración de duelos. Arminda Aberastury plantea la elaboración de tres duelos
básicos: el duelo por los padres infantiles, por el cuerpo infantil y por el rol o identidad infantil. En este sentido, el que
elige, no está sólo eligiendo una carrera, elige quien ha de ser y quien deja de ser, cuando se elige también se deja y esto
supone conflictos. También deja objetos, relaciones, otros proyectos, carreras, su omnipotencia.

- Diseño de cuestionarios:
Para la elaboración de cuestionarios se debe tener en cuenta:
- Amplitud del cuestionario: lo cual debe estimarse por el tiempo del mismo.
- Irradiación: el efecto de irradiación o contaminación material o emotivo se puede reducir situando juntas series de
preguntas que tratan del mismo complejo temático. Entre dos cuerpos de temas se plantean preguntas
amortiguadoras.
- Mezcla de preguntas: cuando la variable a investigar es compleja se debe descomponer en varias preguntas.
- Embudo de preguntas: se empieza formulando preguntas generales para pasar a las específicas.
- Preguntas de introducción, de alivio y control: se debe comenzar por preguntas que no provoquen ningún
retraimiento. Las preguntas de control sirven para averiguar si se contesto con sinceridad.
Datos sociales: estos datos deben ser solicitados al final de la encuesta, porque sino el encuestado puede sentir que si se
pregunta al comienzo se toma como curiosidad, lo que puede producir malestar.
Otras reglas importantes son:
- Las preguntas deben ser relativamente pocas.
- Las preguntas deben estar hachas de tal forma que las respuestas sean numéricas o afirmación-negación.
- Las preguntas deben ser sencillas y que se comprendan con facilidad.
- Las preguntas deben estar hechas de tal forma que no levanten prejuicios.
- En lo posible las preguntas deben ser corroborativas.
- No hacer preguntas que obliguen a cálculos o esfuerzos de memoria, y tal caso se debe presentar de modo que
facilite la memorización.
- Redactar las preguntas en forma personal y directa, no impersonal.
- No presentar preguntas en forma negativa, porque dan lugar a duda sobre el sentido de la respuesta, ni tampoco
afirmativamente porque sugieren contestar afirmativamente, lo conveniente es en forma neutral.
- Es importante que las preguntas sean cortas para evitar que sean ambiguas y oscuras

Los modos posibles para la elaboración de preguntas del cuestionario:


a-Sobre la forma o el estilo de la pregunta: las preguntas deben estar redactadas de modo espontaneo y de estilo
personal., tenemos que tener en cuenta lo que son las equivalencias semánticas de las palabras (tener en cuenta la
diversidad idiomática, para una clase algo significa una cosa, y para otro otra cosa).
b-Deben evitarse sugerencias o estereotipos para que las respuestas no estén condicionadas. Una sugerencia seria
cuando al entrevistado le sugerimos algo, ej., no cree también que…etc. (No se lo debe inducir ni predisponer).
Estereotipos; cuando incluimos en las formulaciones con un alto contenido emocional, nociones como poner orden,
capitalismo, dictadura, etc. (el encuestado en vez de contestar objetivamente queda enganchado con el estimulo
emocional).
c- Podemos hacer preguntas de dos tipos: abiertas o cerradas:
*Abiertas: no tienen alternativa de respuesta, tratan de buscar en el encuestado determinados recuerdos, conocer
determinadas opiniones, tratamos de él que el encuestado produzca una opinión sobre el tema., suele utilizarse cuando
de conoce poco de un tema, las respuesta va a ser heterogéneas y deben ser ordenadas en categorías antes de ser
evaluadas.
*Cerradas: son las preguntas que tienen opciones de respuesta, se intenta que el encuestado, reconozca, reproduzca
una respuesta, es decir que se suma a una categoría que está establecida, se utiliza cuando se conoce bastante del
tema, a partir de estas respuestas que nos dan, tenemos respuestas que son inequívocas y comparables, es importante
que las categorías no abrumen al encuestado, se espera que cuando le otorgamos la última opción todavía tenga en
mente la primera que le dijimos.
D-formulación de la pregunta en caso de retraimiento, es cuando necesitamos saber algo del encuestado, algo que
pondría de manifiesto entre amigos, o en personas de mucha confianza.
a-Respuestas generales ( cuánto cobra usted entre 1.000 o 1.500?, le puede dar a una repuesta aproximada sin dar con
exactitud la respuesta.
b-atenuar la gravedad: se realizan formulaciones aliviadores (hay empleados que están robando en una empresa y
cambiamos la palabra robar, por los empleados están llevando materiales a su casa), atenuamos la gravedad, ej. Usted
se lleva elementos a su casa?.
C-Sorpresa: es cuando despistamos de alguna forma al encuestado para que nos responda, ej.; piense usted cuando fue
el ultimo día que se llevo materiales a su casa, ponemos en acento en la reflexión, en el pensar.
d-Efecto de complicidad: es cuando se le dice, es de público conocimiento que los empleados se llevan materiales a la
casa, usted también?.
e-Evidencia: se hace una formulación como que es evidente y natural y todo el mundo lo sabe.

DISEÑOS DE CUESTIONARIOS- PRINCIPIOS PARA LA ELABORACION.


-Amplitud de cuestionario, se estima que un cuestionario debe durar 30´aprox, se calcula con los medio de cuestionario
de prueba,
-Evitar irradiación: es cuando el contenido de una pregunta que ya respondió, continua ocupando la mente del
encuestado y que por lo tanto la siguiente pregunta va a estar influenciada por esto., como lo evitamos?, por medio de
preguntas amortiguadoras, que son preguntas que tienen que ver con el tema no hacen al aspecto central que estamos
investigando.
-Mezcla de preguntas: se utiliza cuando se utiliza una variable compleja, vamos a descomponer esta variable compleja
en varias preguntas que vamos a esparcir a lo largo del cuestionario. Ej., si estamos investigando la rigidez en la
educación podemos disgregar esta variable es diferentes preguntas; ej., si se trata de violencia física buscar palabras
menos violentas para preguntar.
-Embudo preguntas más generales a preguntas más específicas, que tienen que ver con nuestra investigación,
empezando por preguntas generales.
_codificación del campo: es cuando tenemos marcado un campo determinado, aunque no se lo digamos, estima usted
necesario pegar a los niños...
0- Si
1- 1- no
2- Indeciso.
No le mostramos al entrevistado, solo sirve para nosotros, y abren camino a preguntas más especificas que vienen a
continuación. Si nos contesten que hay violencia a los niños, seguimos con los ítems, caso omiso, terminamos la
encuesta.
-Horquilla miento: cuando nos interesan las dos categorías, tanto las personas que nos dicen que si, como las que nos
dicen que no.
f- preguntas de introducción / alivio / control.
*alivio: se utilizan cuando se ha hecho un complejo de preguntas donde se encontraron varias preguntas antipáticas,
causan retraimiento en el encuestado, entonces se le ofrece al encuestado que se recupere, cuando son muy densas,
*De introducción: son preguntas generales, nada específicas.
*de control: son preguntas para saber si el encuestado ha contestado con sinceridad a una la pregunta que le hicimos.
Cambiamos la formulación, Preguntándole lo mismo de otra manera.
g- Datos sociales: datos de filiación, nombre, edad, estado civil, formación escolar, y se solicita al final de la encuesta,
en caso que sea anónima, no los nombre individualizadoras, pero lo otro si.

- Concepto de cáncer desde una perspectiva psicológica:


Ferrero, G.: Entrevista Psicooncológica. Generalidades, aspectos teóricos y técnicos
La Psicooncología es la actividad científica que relaciona la psicología y la oncología. Orienta sus actividades
hacia la investigación, docencia, y en especial, a la asistencia del paciente con cáncer y su entorno. Sus áreas de
intervención son: paciente, familia y equipos y sus niveles de abordaje:
1°: prevención en familia y equipo.
2°: tratamiento.
3°: rehabilitación.
¿Qué tipo de enfermedad es el cáncer? Es la proliferación de células en un tejido, de aspecto y biología diferentes. Con
capacidad de investir y destruir tejidos vecinos y emigrar a otros órganos.
¿Qué es el cáncer desde el punto de vista psicológico? Se llama cáncer a un proceso reconocido como propio, integrado
al organismo que le pertenece desde el punto de vista biológico y psíquico y que en su evolución sigue leyes fijas,
regulares y constantes. Por sus características puede destruir la totalidad de esa estructura. Es reconocido como
integrante del YO (indiferencia inmunológica).
El cáncer que aquí se considera no es una degeneración. Es otro orden, porque es ordenado y coherente, se
puede estudiar, diagnosticar, reconocer, individualizar y tratar. Esta enfermedad integrada al Yo, mantiene una relación
biológica estrecha con el resto del organismo, responde a una biografía bio-psico-social.
La palabra cáncer es un constructo social, una representación social y tiene sus características propias; genera
imagen, emoción, produce actitudes y moviliza defensas como la negación, etc. La enfermedad se presenta como
intermedia entre la vida y la muerte. También como objeto específico del saber médico. Se presenta como la falla
impersonal de una función o un órgano. La subjetividad desaparece con los tratamientos y la sustituye el parámetro
biológico. También la familia acusa movimientos, que muchas veces son desfavorables, activando conflictos, y en
oportunidades sin poder establecer una red de contención. Por ello necesitan tanta ayuda como el mismo paciente.

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