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Cultura, politica y curriculo Ensayos sobre la crisis de la escuela piiblica Pablo Gentili (comp.) Michel W. Apple / Tomaz Tadeu da Silva Epucacion ba Pas, ) Bent RAD Rivas Baearas vce) We Apple COMIENDO PAPAS FRITAS DARATAS pequeiio aucomsy ica, Elealor y lz hum: meno el clima, sine las tichas de tes sociales para consttuir una e paligrso. Se coleraba discuil flloséfiea y téiminos académicos, Pro, levarto abiercament siewarlo dentro de ua andliss serio de ls estructuras de pod conden poli ymiliar que sctualmenecontln wide cotidiana de ese pals, ya era ora euesti6n ‘A medida que avanzibamos por aquella carretera cura en 1 medio de una de las mejores conversaciones que tuve acerca de tas posiilidades de ransformacin educacionaly sobre las opre- Sivas condiciones que tans persons cafrentan en aqula ers, rai mirada fue atrafda hacia un costeda de la rua. De repence, en rt uno de aquellos acontecimiencos casi aecider les que aclaran y cristalizan fo que la realidad es reelmente, mi mirada se decuvo sobre-un abjeco aparencemence sin importancia. A interyalos.ce- glares habia pequetias placas de sefializaciér clavadas en la-tie- raa escasos metros de la carrecera. La imagen de las placas me era mucho més que familia. Llevaban la insignia de uno de los mis Famosos restaurantes ‘de fist food de los Estados Unidos “Transicamos muchos quilémecros pasando por cerrenos aparen- cemence desiercos lo largo de una planieie hirvience. Los ear les sesucedian uno eras otro, eada uno de ellos era la réplica del precedence:-touos tenfan, mas 0 menos, medio metro de alcura. No se crataba de outdoors. Ellosdiffcilmence exsten en esas po bres regiones ruraes, Por el concrario, eran exacramente (jex3cta- mente) iguales a las peuefias placas que se pueden encontcar cerca de los campos del Medio Oeste norteamericano y que in- dican cl tipo de semilla de maiz que eada agriculcor sembré en su propiedad. Focmulé a la conductora ~una amiga ceccana y ex alumna mia en Wisconsin, quien habia vuelto a aquel pais para trabajar en las can necesarias formas educacionales y sociales~ una pre- ggunta que se revel6 de cierca ingenuidad, aunque crucial para mit propia educacién. ;Por qué esos carcles del see» escin alli: Hay tuno de esos restaurantes aqui cerca? Mi amiga me mieé sorpren- dida. "Michael, zno sabes lo que esos carteles significan? No hay restaurantes occidentales en un radio de ochenta kilémetcos 21a, redonda. Estas placasreprésentan exactamence la injusticia de la ceducacién en este pais. Escucha, por favor, lo que voy a concar- co". Y yo la escuché. Se trata de una historia que dejé en mi una marca indele- ble porque condensa, en un tinico conjunto importance de expe- ‘iefcias hist6ricas, las relaciones entre nuestra luchas como edu- cadores/as y milicantesy las formas através de las cuales el podee ”n aceia de forma diferen.il en la vida cotidiana, No podré igualar aqui las tensiones y pasiones que transmitia Ia vor de mi amiga ‘mientras contaba su historia. Tampoco podcé transmitir los ex- trafios sentimientos que nos asofabaa al mirac aquellsinmensa, por momencas bella; por momentos asustadora y erecienternen- ce despoblada planicie ‘A pesar de todo, resulta crucial escuchar esta historia. Esci- chenls El gobierno nacional decidié que la atraccién de capitales extranjers era fundamental para su propia sobrevivencia.! Trace nnorteamericanos,alemanes,brtinicos, japoneses ¥ ots inverso~ res excernos permitisfa Ia ereacidn de empleos, inyeetaria un im- poreance volumen de capicales disponibles para inversiones.y transformaria ala nacitn, tornindola més compeciva para in- gresar ripidamente en el siglo xx. Una de las formas mediante tas cuales el gobierno, dominado por los militares, habia planifi-e «ado hacer eso, fue coloca pate de sus esfuertas en el reclucae rmiento de agro-business. Orientado por esce objetivo, el gobierno ofrecié vastas extensiones de tiera a muy bajo costo, de acuerdo con interesesincernacionales, en el dtea de los negocias agricolas. De particular importancia para la zona que atravessbamos era el hhecho de que gran parce de esta tierra habia sido oftecida al pro- veedor de una gran emprest nosteamericana dé restaurantes de fis fond. En escasierca se plancabart y cosechaban las papas que, 1 Reconozca.que a no nombrar el pals de est histca coro el riesgo de ezencializar "Ars", Exto puede hacernos crete que todos lo pais "as: ‘icot” cin unidos en una Unica represencacin, sia que exsa ninguna di- Ferencia ence elle. De hecho, exe riesgo ideolégico exe. Sin embargo, dada Is procariedad de Is seuacibn pola en aquel palsy la posible ame- sara alowlaccolegss que han cuestionado politias gubernamencales co- smo las que describe aqui, pienso que, en este ean, es mejor equivacarse con lacautlay dejar en ef anonimaco tanto a la nacién come au pueblo. fricas, consticufan una de fas marcas registradss + esta cadena de restaurantes, y uno de los secrecas de su gran éxito en todo el mundo. ‘quella empresa estaba ansiosa por apravechar la oportuni- dad de traniferic parte de su produccién de papas-de los Estados Unidos a Asia. Dado que: muchos/as trabajadores/as curales en los Estados Unidos estin actuslmente sindicalizados/as (por lo cual exigen salarios razonables) y ya que el gobierno de esta na- cidn asidtica nioga oficialmente cualquier tipo de organizacién sindical, el éoseo de planear papas all sera bastante menor. Por ‘otro lado, la tierra en aquella planicie era perfecta para la cosecha, de papas con un nimero considerablemente menor de trabajs- oresas. La répida incorporacién de maquinas fue sustcuyendo a Jos seres humanos. Finalmente. el gobierno esabs muy poco preocupado con las leyes sobre proteccién del medio ambiente. “Todo esto Ilevaba a considerar que dicha regién era un buen ne- gocio para la inversién de capiea. ¥ Obviamente, un niimero importante de personas vivian de ‘sa tierra, la culivaban para su propio consumo y ¥endian el cx- cedente luegordesatisfacer sus, relacivamence minimas, necesida~ des, Esto'ne detuvo a los interesados en el agro-business ni al go- bieeno. En definitiva, el pueblo podrfa ser desplazado para dejar ‘espacio al “progreso”. Los campesinos, ciertamence, no tenien los documentos de posesién de aquella tierra (habfan vivido all cl vex por cencenas de afios, bastante antes de Ja invencién de los bancos, las hipocecas y las escrituras). No seria’ dificil trasladarlos de la planicie hacia ocras das y asi dejar “libre” la regién para la produccién incensiva de papas y para la “ereacién de empleo:’, quitando, con ello, el sustento de millares y millares de pequefios agriculcores. *Escuchaba con atencién la historia. A medida que mi ami- g2 la iba contando atravessbamos campos (con los carteles de la 2 referida empresa) y jeblos sbandonadas. Naturalmente, las personas cuya tierra habia sido tomada por tan poco, tuvieron que mudarse. ‘Asi como.en tances ocros lugares similares, en aquellos paises que los grupos dominantes ilenominan “Tercer ‘Mundo’, dos:campesinos debieron:migrar hacia laciudad. Toma- sron sus escasas posesiones y se mudaron a los asentamientos pe- riféricos, siempre'en expansién alrededor del dnico luger que po- dia offecer alguna esperanza de encontrar trabajo para poder sobrevivie (sto, claro, si todos incluyendo los nti, trabajaran), El gobierno y los segmentos importanes de la live empre- sarial oficialmente hoicoteaban estos. desplazamiencos, a veces contratando bandidos para quemar las ciudades miserables. En ‘iras ocasiones mantenian las condiciones de adversidad, simple- mence-para que nadie “quisiers" vivir alli. Sin embargo, los des- pocefdos ce rasladaban en décenas de millares hacia las cidade. En definitiva, las personas pobres no son irracionales. La péidida dela terra enfa que ser compensads de alguna forma, y si esto implicaba ser amontonados en Jugares infernales, zqué ‘ora altémativa cenian? Se estaban construyendo fibrica en y al- rededor de las ciudades. En ellasse pagaba salaries incresblemen- ce bajos (algunas.veces menos que.lo suficiente para comprar el alimento necesario para reponer las calorfas quemadas por Joilas trabajadores/as en el proceso de produccién), pero, sila persona tenia suerte, al menos podia conseguir alli un empleo, Mincasgytescas mug. comennron 3 eich I papas, las personas eran transferidas a las ciudades. No es una Finda historia. Pero, cqué tiene que ver com fa educa? Mi ami gacontinus educindome.. El gobierno militar dio a codas estas grandes empresas in- temacionales veinteafios de exencién impostiva para facilcar ls condiciones de su localizacién en el pais. De esta forma, actual- ‘mente, hay muy poco dinero para financiar los servicios de sa- 2B sud, vivienda, agua, cloaca, electrcidad y esee "ys para millares de personas que buscaron su futuro en las ciudades o fueron li- teralmence empujadas hacia mecanismo para no ofrecer ¢50s servicios ea realmente habil. Tomemos como ejemplo la fal- ade insticuciones de edueacién formal en dichos barriosiperi rieos, Para que el gobierno conscruyera escuclas debfa demoserar= (ze la existencia de una “legicima® necesidad que justificase. gst Las estadistieas produeidas ofcialinente cenian que expre- Sar dicha demanda, y esto podia reaizarse slo a cavés de la erminacién oficial del nimero de nacimiencos registrados. Sin embargo, el propio proceso de registco oficial hacia imposible {que millares de nifios estuvieran reconocides como realmente cxistentes. Para matricular a un nifio en la escuela, la madre 0 el pax dre tenia que registrar el nacimfenco en ef hospital focal o en al? guna instieucidn del gobierno, tos cuales nor exiscan en esas dreas perféicas. El gobierno, que desalencaba oficialmence los

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