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Cómo hacer un bonsái

2 partes:Escoge el árbol bonsái indicado para tiSiembra el árbol bonsái

El antiguo arte de cultivar árboles bonsái tiene más de mil años de antigüedad. Aunque
normalmente se asocia con Japón, el cultivo de árboles bonsái empezó originalmente en
China, en donde los árboles finalmente se asociaron con la religión del Budismo Zen.[1] En
la actualidad, el árbol de bonsái se utiliza con fines recreacionales y creativos además de
sus usos tradicionales. Cuidar el árbol de bonsái le da a la persona la oportunidad de tomar
un rol creativo y reflexivo en el crecimiento de un emblema de belleza natural. Continúa
leyendo para que aprendas a cuidar tu propio árbol de bonsái.

Parte 1

Escoge el árbol bonsái indicado para ti

1.
1

Escoge una especie que se adapte a tu clima. No todos los árboles bonsái son
iguales. Muchas especie perennes e incluso algunas plantas tropicales se pueden
convertir en árboles bonsái, pero no todas las especies son apropiadas para tu
ubicación específica. Cuando selecciones la especie, es importante considerar el
clima en el que el árbol va a crecer. Por ejemplo, algunos árboles mueren en climas
fríos, mientras que otros necesitan temperaturas heladas para poder entrar en estado
de reposo y prepararse para la primavera. Antes de empezar, asegúrate de que la
especie que escogiste puede vivir en tu zona, especialmente si planeas dejar el árbol
en el exterior. El personal en la jardinería te puede ayudar si no estás muy seguro de
tu decisión.

o Una buena variedad de bonsái para los principiantes es el enebro. Estos


árboles de hoja perenne son resistentes y se hallan distribuidos por todo el
hemisferio norte e incluso en las regiones más templadas del hemisferio sur.
Además, los enebros son fáciles de cultivar, responden bien a la poda y a
otras "técnicas" y por ser de hoja perenne rara vez pierden sus hojas.
o Otros coníferos que normalmente se cultivan como árbol de bonsái incluyen
los pinos, los abetos y los cedros de distintas variedades. Los árboles de hoja
caduca (con muchas hojas, también llamados caducifolios) también son
buena opción, el arce japonés es increíblemente hermoso, al igual que las
magnolias, los olmos y los robles. Finalmente, algunas plantas tropicales no
leñosas (como el jade y la serissa japónica) son buenas opciones para
ambientes hogareños en climas templados o fríos.
2.

Decide si vas a dejar tu árbol bonsái al interior o al exterior de tu hogar. Las


necesidades del árbol pueden variar drásticamente dependiendo de su entorno. Por
lo general, los ambientes caseros son más secos y reciben menos luz que los
ambientes al aire libre, así que querrás elegir un árbol con menos necesidades de luz
y humedad. A continuación se listan las variedades más populares de árbol bonsái,
agrupados de acuerdo a su adaptación al entorno:[2]

o En el interior del hogar: ficus, cheflera, serissa, gardenia, camelia, buxus


microphylla.
o En el exterior: enebro, ciprés, cedro, arce, abedul, haya, ginkgo, alerce,
olmo.
o Ten en cuenta que algunas de las variedades más resistentes (como el
enebro) se adaptan al interior y al exterior del hogar, asumiendo que reciben
el cuidado que necesitan.
3.

Escoge un tamaño para tu bonsái. Los árboles bonsái vienen en distintos tamaños.
La altura de los árboles completamente desarrollados puede variar desde 15 cm (6
plg) a 90 cm (3 pies) de altura, dependiendo de la espacie. Si decides sembrar el
árbol de bonsái de una plántula o esqueje, al principio tendrá un tamaño incluso más
pequeño. Los árboles más grandes necesitan más agua, tierra y luz solar, así que
asegúrate de tener todo lo necesario antes de hacer tu compra.

o Algunas cosas que debes tener en cuenta antes de decidir el tamaño del árbol
son:
 El tamaño del recipiente que vas a utilizar
 El espacio disponible en tu casa u oficina
 La disponibilidad de luz solar en tu casa u oficina
 La cantidad de tiempo que puedes invertir en el cuidado del árbol (se
tarda más en podar un árbol grande)
4.

Imagina cómo se verá el producto terminado cuando vayas a seleccionar una


planta para convertirla en árbol bonsái. Una vez hayas decidido el tipo y tamaño
de árbol bonsái que quieres, puedes ir a un vivero o tienda de árboles bonsái y
escoger la planta que se convertirá en tu árbol bonsái. Cuando vayas a escoger la
planta, busca que la hoja tenga un color verde vibrante para que estés seguro de que
es una planta sana (sin embargo, ten en cuenta que los árboles de hoja caduca
pueden tener hojas de diferente color en otoño). Finalmente, cuando hayas reducido
la búsqueda a las plantas más saludables y hermosas, imagina cómo se verá cada
planta después de podarla. Parte de la diversión de cuidar un árbol bonsái es podarlo
y darle forma hasta que se vea exactamente como quieres (aunque es un proceso que
puede tardar años). Escoge un árbol cuya forma natural ayude para podarlo o darle
forma con las ideas que tienes en mente.
o Ten en cuenta que si decides cultivar tu árbol bonsái desde su semilla,
tendrás la capacidad de controlar el crecimiento del árbol en casi todas las
etapas de su desarrollo. Sin embargo, puede tomar hasta 5 años
(dependiendo de la especie del árbol) para que el árbol crezca desde su
semilla hasta su tamaño completo.[3] Debido a esto, si lo que quieres es
podar o darle forma al árbol relativamente rápido, lo mejor es comprar una
planta adulta.
o Otra opción es cultivar el árbol con un esqueje. Los esquejes son ramas que
se cortan de árboles en crecimiento y se trasplantan para crear una nueva
planta genéticamente idéntica.[4] . Los esquejes también son buena opción,
no necesitan tanto tiempo para crecer como las semillas, pero siguen
ofreciendo un buen control en el crecimiento del árbol.

5.

Escoge una maceta. El rasgo distintivo de los árboles bonsái es que se plantan en
macetas que restringen su crecimiento. El factor más importante para decidir qué
maceta utilizar es asegurarse de que la maceta sea lo suficientemente grande para
que la tierra cubra las raíces del árbol. El árbol absorbe la humedad del suelo a
través de las raíces. No querrás que la tierra sea insuficiente de forma que no
permita al árbol retener la humedad. Para evitar que las raíces se pudran, también
querrás asegurarte de que la maceta tenga uno o más agujeros de drenaje en la parte
inferior. Si la maceta no tiene agujeros de drenaje, puedes crearlos con un taladro.

o Aunque la maceta debe ser lo suficientemente grande para aguantar el peso


del árbol, también querrás que tenga un aspecto estético y prolijo. Las
macetas muy grandes hacen que el árbol se vea demasiado pequeño, dándole
un aspecto bizarro o poco artístico. Compra una maceta suficientemente
grande para las raíces del árbol, pero no te sobrepases, la idea es que la
maceta complemente el árbol estéticamente siendo relativamente discreta a
la vista.
o Algunas personas prefieren sembrar su árbol bonsái en recipientes planos y
luego transferirlos a recipientes más bonitos cuando han crecido. Este es un
proceso realmente útil si tu especie de bonsái es frágil, ya que te permite
posponer la compra de la maceta "bonita" hasta que tu árbol esté
completamente hermoso y saludable.

Parte 2

Siembra el árbol bonsái

Siembra árboles adultos


1.

Prepara el árbol. Si acabas de comprar un árbol bonsái y viene en un recipiente


plástico antiestético o si quieres moverlo a una mejor maceta, debes prepararte de
antemano antes de trasplantarlo. Primero, asegúrate de que el árbol ha sido podado
de la forma que quieres. Si te gustaría que el árbol creciera de cierta forma después
de trasplantarlo, envuelve un alambre resistente alrededor del árbol o retoño para
direccionar cuidadosamente su crecimiento. Querrás que el árbol esté en plena
forma antes de trasplantarlo a una nueva maceta, ya que puede ser un proceso
agotador para la planta.

o Debes saber que es mejor trasplantar en primavera los árboles con ciclos de
vida estacionales (por ejemplo, los árboles de hoja caduca). El aumento de
temperatura en primavera ocasiona que muchas plantas entren en un estado
de mayor crecimiento, lo que significa que se recuperan de la poda y el
recorte de raíces mucho más rápido.
o Tal vez quieras reducir la cantidad de agua que le das al árbol antes de
trasplantarlo. La tierra seca y suelta es mucho más fácil de trabajar que la
tierra húmeda.[5]

2.

Saca el árbol y limpia las raíces. Saca cuidadosamente la planta de su maceta


actual, asegurándote de no romper o rasgar el tallo principal. Puedes utilizar una
pala de jardinería para sacar la planta con más facilidad. Se cortarán la mayoría de
las raíces antes de trasplantar la planta a la maceta bonsái. Sin embargo, para tener
una visión clara de las raíces, normalmente es necesario limpiar cualquier suciedad
que tengan adherida. Limpia las raíces, limpiando con un cepillo cualquier grumo
de tierra que obstaculice tu visión. Los rastrillos de raíz, los palillos, las pinzas y
herramientas similares son útiles para este proceso.

o Las raíces no tienen que quedar impecables, pero sí lo suficientemente


limpias para que puedas ver lo que haces mientras podas.
3.

Poda las raíces. Si no se controla su crecimiento adecuadamente, los árboles bonsái


pueden superar fácilmente el tamaño de la maceta en la que se encuentran. Para
asegurarte de que tu árbol permanezca manejable y limpio, poda sus raíces cuando
lo vayas a poner en la maceta. Corta cualquier raíz grande y gruesa o cualquier raíz
que crezca hacia arriba, dejando un conjunto de raíces grandes y alargadas que se
asienten cerca de la superficie del suelo. El agua se absorbe por la punta de las
raíces, por lo que en un recipiente pequeño muchas raíces delgadas generalmente
son mejores que una sola raíz grande y profunda.
4.

Prepara la maceta. Antes de colocar el árbol en la maceta, asegúrate de que tiene


una base fresca de tierra para asentarse que le dé la altura deseada. Al fondo de la
maceta (vacía), coloca una capa de tierra de grano grueso como base. Luego, coloca
un medio de cultivo o tierra más delgada y suelta encima de la capa base. Utiliza
tierra o un medio de cultivo con buen drenaje, la tierra normal de jardín retiene
mucha agua y puede ahogar el árbol. Deja un pequeño espacio en la parte superior
de la maceta para que puedas cubrir las raíces del árbol.
5.

Siembra el árbol. Posiciona el árbol en su nueva maceta en la orientación que


desees. Termina de colocar la tierra de grano fino o el medio de cultivo en la
maceta, asegurándote de cubrir el sistema de raíces del árbol. Si lo deseas, puedes
colocar una capa final de musgo o grava. Además de ser visualmente agradable,
ayuda a mantener el árbol en su lugar.

o Si el árbol no permanece de pie en la nueva maceta, pasa un cable de calibre


grueso por la parte inferior de la maceta a través de los agujeros de drenaje.
Ata el cable alrededor del sistema de raíces para mantener el árbol en su
lugar.
o Tal vez quieras instalar una cerca de malla alrededor de los agujeros de
drenaje de la maceta para evitar la erosión del suelo, la cual ocurre cuando el
agua lleva tierra fuera de la maceta a través de los agujeros de drenaje.
6.

Cuida tu árbol bonsái. El árbol acaba de atravesar un proceso radical y traumático.


Durante 2 a 3 semanas después de trasplantar el árbol, déjalo en un área con sombra
semipermanente, protegido del viento y la luz solar directa.[6] Riega el árbol, pero
no utilices fertilizantes hasta que las raíces se hayan restablecido. Al darle al árbol
un "respiro" después de trasplantarlo, permites que se adapte a su nuevo hogar para
que prospere.

o Como se dijo anteriormente, los árboles de hoja caduca con ciclo de vida
estacional experimentan un periodo de mayor crecimiento durante
primavera. Debido a esto, es mejor trasplantar los árboles de hoja caduca en
primavera después de terminado su letargo invernal. Si el árbol de hoja
caduca es una especie de planta hogareña, después de dejarlo que eche raíces
y luego de trasplantarlo, querrás moverlo afuera cuando el aumento de la
temperatura y la luz solar activen su "súper crecimiento".
o Cuando el árbol se establezca, puedes experimentar colocando en la misma
maceta otro tipo de plantas pequeñas. Si las arreglas y cuidas (al igual que tu
árbol bonsái), estas nuevas plantas te permitirán crear un pequeño mini
jardín perfecto. Utiliza plantas que sean nativas de la misma zona que tu
árbol bonsái para que un mismo régimen de luz y agua sirva para todas las
plantas.

Cultiva el árbol desde su semilla

1.

Consigue las semillas. Cultivar un árbol bonsái con una sola semilla es un proceso
extremadamente lento y duradero. Dependiendo del tipo de árbol que intentes
cultivar, podría tomar hasta 4 o 5 años para que el tronco del árbol adquiera apenas
2,5 cm (1 plg) de diámetro.[7] Algunas semillas también necesitan condiciones
controladas con mucha precisión para poder germinar. Sin embargo, este método
posiblemente sea la máxima experiencia en el cultivo de árboles bonsái, en la
medida que te permite tener control total sobre el crecimiento de la planta desde el
momento de su nacimiento. Para empezar, compra las semillas de la especie de
árbol que deseas en una tienda de jardinería o consíguelas de la naturaleza.

o Muchos árboles de hoja caduca, como los robles, las hayas y los arces,
tienen semillas fáciles de reconocer (bellotas, etc) que caen del árbol.
Debido a la facilidad con la que se puede obtener sus semillas, este tipo de
árboles son una buena opción si lo que quieres es cultivar tu árbol bonsái
desde su semilla.
o Intenta conseguir semillas frescas. El periodo de tiempo en el que pueden
germinar las semillas de los árboles generalmente es menor que el tiempo en
el que germinan las semillas de flores o vegetales. Por ejemplo, las semillas
del roble (bellotas) están más "frescas" cuando se cosechan a principio de
otoño además de que conservan algo de su color verde.[8]

2.

2
Permite que la semilla germine. Cuando tengas buenas semillas para sembrar el
árbol, debes cuidarlas para asegurarte de que germinen (broten). En las áreas no
tropicales con temporadas definidas, las semillas generalmente caen de los árboles
en otoño, entonces permanecen en estado de reposo durante el invierno para luego
brotar en primavera. Las semillas de los árboles nativos a este tipo de zona están
biológicamente programadas para germinar solo después de haber experimentado la
temperatura fría del invierno y el aumento gradual de temperatura en verano. En
estos casos, es necesario exponer las semillas a esas condiciones o simular dicho
ambiente utilizando tu nevera.

o Si vives en una zona templada con temporadas definidas, puedes enterrar la


semilla en una pequeña maceta llena de tierra y mantenerla afuera durante el
invierno y verano. Si no es así, puedes guardar las semillas en el refrigerador
para simular el invierno. Coloca las semillas en una bolsa con cierre
hermético humedecida con un medio de cultivo (por ejemplo, la vermiculita)
y sácalas en primavera cuando broten.
 Para simular el ciclo natural de disminución y aumento de
temperatura que ocurre durante finales de otoño hasta principios de
primavera, primero coloca la bolsa de semillas en la parte inferior de
la nevera. En el transcurso de las dos semanas siguientes, muévelas
gradualmente hacia arriba, estante por estante, hasta que estén en la
parte superior, al lado de la unidad de refrigeración. Luego, al final
del invierno, revierte el proceso, moviendo la bolsa hacia la parte
inferior, estante por estante.[9]
3.

Coloca las semillas en un semillero o maceta. Cuando las semillas broten, puedes
trasplantarlas a un recipiente pequeño lleno de tierra de tu elección. Si dejaste que
las semillas germinarán de forma natural en el exterior, generalmente puedes
dejarlas en la misma maceta en la que germinaron. Si no fue así, saca las semillas de
la nevera y colócalas en una maceta o semillero llenado con tierra previamente. Haz
un pequeño agujero para la semilla y entiérrala de forma que su principal brote
sobresalga y su raíz principal quede enterrada. Riega las semillas de inmediato.
Mantén húmeda la tierra alrededor de las semilla, pero no empantanada o lodosa, ya
que eso puede podrir la planta.

o No utilices fertilizante hasta 5 o 6 semanas después de que las plantas se


hayan establecido en su nueva maceta. Empieza despacio, utilizando una
pequeña cantidad de fertilizante o tal vez podrías "quemar" las raíces
jóvenes de la planta, dañándolas con la sobreexposición a los químicos del
fertilizante.

4.

Mantén las semillas en un una zona de temperatura adecuada. A medida que las
semillas crecen, es importante no exponerlas directamente a temperaturas frías ya
que te arriesgas a perderlas. Si vives en un área con una primavera muy fuerte,
puedes colocar las semillas en el exterior en un lugar cálido pero cubierto,
asegurándote de que no queden expuestas a vientos fuertes o a luz solar constante,
esto asumiendo que la especie de tu árbol puede sobrevivir naturalmente en tu zona
geográfica. Sin embargo, si cultivaste plantas tropicales o si tus semillas brotaron
fuera de temporada, tal vez sea mejor mantener la planta en el interior de tu hogar o
en un invernadero donde esté más caliente.
o Independientemente de donde tengas tus semillas, es importante que te
asegures de regarlas frecuentemente, pero no de forma excesiva. Mantén el
suelo húmedo, pero no empantanado.

5.

Cuida las plántulas. Continúa con el régimen de riego y exposición solar


cuidadosa a medida que la planta crece. En los árboles de hoja caduca brotan dos
pequeñas hojas llamadas cotiledones[10] directamente de la semilla antes de
desarrollar hojas de verdad y continuar su crecimiento. A medida que el árbol crece
(de nuevo, este proceso puede tardar años) puedes moverlo gradualmente a macetas
más grandes para direccionar su crecimiento hasta que alcance el tamaño que
desees.

o Una vez tu árbol esté completamente establecido, puedes dejarlo en el


exterior en un lugar donde reciba luz solar en la mañana y sombra en la
tarde, asumiendo que la especie del árbol puede sobrevivir naturalmente en
tu zona geográfica. Si el clima de tu zona no es adecuado, las plantas
tropicales y otras variedades frágiles de bonsái posiblemente deban
mantenerse al interior del hogar de forma permanente.

Consejos
 Siembra el árbol en una maceta grande y deja que crezca por uno o dos años para
que aumente el grosor de su tronco.
 Recortar las raíces ayuda a que el árbol se adapte a su ambiente pequeño.
 También puedes hacer un árbol bonsái con otras especies de árbol.
 Deja que el árbol crezca hasta la próxima temporada antes de podarlo o darle forma.
 Cuídalo y no lo dejes morir.
 Enfócate en estilos básicos como el vertical, el informal y la cascada.

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