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CULTURA

PRECOLOMBINA
QUIMBAYA

COLOMBIA
CULTURA PRECOLOMBINA QUIMBAYA-COLOMBIA
Durante milenios, grupos humanos con diferentes culturas y formas de vida
aprovecharon la diversidad de climas y la variedad y abundancia en recursos de las
montañas del Cauca Medio. Sus primeros pobladores, diez mil años atrás, fueron
cazadores y recolectores.
Más tarde, por cerca de dos milenios hasta la Conquista, en los períodos Quimbaya
Temprano y Quimbaya Tardío, habitaron la región agricultores y mineros de oro y sal,
artífices de cerámica y orfebrería sorprendente.
Los quimbayas eran uno de los grupos que habitaban el valle medio del río Cauca a la
llegada de los conquistadores españoles. Por tradición todos los objetos arqueológicos
encontrados en esta región de Colombia han sido denominados con el
nombre Quimbaya y se ha identificado a los quimbayas como sus artífices, a pesar de
que muchos de ellos fueron producidos por otra gente y en distintas épocas.
En el área que circunscriben las cordilleras occidental y central de los Andes colombianos
y los ríos Otún y Paila, afluentes derechos del Cauca torrentoso, tuvo su asentamiento
la civilización Quimbaya.
Estas tierras que hoy son porción riquísima de los departamentos de Caldas, Quindío y
Risaralda, para la época precolombina estaban cubiertas de tupida selva. A ella debieron
llegar estos hijos de la familia lingüística caribe y desde las orillas del Cauca, divisaron la
altas cordilleras donde las cumbres del Ruiz y Santa Isabel platean al sol. En este
maravilloso lugar hicieron su morada permanente la cultura Quimbaya.
Las principales ocupaciones de este pueblo de elevada cultura eran la agrícola, la
orfebrería y la guerra. Obtenían su alimentación cultivando en sus fertilísimas tierras
maíz, frijoles, chachafrutos, yuca, arracacha, ahuyama o zapallo, y los consumían
cociéndolos con sal. Su agricultura se vio favorecida por abundantes ríos que utilizaron
para riego. Fuera de eso, la montaña les ofrecía los frutos del aguacate, del chulupo, de la
guayaba, de la piña, de los zapotes, del guamo y las almendras muy nutritivas de la olla
del mono. Se proveían de carne por medio de la cacería, a la cual eran muy adictos; en
los bosques había zaínos, venados, conejos, guatines, guartibajas, monos, armadillos y
numerosas aves. Además, los ríos le deparaban abundante y variada pesca.
La sal para cuya extracción cada familia mantenía todos los utensilios indispensables, la
obtenían de las fuentes vecinas al río Consota, sometiendo las aguas a la evaporación en
enormes vasijas de barro o en las palas puestas al fuego, sacando así panes blanquísimos,
que los españoles calificaron como iguales en su blancura a la sal de Castilla. Sus bebidas
eran el vino de palma y la chicha del maíz fermentado, elemento principal de sus fiestas.
La agricultura Quimbayaalcanzo gran perfección y aun en época reciente se hallaron
surcos y terrazas de su sembrados.
Entre los espesos guaduales de la zona Quimbaya se levantaban grandes ceibas cuyos
troncos constituían un medio favorable para la formación de colmenas, que explotaban
los indios para complementar su alimentación y para utilizar la cera en la confección de
los rostros de sus ídolos, en la fabricación de objetos de oro por el sistema de la fundición
a la cera perdida y en la técnica de la pintura negativa en vasijas y cerámicas figurativas
de carácter ceremonial.
Fue famosa entre los conquistadores la belicosidad de los Quimbayas. Es verdad que sus
batallas consistían, sobre todo en la algarabía que hacían los guerreros adornados de
todas sus preseas y antecedidos de banderas salpicadas con estrellas de oro. Pero su
habilidad en dispara el arco era tan certera que muchos españoles resultaban heridos y
aun muertos por el curare de las flechas. Este veneno se preparaba por los indios con
zumos de plantas y con la secreciones venenosas de algunas ranas.
Casi todos los caciques tenían la bárbara costumbre de colocar picotas de guaduas en las
cabezas y miembros de los habían hecho prisioneros o que habían matado en la refriega.
Aquellos cráneos desecados con sus cabellos flotando al viento daban el más espantable
espectáculo y el olor más nauseabundo; esta medida la empleaban para infundir terror
en los invasores.
La industria textil tuvo dos centros principales de desarrollo durante la época
prehispánica: uno en la zona oriental, entre los grupos chibchas de Cundinamarca,
Boyacá y Santander, y otro en la región occidental, en los territorios de los
departamentos de Antioquia, Caldas, Quindío, Risaralda y algunas zonas vecinas.
En la región Occidental, el mayor incremento de la industria se registró en el piso térmico
templado y en la zona cálida. El empleo de ropas de algodón con galanas pinturas se dio
entre los Quimbayas y otros a pesar de que varias poblaciones usaban pocas ropas: la
escasez de ropa confeccionada con esta fibra la suplían con el empleo de corteza de
árboles que ellos hacían.
Danzas y Cantos Ceremoniales Quimbaya
Acostumbraban a celebrar los Quimbayas fiestas de carácter ritual, seguramente para
propiciar el favor de sus dioses en las cosechas y en otras actividades de su vida
cotidiana. Estas fiestas consistían en danzas ceremoniales al compás de tambores,
acompañadas de frecuentes libaciones de chicha y de cantos en los cuales se expresaban
las dificultades y necesidades de la tribu, a la vez que se rememoraban las hazañas de sus
mayores.
Un carácter ritual parece que tenían también otras fiestas, como aquella en que se
reunían para beber y solazarse, después de lo cual se formaban entre las mujeres,
muchachos y hombres adultos donde arremetían unos contra otros, con propulsores o
tiraderas, varas y otras armas, con el resultado de que de tales lides resultaban muchos
heridos y un buen numero de muertos.

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