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CUAJONE:
QUELLAVECO:
Se ubica en el valle del ríóo Asana a 12 Km. al norte del yacimiento Toquepala, comprende cuerpos
mineralizados, fracturados y con fuerte mineralizacioó n hidrotermal e intruida por dioritas y monzonitas
cuarcíóferas. La mineralizacioó n hipoó gena consiste de pirita y calcopirita, asíó como molibdenita y esfalerita
presentaó ndose en vetillas tipo stock work. Actualmente el yacimiento estaó siendo evaluado geoloó gicamente por
la companñ íóa Mantos Blancos de Chile.
TOQUEPALA:
DEPOSITOS NO METALICOS
YESO
Dos pequenñ as canteras de yeso existen en la ladera izquierda del valle de Moquegua, al sur de la ciudad del
mismo nombre. Ellas son: El Mirador y La Rinconada; en ambos lugares se explota dicho material en pequenñ a
escala. El yeso se presente en el tope de la formacioó n Moquegua inferior constituyendo un horizonte de 10-15
m. de grosor. Este horizonte consta de capas y lechos de arcilla yesíófera, de color rojizo, entre las cuales se
intercalan capitas lenticulares de 15 a 20 cm. de yeso.
EPSOMITA
Esta sal se encuentra en las partes bajas de la ladera derecha del ríóo Ilabaya, desde unos 2 km aguas arriba del
pueblo del mismo nombre. El lugar maó s explorado se denomina “El Colpar” y se halla en la parte baja de la
quebrada del mismo nombre. Las rocas del aó rea son volcaó nicas, brechoides, hasta tufaó ceas, verdosas,
blanquecinas, etc. superficialmente estaó n muy resquebradajas. La epsomita ocurre como eflorescencias
pulverulentas de color blanco sobre la superficie de las rocas y materiales detríóticos de ladera; generalmente
ocurren como “copos de nieve”, mantillos y formas arrinñ onadas. El mineral es blanco brillante y sedoso; en los
numerosos prospectos de 2 a 3 m. de profundidad, cavados en las rocas volcaó nicas, se presenta macizo y
tambieó n cristalizado en finas agujas, en estos casos tiene aspecto columnar fibroso. En el aó rea citada hay
numerosos prospectos superficiales pero las concentraciones de epsomita no son suficientemente abundantes
para la explotacioó n regular, en pequenñ a escala.
Estaó n representados por formaciones conti-nentales, semicontinentales y volcaó nicas, que afloran en varios
lugares. BELLIDO y NARVAEZ op.cit., refieren areniscas y lutitas con restos de plantas e intercalaciones
volcaó ¬nicas en el valle de Moquegua y Tambo (Grupo Yamango), WILSON op,cit., indica depoó si¬tos litorales en
la parte alta de Tacna (formacioó n Machani).
LIASICO
La actividad volcaó nica fue mucho maó s intensa, los derrames y piroclaó sticos andesíóticos de la formacioó n
Chocolate, de la costa meridional, contienen intercalaciones claó sticas y calizas arrecifales, que senñ alan un
ambiente de mares someros y arcos de islas volcaó nicas. Entre fines del Liaó sico y el Bajociano inferior y medio se
produce una marcada subsidencia, durante la cual se depositaron las calizas de la formacioó n Socosani, el aó rea
de Arequipa y Valle de Tambo, y las capas areno-calcaó reas, de la formacioó n San Francisco, de Pachíóa y Palca en
Tacna.
JURASICO SUPERIOR
En la costa de Arequipa, Moquegua y Tacna estaó representada por una secuencia volcaó nico-sedimentaria
(formacioó n Guaneros), del Caloviano. Hacia el este en el Flanco Andino de la misma regioó n, cambia de facies,
pasando a las areniscas, lutitas y cuarcitas del Grupo Yura, cuya parte inferior y media corresponde al
Caloviano. En el cuadraó ngulo de Moquegua no afloran las formaciones citadas y se suponen cubiertas por los
volcaó nicos cretaó ceos. En la costa y flanco andino de Arequipa, Moquegua y Tacna existe un hiato que
corresponde al intervalo Juraó sico superior-Cretaó ceo medio, inclusive es probable que esta ausencia se deba a
procesos no de posicioó n maó s que a efectos de erosioó n por lo cual se infiere que las aó reas indicadas habríóan
permanecido emergidas desde fines del Juraó sico o Neocomiano hasta el Cretaó ceo superior.
MIOPLIOCENO
Se depositaron en la depresioó n tectoó nica apara-andina, cuyas capas horizontales a ligeramente inclinadas al S y
SO constituyen las pampas costaneras.
Luego de depositarse la formacioó n Moquegua siguioó un episodio volcaó nico muy in¬tenso, de caraó cter explosivo
y probablemente de origen fisural, cuyos depoó sitos (Volcaó nico Huaylillas) cubrieron ampliamente el Flanco
Andino, alcanzando en algunos sectores las pampas costaneras. Se supone que el eje de erupcioó n estaríóa a lo
largo del cambio topograó fico, entre el Flanco Andino y la alta peneplanicie (superficie Puna), actualmente
cubierta por los volcaó ¬nicos maó s modernos. Coetaó neamente con el volcanismo senñ alado o ligeramente despueó s,
en cuencas aisladas o intercomunicadas de la peneplanicie, se depositaron los claó sticos de la formacioó n
Capillune, muy extendidas en el Altiplano del sur del paíós.
El aó rea de Moquegua, al igual que el resto del bloque andino, se levantoó epirogeneó ticamente hasta alcanzar sus
altitudes actuales. El prolongado y paulatino movimiento fue acompanñ ado por fallamientos y reajustes de las
fallas preexistentes en la regioó n.
Los aislados y suaves pliegues de la formacioó n Moquegua y especialmente la inclina¬cioó n general de las
pampas, hacia el sur y suroeste, deben haberse producido por la epirogenia andina.
SISMICIDAD
El Sur del Peruó es, desde el punto de vista tectoó nico, una de las regiones maó s activas de la tierra y estaó sujeta a
frecuentes fenoó menos catastroó ficos, la actividad tectoó nica de la regioó n occidental del continente sudamericano,
estaó n relacionadas con la interaccioó n principalmente de las Placas Litosfeó ricas de Ameó rica del Sur y de Nazca,
constituyendo una de las regiones de subduccioó n maó s extensas en nuestro planeta.
Entre los elementos tectoó nicos maó s importantes relativos a la zona de subduccioó n entre las placas de Nazca y de
Ameó rica del Sur, destacan las Dorsales Marinas Asíósmicas, la Fosa Peruó - Chile, los Volcanes activos y la
Topografíóa de la Zona de subduccioó n.
DESLIZAMIENTO
Por la topografíóa reinante en las inmediaciones de la ciudad sobre todo en los sectores de El Siglo, Mariscal
Nieto y San Francisco, deberaó n evitarse en el futuro que se sigan construyendo en las laderas de fuerte
pendiente debido a la inestabilidad de taludes y en los sectores donde ya existe edificaciones se deberaó tomar
decisiones teó cnicas para estabilizar los taludes a fin de evitar danñ os en el caso de la ocurrencia de sismos o una
precipitacioó n pluvial de gran magnitud.
INUNDACIONES
La ciudad de Moquegua registra un íóndice de precipitacioó n pluvial bajo, sin embargo en eó pocas excepcionales
coó mo en el anñ o de 1993 donde alcanzoó los 100 mm en tres díóas ocasionoó aniego y acumulacioó n de aguas en
varios sectores de la ciudad, debido fundamentalmente a la falta de continuidad de las calles y avenidas, el
truncamiento de torrenteras y a la falta de una planificacioó n para la evacuacioó n de las aguas.