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SEXTO SEMESTRE

GRUPO #8

INFECTOLOGIA

TEMA: LEPTOSPIROSIS

INTEGRANTES:

Arelis Gavilanez
Stephany Montoya

DOCENTE: VITERI MORA AURA MERCEDES

AÑO LECTIVO:

2017 - 2018
HISTORIA
Las leptospiras han estado en el planeta por miles de años, encontrándose descripciones
probables en Mesopotamia y Egipto,5 aunque su rol como causantes de enfermedades ha
sido identificado en investigaciones relativamente recientes. La publicación del internista
alemán Adolf Weil en 1886 es acreditada como la primera descripción detallada de la
infección y la forma ictérica de la enfermedad, lleva su nombre.6 La infección en realidad
ha sido conocida y reportada mucho antes, con relatos en la literatura asociando fiebres e
ictericia en granjeros, inundaciones y ganado, desde la China e India hasta Europa.
Hipócrates postuló sobre ello, así como Galeno y en las campañas Napoleónicas y en
viajeros hacia las Américas.
Las espiroquetas eran atribuidas como los causantes de un gran rango de enfermedades.
Stimpson en 1907, fue el primero en reportar el aislamiento de una leptospira de un
paciente humano, describiendo la concentración del organismo en los túbulos renales.
Stimpson le dio al nuevo microorganismo el nombre de Spirocheta interrogans debido a
la morfología del organismo en forma de signo de interrogación.7
La Primera Guerra Mundial incrementó las investigaciones, por razón de las condiciones
de atrincheramiento que causaba un incremento inusual de la infección.5 Los
representantes de ambos frentes de batalla hicieron descubrimientos importantes sobre el
organismo, sus serotipos y el papel que juegan en las infecciones, y el tratamiento efectivo
del mismo. El reservorio natural fue descubierto en las ratas en Ecuador y México entre
los años 1818 y 1819.5 La mayoría del conocimiento de la patología y la epidemiología
actual fue definida antes de 1940, de modo que la investigación en el presente está enfocada
a la secuencia del ADN y los procesos celulares internos que le confiere al organismo su
virulencia, inmunidad y el mejoramiento en el desarrollo de medidas profilácticas.
La taxonomía del género Leptospira es origen de gran confusión. Tradicionalmente, el
género se ha agrupado por sus propiedades fenotípicas, sus relaciones serológicas y su
patogenia.Las cepas patógenas se incluían dentro de la especie Leptospira interrogans,
mientras que las cepas no patógenas se englobaban en la especie Leptospira biflexa. Cada
una de las dos especies contenía un gran número de serovariantes (es decir, grupos
diferentes a nivel serológico).
Sin embargo, esta clasificación no se corresponde con el análisis de ácidos nucleicos, el
cual respalda la división del género en tres géneros que constan de 14 especies. Con el fi n
de evitar confusiones, en este texto las leptospiras se dividirán en patógenas (para el ser
humano) y no patógenas sin hacer referencia a ninguna especie ni serovariantes específicas.
FISIOLOGÍA Y ESTRUCTURA
Las leptospiras son unas espiroquetas delgadas y
enroscadas (0,1 _ 6 a 20 _m) con un gancho en uno
o en ambos extremos puntiagudos. Dos flagelos
periplasmaticcos que prolongan la longitud de la
célula bacteriana y se anclan en dos extremos
opuestos se ocupan de la movilidad. Las leptospiras
son aerobios obligados y su temperatura optima de
crecimiento es de 28-30 °C en medios de cultivo
complementados con vitaminas (p. ej., B2, B12),
ácidos grasos de cadena larga y sales de amonio. Por
tanto, los microorganismos se pueden cultivar a
partir de muestras clínicas procedentes de sujetos
infectados.

PATOGENIA E INMUNIDAD
Las leptospiras patógenas pueden producir una infección subclínica, una enfermedad
seudogripal febril leve, o una enfermedad sistémica grave (enfermedad de Weil), con
insuficiencia hepática y renal, vasculitis extensa, miocarditis y fallecimiento. La gravedad de
la enfermedad se ve influida por el número de microorganismos implicados en la infección,
el estado inmunitario del anfitrión, y la virulencia de la cepa infectante. Debido a que las
leptospiras son delgadas y móviles, pueden penetrar a través de las membranas mucosas
intactas o la piel a través de pequeños cortes o abrasiones. Se pueden extender a través de
la sangre hasta todos los tejidos, incluyendo el sistema nervioso central. L. interrogans se
multiplica rápidamente y daña el endotelio de los pequeños vasos, lo que da lugar a las
principales manifestaciones de la enfermedad (p. ej., meningitis, disfunción hepática o
renal, hemorragia). Los microorganismos se pueden encontrar en la sangre o en el LCR al
inicio de la enfermedad, y en la orina en los últimos estadios. La eliminación de las
leptospiras tiene lugar como consecuencia del desarrollo de la inmunidad humoral. Sin
embargo, algunas manifestaciones clínicas pueden provenir de reacciones inmunológicas
frente a los microorganismos.
Por ejemplo, la meningitis se desarrolla con posterioridad a la eliminación de los
microorganismos del LCR y de la detección de inmunocomplejos en las lesiones renales.

Enfermedades clínicas
La mayor parte de las infecciones asociadas a leptospiras son asintomáticas en la clínica y
tan solo se detectan mediante la demostración de la presencia de anticuerpos específicos.
La infección se introduce a través de abrasiones de la piel o la conjuntiva. Las infecciones
sintomáticas aparecen tras un periodo de incubación de 1 a 2 semanas y tienen lugar en
dos fases. La fase inicial es semejante a un síndrome seudogripal, con fiebre y mialgias
(dolor muscular). Durante esta fase, el paciente presenta bacteriemia por leptospiras y los
microorganismos se pueden aislar con frecuencia del LCR, incluso en ausencia de síntomas
meníngeos. La fiebre y las mialgias pueden remitir después de 1 semana, pero el paciente
puede pasar a la segunda fase, la cual se caracteriza por el inicio súbito de cefalea, mialgias,
escalofríos, dolor abdominal y sufusión conjuntiva (es decir, enrojecimiento de los ojos).
La enfermedad grave puede evolucionar a colapso circulatorio, trombocitopenia,
hemorragia y disfunción hepática y renal.

Convalecencia:
restablecimiento, en
casos no tratados
Inmune: desaparecen puede ser de meses
organismos en sangre
por la respuesta
Aguda ó inmune, pueden
“septicémica”: permanecer en riñón
presencia de
leptospiras en sangre a
baja densidad
CUADRO CLINICO
ASINTOMATICA

FIEBRE, MIALGIAS PUEDEN REMITIR


PRIMERA FASE
DESPUES DE UNA SEMANA

INICIO SUBITO DE CEFALEA, MIALGIAS,


SEGUNDA FASE ESCALOFRIOS, DOLOR ABDOMINAL Y
SUFUSION CONJUNTIVA

COLAPSO CIRCULATORIO,
ENFERMEDAD GRAVE TROMBOCITOPENIA, HEMORRAGIA Y
DISFUNCION HEPATICA Y RENAL.

Diagnóstico
Se debe realizar la confirmación de la entidad basándose en el diagnóstico epidemiológico,
clínico y de laboratorio. Además, a todo fallecido con síndrome febril prolongado, de
origen desconocido, con sospecha o diagnóstico clínico, serológico y/o epidemiológico de
leptospirosis, debe realizársele estudio anátomopatológico.
Diagnóstico epidemiológico
Los verdaderos reservorios de la infección son los animales que tienen leptospiruria
prolongada y generalmente no sufren ellos la enfermedad, siendo los múridos (ratas y
ratones) ejemplos fehacientes de albergar icterohemorragiae y rara vez sufrir lesiones.
Los perros podrían tener una importancia epidemiológica similar debido a su estrecha
relación con el hombre. Cada serovars tiene su o sus huéspedes animales, pero cada
animal puede ser huésped de uno o varios serovars.
La vía más común es la directa, por medio del agua, suelo y alimentos contaminados
por orina de animales infectados.
Los grupos de mayor riesgo son los hombres jóvenes. Las personas que trabajan con
ganado están expuestas a la orina de los animales, al igual que los trabajadores de
arrozales, pues los roedores infectan los campos. Los cañeros igualmente constituyen
otro grupo de alto riesgo, conjuntamente con los trabajadores del alcantarillado, los
mineros, los plomeros, los veterinarios, los empelados de mataderos, los militares, y en
condiciones accidentales, los bañistas, los excursionistas expuestos a agua dulce y
manipuladores de pescado.
Diagnóstico clínico
Esta enfermedad tiene un período de incubación promedio de 1 ó 2 semanas con
límites entre 2 y 20 días. Es de curso bifásico y se caracteriza por una fase bacteriémica
o septicémica que desarrolla un cuadro infeccioso agudo durante 7 a 10 días; y otra fase
llamada leptospirúrica o inmune que se prolonga desde semanas a algunos meses.
Las manifestaciones clínicas son variables y presentan diferentes grados de severidad.
La gravedad depende de las variedades serológicas de que se trate. Numerosos casos
transcurren de forma inaparente, y en las zonas de leptospirosis endémica, la mayor
parte de las infecciones no se manifiestan por signos clínicos, o son demasiado leves
como para diagnosticarse de manera definitoria.1 Puede producirse una infección
aguda, subaguda y crónica, y en general se distinguen 2 tipos clínicos; el ictérico y el
anictérico.
El tipo ictérico o hepatonefrítico (enfermedad de Weil) es mucho menos frecuente que
el anictérico. Los síntomas se instalan bruscamente con fiebre, cefalea, mialgias,
conjuntivitis, postración, siendo comunes las petequias en la piel, gastrointestinales,
insuficiencia hepática y renal. Son marcadas la oligoanuria y el desequilibrio
electrolítico. Si evoluciona a la curación, la convalecencia pude durar 1 o 2 meses,
período en que pueden reaparecer los síntomas.12-14
Los casos anictéricos son más frecuentes, su sintomatología es más leve, a veces se
diagnostica erróneamente como meningitis o influenza. La leptospirosis puede
continuar por unas semanas o varios meses después de desaparecer los síntomas.1,5
Diagnóstico de laboratorio
La técnica de hemoaglutinación pasiva tiene una sensibilidad del 92 % y una
especificidad de 95 %, es rápida y de bajo costo, detectándose IgM a través de ella, lo
cual permite el diagnóstico de las infecciones recientes. También se efectúa por la
hemólisis pasiva que es más sensible que la anterior, pero más complicada; además por
la microaglutinación que no es realizada en todos los laboratorios, pues requiere de
cultivo de Leptospira.
Durante la primera fase de la enfermedad, el paciente aún no ha elevado los títulos de
anticuerpos. A partir de los 6 o 7 días es que comienzan a incrementarse, por lo que el
diagnóstico se realiza observando las leptospiras en sangre en los primeros 7 días, o en
el líquido cefalorraquídeo entre el 4to y 10mo días por microscopia del campo oscuro,
tomándose las muestras para realizar el cultivo del microorganismo que dura días o
semanas.
Diagnóstico diferencial de la leptospirosis
La leptospirosis en humanos puede mostrar una amplia variedad de síntomas y signos que
incluyen:
 fiebre;  diarrea;
 dolor de cabeza severo;  oliguria/anuria;
 dolores musculares;  hemorragias;
 inyección conjuntival;  erupciones en la piel;
 ictericia;  fotofobia;
 malestar general;  tos;
 rigidez en la nuca;  arritmia cardiaca;
 escalofríos;  hipotensión;
 dolor abdominal;  confusión mental;
 anorexia;  psicosis;
 náuseas;  delirio.
 vómitos;
No existe ningún cuadro clínico de la leptospirosis que sea característico de la enfermedad,
por lo que siempre la sospecha clínica de la enfermedad debe ser confirmada mediante
pruebas de laboratorio. Se deben consultar libros de texto para la descripción detallada de
la presentación clínica.
Las siguientes enfermedades deben ser consideradas en el diagnóstico diferencial de la
leptospirosis:
 influenza;  envenenamiento por químicos
 dengue y dengue hemorrágico;  envenenamiento por alimento;
 infecciones por hantavirus,  fiebre tifoidea y otras fiebres
incluyendo el síndrome entéricas
pulmonar por hantavirus u otros  hepatitis virales
síndromes de dificultad  fiebre de origen desconocido
respiratoria (FOD);
 fiebre amarilla y otras fiebres  seroconversión primaria por
hemorrágicas de origen viral VIH;
 rickettsiosis  enfermedad de los legionarios;
 borreliosis;  toxoplasmosis;
 malaria;  mononucleosis infecciosa;
 piolenefritis;  faringitis.
 meningitis aséptica;
Tratamiento
El tratamiento que a continuación se señala es el nombrado por el Programa Nacional de
Control de la Leptospirosis Humana. Siempre se indicará de inmediato, y en
correspondencia al estado que presente el caso en el momento de su ingreso.
Esquema de tratamiento de casos graves:
En adultos: Administrar en las primeras 72 h, 10 millones de UI de penicilina
cristalina por vía EV en dosis fraccionadas cada 4 ó 6 h. Continuar posteriormente
con penicilina rapilenta 1 millón de UI por vía IM cada 6 h durante 7 días.
En niños: Se seguirá igual esquema que en adultos, pero utilizando solamente 50
000 a 10 000 UI de penicilina cristalina.
Esquema de tratamiento para casos benignos:
En adultos: Admistrar 1 millón de penicilina cristalina cada 6 h durante las primeras
72 h y continuar posteriormente con 1 millón de UI de penicilina rapilenta cada 12
h durante 7 días.
En niños: Se aplicará el mismo esquema y las mismas dosis establecidas para casos
graves.
Esquema para cada caso de alergia a la penicilina:
En adultos: Se administran 500 g de tetraciclina por vía oral cada 6 h durante 7 días.
En niños mayores de 7 años: Se indicará de igual forma que en adultos, pero a
razón de 25 a 40 mg/kg de peso.
También se utilizarán otros tratamientos:
 Doxicilina 100 mg por vía oral 2 veces al día durante 7 días.
 Cefalosporina 1 g por vía EV cada 4 h durante las primeras 72 h, y continuar
posteriormente con 1 g diario por vía IM durante 7 días.
 Otros antibióticos que pudieran utilizarse serían amoxilina, cloranfenicol y
eritromicina.
En la segunda fase, el diagnóstico se confirma observando la leptospira en la orina al
microscopio de campo oscuro, lo que se dificulta por la acidez de la orina en el hombre
que no permite la supervivencia del microorganismo.
Serológicamente se diagnostica por el suero pareado. El primero debe ser tomado en los
primeros 7 días de la infección, y la segunda muestra a los 10 ó 15 días de la primera. Si
ésta es negativa o de título bajo y la segunda acusa un aumento apreciable de 4 veces o más
por encima, el diagnóstico es evidente.
Prevención de la leptospirosis en la familia y la comunidad
Roedores
 Se debe estimular la reducción del riesgo de contacto con los roedores, su orina o
excrementos. Para esto se debe fortalecer la higiene en el hogar y combatir roedores
en domicilios y alrededores. Tapar los orificios de las viviendas por donde puedan
ingresar estos animales.
 Aplicar medidas de eliminación como cebos y trampas en los lugares de riesgo,
controlándolos y renovándolos periódicamente.
 En las áreas cercanas al domicilio, evitar proveer de refugio a roedores
manteniendo los alrededores ordenados, removiendo escombros y basuras,
cortando pastos y arbustos.
 Mantener los residuos en recipientes cerrados de preferencia lejos del suelo hasta
su destino final, para evitar que sean fuente de alimento para roedores y cerdos.
 Almacenar los alimentos en lugares secos y frescos, dentro de frascos, envases de
plástico o lata con tapa a más de 50 cm del suelo (no usar bolsas para guardarlos ya
que los roedores las rompen fácilmente). Vigilar periódicamente que estén libres
de excremento de roedores o señales que indiquen la presencia de los mismos.
Animales
 Proteger los animales domésticos (caninos) y de interés económico (cerdos,
bovinos y equinos) mediante la inmunización. Aunque la vacunación no es
obligatoria, se recomienda en zonas endémicas y/o inundables. La vacunación de
los caninos se debe realizar cada 6 meses.
 Impedir el acceso de ratas y ratones construyendo reservorios de agua, establos,
patios y corrales a prueba de roedores.
 Limpiar, desinfectar y aislar con cercos, los lugares destinados para la crianza del
ganado.
 Evitar tocar animales enfermos o muertos, fetos, placentas, órganos (riñones,
vejigas) con las manos sin protección y evitar asistir a los animales cuando están
pariendo sin guantes.
 En caso de identificación de animales domésticos infectados separarlos de los
demás.
Ambiente
 Las bacterias se destruyen fácilmente por el calor, desinfectantes como lavandina,
desecación, frío intenso y valores extremos de pH (pH menores a 6 o mayores a
8).
 En pisos donde es posible la limpieza, realizar la desinfección con una solución de
1 parte de lavandina cada 9 partes de agua.
 Los suelos de tierra, sin exposición al sol, inundables o con falta de drenaje
adecuado pueden tratarse con yeso o cal para lograr una modificación del pH.
 Drenar o rellenar terrenos inundados o fácilmente inundables.
 Se recomienda la correcta disposición de aguas residuales y de baños.
 Los excrementos provenientes de animales domésticos deben ser dispuestos de
forma tal de evitar la contaminación del ambiente. Levantar diariamente la materia
fecal.
Medidas preventivas para las personas
 Evitar la inmersión en aguas estancadas potencialmente contaminadas, y procurar
que los niños no jueguen en charcos o barro.
 Cuando no se disponga de agua potable, clorar o hervir el agua para consumo
humano y para lavar utensilios de cocina.
 Lavarse las manos antes de comer y después del contacto con animales, utilizando
agua y jabón.
 Lavarse o tomar una ducha después de haber estado expuesto a salpicaduras de
orina, suelo o agua contaminados.
 Para la limpieza de superficies contaminadas utilizar una solución de 1 parte de
lavandina cada 9 partes de agua.
 En caso de inundaciones limpiar y desinfectar los domicilios con agua y lavandina,
utilizando botas y guantes. Se debe remover el barro que pudo haber ingresado,
antes de volver a habitar los mismos.
 Cubrir las lesiones de la piel con ropa impermeable. Lavar y desinfectar las heridas.
 Utilizar ropa protectora (botas, guantes, gafas, delantales, máscaras) durante la
manipulación de animales, evitando el contacto con orina y otros líquidos
corporales, y al realizar tareas de alcantarillado, drenaje, recolección de basura u
otras actividades de riesgo.

CASO CLINICO
Varón de 40 años, natural de Rumanía, sin antecedentes de interés que trabaja recogiendo cartones,
acude a urgencias por un cuadro de 5 días de evolución de mialgias, artralgias, cefalea, sensación
distérmica y vómitos. Se realiza una analítica donde destaca una discreta hipertransaminemia, con
aumento de bilirrubina (2,9mg/dl) sobre todo directa, con trombocitopenia y aumento de CPK
(3.677UI/l) y PCR 240mg/dl. Se da el alta con el diagnóstico de viriasis y se pauta antitérmicos
(paracetamol). Cuarenta y ocho horas después, el paciente acude nuevamente con empeoramiento
clínico. Presenta fiebre elevada, ictericia (bilirrubina 13,8mg/dl), oligoanuria (creatinina 5,4mg/dl)
y mayor trombocitopenia (24.000/microl), pero sin coagulopatía ni anemia. El paciente presenta
disnea con importante trabajo respiratorio, con roncus y crepitantes a la auscultación e infiltrado
alveolar perihiliar bilateral en la radiografía, por lo que se decide intubación orotraqueal. Presenta
secreciones hemoptoicas en boca y en tubo endotraqueal. Se inicia de forma empírica tratamiento
con imipenem. Se realiza frotis sanguíneo donde no se observan esquistocitos y TAC abdominal
sin contraste y ecografía abdominal donde se observa mínima cantidad de líquido en abdomen, sin
lesiones hepáticas y aumento difuso de ambos riñones, sin otros hallazgos. Se solicita estudio de
autoinmunidad que es negativo al igual que la serología de hepatitis como las de VIH, influenza A
y B, citomegalovirus y de virus de Epstein-Barr. Dado los antecedentes epidemiológicos, se
sospecha leptospirosis y se cambia el tratamiento antibiótico por ceftriaxona y doxiciclina,
solicitándose serología y PCR en sangre y orina que son positivos. Durante el ingreso en la UCI,
desarrolló fracaso multiorgánico. Presentó insuficiencia respiratoria aguda con hipoxemia grave e
importante alteración del intercambio gaseoso, que precisó ventilación en prono. Dada los
hallazgos de la radiografía y las secreciones hemáticas, se interpretó la posibilidad de hemorragia
alveolar difusa y se inició pulso de corticoides intravenosos durante 3 días. Pudo ser extubado al
octavo día, con mejoría radiológica y clínica. Así mismo, precisó noradrenalina la ingreso por
hipotensión grave y desarrolló fracaso renal anúrico con patrón de necrosis tubular y que necesitó
de terapia renal sustitutiva durante 6 días. Progresivamente la trombocitopenia, disfunción hepática
y la rabdomiolisis mejoraron hasta su resolución completa.
PREGUNTAS

1. ¿Quién en el año 1886 público la primera descripción detallada de la infección?


Adolf Weil
2. ¿Cuántos casos de leptospirosis se presentó en el año 2016?
72 casos
3. Describa a la bacteria Leptospira
Espiroquetas delgadas y enroscadas
Con un gancho puntiagudo en cada extremo
Dos flagelos periplasmaticcos
Aerobios obligados
Temperatura optima 28-30ªc
4. ¿Cómo se da la infección por Leptospira?
Mediante el contacto de la orina del ratón y la bacteria entra mediante mucosas y
heridas expuestas.
5. ¿Cuáles son los modos de transmisión?
Directa: Por contacto con sangres, tejidos o órganos contaminada.
Indirecta: Contacto con agua, lodo, terrenos o vegetación contaminada con orina de
animales infectados
6. La vía más común de transmisión de leptospirosis es la directa, por medio de:
Agua, suelo y alimentos contaminados por orina de animales infectados.
7. ¿Cuál es el período promedio de incubación de la leptospirosis?
El período promedio de incubación de la leptospirosis es de 1 ó 2 semanas con
límites entre 2 y 20 días.
8. Diagnóstico diferencial de la leptospirosis
Influenza, dengue y dengue hemorrágico; infecciones por hantavirus, incluyendo el
síndrome pulmonar por hantavirus u otros síndromes de dificultad respiratoria;
fiebre amarilla y otras fiebres hemorrágicas de origen viral; malaria; meningitis
aséptica; envenenamiento por químicos envenenamiento por alimento; fiebre
tifoidea y otras fiebres entéricas; hepatitis virales; faringitis.
9. Fármacos para el tratamiento de leptospirosis:
Penicilina, Tetraciclina, Doxicilina, Cefalosporina; Amoxilina, Cloranfenicol Y
Eritromicina.
10. Medidas preventivas en la leptospirosis en las personas:
 Evitar la inmersión en aguas estancadas potencialmente contaminadas, y procurar
que los niños no jueguen en charcos o barro.
 Cuando no se disponga de agua potable, clorar o hervir el agua para consumo
humano y para lavar utensilios de cocina.
 Lavarse las manos antes de comer y después del contacto con animales, utilizando
agua y jabón.
 Lavarse o tomar una ducha después de haber estado expuesto a salpicaduras de
orina, suelo o agua contaminados.

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