Académique Documents
Professionnel Documents
Culture Documents
CG:'rra c¡}irme_.,
23
Primera edición, 1946
NOTAS
1 Archlvo Nacional de Chile. Cedulario de la Capitanía General,
NOTAS
1 vr, p. 419.
2 Moth·os que ocasionaron la instalación de la Junta de Go-
bierno de Cbilo. EscritO$ de don Manuel de Saltl$, tomo u, pp.
93 y 94.
s Carta al seaior Patricio Español, ibfdem, p. 106.
• Publicado por don M. L. Amunátegui, en La Crónica de
1810, tomo r, p. 189 y ss.
CAPITULO HI
-
ENTRE LA MONAROUIA Y LA REPVBLICA
NOTAS
1
Manníng, Willíam R. Correspondencia diplomática de los
Estados Unidos concerniente a la Independencia de las naciones
latinoamericanas, tomo segundo, documentos 474 y 475.
CAPITULO IV
ORG.1l'IIZACION POLITICA DE LA
REPUBLICA
Pasan de cuatro mil los volúmenes que llevo y creo que com-
pletaremos seis mil con los que hay en ésa. Todos son escogidos
por personas de la primera literatura y gusto, que me han hecho
el favor de dam1e sus listas, entre los cuales se cncucr,tr:m UIIS
conocidos Destut de Tracy, Gregoire, Ju11ien, Say y mi tertuliana
la princ-esa de Salm, insigne poetisa y autora, V/arden y olros.
¡Qué tesoro literario! ¡Qué obras clásicas salidas en estos último~
treinta afios nos eran desconocidas! Y de las anteriores a esta
fecha, ¡cuánto ignorábamos! En estos países es donde se viene a
conocer el atraso en que se hallaban todos los dominios españoles.
100 LA ORCANIZACION DE LA REPUBUCA
NOTAS
1
LA LUCHA CONTRA LA ARl~"TOCRAClA 1-13
ante ella sobre este asunto, no es tanto por las divergencias y vaci·
lacioncs a que ha dado lugar la consideraci6n de cada uno de ellos,
sino sobre todo por la profunda convicción que abrigan todos los
respetables miembros de aquella Cámara de que no será equitati·
vo, ni menos com·eniente r perfecto cualquier temperamento que
se tome, por conciliatorio y meticuloso que parezca, si no se derri·
ba antes esa valla, ese atolladero ill$eparab1e que opone cJ artícu·
lo 162, entendido como hasta aquí, contra el cual se estrellan
impotentes, como se han estrellado hasta ahora, los arreglos con
m.í.s tino y sagacidad combinados, Jos planes mejor concebidos.
Mi proyecto no tiene nada de subversivo -terminó dicien-
do-. Dccr~tcse que los mayorazgos están disueltos y déjese a los
tribunales de justicia la aplicación de la disolución decretada. Los
mayorazgos están disueltos; tiempos más propicios y bonancibles
verán e.xhalar el último suspiro a estos residuos enfermizos y valctu-
dinarios de una época que afortunadamente ya no volverá. Bien·
aventurados los que alcancen a ese venturoso día, porque él será
uno de los fastos más memorables de nuestra futura historia.
Tocornallamentó que se hubiera lle,·ado la tolerancia
basta el último extremo, pues se hab1a derramado a manos
llenas la injuria y la calumnia contra los opositores al pro-
yecto. Expresó que aunque se reconociese que era de todo
punto injusto el artículo 162 de la Constitución habría
que respetarlo como emanado de autoridad competente.
El Congreso no tenía facultad para derogar ningún artículo
de la Carta fw1damental, y la atribución que le competía
para resolver las dudas no alcanzaba hasta autorizar la
derogación de lo que ofreda dudas.
Votado el proyecto de don J uan Bello en la misma
sesión, fué rechazado por dieciséis votos contra catorce~
absteniéndose de votar un número considerable de diputa-
dos, que se consideraron implicados por sus relaciones de
familia. Los ministeriales estuvieron en masa por el recha-
zo y los opositores por la aprobación. En cuanto a don
Juan Bello, como recuerda su biógrafo Amunátegui, perdió
la batalla en la Cámara pero ganó en la lucha un sólido
prestigio de orador elocuente, y de poeta pasó a estadista.
NOTAS
1 Historia general, vu, pp. 431-432.
2 Ley agraria, i 193.
3 Sesiones de los cuerpos legisl4til•os, tomo m, pp. l ), 241,
263 y 455.
1 Ibídem, tomo VJ, p. 268. ''Esa proposición, escribía el señor
que les han dado los poseedores actuales para que voten sobre su
extinción."
tG Los actuales poseedores ck mayorazgos apoyan la justicia con
que Ú1 representación naciomzl ha decretado su reducción al valor
primitil'O e11 que se fundaron. Santiago, 1827, 49 48 páginas.
Reproducido en los Cuerpos legislativos, vol. XIV, pp. 120-140.
Firmaban Pedro Prado Jaraquemada, Martín de Larrain, José Tori-
bio Larra!n, José Miguel Bascuiíán y Ov:ille, Juan Agustín Alcalde,
Francisco Ruiz Tagle, José Antonio Valdés, José Nicolás de la
Cerda, Juan de Dios Correa de Saa, Agustín Roías, Mercedes Rojas.
111 Presentación de los hijos primogénitos de mayor~Ugos. Se-
siones ck los cuerpos legislativos, xv, pp. 89-90. Firmaban los
señores José M. Bascuñán y Ovalle, José Antonio Valdés, Agustín
Rojas, Martln de Larrafn, Juan de Dios Correa de Saa, José Nico-
lás de la Cerda, Pedro José Prado Jaraquemadá. ,
Un comentario sobre el asunto, del periódico El monitor im·
parcial, lo reproduce el señor Letelier en el vol xv de su recopila·
ción, pp. 101 -104.
En el tomo anterior habla reproducido igualmente, pp. 140-142,
un breve escrito que llevaba por título CartcJ ck un cJmigo cJ su
corresponsal sobre 11Ul)•Or~Ugos, Imprenta de la Biblioteca, 4 pági·
nas.
11 Este documento se encuentra reproducido en las Sesiones
de los cuerpos legislativos, vol. :-.."IV, pp. 117-120. Terminaba con
estas palabras: " Representantes: vais a decidir si es justo que se
nos quite sin culpa ni delito nuestro, esa herencia o donación modal
en cuya expectativa hemos vivido, que descansa bajo la garantía
de la ley y que ya es irrevocable en nuestro favor, para repartir la
presa entre qtúcnes no invisten ningún título legítimo de poseerla.
Si hay:m de semos inúbles los bondadosos afanes de nuestros ma-
yores por asegurar nuestra subsistencia y si la retroactividad de la
ley deba manchar vuestras tareas."
Desde entonces se hizo el más decidido defensor de la institu·
ción don José ~(igucl Irarrázaval, marqués de la Pica, que no
nhorr6 esfuerzo por desbaratar cuanta iniciativa se lanzó para supri·
mirl::l. En su correspondencia se encuentran algunas piezas harto
reveladoras de su apasionado interés en el asunto y de toda la agi·
tación que promovió. El 16 de septiembre de 1827 le escribía el
diputado don Juan Albano Percira:
Señor don
José Miguel Irarrázaval.
Mi amigo y señor: Por ausencia de Santiago me ha entregado
mi hija su apreciable del 9 del corriente, a que contesto diciendo
que su encargo será hecho como me previene.
Mas me he quedado admirado de su tranquilidad, cuando sus
LA LUCHA CONTRA LA ARISTOCRACIA 171
ella una necesidad absoluta, y que acaso pueda chocar algún ella
con nuestros principios políticos. Los países cultos han proclama·
do abiertamente la libertad de creencias. Sin salir de la América
del Sur, el Brasil acaba de damos este ejemplo de liberalismo; e
importa1ía tanto proclamar en Chile una religión excluyente, como
prohibir la emigración hacia nosotros de multitud de talentos y
de brazos útiles de que abunda el otro continente. Yo a lo menos.
no descubro el motivo que nos obligue a protestar la defensa de la
fe en la declaración de nuestra independencia.
Pero que no hubo ningún propósito de modificar la
situación existente durante su administración, lo prueban
elocuentemente numerosos docnmentos. En el título sc-
gundo de la Constitución de 1818 se consignó un artículo
sobre la materia que rezaba así:
La religión católica, apostólica, romana, es la única y exclusi-
va del Estado de Chíle. Su protección, conservación, pureza e
inviolabilidad será uno de los primeros deberes de los jefes de la
sociedad, que no permitirán jamás otro culto público ni doctrino
contraria a la de Jesucristo.
Al año siguiente se forn1ó por el gobierno, de acuerdo
con el Senado que había establecido la misma Constitu·
ción, un reglamento para el régimen de las escuelas públicas
de todo el Estado, en el que se incorporaron algunas dispo·
siciones reveladoras del propósito de mantener a la juvcn·
tud fielmente adicta a las doctrinas de la religión católica.
Los artículos 5<?, 7<?, 89 y 129, decían así:
50 En estas escuelas se enseñará a leer, escribir y contar, te·
niendo los maestros especial cuidado en que aprendan los jóvenes
la gramática castellana: instruyéndoles de los fundamentos de nues-
tra sagrada religión, y la doctrina cristiana por el catecismo de
Astcte, Fleury y compendio de Pouget; procurando ilustrarles en
los primeros rudimentos, sobre el origen y objeto de la sociedad,
derechos del hombre y sus obligaciones hacia ella y al gobierno
que la rige.
7'l En los días de rogaciones públicas, procesiones extraor·
dinarias y días en que se tribute al Ser Supremo las gracias que le
debemos por nuestra regeneración y ernancip:tcíón politica. asistí·
rán los jóvenes a la iglesia precedidos de su.~ maestros; los que
tendcin el mayor cuidado que todos los días asistan a misa al
templo más inmediato a la escuela, y los domingos de cuaresma
LA TOLERANCIA RELIGIOSA 177
cuestión más grave, pues ella afectaba a los más altos inte-
reses del país, a las aspiraciones más legítimas y a los senti-
mientos más caros del pueblo chileno, por lo que reclama-
ba la más concentrada atención y la circunspección más
delicada de parte de los representantes llamados a diluci-
darla. Sostuvo que al pedirse la supresión del artículo
quinto se babia planteado una de las cuestiones más graves,
cual era la del establecimiento legal del ateísmo. ¿Qué
sería de la República de Chile sin religión ni Dios?, se
preguntaba, para responderse que equivaldría a una socie-
dad sin cabeza. Reconocía que el artículo quinto consagra-
ba la libertad de conciencia, pero que ella no debía enten-
derse en el absurdo sentido que algunos le atribuían, como
un derecho del hombre a creer lo que quisiera, sino que
debía interpretarse en el sentido de que ímponía al indivi-
duo la obligación de abrazar la verdad, que era la vida y la
suprema ley de la inteligencia humana. En su opinión, si
se declaraba que el Estado no tenía ninguna religión se
abrirían las puertas de Chile, no sólo a todas las sectas sino
también a los cultos paganos, al mahometismo, al ateísmo
y al comunismo, es decir, a todos los delirios de la ignoran-
cia y a todos los engendros de las humanas pasiones.
Agregó que la máxima fundamental de la legislación
de la iglesia católica era de que a nadie se molestara por
sus creencias privadas, y que en esta materia Chile se podía
presentar con su frente erguida ante las naciones civiliza-
das, porque ninguna le había aventajado en moderación y
tolerancia, pues se había dado hospitalidad generosa a
cuanto extranjero babia querido venir a este suelo, pero
que esta tolerancia había llegado al e-xtremo de que algunos
habían abusado y estaban abusando de ella, al propagar,
violando las leyes nacionales, sus falsas creencias.
Declaró que entre los dos extremos propuestos, de
suprimir el articulo quinto y consagrar la tolerancia, se en-
contraba perplejo, pero que optaba por el mantenimiento
de la disposición constitucional, pues los católicos tenian
razones incontroverboles para negar a los disidentes el
208 LA LUCHA CONTRA LA INFLUENCIA DE Li\ IGLESIA
Decreto:
Art. 1° Acéptese la anterior solicitud en cuanto se permite el
tráfico de carruajes por las ca11es de la ciudad basta las seis de la tar-
de del Juev~ Santo, hora que coincide con la llegada del último tren
diurno de pasajeros y la ocupación de las calles por las familias y
cofradías que visitan las estaciones.
Art.zo Desde esta hora, hasta las nueve de. la mañana del
LA CUESTlON DE LOS CEMEJ'<'TERJOS 233
Sábado Santo sólo podrán usár carruajes las personas que por un
motivo justificado; obtengan permiso escríto de esta I ntendeocia.
Anótese, comuníq~ese y publíquese. VlCUÑA MACI<ENNA, J()Sé
Mttrfa Eyzaguirre, secretario.
II
LA CUESTIÓN DE LOS CEMENTERIOS
III
EL OCASO DE LA INFLUENCIA DE LA IGLESIA
NOTAS
1 En 1899, diez años después de su muerte, se publicaron en
lA Revista de Chile las memorias de don Ignacio Domeyko, distin-
guido hombre de ciencia, católico fervoroso, que prest6 import.ln·
tes servicios a la enseñanza pública de Chile, y en ellas aludía
despectivamente a don Bernardo Philippi y daba a entender que
~ste no habla cumplido las instrucciones que le había dado el go-
EL OCASO DE LA INFLUENCIA DF: LA IGLESIA 32S
LA LIBERTAD DE IMPRENTA
NOTAS
LA LIBERTAD ELECTORAL
•
392 LA LIBERTAD ELECTORAL
•
LA LffiERTAD ELECTORAL
expresión del progreso de las ideas y del paso firme con que
se entraba en el terreno democrático. El primero en )an-
"Zarse en ella fué don Benjamín Vicuña rvlackenna, escritor
<le renombre, luchador político y servidor público, que
desde su cargo de intendente de Santiago se había conquis-
tado gran popularidad por los trabajos de transformación,
renO\'ación y embellecimiento de la ciudad, emprendidos
y realizados con clamoroso éxito. Vicw1a Mackenna, libera)
m oderado, que cifraba sus posibilidades de triunfo en el
apoyo del partido conservador, recorrió el país, lanzó ma-
nifiestos, apeló al sentim iento popular y sacudió la prover-
bial frialdad del pueblo chileno en forma hasta entonces
desconocida, hasta el punto que su ruidosa campaña suscitó
fuerte alarma en los salones del palacio gubernativo.
Persistiendo en el precedente esta blecido durante la
campaña anterior, a fines de 1875 se reunieron las conven-
ciones que designanan los candidatos. La de la Alianza
Liberal, reunida el 30 de noviembre, denominada "de los
notables" por sus adversarios, proclamó la candidatura
del señor don Aníbal Pinto por 523 votos, contra 414 que
obtuvo su competidor don Miguel Luis Amunátcgui. Vicu-
ña Mackenna, en un pintoresco folleto que escribió sobre
ella, con el título de La Asamblea de los Notables, se bur-
laba amargamente de la forma en que se generó y la carac-
terizó como esencialmente oligárquica. Analiz;aba su com-
posición, el gran número de parientes del presidente de la
República y del candidato mismo que habían figurado en
ella, y protestaba en nombre de la dignidad de los pueblos
<le la presencia de funcionarios públicos -profesores, jue-
ces, secretarios de intendencia-, que aportaron a la candi-
datura oficial Ul1 factor decisivo.
El 25 de diciembre se reunía la convención que se
llamó "de los P ueblos", que no iba a elegir un candidato,
sino a otorgar un título democrático a la clamorosa candi-
<1atura del señor Vicw1a l\Iackenna. Por primera vez
también en la historia de nuestras contiendas políticas
'3Dlbos candidatos recorrieron el país, infundiendo esperan-
2'-as a los tibios, formulando promesas y exponiendo progra-
LA LIBERTAD ELECTORAL 427
NOTAS
OBR.J\S GENERALES
Barros Arana, Diego. Historia general ck Chile. 16 vols. Santiago
de Chile. Rafael Jover, editor. 1884-1901.
Boletín ck sesiones ckl Congreso Nacional. 1846-1900.
Edvmds, Alberto. Bosquejo histórico de los partidos políticos clti-
lenos. Santiago, 1902. Segunda edición. 1936.
Errázuriz, Isidoro. HistorUI de la administración Errázuriz. Prece-
clida de una introducci6n que contiene la reseña del movi-
miento y la lucha de los partidos desck 1823 hasta 1871. Val-
paraíso, Imprenta de La patria, 1877. Segunda edición, Biblio-
teca de Escritores de Chile, vol. xm, Santiago, 1935.
Hunccus, Jorge. La Constitución ante el Congreso. Segunda edi-
ción, 2 vols. Santiago, Imprenta Cervantes, 1890-91.
Lastarria, José Victorino. Recuerdos literarios. Datos para la histo-
rUI literaria de la América Española y del progreso intelectual
en Chile. Segunda edición, Santiago, 1885.
Letelier, Valcntín. Sesiones de los cuerpos legislativos de la Repú-
blica de Cltile. 1811 a 1845. 37 volúmenes. Santiago, Imprenta
Cervantes, 1886-1908.
Roldán, Alcibíades. Elementos ck derecho constitucional de Chile.
Santiago, Imprenta Barcelona, 1913.
DISCURSOS PARLAMF.NfARIOS
Lastarria, J.
V. Proyectos de ley y discursos •parlamentarios. Obras
completas de J. V. Lastarrú.t, vols. m,
IV, v y VI. Santiago, Im-
prenta Barcelona, 1907.
Maciver, Enrique. Discursos políticos y parlamentarios de don ...
1868-1898. Revisados por él mismo y compilados con su auto-
rización por Alberto Prado Martinez. Santiago de Chile, Im-
prenta moderna, 1899.
Marín Rccabarren, Francisco. DisCUTSO$ parlamentarios del señor
senador. . . Santiago, Imprenta del ferrocarril, 1875.
Montt, Ambrosio. Discursos y escritos políticos. Santiago, Imprenta
de la librcóa del Meréurio, 1879.
Tocomal, Enrique. Discursos del señor don. . . Coleccionados v
precedidos de un estudio biográfico por Carlos Walker Mar-
tinez. Santiago, Imprenta Barcelona, l90l.
Vicuña Mackcnna, Benjanún. Discursos parlamentarios. 3 vols.
Santiago, Talleres fiscales de prisiones, l 939.
Walker f\1art1nez, Carlos. Balance del liberalismo chileno. Discur-
sos pronunciados por el diputado de Maipo don Carlos \Valker
Martfnez en las sesi0nes extraordinarias de 1887. Santiago,
Imprenta del Progreso, 1888.
SEMBLANZAS PARLAMENTARIAS
274. 277. 278, 279, 283, 304, 92. 150, 1S3, 199, 357, 366,
307, 310, 312, 317, 322, 323, 398, 471, 472, 480.
326, 371, 377. 378, 379, 419, Benavidcs, Ambrosio de, 28.
424, 428. 430, 431, 432, 433, Bcnavides, Juan ~lanuel, 92.
435, 436, 43-. 438, ~58, 482, Bilbao, Bcmardino, 92.
484, 490. Bilbao, Francisco, 155, 159, 192,
Balmaccda y Zenzano, Juan, 120. 245.
Banncn. Pedro, 302, 425. Bilbao, ~ l:mucl, 155, 156, 15",
Bafiados Espinosa, Julio, 323. 159. 470.
Baqucdano, ~lanuel, 377, 428. Bilbao, Rafael, 96.
Barcel6, José ~latía, 223, 288. Blanco Ctmrtin, r-.tanue1, 368.
Barra, Eduardo de la, 221, 222, Blanco Vicl, Ventura, 322, 435.
257. Blanco Whitc, José Maria, 42,
90, 91, 182, 184, 350.
Barra, Juan Feo. Lc6n de la, Blest Cana, Alberto, 289, 292,
86. 293, 294, 296, 297.
Barriga, Juan Agustín, 281, 282, Blest Cana, Joaquín, 219. 225,
302. 251, 257, H6, 418, Hi.
Burros. Diego Antonio, 93, 96, Bonct, M., 332.
106, 11-f, 480. Borgoiio, José Manuel, 86, 92.
Bnuos, José Manuel, 129, 479. Brandcl, Agustín, 347.
Barros Arana, Diego, 9, 27, 71, Bravo de Sara\'ia, Francisco, 117.
75, 82, 86, 91, 11 5, 125, 138, Bravo de Sarovia, Miguel Anto·
140, HZ, 169, 199, 218, 225, nio, 144.
229, 234, 290, 328, 334, 336, Briscño, Ramón, 93.
337, 338, 368, 388, 389, 392, Bueno, Cosmc, 19.
398, 41 0, 415, -f29, 469, 474. Bulncs, Gonzalo, 487.
Barros Luco, Ramón, 309, 372, Bulncs, Manuel, 145, 191, 196,
432, 455. 299, 359, 367, 399, 402, 403,
Barros Morán, Miguel, 372. 416, 469, 470.
Baseu11an y Ovalle, José Miguel, Bustíllo~, Vicente, 114, 199.
128, 170.
Basterrica, Benito, 368. e
DauZá. José Antonio, 92.
Ba)le, Pedro, 25. Calderón, Francisco, 86, 92, 96,
Ba:r.nguchascua, José ~lada, 328. IZS, 169, 171.
Bcccaria, Césarc, 1OO. Calderón de la Barca, marque~.
Bello, Andrés. 10. 98, 99, 100, 231.
llO, 148. 149, 150, 151, 153, Cah·o Encalada, Diego, 118.
157, 166. 167. 199, 200, 328, Carnpino, Enrique, 96, 114.
329, 352, 396, 398, 399, 402. Campmo, Joaquín, 88, 91, 181,
439, +H, 471. 357.
Bello, Juan, 157, 158, 159, 160, Candamo, Juan, 242.
161. 162, 164, 165. Canga Argücllcs, Agustín, 88.
Bcnavcnte, Diego José, 79, 86, Canga Arguclles, José, 87, 88.
INDICE DE NO~ffiRES SIS
162, 163, 166, 169, 171, 182, Fariña, Juan, 76, 92, 96, 171.
183, }84, 185, 186, 239, 348, Fcmándcz, Francisco, 96.
349. Fernández Concha, Domingo
Egafia, Mariano, 25, 65, 66, 68, 277. •
71, 77, 86, 87, 88, 89, 90, 91, Femández Concha, Rafael, 225.
93, 94, 100, 104, 105, 106, Fernando Vil. 42, 55.
107, 110, 111, 114, 139, 149, Fierro, Alejandro, 487.
191, 192, 354, 356, 357, 358, Fierro, Miguel de), 106, 114,
361, 396, 398, 400, 450, 467, 479.
474, 481. Filangieri, Cayetano, 1OO.
Elizalde, Fernando, 96, 114, 173, Fontecilla, Francisco de Borja,
480. 86, 122.
Elizondo, Diego A., 487. Frate, Celestino del, 295, 297.
Elizondo, Diego Antonio, 86, 92, Freirc, Ramón, 65, 68, 70, 76,
96, 126, 480. 79, 102, 137, 387, 388.
Errázuriz, Crescente, 223, 256, Fretes, Juan Pablo, 36.
268, 270, 293, 295, 324. Frezier, Amadeo Francisco, 228,
Errázuriz, F. Javier, 1H. 229.
Errázuriz, Federico, 204, 205, Fuentes, Manuel Atauasio, 166.
216, 223, 265, 287, 288, 291, Fuemalida, Lorenzo, 479.
418, 419, 420, 422, 445, 446,
457, 458, 463, 481. G
Err:h;uriz, Fernando, 86, 137, Gainza, Cabino, 62.
480. Galdamcs, Luis, 396, 4 39.
Errázuriz, Isidoro, 137. Calvez, José de, marqués de So-
Errázuriz, Isidoro, 10, 155, 159, nora, 18, 20.
162, 166, 191, 202, 203, 215, Gallo, Angel Custodio, 202,
218, 221, 271, 274, 275, 276, 203, 259.
280, 281, 282, 284, 291, 298, Gallo, Miguel, 403.
312, 316, 366, 369, 376, 404, Gallo, Pedro }_.eón, 301.
419, 471. Gana, Domi11go, 487.
Errázuriz, Ram6n, 86, 96, 148, Gana, José Fr.mcisco, 92.
366, 406, 407, 409. Gandarillas, José Antonio, 340.
Espejo, Juan N., 203, 209, 213. Gandarillas, Manuel José, 79,
Eyzaguirre, Agustín, 2 35, 246. 96, 104, 105, 106, 114, 139,
Eyzaguirre, Domingo, 73, 92, 93, 14 3, 173, 352, 479.
94, 129. Gandarillas, Pedro Nolasco, 432.
Eyzaguirre, Ignacio Víctor, 24 3, 486.
287. Gandarillas y Romero, Joaquín.
Eyzaguirre, José Alejo, 86. 92.
Eyzaguirre, José María, 233. Carda de la Huert:J, Manuel,
F 342, 486.
Garcia del Rlo, Juan, 346.
Fabrcs, José Clemente, 269, 273, Carda Huidobro, Francisco,
280, 285, 288, 289, 291. 118, 136.
lNDICE DE NOMBRES )17
367, 370, 412, 414, 416, 419, Raynal, Guillermo Tomás, 19.
420, 455, 471, 473. Recabarren, Manuel, 203, 20'J,
Pérez, Santiago Antonio, 126. 205, 213, 114, 433.
Pérez Rosales, Vicente, 196, Rengifo, Manuel; 79, 96.
197, 198, 199. Rengifo, Ramón, 10.6, 1H, 365.
Perpena, Severo, 429. Reyes, Alejandro, 302, 336, 481,
Philippi, Bernardo, 196, 197, 485.
324, 325. Reyes, Tadeo, 261.
Philippi, Rodulfo Amando, 218, Reyes, Vicente, 273, 427, 458.
325, 338. Riesco, Francisco Javier, 479.
Pineda, Isidro, 86, 92. Río, Raimundo del, ll4.
Pinto, Aníbal, 253, 265, 290, Rivadavia, Bernardino, 82.
339, 425, 426, 427, 486, 490'. Roas y Corvalán, José Basilio,
Pinto, Francisco Antonio, 29,. 121.
78, 81, 82, 88, 89, 93, ll4, Roberts, William R., 321.
171, 172, 241, 350, 387, 397. Robertson, Guillermo, 18, 1<>,
Pizarro, José Niigue], 372. 20.
Pizarra, Rafael B., 487. Rocafuerte, Vicente, 87.
Portales, Diego, 79, 97, 101, Rodríguez, Carlos, 93, 96, 172.
102, 103, llO, 138, 352, 356, Rodríguez, Zorobabel, 376.
392, 396, 397, 406, 468, 471. Rodríguez Aldea, José Antonio,
Portales, Estanisbo, 114, 172, 62, 137, 169, 347.
480. Rodríguez Velasco, Luis, 371.
Pothier, Rob. Jos., 303. Rojas, Agustina, U8.
Pradcl, Nicolás, 354, 406. Rojas, José Antonio de, 17, 19,
Prado, Pedro José, 128, 170. 20, 26, 100, 329.
Prado, Santiago, 22 5. Rojas y Cerda, María M., 120.
Prado Aldunate, Francisco, 372. Rojas y Cerda, Rosa, 120.
Prado y Covarrubias, José Mi· Roldán, Alcibíades, 11, 84
guel, 120. Roll'in, 331.
Prats, Belisario, 271, 485. Rosa, José 9e la, 240.
Prevost, John B., 68, 70. Rosales, J. Antonio, ll4.
Prieto, Joaquín, 86, 96, 103, 142, Rosas, Juan Manuel de, 359.
392, 441, 443, 491. Rousseau, J. J., 35, 41, 178, 179,
Prieto y Cruz, Angel, 192, 479. 328.
Puclma Tupper, Guillermo, 259, Rozas, José María, ll4, 122.
274, 281. Ruiz, Dámaso, 92.
Pueyrredón, Juan Martín de, 48, Ruiz Tagle, Francisco Antonio,
121, 175. 86, 120, 12 3, 138, 170.
Puga, José, 114.
S
R Saavedra, Ramón, 222, 307.
Ramos, l'vielchor José, 96, 1~0, Salas, Hipólito, obispo de Con-
131, 171, 18G. cepción, 248, 256, 257, 262,
Ramos, Santiago, 470. 287.
lNDICE DE NOMBRES S2l
P RÓLOGO 9
l . Penetración de las nuevas ideas . . . . . . . . . . . . 13
Il. Bases ideol6gicas <k la independencia política . 27
TII. Entre la Monarquía y la República . . . . . . . . . 48
IV. Origen, triunfo y caída del federalismo . . . . . . 64
V. Organización política de la República . . . . . . 97
V I. La lucha contra la aristocracia . . . . . . . . . . . . . 115
Esplritu aristocrático de la sociedad, 115.-Los
mayorazgos chilenos, 117.-Primeras tentativas de SU·
presión, 121.- Nuevas tentativas de supresión, 124.
-Arrecia la querella entre mayorazgos y reformis-
tas, 130.-Polémica entre don Juan Egaña y don José
Joaqu1n de Mora, 131.- La corutitución de 1828
supritne los mayorazgos, 134.- Reacci6n de la aris-
tocracia. 137.-La constitución de 1833 restable-
ce los mayorazgos, 138._..:.Subsistencia del mayoraz..
go Irarráz.aba1, HO.-Proyecto de Garcla Reyes, 145.
-Ley de 6 de octubre de 1848, 147.-El proyecto
de Carda Reyes en el Senado, 148.- Ley de 16
de diciembre de 1848, 150.-Fonnación de una
conciencia burguesa. El espíritu santiaguino, 153.-
Arnbiente social y politico a principios de 1850, 155.
-Los mayorazgos están disueltos, 156.-Proye<:to del
cliputado don Juan Bello, 157.-Actitnd de Carda
Rc.:yes y de Tocornal, 159.-Debate del 7 de agos-
to, 161.-Intervención de Lastarria, 162.-Ténnino
del debate, 164.-Un eco lejano, 165.-El sabio Bello
redacta el proyecto de ley de mayorazgos, 166.
VII. La lucha contra la influencia de la Iglesia . . . 174
I. La tolerancia religiosa . . . . . . . . . . . . . . . . 174
Influencia de la Iglesia católica, 174.-Primeras
polémicas en tomo a la tolerancia, 178.-0pinión
523
Ih'DICE GK'\'ERAL