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son exclusivamente didácticos. Prohibida su reproducción parcial o total sin permiso escrito de la editorial correspondiente.
Este material es para uso de los estudiantes de la Universidad Nacional de Quilmes, sus fines
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Ramón Zallo
ECONOMÍA
Y LA CULTURA
DE LA COMUNICACIÓN
Maqueta RAG
Ilustración portada José Lucas
son exclusivamente didácticos. Prohibida su reproducción parcial o total sin permiso escrito de la editorial correspondiente.
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© Ramón Zallo
© Ediciones Akal, S. A., 1988
Los Berrocales del Jarama
Apdo. 400. Torrejón de Ardoz
Madrid-España
Telfs. 656 56 11 -656 49 11
ISBN: 84-7600-340-4
D.L.: M-37647-1988
Indice
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Introducción ...................................................................................................................... 5
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II PARTE: TRABAJO Y VALOR EN LAS INDUSTRIAS
CULTURALES
4. La formación del valor en las industrias culturales.................................................... 47
4.1. Un debate necesario con el primer GRESEC ............................................................... 47
4.2. Un nuevo enfoque del GRESEC: las lógicas sociales .................................................... 50
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8.3. Características del período como mercancía ................................................................. 122
8.4. Los precios .................................................................................................................. 123
8.5. La crisis de la prensa ..................................................................................................... 124
8.6. La valorización del capital ............................................................................................ 125
8.7. El consumo de prensa diaria.......................................................................................... 128
Una organización vertical del trabajo. El programa radiofónico. Fórmulas actuales de valoriza-
ción. Las radios libres frente a la industrialización cultural.
9.3. La televisión: una industria hegemónica ....................................................................... 141
Pleno taylorismo en la organización del trabajo. El programa televisivo. La valorización en el
monopolio u oligopolio televisivo: su internacionalización. Las principales formas de valoriza-
ción en televisión. Televisión por cable como modalidad de la industria televisiva. Satélites de
televisión: diversas incógnitas.
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9. El audiovisual continuo. Una producción
compleja con difusión única y recepción
múltiple: La radio y la televisión
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La difusión en flujo continuo supone una troducción de aparatos domésticos de uso ge-
producción compleja y variada, con procesos neralizado; las formas de organización del tra-
de trabajo plenamente industriales, -simultá- bajo mediante la simultaneidad de oficios y la
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neos por producción y secuenciales por emi- gestión del trabajo creativo -asalarización, en-
sión, ordenados por una programación que ase- cargos de producción y devengo de derechos
gura la continuidad y cotidianeidad de las emi- de autor por producciones ajenas-; la organi-
siones- e integra el trabajo creativo y técnico zación de cadenas; la separación entre la indus-
en un mismo proceso. tria de aparatos y la industria de programas; la
La programación se ha dirigido tradicional- utilización de las otras industrias culturales
mente a una audiencia heterogénea, masiva y (agencias, industrias discográficas, dramáti-
arquetípica. Pero también se dirige creciente- cos); el uso de grabaciones; la serialización; la
mente a audiencias segmentadas por razones formación de un consumo de masas e, incluso,
de edad, etnia, cultura, gustos o renta, aproxi- la especialización y fragmentación de los pú-
mándose en parte al autoservicio editorial. blicos.
¿Radio y televisión constituyen una única El sistema de radiotelevisión es el paradig-
rama o ramas diferentes? Los puntos comunes ma de la “forma de aparato” (Cesáreo 1984),
sin innumerables -tejidos en historias indus- es decir, los aparatos de producción y distribu-
triales derivativas- pero distintos factores los ción del conocimiento y la cultura. “Estos apa-
han conformado como industrias diferentes, sin ratos están separados tanto de los trabajadores
perjuicio de que su organización institucional intelectuales y técnicos que producen para
pueda ser común y quepa hablar de “sistema ellos, como de quienes consumen los produc-
radiotelevisivo”. tos culturales” (Cesáreo: 35).
La intencionalidad preferentemente cultural
e informativa de los sistemas públicos, implica-
9.1. EL SISTEMA RADIOTELE- ba un modo de organización a veces en tensión
con la lógica funcional del mismo aparato in-
VISIVO____________________ serto en el modo de producción capitalista. El
paso a una programación más comercial supo-
La radio abrió caminos por los que luego ne compatibilizar lógica económica y lógica po-
transitó la televisión. La radio instituyó formas lítica, gestionadas ya desde el propio capital
de producción, gestión y formación de la de- privado o desde un Estado empresario -de to-
manda y usos sociales que hoy son comunes. dos modos atento a ser el espejo del poder que
La radio fue pionera en: las fórmulas de finan- es sobre todo la televisión-. La vía es la plani-
ciación; el establecimiento de una programa- ficación económica y de la creación cultural, se-
ción continua para una producción varia, una parada así del autor, que de autónomo devie-
difusión única y una recepción múltiple; la in- ne en servidor del aparato.
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de la definición de los medios estrictos, es po-
9.1.1. Procesos de trabajo hacia sible tanto por las razones antedichas, como
por su asalarización estable.
la taylorización (1) Previamente ha sido preciso un proceso de
racionalización capitalista de los servicios pú-
A diferencia de la prensa, trabajo creativo, blicos concibiendo la programación como un
trabajo técnico-creativo, y trabajo técnico se modo de gestión que, “asegura la planificación
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taylorista de trabajo a través de la máxima de- b) La emisión. Crea las condiciones de dis-
finición y estandarización de las tareas o fun- tribución del producto radiotelevisivo (salida a
ciones, es así compatible con una producción antena, enlaces y reemisores). Es en este pla-
siempre cambiante. no donde el automatismo puede aplicarse al
En el campo de la información cabría pensar cien por cien sin más condiciones que el con-
que la fusión de tecnología audiovisual y la trol, vigilancia, reglaje, mantenimiento y repa-
práctica periodística podría enriquecer y obje- ración que, en muchos casos, pueden ser mó-
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tivizar la información. Sin embargo el periodis- viles aunque estas tareas no sean similares.
mo radiotelevisivo bebe en gran manera del pe- Frente a la neta desvalorización que supone el
riodismo practicado en la prensa escrita con la paso a tareas de control y vigilancia de las pan-
desventaja de la brevedad, el recurso cotidia- tallas indicadoras, el resto de trabajos suponen
no a las fuentes especializadas fiables institu- una alta cualificación a pesar de que su núme-
cionalmente y la labor interna de filtro (Gol- ro decrece comparativamente a las plantillas de
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ding, Elliot 1979: 92). La labor del informador hace unos años.
“se reduce a la aplicación de las técnicas de c) E1 control del aparato sobre la globalidad
concepción sobre el contingente de fragmentos del proceso de trabajo y de producción (4). El
suministrados por las fuentes especializadas. trabajo creativo y técnico pierde la dimensión
No queda tiempo para intervenir sobre los ma- del conjunto en beneficio de la individualiza-
teriales en una acción de contextualización o ción de cada programa, cuya validez se medirá
de análisis (...). Se impone como hegemónica por dos criterios: la correspondencia con los
una teoría de lo noticioso, que hace de las ‘ru- criterios del operador público o privado y su lu-
tinas profesionales’ el tamiz de los contenidos gar en los índices de audiencia. La tesis de “el
explícitos. Al aplicar estas rutinas al proceso de público lo quiere” da un margen de maniobra
selección algunos de los temas que logran en- decisivo para encuadrar la producción median-
caramarse en los ‘aparatos de confección’ de- te el panel de programación decidido bajo la
safiando la lógica productiva, quedan fuera de presión del mecanismo publicitario.
la circulación sin necesidad de efectuar un con-
trol directo” (Prado 1984: 9).
En televisión la post-producción adquiere 9.1.2. El producto radiotelevisi-
cada vez mayor importancia. La sala de edición
cada vez más dotada de combinaciones entre el vo: producción de segundo grado
audiovisual y la electrónica permite tales mo-
dificaciones del producto que se ha convertido Cabe señalar las siguientes características:
en el auténtico laboratorio del producto final.
La post-producción trae consigo la revaloriza- a) Se trata de un servicio inmaterial que
ción de una función técnica más permeable a adopta la forma de programa continuo -emiti-
los deseos del programador. Se ha convertido en do o teledifundido- unidireccional, efímero, de
un nuevo interlocutor para los responsables artís- contenido variado, de obsolescencia inmediata
ticos y técnicos de un programa (3). La digita- y apto a una recepción múltiple en la medida
lización permite el visionado o audición del de la extensión del parque de aparatos.
conjunto (sin necesidad de copias) y abre la po- b) La radio y la televisión son medios que
sibilidad de una definición precisa del produc- por sus características técnicas tienen la pecu-
to radiotelevisivo que se desea salga a antena. liaridad de la instantaneidad siendo su lengua-
je el “directo”. A pesar de ello los pregraba-
(3) “Todas las decisiones de selección de secuencias, cor- dos conforman un alto porcentaje de la progra-
tes, encadenados, etc. quedan en la memoria del equipo
editor que puede facilitarnos una copia impresa en cinta o
en disco magnético. En cualquier momento, y eso es lo
más importante para el creador, se puede ver toda la edi- (4) “La transformación en las relaciones entre la institu-
ción sin necesidad de hacer la copia definitiva. Puede mo- ción y el trabajador colectivo, es pues corolario de un do-
dificar y visionar cuantas veces quiera y además, incluso ble movimiento de industrialización de la producción y de
una vez sacada la copia definitiva, puede introducir cual- abandono progresivo de una política de la programación
quier decisión de última hora (...) Las compañías de pos- (que se expresaba por ejemplo en el voluntarismo de las
producción destacan por la compleja sistematización de sus misiones atribuidas a la televisión: informar, educar, diver-
operaciones, así como por la gran infraestructura que pre- tir) por una economía de la programación” (Beaud et alt
sentan” (Puig 1985: 96). 1984: 12).
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mación, lo que no se explica sólo por la apari- portados (en televisión) o la emulación de las
ción del magnetófono a finales de los 40, y del fórmulas exitosas en los mercados pilotos (en
“videotape recording” (VTR) en los 60, sino radio y televisión), se expresan en el abando-
por el cuidado de los medios en definir y con- no de la producción original, experimental y de
trolar la producción (5). Aunque ello redunde obra única; en suma, en la marginación de la
en una aparente mayor calidad y elaboración, programación de autor y de impronta cultural
supone la separación definitiva del aparato res- nacional, que se destierra a los canales llama-
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pecto al medio social y la constitución de la ra- dos culturales, caso de que existan. Este fenó-
diotelevisión como un gran distribuidor de pro- meno se produce en beneficio de realizaciones
gramas de otras industrias culturales. rápidas con control presupuestario, la señali-
c) La radio y la televisión constituyen me- zación apta al mercado nacional e internacio-
dios de segundo grado (6) en un alto porcenta- nal, el “collage” (magazines)...
je de sus emisiones. Absorben producciones de
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Esa relación -no necesariamente inmediata- ción de la comunicación, o el papel pionero de
entre tarifa y audiencia es el último aunque real las FM en la especialización según públicos ho-
eslabón de un complejo proceso de formación mogéneos, o la quiebra de la legitimidad del
de valor. En principio todo programa ostenta poder del Estado sobre la comunicación, o el
un precio de producción (valor real del mate- cansancio de la propia sociedad sobre las pro-
rial y del trabajo incorporado más un benefi- gramaciones al uso para públicos de masas. Es-
cio medio esperado) al que habría que añadir tos fenómenos han servido para modificar par-
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el valor de la emisión (que también incluye un cialmente los estatutos de los entes públicos en
beneficio medio). Un modo de gestión de la un sentido de acceso a la comunicación y, tam-
programación podría ser la fijación de tarifas bién, para que se abrieran algunos cauces ex-
según esos precios de producción e indepen- perimentales y expresivos, antes limitados, par-
dientemente de las franjas horarias. ticularmente en las segundas cadenas.
Sin embargo ese modo de valorizar el capi- Paradójicamente hoy se asiste a un cambio
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tal radiotelevisivo, significaría la inexistencia de estrategia del Estado y del capital en orden
de inversiones publicitarias para determinados a un encuentro inmediato de intereses, antes
programas de escasa audiencia y un desajuste claramente compartimentados.
permanente con los anunciantes (únicamente A partir de la Primera Guerra Mundial para
interesados en el volumen y cantidad de la au- la radio y de la Segunda Guerra Mundial para
diencia y no en la calidad y valor de los pro- la televisión, factores económicos (carestía y
gramas). Por otro lado, la existencia de un mer- dudosa rentabilidad del servicio público de ra-
cado internacional de programas televisivos su- diotelevisión, atrincheramiento del capital pri-
pone que las compras se realizan a un precio vado en la industria del hardware) y políticos
sensiblemente inferior al coste del prototipo, lo (reconstrucción de los Estados y del consenso
que tiene un atractivo irresistible para los ope- nacionales) explican que capital y Estado coin-
radores interesados en reducir costes. cidieran en la necesidad de consolidar los ser-
Ambos factores (relaciones en interés del vicios radiotelevisivos estatales (9). La crisis
anunciante y mercado internacional de progra- económica estructural abierta a finales de los
mas) han creado una lógica de gestión de con- sesenta, ha replanteado los términos de aquel
juntos, una economía de la programación bus- reparto pacífico de influencias (10). Cabe así
cando efectos compensatorios por períodos, diferenciar entre factores generales, comunes,
para que las tarifas publicitarias puedan ser de la crisis económica del sistema con inciden-
parcialmente extrañas a los precios de produc- cia en la crisis de los monopolios públicos, fac-
ción de cada programa. tores específicos de crisis en los servicios de ra-
diotelevisión y efectos.
9.1.4. La crisis de los servicios a) Entre los factores generales, comunes,
cabe destacar, en primer lugar, que la salida de
públicos de radiotelevisión la crisis en un sentido capitalista ha supuesto la
reorganización de los aparatos productivos me-
Aun cuando no quepa hablar de un único diante la implantación de una nueva organiza-
modelo europeo y sean variadas las formas con ción del trabajo, asegurando incrementos de
que la crisis hace su aparición en cada país, lo productividad, reducciones de empleo y la li-
cierto es que la crisis de los servicios públicos beralización de las relaciones laborales. Esta lí-
es general y en torno a ella se anudan factores nea de actuación también se ha introducido en
políticos, sociales, culturales y económicos. los servicios públicos.
No hay que olvidar el peso de los factores ex- En segundo lugar, dada la dudosa rentabili-
traeconómicos, tales como las presiones nacio- dad de los sectores tradicionales de la econo-
nales o regionales por la descentralización en mía, se trata de buscar nuevas áreas de acumu-
televisión, o los movimientos de radios libres
por la libertad de las ondas y la democratiza- (9) Hay versiones diferentes sobre estos fenómenos histó-
ricos (Oriol Costa 1986: 50 y ss.).
(10) Exceptuando Alemania -en donde el debate con la
raria puede suponer la caída de los índices de audiencia de prensa fue intenso— y Gran Bretaña —en donde temprana-
todas. mente una operación conservadora hizo nacer la ITV-.
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lación de capital. En este campo se inscriben del número de horas de emisión, invitaba a la
la privatización de los servicios públicos renta- importación de programas y a la emulación de
bles y el interés por las telecomunicaciones. las fórmulas de éxito y formas de producción
En tercer lugar, siendo la crisis también una comerciales. Se implantan los principios de pla-
crisis de mercados, la promoción de ventas y nificación y programación conforme a índices
conquista de mercados pasa por la ampliación cuantitativos de audiencia y se sustituye el cri-
y diversificación de los marcos publicitarios en terio de rentabilidad social por el de rentabili-
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multiplicación de ofertas de equipos, canales, diferenciación se deriva en buena parte de la
redes y programas así como la especialización diversidad de técnicas y lenguajes que implican
de las programaciones, implica una tendencia uno y otro medio.
a la igualación de las condiciones de produc- b) También hay diferencias en el campo de
ción a escala internacional en todas sus formas: la valorización. La radio ha debido adaptarse a
mercancías, capital y producción. El marco in- la hegemonía de la televisión en determinados
ternacional aparece como el espacio dominan- espacios horarios, lo que limita la autonomía
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ptas. (25) y los costes de funcionamiento bajo
mínimos (locales cedidos gratuitos o baratos, 9.3. LA TELEVISION: UNA IN-
discos depositados, salarios inexistentes) y que DUSTRIA HEGEMONICA
sólo se advierten por el lado de teléfono, ener-
gía, discos, cintas, reposiciones, promoción,
mantenimiento y, en algún caso, con el capítu- Dejando aparte la fijación del momento en
lo de Unidad Móvil. que la televisión aparece como fenómeno téc-
nico o con una emisión regular en Europa y en
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dio por parte de los grupos emisores... regular- se sitúa al inicio de los 50 en USA tras
Aunque en la programación predomina la la congelación de concesiones en 1948 por la
música, muchas radios libres tienen una parti- FCC (Hiebert: 354).
cular sensibilidad a temáticas informativas, cul-
turales y al derecho de acceso de los “grupos
sociales” (26). 9.3.1. Pleno taylorismo en la or-
ganización del trabajo
La industria televisiva tiene todos los rasgos
de la fábrica taylorista: la planificación empre-
(25) Los “II Encuentros de Radios Libres de Euskadi Sur” sarial de la producción en continuum (la pro-
(“Egin”, 28-VI-86) evaluaban así los costes de instalación gramación) y de cada producto, mediante ga-
de una radio libre en pesetas. binetes especializados para la formulación de
Emisor de 10 a 50 Watios 10.000 a 150.000 estándares técnicos y de costes, cubriendo el
Antena 5.000 a 15.000 doble objetivo de plantear condiciones a la pro-
Medidor estacionarios 4.000 a 8.000 ducción y de asegurar una audiencia; la asala-
Mesa de mezclas 30.000 a 70.000 rización global tanto del trabajo técnico como
Plato cápsula magnética 30.000 a 35.000
Pletina 30.000 a 35.000 creativo; la colectivización del trabajo en base
Amplificador audio 30.000 a 30.000 a especializaciones funcionales y de tareas; la
Sintonizador 5.000 a 25.000 deposesión creciente del saber hacer creativo,
Micrófono 4.000 a 10.000
Auriculares 500 a 8.000 particularmente de directores y/o realizadores
Cableado audio 3.000 3.000 e informadores (Tuchman 1983).
Total 151.500 a 389.00 Hay dos modelos básicos y contrapuestos de
0 organización del trabajo en la televisión.
El primer modelo es la configuración de
(26) Retomando los datos de un estudio de campo reali- equipos con integración de los trabajos creati-
zado en Vizcaya por E. Garzón, E. Azofra, I. Fuente y A. vos (guión, dirección, realización) técnico-
Ibáñez sobre las radios libres (Facultad Ciencias de la In-
formación. Mecanografiado. Junio 1986) y comparándolos creativos (cámaras, decorados) y técnicos.
con informaciones de prensa (“Egin”, 16-7-86, “El Correo Bajo la responsabilidad del equipo recaerían
Español-El Pueblo Vasco”, 4-5-85) la programación media todas las fases de la producción televisiva. Este
de las emisoras que declaran tenerla con regularidad sería
en Vizcaya: 46,7 % musical, 15,57 % cultural, 13,3 % modelo se expresó en la reivindicación de los
otros, 12,2 % “grupos sociales”, 12,14 % informativos. profesionales del medio a finales de los 60 en
Las pocas emisoras que cuentan con el capítulo de “gru- favor de la formación de “unidades de produc-
pos sociales” (feministas, asociaciones vecinales, antimili- ción autónomas” en Francia e Italia (Oriol:
taristas, movimientos sociales) de hecho dedican al tema,
y con total autonomía de los grupos, un 21,75 %. Las emi- 146).
siones bilingües entre quienes las realizan varían entre el Dicho modelo supone la estrecha relación
4 y el 14 %. Las horas de emisión de las 13 emisoras viz- entre las distintas fases: la producción de pro-
caínas era como media entre las 16-18 horas a una de la totipos frente a la señalización; la insistencia
madrugada con una media de 45h. semanales. La media de
colaboradores era de 53 personas por emisora, aunque la en la producción propia frente a la producción
radio más arraigada cuenta con 159 colaboradores. ajena; la asignación de espacios horarios a los
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equipos; el predominio de la producción crea- En el campo de la información, el uso del pe-
tiva sobre la gestión desde criterios econó- riodismo electrónico (ENG), es ambivalente.
micos. Teóricamente permite la instantaneidad, la li-
El segundo modelo imperante, hace preva- gereza de equipos, la simplificación del proce-
lecer los criterios de planificación y gestión so- so de información y la facilidad para un tipo de
bre los de creación. Supone una fragmentación información apto para reflejar la realidad viva,
de las distintas fases de producción de progra- así como una baza para la descentralización te-
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mas; establece un control del aparato sobre levisiva. Sin embargo, preferentemente se ha
cada una de esas fases, sea mediante criterios utilizado como un simple método de reducción
políticos, de costes o de audiencia esperados; de costes (eliminación de fumadores, ayudan-
entroniza los criterios de audiencia sobre cual- tes, laboratorios y montadores) y de recolec-
quier otra consideración; solapa la sana nece- ción complementaria de información luego re-
sidad de evitar despilfarros en un servicio pú- ciclada en el aparato. En general, la aparición
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blico con la imposición de precisos cálculos de de equipos más flexibles y ligeros, así como de
coste convertidos en rasero de lo que es pro- nuevos soportes no ha supuesto una modifica-
ducible y con unos resultados productivos me- ción del proceso del trabajo -en el sentido de
diocres; impone verticalmente standares técni- sus potencialidades técnicas-. De hecho se in-
cos para tipos de programas (Beaud 1984). Así sertan en el complejo productivo televisivo.
por ejemplo, la misma fase de ideación pasa En la presentación de programas, se dan ten-
por un sinfín de controles administrativos y de dencias diferentes. Mientras en EE. UU. la
recortes que pueden durar meses, con la posi- norma es la alta individualización de la presen-
bilidad de que el guión original no tenga nada tación al igual que en la radio española, en la
que ver con el proyecto aprobado (Grasso BBC se busca una función de presentación que
1982: 67; Maciá 1981: 84). ofrezca una imagen de “una personalidad co-
Uno de los aspectos en que el triunfo del se- lectiva de la institución” (Kumar 1981: 271).
gundo modelo es más claro, es en la difumina- Con la implantación en los 70 de la produc-
ción del papel del director. Si en los manuales ción en serie, con minutajes precisos -aptos a
al uso, el director es el responsable de la pues- la inclusión de publicidad- personajes repeti-
ta en escena y el realizador tiene como misión dos y pautas secuenciales uniformes, aquella
captar artísticamente las indicaciones del direc- adaptación de la producción alcanza su forma
tor, lo cierto es que la figura del director o se definitiva. En favor de su implantación juga-
confunde con el realizador (Millerson 1983: ron el mercado internacional y la aceptación
325) o simplemente desaparece (Ordenanza del público. Desde el punto de vista económi-
Laboral de Trabajo de RTVE 1977, BOE co, la ventaja era obvia: máximo aprovecha-
22/23-12-77). De hecho, supone la ubicación de miento de la infraestructura puesta en pie en
la función de realización en un status técnico, la producción del programa, abaratamiento de
separando la obra de la creación. La fábrica se costes unitarios tanto del guión como de los
superpone al producto, el ente a la creatividad, costes de creación y producción, fidelización
la producción continua a la unidad. En televi- del público, acceso a un mercado internacional
sión, el modo de emisión se ha impuesto al necesitado de programas proporcionalmente a
modo de producción heredado del cine (27). la multiplicación de horas de programación.
La debilidad de la industria cinematográfica La aprobación de una serie atraviesa, según
europea, supuso la incorporación de los nue- los países, un complejo sistema de filtros antes
vos realizadores a la actividad radiotelevisiva y de su definitiva puesta en escena. La interven-
ésta ha resultado un tapón para el estímulo de ción de los altos mandos, resulta decisiva. De
la creatividad, a pesar de que hubiera podido la obra de autor se pasa así a la obra de los
permitir ganar la batalla de la imagen a las om- emisores.
nipotentes fábricas americanas del audiovisual. La potencia de los emisores se afirma sobre
los propios asalariados y sobre autores e indus-
trias (28). Las emisoras utilizan el criterio de
(27) Un estudio comparativo sobre la organización del tra-
bajo de las series televisivas en EE. UU. y Europa mues-
tra que el tradicional eje europeo realizador-actores, va (28) En España, la relación de TVE con el SGAE dista
siendo desplazado por el eje propiamente americano, pro- de ser pacífica. Los acuerdos al uso hasta ahora eran sobre
ductor-guionistas. F. Pinto (1985). “el repertorio indiscriminado” (en musicales y creaciones
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audiencia para aceptar o rechazar programas, su difusión. En todo caso, el operador asegura
para fijar inversiones publicitarias pero no para una cierta producción propia y la difusión/ex-
la relación con la creación. Los operadores de hibición. Este rasgo peculiar, no debe confun-
televisión huyen de la aplicación de criterios dirse con la presunta unidad entre proceso pro-
editoriales -porcentaje según audiencia- a la ductivo y producto. Esta unidad ni siquiera se
hora de distribuir sus ingresos. La televisión no da en los programas directos. Siempre intervie-
aparece como un editor de editores sino que ne una cierta actividad de selección-edición que
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lidad por la propuesta de directiva discutida hablar de una sucesión de prototipos, tampoco
como programa de acción en el audiovisual se trata de una producción en masa e igual (sal-
para Europa. vo la reemisión de spots publicitarios). Se com-
bina así un proceso productivo standard por gé-
neros, temáticas o contenidos específicos y una
9.3.2. El programa televisivo diversidad, una diferenciación de contenidos
programados, siempre distintos como condi-
La mercancía televisiva como programación ción misma de atención del público. Previa-
difundida tiene las siguientes características: mente se ha dado una homogeneización inter-
nacional de los medios de producción, lo que
1. El producto televisivo es una unidad de favorece la aparición de una tendencia a la
producción y distribución (exhibición) lo que igualación de las condiciones de valorización y
explica que un mismo producto pueda ser cap- de producción a escala internacional.
tado por receptores múltiples. El stock de pro- 3. El producto televisivo es una mercancía
ducción es condición de la producción y sola- compleja en tres variantes: por su contenido
mente es producto televisivo en la medida de (diversidad de contenidos genéricos, de conte-
nidos específicos, de contenidos temáticos o
por sistemas de emisión), por el encuentro de
industrias que supone (cine, edición, informa-
literarias) y sobre la comercialización de programas. Am- ción, música) y por las relaciones entre progra-
bos capítulos, supusieron en 1984, 229 millones de pesetas mación y publicidad. Esta última se conforma
de gastos a TVE, cantidad irrisoria si se compara con las así, desde el punto de vista industrial, como
reivindicaciones de los autores que reclamaban un porcen-
taje sobre los ingresos globales de la televisión del 1 %, parte de la exhibición y de la programación,
que pasaría al 3,75 % en 1990. En la BBC, en 1984 este como modo de valorización de la programación
concepto supuso el 2 % de todos los ingresos. En España, y como dispositivo de creación de demanda y
se calcula que por cada minuto de emisión el autor percibe de aceleración de la rotación del ciclo general
2.000 pesetas, mientras en Italia cobra 25.000 pesetas. Una
sentencia del 19-XI-86 da la razón a los autores que ha- de la producción en el capitalismo tardío.
brían de cobrar un 1,33 % de los ingresos publicitarios de 4. Al igual que el programa radiofónico, la
TVE, unos 911 millones de pesetas en 1975, vía SGAE. programación televisiva es inmediatamente pe-
La sentencia ha sido recurrida. (“El País”, 9-X-86,
23-XI-86). recedera. Pero la redifusión amplía el margen
(29) Véase Commision des Communautés Europeenns, de existencia de la producción televisiva tanto
(COM (84) 300 final. 14-VI-84). En este informe se sugie- en el ámbito nacional como internacional.
re el libre acceso a toda creación por parte de los distintos Aunque residual y decreciente subsiste un va-
sistemas televisivos nacionales particularmente para la te-
levisión del futuro en la que la oferta se multiplicaría. En lor apto a sucesivos, “reestrenos” para nuevas
dicha propuesta no se requeriría autorización de los crea- franjas de audiencia.
dores y el único requisito habría de ser el abono de unas 5. La televisión en el aspecto mercantil es
tarifas (licencia no voluntaria). Se ha dado una negativa
del BLEC (Bureau Europeo de Cine) y la UER a esa pre- fundamentalmente un medio de entretenimien-
tensión de mercado libre de la creación a pesar de las di- to e información y sólo secundariamente un me-
ficultades que la gestión del trabajo creativo pueda entra- dio cultural y educativo incluso en Europa.
ñar en un mercado multiplicado y amplio de operadores. Basta comprobarlo en la evolución del tipo de
El Parlamento Europeo ha recogido, al parecer, esta
sugerencia. programación en Europa entre los años 70 y
143
80. En el caso español es suficiente comparar
la clasificación de programación por contenidos 9.3.3. La valorización en el mo-
genéricos en TV 1 y TV 2. nopolio u oligopolio televisivo: su
internacionalización
Informativos Formativos Recreativos
1976 38,32 37,89 29,79 El proceso de valorización en el campo tele-
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internacional salvo para los sistemas de cable y cación de canales, privatización de la explota-
satélite, pero sí lo es en cambio el mercado de ción de redes, rentabilización de cada emisión
programas y el tipo de programaciones. La y actuación multimedia.
existencia de un importante mercado interna- a) Las televisiones de todos los países con-
cional de programas convierte estos productos forman una estructura monopolística u oligopo-
en internacionales por volumen de contrata- lística. A pesar de que con la irrupción de te-
ción, por su peso en las programaciones y por levisiones privadas o la introducción de criterios
su incidencia en el modo de hacer televisivo. comerciales en las televisiones públicas los ca-
Todos los operadores buscan complementar nales pueden diversificarse, es más que proba-
sus ingresos publicitarios con las ventas al ex- ble que del monopolio se pase a situaciones de
terior, lo que exige acomodarse a los estánda- oligopolio —visto el precedente de EE.UU.— lo
res técnicos y culturales internacionales (30). que tiene su importancia desde el punto de vis-
7. En su calidad de megamedio, la televi- ta del valor. El oligopolio en cualquier sector
sión supone un bajo coste por destinatario al- significa un funcionamiento distorsionado de la
canzado que la hace extremadamente competi- ley del valor con la formación de precios por
tiva en el ámbito publicitario. Sin embargo, encima del valor de la producción. Los oligo-
para su puesta en funcionamiento se requieren polies no eliminan el funcionamiento del prin-
amplias inversiones y un alto coste de mante- cipio de competencia entre operadores televi-
nimiento que lo han hecho privativo, hasta sivos, pero esta competencia no lleva a operar
ahora, a grandes capitales o a la financiación alrededor de unas condiciones de producción
pública. Sin embargo, está demostrado que en medias a corto plazo, dados los ingresos asegu-
ámbitos locales y con una inversión reducida rados por una posición dominante.
que ronda entre 6 a 15 millones de pesetas pue- El tema se complica cuando se advierte tam-
de emitirse. El problema de este tipo de tele- bién la oligopolización de la publicidad en el
visiones está en todo caso en los costes de man- ámbito nacional (31). Este otro oligopolio con-
tenimiento para una programación con au- trapesa el poder de los operadores y empuja a
diencia. pautas de producción y programación confor-
8. El gigantismo televisivo no favorece la me al índice de audiencia. Hay una simbiosis
aleatoriedad de la realidad mercantil, pero la de intereses que afecta a la calidad de la pro-
competencia entre operadores y la multiplica- ducción televisiva y convierte al usuario en con-
ción de canales reintroducen la incertidumbre. sumidor de imágenes y productos.
Los oligopolios televisivos que opten por ra-
cionalizar al máximo su producción operando
en unas condiciones de producción óptimas ob-
tendrían en principio varios tipos de rentas: la
derivada del oligopolio; las derivadas de las
rentas de autores y del plusvalor propio del me-
(30) En 1984, España vendió 1.700 horas de televisión por
un importe de 267 millones, lo que supone un precio por
hora de 157.000 pesetas, cantidad bien distinta al millón o (31) La mitad de los ingresos publicitarios de las networks
millón y medio que cuesta cada hora de programa impor- proceden de 25 anunciantes y un 15 % de tres fabricantes
tado de los EE. UU. de jabón y productos de limpieza. E. Vázquez (1986: 163).
144
dio; la parte de renta absorbida a las televisio- otro lado y en la medida que los ingresos pu-
nes competidoras que no funcionen con crite- blicitarios constituyen la pauta para determinar
rios de rentabilidad óptimos; las rentas de el coste factible de las producciones televisivas,
aquellas televisiones que operan con criterios cabe suponer que terminarán por determinar
de servicio público; y rentas absorbidas de las las condiciones medias de producción.
industrias culturales que les suministran (32). c) La televisión tiene la doble peculiaridad
b) Por la vía del mercado de materiales, re- de ser una industria en sí misma (productora y
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des, programas, publicidad y formatos se están exhibidora al mismo tiempo) y ser un medio
generando unas condiciones medias de produc- subcontratante de otras industrias. Por ello no
ción a escala internacional, que limitan el po- se da como en otras ramas sólo la competencia
der de los oligopolios nacionales en beneficio entre productores/emisores de la misma rama
de los oligopolios internacionales de programas -competencia igualadora de las condiciones de
y, en su día, de canales. Curiosamente la ten- producción y regulada por la tasa media de be-
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145
ciles desplazamientos de unas a otras ramas en f) Vista la importancia de los derechos de
función de las expectativas de beneficios (be- distribución de programas necesarios para múl-
neficios por encima de la media industrial). tiples canales -particularmente en los que ape-
c.4. Por último el carácter centrípeto de la nas pueden tener producción propia como re-
televisión le otorga una posición ventajosa a la des locales de cable, televisiones locales y re-
hora de la distribución del plusvalor y los be- gionales- es muy posible que los grandes ope-
neficios, apropiándose tanto de plusvalías pro- radores internacionales y nacionales y los de-
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pias como parte de las ajenas. Esa primacía positarios de derechos de distribución (sean al
puede convertirse en estructural a no ser que mismo tiempo productores de programas o no)
la carencia de programas (34) invirtiera abso- compartan la primacía internacional y nacional
lutamente los términos de la relación entre en la TV.
operadores y productores. Aun cuando la relativa escasez futura de pro-
gramas parecía invitar a un nuevo hegemonis-
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d) La televisión se diferencia de otras in- mo -el de los productores- una hipótesis rea-
dustrias por una triple ventaja a la hora de la lista indica que los programas realmente de-
valorización de capitales: la posibilidad de pla- mandados serán los programas caros, de masas
nificar el proceso productivo; la posibilidad de y de audiencia internacional. Al igual que
planificar los programas; y -contando con un ocurre con las Major americanas, la función de
canal exhibidor asegurado- la planificación de distribución resultaría la clave. Las cadenas es-
la programación a emitir para la maximación pecializadas -vía satélite y cable- y las televi-
de audiencias. La planificación, permite redu- siones locales dejarían sin embargo un margen
cir costes unitarios, aumentar la productividad, para un tipo de producción descentralizada, ba-
lograr economías de escala y mantener merca- rata, creativa, especializada y de audiencia
dos cautivos, incluso desplazando relativamen- limitada,
te a otros medios. Una programación desacer- g) Las formas de internacionalización son
tada desde el punto de vista económico es su- variadas, convirtiendo el espacio televisivo en
ceptible de una rápida corrección, puesto que un espacio de valorización internacional.
hay modelos de programación de asegurada La forma dominante hoy sigue siendo la in-
rentabilidad. El tema será distinto en la Euro- ternacionalización del mercado de programas
pa de los canales múltiples de vocación in- lo que se refleja en las programaciones de las
ternacional. televisiones de todo el mundo, cuya parrilla ha
e) El operador televisivo dado su oficio de de considerarse internacional tanto en su for-
programador/planificador, está en buenas con- mato como en su composición (35).
diciones para actuar en un ámbito como las te- Una segunda forma de internacionalización
lecomunicaciones (telemática, videocomunica-
ción) sea de servidor o explotador de la red, o
en la nueva televisión. (35) En Europa, el porcentaje de importación de progra-
mas sobre el total de transmisiones era globalmente del
27 % en 1983. En cine y películas de serie, ese porcentaje
(34) La Comisión Europea, estima entre un millón y un llegaba a alcanzar el 71,5 % del total de emisiones cine-
millón y medio de horas por año las necesarias para fina- matográficas; otro tanto ocurría en el entretenimiento
les de los 80, de las cuales 300.000 a 500.000 horas serían (69,6 %) y en menor medida en informativos (35,9 %) y
de tipo cinematográfico. La actual producción en los cua- deportivos (35,7 %). Sobre el total de importaciones, las
tro principales países miembros de la Comunidad Econó- producciones de EE.UU. representaban hasta el 43 %
mica Europea es de 1.000 a 5.000 horas año. El conjunto (Nordenstreng, Varis; Faus 477-525; Garitaonaindía: 8-9).
de países de Europa occidental produce actualmente de En el caso español, hay una menor dependencia de USA
30.000 a 40.000 horas de televisión. Las previsiones de ci- en los últimos años en el capítulo de largometrajes, aumen-
fras de la Comisión son exageradas, pero dan idea de la dis- tando en cambio en los capítulos de series televisivas. La
tancia entre la capacidad de producción europea y las ne- participación de films de USA bajó de un 77,24 % en 1980
cesidades planteadas por un cúmulo de canales (véase el in- a un 42 % en 1984, al mismo tiempo que se elevaba la emi-
forme de la CCE “Televisión sin Fronteras”). Un informe sión de películas españolas de 16,53 % a un 22,4 % en 1984
posterior de la Comunidad Europea (“Hacia la Europa de y 22,8 % en 1985. Englobando films y series en 1980, el
la Televisión”, Documentos 84, n.° 16 de 1984), sugiere 77 % de las emisiones era de procedencia americana, mien-
que aun suponiendo que el 50 % de las emisiones sean tras que en 1985 ese porcentaje bajó al 34,8 % (RTVE
compradas fuera de la Comunidad y que el 25 % sean re- 1986: 28 y 451) y seguirá bajando dada la nueva cuota de
posiciones, aún quedarían de 75.000 a 125.000 horas de pantalla en TVE de 1 xa 4. En el caso vasco, un estudio
programas cinematográficos que debieran ser producidos de programación en la 2. quincena de mayo de 1986 indi-
todos los años en la Comunidad, cifra de nuevo poco caba un nivel de importaciones en los “prime-time” entre
realista. un 75 y 92 % (Idoyaga, Zallo, Egin 23-2-87).
146
es la de la producción y difusión sea mediante principales formas de valorización de capitales
los satélites de distribución o con la futura te- comprometidos en la televisión son: la rentabi-
levisión directa por satélite y sus respectivas lización de los canales actuales, la descentrali-
combinaciones con el cable. Sus variantes son zación y la privatización o desregulación de la
múltiples: explotación de las redes.
– Junto al habitual desbordamiento fronte-
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rizo de las emisiones por onda hertziana en Eu- 9.3.4.1. La rentabilización de los canales ac-
ropa hay que señalar los proyectos de emisión tuales
internacional (es el caso de CETC con el siste-
ma de satélites ASTRA) de programas con vo- La crisis de los servicios públicos europeos
cación de masas y con origen en capitales na- de la radiodifusión, los han orientado en el sen-
cionales asociados (Berlusconi, RTL, Bertels- tido de su comercialización y la adopción de
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man, Maxwell...) así como las cadenas especia- pautas de organización del trabajo, programa-
lizadas para públicos específicos (Music Box, ción y financiación cada vez más cercanas a las
Superchannel). Sus ventajas son importantes: redes privadas. De todos modos, persisten sen-
se aprovechan espacios amplios de audiencia a das diferencias con éstas en el grado de implan-
costes limitados sea mediante satélites captados tación de los criterios puramente capitalistas en
mediante antenas colectivas, sea a través de los la programación, y en los controles -sociales,
sistemas de cable. La internacionalización de la administrativos y políticos- sobre programa-
publicidad permitiría altas tarifas sólo accesi- ción y gestión, sobre todo en aquellas televisio-
bles a anunciantes internacionales. nes que por el peso mayoritario del canon,
– Iniciativas internacionales públicas como mantienen una conciencia ciudadana sobre la
las que se derivan del programa europeo EU- función del servicio público. En sentido contra-
RIKON, auspiciado por la UER en 1982 en vis- rio, caben cadenas privadas -como el “Four
tas a la formación de una cadena paneuropea Channel” de la ITV- con una programación li-
ya decidida por la Comunidad Europea (CE. mitadamente comercial y vanguardista, típica
Doc. 84. n.° 11). De cara a la resolución de obs- de algunos segundos canales públicos.
táculos técnicos, la UER recomendó, la intro- También hay diferencias en el tema de los
ducción de un sistema de codificación C/MAC derechos de acceso. Mientras en la mayoría de
Paquets en sustitución del PAL y SECAM. los países y sistemas públicos esos derechos es-
– Formación de consorcios europeos para la tán regulados y cabe una intervención política
producción de programas para cadenas nacio- y social de control, ese derecho es absoluta-
nales e internacionales. Es el caso de Vision y mente discrecional en las cadenas privadas.
European Producers Corporation e Internatio- Ello no impide que algunas cadenas privadas
nal Film Productions (CLT-RTL). puedan llegar a ser más abiertas que las públi-
– Asociación de capitales de distintos oríge- cas, salvo en aquellos países donde formalmen-
nes nacionales para la emisión sobre un ámbito te el derecho de acceso está claramente orga-
nacional, esté o no vinculado a proyectos inter- nizado (Gorostiaga 1980: 22-26).
nacionales. El caso de Berlusconi en Francia y Caben dos modelos básicos en Europa, como
RTL en Alemania. Igualmente -y por la vía fi- quintaesencias ambos de una concepción pura-
nanciera- se encuadran las iniciativas de com- mente capitalista de la televisión y de una con-
pra de participación de capital de empresas te- cepción de servicio público, respectivamente.
levisivas nacionales. Por ejemplo Globo (Bra-
sil) adquiría en 1985 el 80 % de las acciones de a) El modelo Berlusconi en Italia se carac-
la filial italiana de Tele Montecarlo. teriza por una lógica de programación para la
maximización de audiencias consistente en te-
lefilms, cine, espectáculos deportivos y concur-
9.3.4. Las principales formas de sos, durante todo un extenso horario de pro-
gramación, teniendo otros contenidos sólo una
valorización en televisión relativa importancia (la información, dramáti-
cos) o nula (programación cultural).
Junto a la internacionalización y la explota- Ello supone -en la medida en que los dra-
ción de las nuevas redes de cable y satélite, las máticos y espectáculos son programas caros- el
147
recurso masivo a la importación en detrimento ronda el 50 % del presupuesto de explotación
de la producción propia. Esta es una diferen- y, en los más ineficientes, como la RAI de los
cia sustancial con las networks que, además de primeros años 80 hasta el 70 % (38). En la te-
realizar una alta producción propia, mantienen levisión de Berlusconi, por tratarse de una te-
una amplia variedad de programación con una levisión netamente distribuidora y exhibidora,
real importancia de los informativos, aunque se buscan baremos de coste de personal entre
en los “prime-time” todas las networks dan el 10 y el 15 %.
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una triple línea de concentración, multimedia- mera función de transferencia del valor de los
ción y multinacionalización, busca la identifi- programas así como del reducido equipamien-
cación de sus programas con el divertimento, to mientras una parte importante del trabajo
lo que supone una neta especialización sólo po- es improductivo dirigiéndose a la localización
sible en un contexto de cadenas públicas sobre de anunciantes, programas... La desproporción
las que ejerce una función parasitaria. entre ingresos publicitarios y gastos reales, sólo
No es sólo la programación lo que explica el es explicable por la transferencia de valor que
éxito de Berlusconi en Italia. El esquema in- se realiza -en el marco de la competencia- des-
dustrial en el que se basa es también peculiar, de las televisiones públicas a la privada obte-
utilizando en su provecho las lecciones extraí- niendo, por vía especulativa y mediante el me-
das de los problemas de las televisiones públi- canismo publicitario, una tasa de beneficios
cas (37). Se ha construido una televisión nacio- muy superior a la media y que no se justifica
nal con la infraestructura de una televisión pro- por el lado de un -inexistente- equipamiento
vincial, un mínimo equipamiento para algunos superior.
espacios propios y el recurso al encargo. La co- Se trata de un tipo de aparato que no com-
producción o la cofinanciación permite invertir pite como industria sino como intermediario en
sólo lo necesario en la programación, mientras la distribución de programas. Los mecanismos
se evitan las altas inversiones de inmovilizado internos del éxito Berlusconi son inexplicables
material y sus correspondientes gastos financie- desde un enfoque en términos de oferta y de-
ros, así como el coste de obsolescencia del ma- manda. Solamente desde un análisis del valor
terial. Las inversiones se dirigen al capítulo de puede comprenderse que con una escasa tasa
derechos de antena (auténtico inmovilizado in- de plusvalor se absorba una alta tasa de bene-
material y, desde el punto de vista contable, ficios que, lógicamente, procede del exterior,
parcialmente realizable) permitiendo amplios de una función intermediaria. La televisión
tanteos y renovaciones de la programación deja de ser una fábrica de programas para ser
para maximizar audiencias. un gran supermercado.
El presupuesto de funcionamiento se gestio-
na también de modo peculiar. Se trata de re-
ducir al máximo el peso del coste de personal
que, en los sistemas públicos más eficientes (38) El Canale-5 de cobertura nacional, funcionaba en
1982 con 300 personas, con una proporción de dos fijos a
un colaborador. Obtenía 20.000 millones de pesetas de in-
gresos publicitarios (J.R. Pérez Ornia, art. cit.) Ese mis-
(36) Desde 1983 Berlusconi ha realizado acuerdos privile- mo año TVE obtenía 35.000 millones de pesetas en ingre-
giados con las grandes redes nortamericanas NBC y ABC, sos, pero con unos costes de personal de 12.723 millones
obligando a la RAI a hacer lo propio con la CBS. para una plantilla de 11.160 trabajadores del conjunto de
(37) Así el Canale-5 en 1982, sólo tenía un 25 % de pro- RTVE de los que la mitad aproximadamente prestan ser-
ducción propia mientras realizaba compras masivas de de- vicios en TVE. Si a los 5.000 empleados de plantilla en
rechos de 3.000 películas y telefilms americanos, éstos úl- TVE se sumaran la mitad del ente, la cifra se quedaría en
timos a 1.680.000 pesetas el episodio (Pérez Ornia, “El 6.300 trabajadores. La relación ingresos brutos/trabajado-
País”, 28 y 29 -X- 1982). Este acaparamiento de títulos re- res era así de 66 millones por trabajador en Canale-5 y 5,6
ducía el margen de maniobra de las emisoras públicas, así millones de pesetas en TVE. Obviamente estas “producti-
como de Rete 4 e Italia 1 que terminaron por caer en ma- vidades” no tienen que ver con el trabajo sino con el
nos de Berlusconi. capital.
148
b) El otro modelo es el de la televisión pú- programación los costes directos de programas
blica de los 60, bien diferente a la anterior en y la compra de derechos.
su “finalidad, propiedad, financiación y con- La programación varía en función del núme-
trol” (Oriol: 77) y, por ende, en su organiza- ro de canales, la situación de complementarie-
ción y programación. Este modelo se caracte- dad o competencia con otros operadores y la
riza por una infraestructura notable para una presencia o no de canales privados. En todo
cobertura nacional con varios programas. A caso, la finalidad de servicio público habría de
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son los gastos de personal, que rondan entre el predominio del entretenimiento sea con pro-
50 y el 70 % (Curran 1978: 97-99) capítulo que, ducciones propias o con importaciones que
a su vez, es inversamente proporcional al de además ocupan los “prime-time”. Salvo en
“trabajos, suministros y servicios exteriores”. RFA, hay una creciente desnacionalización.
De este modo contabilizan sólo como gastos de El cuadro adjunto así lo indica (39):
Las contradicciones que se abren son nume- Este círculo vicioso está motivando la inter-
rosas. Una programación propia de calidad re- vención del Estado y de los organismos inter-
sulta más cara -imputando costes de personal nacionales de cara a definir el modelo televisi-
y equipo- que la importación de programas de vo en su conjunto, tanto de la televisión públi-
entretenimiento y, además, no alcanza altas au-
diencias (40). La presencia de una cadena pri-
vada con una programación comercial, signifi- (39) Datos extraídos de K. Nordenstreng y T. Varis (1976:
ca inmediatamente la reducción de audiencia 13); C. Garitaonaindia (1985: 7); TVE 1985. DGT: 283;
de la pública que se ve así relegada a cumplir Presupuestos Generales de la Comunidad Autónoma de
un mero papel de legitimación -vía división de Euskadi, Presupuestos de los Entes y Sociedades Públicas
(1986: 29).
tareas en el sistema televisivo-. Por el contra- (40) Así en 1984 el coste medio por hora en Gran Bretaña
rio, la entrada en competencia sin límites por de las series americanas suponía unas 25.000 libras, mien-
los niveles de audiencia equipara el servicio pú- tras que el coste medio hora de un drama popular británi-
blico a una televisión privada y, además, no co costaba 8 veces más (Schlesinger 1986-1987: 30 y ss). Cu-
riosamente los dramáticos de la BBC siguen siendo renta-
justifica el canon del contribuyente. bles por su calidad (“El País” 9-XII-86).
149
ca como privada. Una situación de competen- constata la evolución entre 1975-1985 en las re-
cia igual, de hecho supone un intercambio de- laciones entre Ingresos Brutos/Gastos de Per-
sigual en el mercado publicitario. Claro que los sonal del Ente y de TVE (Zallo 1987: 616-623).
Estados que han hecho del principio neolibe- Igualmente se advierte esa orientación en los
ral la norma de conducta para la salida de la cri- ingresos (diversificación de fórmulas publicita-
sis económica, no tienen argumentos, autori- rias y su ajuste a los paneles reales de audien-
dad moral o deseos de afrontar el tema, man- cia, la elevación más que proporcional de las
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siendo operativos, las tendencias de hecho gestión de RTVE parece más consciente de las
apuntan a una asimilación de criterios rentabi- peligrosas consecuencias de esa orientación en
listas en los servicios públicos. En el caso de lo relativo a la programación.
las públicas no es infrecuente -dada su crisis-
la declaración del “estado de emergencia” y la
implantación de planes de reorganización (caso 9.3.4.2. La desconcentración y la descentra-
de Suecia o España). lización
En España, había un motivo adicional para
la reorganización del sistema público, vista la La regionalización televisiva incide sobre un
desastrosa gestión que reveló la Auditoría de segmento de audiencia con características pro-
Intervención del Ministerio de Hacienda sobre pias y supone una vía para la valorización del
RTVE en 1978-1979 (41). Sólo que además de capital constructor de redes y materiales y para
ordenar la gestión se han pretendido otros ob- la industria suministradora de programas.
jetivos también presentes en otras televisiones El tema es más complejo si se atiende al ope-
de Europa: el predominio de la planificación rador televisivo. En los sistemas de televisión
económica y de los criterios de rentabilidad so- privada la regionalización es uno de los descu-
bre el criterio de programación de calidad. brimientos del capital (las privadas en Italia o
Dichos objetivos se están cumpliendo si se en Gran Bretaña) desarrollando así la vieja ex-
periencia americana (42). En EE.UU., el mo-
(41) Dicha Auditoría en “El País” (20/27-1-1980) demos-
delo de “descentralización” es más simple, ba-
traba tal cúmulo de irregularidades que permitían com- sándose en estaciones locales sin apenas otro
prender las pérdidas de TVE entre 1976 y 1978, a pesar de programa propio que el informativo. Las tres
que el tiempo publicitario se había incrementado sensible- redes, networks, significan alrededor del 65 %
mente en esos años. Solamente una gestión ineficaz con
síntomas fraudulentos estaba en la base de aquellas pérdi- de la emisión en las emisoras afiliadas (S. Long
das: inexistencia de inventarios, ausencia de planificación, 1979: 58) y hasta el 90 % de la programación
desconocimiento de plantillas reales, adjudicaciones sin en los “prime-time” (desde las 20 a las 23 ho-
concurso, pagos a proveedores y productoras ajenas por ras) . Junto a las grandes networks hay otras ca-
encima de los precios de mercado, nula política de amor-
tización, infrautilización de materiales, desorganización ab- denas nacionales especializadas en determina-
soluta de compras y almacén, inexistencia de una política dos programas, y networks regionales. Las
de comercialización exterior, descontrol del gasto, pagos emisoras locales asociadas tienen una progra-
sin justificación, apropiación ajena de programas, presu- mación propia que no alcanza el 10 % de la
puestos indicativos para su incumplimiento, nula planifica-
ción de medios y de programas, programación trimestral programación, cubriéndose la diferencia entre
que inviabilizaba cualquier planificación, ausencia en los ésta y la programación en cadena con progra-
costes de programación de una imputación por mano de mas sindicados. Son, por lo tanto, emisoras de
obra directa o indirecta y materiales utilizados, inexisten-
cia de un fondo de propiedad inmaterial, inaplicación de exhibición de programas ajenos. En cambio las
una contabilidad de costes, porcentajes absurdos para pro-
ductores y actores en los casos de ventas al exterior, más
de mil jefaturas -sueldos principescos- que suponían el (42) En EE.UU., existen 1.200 canales, 200 conectados a
10 % del conjunto de la plantilla, funciones desperdiga- cada network, 200 a los independientes, 307 son emisoras
das... TVE era un saco sin fondo en beneficio de altos fun- públicas. Hay además 3 superestaciones y 28 canales de ca-
cionarios, empresas proveedoras, de doblaje y produc- ble además de los de Pay-TV (Cinevídeo 20, marzo 1986:
toras. 18).
150
emisoras independientes son los principales e) Televisión desconcentrada: cadena na-
clientes de los programas en sindicación. cional con una reducida franja horaria de de-
En el caso de los sistemas públicos europeos, senganche para la emisión del programa regio-
la descentralización puede tener su origen en nal (BBC, TVE-1, Canale 5) con nula autono-
tres factores diferenciados: mía de los centros en programación, gestión y
presupuestos, escasa capacidad de producción
1. En el propio sistema de organización del propia y marginal contribución a la cadena.
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151
del modelo, lleva a que las emisoras y cadenas das las comunidades autónomas si no se dan
regionales sean un canal más en el ámbito na- medidas políticas. A algunas Comunidades no
cional y regional -sólo diferenciable por la les cuadran las cifras (Navarra, Región Mur-
proximidad de sus informativos, reportajes y ciana...).
retransmisiones deportivas- o resulte una ex- En tercer lugar, TV3, TVG y ETB. Desde
periencia frustrante que apuntalaría el envite el punto de vista jurídico son diferentes: terce-
de las televisiones privadas tanto hertzianas ros canales los dos primeros y cuarto canal de
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como por cable. No es casual tampoco que titularidad y red propias, el tercero (48). Los
agrupando los ingresos de las empresas comer- tres programas tienen ya una fuerte personali-
ciales -públicas y privadas, de radio y televi- dad vinculada a reivindicaciones históricas de
sión- radicadas en Madrid, el volumen total re- tipo nacionalista. A falta de canales de comu-
sultante en 1985 era de 85.000 millones de nicación con el resto del Estado Español la di-
ptas., es decir un 83,3 % del total de los ingre- námica apunta a la incomprensión de las pro-
Este material es para uso de los estudiantes de la Universidad Nacional de Quilmes, sus fines
sos de la radio y televisión (Estevan 1986: 25). blemáticas nacionales de estos países obligados
En España se da un cuádruple e incoherente a refugiarse en sí mismos.
modelo de descentralización: En cuarto lugar, la cercanía de las televisio-
En primer lugar el correspondiente a TVE, nes privadas las convierten en un dato actual
con sus dos centros de producción de Cataluña para la toma de decisiones. No sólo significa-
y Canarias y sus doce centros regionales -que ría una competencia para el primer y segundo
en 1987 serán catorce- correspondientes a la programa de TVE, sino también para las tele-
práctica totalidad de las Comunidades autóno- visiones autónomas ya consolidadas y un fac-
mas a excepción de Castilla-La Mancha y que tor disuasorio para las comunidades autónomas
se corresponden con los modelos d) y e) (46). que tenían intención de acogerse a la Ley de
Cualquier-parecido entre una descentralización terceros Canales (excepción hecha de algunos
y la función de los centros regionales es pura proyectos como Tele-Madrid o el canal para el
coincidencia. Se trata de una mera desconcen- País Valenciano).
tración funcional de naturaleza técnica y no En suma, el sistema televisivo en España es
una descentralización, incumpliendo con ello el absurdo, caro e ineficiente desde el punto de
espíritu y la letra del propio estatuto de RTVE vista del servicio público, aunque los canales
en sus artículos 4 y 13. En este sentido, los cen- autonómicos tienen la virtud de contrapesar el
tros regionales son meros suministradores, sec- monolitismo centralista, al tiempo que repro-
ciones auxiliares del programa central en el ducen un concepto rentabilista de la comu-
terreno de la producción—y además determi- nicación.
nados por dicha programación (Garitaonain-
día, Idoyaga 1985: 47-49)- y meras emisoras de
continuidad en el terreno de la difusión. 9.3.4.3. El coste de la privatización
En segundo lugar la descentralización real se
reserva a los llamados terceros canales de titu- Tanto en Francia como en España la priva-
laridad estatal y en régimen de concesión a las tización de las emisiones televisivas viene de la
comunidades autónomas para la emisión en di- mano -ironías de la historia- de gobiernos so-
cho ámbito. Estos terceros canales tendrían cialistas. En Francia, 1982 desveló “la estrate-
una serie de limitaciones en el terreno de la ad- gia del poder socialista en un campo capital
quisición de programas, retransmisiones y ex- para el futuro, una especie de economía mixta
clusivas (47). Es improbable su extensión a to- generalizada” (Agnes 1-1-84) y que tiene su
punto de partida en la ley del 29 de julio de
1982 y que se ha plasmado en un importante ro-
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sario de decisiones relacionadas: plan telemá- tos de Univisión Grupo Z, Sogetel-Prisa, Te-
tico, Plan Cable, Canal plus, continuidad del visa, Godo y Grupo 16 (50). Pero todos coin-
proyecto de Satélite de Difusión Directa, tele- ciden en despejarse el camino sugiriendo que
visión comercial, radios comerciales... Aunque TVE debe ser más formativa y cultural (G-16).
manteniendo los servicios públicos, la política Sugieren que no es razonable que las inversio-
socialista se significó por su sumisión a los gru- nes publicitarias de TVE financien actividades
pos de prensa, la desmesura en los proyectos como las radios públicas (Univisión), aunque
son exclusivamente didácticos. Prohibida su reproducción parcial o total sin permiso escrito de la editorial correspondiente.
auspiciados con criterios fundamentalmente in- también reconocen que “no vamos a hacer
dustriales y beneficiosos para las industrias nada distinto a la televisión pública..., pero
electrónica y de telecomunicaciones, la falta de será una televisión más barata, más ágil y so-
renovación interna de los servicios públicos y bre todo más competitiva” (Luis Ángel de la
la fascinación ante la ideología de la nueva co- Viuda).
municación que confunde libertad de informa- Hay proyectos que insisten en los informati-
Este material es para uso de los estudiantes de la Universidad Nacional de Quilmes, sus fines
ción y liberalismo económico (Miège et al.: vos (25 % de la programación en el caso de So-
56). El gobierno de derechas ha llevado mucho getel y G-16), mientras otros insisten en re-
más allá el tema privatizando un servicio públi- transmisiones deportivas (Univisión), concur-
co como TF1 (49). sos musicales y especiales (Godó-Antena 3).
En España había claros precedentes en la ra- Todas las cadenas realizarían los informativos
dio -tanto por la existencia de emisoras tradi- mediante producción propia, mientras que el
cionales (SER, RATO, COPE) como por las resto de la producción se basaría en encargos
concesiones de FM a grupos de comunicación— a productores y empresas de servicios y copro-
y en las telecomunicaciones con una CTNE ducciones (Univisión y Sogetel). Sobre todo, se
constituida como empresa privada. El Consejo recurriría a la subcontratación, contando con
de Ministros del 4-4-86, aprobó el proyecto de un mínimo de personal. La cifra más abultada
ley de televisión privada con una serie de res- sugiere 500 personas en el centro y no más de
tricciones en la programación (50 % de films 100 en cada centro regional (Univisión) y otros
habrían de ser de origen español o comunita- declaran la necesidad de una pequeña plantilla
rio, el 40 % de producción propia) y en el uso para emisión e informativos (Tevisa). También
de la publicidad (que no habría de superar el el recurso a colaboradores no fijos (G-16) es
10 % de la programación semanal, ni suponer una constante (Cinevideo 20, n.° 23, marzo-
más de 10 minutos hora). abril 1986).
Hay pocas dudas sobre la viabilidad de algu- Al igual que en Italia es fundamentalmente
nas televisiones privadas en España, pero las capital editorial el que ha tomado las riendas
hay más sobre la posibilidad de subsistencia de de una vasta operación multimedia que ya te-
tantos canales públicos y privados sobre la base nía precedentes en la radio en España (Prisa,
de una única fuente de financiación. Los cos- Godo, G-16).
tes estimados por cada uno de los solicitantes
de concesión rondan entre 10 a 15.000 millo-
nes de pesetas, más un coste por el uso de las 9.3.5. Televisión por cable como
redes de difusión y transporte (sea de RTVE o
de CTNE o incluso satélites) de 6.000 millones modalidad de la industria televisiva
de pesetas (“El País”, 11-4-86). La inversión es
suficientemente importante como para que casi El cable puede y debe abordarse desde dos
todos los aspirantes hayan ido buscando par- puntos de vista: como televisión por cable o
tenaires. como soporte de un fenómeno más amplio, la
No hay un único modelo de televisión priva- videocomunicación.
da en España. Hay diferencias en los proyec- La televisión por cable constituye un nuevo
media, en la medida que supone una nueva tec-
nología, presumiblemente una nueva práctica
(49) La concesión de TF-1 por diez años ha sido valorada
por 4.500 millones de francos, unos 90.000 millones de
ptas. La oposición estimaba que el valor real de TF-1 es
más del doble del precio fijado. La subasta de televisiones (50) Había otros proyectos: Tele 4 (prensa del corazón).
públicas cuenta con precedentes sobre todo en América Canal 7 (Prensa Española, Izaro, Frade), Satelvisión
Latina. (Rato, Samuel TV Corporation) y posibles alianzas.
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