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República bolivariana de Venezuela

Universidad Bicentenaria de Aragua


Vicerrectorado académico
Facultad de psicología
Extensión de San Cristóbal-estado Táchira
Trimestre: VI

Ensayo
Unidad III De introducción a la Geopolitica

Integrantes:
García M; Dylan G. V-26594957
Sección T2

Noviembre de 2017
A pesar de los innumerables trabajos dirigidos al estudio y análisis del fenómeno de
la globalización no es fácil encontrar un intento de definición que vaya más allá del nivel
descriptivo. En términos generales, por globalización se entiende
el movimiento acelerado de bienes económicos a través de las barreras regionales y
nacionales.

Este intercambio incluye personas, productos y por sobre todo, las formas
tangibles e intangibles de capital. El efecto inmediato de la globalización es la reducción
de la "distancia económica" entre países y regiones, así como entre los actores
económicos mismos, incrementando, de este modo, las dimensiones de los mercados y
la interdependencia económica.
En los últimos dos decenios del siglo veinte se han desencadenado una serie
de procesos de gran trascendencia, tanto por la magnitud de los efectos generados como
por la complejidad que estos asumen en su expresión fenoménica, en donde se advierte
la inmediata y recíproca dependencia con la cual están concatenados. De estos procesos
destacan dos: las formas en las cuales se desarrolla competencia en el mercado
global y; la acelerada dinámica del desarrollo científico tecnológico ambos,
responsables de las transformaciones que de manera dramática alteran la configuración
tecno-económica, modificando el conjunto de premisas organizativas y científico-
tecnológicas así como de las formas de comprensión que durante
largo tiempo posibilitaron el despliegue de un cierto modelo de desarrollo (centro-
periferia) y de una particular estructura bipolar del poder mundial.

Por otra parte, estos proceso también han provocado el derrumbe de muchas de
las certezas que guiaron gran parte de la actividad en la época moderna;
certezas derivadas a partir de marcos teóricos de interpretación hoy bajo serios
cuestionamientos, pues ellos no facilitaron una compresión ni mucho menos la previsión
de la dinámica y magnitud que asumen las actuales transformaciones. Junto con ello, se
desdibujan valores, ideologías y doctrinas políticas, sociales y económicas que
impregnaron de sentido a los proyectos individuales y colectivos de una parte importante
de la humanidad. Por ello, han sido abandonadas, o por lo menos no tienen el poder de
convocatoria que antes tuvieron. Sin embargo, se advierte que, aunque en forma
precaria, a finales del siglo se han impuesto una serie de consideraciones en torno a las
determinaciones centrales de la política económica contemporánea.
En el plano económico, por ejemplo, parece evidente que al mercado le fue
otorgado un rol preponderante: se impone como el instrumento más apropiado para
manejar los intereses competitivos. En el plano político, por su parte,
la democracia representativa es considerada como el medio de mayor eficacia para
elegir entre orientaciones políticas diferentes. En el plano social, las cosas no están muy
claras. Sin embargo, una tendencia parece imponerse; los gobiernos abandonan la
pretensión de una sociedad más equitativa que asegura el bienestar social para el
conjunto de los ciudadanos, propiciando en cambio, el surgimiento entre los individuos,
de atomizadas formas de autoayuda, mediadas por el mercado y no por formas
colectivas de solidaridad.
Estas consideraciones que dominan en la política económica contemporánea, de
algún modo, configuran un sistema político, económico y social ligado en forma
indisoluble a dos procesos estrechamente relacionados, mismos que emergen como
distintivos en este último cuarto de siglo: la competencia derivada de la economía global
y; la dinámica del desarrollo tecnológico, que además de generar las condiciones para la
consolidación de un cierto sistema, impone a escala planetaria un nuevo paradigma del
que hacer eficiente, entendiendo por ello la sustitución de un modelo rector del progreso
tecnológico-comercial que las empresas utilizaban para identificar y desarrollar los
procesos, productos y sistemas de gestión mas rentables a partir de las alternativas
tecnológicas que estaban disponibles en el mercado.
Con la globalización comercial, los países tratan de mejorar sus niveles
de productividad a través de mejor formación de los medios de producción, que permita
que el país desarrolle industrias exportadoras. Un país que ignore la existencia de la
globalización comercial, normalmente se vuelve un país importador de materias primas
y algunos productos manufacturados, y presenta periódicamente problemas en sus
balanzas de pago.
Este proceso de transformación ha dado lugar también a una búsqueda en
paralelo sobre nuevas concepciones de las políticas de desarrollo económico, puesto
que está visto que el reto que las economías enfrentan es más complejo y mucho más
impresionante y, en muchos casos, ya no hay ni siquiera el tiempo que las sociedades de
antes podían dedicarle a la meditación y a la negociación; las exigencias son mucho más
difíciles.
Si retomamos un poco acerca de la historia vemos como La globalización
comercial comenzó en 1948, con el Acuerdo General sobre Aranceles y Comercio
(GATT) y, recientemente con el tratado de Marrakech, Marruecos. Igualmente forman
parte de la globalización comercial los acuerdos regionales de libre comercio, como lo
son el Mercado Andino y el Mercosur.
Los tratados de libre comercio tienen como fin facilitar el comercio entre diferentes
países, mediante la eliminación de barreras arancelarias. Cuando se eliminan las
barreras arancelarias, los bienes producidos en un país se pueden exportar y vender
libremente en otro país. La globalización comercial coloca al productor en un mercado
abierto donde puede vender sus productos en el mundo, pero también tiene que competir
con el mundo. El efecto de la globalización comercial ha tenido un crecimiento sostenido
en el comercio mundial, el cual alcanzó un total de 5.500 millardos de dólares en 1998
(FMI
En el marco de los cambios que se van presentando con la evolución y la dinámica
del sistema mundial en el contexto de la globalización, y ante el escaso impacto político
que los países de América Latina tienen en el concierto internacional, este artículo
propone el desarrollo de una novedosa teoría de la geopolítica que permita que los
Estados periféricos (como los latinoamericanos) sean partícipes del sistema de
relaciones de una manera que no implique necesariamente ni la confrontación con ellos
ni tampoco su sumisión. Para tal propósito, el autor hace una revisión crítica de los
criterios de la geopolítica (clásica y latinoamericana, sobre todo) así como del impacto
de la economía de mercado en estos países, que no han dejado de estar bajo el yugo de
la dependencia, para proponer vías de integración regional verdaderas.

Al igual que las disciplinas mencionadas, la geopolítica presenta el doble desafío


de trabajar, por un lado, a nivel teórico–metodológico y, por el otro, a nivel empírico a
través de los estudios de caso. La primera dimensión da el armazón conceptual para
entender la segunda de ellas. Huelga decir que ambas se son mutuamente necesarias
para entender la complicada trama del juego internacional. Para fines del presenta
artículo, interesa desarrollar el plano teórico–metodológico con el objetivo contribuir no
sólo al conocimiento, sino también al mejoramiento de los países periféricos,
particularmente los latinoamericanos.

La creación de una teoría implica observar la realidad, su evolución y detectar las


variables más significativas, incluyendo el motor que direcciona la configuración de esa
realidad. Resulta imposible conocer la evolución de la geopolítica y sus posibilidades, en
particular en el caso de América Latina, si no se hace abordando los aspectos teóricos y
metodológicos de las ciencias que concurren con ella.

La teoría es el resultado de un proceso de abstracción a partir de variables


significativas, seleccionadas de una realidad que conduce a un nivel explicativo, y se
realiza desde una perspectiva: una ubicación a partir de la que se sitúa el teórico para
observar esa realidad. A esta perspectiva o ubicación desde la que observamos la
realidad se denomina cosmovisión: una idea de la organización del mundo que crea el
marco o paradigma para el resto de las ideas y que inspira teorías o modelos en todos
los niveles. Muestra el diseño universal de la realidad en su esencia y se aplica a todos
los campos: la política, la economía, la religión, la moral o la filosofía.

En ningún caso la realidad se comportará según nuestras aspiraciones o intereses


si no tenemos en cuenta su forma de funcionamiento. La realidad no es amorfa, tiene
inteligencia y vida propias, sigue sus propias leyes: las leyes de la naturaleza.

La generación de modelos analíticos representativos, a través del proceso


heurístico, contempla áreas temáticas como la geopolítica de los cambios "en el
sistema", los procesos de descolonización, la constitución de un movimiento de países
no alineados, las consecuencias de la Guerra de Vietnam para el equilibrio de poderes,
la creación de la OPEP y sus consecuencias en la economía y las finanzas globales, el
surgimiento de la Comisión Trilateral (Trilateral Commission)5 y su incidencia en el orden
económico internacional, el surgimiento del transnacionalismo y sus consecuencias
sobre el Estado–nación, la emergencia de organizaciones de la sociedad civil como las
ONG, etcétera.

La modernización que vivió América Latina en la década de 1990, como


complemento del proceso de privatizaciones establecido por el Consenso de Washington
de 1989, respondió, especialmente en el área de la telefonía, a los intereses de las
empresas privadas orientadas al desarrollo de una autopista informática que controlaría
la televisión, la telefonía, el movimiento de datos, el comercio, las finanzas, etcétera. A
partir de la década de 1980, el paradigma del desarrollo pasó a ser la producción y
transmisión de conocimiento. La globalización y la permisividad de los dirigentes políticos
favorecieron la profunda mutación del poder que ahora se encuentra en quienes
controlan los mercados financieros, los grupos mediáticos planetarios, las autopistas de
la información, las industrias informáticas y las tecnologías genéticas.10

La autopista informática y la telefonía se han transformado en los instrumentos de


control de todos los medios de comunicación y de generación de pensamiento. Las
economías latinoamericanas se abrieron según el mandato establecido en el Consenso
de Washington, pero continúan exportando commodities (materias primas) de manera
importante, mientras que importan productos de microelectrónica, informática, telefonía,
telemática y robótica de los mercados asiáticos en especial. Internet se ha transformado
en un instrumento de control y dominación desde los actores trasnacionales para el
manejo del mercado, y desde los Estados más poderosos para el control de
determinados gobiernos.
Conclusiones
El ser humano sintió la necesidad de relacionarse con otros y establecer vínculos
para poder obtener Mejores Recursos y Bienes que permitían saciar de forma más
correcta sus necesidades básicas, hoy en día se afirma y se concluye que la
globalización de los negocios que realizan las empresas transnacionales permite
traspasar fronteras, sin que se presenten los delicados problemas de las relaciones
internacionales, entre los supuestos agredidos y agresores.

El desarrollo económico y social, en condiciones de globalización, parece ser una


aspiración en extremo compleja y multifacética. La globalización tiene que estar al
servicio de todos. No debe entronizar la ley de la jungla. Las reglas de juego de la 'aldea
global' no pueden privilegiar a algunos a expensas de otros. La globalización no debe
contribuir a la ampliación de la brecha entre países ricos y pobres. Debe ser el
instrumento privilegiado para la erradicación de la pobreza.

En la actualidad, el pensamiento y la propia teoría del desarrollo ha ido transitando


hacia un amplio pragmatismo que incluso va mucho más allá de la constatación de que
el desarrollo no es sólo crecimiento económico, sino que debe incorporar importantes
objetivos sociales - reducción de la pobreza, mejorar la calidad de la vida, garantizar
oportunidades para una mejor educación y salud, etc.
Referencias Bibliográficas
 Bleier, G. (2012). Geopolítica de la Globalización I. España: Debate.
 Méndez, R. (2011) El nuevo Mapa Geopolítico del Mundo. España: Tirant lo Blanch.
 Rupérez, J. (2009). El espejismo multilateral: la geopolítica entre el idealismo y la realidad.

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