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1 Del fenémeno social de Ja “transculturacién” y de su importancia en Cuba Con la venia del lector, especialmente si es dado a estudios feciolémicos, nos permitimos usar por primera vex el vocal trancculturacion, a sabiendas de que es un neologismo. ¥ nos airevemos a proponerlo para que en la terminologia socal: gica pueda sustituir, en gran parte al menos, al vocablo aru ton, cuyo Uso se esté extendienda actualmente EOE aculturacion se quiere significar el proceso de trénsito de Pen cultura @ otra y sus repercusiones sociales de todo géner®. ‘culturacion es vocablo mas apropiado, Hemos escogido el vocablo t Hemos es voeablo transculturacton para: expresat Js Yarladisimes fenémenos que se originan en’ Cubs por Las = Sin coneces imsmutaciones de culturas que aqui, se verifican Sin conocer as cusles es imposible entender la evolucién 9, asi en To ecanémico como en 10 institue Jurideo tea religion, Yen los demas aspecter ae ice, Iinguistico, psicologico, se le Cuba es Ia historia de sus intrinet: siacienes, Primero la trancculturacién del itico y la desaparicion de este por impacto de la nueva culture castellana. Después, la transcul acomodarse al Ituracion de un: ( ine fe una corriente incesante de i ellos mismos despa seatOles: pero de distintas culturas ¥ Y# penta, Como entonces se decia. de las $9, Mundo, que para Qinissulares y transplantados a un Nuevo manidad, donde wigs, Ut odo nuevo de naturaleza y de Mi: 4 su vez que reajustarse a un nuev? retumo de culturas. Al mismo tiempo, la transultursién co roseonts de oda ex comarces anche ¥Yitica, desde ef Senegal, por Guinea, Congo y Angola en el Je Ais, desde cent mbigue en ln contclcots, otal ‘tiniest 6s ee ella arrancados de sos muses 0+ ae aque continents, Toes iturasdestrozades, opm bajo cole ornare aaah imperantes como Is gurus e Sk el peo de ae ol almae de tas trapiches ¥ todavia ms carson molidas entre In res fy ‘capoendions em: manade™ cura, mera ne cates inflayentes Y de las man Vt fox eon re eM inentalen. Juaion, steno, analost= sas oriundeces (nti carson y arta amarilon mongeeides ines, frances, nerteenermtaned el que luc Celeste tmperio de Maca, Cain aatun derarraigado desu terra nallva en Yada nmin ne ge eagusies de deceultaracion © dele rane de detest oe etivrecon: yal Tn & Sa ae aroaliurecon En todos los pueblos la evolucién historica significa siempre un transito vital de culturas a ritmo mas u menus repo fo veloz; pero en Cuba han sido tantas y tan diversas en post tiones de espacio y categorias estructurales las culturas que han influido en la formacion de su pueblo, que ese inmensn amestizamiento de razas y culturas sobrepuja en trascendencia a todo otro fendmeno histérico, Los mismos fenomenos econd- tmicos, los mas basicas de la vida social, en Cuba se confunden casi siempre con las expresiones de las diversas culturas. En Cuba decir citoney, taino, espaol, judio, ingles. francés, an gloamericano, negro, yucateco, chino y criollo, no significa in- dicar solamente: los diversos elementos formativos de 1a nacién cubana expresidos por sus sendos apelatives gentilicios. Cad tuno de éstos viene a ser también la sintetica e historica deno- minacién de una economia y de una cultura de las varias que en Cuba se han manifestado sucesiva y hasta coctaneamente, roduciendose a veces los mas terribles impactos. Recordemos faguel de la “destruccidn de Tas Indias", que resend Bartolomé Toda la eseale cultural que Europa experiment en mis de gute milena en Cubase paso en men de uate sles Lo que’ alli fue subida, por rampa.y escalones, aqui ha sido Progreso a saltos y. sobrevaltos, Printer fue Ta cultura de los Siboneyes y-guanajabibes, la cultura paleoitica, Nuestra Edad le Piedra Mejor, nuestra edad de piedra y palo, de piedras y Maderas risticas sin brunir, ¥ de conchas y epinas de peces que eran como piedras y puss del mar. Después, 1a ultura de tos indios tainos, que, eran_neolitins ade a piedra eon pultimento y de la madera labradt, Ya Gon ls tings Hlegan To agricultur, la sedentaredad, la abun- a, el eaciguey el sacerdte. ¥ Mexan por conquista € m= ponen la transculturaciém. Los ciboneyes pasan a siervos nabo- Flas o huyen a las serranias y selvas, a los cibaos y camaos, TLuego, un huracdn de cultura: es Europa. Llegaron juntos ¥ en tropel el hierro, la pélvora, el caballo, el toro, 1a ruedi la brajula, la moneda, el salario, 1a letr ‘libre, €l sefor, el rey, Ia igiesia, el banquero... Y un vértigo revolu: cionario sacudié a los pueblos indios de Cuba, arrancando de cuajo sus instituciones y destrozando sus vidas. Se salté en un instante de las sofolientas edades de piedra a la edad muy despertada del Renacimiento. En un dia se pasaron en Cubs Varlas edades; se diria que miles de “afos-cultura’, si fuera admisible una tal métrica para la cronologia de los pueblos. S| estas Indias de América fueron Nuevo Mundo para los pueblos europecs, Europa fue Mundo Novisimo para los pueblos ame- Ficanos. Fueron das mundos que reciprocamente se descubrie. ron y entrechocaron. El contacto de las dos culturas fue terrible Una de ellas perecid, casi totalmente, como fulminada. Trans culturacién fracasada para los indigenas y radical y cruel para los advenedizos. La india sedimentacién humana de Ia socie- dad fue destruida en Cuba y hubo que traer y transmigrar toda su nueva poblacién, asi 1a clase de los nuevos dominado- res como la de los nuevés dominados. Curioso fendmeno social féste de Cuba, el de haber sido desde el siglo XVI igualmente invasores, con la fuerza o a la fuerza, todas sus gentes y cule turas, todas exdgenas y todas desgarradas, con el trauma de esarraigo original y de su ruda transplantacion, a una cultura rnueva en creacién. Con los blancos Hlegé la cultura de Castilla y envueltos en ella vinieron andaluces, portugueses, gallegos, vascos y catalanes. Pudiera decirse que la representacion de la cultura ibérica, lt blanca subpirenaica. Y también desde las primeras oleadas in- migratorias arribaron genoveses, florentinos, judios, levantinos ¥ Derberiseos. es decir, la cultura mediterranea, mixtura mile- nnaria de pueblos y pigmentos, desde los normandos rubios a los subsaharianos negros Mientras unos blancos trajeron Ia > nomia feudalesca, como conquistadores en busca de saqueo ¥ de pueblos que sojuzgar y hacer pecheros, otros, blancos tam bién, venian movides por la economia del capitalismo mereal- til ¥ aun del industrial que ya alboreaba. En varias economias que Hegaban, entre si resueltas y en transicién, a sobreponet- se a otras economias también varias y mezcladas, pero primi- tivas y de imposible adaptacién a los blancos de aquel oea#® de la Edad Media. El mero paso del mar ya les cambiaba st espiritu; salian rotos y perdidos y Iegaban sefores; de domi: rnados en su tierra pasaban a dominadores en la ajena, Y todos ellos, guerreros, frailes, mercaderes y_villanos, vinieron € trance de aventura, desgajados de una sociedad vieja para reit- jertarse en otra, nueva de climas, de gentes, de alimentos, de costumbres y de azares distintos, todos con las ambiciones tet ao —_ sas 0 disparadas hacia la riqueza, el poderio y el retorno allen- de al declinar de su vida; es decir, siempre en empresa de audacia pronta y transitoria, en linea parabdlica con principio y fin en tierra extrafia y s6io un pasar para el medro en este pals de Indias. No hubo factores humanos més trascendentes para la cubani- dad que esas continuas, radicales y contrastantes transmigr: ciones geonréficas, econémicas y sociales de los poblador {ue esa perenne transitoriedad de los propésitos y que esa vida siempre en desarraigo de Ia tierra habitada, siempre en desa- juste con la sociedad sustentadora. Hombres, economias, cul- turas y anhelos todo aqui se sintié fordneo, provisional, ‘cam- biadizo, “aves de paso” sobre el pais, a su costa, a su contra y a su malgrado. Con los blancos legaron los negros, primero de Espaiia, en- tonces cundida de esclavos guineos y congos, y luego directa mente de toda la Nigricia. Con ellos trajeron sus diversas culturas, unas selvticas como la de los ciboneyes, otras de avanzada barbarie como la de los tainos, y algunas de més complejidad econdmica y social, como la de los mandingas, yo~ lofes, hausas, dahomeyanos y yorubas, ya con agricultura, escla— vos, moneda, mercados, comercio forastero y gobiernos cen- tralizados y efectivos sobre territorios y poblaciones tan grandes como Cuba; culturas intermedias entre la taina y Ia azteca; ya ‘con metales, pero aun sin escritura. Los negros trajeron con sus cuerpos sus espiritus, pero no sus instituciones, ni su instrumentario. Vinieron negros con mul- titud de procedencias, razas, lenguajes, culturas, clases, sexos Y¥ edades, confundidos en los barcos y barracones de la trata y ‘socialmente igualados en un mismo régimen de esclavitud. Lle~ garon arraneados, heridos y trozados como las cafias en el in- genio y como éstas fueron molidos y estrujados para sacarles Su jugo de trabajo. No hubo otro elemento humano en mis profunda y continua transmigracién de ambientes, de culturas, de clases y de conciencias. Se traspasaron de una cultura a otra més potente, como los indios; pero éstos sufrieron en su tierra nativa, creyendo que al morir pasaban al lado invisible de su propio mundo cubano, y los negros, con suerte més cruel, cruzaron el mar en agonia y creyendo que ain después de muertos tenian que repasarlo para revivir alli en Africa con sus padres perdidos. Fueron los negros arrancados de otro continente como los blancos; pero aquéllos fueron traidos sin voluntad ni ambicién, forzados a dejar sus antecedentes cos- tumbres tribales para aqui desesperarse en la esclavitud, mien- tras el blanco, que de su tierra salia desesperado, legaba a las Indias en orgasmo de esperanzas, trocado en amo ordena- dor. Y si indios y castellanos en sus agobios tuvieron amparo y consuelo de sus familias, sus prdjimos, sus caudillos y sus ‘templos, los negros nada de eso pudieron hallar. Mas desga- rrados que todos, fueron aglomerados como bestias en Sempre en rabia impotente, siempre en ansia de fuga, de cipacién, de mudanza y siempre en trance defensive, de bicién, de disimulo y de aculturacién a un mundo nuevo. En tales condiciones de desgarre y amputacién social desde cone tinentes ultraccesnicos, afio tras afio y siglo tras siglo, miles y miles de seres humanos fueron traidos a Cuba. En mayor 9 ‘menor grado de disociacién estuvieron en Cubs asi los como 10s blancos. Todos convivientes, mismo ambiente de terror y de fuer: por el castigo, terror del opresor por la revancha; todos fuera de justicia, fuera de ajuste fuera de si. Y todes en trance d~ loroso de transculturacién a un nuevo ambiente cultural Después de los negros fueron Megando judios, franceses, an- slosajones, chinos y gentes de todos los rumbos; todas elles a lun nuevo mundo, y todas de paso, a un proceso de tr tacion y reforma més o menos hirviente. ee Entendemos que el vocablo transculturacién expresa mejor las diferentes fases del proceso transitive de una cultura a ott porque éste no consiste solamente en adquirir una distinta tura, que es lo que en rigor indica la voz angloameri acculturation, sino que el proceso implica también mente la pérdida o desarraigo de una cultura preced que pudiera decirse una parcial desculturacién, y, ademas, nifiea la consiguiente creacién de nuevos fendmenos cull que pudieran denominarse de neoculturacién. Al fin, como sostiene la escuela de Malinowski, en todo abrazo de cul sucede lo que en la cépula genética de los individuos: la ef tura siempre tiene algo de ambos progenitores, pero también siempre es distinta de cada uno de los dos. En conjunto, el ceso es una transculturacién, y este vocablo comprende las fases de st pardbola. Estas cuestiones de nomenclatura sociolégica no son para la mejor inteligencia de los fenémenos sociales, y en Cuba donde, como en pueblo alguno de América, su hi ria es una intensisima complejisima e incesante transcultt de varias masas humanas, todas ellas en pasos de transi El concepto de transculturacién es cardinal y elementalm indispensable para comprender la historia de Cuba y, por logas razones, 1a de toda la América en general. Pero ésta la ocasion oportuna para extendernos en ese tema, zZ m1 De las semillas del tabaco Hasta en la cantidad excepcional de semillas que ofrece el tabaco hay algo de maravilloso. Esa fue una de las causas de su répida extensién por todos los continentes, una vez que los castellanos hallaron tal planta en América y cayeron ante sus tentaciones, Las semillas de la planta del tabaco son numerosisimas y muy diminutas. En una onza de peso caben de 300 000 a 400 000. Con ‘una onza de semillas se podrian tedricamente reproducir més de 300000 plantas. Cada planta de tabaco puede dar hasta un millén de semillas, segiin William George Freeman. Cada una de estas semillas podria producir otro millén de ellas. Si no hubiera factores que se opusieran a la germinacién de tanta simiente, en pocas generaciones toda la superficie de la tierra estaria cundida de matas de tabaco. eh Sometido el propuesto neologismo, transculturacién, a 1a aul ridad irrecusable de Bronislaw Malinowski, el gran maestt?” contemporaneo de etnografia y sociologis, ha merecido su ite mediata aprobacién. Con tan eminente. padrino, no vacilamds en lanzar el neologismo susodicho. an 1 contrapunteo cubano del tabaco yelazucar Fernando Ortiz Pensamiento Cubano Editorial de Ciencias Sociales, La Habana, 1991

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