Caracas, Octubre de 2016

Amor, mi cielo lleno de estrellas:

Tendría que comenzar explicándote que esto que tengo estando contigo no lo
tenía antes, no lo había sentido en esta magnitud, ¿sabes? No me es sencillo,
porque como ya sabes soy una criatura rumiadora, siempre dándole vueltas a
las cosas, y por esas vueltas estoy escribiendo esto, porque una de ellas me
llevo a una conclusión que quería hacerte saber.

¿Recuerdas lo que te dije de dar el 80% y quedarse con el 20% que me habían
enseñado? Pues no me está funcionando, me pueden mas las ganas de darte
todo lo posible, de contarte lo que me pasa por la cabeza para intentar hacerme
entender, de buscarte en las noches y durante el día en mis pensamientos para
que siempre me hagas compañía, y así tantas cosas que son nuevas para mí,
esta yo que gusta tanto de ti me desajusta y me hace sentir emocionada aún
entre tantas complicaciones. Compañía, ¡imagínate! Yo, la loba esteparia,
buscando compañía aún con distancia física de por medio… Como he
cambiado en tan poco.

Una dulzura, pero me asusta, me asusta desbocarme, irme de bruces y

terminar estampada contra un muro por no tomar las previsiones necesarias
con la velocidad, y al mismo tiempo quiero que pase el tiempo pronto para
saber lo que se siente pasar mas de seis meses con alguien a quien quiero y
que me quiere, y a medida que transcurren las horas, días, semanas y los
meses seguir queriendo que pasen así, estando juntos.

Y así van mis contradicciones, para allá y para acá mientras recuerdo que
tienes la sonrisa más linda y los hoyuelos m{as lindos en la historia de la
humanidad… Mientras pienso que cada vez que te miro, cerca o en la
distancia, frente a mi o en mis pensamientos, me vienen estas ganas de
amarrarte a una cama, no con sogas sino con mi cuerpo, para sexo o lo que tu
quieras, para besos o lo que tu quieras, para caricias o lo que tu quieras, lo
que tu quieras está bien para mi, lo importante es que lo quiero contigo.

Sin embargo, no todo es lindo como el color de tus ojos, con lo bueno viene lo
feo, esta sensibilidad hacia ti, lo que dices, lo que haces, lo que no haces, lo
que infiero, hacia ti en términos generales, y no lo entiendes, pero déjame
explicarte que no puedo controlarlo y a veces ni siquiera puedo evitar
expresarlos porque contigo me gana la naturalidad, porque me siento en
confianza para soltarme y dejarme ser como soy (esto es un halago de
dimensiones descomunales). Pido encarecidamente que me comprendas, o lo
intentes.

Pero no todo sale, trato a veces de guardarme ciertas cosas porque no sé si está
bien decirlas o no, si es el momento adecuado o qué pasaría si las expreso; por
ejemplo, la última vez que estuvimos juntos no paraba de pensar en lo
maravilloso que resultaba tenerte a la distancia de un alfiler, tan cerca que mi
corazón casi latía en tu pecho, me pasó por la mente una cantidad inmensa de
poesía, y hasta se me salieron las lágrimas en un par de ocasiones porque el
cielo de tenerte me parece fantasía… Perdón por tanta melaza junta, es que
prefiero plasmarla en papel antes que sacarla en el momento y que aparezca
acompañada de lágrimas que no sabría explicar por qué vienen, no me gusta
que me invada la emoción, me pone indefensa, como esta carta.

En serio me hace feliz quererte, aunque llegas como terremoto moviéndome un

montón de cosas, nunca estuve tan feliz en un movimiento sísmico… Con tanta
sacudida se han disparado mis miedos e inseguridades, aún han aparecido
otros nuevos porque no tenía esto de ahora, así que no podía perderlo. Uno no
se empieza a preguntar si realmente tendrá sentido la locura de querer volar,
hasta que está frente al acantilado con ganas de saltar. Quiero saltar.

Total que, como es costumbre, he alargado mucho el preámbulo, lo que quise

decirte es que me di cuenta que me asusta asumir que necesitaba esto que
tengo ahora contigo, y a lo que le había huido durante mucho tiempo, porque
tenerlo hace posible perderlo (una de las reglas que la vida me ha enseñado a
trancazos: todo lo que comienza termina). Pero no me hagas demasiado caso,
tal vez estoy hablando mucho de mí, tal vez me estoy explicando mucho con
miras a que me entiendas un poco, quizás es poco tiempo para explayare en
explicaciones que no has pedido.

Ya no sé cómo cerrar la carta.

Con cariño, Lu.