Carolina Ramírez de León Gobernabilidad y Gobernanza

Sexto reporte de lectura: Carta Iberoamericana de Participación Ciudadana en la

Gestión Pública Aprobada por la XI Conferencia Iberoamericana de Ministros de
Administración Pública y Reforma del Estado y por la XIX Cumbre Iberoamericana
de Jefes de Estado y de Gobierno.

Como resultado del año 2009, esta Carta muestra una fuerza menor que el Código que
fuera objeto del Reporte Cuarto; México es parte de la Conferencia y la Cumbre que le dieran
nacimiento a través del secretario de la Función Pública. Este documento considera que una
gestión pública es buena si cumple satisfactoriamente con una serie de parámetros
preestablecidos de integridad, eficiencia, eficacia, efectividad, igualdad y equidad; pero
contiene la aunada particularidad de que es menester un impacto positivo sobre el desarrollo
social y la calidad de vida de las personas. De nueva cuenta, el espíritu democrático se deja
ver como parte esencial del éxito en la gestión pública.
Haciendo un reconocimiento a las demandas sociales, revelan que la mejora de la
gestión pública es intrínseca al perfeccionamiento de la democracia, la cual garantizará que
se soporte, entre otros, en los derechos de información, participación, asociación y expresión
sobre lo público, que subsumidos denominan en su ejercicio “el derecho de participación
ciudadana en la gestión pública”. Así, la gestión pública participativa contribuye al
desarrollo de los países, favoreciendo la inclusión y la cohesión social.
En esta Carta, el ser “ciudadano” y “ciudadana” se refiere más bien a todo habitante
con respecto a la gestión pública del país en donde reside, en el ejercicio de los derechos que
le conciernen, como un primer paso de universalización, para crear las condiciones que
permitan que los sectores más vulnerables accedan a la participación ciudadana. Ésta será un
medio para la transformación social, haciendo un especial esfuerzo por los pueblos indígenas
latinoamericanos y el enfoque de género, en un ecosistema de cooperación y
corresponsabilidad social.
Es de suma importancia mencionar que se hace explícito el deber de dar respuesta o
amplía los derechos económicos, sociales, culturales, políticos y civiles de las personas, a
través de la creación de canales para su ejercicio en los procesos de gestión pública; a la vez
que se impone como responsabilidad cívica de la comunidad en que nos integramos como
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individuos, bien de forma particular o bien mediante sus organizaciones y movimientos

representativos.
El fomento y la educación de la participación ciudadana serán herramientas
indispensables para la consecución de los principios de constitucionalización, igualdad,
autonomía, gratuidad, Institucionalización, corresponsabilidad, respeto a la diversidad y no
discriminación, así como la adecuación tecnológica que consoliden los ideales de una gestión
pública participativa.
En el mismo orden de ideas, la participación ciudadana deberá ser un eje central en la
elaboración, implementación, seguimiento y evaluación de políticas públicas.
Por otro lado, hace hincapié en que habrá temas con relevancia superior, especial o
reforzada, tales como: los derechos de los pueblos indígenas, los afrodescendientes, las
personas con discapacidad, los migrantes, los niños, niñas y jóvenes, los adultos mayores; al
igual que los derechos de acceso a la justicia, a la inclusión social, al ejercicio de la libertad
religiosa, al uso de los espacios públicos, a la igualdad de género, a la protección del medio
ambiente, al reconocimiento de las orientaciones sexuales, etcétera.
En cuanto a la forma, la participación ciudadana en la gestión pública, sea en la
formación de las decisiones, en la ejecución de éstas o en el seguimiento, evaluación y control
de sus resultados, debe combinar formas orgánicas con formas procedimentales habiendo por lo
menos siete formas para lograrlo: a) El acceso a información de interés general, el cual resulta
indispensable para el ejercicio del resto de los derechos que viven dentro de la participación
ciudadana b) La difusión pública de los canales de comunicación abierta y permanente con cada
área de la Administración, c) La invitación pública a la ciudadanía a vincularse con la
Administración sin otro requisito que su condición de ciudadano y ciudadana, d) La respuesta en
tiempo y forma adecuada a toda consulta, solicitud o propuesta presentada, e) La provisión de
mecanismos participativos especiales, f) mecanismos de colaboración adecuados para que los
pueblos indígenas, las comunidades o colectivos de ciudadanos, se estructuren y definan sus
propias fórmulas de representación interna a fin de hacer viable el diálogo con las
Administraciones Públicas; g) La gestión transparente.
A su vez, ahondan respecto a las necesidades que cada inciso anunciado responde, sin
obviar la responsabilidad ciudadana de conocer sus normas, leyes y reglamentos en la materia
para la consecución de los fines legítimos demostrados en esta Carta.