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Universidad Abierta Para Adultos

(UAPA)

Escuela de Negocios

Administración de Empresas

Participante

Geydy Méndez

Matricula

12-3997

Tema

Trabajo final

Facilitador(a)

Miguel Ángel Burdiez

Asignatura

Comercios y Negocios Internacionales

Fecha

17/08/2017
Índice:

Introducción……………………………………………………………………….1

Tratado de libre comercio de Norteamérica……………………………………2

Acuerdo de África, Caribe y Pacifico……………………………..…………….3

Tratado de libre comercio entre República Dominicana, estados unidos, y


algunos países Centroamérica…………………………………………….……4

Conclusión…………………………………………………………………………5

Anexos……………………………………………………………………………...6
Introducción:

Un tratado de libre comercio es un acuerdo mediante el cual dos o más países


reglamentan de manera comprensiva sus relaciones comerciales, con el fin de
incrementar los flujos de comercio e inversión y, por esa vía, su nivel de
desarrollo económico y social. Los TLC contienen normas y procedimientos
tendientes a garantizar que los flujos de bienes, servicios e inversiones entre
los países que suscriben dichos tratados se realicen sin restricciones
injustificadas y en condiciones transparentes y predecibles.
El TLC incorpora, además de temas comerciales, temas económicos,
institucionales, de propiedad intelectual, laborales y medio ambientales, entre
otros. De otro lado, para resguardar a los sectores más sensibles de la
economía, el TLC apunta al fortalecimiento de las capacidades institucionales
de los países que lo negocian y establece foros y mecanismos para dirimir
controversias comerciales.

En el siguiente documento estaremos desarrollando diferentes tipos de tratado


de libre comercio de acuerdo a distintos países, desde su origen, desarrollo
hasta sus funciones y países que lo constituyen.
Tratado de libre comercio de Norteamérica:

Es una zona de libre comercio entre los gobiernos de Canadá, de los Estados
Unidos y de México, con un costo reducido para el intercambio de bienes entre
los tres países.

Este acuerdo fue una ampliación del antiguo Tratado de Libre Comercio de
Canadá y Estados Unidos que fue firmado el 4 de octubre de 1988 para la
formalización de la relación comercial entre los dos países. En 1990, el bloque
entró en negociaciones para ser reemplazado por un tratado que incluyera
a México.

El 10 de junio de 1990, Canadá, Estados Unidos y México acuerdan establecer


un tratado de libre comercio, el 5 de febrero de 1991 inician las negociaciones
del TLCAN, por lo que el Acuerdo Comercial fue firmado por el presidente
estadounidense George H.W. Bush, el 8 de diciembre de 1992, por el primer
ministro canadiense Brian Mulroney, el 11 de diciembre de 1992 y por el
presidente mexicano Carlos Salinas de Gortari, el 14 de diciembre de 1992, así
mismo los tres países lo firmaron el 17 de diciembre de 1992 y entró en
vigencia a partir del 1 de enero de 1994, cuando se cumplió con el
procedimiento de ratificación por parte del poder legislativo de cada país que lo
suscribió.

Al firmarse los tratados el TLCAN se planteó un plazo de 15 años para la


eliminación total de las barreras aduaneras entre los tres países. Además se
detalló que debían ser retiradas las restricciones de varios productos,
incluyendo vehículos de motor y piezas para éstos, las computadoras, los
textiles y la agricultura. El tratado también protege los derechos de propiedad
intelectual (patentes, derechos de autor y marcas comerciales) y destacó la
eliminación de las restricciones de inversión entre los tres países. Medidas
relativas a la protección de los trabajadores y el medio ambiente se añadieron
más tarde como resultado de acuerdos complementarios firmados en 1993.

A diferencia de la Unión Europea, el TLCAN no crea un conjunto de


organismos gubernamentales supranacionales, o crea un cuerpo de leyes que
es superior a la ley nacional. El TLCAN es un tratado en virtud del derecho
internacional. Bajo las leyes de los Estados Unidos se clasifica mejor como un
acuerdo del Congreso ejecutivo, lo que refleja un sentido peculiar del término
"tratado" en el derecho constitucional de los Estados Unidos de que no vaya
seguida por el derecho internacional o las leyes de otros estados.
Su desarrollo:

El Tratado de Libre Comercio (TLC) de América del Norte ha despertado el


interés de los gobiernos, académicos, empresarios y del público a nivel
mundial. También ha sido motivo de polémicas y discusiones, con relación a
los beneficios previstos y futuros. Existe una evaluación crítica y favorable
realizada por fuentes no gubernamentales y una oficial que tiende por lo
general a ser favorable. El desempeño del Tratado fue un argumento
importante para no renovar las disposiciones relativas a la vía rápida (fast-
track) cuando fueron sometidas a votación en el Congreso de los Estados
Unidos en noviembre del año pasado. Para América Latina, reviste particular
interés por incluir de un país de la región, que a la vez participa en la formación
del Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA).

Después de tres años de su entrada en vigor, los especialistas en la materia


coinciden en que los beneficios prometidos durante la campaña a favor de su
aprobación fueron algo exagerados. Como la economía de los Estados Unidos
es mucho más grande que la de México, sus efectos sobre ella serían
moderados. Además, las economías ya tenían un alto grado de integración
antes de que empezara a aplicarse el Tratado. En lo que se refiere a México,
las dificultades políticas y económicas que el país tuvo que enfrentar,
precisamente al mismo tiempo que empezaba a ponerse en práctica el Tratado,
amortiguaron los logros inmediatos. El efecto de la crisis también generó cierto
escepticismo, sobre todo en Estados Unidos, respecto de los beneficios
relacionados con la integración. Actualmente, lo que se plantea es más bien lo
que habría ocurrido en estos tres años, de no haber existido el TLC. Por último,
debe tenerse presente que gran parte de la desgravación arancelaria aún se
encuentra pendiente, lo que implica que se trata de un proceso a largo plazo.

Lo que más se destaca del Tratado es el dinamismo que ha generado y la


gradual relocalización de la actividad productiva hacia la zona fronteriza. Desde
su inicio se registró un aumento tanto en el número de plantas de maquila
como en el empleo en esta zona. Se han registrado a la vez importantes
incrementos de la inversión extranjera directa, especialmente de la procedente
de los países asiáticos y en parte gracias a eso México ocupa el segundo lugar,
después de China, entre los países en desarrollo beneficiarios de dicha
inversión.

Las cifras comerciales durante los últimos tres años no indican con claridad
cuál es el país exportador o importador de un producto, debido a factores
relacionados con la producción de maquila y al rol de las transnacionales. El
Tratado introdujo mayor transparencia y aminoró el riesgo de la inversión,
incrementándose el número de firmas estadounidenses que producen en
México para el mercado interno y para exportación. Se han registrado
aumentos en el comercio del sector automotor y de bienes textiles y del vestido
con destino a los Estados Unidos. En el vestido, México ha logrado superar a
China en cuanto a las tasas de crecimiento aunque eso no significa que el
mercado esté asegurado, ya que desde que el Tratado entró en vigencia, en
algunos casos la confección de los países centroamericanos ha sido preferida
a la mexicana, si bien aquéllos no gozan de un nivel preferencial como el que
otorga el TLC. En último término, el control de calidad, el diseño, el precio y la
buena administración son factores más determinantes en cuanto a mantener y
aumentar el acceso a los mercados, que los tratados comerciales por sí solos.

Sus funciones:

Eliminar obstáculos al comercio y facilitar la circulación trilateral de bienes y de


servicios entre los territorios de las partes. Promover condiciones de
competencia leal en la zona de libre comercio. Aumentar sustancialmente las
actividades de inversión en los territorios de las Partes. Proteger y hacer valer,
de manera adecuada y efectiva, los derechos de propiedad intelectual en
territorio de cada una de las partes. Crear procedimientos eficaces para la
aplicación y cumplimiento de este tratado, para su administración conjunta y
para la solución de controversias. Establecer lineamientos para la ulterior
cooperación trilateral, regional y multilateral encaminada a ampliar y mejorar los
beneficios de este tratado.

El tratado estableció una serie de instituciones de tipo trinacional para


administrar y vigilar la correcta implementación de las disposiciones del tratado
como son: La Comisión de Libre Comercio; Un Grupo de coordinadores del
TLCAN; Grupos de trabajo y comités del TLCAN; Un Secretariado del TLCAN;
Una Comisión para la Cooperación Laboral; y, una Comisión para la
Cooperación Ambiental.

Países que lo constituyen:

Son estados unidos, Canadá y México con el fin de formar un bloque


económico y establecer una zona de libre comercio entre estos tres países:
Acuerdo de áfrica, Caribe y pacifico, ACP:

Este acuerdo, que entró en vigor el 1 de abril de 1976, vinculaba a la


Comunidad con cuarenta y ocho países de África, el Caribe y el Pacífico
(países ACP).

En el contexto de la crisis del petróleo, Lomé I apareció como un marco ideal


para la búsqueda de soluciones a los problemas surgidos de las
interdependencias económicas entre los ACP y la Comunidad y como un
ejemplo a imitar en las relaciones Norte-Sur.

Los sucesivos convenios firmados incrementaron el número de países del


grupo ACP, de tal forma que Lomé II (1980-1985) fue suscrito por 58 países,
Lomé III (1985-1990) por 65 Estados y Lomé IV (1990-2000) por 69 países, a
los que se sumaron en 1993 Eritrea, y en 1997, de forma parcial, Sudáfrica. Lo
que mostraba la relevancia del Sistema de Lomé, considerado como modelo de
cooperación al desarrollo.

Su desarrollo:

El contenido de las convenciones se fue enriqueciendo en matices a medida


que se iban sucediendo. No obstante, se centraron en:

El entramado institucional

Para asegurar el diálogo permanente entre las Partes, Lomé I creó un Consejo
de Ministros asistido por un Comité de Embajadores y una Asamblea
Consultiva.
-El Consejo de Ministros vino a sustituir al Consejo de Asociación del Convenio
de Yaoundé. Estaba compuesto, de una parte, por miembros del Consejo y de
la Comisión de las Comunidades Europeas y, de la otra, por un miembro del
gobierno de cada uno de los Estados ACP. El consejo se reuniría una vez al
año, y de forma extraordinaria cuando así lo exigieran las circunstancias. Sus
funciones serían de control de su ejecución con poderes de decisión de
obligatorio cumplimiento para todas las partes. Para la realización de sus
funciones, el Consejo formularía Resoluciones, Recomendaciones o
Dictámenes.
-El Comité de Embajadores lo formarían, los respectivos Representantes
Permanentes de Los Estados miembros y un representante de la Comisión y
por los respectivos jefes de misión de los Estados ACP antes las Comunidades
Europeas. El Comité aseguraría la gestión normal del Convenio.
-La Asamblea Consultiva, tendría una composición paritaria de miembros del
Parlamento Europeo y de representantes designados por los Estados ACP.
Organizaría periódicamente contactos con los medios económicos, culturales y
sociales de la CEE y de los Estados ACP para conocer su opinión sobre la
realización de los objetivos de la Convención.

Sus funciones:

Asegurar la realización de los objetivos del Acuerdo de Cotonú firmado el 2000,


(en sustitución de la Convención de Lomé).

Coordinar las actividades de los Estados ACP en el marco de la aplicación de


ese convenio.

Definir las posiciones comunes de los Estados ACP en relación con la Unión
Europea (Fondo Europeo de Desarrollo).

Países que lo constituyen:

79 países: Angola, Antigua y Barbuda


Bahamas, Barbados, Belice, Benín, Botsuana, Burkina Faso, Burundi
Cabo Verde, Camerún, Chad, Comoras, Congo, Costa de Marfil, Cuba*
Dominica, República Dominicana
Etiopía, Eritrea
Fiyi
Gabón, Gambia, Ghana, Granada, Guinea, Guinea-Bissau, Guinea
Ecuatorial, Guyana
Haití
Islas Cook, Islas Marshall, Islas Salomón
Jamaica
Kenia, Kiribati
Lesoto, Liberia
Malaui, Malí, Mauritania, Madagascar, Mauricio, Micronesia, Mozambique
Namibia, Nauru, Níger, Nigeria, Niue
Palaos, Papúa Nueva Guinea
República Centroafricana, República Democrática del Congo, Ruanda
Samoa, San Cristóbal y Nieves, San Vicente y las Granadinas, Santa
Lucía, Santo Tomé y Príncipe, Senegal, Seychelles, Sierra
Leona, Somalia, Suazilandia, Sudáfrica, Sudán, Surinam
Tanzania, Tuvalu, Togo, Tonga, Trinidad y Tobago
Uganda
Vanuatu
Yibuti
Zambia y Zimbabue
Tratado de libre comercio entre República Dominicana, estados unidos, y
algunos países Centroamérica, (DR-CAFTA).

El proceso se inició en 2003 para todos los países a excepción de República


Dominicana, concretándose la adopción del texto para todos los países
involucrados, en 2004 y entrando en vigor en distintas fechas para cada país a
partir de 2006. Por otro lado, considerando que la rama fundamental del tratado
consiste en las disposiciones concernientes al trato comercial, es relevante
abordar elementos como el arancelario, movimiento aduanero, origen de los
productos y las reglas internas para el tráfico de mercancías. Como
complemento, el CAFTA se ocupa de legislar los aspectos relativos a
producción higiénica y protección al medio ambiente, respeto a los derechos de
propiedad intelectual e inversión pública y privada, así como toda la legislación
laboral en los Estados de la zona CAFTA. También especifica los mecanismos
para dirimir controversias y para el establecimiento de normativas de mutuo
acuerdo.

Pese al beneplácito de los Estados firmantes, el CAFTA ha recibido múltiples


críticas de carácter político y económico, abriendo un amplio debate acerca del
balance entre ventajas y desventajas que aporta la aplicación del tratado.

Su desarrollo:

El Tratado de Libre Comercio entre Estados Unidos, Centroamérica y


República Dominicana (por sus siglas en inglés, DR-CAFTA) es un tratado que
ha creado una zona libre comercio entre los países que forman parte del
mismo, que son: Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Honduras, Nicaragua,
República Dominicana y los Estados Unidos. Tal y como se ha mencionado en
muchas ocasiones en diversos foros, estudios y análisis, este Tratado ha
representado para la República Dominicana una herramienta esencial para el
desarrollo y fortalecimiento de sus relaciones comerciales con los Estados
Unidos y los países de Centroamérica, con quienes tenía en vigencia un
Tratado de Libre Comercio (TLC) desde finales de 1998.

Firmado por el país en agosto 2004, ha sido considerado como un instrumento


que consolidó las preferencias arancelarias para las exportaciones
dominicanas en el mercado estadounidense y además requirió al Estado
Dominicano estructurar la transformación de sus instituciones y a modificar su
marco jurídico comercial para adecuarlo a la realidad de la implementación,
proceso que dilató su entrada en vigencia en el país hasta el 1 de marzo de
2007.

El Tratado fue concebido como un instrumento o herramienta para facilitar el


comercio y la inversión entre sus Estados miembros y estimular la integración
regional eliminando aranceles, abriendo mercados, reduciendo las barreras a
los servicios y promoviendo la competencia, la protección de los derechos de
propiedad intelectual y el avance de la transparencia.

Considerado como un Tratado moderno e innovador que, al mismo tiempo, ha


incorporado una serie de normas que regulan temas variados tales como el
acceso a los mercados de la zona de libre comercio, el comercio de servicios,
los derechos relacionados con la propiedad intelectual, y las cuestiones
laborales y ambientales, entre otros. Esta situación resulta un tanto lógica
tomando en cuenta que el comercio internacional actual es mucho más
regulado que en el pasado. Lo anterior, aunque en principio es positivo, exige
que los actores involucrados (importadores, exportadores, gobiernos) tengan
un mayor conocimiento de las “reglas del juego” y conozcan cómo actuar ante
determinadas situaciones, ya sea para aprovechar ventajas arancelarias o para
reducir los riesgos inherentes a los negocios en los que realizan sus
operaciones.

Con el DR-CAFTA, la República Dominicana ha solidificado su acceso al


mercado de los Estados Unidos, ya que los productos que contaban con libre
acceso bajo otras legislaciones preferenciales, tales como la Iniciativa para la
Cuenca del Caribe (ICC) y la Ley de Asociación Comercial de la Cuenca del
Caribe (CBTPA), mantendrían su libre acceso a los Estados Unidos.
Adicionalmente, otros productos han entrado libre de aranceles
inmediatamente. Esto incluye el 99.6% del código arancelario de los Estados
Unidos.

Sus funciones:

Estimular la expansión y diversificación del comercio entre las Partes; eliminar


los obstáculos al comercio y facilitar la circulación transfronteriza de
mercancías y servicios entre los territorios de las Partes; (c) promover
condiciones de competencia leal en la zona de libre comercio; (d) aumentar
sustancialmente las oportunidades de inversión en los territorios de las Partes;
(e) proteger en forma adecuada y eficaz y hacer valer los derechos de
propiedad intelectual en el territorio de cada Parte; (f) crear procedimientos
eficaces para la aplicación y el cumplimiento de este Tratado, para su
administración conjunta, y para la solución de controversias; y (g) establecer
lineamientos para la cooperación bilateral, regional, y multilateral dirigida a
ampliar y mejorar los beneficios de este Tratado.
Países que lo constituyen:

Costa Rica, El Salvador, Estados Unidos, República Dominicana, Guatemala,


Honduras y Nicaragua México.
Conclusión:

Los Tratados de Libre Comercio son importantes pues se constituyen en


un medio eficaz para garantizar el acceso de nuestros productos a los
mercados externos, de una forma más fácil y sin barreras. Además,
permiten que aumente la comercialización de productos nacionales, se
genere más empleo, se modernice el aparato productivo, mejore el
bienestar de la población y se promueva la creación de nuevas
empresas por parte de inversionistas nacionales y extranjeros. Pero
además el comercio sirve para abaratar los precios que paga el
consumidor por los productos que no se producen en el país.
En la actualidad, la mayoría de países del mundo están celebrando
tratados de libre comercio, abriendo sus puertas al mercado mundial y,
por esta vía, logrando mejorar las condiciones para vender sus
productos y servicios a las demás naciones. Si algún país no quiere
hacerlo, simplemente pierde comparativamente las ventajas que se
ofrecen entre los países que sí lo hacen.
Anexo:

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