Vous êtes sur la page 1sur 2

CAPÍTULO 1

Soy Geovany y es mi primer de trabajo en un taller; soy mecánico de profesión, pero por como va la
situación del país no me queda de otra que trabajar en lo que haya, como a muchos no me agrada
la idea de trabajar en algo que no va acorde a mi carrera, pero las deudas no esperan, y peor aun
cuando se tiene bocas que alimentar. Nunca he trabajado en algo parecido, pero me esforzaré por
encajar y sostenerme hasta que pueda conseguir algo mejor, hasta que eso suceda tendré
integrarme en la empresa “a mal paso darle prisa”, espero y con el pasar del tiempo cambie mi
forma de pensar.
Por ser el primer día llegué a primera hora a la oficina del gerente, quien me ha recibido de una
manera amable y un poco amanerada.
– Buenos días Geovany, ¿listo para comenzar?
– Si don Manuel y gracias nuevamente por darme esta oportunidad –le dije.
Saliendo de su oficina pude observar la secretaria adornando la entrada principal de la empresa,
tiene una mirada perspicaz, su sonrisa cautiva y parece pintada en esos labios rojos, pasé en frente
de su escritorio y de reojo pude notar como me guiñaba el ojo y sonreía al mismo tiempo, pasé de
largo sin darle mucha importancia… no se ella pero yo soy un hombre casado.
Llegamos al taller y a pesar de que estaban copados de trabajo el jefe hizo detener a los
trabajadores un par de minutos para presentarme brevemente.
– Señores éste es Geovany su nuevo compañero, viene de una importante empresa a laborar
hombro a hombro con nosotros, espero que le brinden toda la ayuda que necesite y se lleven
de la mejor manera posible; ¿unas palabras Geovany?
– Si don Manuel, -con lo “bueno” que soy para hablar en público- buenos días compañeros
espero llevarme bien con todos, que me brinden la ayuda que necesite ya que esta es una
nueva etapa que comienzo espero inmis, innmiscu, inmiscuirme en la empresa y si ustedes
necesitan de mi ayuda yo les echaré una mano.
De los nervios hasta me trabé, eso me pasa por querer utilizar palabras que ni yo mismo entiendo,
pero bueno ya pasó, sin más me asignaron un puesto de trabajo y… a trabajar se ha dicho. Al poco
tiempo de haberme puesto a trabajar se acerca un compañero a conversar.
– ¿Qué más broder? –dirigiéndose a mí de una forma burlona.
– Que fue pana, que hay
– Aquí broder viniendo a “supervisarte”, a ver si hay alguna novedad
– Todo fresco pana, sin novedades.
– Chévere broder, preguntará nomas si algo no sabe aquí te vamos a “dar"… la solución.
Parecía que la conversa iba a tomar un tono serio hasta que me salió con ésta.
– “¿Y cuánto mide usted vea?” –haciendo referencia a mi baja estatura.
– ¿Qué ya me van a poner apodos…? –le respondí de una manera amistosa.
– Nada que ver broder solo es curiosidad, no pensé que de los huevo kínder también salían
técnicos.
Continuamos conversando y de broma en broma se fue tomando la confianza por si mismo, no me
ha caído mal, pero si piensa que me va a avasallar con sus bromas, está muy equivocado; por
como se ha comportado conmigo y con el resto de compañeros obviamente es quien hace reír a
todos con sus payasadas y ocurrencias, no sabría si siempre es así, o en la casa le cambia el genio
como suele suceder en ocasiones; bueno eso lo descubriré con el pasar de los días.
Son las 10:15 y todos detienen lo que están haciendo para ir al lunch, yo no he traído nada pero
aun así me llamaron a sentarme junto al resto, como no conocía a todos me senté un poco distante
de la mesa y saqué mi teléfono para hablar con mi esposa. Era en esa hora que se podía ver a
todos los trabajadores juntos, conocerlos y entrar en confianza, no soy muy observador, pero en
ese poco tiempo pude notar que Armando y Segundo se llevan bien, así como Jhony y Roberto, por
otra parte Raimundo tiene una buena amistad con José; se acabaron los 15 minutos designados y
yo salí primero a continuar mi trabajo, detrás de mí salió Roberto y Jhony, luego Raimundo y el
resto se quedó un rato más en la mesa, al parecer son quienes ya conocen la movida del taller y no
les molesta dejar esperando al trabajo.

Vous aimerez peut-être aussi