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Seis por uno: Caballo de Troya, 2017

Pues sí, amigos de ULAD, para acabar el año vamos a intentar un número nunca antes
visto en el circo ULADiano, el no va más de las reseñas: ¡una reseña séxtupla! Voy a
comentar los seis libros elegidos por Lara Moreno para ser publicados en Caballo de
Troya en 2017; como me imagino que sabéis, desde hace unos años Caballo de Troya
escoge un editor invitado (Elvira Navarro, Alberto Olmos, Lara Moreno...), quien a su
vez escoge los textos que va a publicar ese año, siempre con la idea de descubrir
"nuevas voces y literaturas en lengua castellana".

Hay dos motivos por los que este año he leído toda la selección de Caballo de Troya: en
primer lugar, tenía curiosidad por ver el sentido que Lara Moreno le daba a su
selección, en conjunto; y además, el hecho de que los eBooks de Caballo de Troya sean
tan baratos (alrededor de 4€ cada uno) hace que realmente merezca la pena el gasto:
casi se puede decir que he leído seis libros por el precio de uno (si ese uno es grande y
de tapa dura).

Vamos a ello:

1.- La hija del comunista, de Aroa Moreno Durán


Valoración: Muy recomendable

Este libro no necesita mucha presentación, ya que acaba de ganar el Premio Ojo Crítico
2017. Narra la vida de una descendiente de exiliados españoles en la Alemania del Este,
que por amor decide escapar de su país, dejar atrás a su familia y amigos y buscar una
vida mejor y más libre (y sobre todo, más romántica) en Occidente. Si lo consigue o no
tendréis que descubrirlo leyendo la novela, no voy a destriparla.

Cuando estaba a medio camino de la novela tuve que googlear el nombre de la autora
para tener la seguridad de si era una novela autobiográfica (que no lo es); esto en sí
mismo me parece una buena señal, ya que da cuenta de que la ambientación está bien
conseguida, fruto de una documentación exhaustiva pero que al mismo tiempo no se
sobrepone a la novela (como pasa demasiadas veces). Quizás la última parte decrece un
poco y pierde algo de originalidad para dar lugar a escenas más melodramáticas, pero
en conjunto es una obra bien construida, bien desarrollada y que se lee con placer.

El mensaje final de la novela, que explícitamente recuerda que el Muro de Berlín cayó,
pero en el mundo actual hay muchos otros muros, me parece prescindible; los lectores
son (se supone) lo bastante listos como para hacer los paralelismos necesarios.

2.- Hamaca, de Constanza Ternicier


Valoración: Muy recomendable

Esta es la novela más tierna de las seis, la que muestra una sensibilidad más delicada,
también en cuanto al estilo en el que está escrita. Narra la "educación sentimental" de
una niña, Amparo, cuya madre huye en medio de una crisis psicológica/psiquiátrica;
cuyo padre se refugia en el silencio y en los puzzles, y que debe por lo tanto convivir
con su abuela, sus amigas y algunos chicos que provocan en ella sentimientos
encontrados de atracción y rechazo.

Sin ser una novela excesivamente rompedora en cuanto al argumento (que encaja en el
molde de la bildungsroman o novela de aprendizaje), la novela destaca como decía por
la forma cuidada en que está escrita (con un estilo poético pero sin afectación, bonito
sin ser cursi), y por la construcción de una voz propia para el personaje protagonista:
soñadora e independiente, confusa y decidida, cariñosa y esquiva.

En este caso Lara Moreno ha hecho una pequeña trampa, ya que esta novela es una
reedición: la novela se publicó ya en Chile, y ahora Caballo de Troya la trae a España.
3.- Televisión, de María Cabrera
Valoración: Decepcionante

Esta es la novela que menos me ha gustado de las seis; de hecho, me parece un intento
fallido. La novela se centra en los problemas, corrupciones y luchas internas de una
televisión pública (Telemadrid, en este caso) y en el efecto que estos problemas tienen
en Henar, una trabajadora de la sección de documentación y archivo. La novela alterna
capítulos sobre la vida personal y sentimental de la protagonista, con otros capítulos
dedicados al "nosotros" de los trabajadores, y alguno narrado desde el punto de vista
de los hombres que se relacionan con ella.

La idea tenía muchas posibilidades: una televisión, edición de imagen, archivo,


manipulación, propaganda; daba para una novela de Don DeLillo. Pero el resultado me
parece que no consigue desarrollar esta premisa. El estilo me parece descuidado; la
historia principal no me convence ni me conmueve. Creo que este es un caso de novela-
denuncia en la que la denuncia (justa y necesaria, sin duda, eso no está en cuestión) se
ha comido a la novela. El mensaje final, recordando la memoria de los novecientos
trabajadores de Telemadrid despedidos durante la crisis económica, acentúa aún más
esta sensación.

4.- Animal doméstico, de Mario Hinojos


Valoración: Recomendable
Animal doméstico es la novela más experimental de las seis, la más ambiciosa desde el
punto de vista técnico y formal. El personaje protagonista ha quedado traumatizado
como consecuencia de una guerra en la que se usan perros salvajes como arma.
Torturado por este recuerdo, se refugia en una misteriosa casa-sanatorio junto con un
terapeuta heterodoxo y su misterioso/a ayudante. La novela se compone a base de
capítulos fragmentarios que el lector debe esforzarse por unir y entrelazar: narraciones
de las sesiones de terapia y de la vida en la casa-sanatorio; recuerdos de la vida
anterior del protagonista; y secciones "documentales" (las que personalmente más me
han atrapado) en que se registra el uso de perros como arma de guerra, desde la
Antigüedad hasta nuestros días.

Hay que valorar, como decía, el riesgo de componer una novela tan exigente: la
experimentación formal se combina con una indagación muy actual sobre los límites
entre lo humano y lo animal, sobre el poder de controlar los cuerpos (y las mentes) de
los otros; sobre las consecuencias vitales y políticas de la guerra. No le doy un "muy
recomendable" porque me parece que la historia central (la relación del protagonista
traumatizado con su terapeuta y con los demás habitantes de la casa) no es lo
suficientemente fuerte como para sustentar el resto del edificio; la novela terminó por
hacérseme algo larga. Pero desde luego está cargada de sugerencias e ideas
interesantes, particularmente para los investigadores que trabajen sobre
"posthumanismo" o Animal Studies (que los hay, y muchos).

5.- Madre mía, de Florencia del Campo


Valoración: recomendable

La novela (¿novela o memoria?) toma como punto de partida una grave enfermedad de
la madre de la narradora, y se coloca en un íntimo dilema moral: ¿debe una hija,
una buena hija, renunciar a su vida, a sus sueños y a sus deseos y volver a casa para
cuidar de la madre enferma? ¿No hacerlo la convierte en un monstruo del egoísmo, o
simplemente en una mujer independiente?

La obra también se plantea otra cuestión crucial: hasta qué punto es posible narrar el
dolor y la muerte, con qué materiales se puede construir de manera adecuada la
memoria de un cuerpo en decadencia cuando ese cuerpo no es el nuestro. La
imposibilidad de contar, de reconstruir, explica (al menos en parte) la estructura
fragmentada y la multiplicación de voces (interiores) que pueblan la voz de la
narradora.

No sé decir con mucha precisión por qué esta novela no ha llegado a emocionarme:
quizás esa misma experimentación formal me haya alejado un tanto de la empatía, o
quizás me haya cansado ya del yoísmo literario (llamémoslo autoficción) que puebla
nuestras estanterías desde hace unos años. También coincide que este año, para esta
entrada, leí unos cuantos libros sobre la muerte de un ser querido, como Memorias de
una viuda de Joyce Carol Oates o El año del pensamiento mágico de Joan Didion, y
los dos me parece que diseccionan mejor el dolor, la pérdida, el duelo, la culpa del
superviviente.

6.- En la ciudad líquida, de Marta Rebón


Valoración: está bien

Y el año acaba con otra no-novela (salvo que consideremos como Baroja que la novela
es capaz de digerirlo todo): un texto que combina las memorias de la autora en sus
viajes a diversos países del mundo; fragmentos y esbozos de biografías de un buen
puñado de escritores, mayoritariamente rusos, y fotografías, muchas fotografías, la
mayor parte de ellas también de Rusia, capturadas por Marta Rebón, o por Ferrán
Mateo (que me imagino que es el mismo Ferrán al que se dedica la novela), o sacadas
de archivos o de Wikimedia Commons.

El mayor interés de la obra está precisamente en este carácter híbrido entre el yo y el


otro, entre el texto y la imagen; con todo, los fragmentos dedicados a los viajes de la
narradora y un "tú" (¿Ferrán?) al que se dirige ocasionalmente están menos logrados, y
atrapan menos, que las historias sobre Dostoievski, Brodski, Chejov o Nabokov, por
ejemplo. De hecho, al conjunto parece faltarle algo de esqueleto: un propósito o una
idea que articule el conjunto de materiales y que los haga dialogar más claramente los
unos con los otros, más allá de la acumulación y de la presencia de la cultura rusa.

Comentarios finales:
En conjunto, creo que se puede decir que Lara Moreno ha hecho una labor notable en
su año como editora de Caballo de Troya. Quizás lo que dé unidad a las obras elegidas,
dentro de su variedad, sea la reflexión en torno al yo, a la identidad y a la memoria,
individual y colectiva, y al papel que la narración (un concepto más amplio que la
literatura) puede desempeñar en este campo. Las seis obras se situán así en una
tendencia central de la narrativa actual (que, por otra parte, creo que empieza a dar
señales de agotamiento).

En cualquier caso, con algunas irregularidades (prácticamente inevitables en este tipo


de selecciones), el conjunto de obras es variado en el estilo, la forma y los temas, pero
de una alta calidad literaria. Si en 2015 el bombazo de la serie fue El comensal de
Gabriela Ybarra, y en 2016 (aunque en diferido, como el despido de Bárcenas) El
estado natural de las cosas de Alejandro Morellón (ganadora del Premio de relato
Gabriel García Márquez), parece que este año ese lugar le corresponde a La hija del
comunista de Aroa Moreno, ganadora del Premio Ojo Crítico y presente en muchas
listas de "los mejores libros del 2017". Aunque personalmente, como he dicho, la
novela que más me ha gustado de la serie ha sido Hamaca, de Constanza Ternicier.

No querría acabar la reseña sin mencionar el diseño de las portadas de la serie de este
año: minimalistas, elegantes, con un sentido de unidad entre todas las novelas y al
mismo tiempo con una clara individualidad en cada una de ellas. Enhorabuena al
responsable o responsables, que no siempre aparecen identificados en los libros, creo.

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