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PRINCIPIOS DEL PROCEDIMIENTO ADMINISTRATIVO

PRINCIPIO DE LEGALIDAD.

EXP. N.° 00197-2010-PA/TC

MOQUEGUA
JAVIER PEDRO
FLORES AROCUTIPA

El principio de legalidad constituye una garantía constitucional de los derechos fundamentales


de los ciudadanos, consagrado por la Constitución en su artículo 2º, inciso 24, literal d), con el
siguiente tenor: “Nadie será procesado ni condenado por acto u omisión que al tiempo de
cometerse no esté previamente calificado en la ley, de manera expresa e inequívoca, como
infracción punible; ni sancionado con pena no prevista en la ley”.

Se ha establecido, además, que "Dicho principio comprende una doble garantía; la primera, de
orden material y alcance absoluto, tanto referida al ámbito estrictamente penal como al de las
sanciones administrativas, que refleja la especial trascendencia del principio de seguridad
jurídica en dichos campos limitativos y supone la imperiosa necesidad de predeterminación
normativa de las conductas infractoras y de las sanciones correspondientes; es decir, la
existencia de preceptos jurídicos (lex praevia) que permitan predecir con suficiente grado de
certeza (lex certa) aquellas conductas y se sepa a qué atenerse en cuanto a la aneja
responsabilidad y a la eventual sanción; la segunda, de carácter formal, relativa a la exigencia y
existencia de una norma de adecuado rango y que este Tribunal ha identificado como ley o
norma con rango de ley”.

EXP. N.° 37412004AA/TC LIMA RAMÓN HERNANDO SALAZAR YARLENQUE

El principio de legalidad en el Estado constitucional no significa simple y llanamente la


ejecución y el cumplimiento de lo que establece una ley, sino también, y principalmente, su
compatibilidad con el orden objetivo de principios y valores constitucionales; examen que la
administración pública debe realizar aplicando criterios de razonabilidad, racionalidad y
proporcionalidad. Esta forma de concebir el principio de legalidad se concretiza, por ejemplo,
en el artículo III del Título Preliminar de la Ley del Procedimiento Administrativo General,
cuando señala que la actuación de la administración pública tiene como finalidad la protección
del interés general, pero ello sólo es posible de ser realizado «(...) garantizando los derechos e
intereses de los administrados y con sujeción al ordenamiento constitucional y jurídico en
general» (énfasis agregado).

El principio de legalidad, es una garantía constitucional, dicho principio se da en varias esferas


de la administración justicia, sea este en sede penal, administrativa, civil etc, garantiza que las
autoridades actúan de acuerdo al marco normativo vigente y dentro de sus competencias, con
compatibilidad principios y valores constitucionales.
El primer caso, se basa explícitamente en que Nadie será procesado ni condenado por acto u
omisión que al tiempo de cometerse no esté previamente calificado en la ley; es decir que
nadie puede ser justiciado por una conducta que a la fecha de cometerse no sea delito.

Como segundo caso, la administración pública basándose en norma legal como el TUPA; exigía
pagos que contravenían los principios y valores constitucionales, es decir; para la interposición
de una solicitud de contradicción de una multa o sanción se exigía previamente el pago de una
tasa por impugnación; contraviniendo de esta manera con el derecho de petición y defensa.

PRINCIPIO DEL DEBIDO PROCEDIMIENTO.

EXP. N.° 03891-2011-PA/TC


LIMA
CÉSAR JOSÉ HINOSTROZA
PARIACHI

El derecho al debido proceso previsto por el artículo 139.3º de la Constitución Política del
Perú, aplicable no sólo a nivel judicial sino también en sede administrativa e incluso entre
particulares, supone el cumplimiento de todas las garantías, requisitos y normas de orden
público que deben observarse en las instancias procesales de todos los procedimientos,
incluidos los administrativos y conflictos entre privados, a fin de que las personas estén en
condiciones de defender adecuadamente sus derechos ante cualquier acto que pueda
afectarlos.

EXP. N.° 3741-2004-AA/TC


LIMA
RAMÓN HERNANDO
SALAZAR YARLENQUE

Entendido como un derecho constitucionalmente reconocido, el debido procedimiento


administrativo comprende, entre otros aspectos, el derecho a impugnar las decisiones de la
administración, bien mediante los mecanismos que provea el propio procedimiento
administrativo o, llegado el caso, a través de la vía judicial, bien mediante el contencioso-
administrativo o el propio proceso de amparo. En este último supuesto, el derecho de
impugnar las decisiones de la administración confluye con el derecho de acceso a la
jurisdicción cuando no existan vías propias dentro del propio procedimiento administrativo, o
cuando estas se hayan agotado y causado estado en la decisión final de la administración.

Efectivamente, el principio del debido procedimiento se encuentra previsto en nuestra


constitución, nuestra carta magna, y el tribunal constitucional como máxime interprete
menciona que el debido proceso es aplicable tanto en sede judicial y sede administrativa, este
último, el derecho a impugnar las decisiones de la administración, y de ser caso impugnarlas
mediente proceso contencioso (doble via).
PRINCIPIO DE IMPULSO DE OFICIO

EXP. N.° 00452-2012-PA/TC


LIMA
COMERCIAL DEL ACERO S.A.
(COMASA)

En cuanto al principio de impulso de oficio, cabe enfatizar que el inciso 1.3 del artículo IV del
TP de la LPAG (Ley N° 27444) prescribe que es deber de la Administración ordenar la
realización o práctica de actos que resulten convenientes para el esclarecimiento y resolución
de las cuestiones necesarias. Este Colegiado considera que, ante cuestiones tan técnicas y
especializadas como las suscitadas en autos, debe recurrirse al auxilio de entes especializados
sobre la materia y no sólo fundamentarse la decisión en medios probatorios de parte
(boletines químicos emitidos por el Laboratorio Central de Aduanas).

Resolución N.° 124-2014-JNE 1

Expediente N.° J-2013-01443 LAMPA - PUNO RECURSO DE APELACIÓN

El artículo IV del Título Preliminar de la LPAG, consagra como principios del procedimiento
administrativo, entre otros, el principio de impulso de oficio, que implica que las autoridades
deben dirigir e impulsar el procedimiento y ordenar la realización o práctica de los actos que
resulten convenientes para el esclarecimiento y resolución de las cuestiones necesarias, y el
principio de verdad material, que supone que, en el procedimiento, la autoridad administrativa
competente deberá verificar plenamente los hechos que sirven de motivo a sus decisiones,
para lo cual deberá adoptar todas las medidas necesarias autorizadas por la ley para obtener
nuevos medios probatorios y documentación complementaria, aun cuando no haya sido
propuesta por los administrados o hayan acordado eximirse de ellas.

PRINCIPIO DE RAZONABILIDAD.

EXP. N.° 2192-2004-AA /TC


TUMBES
GONZALO ANTONIO
COSTA GÓMEZ Y
MARTHA ELIZABETH
OJEDA DIOSES

El principio de razonabilidad o proporcionalidad es consustancial al Estado Social y


Democrático de Derecho, y está configurado en la Constitución en sus artículos 3º y 43º, y
plasmado expresamente en su artículo 200°, último párrafo. Si bien la doctrina suele hacer
distinciones entre el principio de proporcionalidad y el principio de razonabilidad, como
estrategias para resolver conflictos de principios constitucionales y orientar al juzgador hacia
una decisión que no sea arbitraria sino justa; puede establecerse, prima facie, una similitud
entre ambos principios, en la medida que una decisión que se adopta en el marco de
convergencia de dos principios constitucionales, cuando no respeta el principio de
proporcionalidad, no será razonable. En este sentido, el principio de razonabilidad parece
sugerir una valoración respecto del resultado del razonamiento del juzgador expresado en su
decisión, mientras que el procedimiento para llegar a este resultado sería la aplicación del
principio de proporcionalidad con sus tres subprincipios: de adecuación, de necesidad y de
proporcionalidad en sentido estricto o ponderación.

EXP. N.º 045-2004-PI/TC


LIMA

COLEGIO DE ABOGADOS DEL

CONO NORTE DE LIMA

La razonabilidad aparece como una exigencia de fundamento, de una razón o base que
justifique el tratamiento diferente. Aquí, el tratamiento diferente aparece como un medio para
la prosecución de una finalidad. La comprensión del principio de razonabilidad en estos
términos ha sido acogida por este Tribunal cuando ha manifestado que: “Por virtud del
principio de razonabilidad se exige que la medida restrictiva se justifique en la necesidad de
preservar, proteger o promover un fin constitucionalmente valioso. Es la protección de fines
constitucionalmente relevantes la que, en efecto, justifica una intervención estatal en el seno
de los derechos fundamentales. Desde esta perspectiva, la restricción de un derecho
fundamental satisface el principio de razonabilidad cada vez que esta persiga garantizar un fin
legítimo y, además, de rango constitucional.

De modo algo más genérico, pero también comprendido en el concepto de razonabilidad, se


halla la noción de éste según la cual se identifica la razonabilidad como prohibición o
interdicción de arbitrariedad. Razonable sería, así, toda intervención en los derechos
fundamentales que constituya consecuencia de un fundamento. Arbitraria, aquélla donde ésta
se encuentra ausente. En relación a la igualdad, carente de razonabilidad sería el tratamiento
diferenciado ausente de fundamento alguno.

PRINCIPIO DE IMPARCIALIDAD

EXP. N.° 04298-2012-PA/TC


LAMBAYEQUE
ROBERTO TORRES
GONZALES

El principio de imparcialidad, estrechamente ligado al principio de independencia funcional, se


vincula a determinadas exigencias dentro del proceso. Así, el principio de imparcialidad judicial
posee dos acepciones: a) Imparcialidad subjetiva, se refiere a cualquier tipo de compromiso
que pudiera tener el juez con las partes procesales o en el resultado del proceso; b)
Imparcialidad objetiva, está referida a la influencia negativa que puede tener en el juez la
estructura del sistema, restándole imparcialidad, es decir, si el sistema no ofrece suficientes
garantías para desterrar cualquier duda razonable.

EXP. N.° 04417-2008-PA/TC


LIMA
FERNANDO TUESTA
SOLDEVILLA

En cuanto al derecho a un juez imparcial es preciso señalar que uno de los pilares que inspiran
el desarrollo de las actividades desplegadas por los entes administrativos, es el respeto al
debido procedimiento, que se deriva en su contenido esencial, del derecho al debido proceso
consagrado en el inciso 3) del artículo 139º de la Constitución, en cuya virtud es obligación de
la administración respetar y garantizar todos los principios y derechos protegidos bajo el
ámbito de la Constitución. El principio de imparcialidad en la función jurisdiccional, aplicado al
ámbito administrativo, otorga a las partes la garantía que las controversias suscitadas serán
decididas por un ente sin ningún interés con el tema en debate y que, además, mantendrá una
posición objetiva al momento de resolverlo. Bajo este contexto la imparcialidad implica que las
instancias que conozcan cualquier clase de proceso o procedimiento, no deben tener
opiniones anticipadas sobre la forma en que estos serán conducidos, siendo ajenas a su
resultado, así como no tener compromisos de ningún tipo con alguna de las partes.

PRINCIPIO DE INFORMALISMO

EXP. N.° 03908-2010-PA/TC


CUSCO
JULIA LATORRE
GÓMEZ

En el presente caso no existe justificación alguna para que la administración se niegue a


recepcionar las solicitudes o recursos presentados por la demandante, al margen de requisitos
formales como denominación, numeración, sumillas, hojas de información, etc. aprobados por
la normativa interna de la SUNAT. La función de la administración en este caso no tiene
relación alguna con la imposición de trabas burocráticas y arbitrarias, siendo su deber, de
acuerdo a sus propias normas, verificar que se trate de un acto reclamable (obligaciones
tributarias, sanciones o resolución de solicitudes). Además de ello, en cuanto a la deuda, debe
contar con toda la información sin imponer ningún requisito de esta naturaleza al
administrado. Ello al margen de lo que en su momento y de acuerdo a sus facultades decida
resolver.

Por su parte la Ley del Procedimiento Administrativo General prevé entre los principios de su
norma IV, precisamente, que “Las autoridades administrativas deben actuar con respeto a la
Constitución, la ley y al derecho, dentro de las facultades que le estén atribuidas y de acuerdo
con los fines para los que les fueron conferidas”. De igual manera establece, en el marco del
principio de informalismo, que “Las normas de procedimiento deben ser interpretadas en
forma favorable a la admisión y decisión final de las pretensiones de los administrados, de
modo que sus derechos e intereses no sean afectados por la exigencia de aspectos formales
que puedan ser subsanados dentro del procedimiento, siempre que dicha excusa no afecte
derechos de terceros o el interés público”. Así también se indica que “Los trámites
establecidos por la autoridad administrativa deberán ser sencillos, debiendo eliminarse toda
complejidad innecesaria; es decir, los requisitos exigidos deberán ser racionales y
proporcionales a los fines que se persigue cumplir”.

EXP N.° 2218-2004-AA/TC


LIMA
PEDRO NORIEGA MENDOZA

Lo acotado en el considerando inmediato anterior, viene al caso debido a que en autos, como
ya se tiene dicho, corren dos certificados de trabajo (fojas 7 y 8) expedidos por la empresa
Enrique Ferreyros S.A., los mismos que señalan que el actor prestó servicios desde el 17 de
agosto de 1953 hasta el 31 de enero 1993; es decir, por un período de 39 años, 4 meses y 14
días. Dichos documentos fueron presentados a la ONP por el actor, según aparece del recurso
de fojas 4, sobre el cual debe recaer una resolución, teniendo en cuenta que, en la Ley de
Procedimientos Administrativos, N.° 27444, en su artículo IV denominado Principios del
Procedimiento Administrativo, encontramos en el numeral 1.6. denominado “Principio de
informalismo”, mediante el cual “Las normas de procedimiento deben ser interpretadas en
forma favorable a la admisión y decisión final de las pretensiones de los administrados, de
modo que sus derechos e intereses no sean afectados por la exigencia de aspectos formales
que puedan ser subsanados dentro del procedimiento, siempre que dicha excusa no afecte
derechos de terceros o el interés público”.

PRINCIPIO DE PRESUNCIÓN DE VERACIDAD


EXP. N.° 1966-2005-PHC/TC
MADRE DE DIOS
CÉSAR AUGUSTO
LOZANO ORMEÑO

Asimismo, la Ley N.º 27444, en su artículo 165.º señala que no deberá actuarse prueba
respecto a hechos alegados por las partes cuya prueba consta en los archivos de la entidad,
sobre los que se haya comprobado con ocasión del ejercicio de sus funciones, o que estén
sujetos a la presunción de veracidad, sin perjuicio de su fiscalización posterior. De manera
complementaria, su artículo 167°, inciso 1) dispone que “(...) la autoridad administrativa a la
que corresponde la tramitación del asunto recabará de las autoridades directamente
competentes los documentos preexistentes o antecedentes que estime conveniente para la
resolución del asunto, sin suspender la tramitación del expediente”.

Resolución Nº 2201-2014-TC-S1 - OSCE


Expediente N° 477-2014.TC
Establece que todas las declaraciones juradas, los documentos sucedáneos presentados y la
información incluida en los escritos y formularios que presenten los administrados para la
realización de procedimientos administrativos, se presumen verificados por quien hace uso de
ellos, así como de contenido veraz para fines del procedimiento administrativo. Sin embargo,
esta presunción admite prueba en contrario, en la medida que es atribución de la
administración pública verificar la documentación presentada cuando existen indicios suficientes
de que la información consignada no se ajusta a los hechos.

PRINCIPIO DE CONDUCTA PROCEDIMENTAL


EXP. N.° 01848-2008-PA/TC
LIMA
PEGGI DORIS
NOBLECILLA CHAPIAMA

Tal interpretación del artículo 21º de la Ley del Procedimiento Administrativo General no solo
supone ir más allá de la literalidad de la norma, sino que, además, atentaría contra el principio
de conducta procedimental a que se refiere el numeral 1.8 del artículo IV del Título Preliminar
de la Ley del Procedimiento Administrativo General, que establece el deber de los
administrados y de todos los partícipes del procedimiento de realizar sus actos
procedimentales guiados por el respeto mutuo, la colaboración y la buena fe. En este sentido,
en el caso concreto, es a la demandante a quien correspondía comunicar de forma directa,
simple y expresa, su cambio de domicilio, precisando, además, su nuevo domicilio, y es por
esta razón que la demanda debe ser desestimada.

Resolución Nº 742.2008.TC‐1.‐

“Por otro lado, este Tribunal considera necesario referirse a la conducta procedimental del
postor impugnante en el presente procedimiento, la cual como se ha podido advertir en los
numerales precedentes, se encuentra orientada a dilatar innecesariamente la satisfacción
oportuna de las necesidades de La Entidad, tal como se evidenció del presente procedimiento,
puesto que si se quería corroborar la eficacia, la idoneidad y la calidad del producto ofertado
por el postor ganador de la Buena Pro, debió solicitarse las pruebas pertinentes a dicho postor,
el cual como bien se indicó precedentemente demostró el cumplimiento de lo requerido por
las Bases.

PRINCIPIO DE CELERIDAD

EXP. N.° 1966-2005-PHC/TC


MADRE DE DIOS
CÉSAR AUGUSTO
LOZANO ORMEÑO

Por otro lado, en el orden administrativo, todo procedimiento administrativo debe regirse
fundamentalmente por los principios contemplados en la Ley N.º 27444 del Procedimiento
Administrativo General, entre los cuales es pertinente resaltar a los siguientes:

q Principio de celeridad. Que establece que quienes participan en el procedimiento deben


ajustar su actuación de tal modo que se dote al trámite de la máxima dinámica posible,
evitando actuaciones procesales que dificulten su desenvolvimiento o constituyan meros
formalismos, a fin de alcanzar una decisión en tiempo razonable, sin que ello releve a las
autoridades del respeto al debido procedimiento o vulnere el ordenamiento.
EXP. N.° 04514-2012-PHC/TC
LAMBAYEQUE MARÍA
YULI MARTÍNEZ ESPINOZA

El Segundo Juzgado de Investigación Preparatoria de Jaén declaró improcedente in limine la


demanda, pronunciamiento que fue confirmado por la Sala Descentralizada Mixta y de
Apelaciones de Jaén de la Corte Superior de Justicia de Lambayeque. Sin embargo, el Tribunal
Constitucional, en atención a los principios de celeridad y economía procesal, considera
pertinente emitir un pronunciamiento de fondo, toda vez que en autos aparecen los
elementos necesarios para ello.

PRINCIPIO DE EFICACIA

Resolución Nº 710.2006.TC‐SU. - OSCE

Por tal motivo, debe entenderse el valor de la eficacia como una obligación de la
Administración y de los administrados a ser virtuosos en sus actos procedimentales, y no como
un mero principio de orden programático a futuro para la Administración en general. De este
principio se desprende que la regla de la economía procesal se dirija a evitar la realización de
trámites innecesarios, producir actos ya Subdirección de Capacitación del OSCE 12 efectuados,
retrotraer actuaciones procesales y a propiciar, entre otros, la conservación de actos.”

PRINCIPIO DE VERDAD MATERIAL.-

EXP. N.° 02997-2009-PA/TC


LIMA
UNIVERSIDAD TECNOLÓGICA
DEL PERU S.A.C.

Aún más, el derecho al debido procedimiento administrativo también ha sido vulnerado, en


tanto que el Instituto Nacional de Cultura, al momento de emitir la Resolución
Directoral Nacional N.º 1011-INC, no ha respetado el principio de verdad material, porque no
verificó plenamente los hechos que sirvieron de motivo a su decisión, toda vez que en el
cuarto considerando de la resolución referida se señala que “los inmuebles de valor histórico,
artístico y urbanístico comprendidos entre las cuadras 1 al 10, estos inmuebles se encuentran
en buen estado de conservación”, mientras que en el punto b) de la tercera observación del
acta de entrega del bien inmueble referido, de fecha 31 de octubre de 2004, obrante a fojas
218 a 219, esto es, veinte meses antes de que se emitiera la Resolución DirectoralNacional N.º
1011-INC, se consigna que los “muros portantes paralelos a la Av. Arequipa tienen rajaduras
producto de asentamientos diferenciados que hacen que la estructura pueda colapsar en
cualquier momento”.

ACUERDO Nº 010/2008.TC de 30.06.2008 - OSCE

El Tribunal podrá verificar, de oficio o a pedido de parte, la veracidad de los comprobantes de pago
presentados para acreditar la experiencia del postor, cuando sean cuestionados y existan suficientes
indicios que ameriten realizar la verificación correspondiente, en aplicación del Principio de Verdad
Material y de Moralidad, para lo cual podrá solicitar a las partes y/o terceros la remisión de información
y/o documentación idónea para verificar la veracidad de la experiencia declarada.
Participación
PRINCIPIO DE PARTICIPACIÓN
EXP. N.° 04012-2009-PHD/TC
LIMA
LAZARTE PROSPERO
ROSALES VÁSQUEZ

Conviene recordar que, de conformidad con el principio de participación, las entidades de la


administración pública deben brindar la oportunidad a los administrados de expresar su
opinión en el marco del proceso de tomar una decisión que pueda tener incidencia en el
ejercicio de sus derechos fundamentales.

Las entidades públicas están en la obligación de orientar al administrado a fin de encausar su


petición en la vía procedimental que resulte la más adecuada, pues siendo la finalidad de las
entidades públicas atender las demandas legítimas de los ciudadanos, no puede admitirse que
se empleen institutos procesales diseñados como instrumentos para cumplir con tal finalidad,
para evadir responder a las demandas de los ciudadanos.

EXP. N. º 01454-2010-PHD/TC
LIMA
RENEE ROSARIO
ROSAZZA ASÍN
Y OTROS

Los principios de participación y de predictibilidad, reconocidos en la Ley de Procedimiento


Administrativo General, Ley N. º 27444, son una expresión del principio constitucional de
interdicción de la arbitrariedad y del deber de transparencia de las entidades públicas, en
vinculación con el debido proceso. En tal sentido, las entidades de la administración pública
tienen la obligación de brindar la oportunidad a los administrados de opinar sobre los temas
materia de deliberación en la toma de decisiones que puedan repercutir en el ejercicio de sus
derechos fundamentales (principio de participación).

PRINCIPIO DE SIMPLICIDAD

EXP. N.° 1966-2005-PHC/TC


MADRE DE DIOS
CÉSAR AUGUSTO
LOZANO ORMEÑO

Principio de simplicidad. Según el cual los trámites establecidos por la autoridad administrativa
deben ser sencillos, lo que supone la eliminación de toda complejidad innecesaria; por tanto,
los requisitos exigidos deberán ser racionales y proporcionales a los fines que se persigue
cumplir.
PRINCIPIO DE UNIFORMIDAD
EXP. N.° 0499-2002-AA/TC

LORETO

TRIPLAY IQUITOS S.A.

Esta situación es sustancialmente distinta cuando se analiza el incremento de la tasa del


Impuesto de Promoción Municipal hasta el 18%, en aplicación del artículo 1° del Decreto Ley
N.° 25980, a aquellas operaciones que se encuentran exoneradas del Impuesto General a las
Ventas –en aplicación del artículo 71° de la Ley N.° 23407-, dado que ello supone una
transgresión al derecho de igualdad jurídica consagrado en el inciso 2) del artículo 2° de la
Constitución, pues tal dispositivo está dirigido a regular la situación únicamente de aquellas
empresas, como la recurrente, que se encuentran establecidas en zonas de frontera o de selva,
por lo que no resulta aplicable el incremento de la tasa para cualquier otra empresa que se
encuentre realizando sus operaciones fuera de las zonas indicadas.

En razón de ello, además, el Tribunal Constitucional considera que se está vulnerando el


principio de uniformidad de las cargas tributarias.

PRINCIPIO DE PREDICTIBILIDAD.

EXP. N.° 04012-2009-PHD/TC


LIMA
LAZARTE PROSPERO
ROSALES VÁSQUEZ

Asimismo de acuerdo con el principio de predictibilidad, las entidades de la administración


pública deben brindar a los administrados información veraz, completa y confiable sobre cada
trámite de modo tal que puedan tener conciencia certera sobre su resultado final, y
constituyen una expresión del principio constitucional de interdicción de la arbitrariedad y del
deber de transparencia de las entidades públicas en atención a las garantías inherentes al
debido proceso al cual tienen derecho las personas. Es por ello que, la entidad emplazada se
encuentra en la obligación de otorgar la información solicitada al demandante, de modo que,
al haberse negado indebidamente a ello, ha vulnerado el derecho de acceso a la información
pública del demandante.
RESOLUCIÓN DEL SUPERINTENDENTE NACIONAL DE LOS REGISTROS PÚBLICOS

N° 234-2015-SUNARP/SN

Que, se puede afirmar que la seguridad jurídica tiene su correlato directo en el principio de la
predictibilidad, es decir que el administrado pueda conocer de antemano cual va a ser la
actuación de la administración cuando inicia un trámite o pedido específico;

Que, se ha advertido en sede registral la existencia de criterios discrepantes asumidos por los
Registradores Públicos, debido a la utilización de métodos interpretativos diferentes, lo que no
implica necesariamente responsabilidad en el ámbito administrativo, pero que si genera
malestar en los administrados debido a una afectación al principio de predictibilidad, siendo
necesario implementar un mecanismo adicional en la búsqueda del otorgamiento de la
predictibilidad;

PRINCIPIO DE PRIVILEGIO DE CONTROLES POSTERIORES

EXP. N.° 02597-2009-PA/TC


LAMBAYEQUE
CESÁREO MURO RAMOS

Consta de la Resolución 4726-2007-ONP/DP/DL 19990, de fecha 6 de diciembre de 2007 (f. 9),


que se suspendió la pensión de invalidez porque mediante el Informe 352-2007-GO.DC/ONP
de fecha 5 de diciembre de 2007, la División de Calificaciones de la Gerencia de Operaciones
comunicó que de las investigaciones y verificaciones basadas en el principio de privilegio de
controles posteriores, numeral 1.16 del artículo IV del Título Preliminar de la Ley 27444-Ley de
Procedimiento Administrativo General, realizadas en los expedientes administrativos de las
personas mencionadas en el Anexo 1 de la Resolución de vista, se ha podido concluir que
existen suficientes indicios razonables de irregularidad en la información y/o documentación
presentada con el fin de obtener la pensión de jubilación.

Resolución Nº 379.2007.TC‐2

“En consecuencia, tanto por aplicación del principio de privilegios de controles posteriores,
como en mérito a las facultades del Comité Especial para realizar todas las acciones tendientes
a obtener un proceso de evaluación técnica de mayor certeza y calidad, resulta perfectamente
válido y ceñido a derecho que dicho colegiado disponga la realización de una inspección a las
instalaciones de los postores con el fin de verificar el cumplimiento de lo declarado por éstos
en sus propuestas; en nuestro caso particular, con la manifestación respecto a contar con el
stock ofertado”.

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