Vous êtes sur la page 1sur 8

Nietzsche como Lector:

una Política de la Lectura


Por Nicolás González Varela
Una mistificación dionisíaca:
Borges afirmaba que a lo largo del tiempo nuestra memoria va
formando una biblioteca dispar, hecha de libros, o páginas y
artículos, cuya lectura fue unadicha pa ra nos otros y que nos
gus ta ría compa rtir. Y fina liza ba dicie ndo : los textos de e s ta
íntim a bibliote ca pe rs ona l no son forzos a me nte fa mos os .
¿E s necesario vigilar obsesivamente las lecturas de los
pensadores? ¿Es productivoseguir el hilo rojo de Ariadna de
la lectura al concepto? Habitualmente no se
lee x i g e c o n f e s a r l a s . E s e n c i e r t o s e n t i d o p e r j u d i c i a l , u
na suerte de pudorm e t o d o l ó g i c o , y a q u e e l c o n o c i m i
e n t o d e l o q u e u n a u t o r l e e f a c i l i t a l a inteligencia y el
sentido profundo de lo que dicen. Un concepto novísimo, ungiro
sorprendente, una metáfora imprevista nos hace sospechar que
sin avisoprevio se está retomando la palabra de otro. La
escritura es un velo que haced i f u s o e l r a z o n a m i e n t o q u e
s e d e s p l i e g a d e t r á s y a n t e s d e l o q u e e s t a m o s leyendo.
Al ser transpuesta la escritura por la vigilancia hermenéutica,
aquellase convierte en un eco quebrado, en un jeroglífico de la razón
por fin descifradoo la me ra apa rie ncia de una ide a que ya no
pue de ne ga r s u gé nes is . Sólo s i tenemos la posibilidad de
encontrar el texto primordial de la cadena, puede el enigma de
las fórmulas huérfanas despejarse y con ello redibujar la imagen
totaldel filósofo.E n cie rtos pe nsa dore s e s ta ta re a
se c uliza dora ( ya que aniquila e l aura religiosa del
Genius
) se encuentra con múltiples problemas: resulta
imposible,fácticamente o por la propia dinámica de su
Stil
, reconstruir la angustia de lasinflue ncia s . N a die má s
ade c ua do, pa ra e s ta re cons trucción de la
bibliote ca i m a g i n a r i a p e r s o n a l , q u e e l f i l ó s o f o N i e t z s
c h e . N o t a n t o p o r s u e s t i l o antiacadémico premeditado, que
cita muchos autores y pocas obras, sino por laobra filial de
su hermana. Gracias a la previsión de Elisabeth se protegieron
nosólo los manuscritos, el
Nachlass
nietzscheano, sino su importante
bibliotecap e r s o n a l , i n c l u y e n d o s u s l i b r o s a n o t a d o s d e p
u ñ o y l e t r a . C o m o a l b a c e a responsable conservó no sólo sus
libros personales, sino los recibos de compra de las librerías y
talones de las bibliotecas públicas, patrimonio que se
conservah o y e n e l G o e t h e - S c h i l l e r A r c h i v d e W e i m a r .
E n N i e t z s c h e s u c e d e m u y fácilmente, gracias a sus
constantes autointerpretaciones de su propia vida y obra, que
tengamos la impresión que en realidad leía poco o nada al final
de su vida. Sus biógrafos también quedaron despistados, ya
que Nietzsche mismo seencargó de borrar toda huella
remarcable, todo vestigio de inspiración. Como de cía su prime r
adm ira dor y ha giógra fo Ge o rg Bra nde s “e s a lgo nota ble
que considere como absolutamente insensato que él, Nietzsche,
pueda deberle algo aa lguie n, y s e e noja ‘como un a le má n’
c ontra todo autor que se le pa re zca
ena l g o ” . P a r t e d e l a u r a a t r a y e n t e y n ú c l e o d u r o d e
l culto a Nietzsche, el
Nietzschéisme
, que consiste en considerarlo un adivinador, un visionario,
unartista, un santo original e inactual.No hay duda que esta
imagen mítica dionisíaca fue alimentada y construidapor el
mismo Nietzsche. Su propia filosofía critica con dureza la
lectura como

una falta de afirmación en la vida misma: “Otra listeza y autodefensa


consiste enreaccionar las menos veces posibles
y
en eludir las situaciones y condiciones enque se estaría condenado a
exhibir, por así decirlo, la propia ‘libertad’, la propiainiciativa, y a
convertirse en un mero reactivo. Tomo como imagen el trato
conlos libros. El docto, que en el fondo no hace ya otra cosa que
«revolver» libros –
el filólogo corriente, unos doscientos al día, acaba por
p e r d e r í n t e g r a y totalmente la capacidad de pensar por
cuenta propia. Si no revuelve libros, nopiensa. Cuando piensa
responde a un estímulo (un pensamiento leído), al finallo único
que hace ya es reaccionar. El docto dedica toda su fuerza a
decir sí y adecir no, a la crítica de cosas ya pensada; él mismo
ya no piensa. El instinto deautodefensa se ha reblandecido en él;
en caso contrario, se defendería contra losl i b r o s . E l d o c t o , u n
décadent.
E s t o l o h e v i s t o y o c o n m i s p r o p i o s o j o s : naturalezas
bien dotadas, con una constitución rica y libre, ya a los treinta
años‘leídas hasta la ruina’, reducidas ya a puras cerillas, a las que es
necesario frotarpara que den chispas «pensamiento»– Muy temprano,
al amanecer el día, en laf r e s c u r a , e n l a a u r o r a d e s u f u e r z a ,
leer un libro
;
¡ a e s t o y o l o c a l i f i c o d e vicioso!”” (
Ecce Homo
, Porqué soy tan listo, 8).Leer sería una actividad meramente reactiva
y un vicio que puede llevarnos aestar “leídos hasta la ruina”. Esta
constante autocomprensión de sí mismo, queha servido de canon
interpretativo a hagiógrafos y epígonos (un caso similar esel de
Heidegger), coincide con la peculiaridad de su
Stil
, donde la forma tácticade l e ns a yo a forís tico no de ja luga r a l
c lás ic o a pa ra to e rudito de cita s , ni al apéndice bibliográfico.
Como señala en sus manuscritos póstumos “no se lo he pues to
fá c il a los que quie re n se ntir una s atis fa cción
erudita
, p o r q u e y o n o contaba en definitiva con ellos. Faltan las
citas.” (
Nachlass
, 19, 55) Aparecena quí y a llá algún autor ma yor ( de
pre s tigio) , ninguna obra y mucho me nos autores menores o
escolares. Cuando confiesa lecturas a la luz pública, como en
E c c e Homo
, su lista es arbitraria y limitada a obras de ficción (M
o l i è r e , Corneille, Racine, Maupassant, Merimée, Stendhal,
Byron, Shakespeare). Seráesta la única lista confesional de
Nietzsche sobre sus lecturas. El guerrero, yaarmado con casco,
pica, escudo y égida sobre el pecho, sólo reconoce recurrir ala
lectura como mero pasatiempo entre las batallas de las ideas.
El resultado esun rizo he rme né utico que re fue rza la
ge nia lida d y origina lida d a bs oluta de Nietzsche mismo, un
verdadero Minerva filosófico, y como contrapartida parasus
lectores la incomprensión de su diálogo íntimo con autores y
obras. Comoproducto final Nietzsche sería un filósofo genial
bien dionisíaco, un pensadororiginal aislado, un eremita eminente
y excepcional. El resultado no es otro quela incomprensión del mismo
Nietzsche. Por supuesto, esta imagen es totalmentefa lsa .
N ie tzs che fue , e n e fe cto, un eno rme le ctor de libros , cas i
c om puls ivo. “Revolvió libros” no sólo en su juventud, sino
durante toda su vida incluyendosu último año de actividad
consciente.
Nietzsche y
La Flair du Livre
:
La dudosa confesión a sus

En el
Vorwort
de
Der AntiChrist
(1888), Nietzsche retorna sobre sus criteriosde lectura y su
distinción aristocrática sobre su lector ideal: “Este libro es
paralos menos (den wenigsten). Tal vez no viva todavía ninguno
de ellos. Serán, sinduda , los que compre nda n mi
Zarathustra
… L a s c o n d i c i o n e s e n q u e s e m e compre nde , y lue go s e
m e c ompre nde
por necesidad
– y o las conozco muy exactamente. Hay que ser honesto hasta la
dureza (Härte) en cosas del
Espíritui n c l u s o p a r a s o p o r t a r s i m p l e m e n t e m i s e r i
e d a d ( E r n s t ) , m i p a s i ó n (Leidenschaft). Hay que estar
entrenado en vivir sobre las montañas –en ver
debajo
de sí la miserable charlatanería actual acerca de la Política y del
Egoísmode los Pueblos. Hay que haberse vuelto indiferente, hay que
no preguntar
jamáss i l a v e r d a d e s ú t i l , s i s e c o n v i e r t e e n u n a f a t
a l i d a d p a r a a l g u i e n … U n a conciencia nueva
para verdades que hasta ahora han permanecido mudas.
Y
la V o l u n t a d d e E c o n o m í a d e G r a n e s t i l o ( W i l l e z u r Ö k o n
omie gro ßen Sti ls):guardar junto a la fuerza propia, el
entusiasmo
p r o p i o … E l r e s p e t o p o r s í mismo; el amor a sí mismo; la
libertad incondicional frente a sí mismo…
¡Pues b i e n ! S o l o é s o s s o n m i s l e c t o r e s , m i s v e r d a d e
r o s l e c t o r e s , m i s l e c t o r e s predestinados (vorherbestimmten
Láser): ¿qué importan el
resto
? El resto es lam e r a H u m a n i d a d ( M e n s c h h e i t ) –
Y h a y q u e s e r s u p e r i o r a l a H u m a n i d a d (Menschheit) por
Fuerza (Kraft), por la
altura
del Alma (
Höhe
der Seele), –pordesprecio…”La recta lectura es atributo natural de los
“menos”, los llamados a dominar, alos cua le s N ie tzs che lue go
de te rmina con pre cis ión filol ógica : “E l
Orde n de Castas
(
Ordnung der Kasten
) , q u e e s l a L e y s u p r e m a , d o m i n a n t e (domini
erende Gesetz), es tan sólo la sanción de una
Orden de la Naturaleza
(
Natur-Ordnung
), de una legalidad natural de primer rango, sobre la
q u e ningún capricho, ninguna ‘Idea Moderna’ (‘moderne Idee’) tiene
poder. En todas ocie da d sa na se dis tingue n, condicioná nd os e
re c íproca me nte , tre s tipos
de dif e re nte gra vita ción fis iol ógi ca ( phy s iologis ch ve rs chie
de n -gra viti e re nde Type n) , ca da uno de los cua le s tie ne s u
propia higie ne , s u propi o ca mpo de tra ba jo, s u propia
es pe c ie e n cua nto a se ntimie nto de pe rfe cción y s u
propia e s pe cie de ma e s tría . E s la Na tura le za , no Ma nú, la
que se pa ra e ntre sí a
los p r e p o n d e r a n t e m e n t e E s p í r i t u a l e s , a l o s p r e p o n d e r a
n t e m e n t e f u e r t e s d e músculos y de temperamento, y a los
terceros, que no destacan ni en una cosa nien la otra, los
Mediocres, –esto últimos son el gran número; los primeros,
laselección. La Casta Suprema –yo la llamo
‘Los Menos’
(Die oberste Kaste – ichnenne sie
die Wenigsten
)– tiene también, por ser la perfecta, los privilegios de los menos:
entre ellos está el de representar en la Tierra la Felicidad, la Belleza,la
Bondad. Sólo a los hombres más Espírituales les está permitida
la belleza,
lo
Bello: sólo en ellos no es debilidad la bondad.
Pu lc hrum e s t pa ucorum hominum
( Lo be llo e s cosa de pocos hombre s ) : e l Bie n e s un
priv ile gi o ( das Gute ist ein Vorrecht).” (
El Anticristo
; #57). Si el bien es un privilegio, anterior atoda adquisición social,
ya sea legal, meritocrática o de formación, la lecturacomo arte
sólo es posible en la pequeña minoría de espíritus
aristocráticos, los
Übermensch
, que “por ser
los m ás fue rte s
(a ls die
Stärksten
) encuentran
laf e l i c i d a d d o n d e o t r o s e n c o n t r a r í a n s u r u i n a : e n e l l a
b e r i n t o , e n l a d u r e z a consigo mismos y con otros, en el
experimento; su placer es el autovencimiento:el ascetismo se
convierte en ellos en Naturaleza, Necesidad, Instinto
(Natur,B e d ü r f n i s , I n s t i n k t ) … E l l o s s o n l a ‘ E s p e c i e ’ ( A r t )
m á s v e n e r a b l e d e l o s hombres… Dominan (Sie herrschen) no
porque quieran, sino porque
son
(
sind
),no tienen libertad para estar en segundo lugar. El Orden de Castas,
la Jerarquía(
Rangordnung
), lo único que hace es formular la Ley Suprema de la
Vida

misma, la separación de los tres tipos de hombres


e s n e c e s a r i a p a r a l a conservación de la sociedad, par
a l a p o s i b i l i t a c i ó n d e t i p o s s u p e r i o r e s y s upre mos ( zur
E rm öglic hung höhe re r und höchs te r Type n) –la
desigualdad
(
Ungleichheit
) de De re chos es la condici ón prime ra pa ra que lle gue a
ha be r Derechos. Un Derecho es un privilegio. En su Ser como Especie
(Art Sein) tienecada individuo su privilegio.”La le ctura dionis ía ca
(a s í como el bue n es tilo) se re s e rva a e s os
hom bre s e s pe cia les des igna dos por la N a tura le za y su
je ra rquía . N ie tzs che utiliza e l concepto
Naturbestimmung
, pa ra de finir a es os s e re s supe rio re s que forma nuna
nue va E s pe cie ( Art) que los ha ce “má quina s inte lige nte s ”,
intelligente Maschinen
, espíritus profundos,
tieferen Geistes
, y a los que N ie tzs che quie re recordarles su descendencia
aristocrática, sus privilegios en decadencia. Loshombres de
excepción (Ausnahme-Mensch) son los que, haciendo un
trabajomayéutico y de entrenamiento riguroso, podrán adquirir
tanto el arte de leer“movidos por intenciones profundas” como
asumir su rol en la Gran Política “yaque es sencillamente su
deber”. El ejemplo de cómo deberían leerse sus libros,dirigido a
estos
tierfen Geistes
, Nietzsche únicamente lo hace explícito en unade sus obras,
Zur Genealogie der Moral
(1887).En su
Vorrede
, Nietzsche cansado de tanta exégesis demasiado libre, hastiadode
tanto admirador bizco advierte: “Si este escrito resulta
incomprensible paraalguien y llega mal a sus oídos, la culpa, según
pienso, no reside
necesariamentee n m í . E s t e e s c r i t o e s s u f i c i e n t e m e n t e
c l a r o , p r e s u p o n i e n d o l o q u e y o presupongo, que se hayan
leído primero mis escritos anteriores y que no se hayae s ca tima do
a lgún es fue rzo al ha ce rlo: pues , de s de lue go, no s on
fá c ilme nte accesibles. En lo que se refiere a mi
Zarathustra,
por ejemplo, yo no consideroconocedor del mismo a nadie a quien
cada una de sus palabras no le haya unas veces herido a fondo
y, otras, encantado también a fondo: sólo entonces le eslícito,
en efecto, gozar del privilegio de participar con respeto en el
elementoa l c i ó n i c o ( h a l k y o n i s c h e n E l e m e n t ) d e q u
e a q u e l l a o b r a n a c i ó , e n s u luminosidad, lejanía, a
m p l i t u d y c e r t e z a s o l a r e s . E n o t r o s c a s o s l a f o r m a aforís
tica (die aphoristische Form) produce dificultad: se debe esto a que
hoy
nose da suficiente importancia
a tal forma. Un aforismo, si está bien acuñado y fundido, no
queda ya ‘descifrado’ por el hecho de leerlo; antes bien, entonces
esc ua ndo de be come nza r s u
interpretación
(
Auslegung
)
,
y pa ra re a liza rla s e ne c e s ita un Art e ( Kuns t) de la
m ism a . E n el tra ta do te rce ro de e s te libro
he o f r e c i d o u n a m u e s t r a d e l o q u e y o d e n o m i n o ‘ i n t e r p
r e t a c i ó n ’ e n u n c a s o semejante: ese tratado va precedido de
un aforismo, y el tratado mismo es uncomentario de él. Desde
luego, para practicar de este modo la lectura como artese necesita
ante todo una cosa que es precisamente hoy en día la más olvidada
– y por ello ha de pasar tiempo todavía hasta que mis escritos
resulten ‘legibles–u n a c o s a p a r a l a c u a l s e h a d e s e r
c a s i v a c a y , e n t o d o c a s o , n o ‘ h o m b r e moderno’: el
rumiar
(
das Wiederkäuen
)…”La referencia un poco enigmática al momento “alciónico”
tiene una alusiónmuy concreta: los alciónidas son, según
Nietzsche, ateos, reaccionarios de laside a s mode rna s ,
antim e ta fís icos y antiide a lis ta s . E n pa la bras s uya s , s on
los h e r a l d o s d e l a l l e g a d a d e l o s h o m b r e s s u p e r i o r e
s, de la nueva raza de
Übermensch
. Nietzsche utiliza el nombre de alciónidas porque ejercen el
papeld e m e n s a j e r o s d e l a dio sa ma rina grie ga Alc yon e ( "la
re ina que ahuye nta tormentas") y producen el efecto de
presagiar la mar serena y el buen tiempopara la cultura
alemana, renovada según la jerarquía aristocrática de la
Natur
.M e n s a j e r o s d e A l c í o n e , l o s a l c i ó n i d a s ( t a m b i é n
conocidos como martín

pescadores) alejan las nubes del cielo alemán, apolíneo,


socrático e idealista. Alciónidas son Schopenhauer, Wagner, el
mismo Nietzsche, Zarathustra… Elmartín pesca dor es un ave
que se alimenta de peces débiles que captura dentro del agua
y su peculiaridad radica en la sustancia que recubre su plumaje
y
quel e p e r m i t e r e i n i c i a r e l v u e l o t r a s h a b e r s e s u m e r g i d
o e n e l a g u a . P u e d e n “sumergirse” en las aguas pútridas de
la
Cultur
alemana
décadent
sin que ellointerfiera en su misión, sin infectarse y levantar el
vuelo político-filosófico. Y pueden, obviamente, “sumergirse” en los
propios textos de Nietzsche… y poseere l a r t e d e l e e r b i e n . S i
el
Nietzschéisme
y e l pos mode rn is mo e n ge ne ra l, lo hubieran entendido, nos
habríamos ahorrado muchas pésimas interpretaciones.Pese a los
esfuerzos del propio Nietzsche, todavía hoy entre su
admiradores y hagiógrafos hay muchos lectores modernos y pocas
vacas.
Bibliografía:
De Nietzsche, Friedrich: KSA
,
Friedrich Nietzsche: Sämtliche Werke, Kritische Studienausgabe
, 15 vols., editados porGirogio Colli y Mazzino Montina

Vous aimerez peut-être aussi