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I CAPITULO: SUPERLUCHA
SUPERLUCHA
Nos podemos dar cuenta que la historia del mundo se ha dividido en tres partes de gran trascendencia
para la humanidad, como lo ha sido la agricultura la cual ha sido catalogada como la primera ola de la
sociedad, que se mantuvo durante un largo tiempo, luego viene la segunda ola que es la revolución
industrial la cual ha durado más o menos 300 años y por ultimo viene una ola que aun no ha sido
clasificada de la mejor manera posible, puesto que en este punto, el futuro pude tener cambios ya sean
a nivel social, tectológico, cultura y político lo cual influye de una gran manera para que la humanidad
siga hacia adelante.
LA PREMISA REVOLUCIONARIA
En la actualidad la humanidad está viendo como la sociedad ha invadido el mercado con futuros de
destrucción como lo es el Armagedón por medio de películas, documentales, relatos bíblicos, profecías,
lo cual nos ha llevado a una parálisis de la imaginación y la voluntad. También se enmarca que las
décadas venideras se encontrara llenas de agitaciones, turbulencias y violencia generalizada la cual no
ayudara a que la humanidad se destruya por si misma por completo, y se verá reflejado un salto
cuántico en la historia, lo que nos indica que nuestra generación es la final de una vieja civilización y la
primera generación de otra nueva.
LA LÍNEA DE AVANCE
El autor clasifica como análisis de oleaje lo que identifica las pautas fundamentales de cambio a medida
de que van surgiendo y cómo podemos influir sobre ellas. Antes de surgir la primera ola de cambio la
humanidad vivía en pequeños grupos que se alimentaban básicamente de la caza, pesca y ganadería,
desde el momento que se descubrió la agricultura la cuales catalogada como la primera ola el hombre
cambio muchos de los hábitos que tenia; esto durante por uno 10.000 años hasta que ser dio la
revolución industrial la cual está enmarcada como la segunda ola es claro que aun se está utilizado la
primera ola en la gran mayoría de los países de latino América y áfrica pero no con la gran amplitud que
se utilizaba antes. El esmero de los países no industrializados por obtener materias por medio de la
industrialización a llevado a que la primera ola valla desapareciendo, hay muchos países que están
viviendo las tres olas a velocidades diferentes es importante resaltare que la tercera ola inicio hacia el
año de 1955 en estados unidos cuando el número de empleados y trabajadores de servicio supero al
número de obreros manuales.
OLAS DE FUTURO
Después de la primera y segunda ola el hombre pronostica su futuro puesto que sabe a qué se debe
enfrentar, lo cual ha hecho crear diferentes movimientos tecnológicos, sociales, culturales que han sido
producto de las dos olas que ya pasaron, y ha hecho al hombre autónomo. Algo muy diferente ha
ocurrido en países que hasta ahora están cobijados por las dos grandes olas (agricultura y revolución
industrial) puesto que gracias a estos movimientos se han creado muchas guerras civiles.
LA ARQUITECTURA DE LA CIVILIZACIÓN
La primera ola es la agricultura la cual duro muchos años pero dentro de esta, ya se daban algunos
avances de la segunda ola como lo fue la extracción de petróleo en las islas griega en el 400 a de c y en
birmania en el 100 d de c, también ya se veían, grande s imperios como lo fue el romano, pero la
segunda ola se dio después de la revolución industrial con la construcción de maquinas, lo cual formo el
sistema social más poderoso.
LA SOLUCIÓN VIOLENTA
Se inicio un conflicto entre la gente que apoyaba la primera ola de la agricultura y los que querían un
avance que era la industrialización lo que conllevo a diferentes guerras en el mundo poro a lo ultimo a
ganado la segunda ola la industrialización puesto que gran parte de la humanidad vive bajo estos
apuros de una vida de avances tecnológicos.
BATERÍAS VIVIENTES
Las energías en la primera ola eran renovables como lo eran los animales, el viento y otros agentes de la
naturaleza al surgir la revolución industrial estas energías fueron remplazadas por fuentes no
renovables como lo es el carbón, el petróleo o combustibles fósiles.
LA MATRIZ TECNOLÓGICA
Antes en la ola de la agricultura se realizaban las cosas según sus necesidades a pequeña escala, al
surgir la revolución industrial esta producción se automatizo e hizo que la producción fuera de grandes
niveles producción en masa.
LA PAGODA BERMELLÓN
Después de la producción en masa se tenía que ver la manera de distribuirlo, la cual fue por medio de
ferrocarriles, vías y centros de comercialización cosa que no se podía hacer en la primera ola puesto
que no se producía en cantidades exorbitantes.
LA FAMILIA AERODINÁMICA
En la ola de la agricultura la familia se componía por tíos, abuelos, primos eran muy numerosas, pero a
partir de la revolución industrial esta se fue disgregando puesto que en este momento las familias solo
se componen de padres e hijos, también se ve como en la segunda ola el respeto hacia los padres se ha
perdido.
EL PROGRAMA ENCUBIERTO
A partir de la segunda gran ola se empezó a necesitar mano de obra calificada y se dio inicio a la
educación de niños los cuales cada vez entran más jóvenes a la escuela por consiguiente los años de
educción cada día eran más.
SERES INMORTALES
En la segunda ola se da mayor fuerza a la corporación, puesto que a partir de esto se da inicio a la
inversión en fábricas ya si de esta manera hacer grandes monopolios que constituyen la vida de hoy en
el mundo.
LA FÁBRICA DE MÚSICA
En la música los cambios ocasionados por la segunda ola también fueron de gran multitud puesto que
las organizaciones también estaban dentro de este contexto, ya que se empezaron a utilizar los
empresarios, representantes personas que pudieran vender una gran cantidad de boletos, lo cual
produjo la necesidad de grandes teatros y la ampliación de sonido para estos.
LA VENTISTICA DE PAPEL
La comunicación durante la primera ola era únicamente para las familias ricas puesto que eran muy
difícil el establecer conexión uno a otros, la única forma de comunicación era por medio de mensajeros
los cuales se demoraban mucho, a partir de la segunda ola se crea la oficina de correos que fue de gran
ayuda para toda la humanidad puesto que de esta manera la comunicación entre familias era más fácil,
mas adelante viene el teléfono el cual ayudo a optimizar la comunicación entre la humanidad, lo que ha
facilitado el intercambio comercial a niveles internacionales.
LA DIVISIÓN SEXUAL.
La segunda ola produjo un cambio en cuanto a las responsabilidades de trabajo sobre los papeles
sexuales.
En la primera ola, era todo muy independiente de todo. Por ejemplo, las ganancias de una granja no
dependían de otra granja y nadie se interesaba por lo que pasara con otras granjas, siempre y cuando la
propia marchara bien.
En la segunda ola ocurrió que todo se movió a fábricas y todo estaba, de alguna manera,
interconectado. Es decir, era interdependiente. Esa interdependencia originó conflictos en las
responsabilidades del ser humano. Los primeros obreros trabajaban de acuerdo con lo que se les
pagaba (que era muy poco) y no tenían idea de que su desempeño se relacionaba con una super-
maquinaria de fábricas en ese entonces. En el único ambiente en el que no predominaba n las nuevas
formas de trabajo, era el hogar (la familia). En ese aspecto, la mujer seguía en el pasado mientras el
hombre avanzaba al futuro. La primera trabajaba solo para su hogar; el segundo, para una red de
trabajo interdependiente. Las mujeres que no hacían caso e iban a trabajar en las redes de inter-
dependencia, eran tildadas de “no femeninas”. Dado lo anterior, se puede concluir que “la batalla de los
sexos” se originó por las ideas de trabajo que se tenían.
a. Uniformización: “Todo el mundo sabe que las sociedades industriales crean millones de
productos idénticos“, y esto influiría a su ven en la creación de un género de vida, un lenguaje,
máquinas, procesos y escuelas también uniformes.
b. Especialización: “Cuanta más diversidad eliminaba la segunda ola en materia de idioma, ocio
y estilo de vida, más diversidad se necesitaba en la esfera de trabajo. Acelerando la división del
trabajo, la segunda ola sustituyó al campesino más o menos habilidoso por el especialista
concienzudo y el obrero que solamente realizaba una tarea repetida hasta el infinito”.
c. Sincronización: La segunda ola sincronizó la vida laboral y la vida social, separándola de sus
ritmos normales y supeditándolas al reloj y “exigencias de máquina”. “Las más íntimas rutinas
de la vida quedaron comprendidas en el sistema de ritmo industrial; las familias se levantaban
simultáneamente, comían al mismo tiempo, salían al trabajo, trabajaban, regresaban a casa, se
acostaban, dormían e incluso hacían el amor más o menos al unísono, al paso que la
civilización entera, además de la uniformización y la especialización, aplicaba el principio de
sincronización”.
d. Concentración: Las sociedades de la segunda ola concentraron su fuente de energía —en vez
de en la dispersión de fuentes energéticas de la primera ola- en depósitos también altamente
concentrados de combustible fósil. Además, se concentró también la población, apareciendo
centros urbanos gigantescos. Y se concentró también el trabajo: miles de trabajadores bajo un
mismo techo como en las grandes fábricas.
Una última observación interesante de Toffler es cuando afirma que estos 6 principios contribuyeron al
auge de la burocracia.
En el Capítulo VII, que lleva el título “Un frenesí de naciones”, Toffler afirma que el nacionalismo nace
con la segunda ola:
“Se pueden considerar los levantamientos nacionalistas provocados por la revolución industrial en los
EE.UU, Francia, Alemania y el resto de Europa como esfuerzos para elevar el nivel de integración política
al nivel de integración económica, en rápido ascenso, que acompañó a la segunda ola. Y fueron esos
esfuerzos, no la poesía ni místicas influencias, lo que condujo a la división del mundo en unidades
nacionales separadas. Y por debajo de la nación subyacía el imperativo familiar del industrialismo: el
impulso hacia la integración”.
Será en el Capítulo IX. Indusrealidad, donde Toffler explique mejor en que consiste esta mentalidad.
Con la palabra Indusrealidad, hace referencia a la concepción del mundo propia de la segunda ola: la
define como “el grupo culminante de ideas y presunciones con que se enseñaba a los hijos del
industrialismo a comprender su mundo. Era el bagaje de premisas empleadas por la civilización de la
segunda ola, por sus científicos, dirigentes comerciales, estadistas, filósofos y propagandistas” .
Esta concepción se basa en tres ideas comunes a todas las naciones de la segunda ola:
En la base de estos tres principios se sitúan los conceptos necesarios para su formulación: el tiempo y el
espacio son lineales.
La indusrealidad presupone el individualismo —un esquema atómico de la realidad aplicado a la
persona—; y esto, también, por razones políticas: El capitalismo industrial necesitaba una justificación
racional para el individualismo , las nuevas clases mercantiles, exigiendo libertad para comerciar,
prestar y ampliar sus mercados, dieron nacimiento a una nueva concepción del individuo, la persona
como átomo.
Además, la segunda ola trae consigo la noción de la causalidad: con D’Holbach, Newton, Darwin y Freíd.
Con esta nueva noción de causalidad se podía manipular la economía, domeñar la naturaleza, y prever
y moldear el comportamiento del individuo y la sociedad.
La indusrealidad llega a una crisis, que comporta una crisis de personalidad: el hombre de la segunda
ola pierde su identidad. Y en EE.UU se ven millones de personas que “se lanzan a la terapia de grupo, al
misticismo o a juegos sexuales. Anhelan el cambio, pero se sienten aterrorizados por él. Ansían
abandonar sus actuales existencias y saltar, de alguna manera, a una nueva vida, convertirse en lo que
no son. Quieren cambiar de empleos, de cónyuges, de papeles y de responsabilidades“. Según la
estadística de la American Managment Association, que arroja el resultado de que un 40% de directivos
y empresarios son infelices en sus puestos. Pero afirma el autor, podemos descubrir al lado de este
fracaso y derrumbamiento, una serie de indicios precursores de crecimiento y de nuevas
potencialidades.
Comienza ahora la tercera parte de libro, en el que trata de analizar cómo será la nueva síntesis cultual
de la tercera ola.
CAPÍTULO XI. LA NUEVA SÍNTESIS.
La nueva síntesis Toffler expone el análisis que hará en los siguientes capítulos sobre lo que va a pasar
en el mundo: estamos ante una nueva Era de síntesis.
CAPÍTULO XII. LAS CUMBRES DOMINANTES
Toffler describe en este capítulo los cuatro puntos para básicos de esta nueva síntesis:
1. Nuevas fuentes de energía: “Como hemos visto antes, la base energética de la segunda ola se
apoyaba en la premisa de no renovabilidad; procedía de depósitos altamente concentrados y agotables;
descansaba en tecnologías costosas y fuertemente centralizadas; y carecía de diversificación,
dependiendo de fuentes y métodos relativamente escasos”. Estas fuentes se acabarán, y hace falta
encontrar no solo nuevas fuentes que sustituyan a las antiguas, sino también una nueva tecnología
paralela a esas fuentes.
2. Despliegue de la electrónica, que lleva una tecnosfera completamente nueva, que nos moverá al
espacio y a la explotación de los océanos.
En este capítulo, el autor da su visión de lo que debería ser la familia, para que funcione. Piensa
que la familia tradicional —lo que él llama la familia de la segunda ola, o familia nuclear—, fue algo que
esa ola "idealizó", hizo dominante y extendió por todo el mundo. Pero la tercera ola requiere un nuevo
tipo de familia.
Toffler admite la posibilidad de que, al lado de la llamada familia nuclear —típica, como se ha visto, de
la segunda ola—, puedan darse, y de hecho sería muy beneficioso, muchos tipos de familias —familias
múltiples, familias de cónyuges homosexuales, familias de "polipadres", poligamia simultánea, etc—.
Será deseable una reestructuración de las familias según nuevos patrones: "qué formas concretas
desaparecerán y cuáles otras proliferarán, dependerá menos de las admoniciones lanzadas desde el
púlpito sobre la 'santidad de la familia' que de las decisiones que tomemos respecto a la tecnología y al
trabajo. Todo esto supone cambios desde la moralidad y los impuestos, hasta las prácticas de empleo.
En el terreno de los valores necesitamos empezar a eliminar el injustificado sentimiento que acompaña
a la ruptura y reestructuración de las familias. En vez de exacerbar ese injustificado sentimiento de
culpabilidad, los medios de comunicación, la Iglesia, los tribunales y el sistema político deberían
esforzarse en reducir el nivel de culpabilidad.
Toffler afirma que la corporación de la segunda ola ha quedado anticuada con los cambios
profundos que se están dando, hay ahora una completa reconceptualización del significado de la
producción y de la corporación. Y esta transformación "forma parte de la transformación, más amplia,
de la sociosfera considerada como un todo, y ésta, a su vez, encuentra un paralelismo en los dramáticos
cambios operados en la tecnosfera y la infosfera. Las nuevas corporaciones tendrán que tener objetivos
transeconómicos, entendiendo por ello objetivos que están orientados no necesariamente a la
producción, sino más bien objetivos de contenido social, de bienestar, etc.: en las nuevas condiciones,
la corporación no puede ya funcionar como una máquina para maximizar alguna función económica, ya
se trate de la producción o del beneficio. La definición misma de 'producción' está siendo
drásticamente ampliada para incluir los efectos marginales además de los centrales, los efectos a largo
plazo además de los efectos inmediatos, de la acción de las corporaciones. En otras palabras, toda
corporación tiene más 'productos' (y se le hace ahora responsable de más), de los que jamás hubieron
de tener en cuenta los directores de la segunda ola, productos, ambientales, sociales, informacionales,
políticos y morales, no sólo productos económicos.
Una serie de fuerzas tratan de transferir el poder político hacia abajo, desde la Nación-Estado a
regiones y grupos subnacionales. Las otras tratan de desplazar el poder hacia arriba, desde la nación a
agencias y organizaciones transnacionales. Juntas, están conduciendo hacia un fraccionamiento de las
naciones de alta tecnología en unidades más pequeñas y menos poderosas, como se ve al instante si se
pasea la vista por el mundo.
Antes de llegar a la última parte de la obra, Toffler hace en este capítulo un resumen de lo dicho
en páginas anteriores, poniendo énfasis en que lo que ha venido propiciando la civilización de la tercera
ola no es una utopía. Tampoco una "antiutopía" (la que proponían George Orwell y Aldous Huxley en
1984 y Un Mundo Feliz, respectivamente).
El autor divisa "la aparición de lo que podría denominarse una 'practopía', ni el mejor ni el peor
de todos los mundos posibles, sino un mundo que es práctico y, a la vez, preferible al que teníamos". A
diferencia de las utopías, la practopía no es estática ni se halla petrificada en una irreal perfección: "una
practopía no está libre de enfermedades, sordidez política y malos modales. "Una practopía ofrece una
alternativa positiva, incluso revolucionaria, pero se encuentra dentro de lo que es realísticamente
posible de alcanzar" (id). Pero esto implica una remodelación personal y de las instituciones.
Se ve que por todo el mundo hay algo que no funciona: hay tensiones, violencia, drogas, etc.
Hay búsqueda de paz y estabilidad. Florecen los "buhoneros religiosos" que ofrecen solución a la
paranoia y a la desintegración psíquica generalizadas. Uno de estos males que hay en el ambiente es la
plaga de la soledad. La tercera ola deberá restaurar la comunidad, y uno de los instrumentos con que
cuenta para ello son las comunicaciones.
Otra de las causas de la crisis actual es la pérdida de estructura y la falta de significado. Esto
explica —según Toffler— la proliferación de sectas, cultos, etc. los cultos ofrecen la estructura,
exigiendo y creando la tan ansiada disciplina. La tercera ola tendrá que ofrecer solución a esta
necesidad, una solución cuerda y democrática, no la que ofrecen estos cultos, en veces totalmente
irracionales y despersonalizadores. Toffler concluye este capítulo diciendo: está haciendo su aparición
una nueva psicosfera, que alterará fundamentalmente nuestro carácter.
En lugar de practicarse una rígida separación por edades, se entremezclarán jóvenes y viejos. La
educación se entretejerá e interpenetrará más con el trabajo, y se dispersará más a lo largo de la vida. Y
el trabajo mismo —ya se trate de producción para el mercado o de prosumo para el propio hogar—
comenzará probablemente a edad más temprana que en la última o dos últimas generaciones. Por
estas razones, la civilización de la tercera ola puede muy bien favorecer rasgos completamente
diferentes entre los jóvenes, menos reactividad hacia los iguales, menos orientación hacia el consumo y
menos hedonismo. También la empresa de la tercera ola necesitará más personas "menos
preprogramadas" y más capaces de iniciativa propia.
La invención de nuevas herramientas políticas viene exigida por la tercera ola. Las instituciones
políticas de la segunda están funcionando mal: hay en todas partes un vacío de poder; y se nota en
todos los sitios la creciente demanda de una "autoridad más fuerte". Este clamor —según el autor— se
basa en tres concepciones erróneas. La primera, es el mito de la eficiencia autoritaria. La segunda
falacia es la de suponer que un estilo de gobierno que resultó en el pasado, haya de resultar también en
el futuro. La jefatura que requiere la tercera ola no es del mismo tipo de las jefaturas del pasado. Y, por
último, la tercera falacia es la de que se necesita de algún mesías político para salvarnos del desastre. Y
es que la crisis que nos atenaza no es sino la crisis terminal del Gobierno representativo.
Una razón por la cual las actuales estructuras políticas están anticuadas es que el entramado de
las naciones es hoy más interdependiente que antes. Además, "si hay una cosa que hubiéramos debido
aprender en las últimas décadas, es que todos los problemas sociales y políticos estén entretejidos, que
la energía, por ejemplo, afecta a la economía, la cual, a su vez, afecta a la salud, la que a su vez, afecta a
la educación, el trabajo, la vida familiar y otras mil cosas. El intento de tratar por separado problemas
nítidamente definidos, aisladamente unos de otros —fruto de la mentalidad industrial—, no hace sino
crear confusión y desastre. Sin embargo, la estructura organizativa del Gobierno refleja con exactitud
este enfoque de la realidad propia de la segunda ola. Por otro lado otra razón que aporta el autor, es la
aceleración en las comunicaciones, que hace que las decisiones se tengan que tomar muy rápidamente;
y otro fenómeno que incide en esta obsolescencia, es lo que Toffler llama "el colapso del consenso",
que se da como consecuencia de la desmasificación de la vida política: ya no hay mayorías políticas. Por
todo esto, hay que inventar nuevas instituciones políticas.
Como la generación de los revolucionarios puros, nosotros tenemos un destino que crear. Para
esto es necesario alterar las estructuras, y lo primero es saber que en el Gobierno de la tercera ola la
minoría es lo que cuenta. Necesitamos nuevos procedimientos diseñados para una democracia de
minorías, métodos cuya finalidad es revelar diferencias, más que encubrirlas" con mayorías disfrazadas,
forzadas o ficticias, basadas en la votación excluyente, la sofística cuadriculación de los problemas, o
manipulados procedimientos electorales. Necesitamos, en suma, modernizar todo el sistema para
fortalecer el papel de las diversas minorías, permitiéndolas, no obstante, formar mayorías. Para esto,
habrá que prescindir de las anticuadas estructuras de partido, diseñadas para la segunda ola, e
"inventar partidos modulares temporales. partidos de quita-pon del futuro. puede que necesitemos
nombrar 'diplomáticos' o 'embajadores' cuya misión sea mediar no ya entre países, sino entre minorías
de cada país. Puede que necesitemos crear instituciones cuasi-políticas para ayudar a las minorías —
sean profesionales, sexuales, regionales, recreativas o religiosas— a formar y romper alianzas con
mayor facilidad y rapidez.
ANÁLISIS
En su libro 'La Tercera Ola' Toffler introduce un concepto de ola que engloba todas las consecuencias
biológicas, psicológicas, sociales y económicas que se derivan de cada una de las civilizaciones
verdaderamente distintivas.
Dentro de estas civilizaciones describe:
Por supuesto no puede ignorar los problemas, retos, amenazas, oportunidades que en los escenarios
actuales se presentan, más cuando la Globalización se torna cada vez más dinámica, en donde los
grandes bloques económicos, alianzas, incentivan su productividad, dándole paso a la creatividad,
innovación, generando el nuevo paradigma administrativo, que requiere que los profesionales de la
administración- nuestro caso- se identifiquen con la actual sociedad del conocimiento, se preparen, se
capaciten a fin de interpretar cuáles deberán ser las estrategias a definirse, así como las tácticas a
utilizarse si se quiere ser competitivo, si se pretende conquistar o mantenerse en los mercados.