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PIEZA EN UN ACTO
VICENTE LEÑERO
Personajes
PORTERO JOEL
Lugar de la acción
Portería de un campo llanero de fútbol, en la ciudad de México. Sólo se alcanza a ver una
fracción del área penal, donde el Portero se mueve siguiendo las evoluciones de un partido de
fut en el que toma parte y que se desarrolla -durante el tiempo de acción de la pieza- en el
campo contrario casi siempre: de la media cancha hacia el área y la portería del equipo rival.
La portería que cuida Portero tiene una vieja red, mal colocada y semidestruida. Atrás de ella se
alcanza a ver parte del baldío sobre el que está desplantado el campo de fut; quizás hay algunas
gradas en mal estado que nadie ocupa.
Portero viste uniforme de fut, muy desgastado. Lleva una sudadera sucia, medias viejas,
zapatos con tacos, rodilleras. Sólo su mano izquierda está cubierta por un guante de portero,
también en mal estado.
(Cuando la luz se enciende, PORTERO acaba de despejar el balón con la mano, hacia la
media cancha. Acciona mientras grita a sus compañeros.
[Durante toda la obra, PORTERO no dejará de emitir, a intervalos, frases más o menos
inconexas, expresiones de molestia o ansiedad: siempre con la vista hacia el campo que
tiene enfrente, hacia el partido, y en actitud de vigilancia ante un posible ataque].)
(PORTERO sigue con la vista el partido. Muestra ansiedad. Sus cambios de posición, a lo
largo de la portería, denotan la dirección por donde puede venir un ataque. Durante todo
el tiempo se escuchan gritos aislados y de cuando en cuando el silbato del árbitro. Ruido.
Polvo que se levanta en el área penal. Las campanadas lejanas de un templo, llamando a
misa... )
(Por fuera del terreno de juego, caminando muy cerca de la línea de córner,
llega JOEL. Tiene aire de obrero y parece crudo. Lleva en la mano una cerveza de bote de
la que bebe, a intervalos. Avanza muy despacio mirando apenas hacia el partido. Se
detiene frente al palo derecho de la portería, donde se quedará todo el tiempo: apoyado
sobre el palo, bebiendo su cerveza.
Portero tarda en reparar en la presencia de JOEL, atento como está a las evoluciones del
juego que por momentos no representan amenaza alguna para su portería.)
JOEL: Quihobo compadre.
PORTERO: (Distingue a JOEL.) Ah, qué pasó contigo. Dónde andabas.
JOEL: ¿Cómo van?
PORTERO: Cero cero.
JOEL: ¿Primer tiempo?
PORTERO: Los traemos fintos, pero estos pendejos no tiran a gol ni a chingadazos...
Míralo. ¡Míralo, buey! (Pausa.) ¡Faul!... ¡Ey, señor árbitro, ése fue faul! ¡Faul!...
¡Faul!... (A JOEL.) ¿No viste? Qué bruto.
JOEL: Se dejó caer, que no me chingue.
PORTERO: ¡Faul, señor árbitro!... Hijo de su puta madre, no marca nada... ¡Vendido!
¡Árbitro vendido! ¡Ratero! (A media voz.) Cuánta lana te dieron, buey.
PORTERO: (A media voz.) Órale, buey. Órale... Ahí la tienes. ¡Centra, con un carajo!
Centra. ¡Centra ya!... No te digo, estos cabrones hacen todo, menos tirar a gol.
(Silencio.)
JOEL: ¿Por qué te cortaste, compadre?
PORTERO: ¿Cuándo?
JOEL: Nos dejaste prendidos.
PORTERO: No podía.
JOEL: La Güera quería contigo.
PORTERO: Tenía partido, ¿no ves?
JOEL: ¿Esto te parece partido?... Con la Güera puestísima...
PORTERO: Pinche Güera, nomás me la hace de tos.
JOEL: Quería contigo ayer. Andaba caliente.
PORTERO: Siempre es igual. A la hora de la hora, nada.
JOEL: Ayer quería contigo.
(Silencio. PORTERO se concentra en el juego. Parece que los contrarios amagan. El
posible ataque no prospera. Se aleja el peligro.)
PORTERO: Muy bien, Pelón. Así... ahora sobre ellos. ¡A la derecha! ¡Ramiro está
solo!
JOEL: En el Torito nos estuvimos hasta la una. De ahí nos fuimos al Capulín.
PORTERO: ¿Tú y la Güera?
JOEL: Los cuatro. También el Chano y la Toña... Estuvimos bailando... pura salsa. Bien
animado que se ha puesto ese changarro, ¿vas a creer?
PORTERO: (Preocupado por el partido.) Pérame... Ahí están otra vez estos cabrones... Puta
madre.
(PORTERO acciona moviéndose en la portería, encorvándose a ratos, como dispuesto a
lanzarse para una atajada. Transcurre el peligro.)
JOEL: Me lleva la chingada, qué malos son. Aquéllos y ustedes, no hay a cuál irle... Estabas
mejor con los de la Llantera. Ésos sí la movían...¡Mira nomás! ¡Qué pendejos! ¡Pendejos!...
Tienen la puerta abierta, y el pasesito.
(JOEL reacciona de pronto ante un posible ataque. Advierte a PORTERO, que parece
distraído.)
JOEL: ¡Aguas!
PORTERO: Te la cogiste.
JOEL: Aguas, buey.
(Desde la cancha, como en un tiro de media distancia, el balón cruza el campo como una
ráfaga y se clava dentro de la portería. PORTERO se estira para atajar el balón, pero es
inútil. El balón entra y choca contra la red. Se escuchan gritos de Gol, gol, y otros,
ininteligibles. PORTERO está tirado al pie de la portería, vencido. No se levanta. No
quisiera levantarse jamás.)
OSCURO FINAL