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Muchas gracias por ser como eres

Prólogo

“Muchas gracias por ser como eres”:


vicisitudes, pliegues y repliegues de un insumiso
en las condiciones esclavistas del empleo contemporáneo

María Isabel Cabrera Manuel

“El ocio es el padre de


todas las virtudes todos los vicios”

El presente fotolibro da cuenta de un proyecto que, tal como el tema que trata, es un proyecto de vida.
La narrativa que en él nos presenta Leonardo Barrera es tanto un recorrido por los espacios en los que
su mano de/y obra han confluido, como una especie de time lapse que nos habla de una existencia y
de un proyecto que se desenvuelven de manera constante, mostrando una de las caras menos gratas
pero más inevitables de la vida contemporánea: la situación laboral.
Si bien mucho se ha escrito y dicho sobre las condiciones laborales que privan en nuestros días
y su carácter alienante, en el presente proyecto nos encontraremos con una perspectiva diferente del
problema. La forma que reviste a este fotolibro tiene un enfoque particular, que busca poner el dedo
en la llaga acerca de las situaciones en las que un individuo se ve inmerso en su odisea para ganar el
pan de cada día; así, esta propuesta habla menos del aspecto macro del tema del trabajo, deja de lado
la jerga legal o las cifras para centrarse más en el universo de lo micro, sin el que la “superestructura”
no se sostendría: la cara del empleado, del individuo que se construye al interior de los espacios y
las condiciones de trabajo, de los sujetos que mediante el acato o desacato de la normativa laboral,
perfeccionan y dan vida a esa maquinaria que se alimenta de las suyas a cambio de sueldos paupérri-
mos, mermas y un “Muchas gracias por ser como eres”.
Es realmente lamentable darnos cuenta que, en un Curriculum vitae también conocido como
“Hoja de vida”, realmente no encontramos -y no necesariamente porque no existan o no tengan in-
terés- otros hechos de la vida que no sean los relativos a nuestro desempeño laboral. Incluso aquellos
aspectos que no hablan directamente de los “puestos” que hemos desarrollado (que en la más insana
ergonomía laboral son más bien posturas a las que nos hemos sometido), como la formación o nues-
tro estado civil, son datos que se leen en clave puramente utilitaria para el mundo laboral: qué ayuda
o qué estorba para que seamos candidatos a un empleo determinado. Así abordaremos en el presente
texto la mano de/y obra en cuestión.
El trabajo de Leonardo Barrera se ha caracterizado por el sentido crítico pero humorístico
que conjuga con un uso poético de la imagen. El sarcasmo y la ironía son recursos tan presentes en su
obra como la calidad con la que el artista la presenta y acompaña. Su incipiente carrera es una muestra
consistente de un trabajo creativo que se ha ido caracterizando por la forma en que traduce un estado
del ser determinado en imagen, su conocimiento de la fotografía y su tendencia a arremeter lo mismo
contra la industria de consumo que contra la industria cultural. Barrera cuenta con una amplia expe-
riencia en el terreno de la fotografía, pues ha desarrollado proyectos que demuestran su conocimiento
del medio, que domina tanto en los aspectos más técnicos como en el campo más experimental, lo
que le ha permitido desarrollar un estilo que pone a dialogar lo efímero de la cotidianeidad con el
montaje propio de la composición artística, que reviste lo más habitual de un carácter poético que
trasciende por diferentes vías la esfera de lo meramente individual.
Para el presente proyecto, el uso de la fotografía le ha dado al trabajo un enfoque realista
y cuasi documental: encontramos en él momentos equiparables a la anécdota que lo dotan de un
carácter de veracidad, de un nivel de irremediable realidad que lo mismo funciona como un arma
para justificar la obra, pero que a la vez da cuenta de su resultado tragicómico. La metodología,
desarrollada a manera de registro, no sólo se limita al trabajo propiamente fotográfico, sino que se
extiende al campo del testimonio, la recolección de evidencia, el trabajo con las formas, los recursos
y los materiales propios del contexto en que nos va situando. A la vez, encontramos en la obra gestos
precisamente calculados, momentos que han sido preconcebidos y un montaje performático que nos
hablan cada vez más mientras avanzamos en la narrativa, de una intención definida, que se amalgama
y reafirma a través y a pesar de las condiciones azarosas que dan vida al proyecto.
Al tratarse de un trabajo con carácter biográfico, no podemos evitar encontrar el recurso del
autorretrato. Al respecto, Leonardo Barrera acude tanto a la tradición artística como al terreno más
secular de la imagen. Encontramos en el fotolibro autorretratos que nos remiten a la imagen corpora-
tiva, que se mofan de la imagen publicitaria, o que se valen de la fórmula de la selfie, versión de la au-
torrepresentación que se reproduce hasta el hastío y de las maneras más absurdas en las redes sociales,
que también tienen parte en el proyecto. A la vez, encontramos en dichos autorretratos momentos
en los que se dialoga con la imagen cinematográfica, otros en los que estos evocan al retrato al estilo
renacentista, o aquellos que sugieren versiones conceptualmente más contemporáneas, elaboradas de
manera cercana a los montajes de Cindy Sherman.
Lo anterior tiene un objetivo: la re-creación de la experiencia laboral, de esos modernos es-
pacios de encierro en los que el individuo se convierte en cifra, en un elemento dispuesto al adiestra-
miento y la renuncia de la personalidad como fundamento indispensable para la glotonería de la ya
de por sí engrosada maquinaria capitalista. Desde el uso del uniforme, pasando por las políticas de
contratación, hasta la asimilación e interiorización del ideal de empleado, hay lugar para la humil-
lación, el desgaste físico y emocional, la “sana” competencia entre empleados, la merma y el robo, los
consejos moralizantes y las jerárquicas relaciones humanas. Todo ello bajo el techo omniabarcante de
los Best places to work y un celular o la lente para dar fe.
Sin embargo, aun cuando es en la corporación donde la asimilación satírica del drama
laboral inicia y toma forma, no es su único objetivo. Fiel al espíritu crítico, Barrera sabe distinguir las
claves que ha ido descifrando en lugares con una vocación aparentemente contraria a la de los centros
laborales. No se trata de una fijación, sino de la sensatez para apreciar que las estrategias del poder
que modelan y dan forma a las subjetividades en los modelos de explotación contemporánea no se re-
cluyen en espacios definidos, sino que se expanden y reproducen hasta tocar la fibra más sensible del
individuo. Si las tareas de atención al cliente, la mirada del supervisor, los manuales para el empleado,
los incentivos o penalizaciones no han logrado forjar un buen empleado, un ser dócil, obediente,
derrotado y entusiasta a la vez, para eso está la institución cultural. Las políticas y los fondos para
la cultura nos mostrarán, finalmente, que ya Hegel había dicho que la producción es inherente a la
esencia humana y que para que el arte sea tal hay reglas ad hoc; no hay que preocuparse demasiado,
más vale atender a las sugerencias de alguien verdaderamente importante, renegar de lo que se ha
mal-hecho o mal-dicho, trabajar más duro y poner la otra mejilla.
Siendo esta la situación, podemos darnos cuenda de que el proyecto que compone el presente
fotolibro no busca dar una mirada edificante ni solución al estado de cosas que recrea. Se alimenta del
desencanto, de una sensación de laberinto sin salida, de batalla siempre perdida que se afronta con el
ánimo trágico pero potente del antihéroe. De la sonrisa entusiasta e ingenua de los primeros empleos,
hasta el burnout como resultado del puesto más ingente, vemos en las imágenes y elementos que
componen al proyecto una reflexión que crece, que al ir actuando con y sobre los medios comprende
su funcionamiento, que al desvelarlo, no pretende eliminar su cariz más amargo, aunque es justo por
ello que la mano de/y obra de Barrera muestra su valor.
Así, en las siguientes páginas nos veremos irremediablemente arrastrados a hacer un check-
in junto con el autor, que lo mismo nos llevará a los lugares reservados para “personal solamente”
que nos develará lo que se oculta detrás de la supuesta transparencia de las vitrinas y sonrisas de los
empleados de mostrador, todo antes de vernos obligados a sumarnos a las huestes del desempleo una
vez que el fotolibro nos despida o simplemente renunciemos. Cualquiera de las dos alternativas da lo
mismo, no hay compensación que valga que no sea otra que la dignidad que Leonardo Barrera nos
presenta a través de su manejo de la crítica lo mismo que el humor. Con ellas no se hará oficio, pero
sí la resistencia.

Arbeit macht frei

Aguascalientes, Ags.
Octubre de 2016.
Bienvenido a Starbucks. Nos complace recibirlo como miembro del equipo.
Usted fue contratado por sus habilidades, capacidades y conocimientos únicos
que puede aportar a Starbucks. Usted es la persona con la que los clientes inter-
actuarán día a día. Debe asegurarse de que reciban un producto de calidad, un
servicio excelente y luego se vayan completamente satisfechos.

Manual Barista
Desde el momento en que se ponga su delantal el primer día, usted comenzará
a tener impacto en los demás partners, los clientes y nuestra empresa. Todos
los empleados de Starbucks son considerados partners, pues cada uno es un
miembro valioso de la empresa.

Manual Barista
Siempre pregúntese: ¿Me encuentro en el mejor lugar posible para atender a los
clientes?

Manual Barista
Ahora tómese un momento
para preguntarse el qué lo motivó a trabajar en Starbucks.

Manual Barista
La autoestima es la sensación de encontrarse bien, ser aceptado y aceptable.
Cuando las personas se valoran a sí mismas y se sienten valoradas por otros,
tienden a trabajar de manera más efectiva como equipo. La autoestima positiva
contribuye a nuestra capacidad de pensar claramente cuando interactuamos
con otros.

Manual Barista
¿Cuánta espuma debe llevar un Cappuccino?

Manual Barista
El barista posicionado frente a la cafetera debe girar su rostro hacia el partner asignado en caja,
quien al mismo tiempo que el otro, harán un estiramiento de brazo para conducir el vaso del
cliente de un lugar a otro. Una vez a manos del barista, éste deberá dar un paso largo hacia
atrás, encorvar la espalda, estirar nuevamente el brazo para abrir el refrigerador que yace bajo
la cafetera; flexionar sus piernas de modo que el peso repose en ambos metatarsos, facilitan-
do así su regreso, y tomar un cartón de leche. Después realizar esta misma acción al revés para
regresar a la posición inicial. Entonces deberá tomar las tijeras que yacen sobre la barra y cor-
tar, con cualquiera de sus manos, un triángulo que permita el flujo rápido de la leche hacia la
jarra que, al mismo tiempo que la ubicaba con la mirada, logró regresar las tijeras a su lugar y
tomar con su mano libre del objeto anterior, la jarra que contendría la leche. Al mismo tiempo
que la leche es vertida en una inclinación de 180º al interior de la jarra, este deberá ir bajando el
nuevo contenedor de leche hasta posicionarlo sobre la barra, de este modo su mano izquierda
o derecha, podrá tomar la lanceta de la cafetera para rotarla hacia afuera e introducir la jarra. Una
vez en contacto, deberá sostener la jarra durante determinado tiempo, esto lo define la máqui-
na: si es para cappuccino, ocho segundos con la punta de la lanceta a punto de perder contacto
con la leche, de este modo se espuma; si es para latte, cinco segundos con la punta de la lan-
ceta totalmente cubierta. Mientras transcurren estos segundos, deberá programar la máquina de
espresso con la mano que abandonó el cartón de leche sobre la barra. Así, el tiempo de prepa-
ración de ambos es el de uno solo. Ahora, al pasar los ocho o cinco segundos, el empleado po-
drá reposar la jarra en la barra que de igual forma, sostiene otros dos vasos que en ese momen-
to reciben la caída de los espressos. Durante este proceso, el empleado debe esperar alrededor
de veinte segundos para finalmente mezclar en el vaso ambos líquidos, tiempo “libre” que de-
berá emplear en girar su rostro hacia el partner asignado en caja, quien al mismo tiempo que
el otro harán un estiramiento de brazo para conducir el vaso del cliente de un lugar a otro...
La Experiencia Starbucks comienza
al experimentar un sentido de pertenencia hacia nuestra tienda
y nuestra empresa.
Usted desarrollará este sentimiento de manera natural
en la medida que vaya conociendo la empresa
y a sus partners de la tienda.
También lo obtendrá al establecer un compromiso con lo que ha aprendido durante la capacitación
y con el nivel de servicio que se compromete a ofrecer a nuestros clientes.
El sentido de pertenencia es muy importante
para el éxito de todos.

Manual Barista
¿Por qué es importante decir gracias?

Manual Barista
Rock & Brews

For travelers flying in and out of Los Angeles International Airport (LAX),
Rock & Brews opened its first airport location at LAX’s Delta Terminal 5 in Oc-
tober of 2013. Designed to be the prototype for future airport expansion, Rock
& Brews LAX immediately enjoyed overwhelming success, inviting travelers to
celebrate the wait for their flights with quality American comfort food, a full bar
featuring a vast collection of international and craft beers, and music to soothe
their souls, all in a vibrant rock-inspired environment. For travelers wanting to
rock out on the go, Rock & Brews LAX also offers “Grab and Go” service.
Aprendiendo a servirte

Debieron transcurrir más de dos décadas para ser útil. Útil para la Cadena
Comercial Oxxo, S. A. de C. V., como lo indica el pin que recibí el 9 de sep-
tiembre de 2015, cuando firmé contrato laboral para desempeñar el altísimo
puesto de ayudante de tienda. <<Aprendiendo a servirte>>, decía el pin con
dos empleados caricaturescos que portaban en su uniforme el mismo pin que
yo. Yo, que estaba en proceso de servir. Este trabajo de producción fotográfica
se sirve de esta idea.
Luego de dos semanas de optimismo laboral en Oxxo, descubrí mi ros-
tro en uno de los personajes del pin, “Siempre listo, siempre ahí”, sirviendo, jor-
nada tras jornada, mi propia caricatura. Fue entonces cuando decidí abandonar
el trabajo para retornar a mi condición de inservible, pues según Oxxo solo se
sirve en el trabajo ajeno.
Agradezco a cada uno de los empleados con quienes tuve la oportuni-
dad de servir por nada. Así como a los ayudantes de tienda que hicieron posible
este trabajo que se muestra ante ustedes. Me sirvieron, pues.
Protocolo de servicio

Para ofrecer un buen servicio a mi cliente:

1.- Saludo, soy amable dando prioridad para atenderlo.

2.- Solicito apoyo para abrir caja adicional cuando hay más de tres clientes en
fila o si estoy cobrando un servicio.

3.- Pregunto si quiere redondear.

4.- Menciono el dinero que recibo, así como el cambio que entrego y doy ticket.

5.- Agradezco su compra y/o lo invito a regresar y/o lo despido.


Siempre listo
Siempre ahí
Encargada de recursos humanos:

“Hola Leonardo te hablo de Walmart Oriente. ¿Si te dijeron cuando vas a venir
a firmar tu contrato? Mira, vendrías el próximo lunes 12 de octubre a las nueve
de la mañana. Del cabello, debe de estar cortito, largo no. No puedes traer barba
ni bigote”.
“¿Recuerdan la vida del queso?”
La Teresa García, supervisora de alimentos.
“Todos tenemos una vida aparte de Walmart”.
Director general
Director general: ¡Buenos días!

Director general: ¿Cómo nos sentimos hoy?

Ambos: Una, dos,


Ascos: ¡Buenos días!

Ascos: ¡Hidrocálidos, uf!

tres: Squeeze.
“No crean que todo es de color rosa. Habrá tensión y puntos de vista diferentes”.
Director general
“... si cuidamos la merma, Walmart nos cuida a nosotros”.
Modatelas

A finales de marzo de 2016, entré a trabajar en una de las sucursales de Mo-


datelas, en el estado de Aguascalientes. Luego de tres días de haber firmado
contrato laboral, la encargada de tienda me regresó a casa. Según ella, los encar-
gados de recursos humanos nunca autorizaron mi alta en el sistema, por lo que
estuve trabajando sin seguro social, lo cual, según la alta gerencia, convertía a
la encargada de tienda en la responsable de cualquier accidente que me pudiese
acontecer. En fin, la encargada de tienda, espantada entre las telas, me explicó
que no podía seguir trabajando, luego añadió que el motivo de mi contrato fue
debido a que un empleado de la plantilla laboral prometió renuncar los pró-
ximos días para firmar contrato laboral en Cadena Comercial Oxxo, y, como
nunca lo citaron, se vio obligado a permanecer en Modatelas. Cuando conocí a
este empleado le hice saber que yo había trabajado en Oxxo, y que, de todos los
empleos que he tenido, este había sido el mejor de los mejores.
Durante estos tres días de “contrato laboral” en Modatelas, logré trabajar
por/para nada. Entonces, cuando la encargada de tienda me pidió que desapa-
reciera, le supliqué, humildemente, que me facilitara el cartón que yacía sobre el
techo de la sucursal. Nunca le expliqué el motivo por el cual lo necesitaba, pero,
dada la situación en la que me encontraba, seguramente imaginó que era para
obtener dinero a cambio y sobrevivir en lo que hallaba otro empleo. Entonces
me permitió subir al techo, y, debido a que los empleados no soltaban la tijera
para hacer otra cosa que no fuese cortar tela, acudí a alguien más para que,
desde el exterior, hiciera una serie de fotos, en la que, para complacer los deseos
de la encargada de tienda, desaparezco entre listones y telas rojas que simulan
sangre, mismas que adquirí luego de bajar alegremente del techo. Esta serie va
acompañada de una paleta de colores según la mercancia de la empresa. En el
políptico encontramos mi muerte y los colores que contiene dicha paleta.
Hotel Francia

En abril de 2016 ni siquiera firmé contrato laboral en el Hotel Francia -y la en-


cargada de tienda de Modatelas no estaba para presenciar un accidente-. Me
capacitaron una hora sentado frente a un ordenador. Seguido de esto, me entre-
garon una pluma, una comanda, un mandil, un chaleco y una asfixiante camisa.
Lamentablemente sólo permanecí tres días en este empleo porque, después de
la fiesta en la terraza, la Sirena, la hambrienta de recursos humanos, el pin para
servir, sin barba ni bigote, el cartón y la paleta con sabor amargo, todo me resulta
insoportable.
Pero ya emprendí nuevamente mi búsqueda laboral, esta vez dando ese plus
para servir con más optimismo, responsabilidad y, sobre todo, ganas de trabajar.

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