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¿Qué puedo esperar?

filosofía de la historia y de la religión:

 Ante esta cuestión, la esperanza versa sobre aquello que aún no es, así, abre
la dimensión del futuro, es decir, la historia.
 Dicha pregunta viene a prolongar la del deber moral.
 Esta pregunta versa sobre la posibilidad de que lo que debe ser se haga
alguna vez realidad.
 Tarea de establecer un nexo entre la naturaleza y la moral. Entre lo real y lo
que debe ser.
 Dicha mediación se aborda desde el conocimiento.
 Dado que la praxis ofrece dos aspectos la pregunta por lo que se puede
esperar se divide en dos áreas:
 1) la filosofía de la historia investiga la esperanza de la libertad externa, a
saber, el derecho.
 2) la filosofía de la religión investiga la esperanza de la libertad interna, a
saber, la moralidad.
 Ambos son modelos complementarios.
 Ambas investigaciones poseen una dimensión práctica, no amplían el campo
del conocimiento, y sus objetos poseen una realidad práctica.

1. La historia como progreso jurídico:


 Kant no somete a la experiencia histórica a una crítica sistemática.
 No le otorga a la historia la misma importancia que al conocimiento objetivo
y a la conducta moral.
 Hay una suerte de “crítica de la razón histórica” dispersa en sus escritos.
 Kant no desarrolla en su filosofía de la historia una metodología de la ciencia
histórica, sino que sugiere la posibilidad de contemplar la historia como objeto
de la filosofía práctica.
 En definitiva, no desarrolla una historia empírica (historiografía).
 Kant se ocupa de la historia en tanto que interesa al hombre como ser
racional práctico, se pregunta en qué condiciones no empíricas aparece la
historia como algo racional y dotado de sentido (esto no lo pueden contestar
las ciencias históricas empíricas).
 No obstante, Kant se encuentra ante un panorama desolador, carente de
sentido. La historia es observable como una trama de necedad, en la cual las
guerras destruyen lo bueno y corrompen las costumbres.
 Ante ello, Kant se pregunta si aun así es posible descubrir algo de sentido en
la historia de la humanidad. Por consiguiente, reflexiona sobre el comienzo
(hipotético) y el fin de la historia universal (idea práctica).
 En esa misma línea, Kant desarrolla una lectura del relato bíblico,
interpretando ahí los primeros pasos de la libertad.
 En el paraíso el hombre es un “ser natural”, el cual posee dicha pero carece
de libertad.
 En su primer intento de libre elección, el hombre descubre en sí la libertad
(es decir, que no está determinado).
 La historia natural comienza con el bien y la de la libertad con el mal
(liberación del instinto).
 Kant al igual que Rousseau cree que hay una oposición entre cultura y
naturaleza, y que la primera es una caída. No obstante, para Kant dicha caída
es necesaria para desarrollar las diversas disposiciones y fuerzas del
hombre, posibilitándose así la cultura.
 El curso de la evolución desde sus inicios, desde el paraíso y el pecado
original constituye la historia de la humanidad.
 Esa trayectoria adquiere sentido cuando lleva desde el estado original de
naturaleza pura al de plena libertad.
 Al igual que en Hegel la filosofía de la historia es una de los progresos de la
libertad.
 La historia debe progresar hasta llegar a una convivencia de los hombres
dentro de la máxima libertad externa, de modo tal que puedan desarrollarse
las fuerzas humana plenamente.
 Dicha convivencia se realiza en el derecho que pone fin al despotismo y la
barbarie.
 El sentido de la historia es la fundación de estado de derecho y una
convivencia entre ellos hasta que se forme una comunidad pacífica de
dimensión planetaria (paz perpetua).
 Bajo esta mirada, el progreso es entendido como un desarrollo en dirección
hacia lo mejor.
 Kant rechaza la idea de un progreso sostenido en una capacidad ilimitada de
la razón.
 Rechaza la idea de la historia universal en la cual se realicen todos los
intereses y anhelos de la humanidad.
 Kant limita el progreso hacia la “justicia política”, al predominio del
derecho en el ámbito nacional e internacional.
 Siendo la historia una serie de acontecimientos externo, no puede haber en
ella un progreso de la conciencia moral que es interna, sino sólo cabe esperar
el progreso externo en el establecimiento de relaciones jurídicas orientadas
hacia la “paz perpetua”.
 Hay tres posibilidades en la evolución histórica: 1) progreso 2) constante
caída (que terminaría con la aniquilación total) 3) que todo permanezca igual.
 Ninguna de estas vías es demostrable especulativa o teóricamente.
 Sólo resta la posibilidad de un saber práctico a priori de la historia, en
definitiva el progreso jurídico posee naturaleza práctica, es una idea
regulativa.
 Al ser la historia la historia del progreso jurídico se descarta la carencia de
sentido, pues loable convivir de acuerdo a principios racionales.
 El progreso es obra de la naturaleza humana.
 Ante esta escena, Kant introduce el concepto de teleología, a saber, el hecho
de que toda tendencia natural está inclinada hacia un fin.
 En esa dirección, las tendencias racionales del hombre sólo se desarrollan
en la humanidad (al margen de nuestros planes).
 Adicionalmente, existe en el hombre una suerte de “sociabilidad insocial” la
cual genera resistencia y ello despierta las fuerzas del hombre (surgiendo así
la cultura y el arte).
 Dicha cuestión hace imposible una erradicación total de las guerras.
 En síntesis, el progreso jurídico depende de la aspiración a formas de estado
más justas.

2) La religión de la razón práctica:


 Kant siguiendo a la ilustración considera a la filosofía de la religión como una
prolongación de la filosofía moral.
 Así, la religión consiste en el reconocimiento de nuestros deberes como
mandatos divinos.
 De acuerdo a “Crítica de la razón pura”, Dios ya no es un objeto del
conocimiento, sino del esperar con base filosófica.
 En definitiva, él es un postulado de la razón práctica pura, siendo una
afirmación válida para todo ser con capacidad moral como el hombre.
 La religión es una consecuencia de la moralidad, la razón práctica se
pregunta por el fin último, o más bien, por el sentido de la acción autónoma,
el cual es el bien pleno.
 En esa misma línea, la moralidad se funda en el concepto de un ser libre que
se compromete a observar ciertas leyes incondicionales.
 El bien pleno ve en la existencia de Dios y en la inmortalidad del alma sus
presupuestos necesarios.
 Ambos son postulados de la razón práctica pura, vale decir, objetos
necesarios para la posibilidad del bien pleno y para dar un sentido a las
pretensiones de la razón práctica.
 Su aceptación depende de la esfera cognitiva, empero poseen una existencia
avalada prácticamente, es decir, mediante la realidad de la ley moral.
 Dado que el hombre está sometido a la ley moral, la razón le impone creer
en la inmortalidad del alma y en la existencia de Dios (sus condiciones):
objetos reales del mundo moral.
 Kant considera que la felicidad es un elemento necesario de la ética, mas no
su fin, ya que éste consiste en la virtud como moralidad.
 La virtud significa el bien pleno, mas no necesariamente el supremo.
 El bien pleno consiste en la coincidencia de la felicidad con la moralidad
(felicidad merecida).
 El bien pleno es objeto de esperanza, no se puede pretender este, pues
contradeciría la esencia de la moral (no haría el deber por en razón del
deber).
 La condición del bien pleno es la virtud, es decir, la adecuación total de la
conciencia con la ley moral.
 Eso es la santidad, inaccesible para un ser racional del mundo sensible.
 Como la santidad es una exigencia práctica, sólo puede alcanzarse con un
progreso indefinido, el cual es posible bajo el supuesto de la inmortalidad del
alma.
 Kant prolonga indefinidamente el combate moral de este mundo (progreso
indefinido).
 Lo problemático es saber si el proceso de moralización efectivamente otorga
aquello que debiera conferir.
 La existencia de Dios es necesaria, pues es necesario que exista un
legislador moral supremo que sostenga la esperanza del bien pleno.
 La oralidad conduce necesariamente a la religión, prolongándose en la idea
del legislador en cuya voluntad está esa finalidad última de la creación, que
debe ser también la del hombre, a saber, la santidad.
 Ésta a su vez es condición necesaria para el bien pleno.
 Kant distingue entre bien pleno (en el que puedo tener fundadas las
esperanzas) y práctico, el cual se debe realizar mediante el esfuerzo
personal.
 El ámbito de la religión es más extenso que el de los postulados de la razón
práctica, por ello no basta con los principios morales, sino que también debe
recurrirse a la experiencia de la naturaleza humana, la cual posee
disposiciones buenas y malas.
 Una teoría filosófica de la religión debe mantenerse dentro de los límites de
la razón, sin afirmarse con ello que toda religión emane de la razón.
 Kant arranca de la posible unidad de la teología filosófica y la teología bíblica,
guiado por la hipótesis de una coincidencia entre revelación y razón pura.
 El ejercicio hermenéutico kantiano entiende las afirmaciones bíblicas como
proposiciones morales acerca de la naturaleza humana, la cual posee tanto
disposiciones buenas como malas.
 Así la religión cristiana pasa a ser religión natural aun siendo revelada, a la
cual los hombres pueden y deben llegar mediante el uso de la razón.
 Primera parte: el pecado original: el mal se encuentra en todo el género
humano puesto que el hombre es un ser libre.
 El hombre es radicalmente malo, posee una tendencia natural a hacer de las
inclinaciones naturales su última motivación.
 Así el hombre se enfrenta a la ley moral.
 Dicha rebelión contra la ley moral se denomina maldad, o sea, la tendencia
a adoptar máximas perversas.
 Como la maldad es congénita, se requiere para su superación no sólo una
mejora en las costumbres, sino un cambio radical en las actitudes internas.
 La teoría del mal radical tiene relación con la naturaleza del hombre como
ser racional finito.
 La libertad en el él incluye fatalmente la realización del mal.
 El reconocimiento del mal con la inclusión del sufrimiento inocente es un
problema religioso ¿por qué un ser omnipotente permite el sufrimiento del
inocente?
 Kant sitúa el origen del mal en la libertad y ve en ella la posibilidad de
superarlo.
 Segunda parte: lucha del principio bueno contra el malo en el hombre.
 Existe un modelo excepcional para el triunfo del bien, el ejemplo de moralidad
pura, la idea del bien hecha persona (Cristo).
 Tercera parte: triunfo del principio bueno: invitación al abandono del estado
ético natural (guerra de todos contra todos).
 El estado natural se supera mediante una comunidad donde a diferencia del
derecho coercitivo, se reconocen leyes morales como exentas de coacción.
 Y como las leyes morales pertenecen a la realidad interior, no son
competencia del legislador judírico.
 Por ello el legislador no es el de la comunidad jurídica del derecho.
 Por otra parte, las leyes éticas no pueden ser el simple mandato de una
autoridad, pues sino serían coercitivas y pasarían a ser leyes jurídicas.
 Por ello el legislador ético es alguien que debe presentar los deberes morales
como suyos, el cual es Dios.
 Así, sólo se puede concebir una comunidad ética como un pueblo sometido
a mandamientos divinos, a saber, las leyes morales de Dios.
 Dicha comunidad al versar sobre una realidad interior, es decir, la moralidad
no puede ser empírica.
 El reino de Dios es la comunidad invisible, la comunidad de hombres de
buena voluntad.
 Éste no está destinado a ser histórico, no se realiza mediante la justicia
política.
 Él no es la meta moral última, como lo es la “paz perpetua” en el ámbito
jurídico.
 Asimismo, atribuye a la iglesia visible una misión pedagógica, a saber,
representar de forma sensible la idea moral del reino de Dios.
 El fundamento de una verdadera religión son las leyes morales, ya que
gracias a ellas, está inscrita la voluntad de Dios en nuestros corazones.
 Ergo, la prioridad del reino de Dios se anuncia en la transformación desde la
mera fe en la iglesia hacia la fe puramente racional propia de la religión moral.
 Cuarta parte: primacía de la religión moral frente a las religiones guiadas por
el interés, las cuales se oponen a la autonomía, por tanto, son inmorales.

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