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COLECCION ESCAQUES A. SUETIN COMO DEBE JUGARSE LA APERTURA El primer problema que se presenta al ajedrecista principlante es, fundamental- mente, el planteamlento de la apertura. Se han publicado Infinidad de libros y mo- nografias espéclales para cada sistema de apertura, pero Intentar aprenderse de memoria las miles y miles de varlantes del tenebroso océano de las poslbllidades Inl- clales, es Improductlvo. y aun morboso. Con frecuencia se oye decir: «3Cémo Ju- gar la apertura? He lefdo libros sobre la teorfa y aprendido muchas varlantes, pero en cuanto estoy frente al tablero los re- sultados son tan distintos...» Nada es més clerto. El «empollén» se queda confundido con cualquier continuacién no prevista por la teorfa. Y es que el ajedrez, como cual- quler otra clencia, también esté sometido a los principlos de la I6glca, una légica cuyo conocimiento permite tamizar toda continuaci6n Inadecuada y estrechar el cfrculo de posibilidades en el curso de la partida. Es por ello que el gran maestro soviético SUETIN ha escrito este llbrito en el que nos ofrece las reglas formales para aprender dicha Iéqlca y facilita en gran ma- nera el trabajo de anilisis. Al confecclonar esta obra, su autor sa ha servido de la experloncla adquirida en el adlestramiento de los ajedrecistas princl- plantes de la Unién Soviética. Ha dedica- do una especial atenclén en prevenir de los ataques prematuros y falsamente atra- yentes en la apertura. En los eJemplos que expone para llustrar los yerros t{plcos, no s6lo ha hecho uso de las partidas de los maestros, como sucle haceree, sIno que ha Introducido varlos elemplos caracterfsticos del modo de jugar de los principlantes, cu- yo estudio evitaré los frecuentes errores que se realizan en la etapa Iniclal de la partida. Conflamos en que este trabajo de la es- cuela soviética ayudar4 a nuestros lecto- res a desentrafiar y asimilar el &rido mun- do de la teorfa de las aperturas. Cublerta de G. Mari ——— A. SUETIN COMO DEBE JUGARSE LA APERTURA Si usted desed estar informado de nuestras publicaciones, sirvase remitirnos su nombre y direccién, 0 simplemente su tarjeta de vi- sita, indicdndonos los temas que sean de su interés. Ediciones Martinez Roca, S.A. Dep. Informacién Bibliografica Gran Via, 774 08013 Barcelona A. SUBDPIN COMO DEBE JUGARSE LA APERTURA » ESCAQUES EDICIONES MARTINEZ ROCA BARCELONA COMO DEBE JUGARSE LA APERTURA A. Suetin Traduccién directa del ruso por Acustin Purs Revisién técnica por Jost M.* Juste Borreu © 1968 por EDICIONES MARTINEZ ROCA, S. A. Gran Via, 774, 7.° - 08013 Barcelona RESERVADOS TODOS LOS DERECHOS Este libro no puede ser reproducido en todo, ni en parte, en forma alguna, sin permiso Impreso EN EspaNa - PRINTED IN SPAIN ISBN: 84-270-0104-5 Depésito Legal: B. 41291 - 1989 Libergraf, S. A., Constitucié, 19, 08014 Barcelona EE EES t= INDICE Prologo ... -. ses Snails Bl cess . Pag. PRINCIPIOS FUNDAMENTALES Y PROBLEMAS DE LA APER- Espacio Importancia de las casillas ‘centrales | en ‘ia apertura Posicién del rey y de la dama. Los flancos . Linea demarcadora El tiempo .. ts é La wventaja’ del ipetnier riovindteditor! La movilizacién en la apertura ... . Operaciones activas en la apertura Las fuerzas combativas ... ... ... be ose oe Sey lever ane cost ait Cadenas de peones y Tada ae. ‘Geteneties nes Deficiencias estructurales de peones en la apertura Movimientos de pedn inoportunos . Accién conjunta de piezas y peones Transicién de la apertura al medio juego ... ... ... ... 2... Md Baebes Aplicacién téctica de la ventaja lograda en la apertura she ane Mantenimiento de una prolongada superioridad ... ... ... El ataque en la fase de transicién al medio juego . aes tan APERTURAS EJEMPLARES ... 20. 10. 5. cee see cee see cee cae eee 04s Apertura escocesa . Apertura italiana ... Defensa de los dos caballos . Gambito de dama ... ... ... ... ... Ejemplos prdcticos ... Apertura rusa . Gambito de rey ... Defensa Philidor .. Apertura espaiola . Defensa siciliana . COMO HAY QUE ESTUDIAR LA TEORIA DE LA APERTURA . PROLOGO Pe ae partida de ajedrez consta de tres fases: apertura, medio juego y Comiunmente, la primera fase, o apertura, se prolonga hasta el décimo o decimoquinto movimiento, en el transcurso de los cuales los oponentes movilizan sus fuerzas para la lucha, cuyo cardcter en el medio juego de- vende fundamentalmente del planteamiento de la apertura, la cual no es facil iniciar ni mucho menos y es el primer problema que se plantea al principiante. Con frecuencia, @ muchos aficionados con cierta experiencia se les oye decir: «¢Cémo jugar la apertura? He leido libros sobre la teoria < la misma y aprendido muchas variantes; pero en cuanto me siento frente tablero los resultados son tan distintos...» Se han editado muchos libros con miles de variantes que tratan de este asunto; sin embargo, intentar aprendérselas de memoria, es improductivo 4 aun morboso. El ajedrez es un juego muy complicado. El comienzo de la partida con su integridad numérica de piezas y peones ofrece un ingente niimero de posibilidades, Pero el ajedrecista estd sometido a los principios de la légica intrinseca, cuyo conocimiento permite tamizar toda continuacidn inade-~ cuada y estrechar el circulo de posibilidades que han de analizarse en el transcurso de la partida. Los principios generales de la contienda en este juego acttian desde el comienzo de la partida. Y los ajedrecistas, jugando desde dngulos de mira opuestos, someten a investigacidn distintas continuaciones. Lo curioso es que el ajedrecista profundiza mucho mds en una posicién dada al enfren- tarse con un oponente que cuando la analiza solo en casa. Las partidas realizadas en las competiciones no pasan inadvertidas. Y los ajedrecistas se sirven del alenguaje» internacional para tomar nota de ellas, circunstancia que permite luego hacer un estudio de las mismas; por ello, las ideas en este juego son transmisibles. Esto se refiere ante todo a la apertura, en la que muchas posiciones se repiten con frecuencia. Es ldgico que los métodos de lucha de uno u otro sistema se perfeccionen continuamente, En el proceso de investigacién se determinan planes estratégicos y se trata de hallar nuevas posibilidades; de ello surgen las llamadas variantes de apertura que unen la teorta con la prdctica, A medida que aumenta el ntimero de dichas variantes con ideas simi- Rive se crean sistemas, los cuales forman una apertura, partida, defensa, etcétera, No se debe, por supuesto, considerar la evolucién de la teoria de la apertura inicamente como una cuantitativa acumulacién de experiencia. 7 Los tedricos del ajedrez han necesitado mucho tiempo para poder formular las primeras generalizaciones con que crear variantes y sistemas. Y se han necesitado varios siglos para encauzar la enorme experiencia adquirida, eonocer los principios generales del juego en la apertura y formularlos. Ast es la fachada del desarrollo de la teoria de la apertura. Tras ella hay una lucha entre distintas ideas, tendencias y escuelas. El camino que va al descubrimiento de los principios del ajedrez es escabroso y atraviesa muchos errores. No se olvide que el ajedrecista puede contar con el éxito si tiene ini- ciativa, ataca y da pruebas de inventiva, Pues ya en los primeros movi- mientos de la partida se tienen tantas posibilidades, y no menos tenta- cio.:es, para manifestar toda suerte de tendencias al ataque. Al analizar las partidas realizadas por los maestros contempordneos, se advicrte fdcilmente su tendencia al juego de posicién. Para ellos tiene importancia la tipicamente profunda y previsora estrategia en la que las maniobras «encubiertas» y la defensa ficticia representan un importante papel, En otro tiempo se jugaba distintamente; la estrategia era menos perfecta y los oponentes procuraban desenvolver una contienda abierta y atacar al rey. Por ello, la teorla empezé a elaborarse con las llamadas aper- turas abiertas y particularmente los gambitos, que se originan después de 1. PAR, P4R. En este tipo de aperturas el juego en el centro se descongela, lo que facilita distintos ataques de piezas. Durante mucho tiempo hubo tendencia a operaciones activas desde los primeros movimientos en las aperturas abiertas y no se considerd debida- mente la evolucién de las piezas. Para sostener la continuidad en los ata- ques contundentes y arriesgados se sacrificaban piezas y peones ya al co- mienzo de la partida y era una cuestién de honor aceptar los sacrificios. Los métodos de defensa guesaran relegados a segundo término por la elaboracién de los principios del ataque. A principios de la segunda mitad del siglo xix se asesté el golpe defi- nitivo al atrayente, aunque no eficaz, juego complicado, En ello contribuyd el genial ajedrecista. Pablo Morphy, que en sus partidas mostré evidente- mente cémo desenvolver con precisién la partida en las aperturas abiertas; comprendio la importancia de la répida y conveniente movilizacién de las fuerzas combativas, relaciondndola estrechamente con el consiguiente ata- que al rey contrario. A partir de aqui, se vio claro que primero es necesario movilizar todas las piezas en virtud de determinadas reglas. El ataque puede tener éxito si las fuerzas combativas han evolucionado y actian conjuntamente. Desde entonces, la teorfa de la apertura se ha complicado mucho. El ajedrecista principiante ha de no aficionarse a las variantes que estén de moda, sino asimilar fundamentalmente los principios de la aper- tura y saberlos aplicar en la prdctica; esto es, enlazar la evolucién de las piezas con un plan activo. La concienzuda percepcién de dichos principios, formulados por el trabajo de muchas generaciones de ajedrecistas, no sélo ahorra fuerzas fisicas; también desarrolla la habitud a analizar. Al dar los primeros pasos por el ajedrez es necesario comprender que la lucha en la apertura es un lance légico y en ella no cabe el azar ni el aquizd». Si se dominan estos principios, el ajedrecista puede felizmente «gober- nar» un sinfin de variantes, [Viene a propdsito decir que, en tal caso, las variantes acuden a la memoria con mucha facilidad) El destacado gran maestro checoslovaco Ricardo Reti (1889-1929) en su «Método moderno del juego de ajedrez» subraya que todo ajedrecista en su proceso de formacidn debe seguir la evolucidn histdrica de toda idea referente a este juego. Reti estimd que primeramente ha de aprenderse a combinar y, luego, intentar el juego de posicion. Es necesario adherirse a este punto de vista. Acaso no es conveniente que el ajedrecista principiante juegue las escabrosas aperturas cerradas contempordneas. Al principio, cuando lo importante es dominar la «visién combinatoria», lo mds adecuado es jugar las aperturas abiertas y gambitos, No se tema el riesgo y la derrota, pues, ¢cudndo se va a correr riesgo sino al dar los primeros pasos por el ajedrez? Ateniéndonos a esto, y al analizar determinados sistemas de aperturas en la segunda parte de este libro, nos detenemos fundamentalmente en las aperturas abiertas que, aunque bastante simples estratégicamente, ofrecen la posibilidad de un juego movil y combinatorio. Hemos procurado facilitar al principiante el trabajo de andlisis y pre- venirlo de los ataques prematuros y atrayentes en la apertura o, dicho de otro modo, dar reglas para aprender |a teoria de la misma, Se sabe que todas las aperturas, y de ellas hay mds de medio centenar, se dividen en tres grupos fundamentales: abiertas con los movimientos iniciales 1, P4R, P4R; semiabiertas, en que las negras no contestan a 1. P4R con 1. ..., P4#R, sino con otro movimiento cualquiera, y las cerradas, en que las blancas efectiian cualquier movimiento y no 1. P4R Nosotros haremos uso de esta divisién de las aperturas que se han ido complicando histéricamente. Al confeccionar este libro su autor ha procurado servirse de la expe- viencia adquirida en el adiestramiento de ajedrecistas principiantes; por ello, en los ejemplos que se exponen para ilustrar los yerros tipicos en las aperturas no slo se hace uso de las partidas de los maestros, como se suele hacer, sino que se han introducido varios ejemplos caracteristicos del modo de jugar de los principiantes; esto se refiere principalmente a la fre- cuente repeticion de errores en la apertura. En esta segunda edicién se ha procurade dar mds realce al valor del factor tiempo en la apertura; introducido el subcapitulo «Transicion de la apertura al medio juegq»; completada la segunda parte «Aperturas ejem- plares», y ampliada en cierto modo la tercera parte «Cédmo hay que estudiar Ia teorta de la apertura». A. Suetin PRINCIPIOS FUNDAMENTALES Y PROBLEMAS DE LA APERTURA Los factores que caracterizan Is posicidn inicial son el espacio, el tiempc y las fuerzas combativas, Estos factores estdn estrechamente unidos unos con otros, aunque debemos analizar sus particularidades y, asi, conocer la importancla de cada uno de ellos en Ja apertura, ESPACIO Importancia de las casillas centrales on la apertura Los escagues del tablero no son equivalentes unos a otros; su valor depende del medio en que se des- envuelve la contienda, pero la im- portancia del centro es enorme, el cual lo forman el conjunto de las cuatro casillas 4D y 4R blancas y 4D _y 4R negras. Toda pieza situada en él cjerce una presién maxima en la posicion del contrario y, ademas, puede ser trasladada al sector en que se des- arrolle la contienda, Esto se com- prende facilmente al comparar la in- fluencia de las piezas que ocupan las posiciones centrales con la de las situadas en los flancos. (Véase diagrama nim. 1) Si se compara la posicién de los caballos, no es dificil advertir que el caballo negro, situado en el dn- gulo del tablero, domina solamente dos casillas, y el blanco, dispuesto en el centro del mismo, tiene do- minio sobre ocho casillas. Diagrama mim. 1 (Véase diagrama nim. 2) Por otra parte, el caballo blanco tiene mds movilidad que su oponen- te y su eficacia puede manifestarse en cualquier parte del tablero. El alfil negro en el extremo del tablero domina siete escaques, v el blanco trece. Como puede apreciarse en estos ejemplos, el dominio del centro fa- cilita la evolucién de las piezas. 11 Diagrama niim. 2 Los escaques centrales tienen un valor importantisimo en la apertura. Mientras no se haya determinado d6énde se desarrollara la contienda, es conveniente dirigir la accién de las fuerzas combativas al centro del tablero, Este axioma del ajedrez es- ta demostrado por la experiencia de muchas centurias. La desestimacién del centro en la apertura puede traer consecuencias graves y hasta la pér- dida de la partida. Para convencerse de ello nos re- mitimos a la prdctica y ofrecemos un caso de cémo jugaron dos aje- drecistas principiantes la partida ita- liana: 1, PAR PAR 2. C3AR C3AD 3. AGA AGA 4, P3A CA 5. 0-0 wee Tras esta serie de movimientos, las negras realizaron el inadecuado movimiento 5. ..., P3TD, en vez de tomar el importante peén central del oponente con la jugada 5. .... CX PI Esto permitié a las blancas formar un s6lido centro de peones que no tardaron en hacer evolucionar ade- lante de un modo contundente. Se a P3ID 6. PAD PXP 12 7. PXP A2T 8. PSDI C2R 9. PSR! Diagrama nim, 3 Pe. stn CSC 10. P3TR oT 11. P6D! Momento aleccionador; las blan- cas no se conforman sélo con su éxi- to en el centro, sino que lo apro- vechan inmediatamente para atacar al rey. Esto no quiere decir que la des- estimacién del centro se pague tan cara, ni que en las partidas de los maestros sucedan a menudo tales desbaratamientos. No obstante, sea cual sea la par- tida que analicemos, veremos siem- pre que el contenido de la lucha se desarrolla principalmente alrededor del centro. Suele suceder que maestros expe- rimentados presten atencién antes de tiempo al juego en los flancos y olviden la importancia del centro. He aqui un ejemplo en la defen- sa siciliana de una partida Pliater- Vasiukov, celebrada en Varsovia en 1955. 1, PAR P4AD 2, C3AR C3AD 3. PAD PXP 4 CxP P3CR 5. C3AD A2C 6. ABR C3A Las blancas optaron prematura- mente por atacar al rey en yez de reforzar la presién en el centro. PCXP cic D4T! C3A 7. CxC Era mejor 11. PXPD+ al objeto de evyitar Ja superioridad de peones negros en el centro, U1,°2.9 RxP 12. A4A+ P4D! El ataque de las blancas se des- concierta ante el sélido centro del contrario, Diagrama mim. 4 13. A3C TIR 14, P4A P4Al 15. ASR P3R 16. D2D A2C 17, 0-0 A3BA 18. P3TD TDID Tras haber montado un sélido centro, las negras lo hacen avanzar enérgicamente. 19, RIT D3T 20. D2R DxD 21. CxD csc 22. AXA RXA 23. C3A COR 24. T2A PSD! 25. C1D PSA! 26. A2T P4RI No es diffcil convencerse’de que las negras tienen una superioridad decisiva. Pronto ganaron la partida. El concepto moderno del centro se ha enriquecido notablemente con la nueva idea de que «la presién en las casillas centrales puede ser més efectiva que su posesién>, segin Alekhine. Esto significa que, en unos casos, no es necesario ocuparlo con peones para ejercer dominio sobre él. La accién coordinada de las piezas pue- de representar un importante papel’ en los escaques centrales. Analicemos la partida Petrosian- Kozma, celebrada en Munich en 1958. 1, C3AR C3AR 2. P4D P3R 3. ASC P4A 4. P3R P3CD? Este error inadvertido permite a las blancas formar una poderosa avanzadilla de piezas en el centro, mediante el enérgico movimiento si- guiente: 5. P5D! PXP 6, C3A A2C 7. CxXP AxC 8 AKC DKA 9. DXA bee 3 Diagrama nium. 5 Las blancas ocupan sélidamente la casilla critica 5D con sus piezas y atenazan las fuerzas combativas negras en el centro. En esta posi- cién se pondrd de manifiesto la vul- nerabilidad de las negras en la ver- tical de dama. a, is C3A Es inferior 9. .... DX D4C+; 11. P3Al, DXP D8A+; 13. R2K, pues las blancas ganan la torre. 10. AGA AIR 11. 0-0-0 TID 12, T2D 0-0 13. P3A Cc4T 14. A2R D3R 15. TRID DxD 16, TxD P3D 17, CID ees El cambio de damas ha aliviado un poco la situacién de las negras, aunque continua la eficaz presién de las piezas contrarias en la vertical de dama; no hay mds defenad que con los siguientes movimientos: 17. ... P4A 18. P4AR P3C 19, P3CR T3A 20, P4R PXP 14 21. CXP T3R 22, A3A R2C 23, P3C C3A 24, T5-3D on Las blancas se disponen a situar el alfil en la casilla 5D, de donde actuara con la maxima eficacia. 7A. ... cic 25. C2A P4TR 26. R2D! on El rey toma parte activa en cl juego y, aprovechando el atenaza- miento de las fuerzas de las negras, intenta dirigirse a la casilla 3AR pa- ra apoyar la ofensiva de su ejercito. 26. ... AlA 27. ASD T2R 28. C4R C3T 29. R3R C2A Hubiese sido mis eficiente el sa- crificio de peén 29. .... PSA; 3 PP, C4A, porque ahora se les pre- senta un juego sin ninguna perspec- tiva. 30. R3A CxA Esto es tanto como capitular, pues se crea una posicién en que un caba- lo importante se ha trocado por un alfil poco valioso. 31. TXC T2-1K 32. TIR T3R 33. T2R P4aCcD 34, P3TR PaT 35. P4CR PXP+ 36. PxXP A2R 37. P5A T4R 38. TXT PXxT 39. T2D TIAR 40. T7D T2A 41, TXA! Y Jas negras se rindieron. Vencié la presién de las piezas; de ello se deduce que la posesién del centro en la apertura facilita la accién y mo- vilidad de las fuerzas combativas. Posicidén del rey y de la dama, Los flancos En la posicién inicial, el rey y la dama estan situados er las vertica~ les centrales y sus flancos los for- man el espacio comprendido entre las verticales de torre, caballo y al- fil de rey y las dé dama réspectiva- mente, El cardcter de la lucha en los flancos varia a medida que trans- curre la partida. En dicha posicién se observa que los dos puntos 2AR son les mas vul- nerables, Posiblemente no hay ningén aje- drecista que en sus comienzos no intentase atacar al rey contrario des- pués de los movimientos 1. P4R, P4R, mediante D5T y A4A, creando con ello la amenaza de mate cn cl punto 2AR del contrario. Esta tendencia natural parece dic- tada subconscientemente por la in- tencién de aprovechar la vulnerabi- lidad de dicho punto de las negras, las cuales pueden rechazar facilmen- te este ataque primitivo; es més, la salida prematura de la dama blanca con el propésito de amenazar mate, les permite ganar tiempo para movi- lizar sus fuerzas y tomar la inicia- tiva. Por ejemplo: 1. P4R, P4R; 2. DST, C3AD; 3. A4A, P3CR; 4. D3A, 3A; 5. P4CR (admitamos aue las blancas insisten en su «activo» pro- pésito), C5D1; 6. DID, P4DI, y las negras tienen Ja iniciativa. Este ejemplo de ataque frustrado no significa que no se debe atacar el punto de referencia. Pues se co- nocen muchos ataques y combinacio- nes brillantes en este sentido. Ofrecemos al lector unos ejemplos: 1. P4R, P4R; 2, C3AR, P3D; 3. 4A, P3TR?; 4. C3A, A’ "ASC?;, 5. CxP!, AXD (es relativamente mejor > PXC; 6, DXA); 6 AXP+, R2R; 7. CSD y mate. Este bello, pero no complicado ejemplo de ataque al punto ZAR se llama «Mate de Legal», en la litera- tura del ajedrez. Variante de la partida italiana: 1. P4R, P4R; 2. C3AR, C3AD; 3. A4A, A4A; 4. P3A, C3A; 5. P4D, PxP; 6 PxP, A5C+; 7. C3A, Ce 8. ae CXC (es mejor 8. Ax); 9, PXC, AXP?; 10. 3Cl, AXT? (la probabilidad de salvacion la ofrece 10, ..., P4DI; 11. AXP, 0-01); 11, AXP+, RIA; 12. ASC, C2R; 13. CSR}, y el ataque de las blancas es irrechazable. Variante de la defensa de los dos caballos: 1. -P4R, P4R; 2. C3AR, C3AD3 3. A4A, C3A; 4. C5C, P4D; 5. PXP, CX P? (lo oportuno es 5. ..., C4TD); 6. CXPA, RXC; 7. D3A+, R3R; 8. 3A, y las blancas Ilevan a cabo un _ataque arrollador. Variantes de la defensa de Caro- Kann: 1, P4R, P3AD; 2. C3AD, P4D; 2 C3A, PxP; 4. CxP, C3A CxC+, PCXC; 6. ‘AAA, ‘A3C2; z CSRI, AXD?; 8 AXP y mate. 1, P4R, P3AD; 2, C3AD, P4D; 3. C3A, PXP; 4. CXP, C2D; 5. A4A, CR3A; 6. C4-5C, ‘P3R; 7, D2R, P3TR? (lo correcto es 7. ..., C4D o C3C); 8 CXPA, RXC; 9. DxP+, y el ataque de las blancas es irre- chazable. Variante del ataque de Sozin en la defensa siciliana: 1, P4R, P4AD; 2. C3AR, C3AD; 3. P4D, PXP; 4 CXP, C3A; 5- C3AD, P3D; 6. A4AD, P3ICR?; 7. CxC, PxC; 8 PSRI, PXxP?; 9. AXP-+-. y las blancas ganan la dama. A veces, esta combinacién entra- fia la siguiente contracombinacién en la variante del gambito del Norte: 1. P4R, P4R; 2. P4D, PXxP; 3. P3AD, PXP; 4. ‘A4AD, PxP; 5, AXP, P4D; 6. AXP, C3ARI; 7. AXP+, RXA; 8. DXD, A5SC+; 9. D2D, AXD-+, con igualdad de po- sibilidades. Ataques andlogos a los pufitos 2AR suelen Ievarse a cabo en las aperturas cerradas. Variantes del gambito de dama aceptado: 1, P4D, P4D; 2. P4AD, PXP; 3. C3AR, C3AR; 4. P3R, P3TD; 5. AXP, ASC?; 6. AXP+l, RXA; 7. C5R+, etc. 15

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