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SISTEMA RESPIRATORIO: Conjunto de estructuras de diferente origen embriológico que tienen

como función la conducción y acondicionamiento del aire inspirado desde el exterior hasta las
zonas donde se realiza el intercambio gaseoso.
Su mayor importancia es su capacidad de intercambiar CO 2 y O2 con el medio, ya que los sistemas
biológicos poseen como cualidad principal el de ser sistemas abiertos que intercambian
constantemente con el medio que los rodea.

La hematosis, o sea, el intercambio gaseoso que proporciona oxígeno a la sangre y elimina el dióxido
de carbono que se produce en el organismo producto del metabolismo celular se realiza en los
pulmones a nivel de formaciones especializadas denominadas alvéolos, los cuales constituyen parte
del parénquima pulmonar. Para que el oxígeno contenido en el aire llegue a los pulmones, es
necesario que exista una serie de estructuras tubulares que comuniquen los alvéolos con el exterior y
que a su vez se encarguen de calentar, humedecer y eliminar gérmenes y/o partículas extrañas del
aire, ésta es la denominada porción conductora del sistema respiratorio (nariz, nasofaringe, laringe,
tráquea, bronquios y bronquiolos). La penetración del aire en esas vías se produce por la acción de
los músculos respiratorios (intercostales y diafragma, principalmente) que aumentan y disminuyen de
forma rítmica el tamaño de la cavidad torácica (inspiración y expiración).

A esto contribuye también la cavidad pleural, cuya presión negativa se opone a la retracción elástica
del pulmón; por tanto, en el aparato respiratorio se distinguen dos porciones, una conductora que
permite la penetración del aire, lo conduce y acondiciona antes de llegar a los pulmones,
representada por estructuras tubulares que pueden ser extrapulmonares e intrapulmonares; y una
respiratoria donde ocurre el intercambio de gases representada por un conjunto de estructuras
situadas dentro de los pulmones.

A la par con esta función, los órganos del sistema respiratorio cumplen un conjunto de otras
funciones importantes no relacionadas con el intercambio gaseoso como son:
1. Termorregulación y humectación del aire inspirado.
2. Descontaminación del aire inspirado de polvo y microorganismos.
3. Elaboración y secreción de IgA.
4. Participación en la regulación de la presión arterial mediante la producción de "enzima
convertidora" que interviene en la transformación de angiotensina I en angiotensina II
(metabolismo hidro-mineral)
5. Participa en la fonación; el olfato y en otras funciones que tienen una incidencia sistémica y
que Uds. estudiaran en otras disciplinas.
La respiración se encuentra regulada normalmente por factores humorales y nerviosos.

ELEMENTOS CONSTITUYENTES
El sistema respiratorio comprende un conjunto de estructuras que podemos dividir en dos grandes
grupos de acuerdo a su participación en la respiración.

a) Sistema de conducción.
Constituyen un conjunto de cavidades o estructuras tubulares que tienen por finalidad conducir el
aire desde el exterior a todas las regiones del pulmón en la inspiración o a la inversa desde el
pulmón al exterior en la espiración y comprende órganos y estructuras extra e intrapulmonares.
Extrapulmonares
 cavidad nasal
 nasofaringe
 laringe
 tráquea
 bronquios primarios
Intrapulmonares
 bronquios intrapulmonares
 bronquiolos no respiratorios

b) Porción de intercambio gaseoso o respiratoria.


Región en la cual se realiza el intercambio de O 2 y CO2 entre la sangre y la atmósfera y que
comprende las siguientes estructuras:
 bronquiolos respiratorios.
 conductos alveolares.
 sacos alveolares.
 alvéolos.

El sistema respiratorio se desarrolla a partir de la cuarta semana; las cavidades nasales en


estrecha relación con la diferenciación de la cara y la faringe con el aparato faríngeo; por su parte
los órganos respiratorios inferiores se diferencian del divertículo respiratorio, evaginación de la
pared ventral del intestino anterior.

Porción conductora extrapulmonar


Los componentes de la porción conductora presentan algunas características comunes, tales como:
la existencia de un esqueleto óseo y/o cartilaginoso que permite a esta porción mantener su luz
permeable al aire, y la presencia de un epitelio de revestimiento con cilios y células caliciformes, que
sirven para humedecer el aire inspirado y para limpiar y englobar respectivamente los gérmenes o
partículas extrañas que llegan a penetran en las vías respiratorias.
La porción conductora se inicia en las fosas o cavidades nasales, las que están separadas por un
tabique cartilaginoso el septo nasal y se abren en su parte anterior a través de las ventanas nasales
o nares y, en la parte posterior, se comunican mediante las coanas con la nasofaringe.

CAVIDAD NASAL
Situación: En la parte media de la cara por debajo y entre los ojos y por arriba de la cavidad oral.
Porciones:
1. La Nariz.
2. Cavidad Nasal propiamente dicha.
Funciones:
1: Olfatoria.
2: Elaboración mecánica (acondicionamiento) del aire.
3: Respiratoria.
4: Conducción del aire

La NARIZ Es el conjunto de huesos y cartílagos cubiertos por piel. Tiene una parte ósea (huesos del
Viscerocráneo) y otra cartilaginosa formada por los cartílagos: (D-490)
A) Impares: Septo Nasal.
B) Pares: Cartílagos Nasales Laterales.
Cartílagos Mayores y Menores del ala de la nariz.
Cartílagos Accesorios.
Porciones:
1. Raíz: situada hacia arriba.
2. Ápice: es la punta dirigida hacia delante y debajo.
3. Dorso: constituida por dos caras laterales que se unen en la línea media.
4. Alas: es la parte inferior de las caras laterales, en su borde inferior limitan a los nares.
Presenta dos cavidades, una al lado de la otra, las cuales reciben el nombre de fosas o cavidades
nasales. La cavidad nasal propiamente dicha está situada en la parte media del macizo
craneofacial por debajo de las órbitas y por encima de la cavidad oral. Ella se comunica con
la faringe por detrás a través de las Coanas, y con el exterior por delante a través de la
Apertura Periforme con la Nariz y de ahí al exterior a través de los Nares.
Están separadas por un tabique cartilaginoso (tabique nasal) y se abren en su parte anterior a través
de la ventana nasal y, en la parte posterior, se comunican mediante las coanas con la nasofaringe. La
ventana nasal posee cartílago elástico, el cual impide que ellas se adosen al tabique nasal en el
momento de la inspiración.
En las cavidades o fosas nasales se distinguen tres regiones: el vestíbulo que es la porción más
anterior y dilatada de las fosas nasales, el área respiratoria que ocupa la mayor parte de las fosas
nasales y el área olfatoria que se localiza en el techo de la cavidad nasal. Ademas se incluye un
tejido eréctil compuesto por plexos venosos en la lámina propia de los cornetes medio e inferior.
La parte anterior de la ventana nasal recibe el nombre de VESTÍBULO y está recubierto, en su parte
anterior, por tejido epitelial estratificado plano queratinizado, y presenta glándulas sebáceas,
sudoríparas y folículos pilosos. Los pelos reciben el nombre de vibrisas; estas y las secreciones de las
glándulas, impiden la entrada de partículas de polvo y otros cuerpos extraños. En la parte posterior
del vestíbulo el epitelio es no queratinizado y más hacia atrás se transforma en el denominado epitelio
respiratorio, el cual no es más que un epitelio seudoestratificado cilíndrico ciliado con células
caliciformes.

Toda el ÁREA RESPIRATORIA está revestida por una mucosa gruesa que posee el epitelio
respiratorio anteriormente mencionado (seudoestratificado cilíndrico ciliado con células caliciformes),
que se encuentra sobre una membrana basal y se apoya en una lámina propia, la cual contiene
glándulas mucosas y serosas, y células propias del tejido conjuntivo, tales como linfocitos y
macrófagos. Esta lámina propia se adhiere bien al hueso o al cartílago situado por debajo; debido a
esto es frecuente que en cirugía llamen a la mucosa de esta región mucoperiostio y mucopericondrio.
La superficie del epitelio está recubierta normalmente de mucus procedente de las células
caliciformes y de las glándulas de su lámina propia. La mucosa produce aproximadamente medio litro
de líquido en 24 h. El mucus y las partículas de polvo son desplazados hacia detrás por el movimiento
ciliar que posee el epitelio; de esta manera son deglutidos o expectorados. Cada célula ciliada posee
de 15 a 20 pestañas vibrátiles de unos 7 μm de alto.

La pared lateral de las fosas nasales, es irregular debido a que presenta formaciones óseas
especiales que reciben el nombre de conchas (por su forma) o cornetes. Estas formaciones, de
acuerdo con la posición que ocupan reciben el nombre de superior, medio e inferior.
Los cornetes medios, y particularmente los inferiores, poseen en su lámina propia un abundante plexo
venoso de paredes delgadas; esta estructura de senos venosos se considera como un tejido eréctil,
está recubierta por un endotelio y normalmente está colapsada; en diversas ocasiones (alergias y
resfriados) pueden congestionarse (ingurgitarse) y producir cierto estado de obstrucción nasal.
La abundante irrigación nasal y las glándulas de la lámina propia, garantizan que el aire inspirado
tenga la humedad y temperatura adecuadas.

ZONA OLFATORIA
En la parte superior de las fosas nasales, a nivel del techo de cada cavidad nasal, existe una región
con características particulares que recibe el nombre de zona olfatoria, la cual se extiende hacia abajo
en cada cavidad nasal. En la parte externa recubre casi todo el cornete superior y en la parte interna
sigue hacia abajo por el tabique nasal hasta un centímetro aproximadamente. A este nivel la mucosa
fresca tiene color amarillo que contrasta con el color rosa o rojo del resto de la mucosa, y en ella
reside el órgano receptor de la olfación, formado por un epitelio seudoestratificado cilíndrico ciliado
que contiene tres tipos diferentes de células: de sostén, basales y olfatorias.

Las células de sostén son prismáticas, estrechas en su porción basal y anchas en la apical, donde
poseen microvellosidades; el pigmento de lipofucsina que poseen estas células es el responsable del
color de la mucosa a este nivel. Los núcleos son ovales, de cromatina laxa, están situados a la mitad
de la célula, y en el mismo plano aproximadamente.
Las células sensoriales u olfatorias son neuronas bipolares, en las cuales, sus dendritas se introducen
entre las hendiduras de las células de sostén hasta alcanzar la superficie del epitelio, donde se
observa una dilatación que suele denominarse bulbo olfatorio y de la que salen de 8 a 10 pequeños
cilios olfatorios (elementos de percepción), cada uno de ellos en relación con un corpúsculo basal;
dichos cilios son inmóviles. Los axones de las neuronas son amielínicos y penetran en la lámina
propia, donde se reúnen y forman fibras nerviosas olfatorias que se dirigen al sistema nervioso central
a través de la lámina cribosa del hueso etmoides.
Las células basales están situadas en la región basal del epitelio entre las células de sostén y las
olfatorias; son pequeñas, redondeadas o cónicas y de núcleo ovoide. Parece que se trata de células
capaces de diferenciarse en células de sostén.

Este epitelio descansa en la membrana basal que lo separa de la lámina propia. En la lámina propia
de esta región, de tejido conjuntivo fibroelástico, además de vasos y nervios, hay glándulas
tuboalveolares de tipo seromucoso que desembocan en la superficie epitelial y reciben el nombre de
glándulas de Bowman; la secreción de estas glándulas sirve para disolver las sustancias odoríferas y
mantener a los cilios olfatorios nerviosos limpios, ya que estos son quimiorreceptores.

SENOS PARANASALES
Son cavidades que se encuentran en los huesos maxilares superiores, frontal, esfenoides y
etmoides, que se comunican con las fosas nasales por pequeños orificios. Están recubiertas por
epitelio de tipo respiratorio (seudoestratificado cilíndrico ciliado con células caliciformes) que se
continúa del epitelio que recubre las fosas nasales, pero más delgado y con pocas células
caliciformes.
La lámina propia es más delgada, formada principalmente por fibras colágenas, fibroblastos, células
plasmáticas, linfocitos y eosinófilos, además presenta pocas glándulas y está unida al hueso
formando un verdadero mucoperiostio. El mucus producido por las glándulas es drenado hacia las
fosas nasales; si las aberturas de los senos son obstruidas, como ocurre algunas veces en los
resfriados, la falta de un adecuado drenaje puede ocasionar alteraciones patológicas (sinusitis).

FARINGE
Situación: situada por debajo de la base del cráneo, por delante de las seis vértebras cervicales
superiores y por detrás de las cavidades nasal, bucal y laríngea; continuándose caudalmente con el
esófago.
Constituye un segmento mixto, ya que a este nivel se produce el entrecruzamiento de las vías
respiratorias y digestivas.
Porciones: Nasofaringe, Bucofaringe y Laringofaringe.

NASOFARINGE
El aire inspirado, después de pasar por las fosas nasales continúa por la nasofaringe o rinofaringe,
que es la porción superior de la FARINGE situada por detrás de las coanas, sigue por la orofaringe o
bucofaringe (única porción visible de este órgano cuando abrimos la boca) y, por último, pasa a través
de la hipofaringe ó laringofaringe para penetrar en la laringe. El epitelio es estratificado plano no
queratinizado, excepto en la nasofaringe, cuya estructura es similar a la porción respiratoria de las
fosas nasales, o sea, posee un epitelio respiratorio y en la lámina propia de su porción dorsal
encontramos una agrupación de folículos linfoides; la amígdala faringea, que ante estímulos
antigénicos reacciona hipertrofiándose y provocando obstrucción al paso del aire. Por su apariencia
"glandular" se la conoce con el nombre de "adenoides".

LARINGE
Situación: Inmediatamente por debajo del hueso hioides, en la parte anterior y media del cuello.
Proyección : A nivel de la IV, V y VI vértebras cervicales.

La laringe es un tubo irregular que une la faringe con la tráquea y realiza distintas funciones; además
de permitir la entrada y salida del aire, interviene muy directamente en la fonación (capacidad de
emitir sonidos vocales), e impide con sus reflejos (ejemplo, la tos) que penetre algo que no sea aire a
las vías respiratorias bajas. Las paredes de la laringe contienen una serie de cartílagos unidos por
tejido conjuntivo fibroelástico que las mantiene siempre abiertas e impiden que se cierren en el
momento de la inspiración.
Los cartílagos mayores, tiroides, cricoide y aritenoides, son del tipo hialino, mientras otros son de tipo
elástico (corniculados, cuneiformes y los externos de los aritenoides). La epiglotis es un cartílago
elástico en forma de lengüeta situada delante del orificio superior de la laringe, el cual ocluye al
ascender la laringe en el acto de deglución.
La mucosa de la laringe forma dos pliegues que sobresalen en la luz del órgano; estos son las
cuerdas vocales verdaderas y las cuerdas vocales falsas, constituidas por el músculo tiroaritenoideo.
El movimiento de las cuerdas vocales permite la salida de una mayor o menor columna de aire en el
momento de la espiración, lo cual modifica la tonalidad del sonido.
El epitelio de la laringe es de tipo respiratorio, excepto en su cara ventral y en la cara dorsal de la
epiglotis, así como en las cuerdas vocales verdaderas. En dichos lugares el epitelio es estratificado
plano no queratinizado, por ser en estas zonas donde tiene lugar mayor fricción y desgaste. La lámina
propia está formada por abundantes fibras elásticas donde hay glándulas de tipo mixto,
predominando las mucosas. Estas glándulas no existen en las cuerdas vocales verdaderas; también
encontramos folículos linfáticos. Es de destacar que en la laringe no hay una verdadera submucosa.

TRÁQUEA
La tráquea se extiende desde la laringe hasta su división en dos bronquios primarios. Tiene la función
de conducir el aire y contribuir a su humectación y calentamiento.
La tráquea que es un tubo de aproximadamente 12 cm. de longitud y 2,5 cm. de diámetro; posee de
16 a 20 anillos de cartílago hialino en forma de C, es decir, que no se cierra en la parte posterior.
Como todo órgano tubular está constituido por diferentes capas.
La mucosa traqueal está revestida por epitelio seudoestratificado cilíndrico ciliado con células
caliciformes, en el cual encontramos los siguientes tipos de células: ciliadas, caliciformes, en cepillo
tipo 1, en cepillo tipo 2, cortas y de gránulos pequeños.

Células del epitelio respiratorio.


1. Células cilíndricas ciliadas: Son células cilíndricas altas, con cerca de 300 cilios apicales,
presentan un núcleo parabasal, El Aparato de Golgi está poco desarrollado, mitocondrias
abundantes para el movimiento ciliar bajo los cuerpos basales.

2. Células caliciformes: Forma de cáliz o de copa, le siguen en cantidad a las anteriores, son
células secretoras de proteínas y glicosaminoglucanos sulfatados (moco), presentan pocas
vellosidades apicales, en el interior de su citoplasma tienen un RER desarrollado hacia la superficie
basal, con basofilia a ese nivel, núcleo hacia la base, el Aparato de Golgi supranuclear poco
desarrollado y en su parte apical se encuentran numerosos gránulos de secreción que con técnicas
corrientes de H/E no se observan, debido a que son glucoproteínas por lo que sí son PAS+.

3. Células basales indiferenciadas: (lo cual le da la imagen de seudoestratificado, son las que
permiten la regeneración del epitelio) Son pequeñas y redondeadas o piramidales, descansan en la
lámina basal, pero no llegan a la superficie libre del epitelio, tiene un núcleo grande
heterocromático, localizado por debajo del núcleo de las células cilíndricas y presentan un
citoplasma basófilo, con escasos organitos y abundantes polirribosomas, además de que se
multiplican por mitosis continuamente y originan los demás tipos celulares del epitelio respiratorio.

4. Células neuroendocrinas o granulosas: Pertenecen al Sistema APUD (sistema neuroendocrino


difuso), son células muy similares a las células basales, presentan numerosos gránulos secretores
de 100 a 300 nm, su centro es más denso a los electrones (se dirigen hacia la base, en relación
directa con los vasos sanguíneos, son argirófilos o argentafines), que pueden contener
neurohormonas, neurotransmisores y neuropéptidos.

5. Células en cepillo (tipo I y II): Son el resto de las células cilíndricas, que se caracterizan por
tener microvellosidades apicales largas. Las de tipo I: Presentan expansiones en su base y son
consideradas como células receptoras sensoriales. Las de tipo II: Tienen las características de una
célula inmadura, son células en vías de diferenciación, probablemente representan una reserva
para sustituir a las células ciliadas y caliciformes.

6. Células M: Son células presentadoras de antígeno, las zonas de la lámina propia que contienen
nódulos linfáticos están recubiertas por células M similares a las que se localizan en el epitelio
digestivo. Estas son células epiteliales especializadas, tienen forma de M, presentan en sus
regiones basolaterales numerosas invaginaciones de la membrana plasmática, que forman
depresiones que contienen linfocitos, ellas captan los antígenos de la luz y los interiorizan, luego
los transportan a los linfocitos presentes en sus invaginaciones basales que emigran a los nódulos
y a otros órganos linfoides.
7. Linfocitos del compartimiento mucoso (intraepiteliales): Se encuentran en los espacios
extracelulares entre las células epiteliales y siempre por debajo de las uniones oclusivas, estos
linfocitos vuelven al tejido conectivo de la lámina propia y a los nódulos linfáticos.
8. Células migratorias: Leucocitos de la sangre, basófilas y células cebadas.

El epitelio de la tráquea se localiza sobre una membrana basal que se encuentra, a su vez, sobre una
lámina propia formada por tejido conectivo laxo rico en fibras elásticas dispuestas longitudinalmente.
Es notable la gran tendencia linfática pudiéndose observar gran número de linfocitos y también
nódulos linfáticos (compartimiento mucoso).
El límite entre la mucosa y la submucosa está determinado por una mayor condensación de fibras
elásticas a modo de lámina elástica.

La submucosa está constituida por tejido conectivo laxo sin límites definidos con el tejido conjuntivo
fibroso del pericondrio de los anillos cartilaginosos. En la submucosa encontramos glándulas mixtas
con predominio mucoso, las cuales son más abundantes entre los anillos cartilaginosos y en la parte
posterior de la tráquea. El mucus que elaboran tiene importancia en la eliminación de partículas.
Cuando las vías aéreas son expuestas al tabaco o a otros irritantes, las glándulas de la submucosa
aumentan en talla. Así mismo las células caliciformes también aumentan en talla y en ambos se
modifica la glicoproteina que ellos secretan. Estos cambios pueden regresar si se abandona el mal
hábito de fumar.
La muscular (incompleta), está formada por 20 anillos cartilaginosos con forma de herradura, que
en su porción posterior están cerrados por haces entrelazados de músculo liso lo que hace que la
tráquea sea aplanada en su parte posterior. Se trata de cartílago hialino con tendencia a hacerse
fibroso con la edad.
La adventicia, formada por tejido conjuntivo laxo y fibroso, une este órgano con las partes del
mediastino. Además, tanto los vasos sanguíneos como linfáticos forman verdaderos plexos en la
mucosa de la tráquea.
Los nervios contienen fibras cerebroespinales y fibras vegetativas que terminan también en la
mucosa. La inervación y la vascularización traqueales son independientes de la pulmonar.

BRONQUIOS
La tráquea termina bifurcándose en dos bronquios primarios, principalmente extrapulmonares. Las
características histológicas de estos bronquios son análogas a las de la tráquea ya descritas. El
bronquio primario derecho penetra en el pulmón derecho dirigiéndose hacia la base de él, dando dos
ramas destinadas a los lóbulos medio y superior. El bronquio primario izquierdo penetra en el lóbulo
inferior de dicho pulmón y da una rama bronquial para el lóbulo superior.
Bronquios intrapulmonares:
Se dividen y dan lugar a los bronquiolos, tubos finos de un diámetro igual o menor que 1mm, que
penetran internamente en el parénquima pulmonar. En ellos han desaparecido las placas
cartilaginosas y las glándulas. Su pared se compone realmente de una mucosa representada por el
epitelio y la lámina propia; la capa muscular y la adventicia de tejido conjuntivo laxo fibroso. La
musculatura lisa es la capa más desarrollada. cada bronquiolo respiratorio se divide en conducto
alveolar que tiene un epitelio plano muy delgado, a veces sólo apreciable al microscopio electrónico.
Los conductos alveolares son los últimos segmentos en presentar fibras musculares lisas; ellos
terminan en dos sacos alveolares, que son un verdadero racimo de alvéolos.Los alvéolos
constituyen las estructuras terminales de la porción respiratoria tienen el aspecto de una vesícula
abierta y en ellos ocurre el intercambio de gases. En cada pulmón hay alrededor de 300 millones de
alvéolos. Estos no poseen paredes propias sino que comparten una misma pared entre dos
alvéolos vecinos.

Bronquios extrapulmonares
Estos bronquios se localizan en los hilios de los pulmones, donde establecen relaciones con todo un
complejo tubular formado por arterias, venas y linfáticos, rodeado todo por tejido conjuntivo denso;
este complejo tubular recibe el nombre de raíz del pulmón.

PULMONES
Los pulmones son dos órganos macizos por su apariencia macroscópica. Están situados en la
cavidad torácica a cada lado del mediastino; ambos están recubiertos por una capa de células
mesoteliales, la pleura visceral que a nivel del hilio o raíz de los pulmones se refleja sobre los
mismos y forma la pleura parietal. Entre ambas pleuras existe un espacio potencial ocupado por
una delgada película de líquido seroso.
Si penetra aire en la cavidad pleural (por rotura del pulmón o por punción de la pared torácica) el
pulmón afectado se retrae produciéndose un neumotórax. Si en vez de aire penetra líquido (sangre
por ejemplo) en la cavidad pleural se produce un hidrotórax o derrame pleural. En ambos casos se
afecta la función respiratoria.
El pulmón está conectado con el mediastino por una zona pequeña, el pedículo pulmonar en donde
están localizados los vasos y estructuras que entran y salen del pulmón.
Segmentación pulmonar.
El pulmón derecho tiene tres lóbulos y el pulmón izquierdo dos lóbulos. Cada lóbulo es aireado por
una rama procedente de las divisiones del bronquio primario correspondiente.
1. El bronquio primario derecho se divide en superior e inferior antes de entrar al pulmón, mientras
que el bronquio para el lóbulo medio derecho nace del bronquio que va al lóbulo inferior.
2. El bronquio primario izquierdo por lo regular no se divide hasta que ha entrado al tejido pulmonar.
Estos bronquios secundarios ventilan cada lóbulo pulmonar.
3. Cada bronquio secundario se divide y dan origen a los bronquios terciarios (10 pulmón derecho,
8 pulmón izquierdo) y ventilan los llamados segmentos broncopulmonares.
4. Los bronquios terciarios se dividen en 30-60 ramas que originarán los bronquíolos, cada uno de
los cuales ventila un lobulillo pulmonar. Hasta aquí llega la porción conductora pues las siguien-
tes divisiones pertenecen a la porción respiratoria constituida por:

Bronquiolos respiratorios (1-3 por cada bronquiolo terminal).


Conducto alveolar (2-11 por cada bronquiolo terminal).
Saco alveolar (formado por grupos de alvéolos).
alvéolos (300-500 millones en cada pulmón).

El pulmón como órgano macizo.

Estroma:
Pleura visceral
Tabiques conectivos
Árbol de tejido conectivo
Tejido intersticial
Parénquima:
Porción conductora: bronquios y bronquiolos
Porción respiratoria: bronquiolo respiratorio
Conducto alveolar
Saco alveolar
Alvéolo

La pleura es la serosa que envuelve el pulmón y está formada por dos hojas, la parietal y la visceral
que se continúan en el hilio del pulmón. Ambas hojas están recubiertas por un mesotelio (epitelio
simple plano) y por debajo un tejido conectivo laxo. Este mesotelio forma una cubierta hermética de
ambos pulmones. Ambas hojas se encuentran separadas por una cavidad virtual llena de una fina
película líquida que actúa en la disminución de la fricción durante el movimiento respiratorio.

Bronquios intrapulmonares
Cada uno de ellos se divide repetidas veces dicotómicamente originando bronquios de menor
calibre. Una característica digna de mencionar es que en los bronquios intrapulmonares los
cartílagos se muestran en forma de placas irregulares y no en anillos en forma de C (como en la
tráquea y los bronquios extrapulmonares), de tal manera que su pared no tiene una porción
aplanada.
A medida que los bronquios van disminuyendo de calibre y se acercan a la porción respiratoria del
pulmón, las estructuras histológicas de ellos se van simplificando y el epitelio se hace más bajo;
esto no se efectúa de manera brusca, sino gradualmente.

Mucosa.

│ epitelio

│ Mucosa
┤ lámina propia


│ fibras musculares lisas

El epitelio pasa de seudoestratificado cilíndrico ciliado con células caliciformes a simple cilíndrico
ciliado y con células caliciformes.

La lámina propia es rica en fibras elásticas y reticulares. Además de fibroblastos, contiene linfocitos,
mastocitos y eosinófilos ocasionales. No hay una lámina elástica como en la tráquea. Sin embargo,
en la lámina propia observamos la presencia de varios haces de tejido elástico que corren paralelos
a todo lo largo del árbol bronquial. Tales franjas pueden verse fácilmente a simple vista al estudiar la
mucosa. Se ramifican conforme lo hacen las ramas bronquiales sucesivas que se continúan con los
componentes elásticos de las vías aéreas terminales. En la lámina propia se observan nódulos
linfáticos.

Entre la mucosa y la submucosa existe una capa de fibras musculares lisas dispuestas en espirales
abiertas una hacia la derecha y otra hacia la izquierda y entremezclados con ellas hay fibras
elásticas.

Submucosa.
Constituida por tejido conectivo con abundantes glándulas al igual que en la tráquea (entre los
cartílagos). Los cartílagos forman anillos irregulares algunos de los cuales rodean completamente al
bronquio. Al corte aparecen como placas incompletas. Los espacios entre los cartílagos están lleno
de tejido conectivo colágeno que se continúa con el pericondrio. Los cartílagos están unidos por
fibras elásticas gruesas.

Adventicia.
Tejido conectivo con vasos sanguíneos que se une al tejido pulmonar adyacente.
DIFERENCIAS

BRONQUIO EXTRAPULMONAR BRONQUIO INTRAPULMONAR

1- Cartílagos en herradura. 1- Anillos cartilaginosos muy irregulares


muchos de los cuales rodean todo el bron-
quio.

2- Aplanados en su parte posterior. 2- Contorno cilíndrico.

3- Lámina elástica entre mucosa y 3- Tejido muscular entre mucosa y


submucosa submucosa.

Bronquíolos
Las últimas ramificaciones de los bronquios de menor calibre se denominan bronquíolos, los cuales
penetran internamente en el parénquima pulmonar (lobulillo pulmonar).
El lobulillo es la unidad estructural y funcional del pulmón. Tiene forma piramidal, su base se dirige
hacia la pleura y su vértice se orienta hacia el hilio del pulmón. Es aireado por un bronquiolo y
comprende todas las estructuras respiratorias originadas de su división. Por su vértice penetra un
bronquiolo, las ramas de las arterias y venas pulmonares y salen los linfáticos. Su base tiene de 1 a
2 cm. con una altura variable. Los lobulillos están separados por tabiques conectivos.

Los bronquíolos representan la 12 ava a 15ava generación de ramificaciones del árbol bronquial
(algunos autores plantean hasta una 20 ava generación). Su diámetro es menor a 1 mm.
Los bronquíolos intralobulillares son aquellos que tienen un diámetro de 1 mm o menos; en ellos
han desaparecido las placas cartilaginosas así como también las glándulas. Su pared se compone
realmente de una mucosa representada por el epitelio y la lámina propia; la capa muscular y la
adventicia de tejido conjuntivo laxo fibroso. La musculatura lisa es la capa más desarrollada, por ello
en las preparaciones microscópicas la mucosa de los bronquíolos forma pliegues abundantes.

La contracción mantenida de estos músculos (músculos de Reisscisen) en casos patológicos (asma


bronquial) dificulta grandemente la respiración por disminución brusca de la luz del bronquiolo; los
broncoespasmos de los asmáticos son causados principalmente por la contracción de la
musculatura bronquiolar. Los bronquíolos terminales tienen un diámetro de 0,5 mm y la mucosa está
revestida con epitelio cúbico ciliado.

La mucosa presenta un epitelio que va de cilíndrico simple ciliado con algunas células caliciformes
hasta cúbico alto ciliado sin células caliciformes en las ramas menores. Dentro de los diferentes
tipos celulares destacan las células ciliadas y las células de Clara.

En este epitelio existen dos tipos principales de células: las ciliadas y las no ciliadas. Las ciliadas
son similares a las de los bronquios pero de menor tamaño. Las no ciliadas o células bronquiales le
dan al epitelio su carácter peculiar: son células altas y abombadas, que protruyen en la luz por
encima por encima de las extremidades ciliares. Estas células bronquiales, denominadas también
células de Clara dan un carácter de identidad a los pulmones de los mamíferos.

Células de Clara (también llamada célula bronquiolar) presentan un contorno liso con un ápice
redondeado o como una cúpula que se proyecta hacia la luz. Posee REL abundante, mitocondrias
abundantes y citocromo P450 y oxidasas.
Su función está relacionada con la producción de sustancias tensioactivas (que veremos en detalle
más adelante).

Otras células no ciliadas que se encuentran en el epitelio bronquiolar son las células
neurosecretoras de pequeños gránulos, que en este caso se organizan en cuerpos neuroepiteliales,
sobre todo en las ramas de pequeño calibre. Al M/O se reconocen como un grupo de 8 a 10 células
eosinófilas, intercaladas en el epitelio. Mediante técnicas para delimitar los nervios intrapulmonares,
este grupo celular es argirófilo y “descansa” sobre una lámina basal solo visible al M/E. Dicha
lámina está adosada a la de las células endoteliales de la gran malla capilar pulmonar.

La lámina propia es delgada y en ella predominan las fibras elásticas.

La capa muscular está más desarrollada que en el bronquio. Los haces se disponen en forma
similar al descrito a propósito del bronquio; es decir, que no forma una capa circunferencial
continua, sino, que está representada por haces de orientación variable; las fibras musculares se
entremezclan con fibras elásticas.
Está inervada por el parasimpático; se relaja en la inspiración y se contrae al final de la espiración.

En los asmáticos se produce una contracción anormalmente persistente lo que impide la espiración
profunda y el sujeto siente "falta de aire" (disnea). Este padecimiento tiene una base alérgica.
Frente al antígeno que la desencadena se produce IgE que actúa sobre las células cebadas las
cuales liberan el contenido de histamina de sus gránulos y esto provoca la contracción del músculo.
La adventicia es una capa de tejido fibroconectivo muy delgada.

El bronquiolo No posee:
a) Nódulos linfáticos.
b) Cartílagos.
c) Submucosa.
d) Glándulas.

Porción respiratoria
Bronquíolos respiratorios
Los bronquíolos respiratorios son las ramas de división de los bronquíolos terminales, son más
largos y presentan un diámetro ligeramente mayor (< 0.5 mm). En su trayecto la estructura varía,
por lo cual se describen bronquíolos respiratorios de primero, segundo y tercer orden. La pared de
ellos se caracteriza generalmente por presentar un epitelio bajo y alvéolos, es decir pequeñas
evaginaciones de paredes delgadas capaces de realizar el intercambio gaseoso.

Los bronquíolos respiratorios de primer orden son aquellos cuyo epitelio es cilíndrico bajo o cúbico,
con cilios y sin células caliciformes, y escasos alvéolos en su pared. Los de segundo orden poseen
un epitelio cúbico sin cilios y un mayor número de alvéolos, y los de tercer orden presentan su
pared casi totalmente alveolizada.

Conductos alveolares
Cada bronquiolo respiratorio se divide en conducto respiratorio o alveolar que tiene un epitelio plano
muy delgado, a veces sólo apreciable al M/E. Los conductos alveolares son los últimos segmentos
en presentar fibras musculares lisas; ellos terminan en dos sacos alveolares, los cuales son un
verdadero racimo de alvéolos.

ALVÉOLOS
Constituyen las últimas porciones del árbol bronquial y tienen el aspecto de una vesícula abierta. Su
diámetro promedio no es mayor que 0,25 mm y la superficie total en un adulto es aproximadamente
de 100-200 m2, disminuyendo en la espiración. En cada pulmón hay alrededor de 300 millones de
alvéolos. Los alvéolos no poseen paredes propias sino que comparten una misma pared entre dos
alvéolos vecinos. Rodeando a los alvéolos hay una rica red capilar, la que se encuentra formando
parte del tabique que comparten los alvéolos adyacentes. La estructura esponjosa del parénquima
pulmonar se debe a los alvéolos.

La superficie interna de los alvéolos está revestida por dos tipos fundamentales de células:
alveolares planas y alveolares grandes.
 Las células alveolares epiteliales planas, denominadas también neumocitos tipo I, células
alveolares pequeñas o células pulmonares epiteliales, se extienden sobre la membrana basal. Al
M/E estas células poseen pocos organitos y numerosas vesículas pinocíticas. Tienen un grosor
aproximado de 0,2 μm excepto a nivel del núcleo, es decir, son células planas de citoplasma
muy escaso, están muy extendidas en el alvéolo, 50 veces más que los neumocitos tipo II con
los cuales están unidas mediante uniones ocluyentes. A través de su citoplasma difunden los
gases O2 y CO2.

 Las células alveolares grandes (neumocitos granulares o tipo II) tienen forma romboidal y
también se apoyan sobre la membrana basal; además, se unen a las otras células por uniones
estrechas. Al M/O se identifican por sus núcleos vesiculares y el citoplasma vacuolado, y en
cortes observados al M/E, se aprecia que las vacuolas poseen inclusiones características
llamadas cuerpos multilamelares. Al M/E se visualizan en estas células, mitocondrias bien
desarrolladas, el RER y el aparato de Golgi disperso. Los cuerpos lamelares poseen
fosfolípidos, mucopolisacaridos y proteínas (incluyendo hidrolasas lisosómicas), dichos cuerpos
son productos de la síntesis del componente tensioactivo del material que reviste los alvéolos
(surfactante). La falta de esta sustancia provoca el colapso de los alvéolos, ocasionando
estados patológicos en el recién nacido (membrana hialina). El agente tensioactivo es una
mezcla de proteínas más fosfolípidos siendo el componente principal el fosfolípido (dipalmitil
fosfatidil colina); la tensión superficial será inversamente proporcional a su concentración.
Investigadores plantean que el hábito de fumar cigarrillos disminuyen la concentración de
sustancia tensioactiva. Estas células presentan microvellosidades cortas en su superficie libre

En la luz alveolar encontramos muy frecuentemente macrófagos que protegen la región respiratoria
de la contaminación por microorganismos y por partículas inhaladas.

Los alvéolos no tienen pared independiente, de manera que los alvéolos adyacentes están
separados por un tabique interalveolar que puede tener aperturas u orificios con un diámetro de 8 a
12 μm, llamados poros alveolares (poros de Kohn). Este comunica a dos alvéolos vecinos y tiene
como función igualar las presiones entre los dos alvéolos que quedan comunicados por dicho poro.

En los tabiques interalveolares encontramos fibroblastos, macrófagos, mastocitos, plasmocitos,


capilares, y fibras elásticas, fibras reticulares y algunas fibras colágenas. Las fibras reticulares son
más abundantes a nivel de los orificios de desembocadura de los alvéolos, donde encontramos
también células de musculatura lisa.
Los fibroblastos (células septales) se consideran el elemento más abundante del intersticio del
tabique y tienen como función el mantenimiento y reparación del tejido pulmonar.

Los macrófagos alveolares provienen de los monocitos, tienen un diámetro de 15-40 μm. Presentan
un núcleo irregular, de forma de fríjol, con un nucléolo prominente; el citoplasma es vacuolado, con
el Golgi desarrollado y algo menos el RER, se observan abundantes ribosomas libres y partículas
de glucógeno en número moderado (glucógeno ß), los lisosomas primarios (0,5 μm) presentan
diversas enzimas entre las cuales destacan las fosfatasas ácidas, ß glucuronidasa y lisozima. En
fumadores, el citoplasma de estas células aparece lleno de masas pigmentadas del material
fagocitado y no digerido. (Cuando fagocitan sustancias producidas por el cigarrillo pueden liberar
productos lisosómicos al espacio extracelular y esto ocasiona inflamación). En la insuficiencia
cardiaca presentan muchas vacuolas llenas de hemosiderina proveniente de la fagocitosis de
eritrocitos extravasados y con la correspondiente degradación de su hemoglobina. Los fagocitos
migran y pasan al sistema de conductos para posteriormente ser deglutidos.

Barrera aire-sangre
De todo lo anteriormente descrito se concluye, que para contactarse el O 2 del aire inspirado y el CO2
contenido en la sangre, tienen que atravesar una serie de estructuras, a las cuales en conjunto se
les ha denominado barrera aire-sangre. Estas estructuras son:
 película alveolar surfactante
 citoplasma de la célula epitelial (neumocito tipo I)
 membrana basal de la célula epitelial
 membrana basal del capilar
 citoplasma de la célula endotelial

El espesor total de estas estructuras es de 0,3 – 0,7 μm; en algunos lugares las membranas
basales pueden estar fusionadas.

Toda la serie de conductos descritos a partir del bronquiolo respiratorio (conductos alveolares, sacos
alveolares y alvéolos) forman lo que muchos autores han descrito con el nombre de acinos
pulmonares, y que están separados unos de otros por medio de tabiques de tejido conjuntivo
sumamente delgados. Se estima que de 12 a 18 acinos forman un lobulillo pulmonar, y este se
considera la unidad estructural y funcional del pulmón.

CIRCULACIÓN PULMONAR
La circulación pulmonar está dada por las arterias y venas pulmonares y bronquiales. La arteria
pulmonar contiene sangre venosa (desoxigenada) que se oxigena en la pared capilar de los
alvéolos pulmonares. Donde quiera que existan alvéolos existe también red capilar, de la cual se
originan las vénulas que se localizan en los tabiques, en las ramificaciones del árbol bronquial y en
el hilio del pulmón. Los verdaderos vasos nutricios están representados por las arterias y venas
bronquiales.

Los linfáticos pulmonares son abundantes y forman un sistema cerrado: un grupo superficial en la
pleura visceral y uno profundo que acompaña los bronquios y vasos pulmonares. Estos dos grupos
se interconectan en el hilio, y se continúan con los nódulos traqueobronquiales.

Los nervios pulmonares provienen de los nervios vagos y de la cadena simpática.


Correlación histofisiológica en el sistema respiratorio

En el sistema respiratorio es importante considerar dos funciones: ventilación y hematosis.


La función ventilatoria se realiza por medio de las vías tubulares respiratorias: nariz, laringe,
tráquea, bronquios y bronquíolos, y se facilita por la existencia de un esqueleto cartilaginoso que
garantiza la permeabilidad del aire, al impedir el colapso de las paredes de estas estructuras.

La función estrictamente respiratoria (hematosis) se realiza a nivel de los alvéolos, y comprende los
cambios gaseosos que se efectúan entre la sangre desoxigenada que porta la arteria pulmonar y el
aire que ocupan los alvéolos. El intercambio gaseoso se lleva acabo a través de la barrera
respiratoria, por tanto, se efectúa a través de las estructuras que la componen y no de una
membrana inerte.
El intercambio gaseoso se hace mediante una simple difusión, atravesando los componentes que
integran la barrera aire-sangre por lo cual el epitelio de la pared de los alvéolos y del endotelio
capilar es de tipo simple plano.

En condiciones patológicas el espesor de la barrera puede variar, aumentando la resistencia a la


difusión, lo que trae como consecuencias perturbaciones pulmonares debidas a dicho
espesamiento, y no a trastornos de la función ventilatoria. Esto sucede en membrana hialina,
edema pulmonar, neumonías intersticiales y fibrosas, etcétera.
En la porción conductora del sistema respiratorio, los cilios y las células caliciformes engloban y
limpian, respectivamente, los gérmenes y partículas extrañas que penetran en las vías respiratorias,
los cuales pueden ser deglutidos o expulsados. Por su parte, en la porción respiratoria los
macrófagos son los encargados de la defensa respecto a contaminaciones por microorganismos u
otras sustancias.

Correlaciones morfofuncionales.

A. Paredes rígidas:
Cualquier inspiración profunda o demasiado profunda podría colapsar estas estructuras. Esto no
ocurre debido a la presencia del tejido óseo y del tejido cartilaginoso.
Así encontramos:
Tejido óseo: cavidades nasales
Cartílago: cavidades nasales
laringe
tráquea
bronquios extrapulmonares
bronquios intrapulmonares
B. Purificación del aire:
El aire inspirado debe llegar a las zonas de intercambio gaseoso libre de partículas y estéril para lo
cual dispone de las siguientes estructuras.
1. Pelos en las cavidades nasales (vestíbulo); se les denomina vibrisas. Las vibrisas actúan
impidiendo la entrada de partículas mayores de 10 μm.
2. Cilios en el epitelio que reviste:
 cavidades nasales.
 laringe.
 tráquea.
 bronquios.
 bronquiolos no respiratorios.
 bronquiolos respiratorios.
Los cilios “barren” aquellas partículas de 2-10 μm que logran llegar a las vías aéreas de menor
calibre. El mecanismo ciliar es tan potente que es capaz de mover las partículas a una velocidad de
16 mm/seg.

El epitelio puede variar desde pseudoestratificado cilíndrico ciliado con células caliciformes (en la
tráquea) hasta cúbico ciliado (en el bronquiolo).
3- Células fagocíticas alveolares.
Los macrófagos alveolares fagocitan aquellas partículas menores de 2 μm. que logran llegar al
alvéolo.
En estudios realizados en el gato se comprobó que los macrófagos alveolares eliminan la
astronómica cifra de 2 x 106 x hora (células) y que en el hombre esta cifra es más elevada. Los
fagocitos migran hacia los bronquiolos y de ahí son desplazados por los cilios para más tarde ser
deglutidos.
4- Moco (elaborado por las células caliciformes y las glándulas mucosas).
Las células caliciformes del epitelio (desde las cavidades nasales hasta los bronquios
intrapulmonares), elaboran moco que es capaz de atrapar las partículas que han penetrado al
inspirar.
Las glándulas que encontramos en las vías aéreas también contribuyen con su secreción a este
mecanismo de atrapar partículas y purificar el aire.

Todos estos mecanismos son de extraordinaria importancia y lo comprenderemos así si nos


detenemos a pensar que en cada litro de aire inspirado hay varios millones de partículas irritantes.

C. Calentamiento o enfriamiento del aire.


El aire que llega a los pulmones debe tener aproximadamente la temperatura corporal.
Esta adecuación se lleva a cabo a nivel de las fosas nasales, en los cornetes medio e inferior la
lámina propia de la mucosa tiene gran vascularización sobre todo un conjunto de vasos que en
circunstancias normales aparecían colapsados pero que pueden distenderse en algunas
circunstancias (semejante a un tejido eréctil).

D. Defensa:
Presencia de nódulos linfáticos (compartimiento mucoso).

E. Distensibilidad variable:
Dado por un mecanismo músculo elástico que permite los movimientos inspiratorios y espiratorios
del pulmón.
Músculos ------------- de la caja torácica.
Elastina --------------- fibras elásticas del pulmón.

F. Olfación:
Dado por el receptor olfatorio de las cavidades nasales.

G. Fonación:
Dada por las cuerdas vocales ubicadas en la laringe.

H. Variaciones en el diámetro:
Garantizado por fibras de musculatura lisa y que veremos como reaccionan a nivel de los
bronquiolos en los individuos asmáticos.
EMBRIOLOGÍA
Cuando el embrión tiene cuatro semanas, aparece el divertículo respiratorio (esbozo pulmonar)
como una evaginación de la pared ventral del intestino anterior.
El epitelio de revestimiento interno de la laringe, la tráquea y los bronquios, lo mismo que el de los
pulmones, tiene origen endodérmico. Los componentes cartilaginoso, muscular y conectivo de la
tráquea y los pulmones, derivan del mesodermo esplácnico que circunda al intestino anterior.
En un período inicial, el esbozo pulmonar comunica con el intestino anterior, pero cuando el
divertículo se extiende caudalmente queda separado de éste por los rebordes traqueoesofágicos. Al
fusionarse estos rebordes forman el tabique traqueoesofágico de este modo el intestino anterior
queda dividido en una porción dorsal, el esófago, y otra ventral, la tráquea y los esbozos
pulmonares.
El primordio respiratorio sigue comunicado con la faringe a través del orificio laríngeo (1).
Las anomalías de la separación del esófago y la tráquea por el tabique traqueoesofágico producen
atresia esofágica acompañada de fístulas traqueoesofágicas o no. Estos defectos aparecen uno por
cada 3.000 nacimientos y en el 90% de los casos la porción superior del esófago termina en un
saco ciego mientras que el segmento inferior forma una fístula que comunica con la tráquea. La
atresia esofágica aislada y la fístula traqueoesofágica en forma de H con atresia esofágica
representan, cada una, el 4% de los casos.
Estas anomalías están acompañadas por otros defectos congénitos, como las anomalías cardíacas
que se presentan en el 33% de estos casos. En este sentido, las fístulas traqueoesofágicas forman
parte de la asociación VACTERL (anomalías vertebrales, atresia anal, defectos cardíacos, fístula
traqueoesofágica, atresia esofágica, anomalías renales y de las extremidades [en inglés, Vertebral,
anomalies, Anal atresia, Cardiac defects, Tracheoesophageal fistula, Esophageal atresia, Renal
anomalies and Limb defects), conjunto de anomalías de etiología desconocida pero que aparece
con mayor frecuencia de la esperada por azar únicamente.
Una complicación de algunas fístulastraqueoesofágicas es el polihidramnios, debido a que el
líquido amniótico no puede pasar al estómago y los intestinos. Además, pueden entrar en la tráquea
a través de una fístula el contenido gástrico o líquido amniótico, o ambos, y causar neumonía.
Laringe
El revestimiento interno de la laringe es de origen endodérmico, pero los cartílagos y los músculos
provienen del mesénquima de los arcos faríngeos cuarto y sexto.
Como consecuencia de la rápida proliferación de este mesénquima el orificio laríngeo toma forma
de T.
En la misma época en que se forman los cartílagos, también prolifera rápidamente el epitelio
laríngeo, provocando la oclusión temporal de su luz. Posteriormente tiene lugar la vacuolización y la
recanalización se forman los ventrículos laríngeos limitados por pliegues de tejido que no
desaparecen sino que se convierten en las cuerdas vocales falsas y verdaderas.
Tráquea, bronquios y pulmones
En el curso de la separación del intestino anterior, el esbozo pulmonar forma la tráquea y dos
evaginaciones laterales, los esbozos bronquiales.
Al comienzo de la quinta semana cada uno de estos esbozos se agranda para formar los bronquios
principales derecho e izquierdo. El derecho se divide en tres bronquios secundarios, y el izquierdo
en dos, lo cual anuncia la presencia de tres lóbulos derechos y dos izquierdos.
Al producirse el crecimiento en dirección caudal y lateral, los esbozos pulmonares se introducen en
la cavidad corporal. Este espacio para los pulmones recibe el nombre de canal pericardio peritoneal.
Se encuentran a cada lado del intestino anterior y gradualmente es ocupado por los esbozos
pulmonares en crecimiento.
Cuando los canales pericardioperitoneales son separados de las cavidades peritoneal y pericárdica
por los pliegues pleuroperitoneal y pleuropericárdico, respectivamente, los espacios que quedan
son las cavidades pleurales primitivas.
El mesodermo, que recubre la parte externa del pulmón, evoluciona para convertirse en la pleura
visceral.
La hoja somática de mesodermo, que cubre la pared del cuerpo desde adentro, se transforma en la
pleura parietal.
El espacio que queda entre la pleura parietal y la visceral es la cavidad pleural.
En el desarrollo ulterior los bronquios secundarios se dividen repetidamente por dicotomía y forman
10 bronquios terciarios (segmentarios) en el pulmón derecho y 8 en el izquierdo, con lo que se
crean los segmentos broncopulmonares del pulmón del adulto.
Hacia el final del sexto mes han originado aproximadamente 17 generaciones de subdivisiones.
Antes de que el árbol bronquial alcance su forma definitiva, se forman seis divisiones adicionales
en el período postnatal.
Las ramificaciones son reguladas por interacciones epitelio-mesenquimáticas entre el endodermo
de los esbozos pulmonares y el mesodermo esplácnico que los rodea.
Mientras se forman estas nuevas subdivisiones y el árbol bronquial se está desarrollando, los
pulmones adoptan una posición más caudal y en el momento del nacimiento la bifurcación de la
tráquea se encuentra a la altura de la cuarta vértebra torácica.
Maduración de los pulmones
Se presentan distintos períodos en este proceso:
 Período seudoglandular: 5-16 semanas
 Período canalicular: 16 a 26 semanas
 Período del saco terminal: 26 semanas hasta el nacimiento
 Período alveolar: 8 meses hasta la infancia
Período seudoglandular:
Continúa la ramificación para formar bronquíolos terminales. No se encuentran bronquíolos
respiratorios ni alvéolos.
Período canalicular
Cada bronquiolo terminal se divide en 2 bronquíolos respiratorios o más, los cuales a su vez se
dividen en 3 a 6 conductos alveolares.
Período del saco terminar
Se forman los sacos terminales (alvéolos primitivos) y los capilares establecen íntimo contacto.
Período alveolar
Alvéolos maduros con contactos epiteliales endoteliales (capilares) bien desarrollados.

Hasta el séptimo mes los bronquíolos se dividen en conductos cada vez más pequeños (fase
canalicular) y su vascularización aumenta.
Cuando algunas de las células de los bronquíolos respiratorios cúbicos se transforman en células
delgadas y planas es posible la respiración. Estas células están en relación con capilares
sanguíneos y linfáticos y los espacios rodeados por ellas son los sacos terminales o alvéolos
primitivos.
En el séptimo mes hay suficientes capilares para que ocurra el normal intercambio de gases y para
permitir la supervivencia del infante prematuro.

En los dos últimos meses de vida intrauterina y durante varios años después del nacimiento,
aumenta el número de sacos terminales. Además, las células de revestimiento de los sacos (células
epiteliales alveolares de tipo I) se adelgazan y los capilares circundantes sobresalen hacia los
sacos alveolares. El contacto entre las células epiteliales y endoteliales representa la barrera
hematogaseosa. Antes del nacimiento no se observan alvéolos maduros. Además de las células
endoteliales y las células epiteliales alveolares planas, aparece hacia el final del sexto mes otro tipo
de células: son las células epiteliales alveolares de tipo II, encargadas de la producción de
surfactante, líquido con alto contenido de fosfolípidos que tiene disminuye la tensión superficial en
la interfase aire- sangre alveolar.
Antes del nacimiento, los pulmones están ocupados por líquido de alta concentración de cloro,
escasas proteínas, moco y por una sustancia surfactante formada por las células epiteliales
alveolares (tipo ll). El volumen de surfactante aumenta, sobre todo durante las dos últimas semanas
de la vida intrauterina.
Los movimientos respiratorios del feto comienzan antes del nacimiento y ocasionan la aspiración de
líquido amniótico. Estos movimientos son importantes porque estimulan el desarrollo de los
pulmones y el condicionamiento de los músculos de la respiración.
Cuando se inicia la respiración en el momento del nacimiento, la mayor parte del líquido de los
pulmones es reabsorbido por los capilares sanguíneos y linfáticos, mientras que una pequeña
cantidad sea expulsada por la tráquea y los bronquios durante el parto.
Cuando el líquido es reabsorbido de los sacos alveolares, el surfactante permanece depositado en
forma de una delgada capa de fosfolípido sobre las membranas de las células alveolares. Al entrar
aire en los alvéolos con la primera respiración, la capa de surfactante impide que se produzca una
interfase aire-agua (de la sangre) con alta tensión superficial. Si no existiera esta capa lipídica de
surfactante se produciría el colapso alveolar durante la fase espiratoria (atelectasia).
Los movimientos respiratorios después del nacimiento hacen que entre aire en los pulmones, los
cuales se expanden y llenan la cavidad pleural. Aún cuando los alvéolos aumentan algo de
volumen, el crecimiento de los pulmones en el período postnatal obedece principalmente al
incremento del número de bronquíolos respiratorios y alvéolos. Al nacimiento existe una sexta parte
de los alvéolos de una persona adulta. Los restantes se forman durante los 10 primeros años de
vida postnatal por aparición continua de nuevos alvéolos primitivos.

El surfactante es importante para la supervivencia del recién nacido prematuro. Si el volumen de


esa sustancia es insuficiente, se eleva la tensión superficial de la membrana aire-agua (de la
sangre) y existe riesgo de que se produzca el colapso de parte de los alvéolos durante la
espiración. Como consecuencia, sobreviene el síndrome de dificultad respiratoria (SDR). Esta es
una causa común de mortalidad del niño prematuro. En tales casos los alvéolos parcialmente
colapsados contienen un líquido de alta concentración proteica y numerosas membranas hialinas,
así como cuerpos laminares derivados probablemente de la capa de surfactante. El SDR, conocido
también como enfermedad de la membrana hialina, es la causa del 20%, aproximadamente, de las
muertes en el período neonatal.
La elaboración de un surfactante artificial y el tratamiento de niños prematuros con glucocorticoides
con el fin de estimular la producción de esa sustancia, ha reducido la tasa de mortalidad del
síndrome de dificultad respiratoria y permitido la supervivencia de algunos niños de sólo 5 meses y
medio de gestación.
Aun cuando se han descrito numerosas anomalías de los pulmones y del árbol bronquial (p. ej.,
tráquea con extremo ciego con ausencia de los pulmones y agenesia de un pulmón), en su mayoría
estas anomalías son raras.
Es más frecuente encontrar divisiones anómalas del árbol bronquial, que a veces ocasionan la
presencia de lóbulos supernumerarios.
Estas variaciones tienen escasa importancia funcional, aunque pueden ocasionar dificultades
inesperadas cuando se efectúa una broncoscopía.
Ofrecen mayor interés los lóbulos pulmonares ectópicos, que se originan en la tráquea o el esófago.
Se considera que estos lóbulos se forman a partir de esbozos respiratorios adicionales del intestino
anterior, que se desarrollan independientemente del aparato respiratorio principal.
Los quistes pulmonares congénitos tienen mayor importancia desde el punto de vista clínico. Estos
quistes se forman por dilatación de los bronquios terminales o mayores; pueden ser pequeños y
múltiples, confiriendo al pulmón aspecto de panal de abeja en la radiografía, o estar limitados a uno
o más quistes de mayor tamaño. Dado que las formaciones quísticas del pulmón suelen drenar de
manera insuficiente, es habitual que ocasionen infecciones crónicas.
Resumen de Embriología
El aparato respiratorio es una evaginación de la pared ventral del intestino anterior, y el epitelio de la
laringe, la tráquea, los bronquios y los alvéolos tienen origen endodérnico. Los componentes
cartilaginoso, muscular y el tejido conectivo tienen origen mesodérmico.
Durante la cuarta semana de desarrollo o la tráquea queda separada del intestino anterior por el
tabique traqueoesofágico, dividiendo de esta manera al intestino anterior en el divertículo
respiratorio por delante y el esófago por detrás. Se mantiene el contacto entre estas dos estructuras
por medio de la laringe, que está formada por tejido de los arcos faríngeos cuarto y sexto. El esbozo
pulmonar se desarrolla en dos bronquios principales: el de la derecha forma tres bronquios
secundarios y tres lóbulos; el de la izquierda forma dos bronquios secundarios y dos lóbulos. El
tabicamiento insuficiente del intestino anterior por el tabique traqueoesofágico ocasiona atresias
esofágicas y la formación de fístulas traqueoesofágicas.
Luego de una fase seudoglandular (5 a 16 semanas) y otra canalicular (16 a 26 semanas), las
células cúbicas que recubren a los bronquíolos se transforman en células planas y delgadas, las
células epiteliales alveolares de tipo 1, en íntima asociación con los capilares sanguíneos y
linfáticos. En el séptimo mes ya es posible el intercambio de gases entre la sangre y el aire en los
alvéolos primitivos. Antes del nacimiento los pulmones están ocupados por un líquido que contiene
escasas proteínas, algo de moco y una sustancia surfactante. Esta sustancia es producida por las
células epiteliales alveolares de tipo 11y forma una capa de fosfolípido sobre las membranas
alveolares.
Al iniciarse la respiración el líquido pulmonar reabsorbido, con excepción de la capa de surfactante
que impide el colapso de los alvéolos durante la espiración, reduciendo la tensión superficial en la
interfase aire-sangre capilar. La falta de surfactante o su escaso volumen en el neonato prematuro
ocasiona el síndrome de dificultad respiratoria (SDR) por colapso de los alvéolos primitivos
(enfermedad de la membrana hialina).
El crecimiento de los pulmones en el período postnatal se debe principalmente al aumento del
número de bronquíolos y alvéolo s respiratorios y no al incremento del volumen de los alvéolos. Por
lo menos durante los 10 primeros años de la vida se forman nuevos alvéolos.

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