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Revista

OCIO, JangwaYPana
TRABAJO ISSN:
CULTURA: 1657-4923DE REALIZACIÓN
PERSPECTIVA Vol. 14 148HUMANA
- 159 Enero - Diciembre de 2015

OCIO, TRABAJO Y CULTURA: PERSPECTIVA DE REALIZACIÓN


HUMANA
LEISURE, WORK AND CULTURE: HUMAN PERFORMANCE PERSPECTIVE

Manuel José Acebedo-Afanador1

RESUMEN
Se trata de hacer una sucinta reflexión, de carácter introductorio, sobre el sentido actual de la recreación, en el marco
problemático del tiempo libre, el ocio y el trabajo. En los tiempos actuales, el tiempo libre ha adquirido una connotación
que oscila entre la alienación, el aburrimiento y el consumo de cierta recreación prefabricada y costosa. Además, la
recreación y el ocio han perdido su sentido por sí mismos, como actos liberadores y realizadores, y se han convertido
solamente en tiempo de descanso al servicio del trabajo y del mercado de la diversión.

Palabras clave: Recreación; Cultura; Tiempo libre y ocio; Sociedad de consumo; Alteridad lúdica; Realización Humana.

ABSTRACT
It’s about making a brief reflection, an introduction, on the current sense of recreation, problematic within leisure and
entertainment. In modern times, free time has acquired a connotation of between alienation, boredom and consumption
of certain recreational prefabricated and costly. In addition, recreation and leisure, have lost their sense of themselves as
liberating and creative acts and have become only the service time off from work and market fun.

Keywords: Recreation; Culture; Leisure and entertainment; Alienation; Consumer society; playful otherness.
148

Tipología: Artículo de Reflexión


Fecha de recepción: 19/06/2015
Fecha de aceptación: 02/10/2015
Como citar este artículo: Acebedo-Afanador, M. (2015). Ocio, trabajo y cultura: perspectiva de realización humana.
Jangwa Pana, 14, 148 - 159.

1. Magister de Evaluación en Educación. Doctorando en Currículo, Profesorado e Instituciones Educativas de la Universidad de Granada, España;
docente-investigador del Departamento de Estudios Sociohumanísticos de la Universidad Autónoma de Bucaramanga de la Cátedra de la Escuela de
Derecho en la Universidad Industrial de Santander, Colombia. Correo: macebedo@unab.edu.co

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Manuel José Acebedo-Afanador

INTRODUCCIÓN lógicas y económicas como fin de


la vida misma ‑no es gratuito que
“El infierno de los vivos no es algo la inmensa y profunda sabiduría in-
que será; hay uno, es aquel que exis- dígena nos llame a nosotros, los de
te ya aquí, el infierno que habitamos Occidente prepotente y civilizado,
todos los días, que formamos estan- sus “hermanitos menores”, por lo
do juntos. Dos maneras hay de no su- zafios, ignorantes e irresponsables‑.
frirlo. La primera es fácil para mu- Así la razón, como fundamento de
chos: aceptar el infierno y volverse la autonomía y de la libertad para la
parte de él hasta no verlo más. La se- grandeza humana, se transforma en
gunda es peligrosa y exige atención y objeto de manipulación para la hete-
aprendizaje continuos: Buscar y sa- ronomía y la esclavitud del consumo
ber reconocer quién y qué, en medio en la anónima mediocridad espiri-
del infierno, o es infierno, y hacerlo tual de la muchedumbre tecnifica-
durar y darle espacio” (Calvino, da, masificada e informe (Acebedo
2000, p. 70). Afanador, 1995, p. 4)

En la medida del tiempo construido histórica- Esta realidad dinámica y transformadora ha he-
mente, las palabras, los símbolos y sus significa- cho que el sentido de la recreación (re-creación)
ciones cambian de muchas maneras, bien por su haya cambiado en el mismo sentido en que la
contenido moral, por su sentido práctico, por su sociedad industrial ha generado nuevas relacio-
uso o desuso, etc., usualmente ocurre en el lento nes sociales y nuevos sentidos en el tiempo libre,
decurso de las transformaciones culturales; pero que ha aumentado cuantitativamente en algunas
hoy en día esta capacidad de cambio se ha trans- sociedades, pero cualitativamente parece que no
mutado a una velocidad tal que no alcanzamos a tiene mucho desarrollo a pesar de las maravillas
digerir un cambio cuando ya hay dos o tres más y de las fantasías programadas y prefabricadas.
adelante, a veces ni siquiera nos enteramos de los 149
cambios hasta que, por alguna razón, sorpresiva- Así, las ocupaciones humanas han terminado por
mente nos damos cuenta que algo (objeto, símbo- tener cierto sentido de realización ‑felicidad‑ o
lo, etc.) ya ha entrado en desuso, transformacio- de infelicidad, en relación con el trabajo, con la
nes que afectan el devenir cultural de los pueblos capacidad económica de satisfacer necesidades
profundamente y con una celeridad jamás vistas vitales y con su significado en entornos sociales
que no permiten ni siquiera el asombro, sino so- altamente masificados y exacerbadamente con-
lamente la levedad de lo velozmente pasajero y sumistas; lo que conlleva a que el tiempo libre
fútil al servicio del mercado. y el ocio no tengan significación autónoma, sino
en relación de descanso con respecto al tiempo
Esta evolución es normal, deseable de trabajo o al consumo de “servicios de ocio”.
y necesaria; pero lo dramático apa- Incluso, además de la anterior, si el ser humano
rece cuando el proceso se da porque no se alcanza a realizar ni siquiera biológicamen-
el ser humano va asesinando, en una te en su pura animalidad, en sus necesidades vi-
muerte lenta, su esencia como ser tales, menos va a encontrar su realización en los
racional, espiritual y político; para aspectos profundamente esenciales de lo huma-
dar paso a otro “ser humano” cuya no: espiritual, intelectual, afectivo. Es la resigni-
esencialidad queda signada por la ficación y actualización permanente del sentido
satisfacción de las necesidades bio- marxista de la alienación:

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¿En qué consiste entonces la enaje- ponerles su falsificación, sino que


nación del trabajo? Primeramente en también hay una amplia gama de
que el trabajo es externo al trabaja- emociones espontáneas que son re-
dor, es decir, no pertenece a su ser; en primidas y reemplazadas por seu-
que en su trabajo, el trabajador no se dosentimientos… Al aceptar esta
afirma, sino que se niega; no se siente norma, el individuo se ha debilita-
feliz, sino desgraciado; no desarrolla do grandemente; su pensamiento ha
una libre energía física y espiritual, resultado empobrecido y achatado.
sino que mortifica su cuerpo, arruina Por otra parte, como las emociones
su espíritu. Por eso el trabajador sólo no pueden ser por entero eliminadas,
se siente en sí fuera del trabajo, y en ellas han de mantener una existencia
el trabajo, fuera de sí. Está en lo suyo completamente separada del aspec-
cuando no trabaja y cuando trabaja to intelectual de la personalidad; el
no está en lo suyo. Su trabajo no es, sentimiento barato e insincero que
así, voluntario, sino forzado, trabajo el cine y la música popular ofrecen a
forzado. Por eso no es la satisfacción millones de sus clientes, hambrientos
de una necesidad, sino solamente un de emociones, resultan ser la conse-
medio para satisfacer las necesidades cuencia de todo esto. (Fromm, 1990,
fuera del trabajo. Su carácter extraño p. 281)
se evidencia claramente en el hecho
de que tan pronto como no existe una Así, el trabajo se da como una una imposición
coacción física o de cualquier otro externa ‑odiosa y fatigante‑ presente cotidiana-
tipo se huye del trabajo como de la mente y aceptada acríticamente para mantener la
peste. El trabajo externo, el trabajo apariencia de felicidad medida por la cantidad de
en que el hombre se enajena, es un cachivaches tecnológicos acumulados en casa,
trabajo de autosacrificio, de ascetis- por la cantidad de dinero ‑así sea aparente‑ y por
150
mo… (Marx, 2005, p. 65) la satisfacción de necesidades artificiales, nece-
sarias para simular cierto sentido mezquino de
La salvaje competencia del medio capitalista le felicidad, signado por la unidimensionalidad, en
impide su realización integral como ser humano a la que desaparece lo humanizante para significar
cambio de la apariencia y del consumo, que sólo de manera artificial y pasajera en la medida del
se pueden sostener con el trabajo duro, así este fetiche que le da sentido.
trabajo no lo realice como ser humano sino que,
al contrario, le impida crecer como persona y lo Es el ser humano al servicio de los objetos,
conduzca, a su vez, a la tragedia postmoderna del del consumo y de la ambición, en palabras de
aburrimiento en el ocio ‑que se disfraza frente a Marcuse (1990):
una pantalla de televisión‑, y a la imposibilidad
de apropiarse de su trabajo para sí, como parte Una ausencia de libertad cómoda,
profunda de su ser, en una manera de “disfrazar” suave, razonable y democrática, se-
su miedo a la autonomía y a los riesgos de la li- ñal del progreso técnico, prevalece
bertad plena y realizadora que planteara Fromm en la civilización industrial avanza-
en los siguientes términos: da. ¿Qué podría ser realmente más
racional que la supresión de la indi-
Y no solamente se suprime directa- vidualidad en el proceso de mecani-
mente la hostilidad y se matan los zación de actuaciones socialmente
sentimientos amistosos al sobre- necesarias aunque dolorosas; que la

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concentración de empresas indivi- aquello necesario para una vida con las menores
duales en corporaciones más eficaces necesidades e incomodidades posibles; así que,
y productivas; que la regulación de la en consecuencia, como un principio para la vida:
libre competencia entre sujetos eco- trabaje duro, lo más duro posible y consuma
nómicos desigualmente provistos; sin límites o, en otro caso, si no quiere trabajar
que la reducción de prerrogativas y duro, rompa con la ley y con la decencia para
soberanías nacionales que impiden que pueda seguir consumiendo, en esta segunda
la organización internacional de los alternativa además es posible que se convierta en
recursos? Que este orden tecnológico paradigma social y en héroe de seriados de tele-
implique también una coordinación visión; en consecuencia, el trabajo se opone al
política e intelectual puede ser una ocio (por improductivo en cuanto al consumo) o,
evolución lamentable y, sin embargo, en otro caso, el ocio y el tiempo libre hacen parte
prometedora. (p. 31) del consumo mismo, un fetiche más.

Ocio y desarrollo humano En este proceso, el tiempo es uno de los bienes


no renovables que se va consumiendo. En la me-
La reflexión sobre el objeto del desa- dida en que el tiempo es irreversible y se agota en
rrollo económico no puede continuar un proceso lineal se van cerrando las posibilida-
siendo un diálogo entre distintas ver- des de desarrollo por la degradación de la ener-
siones de un mismo enfoque. A la gía empleada para manejar y disponer del tiem-
hora de los hechos todas esas pala- po mismo, pues buena parte se agota en tiempo
bras se convierten en un monólogo, muerto (filas, transporte, etc.), otro en tiempo
y todas las aparente contradicciones alienado (actividades laborales alienantes, exce-
quedan resueltas en una misma equi- so de televisión, uso inútil de redes sociales, con-
vocada convicción común: que el sumo de sustancias destructivas, etc.), y mucho
ocio es la causa principal de la po- en actividades cargadas de estrés, nerviosismo y
breza, y que para salir de ella debe altos niveles de tensión. Por ejemplo, el agota- 151
sacrificarse el presente, el hombre miento que depende de la velocidad con la cual la
y la naturaleza. (Rodríguez Gómez, sociedad consume tiempo. Velocidad que mueve
1992, p. 25) la dinámica de la producción: a más producción,
más alta velocidad y viceversa, en un círculo vi-
Acorde con este autor, el ocio alienado se funda- cioso que termina por consumir al ser humano.
menta en un trabajo deshumanizado y desnatu-
ralizado, a su vez, causa de la pobreza absoluta A su vez, esta concepción del tiempo para la rea-
y relativa de la sociedad. Situación ésta que en- lización humana se forma en la interacción de la
cuentra su origen en la valoración económica que ética del trabajo, el control del tiempo y la racio-
mueve toda la vida cotidiana, es decir, la conse- nalidad económica.
cución, reproducción y acumulación de benefi-
cios monetarios, sin más motivaciones ni posibi- La ética del trabajo desarrollada desde los inicios
lidades que la ganancia como último sentido de del capitalismo convirtió lentamente al trabajo en
lo humano, y el dinero como el fetiche, el gran el valor moral que da sentido a la vida y su única
tótem, el único objeto de adoración, reverencia fuente de realización, centrada siempre (en ma-
y culto. yor o menor medida) en la oportunidad, el éxito
y el pragmatismo (incluso teorías críticas como
Se ubica entonces el trabajo, en esa perspectiva, el marxismo mantienen el mismo principio). Por
como el proceso que remedia la carencia de todo su parte, el control del tiempo se asimiló como

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control social por las vías coercitiva y cohesiva: se hace más lento, a tal punto que hoy en día la
o “aprovecha el tiempo” produciendo o pierde la movilidad urbana es inmensamente más ruidosa,
vida en el ocio y en los sueños improductivos. La más histérica y más contaminante, pero no hay
racionalidad económica, que busca maximizar la mayor valor agregado que compense semejante
tasa de ganancia, encuentra necesariamente en el costo si se compara con la velocidad de despla-
tiempo el punto de referencia que ratifica o nie- zamiento urbano de los tiempos de las carretas y
ga la efectividad del proceso de valoración del de los caballos; igual ocurre con el trabajo: a ma-
capital, por eso hizo carrera rápidamente desde yor tecnología y capacidad, el tiempo de trabajo
el siglo XIX la frase de Edward George Bulwer- no disminuye ni se hace más grato, al contrario:
Lytton (atribuida comúnmente a Benjamín más tiempo se dedica al trabajo (o a los trabajos),
Franklin): “el tiempo es oro”. más estrés, neurosis y enfermedades produce y
más vida laboral invade la vida familiar. Esta es
La combinación de esas tres características en el una trampa del internet y los sistemas virtuales
capitalismo conduce a asignar al tiempo de tra- en la que caemos con frecuencia: en el siglo XXI
bajo la función de ser el ámbito de la realización se “vive” en el trabajo, en la vida laboral, las 24
y de la mayor ocupación porque lo productivo es horas del día, sin respeto por ningún otro tipo de
aquello que al generar ingresos monetarios rea- espacio. Es muy factible ver a una persona de-
liza al ser humano en la medida de su capacidad dicando parte (¡o todo!) su tiempo familiar al
de consumo. Cualquier otra actividad suscepti- trabajo mediante medios virtuales. Nadie va con
ble de ser realizada en el tiempo es considerada sus hijos al trabajo, pero comúnmente vamos con
sólo en función de sus efectos sobre el trabajo. La nuestro trabajo a donde nuestros hijos.
recreación es, precisamente, la recuperación del
desgaste causado por el trabajo para poder volver Con el desarrollo del capitalismo la duración del
a emplear la fuerza de trabajo. De ahí los lími- trabajo ha venido modificándose debido al pro-
tes entre los que fluctúa la jornada de trabajo: un greso en las fuerzas productivas de la sociedad
mínimo tal que permita la existencia de tiempo y a la ampliación de su capacidad tecnológica.
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de trabajo excedente y por tanto de plusvalía con Esa situación ha hecho que en las sociedades de
una tasa de ganancia media; un máximo tal que clases, en teoría, la disponibilidad de tiempo li-
la fuerza de trabajo sea recuperable. bre vaya aumentando. Sin embargo, llegado a un
punto el tiempo libre empieza a disminuir por la
Se vive desde el drama de la educación hasta el presencia de tiempos vacíos (o tiempos muer-
otro drama, el de la jubilación: Desde la educa- tos), como el tiempo de transporte; igualmente,
ción infantil, el ser humano aprende a no “perder tendencias recientes muestran que, al contrario,
tiempo” y aprovecharlo en tareas y trabajos lo el tiempo dedicado al trabajo va en aumento. En
más farragosos y pesados posibles para que ad- sociedades anteriores (por ejemplo, las indíge-
quiera sentido del sacrificio y del esfuerzo y no nas), la disponibilidad de tiempo libre era mucho
pierda el tiempo; las actividades lúdicas y recrea- mayor y, aún más, cualitativamente era mucho
tivas son una especie de “agregado” al margen. más gratificante y significativo. Además, la sola
Por eso en la jubilación, las personas también vi- reducción en la jornada de trabajo no garanti-
ven el drama de “no tener nada qué hacer” o sea, za ningún avance en el establecimiento de unas
no producir en la vida laboral. relaciones de producción fundadas en la auto-
nomía, la creatividad y el bienestar individual,
A manera de ejemplo: a mayor velocidad y poten- pues el ocio y sus actividades pueden terminar
cia de nuestros automóviles contradictoriamen- siendo un fetiche más para el consumo y para la
te disminuye la movilidad y el desplazamiento deshumanización.

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Toda referencia al trabajo (cuyo concepto se re- trabajos al tiempo) como la mayor satisfacción
fuerza como “trabajo productivo”) en el capita- del ser humano consigo mismo.
lismo busca oponerlo al ocio (“tiempo improduc-
tivo”), y por ese camino se termina reprobando El tiempo libre, por el contrario, sí es lo opuesto
al ocio en sí mismo, a no ser como un premio al trabajo. El ocio puede ser aislado del trabajo,
a la fatiga del trabajo o una recarga de fuerzas si es basado en la ausencia de premura en cual-
para soportar más trabajo, pero el tiempo de ocio quier actividad a partir de la inversión del sentido
por sí mismo no cuenta. El trabajo, visto por del tiempo al ponerlo servicio del ser humano.
ese camino como el extremo opuesto del ocio, Desaparece la diferencia entre lo activo y lo pa-
es elevado al nivel de fuente única de bienestar sivo. El ocio permite entonces el libre desarrollo
social y de realización personal, como si fuera de la creatividad, el sentido esencial de la liber-
una antropología del trabajo, con una ontología tad y la comprensión de la existencia humana.
legitimadora alrededor del éxito, porque ese es
el supuesto sentido de la vida, de su realización: Desde el punto de vista de la transformación de
la energía, el ocio detiene el proceso entrópico.
Muchas cargas pesadas hay para el Es el no consumo de energía ni de tiempo y, por
espíritu; para el espíritu paciente y tanto, la ampliación del presente. Es haber vivi-
vigoroso en quien domina el respeto. do, vivir y prepararse para vivir, en una interac-
Si vigor reclama la carga pesada, la ción permanente de aprendizajes, desaprendiza-
más pesada. El espíritu robusto pre- jes y reaprendizajes.
gunta: ¿qué hay de más peso? y se
arrodilla como el camello y quiere Al contrario, en el desarrollo económico colom-
una buena carga. ¿Qué hay de más biano la crítica al ocio ha sido un hecho perma-
pesado? -Pregunta el espíritu ro- nente. Su origen se encuentra en el largo proceso
busto-. Dilo ¡oh héroe!, a fin de que de formación de la ideología del trabajo, consus-
cargue con ello sobre mí y mi fuerza tancial al desarrollo capitalista. Las ideas de mu-
se alegre. ¿Acaso esto no es humi- chos de los pensadores sociales se han encamina- 153
llarse para hacer sufrir a su orgullo, do a una sustentación del trabajo como solución
hacer brillar su locura para cambiar para el desarrollo nacional. Igualmente, estos
en amarga burla su sabiduría?... pensadores ven como un símbolo de subdesarro-
(Nietzsche, 1985, p. 52) llo y atraso la existencia de muchos días feriados,
mientras hacen panegíricos de otras sociedades
Pero, en otra perspectiva, el ocio no es lo con- con menos festivos y menos tiempo libre, como
trario del trabajo. El ocio puede ser trabajo y, si dar menos descanso a las personas las hiciera
simultáneamente, el trabajo puede ser ocio, en mejores. Además, en estas sociedades con menos
una actividad situada más allá de la presión del días libres las jornadas semanales de trabajo son
tiempo. Esto es lo que permite ver la realidad de inferiores. Cuando algunos de ellos han hecho re-
la ideología de la economía del trabajo al ocultar ferencia a la necesidad de descanso y recreación,
la posibilidad de que el ser humano viva sin la simplemente han reforzado el ideal del trabajo.
presión del tiempo y las necesidades artificiales Para que éste no se agote y rinda más han encon-
generadas por la exacerbación del consumo, en el trado algún valor en el descanso.
ejercicio autónomo de sus actividades; pues al fin
y al cabo es el consumo artificioso y desaforado Más de cien años de desarrollo industrial y urba-
la verdadera motivación que se esconde detrás de nización del país no se han visto correspondidos
la legitimación del trabajo arduo (ojalá dos o tres con reducciones notorias de la jornada laboral,

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mucho menos con la posibilidad de que surja fue el resultado? Revueltas y un au-
cualquier alternativa de recuperación del ocio. Se mento en el consumo de soma; nada
han confundido tanto el trabajo como el ocio con más. Estas tres horas y media suple-
el tiempo propio del desarrollo del capital que mentarias de ocio estaban tan lejos
“aprovechar el tiempo” trabajando se ha conver- de ser un manantial de dicha, que las
tido en la máxima señal de realización humana. gentes véanse obligadas a procurarse
Como principio para un desarrollo alternativo vacaciones para huir de ellas. La ofi-
debe ser tenida en cuenta la resignificación del cina de inventos rebosaba de planos
ocio, su descentramiento del trabajo para que sea de procedimientos para economizar
fuente autónoma de bienestar social. Eso es lo trabajo: a millares...
que debe ser, y en cierta forma es utópico, pero la -Mustafá hizo un amplio ademán-.
utopía es un llamado que impulsa lo que se debe Y, ¿por qué no los realizamos? Por
hacer para que sea realizado. Es la apertura de el bien de los trabajadores; sería pura
nuevas posibilidades en un mundo que restringe crueldad el afligirlos con un excesivo
cualquier capacidad creativa. La reivindicación ocio. Lo mismo ocurre con la agri-
del ocio es la reivindicación de lo humano y de cultura. Podríamos reducir por sínte-
lo natural; pero, por el contrario, se va hacien- sis hasta el último bocado de nuestros
do dramáticamente cercana y visible la sociedad alimentos, si quisiéramos. Pero no lo
“feliz” de Huxley (1979): hacemos. Preferimos que un tercio de
la población se dedique a los trabajos
-La población óptima ‑dijo Mustafá de la tierra. Y esto en su propio bene-
Mond‑ es como el iceberg. Ocho no- ficio. Solo porque cuesta más tiempo
venos bajo el agua y uno encima. obtener el alimento de la tierra que
-¿Y son felices bajo el agua? el que da una fábrica. Además hemos
-Más felices que encima. Más felices de pensar en nuestra estabilidad. No
que sus amigos, por ejemplo- y los queremos cambiar. Cada cambio es
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señaló con el índice. una amenaza a la estabilidad. Esta
-¿A pesar de su odioso trabajo? es otra razón por la que estamos tan
¿Odioso? No lo creen ellos así. Al poco inclinados a aplicar invencio-
contrario, les gusta. Es leve y de nes nuevas. Cada descubrimiento
una simplicidad infantil. No agota de la ciencia pura es potencialmente
la mente ni los músculos. Siete ho- subversivo; hasta la ciencia ha de ser
ras y media de un trabajo leve y muy tratada como un posible enemigo. Sí,
llevadero y luego la ración de soma, hasta la ciencia.. (p. 208)
y deportes sin trabas y el cine sensi-
ble. ¿Qué más pueden pedir? Cierto Se necesitan nuevos modos de realización que
–agregó‑ que pueden pedir menos corresponda a las nuevas capacidades, conteni-
horas y desde luego podríamos con- dos y modalidades de la sociedad del siglo XXI,
cedérselas. Técnicamente, sería sen- que resignifique y de sentido a una modernidad
cillísimo reducir el trabajo de las en permanente licuefacción de sus ideales, va-
castas inferiores a tres o cuatro horas lores, creencias y sentidos de solidaridad. En el
al día. Pero, ¿serían más felices por planteamiento de Bauman (1999), como “moder-
ello? De ningún modo. Ya se hizo el nidad líquida”, la indagación por la identidad es
experimento, hace más de siglo y me- el compromiso vital de la persona, y este empeño
dio. Irlanda entera se organizó sobre de construirse a sí mismo es la última posibili-
la base de cuatro horas al día. ¿Cuál dad de arraigo, de identidad, que nos queda. Así,

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en la modernidad líquida las identidades son se- do en el milagro de una sociedad de consumo có-
mejantes a una capa volcánica que se endurece, moda y sin limitaciones, con todo prefabricado,
vuelve a disolverse y cambia incesantemente de hasta las mismas realizaciones humanas. Su obra
forma. Éstas parecen inalterables desde un punto lleva implícita, no solo una cáustica crítica a la
de vista externo, pero, al ser contempladas por el felicidad del consumo, la abundancia y el faci-
mismo sujeto, brota la inconsistencia y el desga- lismo que permiten un cómodo control total de
rro constantes. Por este proceso el individuo debe la sociedad, sino también un llamado angustioso
trasegar para poder integrarse a una sociedad a buscar otras alternativas frente a esa aplastan-
cada vez más global, pero sin identidad fija, y sí, te realidad del hipermercado mundial histérica-
maleable, voluble. Es decir, buscar su identidad mente consumista y discriminatorio hasta la más
en aquello que, de por sí, no tiene una identidad indigna vileza. “Imaginaos qué tontería es per-
consistente. Pero, a la vez, esta identidad resbalo- mitir a la gente jugar a juegos complicados que
sa, fangosa, nos hace cada vez más dependientes en ninguna manera aumentan el consumo. Es una
del otro y es ahí donde se encuentra la esperanza locura. Hoy en día los inspectores aceptan solo
de crear condiciones de crecimiento en términos los juegos nuevos, que requieren cuando menos,
de humanidad, conciencia social por el bien in- tantos accesorios como el más complicado de los
dividual a partir de lo común en armonía con la existentes...” (p. 951).
naturaleza, en una nueva dimensión del trabajo y
del ocio que trascienda lo meramente productivo No muy lejos del gusto estandarizado, de la filo-
en la medida de la vida como una vida al servicio sofía del regalo como expresión de pseudoafec-
de sí misma no de los fetiches que la alienan, la tos espontáneos e inmediatistas (los días comer-
suplantan o la simulan. ciales de todo y para todas las celebraciones), los
mensajes educativos del mundo feliz plantearían
Tiempo libre: ¿utopía o realidad? cuestiones como estas: “En las salas de los niños,
terminaba la lección de concepto elemental de
Con lo expresado hasta aquí, acorde con la pro- las clases sociales; las voces adaptaban la futu-
puesta analítica de Kellman y Fernández (1986), ra demanda a la futura oferta industrial. “Cómo 155
aparece la necesidad de preguntarse por lo que me gusta ir en avión ¡-susurraban-, ¡cómo me
podría ser su proyección en un futuro. Las visio- gusta ir en avión!”, “¡me gusta estrenar un traje,
nes sobre el tiempo libre indefectiblemente hacen cuánto me gusta...!” “Los trajes viejos son ho-
referencia a este aspecto. Si bien las utopías se rribles –continuaba el infatigable murmullo- Hay
han presentado a través de la historia de manera que tirarlos!” “Vale más desechar que tener que
tan lejana de la más humana y cotidiana realidad remendar; vale más...” “Cuanto más remiendo,
que se les ha calificado de irrealizables, ellas le más pobre me siento” (p. 966).
plantean a la sociedad una situación dilemática o
una dinámica de búsqueda incesante. “las utopías La curiosa contradicción: el “tiempo libre” está
son realizables. La vida marcha hacia las utopías. totalmente programado y plagado de actividades
Y puede ser que comience un siglo nuevo, un si- perfectamente planificadas por los mass-media,
glo donde los intelectuales y la clase cultivada por el turismo, por los centros comerciales, etc.,
soñarán con los medios de evitar las utopías y de de tal manera que es imposible imaginar el ocio
retornar a una sociedad no utópica, menos “per- no programado como recreación para la realiza-
fecta” y más libre” (Berdaiev, 1979, p. 28). ción humano sino sólo como una sutil, dulce y
cómoda alienación.
Por ejemplo, Huxley (1979) plantea la posibili-
dad de un mundo feliz, proyectando de manera “Hoy en día ‑he aquí el progreso‑
irónica las esperanzas de quienes siguen creyen- los viejos trabajan y no tienen tiem-

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po que perder; ni un momento para blemática se sitúa a un nivel superior sobre la crí-
sentarse a pensar; y si, por cualquier tica al tiempo libre, por cuanto involucra las es-
malhadada circunstancia, el tiempo tructuras económicas y políticas. Sin embargo, se
produjese una grieta en la masa com- deben entablar acciones inmediatas que estarían
pacta de sus distracciones, queda el orientadas a una ampliación y formación de un
soma, el delicioso soma, del que me- pensamiento crítico y, de manera más concreta,
dio gramo equivale a medio día de a la búsqueda de una reducción del consumo en
descanso, un gramo a un fin de sema- lo que tiene de manipulado y alienante. De esta
na, dos o una escapada por el Oriente manera, “podremos reducir ‑ya que no eliminar‑
Magnífico, tres a una sombría eterni- la producción en lo que ésta tiene de alienante.
dad en la luna; y al retorno, se hallan Hay que crear un nuevo tiempo liberador, que
al otro lado de la grieta, sanos y sal- posibilite la contrafunción del ocio en relación
vos en la tierra firme de los trabajos y consigo mismo y deje de ser el primer enemigo
diversiones cotidianas, corriendo de del tiempo libre. Es entonces cuando podrá aso-
cine-sensible, de chica en chica-neu- mar su cabeza, por entre el ocio y el trabajo. El
mática, de campo en campo de golf tiempo libre” (Munné, 1980, p. 160).
electromagnético”.. (p. 972)
No se pretende construir todo un nuevo modelo
En esta misma medida, el ocio en una sociedad social en el espacio de un ensayo, ni cómo ha
potencialmente redimida del tiempo de traba- de ser utilizado el tiempo libre en ese potencial
jo del control social y de la programación del proyecto liberador; pero sí considerar que en una
tiempo del individuo, son presentados: “Siete nueva sociedad podrían existir más posibilida-
horas y media de un trabajo leve y muy llevade- des para que sus integrantes hagan uso adecuado
ro, luego la ración de soma, y deportes sin trabas y humanizante del tiempo libre en condiciones
y el cine sensible. ¿Qué más pueden pedir? (...) de libertad. “Porque lo que el tiempo libre ha de
Técnicamente sería sencillísimo reducir el traba- ser, en un nuevo tipo histórico de ocio, sólo el
156
jo de las castas inferiores a tres o cuatro horas al hombre liberado debe decidirlo y puede crearlo”
día. Pero, ¿serían más felices por ello? De ningún (Munné, 1980, p. 175).
modo. Ya se hizo el experimento (...) ¿Cuál fue el
resultado? Revueltas y aun aumento en el consu-
mo de soma; nada más” (p. 1110).
DISCUSIÓN

Las anteriores reflexiones, que expresan ciertas Sentido liberador de la recreación:


realidades del uso del tiempo libre en la actuali- alteridad lúdica
dad, confirman la necesidad apremiante de una
crítica objetiva al ocio burgués, al sentido del “Derivado del verbo latino lúdere,
tiempo y al esquema capitalista que lo funda- que significa jugar, el término lúdico
menta. Se requiere pensar en un nuevo modelo se refiere al juego como recreación y
de sociedad en la cual el ocio, practicado con como re-creación. La vida humana
libertad, conduzca a la verdadera dimensión del no se termina en el trabajo, ni es toda
tiempo libre. (Kellman & Fernández, 1986). ella el serio y desgastador cumpli-
miento de deberes. Es también des-
En este sentido, como lo plantea Munné (1980), canso, distracción, juego, diversión.
eliminar la alienación supone una liberación glo- Todo esto es actividad, y actividad
bal, lo cual depende no solo del tiempo de ocio buena y necesaria como el mismo
sino también del restante tiempo social. La pro- trabajo. Pero también en ella se en-

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cierra el peligro de la alienación; mento en que el otro me mira, yo soy responsable


una alienación que, a diferencia del de él sin ni siquiera tener que tomar responsabi-
trabajo, resulta sutil y placentera. Ya lidades en relación con él; su responsabilidad me
los políticos romanos sabían que con incumbe. Es una responsabilidad que va más allá
pan y circo se podía tener satisfecho de lo que yo hago” (Levinás, 2000, p. 80).
a un pueblo.
El sistema totalizante utiliza la diver- Es entonces la resignificación del sentido de la
sión y el juego como distractivos de virtud como construcción humanizante, como
las contradicciones internas que ame- posibilitación de todas las maravillosas riquezas
nazan con introducir la exterioridad materiales, espirituales, psicológicas, afectivas
y agrietar el orden de la mismidad. e intelectuales que pueden generar cierto senti-
Todos somos testigos del poder de un do integral de la realización humana en torno a
campeonato mundial de fútbol como la calidad de vida como camino y la excelencia
tranquilizante nacional o internacio- como meta (meta como punto del camino en el
nal. Los problemas sociales, labora- que se abren múltiples y enriquecedoras posibili-
les, familiares, políticos desaparecen dades). Este sentido de virtud, como virtud públi-
como por arte de magia. Una buena ca, podría describirse en la medida de:
fiesta, un campeonato animado, un
espectáculo triunfalista son capaces “la exaltación de la persona virtuosa,
de mantener sosegados y conten- que corresponde al profundo y radical
tos a los estudiantes en la universi- compromiso sociopolítico del ser hu-
dad, a los obreros en la fábrica, a los mano en su autonomía; en el mismo
campesinos en sus parcelas. De este sentido que, siglos después de la vida
modo el ocio sano y conveniente se del Santo (Santo Tomás), otro filó-
convierte en opio de conciencias in- sofo la definiera como “la liberación
dividuales y colectivas”. (González del hombre de su culpable incapaci-
Álvarez, 1996, p. 61) dad. ¡Sapere aude! Ten el valor de 157
servirte de tu propia razón sin la guía
La alteridad hace referencia a las distintas ma- de otro” (Kant, 1992, p. 5) o como
neras de relacionarse con otros seres humanos y Aristóteles, citando a Hesíodo, la de-
con la naturaleza en el contexto de la dignidad, fine: “El varón superior es el que por
del reconocimiento y del respeto. Está referida sí lo sabe todo; bueno es también el
a las habilidades de auto-reconocimiento (auto- que cree al que habla juiciosamente;
estima y autoimagen), a las habilidades alterita- pero del que ni suyo sabe ni deposita
tivas dadas desde el sentido de la otredad como en su ánimo lo que oye de otro, es un
reconocimiento del otro en cuanto otro, y a las tipo inservible”. (Aristóteles, 1982,
habilidades ecológicas de reconocimiento de la p. 27) Principios en los que el fun-
naturaleza como fuente única de la vida. Así pa- damento de la virtud misma se inicia
samos de un yo cerrado a un yo abierto, lo que necesariamente con este sentido de
hace que la reflexión humanística no empiece en autonomía como responsabilidad y
el Yo, sino en el Otro. Entonces ¿Cuándo soy yo? autoafirmación de la utopía del equi-
Cuando otro me nombra, otro identifica mi rostro librio entre la libertad y la justicia”.
y yo identifico el rostro del otro, pues “el rostro (Acebedo Afanador, 1995, p. 37)
es lo que nos prohíbe matar”. El “pienso, luego
existo” cartesiano da paso al: “soy reconocido, En este marco, usualmente los seres humanos
soy nombrado, luego soy”. Así: “Desde el mo- desarrollan dos tipos de actividades en su vida

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OCIO, TRABAJO Y CULTURA: PERSPECTIVA DE REALIZACIÓN HUMANA

cotidiana: actividades trabajosas (“cumplir con nómica particular, pues las clases medias y altas
el deber”: carga pesada y fatigosa pero necesa- actúan de manera similar en este aspecto.
ria) y actividades felicitarias ‑o supuestamente
felicitarias‑ (camino, encuentro y desarrollo de En este sentido, la esclavitud del consumo, por
la realización plena del ser humano en el tiempo exceso o por defecto, incluye la esclavitud del
libre). Pero contradictoriamente la realización se trabajo como ocupación necesaria pero alienan-
pone en manos de la parte difícil y pesada, en te y del ocio como forma de aquietar el espíritu
la que “se cumple el deber”. De esta forma, los en la abulia cultural de la pasividad y la hetero-
seres humanos no pueden desprenderse de las ac- nomía propiciada y mantenida por los medios
tividades trabajosas, son su sino cruel, su fatal masivos de información y manipulación social o
carga cotidiana. El cumplimiento del deber, sig- por el ocio programado. La persona conforme,
nado por el sacrificio, el silencio, la pequeña ven- resignada y aburrida ‑el ciudadano obediente y
ta cotidiana de la conciencia, y la monotonía, se acrítico‑, trabaja sin protestar, consume más y no
hace paradigma de estabilidad personal y social, genera problemas ni cuestionamientos al sistema
además de símbolo de prestigio y de “tranquili- que lo somete a tal vida.
dad” individual.
El ser humano hoy día no se entretiene, se abu-
La recreación generalmente se asigna al tiempo rre de tal manera que el aburrimiento pasa a ser
libre de las personas, entendido éste último como parte normal del ocio, en un sopor invencible que
el sobrante, luego de la jornada laboral producti- adormila sus maravillosas fuerzas creativas para
va en términos económicos. Esta concepción del recibir hecha ‑prefabricada y, a la vez, desecha-
tiempo libre es mezquina y empobrecedora en lo ble‑ su recreación, en un mundo de ilusiones y
que se refiere a la recreación, pues, en esta acep- sensaciones programadas donde todo parece ser
ción, ésta última implica culturalmente “el mo- pero no es.
mento feliz” mientras que el trabajo se convierte
en la pesada carga cotidiana. Hace falta innovación, imaginación, creatividad
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y capacidad de riesgo, como fundamentos de
Así las personas terminan llevando una curiosa suyo esenciales, para buscar un renovado sentido
vida en la que le dedican toda su energía a activi- trascendente y propiamente humano de la recrea-
dades económicamente productivas, pero que no ción, para vencer el sentido fatalista de la cultura
los realizan como seres humanos. Es otra de las del ocio como una parte subyacente de la mono-
tantas contradicciones del capitalismo: trabajar tonía cotidiana del consumo.
duro la mayor parte del tiempo para disfrutar e
intentar ser feliz (o al menos simular felicidad) En esta perspectiva, una nueva pedagogía de
en la franja más pequeña, al final del día y en el la recreación se impone como necesaria alter-
fin de semana. En este espacio de tiempo más pe- nativa a la aburrida tradición y a las novedades
queño se “disfruta” viendo televisión, durmien- alienantes. Es cosa de cada uno imaginar cómo,
do, en redes sociales, en juegos virtuales o, sim- poner el consumo, de manera crítica, al servicio
plemente, sin hacer nada. Algunas actividades racional del ser humano y proponer alternativas
constructivas (física o espiritualmente) oscilan que permitan un modo de la felicidad que no se
con frecuencia entre lo muy, pero muy ocasio- determine por la obligación del deber ni por las
nal y el nunca: el cine-arte, el libro, el teatro, el ilusiones programadas ni por el consumo desafo-
deporte, el cultivo de aficiones creativas, etc., y rado ni por la recreación prefabricado, sino que,
ni para qué hablar de actividades de carácter co- sencillamente, se funde en la libertad del tiempo,
munitario, político, social, etc. Su escasa práctica con todas sus maravillas y posibilidades, para el
no es simplemente producto de la situación eco- ser humano.

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