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EDAD: 36 MESES
En esta narración quiero dar a conocer como los niños mediante una
actividad realizada en el aula del centro de estimulación pudieron seleccionar
su fruta para poder preparar su ensalada de frutas, ellos lo ordenaron y
agruparon en la mesa de forma según sus propios criterios sin que se les
indique como o de qué forma hacerlo y luego puedan utilizar expresiones de
cantidad como “quiero más”.
UNIVERSIDAD NACIONAL DE TRUJILLO
Escuela Académico Profesional de Educación Inicial
Fue uno de los días en que el sol nos cubría con sus rayos desde tempranas
horas. Un día antes había alistado mi caja con los materiales, estaba con mucha
ansiedad de ver las reacciones que tendrían los niños. La ventaja que ya conocía
a los niños porque ya había trabajado antes con ellos, la primera sesión que no
me fue para nada mal, al contario sabía que era un grupo muy participativo y
cooperativo.
Al terminar les comente que había traído una sorpresa para ellos, cuando de
pronto todos exclamaron con voz muy fuerte: “sííí…”. Con ayuda de ellos fuimos
descubriendo que era lo que había debajo de la tela. Sus ojos y su rostro
reflejaba mucho asombro exclamando: “tía nos has traído fruta, que rico”. Es por
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Todos estábamos listos para preparar la ensalada de frutas, nos limpiamos las
manos y cada uno de los niños me ayudo a pelar los plátanos, las cascaras lo
colocaron en le tacho de basura como correspondía mientras yo mesclaba y
pelaba las demás frutas. Les iba consultando a los niños si era necesario pelar
más frutas y ellos me respondían “sí tía falta más” o “ya no hay mucho”. Leonel
me ayudo a repartir a cada niño su bols de plástico y Royer las cucharas. La
ensalada estaba lista para que los niños puedan servirse pero entes les pregunté
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Al final, la sensación de satisfacción fue tan grande, tan increíble, que los niños
me respondieron muy contentos que era lo que más les había gustado.
Cuando finalicé la actividad me di cuenta que mi propósito se había logrado, la
actividad me permitió que los niños puedan seleccionar las frutas, las ordenaron
en las mesas según su propio criterio sin que se les indique como o de qué forma
hacerlo y utilizaron expresiones de cantidad.
Considero que para esta actividad me hubiera gustado disponer de más tiempo
para que los niños puedan vivenciar más porque enseñando en un ambiente
relajado, sin prisas, permitiendo que el niño practique, ensaye, cometa errores y
asumiendo que los errores forman parte del proceso de crecer ayudaremos al
niño a desarrollarse. (Vallet, M. 2004)