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Estudios Demográficos y Urbanos

ISSN: 0186-7210
ceddurev@colmex.mx
El Colegio de México, A.C.
México

Schteingart, Marhta
Reseña de "La construcción social y política del medio ambiente" de José Luis Lezama
Estudios Demográficos y Urbanos, vol. 20, núm. 2, mayo-agosto, 2005, pp. 395-401
El Colegio de México, A.C.
Distrito Federal, México

Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=31220209

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Reseñas

Lezama, José Luis, La construcción social y política del medio


ambiente, México, El Colegio de México, 2004*
Martha Schteingart**

El libro que hoy se presenta constituye un aporte importante al análi-


sis ambiental desde una perspectiva sociológica, análisis que en el caso
de México ha tenido hasta el momento un desarrollo bastante limita-
do. Para llevar a cabo este tipo de abordaje la obra se centra en la
contaminación del aire, cuya importancia es crucial para la Ciudad de
México, inserta en la más amplia problemática del ambiente en nues-
tro país. El autor explica en su presentación que “el tema de la conta-
minación del aire en la Ciudad de México es el pretexto para hablar
de la naturaleza social de los problemas ambientales” además de que
ciertamente su trascendencia es indiscutible por su impacto en la salud
de la población, por sus repercusiones en los ecosistemas y sus posibles
consecuencias de carácter global.
Sin embargo los estudios sobre el tema han privilegiado los aspec-
tos fisicoquímico y técnico de la contaminación dejando de lado la
faceta social de la misma, y más específicamente la manera en que
la sociedad valora dicho fenómeno. Por ello Lezama se propone ana-
lizar cómo se da su “construcción social”, pues ésta influye para que
determinada situación adquiera el estatus de objeto de la atención por
parte de la población y de los agentes sociales que deben atenderlo.
Explica que “un problema puede tener una existencia física, pero si
no es socialmente percibido y asumido como tal, sigue siendo social-
mente irrelevante”. Para abordar la cuestión ambiental dentro de esta
perspectiva desarrolla una serie de conceptos y un marco teórico apo-
yado por el pensamiento y los trabajos de destacados teóricos y espe-
cialistas en las ciencias sociales aplicadas al tema ambiental, como
acabamos de escuchar en su presentación.
El libro consta de tres partes principales en las cuales el autor va
desarrollando y entretejiendo sus ideas acerca de la relación entre la
* Comentario realizado en la presentación del libro, El Colegio de México, 1 de
marzo de 2005.
** Profesora investigadora del Centro de Estudios Demográficos, Urbanos y Am-
bientales de El Colegio de México. Correo electrónico: mschtein@colmex.mx.

ESTUDIOS DEMOGRÁFICOS Y URBANOS, VOL. 20, NÚM. 2 (59), PP. 395-401


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sociedad y la naturaleza, o entre la sociología y las ciencias del ambien-


te, para plantear más adelante su propuesta metodológica y terminar
con la presentación de los resultados de su investigación acerca de la
contaminación del aire basada en los puntos de vista de los diferentes
actores consultados.
En la primera parte del libro se refiere a la relación entre la socio-
logía y la naturaleza y entre la sociología y el medio ambiente; luego
aborda la construcción social del ambiente partiendo de diferentes
perspectivas dentro de la reflexión sociológica; a continuación comen-
ta la cuestión de la ideología en lo que se refiere a la relación entre la
sociedad y el ambiente, y en particular habla de la ideología como
medio para conocer el mundo dentro de la perspectiva social cons-
tructivista.
En la segunda parte de la obra y basándose en la hipótesis de que
los problemas ambientales y en particular la contaminación del aire
“puede ser vista como una construcción social proveniente de distintos
actores involucrados en el problema”, cobra una gran relevancia la
metodología cualitativa y la entrevista como instrumento central de
la misma. El autor es cuidadoso al desarrollar en su texto explicaciones
en torno al uso de diferentes tipos de entrevistas; refiere por ejemplo
el porqué de no haber utilizado la técnica de los grupos focales, y sí
aplicado entrevistas individuales en profundidad a un grupo reducido
de actores sociales clave involucrados con el tema que se analiza. Sin
embargo no olvida los problemas y limitaciones de este método de
acercamiento a la manera en que piensan los actores y perciben la
contaminación atmosférica en la Ciudad de México; de alguna mane-
ra tales problemas se reflejan en ciertas conclusiones de la investigación.
Las entrevistas fueron realizadas en 1996 y se apoyaron en un cuestio-
nario que incluía una serie de preguntas que pudieran probar la hipó-
tesis de la construcción social de la contaminación; dicho cuestionario
se aplicó a una muestra pequeña de representantes de los grupos que
participan en la generación del problema, que analizan sus causas y
consecuencias, que contribuyen a entender o mitigar la cuestión o que
están encargados de ofrecer soluciones.
Por último, en la tercera parte del libro, “La contaminación del
aire como construcción social”, el autor presenta el resultado del aná-
lisis de sus entrevistas a los actores mencionados, es decir a funcionarios
gubernamentales y a miembros del sector académico, el sector empre-
sarial, los grupos ecologistas, los partidos políticos y los organismos
internacionales. Las respuestas de tales actores se exponen en relación
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con las preguntas planteadas en la investigación, que agrupa en cuatro


grandes temas: 1) calificación de la contaminación del aire; 2) evalua-
ción del manejo ambiental del gobierno; 3) calificación del conoci-
miento existente acerca del tema y 4) solución de los problemas de la
contaminación. Esta última parte culmina con un balance de los apor-
tes recogidos en las entrevistas, balance que se retoma en las conclu-
siones generales del libro.

Los resultados de la investigación

Quisiera comentar aquí los puntos más importantes de las conclusiones


obtenidas del análisis de las entrevistas, tomando en cuenta algo que
asienta en su capítulo metodológico respecto al sentido de las respues-
tas y su interpretación y a las características particulares de los entrevis-
tados. Un aspecto relevante del análisis fue observar la convergencia o
divergencia de las respuestas de los actores a preguntas específicas;
además, en algunos casos fue posible vincular ciertas posturas y respues-
tas con las condiciones del entrevistado determinadas por su posición
en la sociedad, pero en otros, quizás por la índole de la pregunta no
fue tan clara esta vinculación, por ejemplo con el sector empresarial,
con el representante de un partido político, etc. Por otra parte, en esta
investigación no es tan importante evaluar la objetividad de las respues-
tas sino el significado que los entrevistados le dan “al medio en que
viven y la forma en que éste influye en sus perspectivas y comportamien-
tos”. En cuanto a los actores entrevistados, éstos fueron: 1) funcionarios
públicos responsables de diseñar políticas ambientales, que represen-
taron a tres sectores del gobierno: la Secretaría de Medio Ambiente del
Distrito Federal, el gobierno del Estado de México y la Secretaría de
Medio Ambiente del gobierno federal, todos participantes de la Comi-
sión Ambiental Metropolitana; 2) representantes del sector académico
como médicos expertos en salud ambiental, especialistas en ciencias
atmosféricas e ingeniería ambiental y algunos investigadores en cien-
cias sociales que han trabajado en el tema; 3) representantes de la in-
dustria química, del cemento y metal mecánica, representantes del
transporte público y distribuidores de automóviles; 4) representantes
de tres grupos ambientalistas más o menos radicales; 5) miembros de
organizaciones internacionales con presencia en el ámbito guberna-
mental por su asistencia técnica y económica y, 6) representantes de los
tres partidos más importantes, además del partido verde.
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En cuanto al balance de las respuestas obtenidas a partir de las


preguntas planteadas a los actores sociales, las consideraremos toman-
do en cuenta los temas planteados. Respecto a “la emergencia de la
contaminación del aire y su importancia para los actores”, la mayoría
de ellos no tenía dudas acerca de las graves consecuencias de la con-
taminación del aire, sin embargo hubo diferencias en cuanto a la im-
portancia que le conferían al tema. Quienes lo vieron como un pro-
blema grave y casi de supervivencia, como una amenaza a los seres
humanos y a la naturaleza, fueron los representantes de los partidos
políticos y los grupos de activistas verdes, y estos últimos además atri-
buían gran parte de la culpa al gobierno. En cambio los empresarios,
que en buena parte originan el problema, no consideraban que fuese
tan serio y argumentaban que los activistas y políticos exageraban la
gravedad de la situación para legitimarse, tomando en cuenta sobre
todo la literatura internacional. En cuanto a los funcionarios y los
académicos, si bien lo consideraron un problema serio, fueron más
cautelosos al expresar sus opiniones. En lo que toca a “la severidad de
la contaminación misma en la ciudad”, tanto el gobierno como los
empresarios concordaron en que el problema no es tan severo, pero
mientras los funcionarios atribuían la situación a la actuación del go-
bierno, los empresarios enfatizaban que la imagen que se daba a co-
nocer era irreal, casi apocalíptica y difundida por los verdes. Ambos
evadieron su responsabilidad en el problema. En cambio, los otros
actores sociales adoptaron una posición opuesta, aunque con algunas
diferencias. Los académicos, por ejemplo, manifestaron que tanto el
gobierno como la sociedad querían negar o encubrir el problema por
distintas causas, pero los activistas aseguraron de manera contundente
que tanto el gobierno como los empresarios eran los culpables y que-
rían ocultar la situación. En cuanto a los partidos políticos, sobre todo
los de oposición, reconocían la severidad del problema. Estas respues-
tas fueron coherentes con la posición de cada grupo dentro de la so-
ciedad, correspondieron a lo que podía esperarse de los entrevistados
y muestran las grandes diferencias en cuanto a la evaluación social de
la problemática que estamos analizando. En síntesis, algunos recono-
cieron que la gravedad del problema de la contaminación atmosférica
debe llevar a la toma de conciencia ambiental, mientras otros priori-
zaron los cambios de valores y la mediación de factores sociales en los
cambios respecto a la percepción.
En cuanto a la importancia de este problema respecto a otros temas
ambientales, los académicos y funcionarios los jerarquizaron de dife-
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rente forma; en algunos casos la contaminación atmosférica quedaba


relegada respecto a la del agua, los desechos tóxicos, etc. Varios co-
mentaron que la contaminación del aire parece más importante porque
hay mayor información y seguimiento al respecto, mientras otros die-
ron más importancia al agua; sin embargo no está muy claro el porqué
de las posiciones de los diferentes actores en la priorización de los
problemas ambientales, aunque las posturas de los académicos y de
los agentes gubernamentales podrían depender de su especialización
en el campo de estudio o de su posición dentro de la administración.
Otros resultados del análisis de las entrevistas realizadas tienen que
ver con la acción del gobierno, tanto en lo que toca a su credibilidad
e intenciones, como a su capacidad técnica y su campo de maniobra
para resolver los problemas. En los extremos opuestos se hallaban los
activistas y los representantes internacionales; como siempre los pri-
meros expresaron opiniones muy negativas acerca del gobierno y los
segundos mostraron una gran confianza y aprobación acerca de lo
realizado por el sector oficial. El resto de los actores expresó opiniones
diferentes y las conclusiones no muestran claramente su posición. En
lo que toca al campo de acción, la gran mayoría estuvo de acuerdo en
que el gobierno tiene la posibilidad de resolver el problema, pero
mientras los funcionarios se refirieron a los obstáculos institucionales
y jurídicos para desarrollar su trabajo, por ejemplo que la naturaleza
integral de los problemas ambientales enfrentaba resistencias sectoria-
les que impedían esa integración, los académicos, los políticos y los
activistas pusieron el acento en las dificultades que derivan de la in-
fluencia de intereses económicos y políticos, como las empresas de
transporte, la industria automovilística, etc., quienes tenían una gran
influencia en la determinación de los programas de gobierno sobre la
materia, y algunos agregaron que para equilibrar el efecto de esos
intereses, el gobierno debería incorporar a los ciudadanos para robus-
tecer su oposición a la injerencia de los contaminadores.
Acerca de la relación entre la ciencia y las políticas del gobierno
respecto a la contaminación, en general los funcionarios admitieron
que su relación con el medio académico y de investigación es positiva
y que ellos solían tomar en cuenta los hallazgos y recomendaciones de
ese sector (aunque algunos consideraron que a veces los académicos
no dan respuesta a las necesidades gubernamentales, que necesitan
conocimientos más especializados); en cambio los académicos entre-
vistados se mostraron descontentos con la actitud negativa de los
funcionarios hacia los conocimientos científicos y expresaron que a su
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parecer el gobierno usa su discurso para legitimar sus acciones más


que para tomar decisiones con base en el conocimiento científico.
Estos puntos de vista críticos respecto al gobierno y su relación con la
investigación científica los repitieron los otros actores consultados. Y
en cuanto a la calidad y el tipo de investigación, las críticas provinieron
de los diferentes grupos de actores. Mientras los agentes gubernamen-
tales estuvieron de acuerdo con la objetividad y calidad de los conoci-
mientos producidos, criticaron en cambio los temas que investiga la
academia, ya que no responden a las necesidades urgentes de las po-
líticas ambientales. En cuanto a los académicos, su evaluación respec-
to a los resultados de la investigación fue variada y a veces también
crítica, lo cual se explica en parte por la falta de tradición en este
campo de investigación y las limitaciones del mismo, sobre todo en el
momento en que se realizó la investigación, hace ya casi 10 años. Sin
embargo también cabe tomar en cuenta, como afirma el autor en las
conclusiones generales del libro, que “la perspectiva académica subra-
yó la naturaleza social del conocimiento no sólo revelando una amplia
gama de perspectivas de investigación sino también su naturaleza re-
lativa y objeto de disputas”.
Por último, en cuanto a cómo enfrentar y solucionar los problemas
de la contaminación, las autoridades gubernamentales opinaron que
era necesaria una reestructuración institucional, factor central para las
soluciones, pero también enumeraron algunos problemas específicos
que era preciso atacar, como las restricciones presupuestales y las con-
centraciones vehiculares y demográficas, entre otros. Los académicos
en general se refirieron a la necesidad de establecer un compromiso
social y gubernamental para enfrentar las causas del deterioro ambien-
tal, mientras los activistas ambientalistas y los partidos de oposición
atribuyeron toda la responsabilidad al gobierno y al mal desempeño
del sector empresarial. La conclusión fue que para todos los actores
estaban muy claros los obstáculos que impedían el mejoramiento de
la calidad del aire, pero la mayoría tuvo dificultades para proponer
soluciones viables.
Para concluir, me parece importante destacar el gran mérito de
este trabajo, en cierta medida pionero en nuestro país, y la necesidad
de continuar con este tipo de investigaciones que contribuyen a cono-
cer las divergencias o convergencias en la percepción de los problemas
ambientales y a relacionar de manera explícita la construcción social
de la problemática ambiental y la forma en que se construye la agenda
gubernamental y se diseñan y aplican las políticas ambientales. En este
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sentido valdría la pena analizar con una cierta perspectiva temporal si


las respuestas a veces un poco vagas de los entrevistados o los resultados
no muy exitosos de algunos cuestionamientos a los actores sociales son
producto de las propias limitaciones de la técnica analítica utilizada,
limitaciones que Lezama mencionó en su capítulo metodológico, o
bien se trata de un campo de estudio y acción relativamente nuevo, con
todos los problemas que ello trae aparejado para la investigación; quizás
un nuevo estudio sobre el tema podría aclarar estos interrogantes.

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