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En tanto que de rosa y azucena

se muestra la color en vuestro gesto,


y que vuestro mirar ardiente, honesto,
enciende al corazón y lo refrena;

y en tanto que el cabello, que en la vena


del oro se escogió, con vuelo presto,
por el hermoso cuello blanco, enhiesto,
el viento mueve, esparce y desordena;

coged de vuestra alegre primavera


el dulce fruto, antes que el tiempo airado
cubra de nieve la hermosa cumbre.

Marchitará la rosa el viento helado,


todo lo mudará la edad ligera,
por no hacer mudanza en su costumbre.

1.ES un soneto perteneciente a Garcilaso de la Vega.

2. Pertenece a la Lírica……del Renacimiento

4. El poema consta de catorce versos endecasílabos, con rima consonante,


repartidos en dos cuartetos y dos tercetos, con el siguiente esquema métrico: ABBA-
ABBA-CDE-CDE. Se trata, por lo tanto, de un SONETO clásico, con los tercetos sin
encadenar.
6. Garcilaso plantea en el texto dos temas propios del Renacimiento: por un lado,
describe la estereotipada belleza de la mujer renacentista, según el canon clásico,
empezando desde arriba, por lo que estamos ante un descriptio puellae (versos 1-8)
Por otro, desarrolla el tema del Carpe Diem, invitando a la mujer a disfrutar de su
juventud: "coged de vuestra alegre primavera...". Ambos temas unidos conforman el
tópico del "collige, virgo, rosas" (vesos 9-14).

¡Qué descansada vida


la del que huye del mundanal ruïdo,
y sigue la escondida que con la primavera
senda, por donde han ido de bella flor cubierto
los pocos sabios que en el mundo han sido; ya muestra en esperanza el fruto cierto.

Que no le enturbia el pecho Y como codiciosa


de los soberbios grandes el estado, por ver y acrecentar su hermosura,
ni del dorado techo desde la cumbre airosa
se admira, fabricado una fontana pura
del sabio Moro, en jaspe sustentado! hasta llegar corriendo se apresura.

No cura si la fama Y luego, sosegada,


canta con voz su nombre pregonera, el paso entre los árboles torciendo,
ni cura si encarama el suelo de pasada
la lengua lisonjera de verdura vistiendo
lo que condena la verdad sincera. y con diversas flores va esparciendo.

¿Qué presta a mi contento El aire del huerto orea


si soy del vano dedo señalado; y ofrece mil olores al sentido;
si, en busca deste viento, los árboles menea
ando desalentado con un manso ruïdo
con ansias vivas, con mortal cuidado? que del oro y del cetro pone olvido.

¡Oh monte, oh fuente, oh río,! Téngase su tesoro


¡Oh secreto seguro, deleitoso! los que de un falso leño se confían;
Roto casi el navío, no es mío ver el lloro
a vuestro almo reposo de los que desconfían
huyo de aqueste mar tempestuoso. cuando el cierzo y el ábrego porfían.

Un no rompido sueño, La combatida antena


un día puro, alegre, libre quiero; cruje, y en ciega noche el claro día
no quiero ver el ceño se torna, al cielo suena
vanamente severo confusa vocería,
de a quien la sangre ensalza o el dinero. y la mar enriquecen a porfía.

Despiértenme las aves A mí una pobrecilla


con su cantar sabroso no aprendido; mesa de amable paz bien abastada
no los cuidados graves me basta, y la vajilla,
de que es siempre seguido de fino oro labrada
el que al ajeno arbitrio está atenido. sea de quien la mar no teme airada.

Vivir quiero conmigo, Y mientras miserable-


gozar quiero del bien que debo al cielo, mente se están los otros abrazando
a solas, sin testigo, con sed insacïable
libre de amor, de celo, del peligroso mando,
de odio, de esperanzas, de recelo. tendido yo a la sombra esté cantando.

Del monte en la ladera, A la sombra tendido,


por mi mano plantado tengo un huerto, de hiedra y lauro eterno coronado,

puesto el atento oído


al son dulce, acordado,
del plectro sabiamente meneado.

1. Fray Luis de León


2. Perteneciente a la lírica y dentro de ella a la religiosa, corriente ascética. Fray
Luis es un poeta esencialmente religioso y desarrolla temas morales, buscó el
consuelo por dos caminos, la vida retirada y el sueño de la “morada celeste”. El
anhelo de la vida retirada es lo que se muestra en la oda en la que trata el tema de
La apacibilidad de la vida sencilla en contacto con la naturaleza.
3. El autor comienza con un elogio a la vida retirada y el desprecio por las
pompas humanas y el ansia de fama, busca la tranquilidad, y quiere vivir en
armonía con la naturaleza, disfrutando de ella. Es para otros la riqueza y el poder,
a él lo que le atrae es la vida sencilla y los simples placeres que le depara la
naturaleza.

El tema principal del poema es la búsqueda de la paz en contacto con


la naturaleza, alejado del poder y del dinero, es decir, de los males de
la sociedad. Los motivos que lo engloban son la naturaleza como lugar
ideal, la soledad, la libertad, el desprecio del poder, la esperanza y el
deseo de acercarse a Dios .

4. En primer lugar, la Oda I está compuesta por 17 liras, estrofa compuesta por
versos heptasílabos, de arte menor (1a, 3a y 4b), y endecasílabos, de arte mayor
(2B y 5B), cuya estructura es aBabB; la rima es consonante.

5. Podemos encontrar varios tópicos. El tópico del “ Beatus Ille”, ya que se elogia
la vida en el campo, apartada del medio urbano. También el del “ Locus
amoenus”, ya que hace referencia a un espacio ameno o agradable. Asimismo,
aparece el tópico de “Vivere Secum”, que significa vivir consigo, hacia dentro,
para conseguir el conocimiento de uno mismo, el tópico de “Secretum iter “que
se refiere al carácter apartado , escondido, del camino que lleva a la vida
descansada y serena y el tópico de “Aurea mediocritas”, como exaltación de la
sencillez y naturalidad alejado de la ostentación. También aparece el tópico de
“Vanitas Vanitatis”, que hace referencia al rechazo de la ambición humana y,
para finalizar, el tópico del "Homo viator", que considera la existencia como un
camino, viaje o peregrinación a través de la alusión a "aqueste mar tempestuoso"
como metáfora de la vida humana. .
6. 1. En una noche oscura
con ansias, en amores inflamada,
¡oh dichosa ventura!
salí sin ser notada,
estando ya mi casa sosegada.

2. A oscuras, y segura,
por la secreta escala disfrazada,
¡Oh dichosa ventura!
a oscuras, y en celada,
estando ya mi casa sosegada.

3. En la noche dichosa
en secreto, que nadie me veía,
ni yo miraba cosa,
sin otra luz y guía,
sino la que en el corazón ardía.

4. Aquésta me guiaba
más cierto que la luz del mediodía,
adonde me esperaba
quien yo bien me sabía,
en parte donde nadie parecía.

5. ¡Oh noche que guiaste!


¡Oh noche amable más que la alborada:
oh noche que juntaste
Amado con Amada.
Amada en el Amado transformada!

6. En mi pecho florido,
que entero para él sólo se guardaba,
allí quedó dormido,
y yo le regalaba,
y el ventalle de cedros aire daba.

7. El aire de la almena,
cuando yo sus cabellos esparcía,
con su mano serena
en mi cuello hería,
y todos mis sentidos suspendía.

8. Quedéme, y olvidéme,
el rostro recliné sobre el Amado,
cesó todo, y dejéme,
dejando mi cuidado
entre las azucenas olvidado.
 Autor San Juan de la Cruz

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