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las fronteras afeminadas de una indiecita champurria

Sebastián Calfuqueo, artista habitante de fronteras sexuales y territoriales,


indiecieta champurria, en esta muestra nos presenta un trabajo que demarca una
frontera hecha de bastardismos sexuales y raciales.
Las fotografías, el video y la performance que conforman esta exposición no
se contienen en metaforizar los insultos que desde siempre hemos recibido los
homosexuales afeminados. Sebastián comprende en cada trabajo que realiza,
desde las esculturas, pasando por los videos, las investigaciones e instalaciones,
que aquello que pensamos como propio o autobiográfico, es siempre una
negociación colectiva entre la imagen que construyen los otros y el modelaje
que, como en una escultura, realizas personalmente. Ahí las técnicas artísticas
como el esculpir, el hornear las piezas, poner el cuerpo en el espacio público, la
fotografía, el maquillaje y las vestimentas desclasificadas sirven como el motor
de una manifestación colectiva hecha de su autohistoria de mapuche urbano, tal
como nos dice en “Millaray Calfuqueo Aliste: Nombre para un posible nacimiento”.
Caupolicán, líder mapuche, hábil estratega y figura clave para el trabajo de
Sebastián, antes de ser declarado Toqui había demostrado su gallardía y
masculinidad sosteniendo públicamente un gran tronco por días completos. En
esta oportunidad y en contraposición a una victoria masculina, Sebastián posa en
el video “Alka Domo” con sus deseos de travestismo, con un tronco ahuecado,
con sus tacos multicolores y desde lugares icónicos de la ciudad como el parque
araucano, el colegio emblemático de hombres, la plaza pública o el matadero
Franklin, para hacer una pequeña interferencia afeminada del espacio público,
ese que aún conlleva el peligro de muerte para las disidencias sexuales.
En un contexto de corrección política, de una suerte de desaparición de la
homosexualidad como agente contaminante, de una cultura homo-nacionalista de
la mesura, este trabajo viene a recordarnos que siempre habrán artistas que no
se agotan de atacar la diferencia sexual, de alertar sobre la heterosexualización
del mundo y mostrar cómo la diferencia de los sexos sigue menospreciando a lo
femenino.
Sebastián Calfuqueo, en esta exposición, nos traduce su frontera de rebeldía
sexual y mapuche en troncos huecos y tacos multicolores, en poses travestis
que nos recuerdan a lesbianas masculinas, en “autohistorias” champurriadas
para decirnos que su compromiso de afeminamiento y transgresión artística ya
se quedó de este lado, del lado de acá.

Jorge Díaz
Biólogo feminista y activista de la Disidencia Sexual
Diciembre de 2017.

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