Vous êtes sur la page 1sur 34

BLOQUE I

LONGEVIDAD Y ENVEJECIMIENTO FISIOLÓGICO.

1.1.- Nacimiento del viejo:


Definición de envejecer: Castanedo (citado en Rodríguez, 2011) define el
envejecimiento como el conjunto de transformaciones o cambios que aparecen en el
individuo a lo largo de su ciclo vital como consecuencia de la acción del tiempo sobre
los seres vivos. Los cambios son bioquímicos, morfológicos, sociales, psicológicos y
funcionales.
Es así, que podemos manifestar sobre el envejecimiento como un proceso desarrollado a
lo largo de la vida, en lo cual se encuentran varios aspectos importantes que deben ser
abordados por el equipo multidisciplinar de gerontología. (Universidad Politécnica
Salesiana sede Quito, 2017).
1.1.1.- Disciplinas que se ocupan de la vejez.-
Los profesionales de las áreas de la salud hemos sido testigos del aumento de la
esperanza de vida y el envejecimiento de la sociedad durante el siglo XX, esto ha puesto
en evidencia al grupo poblacional denominado la tercera edad o el adulto mayor; el
mencionado grupo población comienza a plantear nuevas demandas de bienestar social,
psicológico y fisiológico en su atardecer de su existencia. Por este creciente interés de
entender el proceso de envejecimiento, motivó la creación en 1940 del campo
interdisciplinar: la Gerontología que se ocupa del estudio científico de las dimensiones
biológica, psicológica y social, en 1970 obtiene el reconocimiento académico. Abarca
un campo interdisciplinario como biología, medicina, enfermería, odontología,
psicología, sociología, economía, ciencias políticas, trabajo social, como también
contribuciones de geógrafos, historiadores, lingüistas, hermenéuticos y semiólogos.
“La Gerontología clínica o geriatría se define como la ciencia médica cuyo fin es el
diagnóstico de las enfermedades de la vejez, prevención, curación, rehabilitación y
reinserción del enfermo en su hábitat. La Medicina de la Longevidad es un estudio de la
vida que surge como un nuevo paradigma cuyo objetivo principal es la promoción de la
salud humana” (Sánchez Salgado, 2005).
La Gerontología Social es una rama de la gerontología que se encarga del desarrollo, de
la investigación sobre las interacciones de los sujetos dentro de su contexto social.
Abarca tanto, las características demográficas de la vejez, el trasfondo histórico y social
donde está inserto el sujeto como también, las diversas relaciones en el ámbito social,
con familiares, amigos, relaciones de trabajo dentro de las organizaciones tales como
religiosas, recreativas y grupos políticos. Se evidencia su aplicación en acciones
tendientes a lograr el bienestar del adulto mayor en el contexto social, incidiendo sobre
aspectos económicos, protección social, vivienda, educación para la vejez.
Es por ello que necesita de un conjunto de disciplinas científicas como las que se enlista
a continuación:
o Neurobiología, medicina y salud pública.
o Fisioterapia, ortopedia y estomatología.
o Odontología y nutrición.
o Psiquiatría y psicología.
o Práctica de los cuidados <formales (hospitales geriátricos o de especialidad) e
informales (Centros de Día y espacio familiar>.
o Tecnologías aplicadas a las cuestiones de salud y de seguridad personal.
o Sociología y demografía.
o Arquitectura e ingeniería.
o Filosofía y educación.
o Literatura y religión.
o Ciencias de la comunicación y publicidad.
o Turismo, economía y administración.
o Deporte planeado o actividad física.
o Política y derecho, entre otras. (Universidad Alas Peruanas, 2016)
La Psicogerontología es un campo interdisciplinario, dentro de la Gerontología que
aborda la salud mental y las perturbaciones psicológicas en los adultos mayores.
Atiende el envejecimiento normal, exitoso y patológico, esta última abordada por la
Psicogeriatría. (Universidad Nacional Autónoma de México , 2011)

La Gerontología como disciplina se ocupa de comprender los cambios en la interacción


de los sujetos dentro de la sociedad, tanto los psíquicos, como biológicos y sociales. Sin
embargo, no es posible ignorar el peso de los factores culturales, ni el contexto
histórico, como es el período de la historia de la humanidad, en que se inscribe el
tiempo de vida de una persona y el sistema de normas y códigos, que rigen en una
sociedad con respecto a la edad de los sujetos, pues la relación entre la persona y el
entorno resultan cruciales. (Hinojosa, 2009)

1.1.2.- En el envejecimiento de la población.-


Los estudiosos sobre el tema del envejecimiento de la población, nos presentan los
siguientes datos que a continuación se exponen: La población global está en proceso de
envejecimiento. Es así que en el año 2008, casi 56 millones de personas en todo el
mundo tenían 65 años o más y el aumento neto anual es de más de 870 000 cada mes.
Así también manifiestan que, en el año 2040, la población total de ese grupo de edad
ascenderá a 1.3 billones de miembros. Se estima que dentro de 10 años, la cantidad de
personas de 65 años en adelante sobrepasará por primera vez a la de los niños de cinco
años y menos. Los expertos manifiestan que los incrementos más rápidos se darán en
los países en desarrollo, donde ahora vive 62% de la gente vieja del mundo. Como
explicación que se encuentra al envejecimiento de la población, se puede manifestar
que es el resultado de la disminución de la fertilidad acompañada por el crecimiento
económico, una mejor nutrición, estilos de vida más sanos, mejor control de las
enfermedades infecciosas, agua e instalaciones de salubridad más seguras, y el avance
en la ciencia, la tecnología y la medicina. (Papalia, 2012)
Según el libro Desarrollo Humano de Papalia Diana (2012), manifiesta que la población
vieja en sí está envejeciendo. En muchas partes del mundo, el grupo de edad de
crecimiento más rápido está formado por personas de ochenta años en adelante. En la
actualidad la misma constituye el 19% de la población mundial, pero se calcula que
entre 2008 y 2040 aumente 233%. En contraste, el incremento pronosticado para
adultos de 65 años en adelante es de 160%, y los incrementos totales que se esperan
para todas las edades es apenas 33%. La autora manifiesta, que en Estados Unidos, el
envejecimiento de la población obedece a varias causas específicas, entre ellas las altas
tasas de nacimientos y de inmigración a inicios, y mediados del siglo xx, también a la
tendencia a disminuir el tamaño de las familias que ha reducido la dimensión relativa de
los grupos de edad más jóvenes.
Según el INEC, en nuestro país el 7 % de sus habitantes tienen 65 años y más, así
también, las proyecciones manifiestan que en el 2025 este porcentaje llegará al 10% y
en el 2050 la pirámide poblacional será paralela.
La Psicología es una de las disciplinas que ofrece claves necesarias sobre el
envejecimiento y la vejez, no sólo para brindar atención a las personas mayores que así
lo requieran, sino para colaborar, desde una perspectiva interdisciplinar, con otros
científicos y profesionales en la consecución de que esas clases "pasivas" se conviertan
en "activos" agentes sociales. En definitiva, si los avances científicos han aportado
muchos años a la vida, también avances científicos (de las ciencias sociales y de la
salud) habrán de procurar dar más vida a los años, es decir, que el envejecimiento de la
población lleve a un mayor desarrollo humano y cultural. (Hinojosa, 2009)
1.1.3.- Estereotipos y Mitos en torno de la vejez.-

Según manifiestan los especialistas, los estereotipos son imágenes simplificadas


sobre un determinado grupo social, al cual están vinculados y son considerados la
base del prejuicio y la discriminación hacia ese grupo. En trabajos recientes se
vinculan los contenidos de los estereotipos hacia los diversos grupos sociales con
las emociones prejuiciosas y con las tendencias a la acción, muchas de ellas de
carácter discriminatorio. Por tanto, conocer los estereotipos hacia el grupo de
personas mayores se hace necesario por cuanto éstos pueden servir de base para los
prejuicios y la discriminación en función de la edad o «edadismo».

Es importante mencionar, cuando se habla de estereotipos, se usan a menudo para


hacer referencia a imágenes negativas que suponen creencias falsas en torno al
grupo social al que se refieren; este tipo de comportamiento, parecen ser comunes
en distintos países y culturas.

Por su parte, el prejuicio se puede encontrar tanto en la dimensión cognitiva del


estereotipo como en la esfera afectiva de la actitud; la misma se expresaría a través
de la discriminación que se realiza del determinado grupo social afectado; en
nuestro caso, todo ello implicaría «edadismo» por cuanto es la edad la base del
estereotipo, el prejuicio y la discriminación.

El edadismo consiste básicamente en las conductas que implican un trato no


igualitario hacia los integrantes de un grupo de edad en virtud de su pertenencia a
ese grupo y es entendido como un proceso de estereotipia y discriminación en
contra de la gente mayor, en razón a su edad. (Ministerio de Sanidad, Política Social
e Igualdad, 2011)

Conformando parte del imaginario colectivo, cierta cantidad de ideas erróneas,


prejuicios, mitos acerca del envejecimiento y la vejez pesan sobre la sociedad en su
conjunto y sobre los adultos mayores en particular, que están así presionados y
destinados a seguir los caminos que ellos indican, dificultando una verdadera inserción
a la sociedad; disminuyendo de manera importante el contingente creativo, acumulado
a través de la experiencia a lo largo de una vida productiva, y encasillando al adulto
mayor en una improductividad, la misma que disminuye significativamente la calidad
de vida de sus últimos años.

A continuación se describen en la siguiente tabla algunos mitos, los mismos se dan


también en otros países del mundo:

Mito Realidad
1.- La vejez comienza a los sesenta y 1.-La vejez no comienza a una edad
sesenta y cinco años. uniforme, sino variable e individualizada

2.- El jubilado ha pasado a una fase de 2.-La improductividad puede interpretarse


no- productividad. de muy diversas maneras dependiendo de
las circunstancias de cada individuo.
3.- Existe una progresiva retirada de 3.- A muchas personas no sólo le siguen
los intereses de la vida. interesando los diversos planos sociales y
familiares, sino que, además, en esta etapa
participan aún más.
4.- Las personas mayores se hallan 4.- Los viejos tienen muchas posibilidades,
muy limitadas en sus aptitudes. se despiertan muchas de las aptitudes
dormidas.
5.- Los mayores son inflexibles e 5.- Muchos mayores no solo son capaces de
incapaces de adaptarse a nuevas adaptarse continuamente a nuevas
realidades situaciones sino que, además nos enseñan a
través del ejemplo.
6.- La vejez suele venir acompañada de 6.- La pérdida de memoria puede venir en
pérdida de memoria cualquier edad y por otras causas que no
sean la vejez.
7.-El viejo es una figura idílica, que 7.- Existen muchas y muy variadas
vive en un contexto feliz lleno de afecto situaciones dentro de esta etapa
8.-La vejez es una etapa totalmente 8.-La vejez es una etapa vital peculiar del
negativa ciclo vital.
9.- El viejo es conservador y 9.-Cada persona refleja la esencia de su
depositario de la tradición personalidad a medida que cumple los
años
10- Envejecer implica tener que 10.-Con la edad no desaparece la
renunciar a la sexualidad sexualidad
1.2.- Envejecimiento del siglo XXI.-
Abordar el curso de la vida humana como una trayectoria demanda de un nivel especial
de comprensión; una perspectiva contextualista que no pierda la complejidad del
entorno y permita el desarrollo de una teoría del envejecimiento asociada a nuevas
comparaciones. En particular, se requiere un mapa diferente para la comprensión del
curso de esta etapa vital de la vida.
“Actualmente es necesario evaluar las fuerzas potenciales del cambio intraindividual, en
el que operan factores de carácter biológico-madurativo, sin que puedan aislarse del
entorno social, ni de la experiencia personal y sin dejar de considerar tampoco el
cambio histórico-social o la experiencia generacional” (Muchinik, 2006).
Los especialistas manifiestan que hablar de envejecimiento humano en el siglo XXI
convoca a la complejidad, donde confluyen, representaciones sociales que conlleva
sistema de valores, creencias, ideologías, atravesados por la sociedad, la historia y la
cultura. Es importante anotar a Edgar Morin quien nos invita a aventurarnos en un
reordenamiento intelectual, que nos habilite pensar la complejidad: "Un acto de
conocimiento que es a la vez biológico, espiritual, social, histórico y que no puede ser
disociado de la vida humana, ni de la relación social". (Hinojosa, 2009).
Basándonos en la complejidad de Morin, es importante conocer la trama donde se
entretejen las vidas humanas, mediante un análisis que, por un lado, considere a un
sujeto sometido a las expectativas y los valores de una época, a las normas del entorno
humano y social, así también, por otro lado, es preciso tomar en cuenta las
expectativas y las necesidades del sujeto individual que se construye dentro de la
realidad que le toca vivir, confluyendo ambas vertientes en las oportunidades que le
permiten hacer uso de sus recursos y capacidades.
Comprender la dinámica dialéctica del curso de la vida impone una mirada diferente,
que abarque las múltiples perspectivas, a través de un trabajo transdisciplinario, que
permita abordar la complejidad del área que abarca la Gerontología. No se trata
simplemente de modificar la imagen de la vejez, se trata de la reconstrucción social de
la vejez.
La Psicología Evolutiva o Psicología del Desarrollo siempre propone la distribución en
fases o etapas del desarrollo: niñez, adolescencia, adultez, vejez, abordando los cambios
cualitativos estructurales o funcionales como base, para aclarar el modo en que las
personas cambian a medida que pasan por los diferentes períodos de la vida, y por
consiguiente por las diferentes edades, centrándose en las modificaciones en los
procesos cognitivos, fundamentalmente, en la memoria, en el caso de los viejos y en los
cambios emocionales o de personalidad. (Papalia, 2012).
Para entender el proceso del envejecimiento de la población en el actual siglo, los
estudiosos debieron ampliar su mirada más allá de la psicología y asumir la relación
compleja del individuo con el orden social humano, dado que el hombre es capaz de
operar sobre la realidad y transformarla. Así los cambios sociales y económicos, al igual
que las modificaciones en el contexto, desafiaron la unidireccionalidad que formularon
los paradigmas tradicionales, como la Psicología Evolutiva o Psicología del Desarrollo,
apoyados en la biología.
Es necesario abrir nuevas perspectivas, porque cuando se hace referencia a la edad
cronológica se ignoran las diferencias y se asume la homogeneidad de estilos de vida
individuales; la observación en la vida cotidiana muestran las grandes diferencias en
cuanto a cómo la gente envejece, por eso, es importante evaluar la construcción que un
sujeto individual hace del curso de su vida y la diversidad según la cultura y la
generación. (Hinojosa, 2009).

Teorías Psicogerontológicas:

Dentro de este apartado se describirán las siguientes teorías que se han venido desarrollando en
Europa y Estados Unidos en las últimas décadas del siglo veinte desde el enfoque
Psicogerontológico como la Teoría del Ciclo Vital Dinámico o Curso de la Vida inaugurada por
Neugarten (1975), -compartida por Lehr, Birren, Baltes, Schaie-; y la Teoría de la Continuidad
inaugurado por Atchley (1989).

Teoría del Ciclo Vital Dinámico o Curso de la Vida

Esta nueva perspectiva, como se mencionó en el párrafo anterior fue inaugurada por
Neugarten (1975) quién estudió el proceso del envejecimiento como un continuo que
abarca toda la existencia, desde el nacimiento hasta la muerte, y considera la totalidad
de la vida como una continuidad de cambios, destacando parámetros históricos,
socioculturales, contextuales y del acontecer cotidiano e individual, como prevalentes
sobre cualquier clasificación por etapas o fases, reconociendo que en cualquier
momento de la vida hay pérdidas y ganancias.

En tal abordaje se plantea que el desarrollo y envejecimiento han de entenderse como


procesos simultáneos y permanentes durante la vida, en los cuales se conjugan
ganancias y pérdidas, así como múltiples influencias y orientaciones. De este modo,
pierde vigencia el modelo deficitario y los estereotipos acerca del envejecimiento.
(Universidad Politécnica Salesiana sede Quito, 2017).

Postulados básicos del Ciclo Vital Dinámico o Curso de la Vida

Según lo descrito en el trabajo de titulación de Hinojosa María Angélica (2009), el


ciclo de la vida implica multidireccionalidad, multidimensionalidad, plasticidad,
selectividad, optimización, compensación.

- Multidireccionalidad: Baltes, P. propone una perspectiva contextualista evolutiva a


lo largo de la vida, es decir aborda un sistema integral para afrontar la duración de la
vida y subraya la necesidad de adoptar una orientación de múltiples facetas o una
diversidad de puntos de vista para comprender los cambios. Nuestras acciones tienen
múltiples causas, por lo tanto hay muchas formas válidas de contemplar la conducta,
como así también, a medida que envejecemos ganamos y si nos quedamos igual,
perdemos.
-Multidimensionalidad: El cambio durante la madurez es multidimensional ya que, unas
capacidades mejoran, en cambio, otras permanecen estables y algunas empeoran.
Además, las personas difieren mucho entre sí, dado que cada una sigue distintas
maneras de envejecer, de acuerdo al medio sociocultural en el cual interactúan, las
condiciones socioeconómicas donde se desarrolla. Por ejemplo, la sabiduría puede
aumentar con la edad mientras la resistencia física disminuye. La actividad lectora
puede seguir estable mientras otros intereses, pueden llegar a su punto más alto para
luego disminuir. En cada dimensión las personas diferirán de un modo u otro, en
función de la clase social, su constitución biológica y sus propias experiencias de vida.
Es decir, que la diversidad individual también constituye un signo de nuestra vejez.
(Hinojosa, 2009).

-Plasticidad: De acuerdo al estudio realizado por María Angélica (2009), se transcribe


los siguientes: en una destacada serie de experimentos, Stepahen Buell y Paul Coleman
(1979) compararon las neuronas de ancianos normales que morían hacia los 70 años,
con las de adultos de mediana edad y de ancianos que habían muerto con la
enfermedad de Alzheimer. Se quedaron atónitos al descubrir que las neuronas de los
ancianos normales tenían más dendritas que las de las personas de mediana edad. En
otro estudio, cuando Coleman (1986) midió el crecimiento de las dendritas, descubrió
que tal crecimiento continuaba a lo largo de los primeros años de la vejez, pero se
detenía en el caso de los muy ancianos.

En la actualidad con la moderna tecnología se puede decir, que la “Plasticidad Cerebral


puede ser definida como la capacidad del cerebro de evolucionar, e implica cambios a
nivel estructural y funcional que entran en juego ante diferentes situaciones fisiológicas,
como el aprendizaje, y patológicas luego de un accidente cerebrovascular” (Demey,
2014). En continuadas investigaciones se ha demostrado que la característica
fundamental del Sistema Nervioso Central (SNC) es de modificar la organización
funcional de sus circuitos neuronales en respuesta a la experiencia, y se mantiene
durante todo el ciclo vital del ser humano, así también, juega un rol fundamental en el
desarrollo y la adquisición de nuevas habilidades, como también en el proceso de
compensación ante una lesión. (Demey, 2014).
Según el artículo de Demey, I., Allegri, R. & Barrera-Valencia, M. (2014), manifiestan:
Considerando lo que ocurre en las células, los mecanismos responsables de
estos cambios adaptativos neuronales y sinápticos son muy variados,
involucrando modificaciones en el tráfico de canales iónicos desde y hacia la
membrana o de su funcionalidad, redistribución o recambio de los receptores a
distintos neurotransmisores y modificaciones en el número y la estructura de las
espinas dendríticas.

Con estos alentadores hallazgos, se demuestran que nuestro sistema nervioso es


plástico, o cambiable.

Paul Baltes es un investigador sobre la cognición de los adultos y dedicó su carrera a


investigar los cambios, a menúdo negativos, que se producen con la edad. La teoría
de Baltes de la optimización selectiva mediante la compensación, plantea cómo las
personas buscan recursos propios frente al declive, y hace hincapié en el
reconocimiento del límite, compensando las deficiencias y optimizando las
posibilidades. Tiene la virtud de ser clara, aplicable a muchas áreas de la vida y
extremadamente práctica. En estas premisas basa los programas de estimulación
cognitiva para adultos mayores. (Hinojosa, 2009).

Cuando las personas mayores se dan cuenta de que pierden capacidades,


automáticamente se limitan a las actividades que consideran más importantes,
porque haciendo menos lo pueden hacer con la misma eficacia. Por ejemplo, un
profesional ve que la enseñanza y las publicaciones constituyen su principal interés
en la vida, reduce otras actividades, por lo tanto realiza una selección. Como ya no
puede confiar en acordarse de sus clases con tanta facilidad, dedica más tiempo a
repasar las notas antes de la clase (es decir, optimización). Una vez en el aula,
compensa, saca un esquema para que le refresque la memoria. Esto permite que la
persona esté satisfecha con su vida, dándole a ésta las posibilidades de una
autorrealización efectiva. De esta manera, con intervenciones educativas se logra
fomentar una vida más saludable. (Izquierdo Martínez, 2005)

Este cambio de enfoque abre innumerables perspectivas para la prevención y


promoción de la salud, especialmente desde la mediana edad, situación que se
evidencia con los aportes de varias disciplinas y diversas herramientas de
intervención como la Psicología, Psicopedagogía, musicoterapia, psicomotricidad,
terapia ocupacional, estimulación de la memoria, educación para adultos mayores.
(Belsky, 2001)

1.3.- El ciclo de vida y el proceso del envejecimiento:


Para empezar con el siguiente tema es oportuno transcribir lo que dice Papalia Diana
(2012) en su libro Desarrollo Humano:
¿Cuánto tiempo vamos a vivir? ¿Por qué tenemos que envejecer? ¿Le gustaría vivir
para siempre?
Los seres humanos se han hecho esas preguntas durante miles de años.
La primera pregunta implica varios conceptos relacionados. La expectativa de vida es
el tiempo estadísticamente probable que una persona nacida en un momento y un lugar
específicos puede llegar a vivir, dadas su edad y condición de salud actuales. La
expectativa de vida se basa en la longevidad promedio, o duración real de la vida de
los miembros de una población.
Las mejoras en la expectativa de vida reflejan una disminución de las tasas de
mortalidad (la proporción de la población total o de grupos de cierta edad que muere
en un determinado año). El ciclo de vida humano es el periodo más largo que pueden
vivir los miembros de nuestra especie. El ciclo de vida más largo que se haya
documentado hasta ahora es el de Jeanne Clement, una francesa que murió a los 122
años de edad.
La segunda pregunta expresa un tema de la vejez: el anhelo por una fuente o pócima de
juventud. Detrás de este anhelo está el temor, no tanto de la edad cronológica como del
envejecimiento biológico: la pérdida de la salud y de las capacidades físicas. La
tercera pregunta expresa la preocupación no sólo por la duración sino por la calidad
de la vida. (Papalia, 2012).
1.3.1.- Tendencias en la expectativa de vida.- En la actualidad, la mayoría de las
personas esperan llegar a la vejez y con frecuencia hacerlo con mayor edad. Una
persona que nació en Estados Unidos en 2000 podría esperar vivir 76.9 años,
aproximadamente 30 años más que una persona nacida en 1900 (Papalia, 2012)

A nivel mundial, según los respectivos censos, la expectativa de vida promedio se


elevó 37 por ciento desde 1955, de 48 años a 66, y se proyecta que llegue a 73 años
hacia 2025. Tal longevidad, sin precedente en la historia humana, se relaciona
directamente con el envejecimiento de la población. Esto se debe a un agudo declive en
las tasas de mortalidad. El ciclo de vida más prolongado en la actualidad se deriva
principalmente de la reducción drástica de la mortalidad en recién nacidos y los niños;
menos muertes de adultos jóvenes, particularmente de mujeres en el parto; nuevos
tratamientos para muchas enfermedades que años atrás eran fatales; y una población
con mayor educación y más consciente de su salud que recibe atención médica más
efectiva en la adultez media y tardía.

1.3.2.- Perspectiva del envejecimiento.


El proceso de envejecimiento considerado desde una perspectiva biológica se puede
decir que empieza cuando comienza el ciclo de la vida, de forma tal, que no hay vida
orgánica sin envejecimiento. Así podría decirse que el envejecimiento es vida y vivir
conlleva, necesariamente al envejecimiento. Está claro, poder manifestar que desde el
nacimiento nos acercamos día a día, minuto a minuto a nuestra propia muerte por lo
que, como señalan algunos autores, el envejecimiento debería ser computado
retrospectivamente existiendo cambios previos a la muerte. Conviene precisar que la
muerte, como el nacimiento y el envejecimiento, son fenómenos naturales y que la
adaptación a la vida lleva consigo, también, la aceptación de la muerte a través de
mecanismos de enfrentamiento adaptativos. (Ministerio de Sanidad, Política Social e
Igualdad, 2011).
Desde este punto de vista, se puede decir, que el envejecimiento no constituye un
proceso simple o unitario, sino un haz de procesos, asociados entre sí, aunque no
necesariamente sincrónicos, porque en el ser humano existen las diferencias
individuales, y que se asocian, a su vez, con la edad cronológica. El proceso de
envejecimiento se despliega en una secuencia compleja de cambios que tienen lugar en
distintos niveles: biológicos, psicológico, social y los tres se mantienen en estrecha
dependencia e interrelación. Situados en un tiempo histórico, social de la humanidad y
regido por normas y códigos que rigen el contexto de ese sujeto. (Hinojosa, 2009).

Teorías del envejecimiento biológico:


Es importante mencionar, una vez alcanzado el máximo desarrollo biológico, (sobre los
20 o 22 años de edad cronológica); es cuando nuestros sistemas biológicos empiezan a
tornarse menos eficientes, desde esa edad se empieza a produce un lento declive de
nuestras características físicas desde luego, a una tasa distinta dependiendo de cada
función, de su ejercicio y del momento distinto del proceso de la edad, pero no son,
necesariamente, debidas a la enfermedad. Así, podemos mencionar, menor elasticidad
cutánea, disminución de fuerza muscular, tiempos de reacción más prolongados, menor
agudeza visual y auditiva; todas estas son características propias del proceso de
envejecimiento primario. (Ministerio de Sanidad, Política Social e Igualdad, 2011).
(Papalia, 2012).
Los investigadores han señalado que el envejecimiento es un fenómeno
multidimensional bio-psico-social y, por tanto, nos cuestionamos, si este proceso de
envejecimiento biológico, ocurre paralelamente e isomórficamente a una disminución
del funcionamiento psicosocial de un individuo. Los especialistas manifiestan, en
parte, el envejecimiento biofísico es la base del envejecimiento psico-social y, por tanto,
éste transcurre paralelamente a aquél. Así lo demuestra, el funcionamiento cognitivo
fluido, que es evaluado mediante pruebas de coordinación viso-motriz o memoria de
trabajo, la misma que cursa en estrecho paralelismo al funcionamiento neurobiológico.
Sin embargo, el funcionamiento de la personalidad, de la afectividad o de las relaciones
interpersonales no presenta ese mismo perfil e, incluso, puede presentar tendencias de
cambio positivo no asociadas a la edad. (Ministerio de Sanidad, Política Social e
Igualdad, 2011).
Las preguntas sobre la longevidad y la calidad de vida están íntimamente relacionadas
con lo que le ocurre al cuerpo conforme éste envejece. Un adulto joven común es un
espécimen con un físico aceptable; su fuerza, energía, agilidad, resistencia y salud están
en la cima; los sentidos se agudizan y los sistemas corporales funcionan a su máxima
potencia.

Teorías de programación genética.- “Estas teorías sostienen que el cuerpo humano


envejece de acuerdo con un plan de desarrollo normal incorporado en los genes. Una de
esas teorías postula que el envejecimiento resulta de la senectud programada: genes
específicos se desconectan antes de que se hagan evidentes ciertas pérdidas relacionadas
con la edad” (Papalia, 2012). Dado que cada especie tiene su propia expectativa de vida
y patrón de envejecimiento, este patrón debe ser predeterminado e innato, sujeto sólo a
pequeñísimas modificaciones, que permiten las adaptaciones en un mundo siempre
cambiante.
Dentro de la programación genética se puede afirmar: “Una parte importante del
envejecimiento está determinado por los genes, los cuales controlan el 30% de la
longevidad o del plazo de vida. Son ya clásicos los experimentos de Hayflick, quien
sugirió que el envejecimiento y las expectativas de vida de una especie son debida a una
mayor capacidad proliferativa de sus células” (Universidad de Sevilla, 2016).
Así también; al final de cada cromosoma tenemos los llamados telómeros que son
complejos de proteínas y ácidos nucleicos que se encuentran en los extremos de los
cromosomas lineales. Los científicos han demostrado que en vertebrados, el ADN
telomérico está compuesto por la secuencia TTAGGG, la cual se repite miles de veces.
Este ADN es sintetizado por la enzima telomerasa. Los telómeros, aparte de permitir la
replicación del genoma sin perder secuencias codificantes presentes al final de los
cromosomas; también protegen el final de los mismos frente a la degradación, así como
la unión de los extremos del ADN por enzimas reparadoras. (Metz Baer, 2016).
Cuando los telómeros llegan a un tamaño muy corto, se puede manifestar que es crítico
para las células, las mismas entran en senescencia y de esta forma los telómeros
parecen servir como un “reloj biológico de la división celular”, informando del número
de divisiones producidas.
Según Metz Bear (2016) manifiestan lo siguiete:
La senescencia celular ha despertado especial interés por sus posibles
conexiones con cáncer y envejecimiento. La telomerasa se encuentra activada
en una gran proporción de los cánceres humanos. Esta enzima por sí misma no
es capaz de transformar células normales en cancerosas, pero su activación
coopera durante la carcinogénesis con mutaciones en oncogenes y genes
supresores como p53. La inhibición de esta enzima es una aproximación
promisoria para reducir el crecimiento de las células tumorales. A pesar de los
datos que sugieren fuertemente que la senescencia celular tiene una importante
función de supresión tumoral, las conexiones que actualmente se pueden hacer
con el envejecimiento natural del organismo son bastante más tenues.

Teoría endócrina.- “El reloj biológico actúa por medio de genes que controlan los
cambios hormonales. La pérdida de fuerza muscular, la acumulación de grasa y la
atrofia de órganos pueden estar relacionadas con disminuciones de la actividad
hormonal” (Papalia, 2012); de esta manera se controla el ritmo del envejecimiento. Es
conocido que las hormonas son las encargadas de la regulación de muchas funciones
vitales, a lo largo del ciclo de vida; entre las más importantes tenemos el control del
metabolismo, como también suministro y restricción de calorías.
Teoría inmunológica.- La teoría inmunológica considera que el envejecimiento es
consecuencia de las alteraciones en el sistema inmune del individuo. Según Papalia
Diana (2012), propone que ciertos genes pueden causar problemas en el sistema
inmunológico, que luego dan lugar a una mayor susceptibilidad a enfermedades,
infecciones y cáncer.
“El origen de estos trastornos inmunitarios que aparecen con la edad, radica en la
disminución de la actividad de los linfocitos T-ayudadores o T-supresores, el
incremento en la producción de autoanticuerpos y en la disminución de la sensibilidad
de la respuesta de defensa del paciente geriátrico” (Metz Baer, 2016).
Daño del genoma mitocondrial.- De acuerdo a publicación de Metz Baer, Claudia y
Bravo Zehnder, Marcela (2016), en su artículo Bases Moleculares y Celulares del
Envejecimiento, se transcribe lo siguiente:
Otro blanco para acumular mutaciones durante el envejecimiento es el genoma
mitocondrial. Las mitocondrias son críticas para el funcionamiento celular ya
que proveen la energía que requiere la célula, en forma de ATP, a través del
proceso de fosforilación oxidativa. Cada célula puede tener varios cientos de
mitocondrias, y cada una de ellas posee varios genomas mitocondriales. A pesar
de que un gran número de las proteínas mitocondriales que se utilizan en la
fosforilación oxidativa están codificadas en el genoma nuclear, al menos 13
proteínas y 24 tARN (ARN de transferencia) están codificadas en su genoma.
Mutaciones puntuales y/o deleción en cualquiera de estos 37 genes puede
comprometer la función mitocondrial. Sin embargo, en el proceso de
envejecimiento normal, se ha encontrado que las mutaciones por deleción son
las causantes primordiales de la disminución de la fosforilación oxidativa. La
velocidad de mutación en la mitocondria es 10-20 veces mayor que la del DNA
nuclear, principalmente por tres razones: 1) está expuesto a altos niveles de
EROs los que se producen como subproducto del proceso respiratorio; 2) no
está protegido por proteínas, y 3) no posee la misma capacidad para reparar los
daños en el ADN. Se piensa que mutaciones en la mitocondria pueden llevar a
una producción de energía defectuosa, producción de EROs por un transporte
de electrones alterados e inducción de apoptosis (muerte celular programada).
Una disminución de la función mitocondrial ha sido observada con la edad en
distintas especies incluyendo a humanos. Las mutaciones en las mitocondrias no
solo producen un aumento en la producción de EROs, si no que también hacen
al ADN mitocondrial más susceptible a sufrir daños por EROs.
Así también, “se han correlacionado mutaciones mitocondriales con patologías
específicas, como ceguera, sordera, problemas motores, debilidad muscular, epilepsia y
disfunciones de la médula ósea” (Metz Baer, 2016).
Teorías de tasa variable.- Las teorías de tasa variable, según los autores le llaman
teorías del error; conciben el envejecimiento como resultado de procesos aleatorios que
varían de una persona a otra, y por lo regular el envejecimiento implica daño debido a
errores aleatorios o a ataques ambientales a los sistemas biológicos.
Teoría del desgaste.- Según los especialistas manifiestan que esta teoría, nos propone
que cada organismo estaría compuesto de partes irremplazables que son las moléculas, y
que la acumulación de daño en sus partes vitales, llevaría a la muerte de las células,
tejidos, órganos y, finalmente, del organismo. (Universidad de Sevilla, 2016). Este
proceso de desgaste ocurre más rápidamente bajo estrés. En la actualidad, la mayoría de
los teóricos no creen que el desgaste normal sea una explicación adecuada para el
envejecimiento. Por una razón: un ser humano (a diferencia de un automóvil) es capaz
de autorrepararse y puede compensar el daño al sistema.

La teoría de los radicales libres.- Según nos demuestran las investigaciones la teoría
se enfoca sobre los efectos dañinos de los radicales libres; estos están integrados por los
átomos o moléculas de oxígeno sumamente inestables que se forman durante el
metabolismo y “que reaccionan con las membranas celulares, las proteínas celulares,
grasas, carbohidratos e incluso ADN, a los cuales pueden dañar. El daño producido por
los radicales libres se acumula con la edad; ha sido asociado con la artritis, la distrofia
muscular, cataratas, cáncer, diabetes de inicio tardío y trastornos neurológicos como la
enfermedad de Parkinson” (Papalia, 2012).
Las investigaciones revelan que los radicales libres dirigen su poder mutagénico a los
ácidos nucleicos, proteínas y lípidos a los cuales les causan lesiones; en la mayoría de
los casos, estos daños, son reparadas mediante una compleja maquinaria celular. En el
caso de los ácidos nucleicos, cuando el sistema de reparación falla, se producen
mutaciones que pueden generar células tumorales. Así también, se ha evidenciado
cuando los radicales libres atacan al ADN, ocasionando modificaciones a las bases
purinas (adenina-A, guanina-G) y pirimidinas (citosina-C, timina-T), también rompen o
entrecruzan las hebras del ADN. Los ataques son por especies reactivas de oxígeno
(EROs) que es la mayor fuente de lesiones espontáneas del ADN; la misma es generada
por reducción ineficiente en la mitocondria durante la respiración celular. Por otra parte,
oxidantes ambientales como agentes químicos cancerígenos y radiación ultravioleta e
ionizante pueden lesionar los ácidos nucleicos. Entre los EROs se incluyen al ion
superóxido (O2-), el radical hidroxilo (OH), el peróxido de hidrógeno (H2O2) y O2
aislado. Los radicales hidroxilo son originados principalmente durante la reducción
química y enzimática de moléculas de oxígeno en la célula. Se calcula que se producen
unas 104 modificaciones de bases nucleotídicas por célula al día, por efecto de EROs.
También se estima que una fracción de estos daños no pueda ser reparada y que la
acumulación contribuya a la pérdida de las funciones fisiológicas, las mismas que están
relacionadas con la edad. (Metz Baer, 2016).

La teoría de tasa de vida.- Sugiere que el cuerpo sólo puede hacer determinado
trabajo, y eso es todo; mientras más rápido trabaje, más pronto se desgasta. De acuerdo
con esta teoría, la rapidez del metabolismo determina la duración de la vida. Por ende, la
velocidad del metabolismo, o uso de la energía, determina la duración de la vida. Los
peces cuyo metabolismo se hace más lento poniéndolos en agua más fría viven más
tiempo del que vivirían en agua caliente (Schneider, 1992) citado por (Papalia, 2012).
Es claro que las dietas de reducción de calorías que se ha encontrado que prolongan la
vida también podría tener impacto aquí, dado que las reducciones en el consumo de
calorías también producen un metabolismo más lento.
La teoría autoinmune.- “Indica que un sistema inmunológico envejecido puede
“confundirse” y liberar anticuerpos que atacan las propias células del cuerpo. Se cree
que esta disfunción llamada, autoinmunidad, es responsable de algunas enfermedades y
trastornos relacionados con el envejecimiento” (Papalia, 2012).

1.4.- Apariencia física.


No hay un adulto típico. A cualquier edad, en los adultos muchas diferencias; algunos
cambios físicos que por lo general se asocian con el envejecimiento y que resultan
evidentes para cualquier observador, los mismos afectan más a algunos ancianos que a
otros. La piel envejecida tiende a palidecer, a perder elasticidad, y puede arrugarse a
medida que se reducen la grasa y la masa muscular. Tal vez aparezcan venas varicosas
en las piernas; el cabello de la cabeza se adelgaza y se torna gris y luego blanco, y en
ocasiones brota en nuevos lugares: en la barbilla de las mujeres, o en los oídos de los
hombres; así también, el vello corporal comienza a escasear.
Es oportuno transcribir lo que manifiesta Papalia Diana, (2012) en su libro Desarrollo
Humano:
La estatura de los ancianos se reduce a medida que se atrofian los discos entre
las vértebras espinales. En especial entre las mujeres con osteoporosis, el
adelgazamiento de los huesos puede ocasionar cifosis, llamada comúnmente
“joroba de la viuda”, una curvatura exagerada de la columna vertebral que por
lo general ocurre entre los 50 y los 59 años (Ball, 2009). Además, la
composición química de los huesos cambia, lo que crea un mayor riesgo de
fracturas. Otros cambios, menos visibles pero igual e importantes, afectan a los
órganos internos y los sistemas corporales, el cerebro y el funcionamiento
sensorial, motor y sexual.
En la actualidad nuestra sociedad otorga un gran valor a la juventud, los adultos medios
y mayores gastan gran cantidad de tiempo, esfuerzo y dinero intentando mantener una
apariencia juvenil. Aunque muchos tratamientos antieda son inútiles, las cremas y
lociones emolientes ofrecen mejoría temporal en el tono y humectación de la piel. El
daño a la piel, como las arrugas y las manchas de la edad, que se cree están asociadas
con el envejecimiento, en realidad resultan de una vida de exposición a la luz solar. La
mejor forma de proteger la piel de tal daño es minimizar el tiempo en el sol y siempre
usar protector solar.
La popularidad de los tratamientos antiedad es una muestra del extendido deseo por
ocultar la apariencia del envejecimiento. Si tu “yo ideal” tiene el cuerpo de un joven de
20 años, entonces con cada año que pase será necesario hacer mayores esfuerzos, a
través de cosméticos, cirugía plástica o un amante más joven, para negar lo que
ocurre. La autoestima se ve afectada cuando las personas devalúan su ser físico. Pero
incluso ante las poderosas fuerzas sociales que refuerzan un culto a la juventud, muchos
adultos pueden, y de hecho aprenden a, aceptar los cambios que tienen lugar en ellos
mismos. (Papalia D. E., 2009).

1.4.1.- Funcionamiento sensoriomotor:


Muchos estudiosos afirman que a partir de mediados de los veinte y hasta
aproximadamente los 50 años de edad, los cambios en las capacidades sensoriales y
motoras son graduales y por lo general imperceptibles, así también enormemente
particulares. Por la experiencia y el diario convivir se puede decir que a los 40 o 45
años, se descubre que no se puede leer el directorio telefónico, los mensajes en un chat,
el periódico y necesita lentes para lectura.

Cuando se usó lentes desde la juventud, sobre la edad mencionada es necesario nuevas
graduaciones. En los deportes sucede algo similar, se puede manifestar que una mujer
de 55 años debe admitir que su juego de tenis no es tan rápido como solía ser. En
cambio, otra jugadora de su edad es casi tan ágil como lo era en años anteriores. La
mayoría de las personas en la adultez media compensan bastante bien cualquier cambio
que experimentan, y algunas buscan activamente hacer algo al respecto, como
programas de ejercicio para aumentar la fuerza y evitar pérdida muscular. Otras
personas en la adultez media no hacen nada para compensar los cambios que
experimentan por el envejecimiento.

Las habilidades sensoriomotoras por lo general declinan en la adultez tardía. Sin


embargo, de nuevo, hay mucha variación individual. (Papalia D. E., 2009).

La mayoría de los adultos que envejecen se preocupan por las pérdidas sensoriales.
Desde el sonido de la alarma del reloj y el aroma del café recién preparado, a la
suavidad de la almohada mientras cierras los ojos en la noche, los sentidos son el
principal medio para conocer el mundo. Muchas personas también lamentan el deterioro
en fuerza muscular, resistencia, coordinación y tiempo de reacción (Digiovanna, 2000)
citado por (Papalia D. E., 2009).
En los cambios físicos y fisiológicos se transcribe lo que manifiestan González Bernal
Jerónimo (2014):
Se produce un deterioro del sistema nervioso provocando lentitud de
movimiento y pérdida de actos reflejos, aumenta la posibilidad de manifestar
enfermedades que afectan a los distintos sistemas del organismo como son las
cardiovasculares (infartos, ACV, arterioesclerosis, etc.), respiratorios (atrofia
de mucosa que afecta a la nariz, faringe y laringe, disminuye la elasticidad
pulmonar, infecciones respiratorias graves como la neumonía, etc.), digestivos
(disminución del sentido del gusto, del reflejo de tragar y de los movimientos
automáticos que pasan a ser más lentos, etc.), músculo-esqueléticos (disminuye
el tamaño y densidad de los huesos, las articulaciones reducen el rango de
movimiento, a nivel muscular se produce una disminución del tono y de la
capacidad elástica de las unidades músculo-tendinosas, etc.), el sistema
inmunológico se debilita, se producen déficit sensoriales (de vista y oído),
sistema urinario (los riñones reducen eficacia para eliminar los desechos y los
medicamentos, así mismo, aumenta la posibilidad de incontinencia urinaria,
etc.). (González Bernal, 2014)

Visión.- Los ejemplos en el diario vivir son suficientemente abundantes para explicar
las diferencias en el sentido de la vista, y su declive en el curso de la vida de las
personas de manera especial en la vejez.
Se puede decir que como con todos los aspectos del envejecimiento, hay grandes
diferencias individuales en la habilidad visual. Algunas personas en sus ochenta o más
años no necesitan lentes, mientras que algunos adultos jóvenes sí los requieren. La
mayoría de los problemas visuales relacionados con la edad ocurren en cinco áreas:
“visión dinámica (lectura de signos en movimiento), visión cercana, sensibilidad a la
luz, búsqueda visual (por ejemplo, localizar un signo) y rapidez de procesamiento de
información visual. Los lentes correctivos o el tratamiento médico o quirúrgico,
incluidas algunas nuevas tecnologías, con frecuencia pueden ayudar a las personas con
problemas visuales moderados” (Papalia D. E., 2009).

Cambios en la estructura y función del ojo.- La habilidad para distinguir detalles que
se conoce como agudeza visual, también disminuye con el pasar de los años. La
agudeza visual, que se mide cuando observas un equipo optométrico en el consultorio
del médico o cuando solicitas una licencia de conducir, es aguda aproximadamente a los
20 años de edad y comienza a declinar hacia aproximadamente los 50 años. Para los 85
años, algunos adultos pierden hasta el 80 por ciento de la agudeza visual que tenían en
la adultez joven. Sin embargo, a pesar del dramático declive en la agudeza promedio, la
mayoría de los adultos mayores mantiene una “buena” visión corregida durante sus
ochentas (Schieber y Baldwin, 1996).
Así también se pude decir, que la agudeza visual dinámica es la habilidad para ver
claramente objetos en movimiento. Esta habilidad también declina con la edad. Por
tanto, la información que se presenta en movimiento, como los créditos que aparecen en
una película o pantalla de televisión, son mucho más difíciles de seguir para los adultos
mayores que para los adultos más jóvenes .
Se ha demostrado de forma general que el problema visual más común después de los
40 años la hipermetropía llamada también presbicia, que obliga a muchas personas a
usar lentes de lectura o cambiar los mismos a mixtos o bifocales. La presbicia surge de
cambios estructurales en el cristalino del ojo. El cristalino, a diferencia de la mayoría de
las estructuras corporales, sigue creciendo a lo largo de la vida. Conforme nuevas
células se acumulan en la parte exterior del cristalino, las fibras (células) más viejas del
cristalino se presionan juntas y empujan hacia el centro. Hacia los 70 años de edad, el
cristalino puede ser al menos 3 veces más grueso de lo que era originalmente. (Papalia
D. E., 2009). Es por eso que se endurece, aplana y se vuelve menos elástico y menos
capaz de cambiar de forma para enfocar los objetos cercanos. Este continuo proceso a lo
largo de la vida por lo general se vuelve notorio por primera vez en la adultez media,
cuando la habilidad del ojo para acomodar, o ajustar su foco también se lentifica
(Schieber y Baldwin, 1996). Las mujeres usualmente desarrollan presbicia alrededor de
3 a 5 años antes que los hombres (Kline y Schieber, 1985).
Es evidente observar a la mayoría de las personas que intenta compensar la presbicia al
sostener los libros, periódicos o cualquier texto que lean cada vez más lejos de la cara,
hasta que está tan alejado que las letras son demasiado pequeñas para distinguirlas; o en
su defecto utilizan lupas.
Es importante conocer que el cristalino también puede comenzar a ponerse amarillo y
filtrar luz verde, azul y violeta (Kline y Scialfa, 1996). Por tanto, estos colores no se
deben usar para objetos, como medicinas, que los ancianos tengan necesidad de
distinguir. Una persona mayor fácilmente puede mezclar dos píldoras idénticas si la
única diferencia es que una es violeta y la otra azul.
Así también, los expertos manifiestan que se puede observar otro cambio en el tamaño
de la pupila, la abertura oscura en el centro del iris. Si observas los ojos de un niño de 5
o 6 años de edad, notarás que sus pupilas son más grandes que las de un adulto joven. Si
vemos las pupilas de una persona de 75 años, es probable que sean más pequeñas que
las de un adulto joven. Esto es así porque los músculos en el iris que dilatan la pupila en
lugares oscuros (como los cines) para dejar entrar más luz, se vuelven más débiles en la
adultez media, y la pupila ya no se dilata tanto. De manera similar ocurre con la
percepción de la profundidad que disminuye con la edad avanzada, por lo que algunos
adultos mayores tienden a tropezar con las cosas, o a perder su paso en los escalones o
bordes de las aceras. Los ancianos también se vuelven más sensibles a los destellos, que
les imposibilita leer letreros en las carreteras. (Papalia D. E., 2009)
Otro problema en la visión son las llamadas cataratas, que se incrementan con el pasar
de los años, las mismas ocasionan visión borrosa. “La cirugía para eliminarlas suele ser
exitosa y es una de las operaciones más comunes entre los ancianos estadounidenses. La
degeneración macular relacionada con la edad, que provoca que el centro de la retina
pierda de manera gradual la capacidad para distinguir con nitidez los detalles fi nos, es
la causa principal de deterioro visual entre los adultos mayores” (Papalia D. -F., 2012).
El glaucoma, considerado como un daño irreversible del nervio óptico, causado por
un aumento en la presión intraocular del ojo, que si no se trata puede ocasionar ceguera.
El tratamiento temprano puede disminuir la presión ocular alta y demorar el daño
irreversible. Las estadísticas manifiestan que en todo el mundo, el glaucoma es la
segunda causa de ceguera. (Papalia D. -F., 2012)

Audición.- Los expertos manifiestan que tanto la audición como la visión están en su
máximo potencial sensorial alrededor de los 20 años. Una pérdida gradual de la
audición por lo general comienza antes de los 25 y se vuelve más evidnete después de
dicha edad. La población general no nota la pérdida de audición durante la adultez
joven y la adultez media, porque no afecta las frecuencias que se usan en el habla
cotidiana. Pero al llegar a los setenta, la mayoría de los adultos dejan de escuchar
palabras en la conversación (Katchadourian, 1987). Se recomienda que los adultos
deban examinar su audición si encuentran difícil entender palabras; se quejan de que
otras personas “mascullan”; no pueden escuchar un grifo que gotea o notas altas en la
música; tienen un silbido o campanilleo en los oídos; o no disfrutan de fiestas, televisión
o conciertos porque no escuchan mucho de lo que sucede (NIA, 1993; Weinstein, 2003.
La mayor parte del deterioro auditivo relacionado con la edad se debe a degeneración de
las estructuras en el oído interno. Existen muchos tipos de pérdida, y dependen de las
partes del oído interno que resulten afectadas. La pérdida auditiva sensorineural es el
tipo número uno de pérdida auditiva en personas mayores de 65 años. Implica daño en
los nervios del oído interno, el nervio auditivo o las vías auditivas en el cerebro. Se
puede producir por envejecimiento, infección, exposición a ruido fuerte, herencia,
tumores, problemas circulatorios o trauma craneal (NIA, 2002a). Es permanente y se
puede tratar sólo a través del uso de un auxiliar auditivo. (Papalia D. E., 2009).

Gusto y olfato.- El gusto y el olfato por lo general comienzan a declinar en la vida


media, un poco más tarde que los otros sentidos descritos en párrafos anteriores. Es
importante transcribir lo que dice Papalia Diana (2009) en su libro Desarrollo del
Adulto y Vejez:
Puesto que las papilas gustativas se vuelven menos sensibles, los alimentos que
pueden ser muy sabrosos para las personas más jóvenes parecen insípidos a la
misma persona en la adultez media (Troll, 1985; Saxon y Etton, 2002). Una
mujer puede perder su gusto por lo dulce, su marido puede encontrar que sus
martinis no son lo suficientemente amargos. Una persona podría volverse menos
sensible a las comidas saladas, otra a los alimentos dulces, agrios o amargos. Y
la misma persona puede permanecer más sensible a algunos de estos sabores
que a otros (Stevens, Cruz, Hoffman y Patterson, 1995; Whitbourne, 1999).
Muchas personas compensan las pérdidas en el gusto al comer alimentos que
están mucho más sazonados. Algunos salan sus comidas, lo que posiblemente
contribuye a la presión sanguínea alta.
Otros comen menos y pueden llegar a desnutrirse. La investigación intenta
lograr una mejor comprensión de los mecanismos básicos del gusto y de las
formas para mejorar este sentido en los ancianos (Schiffman, 1995; Saxon y
Etton, 2002).
Con frecuencia, el gusto depende del olfato. Cuando los ancianos encuentran
que sus alimentos ya no saben bien, esto podría ser no sólo porque tienen menos
papilas gustativas en la lengua, sino también porque tienen menos receptores
olfatorios para transmitir olores al cerebro. Como con el gusto, la pérdida de
receptores olfatorios ocurre más rápidamente en algunos ancianos que en otros
(Stevens, Cain, Demarque y Ruthruff, 1991), y la habilidad para detectar ciertos
olores tiende a deteriorarse más rápido en unos que en otros (Wysocki y Gilbert,
1989). Algunos adultos mayores pueden tener dificultad para detectar por el
olor si la comida está echada a perder.
Estos cambios pueden relacionarse con enfermedad, envejecimiento,
tabaquismo, la ingesta de algunos medicamentos o contaminación ambiental
(American Academy of Otolaryngology, 1986). Los individuos también pueden
diferir en su habilidad cognitiva para reconocer olores y sabores (Whitbourne,
1999).

Tacto, dolor y temperatura.- La piel con el paso de los años se vuelve menos sensible,
de manera especial en la punta de los dedos; para la mayoría de las personas, esta
reducción de agudeza táctil tiene poco impacto, pero para los discapacitados visuales
puede interferir con la habilidad para leer braille.
En cuanto al dolor los estudios realizados no son contundentes, en unos casos
manifiestan que las personas adultas pueden tolerar mejor el dolor; otros en cambio
dicen que un dolor crónico les puede estresar. La intervención y el control del dolor
ahora se han convertido en uno de los principales focos de la atención geriátrica.
El cuerpo de un anciano se ajusta más lentamente al frío y se enfría más fácilmente que
el de una persona más joven. La exposición al frío exterior y a interiores pobremente
calentados puede bajar la temperatura corporal, lo que implica un serio riesgo para los
adultos mayores. Asimismo tampoco pueden enfrentar bien el calor.
Los mecanismos de enfriamiento normales del cuerpo (sudoración y bombeo de sangre
a la piel) no tienen tan buen desempeño como en las personas más jóvenes. (Papalia D.
E., 2009).
Funciones motoras.- Como se ha mencionado en los párrafos anteriores, también todas
las funciones motoras van disminuyendo sobre los 30 o 35 años. Por razones genéticas,
metabólicas o ambientales, el tejido que conecta los músculos con las articulaciones se
engrosa, lo que hace a las mismas menos flexibles; esto incide en la destreza manual,
haciéndoles cada vez menos eficiente conforme pasan los años, de manera general a
partir de la mitad de la tercera década de vida de las personas.
Al disminuir las proteínas que integran las fibras musculares, hace que los músculos
pierdan fuerza, rapidez y resistencia. A pesar de ello debemos manifestar las diferencias
individuales que son grandes y se vuelven mayores con cada década que pasa. Las
personas que llevan vidas sedentarias o tienen una salud deficiente son las que tienden
a perder el tono muscular y energía, mientras que quienes son activos conservan más
fuerza, vigor y resistencia. (Papalia D. E., 2009)
Según estudio de los expertos, la fuerza muscular y la resistencia se pierden alrededor
del 10 al 20 por ciento de su fortaleza hacia los 70 años; después de eso, la pérdida se
vuelve mayor. La mayoría de las personas notan primero un debilitamiento en los
músculos de la espalda, al entrar a los cincuenta, y luego en los brazos y hombros, ya
bien entrados los sesenta. (Papalia D. -F., 2012).

1.5.- Enfermedades temibles en el envejecimiento.


Con el pasar de los años son muchas las enfermedades que disminuyen la vitalidad de
los diferentes órganos aparatos y sistemas, por lo tanto la vida de la persona, a
continuación se describirán un grupo de enfermedades que por su aparición, evolución y
su pronóstico desfavorable; cusan significativo sufrimiento para el paciente como para
los familiares.
Empecemos transcribiendo lo que publica Morelli, Laura (2016) en su artículo La
contribución de la hipótesis amiloide a la comprensión de la enfermedad de Alzheimer:
una visión crítica
Diversas enfermedades complejas están asociadas al plegamiento anormal de
proteínas, dentro de las que se incluyen enfermedades neurodegenerativas muy
comunes como la enfermedad de Alzheimer (EA) y el Parkinson (PD) o muy
poco frecuentes como las demencias asociadas a mutaciones en el cromosoma
17 (demencia frontotemporal) o en el cromosoma 13 (demencia tipo Británica o
Danesa) o las enfermedades priónicas. Todas estas patologías tienen en común
la aparición en el cerebro de agregados insolubles de proteínas denominados
“amiloides”. Un amiloide es una proteína “auto-ensamblada” que presenta
morfología fibrilar, propiedades tintoriales específicas y una conformación β-
plegada. (Morelli, 2016)

1.5.1.- Enfermedad de Alzheimer:


Se puede definir a la enfermedad de Alzheimer (EA) como un proceso
neurodegenerativo atribuido a la aparición de depósitos intracelulares (ovillos
neurofibrilares de proteína tau fosforilada) que son la consecuencia de la acción de
agregados extracelulares, como los depéptido β -amiloide (Aβ) que dan lugar a las
placas seniles en el parénquima cerebral y se acumulan en los vasos cerebrales
formando los depósitos amiloideos. (Boada, 2014).
La enfermedad de Alzheimer (EA) es una de las más comunes y temidas enfermedades
terminales entre las personas que envejecen; afecta al menos a 15 millones en todo el
mundo (Reisberg et al., 2003). Arrebata de manera gradual la inteligencia, la capacidad
de atención e incluso la habilidad para controlar las funciones corporales, y finalmente
ocasiona la muerte. Un estimado de 4.5 millones de personas en Estados Unidos tienen
EA, y para 2050 se proyecta que la incidencia será de 13.2 millones. (Papalia D. E.,
2009).
La EA es un desorden clínico y genético heterogéneo. Existen 2 variantes, la más
frecuente está estrechamente asociada a la edad, se la conoce como esporádica de inicio
tardío (LOAD del inglés, late-onset sporadic Alzheimer’s disease). Es una patología con
una prevalencia del 19 % en personas mayors de 75 años, su curso promedio está entre
los 8 a 10 años, con lo cual se convierte en un verdadero problema de salud. Presenta
factores de riesgo genético y ambiental. El principal factor de riesgo genético asociado a
esta variante es el alelo 4 del gen de la Apolipoproteína E el cual se ha validado en
poblaciones de diversas ancestrías a nivel mundial.
La otra forma de EA se la conoce como variante familiar de inicio temprano antes de
los 65 años (FAD, del inglés Familial Alzheimer`s Disease) y presenta mutaciones en
alguno de estos 3 genes: proteína precursora del amiloide β (APP), presenilina 1
(PSEN1) o presenilina 2 (PSEN2). Las mutaciones en estos 3 genes son altamente
penetrantes y de baja frecuencia y sólo corresponden al 5 a 10 % de todos los casos de
Alzheimer. (Morelli, 2016).
Síntomas.- “En cualquiera de sus 2 variantes, EA se caracteriza clínicamente por un
periodo inicial de deterioro cognitivo de 2-3 años de difícil diagnóstico y una posterior
declinación grosera y progresiva de la memoria y el desarrollo de afasia, apraxias y
agnosias que reflejan el daño en el hipocampo y la neocorteza asociativa” (Morelli,
2016).
Por lo general los síntomas clásicos de la enfermedad de Alzheimer son:
-Deterioro de la memoria y del lenguaje
-Déficit en el procesamiento visual y espacial
-La incapacidad para recordar eventos recientes o registrar información nueva es el
primer síntoma notorio, por ejemplo, una persona puede volver a preguntar algo que
apenas le respondieron o dejar sin terminar una tarea cotidiana.
Los cambios de personalidad (con mucha frecuencia rigidez, apatía, egocentrismo y
control emocional deteriorado) tienden a ocurrir en una etapa inicial del desarrollo de la
enfermedad y pueden ayudar en la detección y diagnóstico tempranos (Balsis, Carpenter
y Storandt, 2005).
Después se presentan otros síntomas más: irritabilidad, ansiedad, depresión y, más
tarde, ilusiones, delirios y vagabundeo. Se deterioran la memoria a largo plazo, el juicio,
la concentración, la orientación y el habla, y surgen problemas para realizar actividades
básicas de la vida diaria. Hacia el final de la enfermedad, el paciente no puede entender
o usar el lenguaje, no reconoce a los miembros de su familia, no puede comer sin ayuda
ni controlar los intestinos y la vejiga, y pierde la capacidad de caminar, sentarse y tragar
comida sólida. La muerte por lo general llega entre ocho o 10 años después de la
aparición de los primeros síntomas. (Papalia D. E., 2009)

Causas y factores de riesgo.- La acumulación de una proteína anormal llamada


péptido beta amiloide parece ser el factor principal que contribuye al desarrollo de la
enfermedad de Alzheimer (Bird, 2005; Cummings, 2004). Los especialistas y con el uso
de tecnología afirman que el cerebro de una persona con EA contiene cantidades
excesivas de marañas neurofibrilares (masas retorcidas de neuronas muertas) y grandes
aglomeraciones cerosas de placa amiloidea (tejido no funcional formado por el péptido
beta amiloide en los espacios entre las neuronas). Puesto que estas placas son
insolubles, el cerebro no puede librarse de ellas.
Según Morelli (2016), manifiesta que a nivel anatomopatológico, los cerebros muestran
en estadíos avanzados de la enfermedad, atrofia generalizada y a nivel histológico
presentan depósitos extracelulares de péptido amiloide β (Aβ) conocidos como “placas
seniles” o “placas neuríticas”, depósitos intracelulares de proteína Tau-hiperfosforilada
conocidos como “ovillos neurofibrilares” o “degeneración neurofibrilar”, neuritas
distróficas, pérdida de sinapsis, gliosis y depósitos vasculares de Aβ en corteza y
leptomeninges. Recientemente se ha demostrado en estadíos tempranos de la
enfermedad depósitos intraneuronales de Aβ.
Se mencionó en párrafos anteriores que la EA es hereditaria en sus dos modalidades.
Sin embargo, la educación y las actividades cognitivamente estimulantes se han
correlacionado de manera consistente a la reducción del riesgo de padecer EA (Crowe,
Andel, Pedersen, Johansson y Tatz, 2003; Wilson y Bennett, 2003). Un estudio
longitudinal que duró cuatro años, y se realizó con adultos mayores residentes en una
comunidad en donde convivían dos razas diferentes de personas, sugiere que el efecto
protector se debe, no sólo a la influencia de la educación en sí, sino también al hecho de
que las personas con alto nivel educativo tienden a ser cognitivamente activas (Wilson y
Bennett, 2003). En un estudio de 10 079 gemelos suecos, la complejidad del trabajo
realizado, en especial del trabajo con las personas, redujo el riesgo de padecer EA
(Andel et al., 2005). (Papalia D. E., 2009).

¿Cómo protege la actividad cognitiva contra la EA? Una hipótesis se basa en el


concepto de reserva cognitiva que, en gran parte como la reserva orgánica, puede
habilitar a un cerebro en deterioro para que continúe funcionando bajo estrés, hasta
cierto punto, sin mostrar signos de deterioro. La actividad cognitiva en marcha puede
construir una reserva cognitiva y por tanto demorar el inicio de la demencia (Crowe et
al., 2003).
La dieta, el ejercicio y otros factores relacionados con el estilo de vida también pueden
jugar un papel relevante. Los alimentos ricos en vitamina E, en ácidos grasos n-3 y en
grasas insaturadas deshidrogenadas pueden proteger contra EA, mientras que los
alimentos altos en grasas saturadas y transinsaturadas, como carnes rojas, mantequilla y
helado, pueden ser dañinos (Morris, 2004). Fumar está asociado con el riesgo creciente
de padecer EA (Launer et al., 1999; Ott et al., 1998). Otros posibles factores de riesgo
que aún se estudian incluyen la apnea del sueño y las lesiones en la cabeza producidas
en una etapa temprana de la vida (“Alzheimer’s Disease, Part III”, 2001). (Papalia D. E.,
2009)

Diagnóstico y predicción.- La EA puede diagnosticarse de manera precisa sólo


mediante un examen post mórtem del tejido cerebral; sin embargo, los científicos
desarrollan rápidamente diversas estrategias para poder emitir diagnósticos lo
suficientemente confiables en una persona viva.
Uno de ellos es la neuroimagen funcional que resulta particularmente útil para excluir
causas alternativas de demencia y permitir a los investigadores identificar realmente las
lesiones cerebrales que indican EA en un paciente vivo.
Un estudio longitudinal que utilizó un escaneo cerebral encontró que la actividad
metabólica reducida en el hipocampo de adultos medios sanos y ancianos puede
predecir con precisión quienes padecerán de Alzheimer o al menos un deterioro en la
memoria relacionado dentro de los siguientes nueve años.
También tenemos en los laboratorios técnicas y reactivos que permiten determinar con
precisión en sangre los niveles del aminoácido homocisteína y de proteínas precursoras
del péptido Aβ, así se pueden predecir o diagnosticar EA u otras formas de demencia
en las primeras etapas.
Las pruebas de detección y evaluación de los procesos neurocognitivos pueden hacer
distinciones iniciales entre pacientes que experimentan cambios cognitivos relacionados
con el envejecimiento normal y quienes se encuentran en etapas tempranas de demencia
En un estudio realizado en la Universidad de California en San Diego, el desempeño en
pruebas cognitivas de papel y lápiz predijo cuáles participantes desarrollarían EA dentro
un año o dos (Jacobson, Delis, Bondi y Salmon, 2002). En el Estudio Longitudinal de
Seattle sobre Inteligencia Adulta, los resultados de pruebas psicométricas fueron
predictivos de demencia hasta 14 años antes del diagnóstico (Schaie, 2005). (Papalia D.
E., 2009).

Tratamiento y prevención.- Aunque todavía no hay una cura, el diagnóstico y


tratamiento temprano pueden frenar el progreso de la enfermedad de Alzheimer y
mejorar la calidad de vida. Un medicamento aprobado por la Food and Drug
Administration de Estados Unidos es el memantine (comercialmente conocido como
Namenda). El memantine inhibe la acción del glutamato, un químico cerebral que puede
sobreestimular las células cerebrales, lo que deriva en daño o muerte celular. En un
experimento doble ciego de placebo controlado, dosis diarias de memantine tomadas
durante 28 semanas redujeron el deterioro en pacientes con EA de moderada a severa
sin efectos secundarios adversos significativos (Reisberg et al., 2003).
Los inhibidores de la colinesterasa, como el donepezil (comercialmente conocido como
Aricept), se han convertido en un tratamiento estándar para tratar de detener o
estabilizar el progreso de la EA de leve a moderada (Cummings, 2004). Sin embargo,
las esperanzas para una efectividad a largo plazo se perdieron cuando un en-sayo de
cinco años de Aricept no encontró diferencia significativa después de los primeros dos
años entre pacientes que tomaron Aricept y a quienes se les dio un placebo (AD2000
Collaborative Group, 2004). De igual modo, en un estudio doble ciego de tres años, la
terapia con donepezil no mostró resultados después del primer año ni tampoco durante
el resto del periodo de investigación (Petersen et al., 2005).
Aún no se cuenta con un tratamiento definitivo y efectivo para la EA, sin embargo es
oportuno transcribir estudios recientes de Boada (2014) que manifeita lo siguiente:
Desarrollo Dinámica de unión de Albutein® a betaamiloide.
Las principales evidencias que dieron lugar al proyecto de investigación de
Grifols asociado a la EA fueron las siguientes: 1) la existencia de oligómeros
solubles de Aβ, más tóxicos que las fibras, incrementadas en cerebros de afecta-
dos de EA, asociados al deterioro cognitivo; 2) la existencia en el plasma de un
alto porcentaje de Aβ unido a la albúmina, lo que indica que esta proteína
puede desempeñar un papel relevante en evitar la agregación de Aβ, y 3) la
existencia de un equilibrio dinámico entre los niveles de Aperiféricos y
centrales, por una parte, y el aclaramiento de Aβ, por otra. La alteración de
dicho equilibro podría ser central en la patogénesis y progresión de la EA.
Distintos agentes con capacidad de unir Aβ y desplazar el equilibrio hacia el
plasma, tales como los anticuerpos anti- Aβ, han si doy están siendo objeto de
evaluación. (Boada, 2014).

1.5. 2.- Cáncer:


Es un término dado a más de 100 diferentes enfermedades. Se define al cáncer como el
crecimiento anormal y maligno de los tejidos; la célula cancerígena deriva de una célula
normal que ha pierde el control de su reproducción. El crecimiento de la célula
cancerígena se puede atribuir a diferentes causas como una mutación genética,
radiación, virus oncológicos, entre otros. A diferencia de otras enfermedades discutidas
hasta el momento, el cáncer puede surgir y dispersarse a muchos órganos y sistemas
corporales.
El cáncer es la segunda causa de muerte en adultos mayores, después de las
enfermedades cardiovasculares. Ocurren en personas mayores a 55 años (American
Cancer Society, 2004).
Una explicación de lo anterior es su sistema inmunológico débil a causa del paso del
tiempo. Otra es que los adultos mayores han tenido más tiempo para desarrollar
cánceres, que con frecuencia son de lento crecimiento.
Algunos cánceres (como el carcinoma de células basales, un cáncer de piel) son más
curables que otros. Aunque las tasas de mortalidad han caído drásticamente en el caso
del cáncer de estómago, colorrectal, ovárico y cervical, se han elevado incluso de
manera más dramática para el cáncer de pulmón, el mayor asesino: hasta 104 por ciento
en hombres y 452 por ciento en mujeres desde 1960, principalmente como consecuencia
de fumar. (Papalia D. E., 2009).
En la etiopatogenia del cáncer están implicado las mutaciones genéticas; las mismas que
son fallas para corregir errores en el ADN que surgen durante la división celular, lo que
permite a las células multiplicarse sin control. Sin embargo, no todos los cánceres
parecen ser genéticos. Existen carcinógenos (agentes causantes de cáncer) ambientales
desconocidos o plenamente identificados incluyen contaminación, pesticidas, plásticos
y muchos más. La exposición al sol puede causar cáncer en la piel. Las mejores formas
de prevenir el cáncer o detener su crecimiento son evitar fumar, beber alcohol sólo con
moderación, hacer ejercicio y seguir una dieta saludable.
En la década de los treinta, cuatro de cada cinco pacientes de cáncer murieron durante
los primeros cinco años. En la actualidad, gracias a la quimioterapia (drogas
anticancerígenas), tratamientos de radiación y cirugía, la tasa de sobrevivencia de cinco
años es casi del 63 por ciento (American Cancer Society, 2004). Muchas más personas
pueden salvarse a través de un examen periódico (especialmente de adultos mayores de
50 años y quienes tienen una historia personal o familiar de cáncer), lo que permitiría el
diagnóstico y el tratamiento más tempranos. El descubrimiento reciente de la
telomerasa, una enzima que está presente virtualmente en todos los cánceres y permite a
las células del tumor crecer y proliferar de manera indefinida, condujo a la
experimentación con medicamentos que podrían bloquear su acción. (Papalia D. E.,
2009).
Recientemente ha resurgido la preocupación por dos cánceres relacionados con el
género: el cáncer de mama y el de próstata; los mismos serán abordados a continuación.

Cáncer de mama.- Es una neoplasia maligna, cuya incidencia ha aumentado en los


últimos años. De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud (OMS), representa el
16 % de todos los cánceres femeninos en el mundo y es la neoplasia más común en las
mujeres, tanto en los países desarrollados como en los que se encuentran en vías de
desarrollo. Según datos estadísticos, el cáncer de mama a partir de 2006 ocupa el primer
lugar en mortalidad de mujeres por neoplasias malignas. (Fernández P érez MD, 2016).
En 2004, las expectativas de diagnóstico de cáncer de mama alcanzaban un estimado de
215 990 mujeres y 1 400 hombres, y la muerte por tal padecimiento aproximadamente
40 510 personas (American Cancer Society, 2003a). Como con otros cánceres, las
oportunidades de desarrollar cáncer de mama aumentan con la edad; de 75 a 80 por
ciento de los cánceres de mama se encuentran en mujeres mayores de 50 años (NIH,
2003; American Cancer Society, 2003.
La detección temprana es la clave para tratar el cáncer de mama. Si el cáncer se
encuentra y trata antes de que se extienda más allá de la mama, las oportunidades de
sobrevivir al menos 5 años son del 97 por ciento (American Cancer Society, 2004).
La mamografía, un examen diagnóstico con rayos X, es la mejor herramienta disponible
para la detección temprana. Una mamografía puede detectar cáncer de mama alrededor
de uno a tres años antes de que se pueda sentir un bulto (CDC, 2002). La American
Cancer Society aconseja la realización de mamografías de rutina para mujeres mayores
de 40 años. También se recomiendan exámenes clínicos de mama realizados por un
profesional de la salud, pues algunos cánceres no se pueden detectar mediante la técnica
mencionada siendo los exámenes clínicos más útiles que la mamografía para detectar
anormalidades de la mama en mujeres entre los veinte y treinta años de edad. (American
Cancer Society, 2004).
Los científicos han ubicado dos genes que pueden ser responsables de 5 a 10 por ciento
de todos los casos de cáncer de mama, así como algunos casos de cáncer de ovarios.
Tales descubrimientos han conducido a un tamizado genético de mujeres con
antecedentes familiares de cáncer de mama, pues estos genes son responsables de
aproximadamente el 25 por ciento de los casos en mujeres menores de 30 años. Además
del tamizado genético, las mujeres con un alto riesgo de padecer cáncer de mama
pueden beneficiarse de tomar Tamoxifen, que reduce el riesgo de contraer esta
enfermedad y también es utilizado para evitar la recurrencia del cáncer. (Papalia D. E.,
2009).
Puesto que los genes identificados no parecen estar involucrados en la gran mayoría de
los cánceres de mama, los factores relacionados con el estilo de vida pueden ser
importantes. El vínculo entre consumo de alcohol y cáncer de mama es claro. Tomar
alcohol aumenta el riesgo en una y media veces para las mujeres que consumen de dos a
cinco bebidas diariamente. El uso a largo plazo de TRH (terapia de reemplazo
hormonal) incrementa el riesgo, sin embargo el estrógeno solo no lo hace (American
Cancer Society, 2003a). Otros dos factores de riesgo son el uso de la píldora como
método anticonceptivo y el sobrepeso.
El tratamiento del cáncer de mama por lo general involucra cirugía, como la
tumorectomía, en la que se remueven el tumor y una pequeña cantidad del tejido
circundante; o una mastectomía, en la que se remueve todo o parte de la mama. La
cirugía se puede combinar con quimioterapia, terapia de radiación o terapia hormonal.
Si la quimioterapia se aplica antes de la cirugía, su propósito es reducir el tamaño del
tumor. Cuando se aplica después de la cirugía puede ayudar a evitar la reincidencia. La
terapia de radiación usa rayos de alta energía para encoger o matar las células restantes.
La terapia hormonal emplea drogas bloqueadoras de estrógeno para ayudar a evitar que
el cáncer regrese. (Papalia D. -F., 2012) (Papalia D. E., 2009).
Cáncer de próstata.- El cáncer de próstata afecta aproximadamente a tantos hombres
como el cáncer de mama a las mujeres. El cáncer de próstata (CaP) es el tumor
maligno con mayor incidencia en hombres en el mundo desarrollado, como
también en países en váis de desarrollo, suponiendo un importante costo para los
sistemas de salud en muchos países .Alrededor de un tercio de los hombres mayores
de 50 años tienen tumores prostáticos latentes, pero muchos no están al tanto de la
condición porque dichos tumores crecen muy lentamente. Se pronosticaba que el cáncer
de próstata mataría a 29 900 hombres en 2004, sólo después del cáncer de pulmón.
Aunque las oportunidades de que un hombre tenga cáncer de próstata son de una a seis,
sólo uno en 32 morirá debido a él. La actual tasa de sobrevivencia para el cáncer de
próstata es del 97 por ciento, por encima del 67 por ciento en 1983. (Papalia D. E.,
2009)
La causa única del cáncer de próstata, aún sigue siendo es desconocida. Se han
identificado muchos factores de riesgo, en ellos está la edad, la historia familiar y la
raza. Setenta años es la edad promedio en el momento del diagnóstico, y los hombres de
65 años y más representan del 70 al 76 por ciento de los casos. El cáncer de próstata
rara vez ocurre en hombres de menos de 40 años. Los hombres con un pariente
consanguíneo, en particular un padre o hermano, con cáncer de próstata tienen un riesgo
elevado de padecerlo. Algunas evidencia sugieren que los hombres con dietas altas en
carne roja y productos lácteos ricos en grasa tienen un riesgo creciente. Existen
estudios en marcha para determinar qué relación pueden tener la dieta y el ejercicio con
desarrollo del cáncer de próstata.

El diagnóstico preliminar del cáncer de próstata se puede realizar con una prueba de
sangre PSA (antígeno prostático específico, por sus siglas en inglés) o bien con un DRE
(examen digital del recto, por sus siglas en inglés). Ninguna prueba puede arrojar un
diagnóstico; estas pruebas sólo pueden detectar anormalidades prostáticas, que pueden
provenir de una condición menos seria, no de cáncer. Una prueba de sangre PSA es más
efectiva que un DRE, pero, dado que ninguna prueba es completamente precisa, la única
forma de asegurarse si existe cáncer es a través de una biopsia

Se recomienda que los hombres mayores de 50 años (45 años para los hombres con
proclividad) deben realizarse anualmente una prueba sanguínea PSA y un DRE. Sin
embargo, debido a la falta de evidencia de que la valoración y el tratamiento temprano
reduzcan la mortalidad, los Centros para Control y Prevención de Enfermedades (CDC)
y el Instituto Nacional de Cáncer (NCI) no recomiendan pruebas de detección anuales.
(Papalia D. E., 2009)
“Técnica de resonancia magnética (RM) ofrece múltiples ventajas respecto a las otras
técnicas de imagen como la tomografía computarizada o la ecografía transrectal, aunque
su disponibilidad es más limitada. Las contraindicaciones de la RM incluyen pacientes
con marcapasos, clips, fragmentos metálicos y los pacientes claustrofóbicos que
requieren sedación” (Ugarte Súarez, 2015) .
En los últimos años, la resonancia magnética multiparamétrica (RMmp) se ha
convertido en una herramienta de gran utilidad en relación al CaP. Existen importantes
y permanentes avances tecnológicos, así como en el modelo de lectura de la RMmp. El
mismo estudio menciona Algunas indicaciones:
Para su uso están incorporadas a guías clínicas o avaladas por extensas
revisiones sistemáticas, tales como la valoración ante una biopsia prostática
previa negativa y la sospecha persistente de CaP; la evaluación de candidatos a
vigilancia activa según criterios iniciales de PSA/primera biopsia, y la
estadificación tumoral (principalmente en pacientes con CaP que ofrecen dudas
clínicas sobre su posible extensión extraprostática y cuya presencia
condicionaría la decisión terapéutica). Otras indicaciones, como la
planificación de tratamientos focales, la recurrencia tumoral y los pacientes con
sospecha de CaP pero sin biopsia previa, si bien no están totalmente
establecidas, se encuentran cada vez más avaladas por la literatura. (Catalá V,
2017).
Los tratamientos de cáncer de próstata son similares a los del cáncer de mama: cirugía,
tratamiento de radiación, terapia hormonal y quimioterapia. La cirugía es el tratamiento
más común: una prostatectomía radical, en la que se remueven toda la próstata y parte
del tejido que la rodea; o una resección transuretral de la próstata, que corta el tejido
canceroso. Si el tumor es pequeño y no se ha extendido, se puede utilizar terapia de
radiación para tratarlo. La terapia hormonal se puede emplear para tratar cáncer que se
ha dispersado, al evitar que las hormonas masculinas lleguen a las células cancerosas, lo
que detiene el crecimiento. Esto se puede hacer mediante una cirugía llamada
orquiectomía, que remueve los testículos, o mediante drogas que reducen o bloquean la
hormona. Algunos casos pueden requerir de una espera vigilante, que observe de
manera cercana la salud del hombre, y buscar tratamiento sólo si los síntomas aparecen
o empeoran. (Papalia D. E., 2009).

1.5. 3.- Hipertensión Arterial:


Es importante conocer lo que es la presión arterial, la misma es la fuerza que ejerce la
sangre en contra de las paredes de los vasos sanguíneos (las arterias), como
consecuencia del bombeo que realiza el corazón, está relacionado con el volumen
sanguíneo, la resistencia de las arterias al flujo de la sangre y el diámetro de la luz de las
arterias. La unidad de medida de la presión son milímetros de mercurio (mmHg),
mediante dos cifras. La cifra mayor corresponde a la presión sistólica (PAS), que se
produce cuando el corazón se contrae y la sangre ejerce mayor presión sobre las paredes
de las arterias; la cifra menor representa la presión diastólica (PAD), que se produce
cuando el corazón se relaja después de cada contracción, por lo que la presión ejercida
por el flujo de sangre sobre las paredes de las arterias es menor.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la Hipertensión Arterial


(HTA) constituye el primer riesgo de muerte en la mujer y el segundo para los
varones en el mundo occidental. Se estima que el 50% de las enfermedades
cardiovasculares (ECV) se puede atribuir a la elevación de la presión arterial
(PA), siendo el principal riesgo de ictus e insuficiencia cardiaca. El 90 % de las
personas normotensas a los 55 años serán hipertensas antes de su muerte.
La mayoría de las complicaciones relacionadas con la HTA son prevenibles,
pero las bajas de tasas de conocimiento y control de su hipertensión por parte
de profesionales y pacientes hacen más dramática la situación actual en salud
pública.
Los continuos avances en el conocimiento de los factores de riesgo vascular
hacen precisa la actualización de manuales y guías para uso de los médicos de
atención primaria. En consecuencia, desde el Grupo de Hipertensión de la
Sociedad Andaluza de Medicina Familiar y Comunitaria (SAMFyC)
presentamos esta actualización de nuestro anterior manual del Año 2000 con las
novedades y evidencias (pruebas) que los nuevos estudios han ido aportando
durante estos años trascurridos. (Grupo de Hipertensión Arterial Sociedad
Andaluza de Medicina de Familia, 2006)
Definición.- La hipertensión arterial (HTA) se define como la elevación mantenida de
la presión arterial (PA) por encima de los límites normales. Se estima como PAS normal
a aquella que se encuentra entre los 120 a 139 mm Hg y la PAD 80 a 89 mm Hg. Según
la OMS, una persona tendría HTA, cuando la PAS presenta valores de 140 mm Hg o
más y la PAD de 90 mm Hg en adelante. (Grupo de Hipertensión Arterial Sociedad
Andaluza de Medicina de Familia, 2006).
La hipertensión arterial es una enfermedad que va evolucionando sin manifestar
síntomas o los mismos son muy leves, por lo que se le da el nombre de asesino
silencioso.
Clasificación de la hipertensión arterial (HTA).- La HTA considerada como un
factor de alto riesgo prevalente para los eventos cerebro vasculares (ECV) en el mundo
industrializado y también en los países en vías de desarrollo. Hoy en día está resultando
un problema de salud común su incremento en todo el mundo debido al aumento de
longevidad y la prevalencia de factores que contribuyen a su desarrollo como son: la
obesidad, la inactividad física, consumo excesivo de sal y alcohol, tabaquismo, estrés y
el componente genético.
Según las diferentes guías para el manejo de la HA y lo que manifiesta la OMS, se
elabora la siguiente tabla:
Presión Arterial en mm Hg.
PAS PAD Categoría PA Recomendación
< 120 < 80 Óptima Promoción de estilos de vida saludables y
valoración cada dos años
< 121- 129 < 81- 84 Normal Promoción de estilos de vida saludables y
valoración cada dos años
< 130- 139 < 85- 89 Normal Alta Promoción de estilos de vida saludables y
valoración cada año
< 140- 159 < 90- 99 Grado 1 Promoción de estilos de vida saludables y
confirmar el diagnóstico
<160- 179 < 100- 109 Grado 2 Evaluar o referir a un servicio
especializado en menos de un mes
≥ 180 ≥ 110 Grado 3 Evaluar o referir a un servicio
especializado dentro de la primera semana

Es importante realizar controles de la presión arterial, de manera especial en los adultos


mayores, a fin de poder identificar el grado de HTA. A medida que los valores se
encuentran en los grados 1 a 3, el riesgo de padecer ictus fatal y no fatal e infarto de
miocardio en los siguientes diez años es mayor. (Grupo de Hipertensión Arterial
Sociedad Andaluza de Medicina de Familia, 2006).
Edad y sexo.- Los especialista coinciden manifestando que la prevalencia de HTA
aumenta con la edad en todas las poblaciones estudiadas. En España se sitúa alrededor
del 35% en adultos, pero supera el 65 % por encima de los 60 años. “En el Ecuador la
enfermedad hipertensiva se ubicó como la primera causa de muerte en la población
general en 2010, con una tasa de 30,3 por 100.000 habitantes” (Universidad de Cuenca,
Facultad de Medicina, 2015).
El envejecimiento poblacional hace que la hipertensión sea cada vez más prevalente y
debamos dedicar más atención y recursos a esta patología. Así también, los expertos
manifiestan que todas las complicaciones vasculares relacionadas con la HTA están
más fuertemente relacionadas con el componente sistólico que con el diastólico.
Además, el mayor aumento de la presión de pulso (PAS - PAD) se asocia también a
mayor riesgo vascular en ambos sexos y para todas las edades. Las mujeres “soportan”
mejor la hipertensión que los hombres, y tienen tasas de mortalidad coronaria más bajas
a cualquier nivel de presión (Grupo de Hipertensión Arterial Sociedad Andaluza de
Medicina de Familia, 2006).

Dieta y estilo de vida sana.- El beneficio principal de realizar un cambio en la


alimentación diaria, nos permite una rápida disminución de la presión arterial y el
control de peso; por lo tanto el manejo efectivo de la hipertensión arterial no se puede
conseguir sin una dieta apropiada.

Así también, revisiones sistemáticas recientes han estudiado la influencia del consumo
de sal en la dieta, marcando la asociación entre la reducción del consumo de 12 a 3 gr
diarios, tanto en normo como en hipertensos, y se ha visto un beneficio en la reducción
de las cifras tensionales, fundamentalmente el componente sistólico en ancianos. Sin
embargo, la elaboración de los alimentos en nuestro medio, suele tener una composición
excesiva en sodio, por lo que es necesario que existan algunas iniciativas
gubernamentales para disminuir el sodio en los alimentos elaborados y una cultura
general de disminución de sal.

La mayoría de Guías de hipertensión aconsejan la dieta, rica en vegetales y frutas y muy


bajos niveles de sodio. Estas dietas reducen por sí solas de forma importante las cifras
tensionales, sobre todo en las personas con factores de riesgo acompañantes.

“El consumo de alcohol tiene un efecto dosis-dependiente sobre la HTA; es mayor con
cifras elevadas de PA y ocasiona alta morbimortalidad, fundamentalmente hemorragias
subaracnoideas e intracerebrales” (Grupo de Hipertensión Arterial Sociedad Andaluza
de Medicina de Familia, 2006).

Tabaquismo.- El tabaquismo se asocia a las principales lesiones cardiovasculares


directas producidas por el tabaco. Por otro lado, en los fumadores, el monóxido de
carbono (10 veces mayor que en los no fumadores) produce hipoxia del endotelio
vascular aumentando su permeabilidad al colesterol circulante y formando placas de
ateroma. También, se puede afirmar que la nicotina aumenta de forma aguda la PA a
partir de la media hora posterior al cigarrillo. No se desarrolla tolerancia, de forma que
la PA seguirá aumentando con el tabaco mientras se siga fumando.
Obesidad, sedentarismo y ejercicio.- Está demostrado que las dos condiciones que
más contribuyen a la ECV son la HTA y la diabetes tipo 2. Además, tenemos otros
factores que están relacionados con estos dos centrales. La obesidad está relacionada
con resistencia a la insulina, intolerancia a la glucosa-diabetes, HTA y dislipemia, apnea
del sueño, artritis, enfermedad coronaria, insuficiencia cardiaca, arritmias e ictus.

Los estudios han demostrado que son múltiples los efectos del ejercicio físico en todo el
organismo, pero de manera especial en el aparato circulatorio; al practicarlo se
incrementa de inmediato el contenido de oxígeno en las arterias, mejora la eficiencia de
la distribución y el retorno de la sangre periférica a la circulación general, en particular
la del corazón, el cual aumenta su capacidad de contracción; así también, la
vascularización coronaria colateral se realiza mejor y aumenta el tamaño de los vasos
sanguíneos. La costumbre periódica de realizar ejercicios disminuye la frecuencia
cardiaca y la presión arterial.
Alteraciones psicológicas.- Si bien en algunos estudios realizados se ha podido
observar el aumento de la PA en condiciones de vida estresantes como ambientes
ruidosos, desempleo, y cualquier otra condición que lleve a una situación de estrés
prolongado; frente a las bajas cifras en zonas rurales y determinados colectivos como
en monjas de clausura. Algunos estudios recientes demuestran que la actividad
simpática está aumentada en los pacientes hipertensos y que algunas actuaciones a largo
plazo sobre el estrés individual han obtenido resultados positivos en el aumento de la
presión arterial. (Grupo de Hipertensión Arterial Sociedad Andaluza de Medicina de
Familia, 2006).
Tratamiento no farmacológico.- En las últimas guías de manejo del paciente con
HTA, manifiesta que ha quedado demostrado en los últimos años la utilidad de las
medidas no farmacológicas en el contexto del tratamiento de la HTA. Esta utilidad, que
algunos autores ponían en duda, se ha demostrado que son eficaz para disminuir el
riesgo global del paciente hipertenso. La opinión mayoritaria es que dichas medidas han
de constituir la base del tratamiento, sin perjuicio del uso concomitante de fármacos
hipotensores. El efecto hipotensor de las medidas no farmacológicas será proporcional
al grado de adherencia a las mismas por parte del hipertenso. Así, en grupos de
pacientes con adherencia considerada como excelente se ha logrado disminuir la PAS en
10 mm Hg, si bien en la práctica clínica se obtienen efectos más modestos.
Es imprescindible realizar un refuerzo positivo continuo, con independencia de que el
paciente esté recibiendo o no tratamiento farmacológico, aprovechando cualquier
contacto con el paciente, a fin de que se mantengan estas medidas no farmacológicas en
el tiempo y no sean abandonadas, cosa que ocurre a menudo. (Grupo de Hipertensión
Arterial Sociedad Andaluza de Medicina de Familia, 2006).

1.5. 4.- Diabetes en el adulto mayor:


Definición de Diabetes.- “La diabetes mellitus es un síndrome caracterizado por la
alteración del metabolismo de los hidratos de carbono, las grasas y las proteínas, bien
sea por falta de secreción de insulina o por disminución de la sensibilidad de los tejidos
a esta hormona” (Hall, 2016).
Según lo que describe la Fisiología de Guyton y Hall (2016), existen dos grandes tipos
de diabetes mellitus:
1. La diabetes de tipo 1, también denominada diabetes mellitus insulinodependiente, se
debe a la falta de secreción de insulina.
2. La diabetes de tipo 2, también denominada diabetes mellitus no insulinodependiente,
está causada inicialmente por una menor sensibilidad de los tejidos efectores a las
acciones metabólicas de la insulina. Esta menor sensibilidad a la insulina suele
conocerse como resistencia a la insulina.
Para poder entender de mejor manera las causas y clínica de la diabetes en adulto mayor
se trascribe lo que dice Guyton y Hall (2016), en su libro Tratado de Fisiología Médica:
Diabetes de tipo 2: resistencia a los efectos metabólicos de la insulina.-
La diabetes de tipo 2 es mucho más frecuente que la de tipo 1 y representa alrededor del
90% de todos los casos de diabetes mellitus. En la mayoría de los pacientes, la diabetes
de tipo 2 se manifiesta después de los 30 años, sobre todo entre los 50 y los 60 años, y
se desarrolla de manera gradual, por lo que ha recibido el nombre de diabetes de
aparición en el adulto. Sin embargo, desde hace unos años se asiste a un aumento
progresivo del número de pacientes más jóvenes, algunos menores de 20 años, con
diabetes de tipo 2. Parece que esta tendencia obedece sobre todo a la creciente
prevalencia de la obesidad, el factor de riesgo más importante para la diabetes de tipo
2, tanto en los niños como en los adultos.

El desarrollo de la diabetes de tipo 2 suele ir precedido de obesidad, resistencia a la


insulina y «síndrome metabólico»
Al contrario que la diabetes de tipo 1, la de tipo 2 se asocia a un aumento de la
concentración plasmática de insulina (hiperinsulinemia), que es la respuesta
compensadora de las células β del páncreas a la resistencia a la insulina, una
disminución de la sensibilidad de los tejidos efectores a los efectos metabólicos de la
insulina. La reducción de la sensibilidad a la insulina altera la utilización y el
almacenamiento de los hidratos de carbono, eleva la glucemia e induce un incremento
compensador de la secreción de insulina.

El desarrollo de resistencia a la insulina y la alteración del metabolismo de la glucosa


suelen ser procesos graduales, que comienzan con una ganancia de peso que conduce a
la obesidad, aunque aún no se conoce el mecanismo que vincula ambos trastornos.
Algunos estudios indican que el número de receptores de insulina es menor en la
personas obesas que en las delgadas, sobre todo en el músculo esquelético, el hígado y
el tejido adiposo. Sin embargo, parece que la mayor parte de la resistencia a la insulina
se debe a anomalías de las vías de señalización que relacionan la activación del receptor
con múltiples efectos celulares. Se cree que existe una estrecha relación entre la
alteración de la señalización insulínica y los efectos tóxicos de la acumulación de
lípidos en tejidos tales como el músculo esquelético y el hígado, que se debería a la
excesiva ganancia de peso.

La resistencia a la insulina forma parte de una serie consecutiva de trastornos que se


conoce como «síndrome metabólico» y que, entre otras cosas, se caracteriza por: 1)
obesidad, sobre todo con acumulación de grasa abdominal; 2) resistencia a la insulina;
3) hiperglucemia en ayunas; 4) anomalías de los lípidos, con aumento de los
triglicéridos en la sangre y disminución del colesterol unido a la lipoproteína de alta
densidad, y 5) hipertensión. Todas las manifestaciones del síndrome metabólico están
estrechamente relacionadas con la acumulación de un exceso de tejido adiposo en la
cavidad abdominal, alrededor de las vísceras.
Los expertos manifiestan, que el diagnóstico de diabetes mellitus a cualquier edad se
debe establecer cuando las personas presentan síntomas de hiperglucemia como:
Polidipsia, poliuria, polifagia y baja de peso, acompañado del resultado de una glicemia
en cualquier momento del día 200 mg/dL, sin relación con el tiempo transcurrido desde
la última comida.
Los síntomas de la diabetes en los adultos mayores son inespecíficos y de aparición
tardía, entre los cuales se han documentado:
 Fatiga o somnolencia.
 Letargia.
 Deterioro cognoscitivo.
 Pérdida de peso.
 Incontinencia urinaria.
 Pérdidas del plano de sustentación.
 Síntomas genitourinarios.
 Alteraciones del estado conciencia. (Secretaría de Salud, 2013).

Se recomienda establecer el diagnóstico de diabetes mellitus mediante los siguientes


criterios bioquímicos:
o Hemoglobina glucosilada (HbA1c) ≥ a 6.5%.
o Glucosa en ayuno mayor o igual a 126 mg/dL (Ayuno al menos de 8 horas).
o Glucosa en plasma a las 2 horas mayor o igual a 200 mg/dL después de una
prueba de tolerancia oral a la glucosa (Según la técnica descrita por la OMS, por
medio de una carga de glucosa anhidra de 75 gr. disuelta en agua). Síntomas de
hiperglucemia y glucemia mayor o igual a 200 mg/dL, en cualquier momento
del día.
Se recomienda mantener un control glucémico adecuado en adultos mayores con
diabetes para:
 Prevención de estado hiperosmolar hiperglucémico.
 Prevención de complicaciones a largo plazo.
 Prevención de la toxicidad por glucosa:
o Envejecimiento acelerado.
o Micro y macroangiopatía.
o Infecciones.
o Deshidratación.
o Incontinencia/nicturia.
o Disfunción cognoscitiva. (Secretaría de Salud, 2013)
Diabetes Mellitus y su relación con el síndrome geriátrico: Deterioro cognoscitivo.-
A continuación se enumeraran un listado de evidencias encontradas en las
investigaciones de los especialistas:
El adulto mayor diabético tiene hasta 1.5 veces más riesgo de pérdida en
funciones cognoscitivas y hasta 1.6 veces más riesgo de desarrollar demencia.
La presencia de diabetes mellitus es un factor de riesgo para desarrollar
enfermedad cerebro-vascular, por lo cual, se puede establecer su relación con
deterioro cognoscitivo.
La evolución crónica de diabetes y niveles séricos elevados de HbA1c se asocian
a deterioro cognoscitivo.
La presencia de diabetes mellitus en el adulto mayor se asocia con bajo
desempeño en la memoria semántica y en la velocidad de percepción, más no en
otros dominios cognoscitivos como memoria episódica y memoria de trabajo.
La frecuencia de anormalidades en el metabolismo de la glucosa (alteración en
glucosa plasmática de ayuno, intolerancia a la glucosa y diabetes mellitus) son
más altos en pacientes con enfermedad de Alzheimer comparado con los adultos
mayores sin demencia.
La detección de deterioro cognoscitivo en pacientes con diabetes se puede llevar
a cabo con cualquiera de las herramientas clínicas disponibles: Examen Mini
Mental de Folstein, Prueba de dibujo del Reloj, Escala de Montreal,
Cuestionario de Pfeiffer.
Un adecuado control metabólico y de picos de hiperglucemia en adultos
mayores con diabetes mellitus disminuye el riesgo de desarrollar deterioro
cognoscitivo o demencia. (Secretaría de Salud, 2013).
Diabetes Mellitus y su relación con la Depresión.- De igual manera se realizará un
pequeño resumen de las evidencias más importantes encontradas por los investigadores
geriátricos:
Diabetes mellitus se asocia al desarrollo de depresión en el adulto mayor.
El adulto mayor diabético tiene el doble de riesgo de padecer depresión; que
puede conducir a dificultad en el cuidado personal y el cumplimiento de
tratamiento
La depresión se asocia con un pobre control glucémico y discapacidad funcional.
Asimismo, debe considerarse la deprivación sensorial, que abarca la hipoacusia
y los trastornos visuales, empeorados en la diabetes.
Los adultos mayores diabéticos y deprimidos solicitan más servicios y pasan
más tiempo en los hospitales e incurren en mayores costos médicos, por lo tanto
un tratamiento eficaz de ambas patologías puede ayudar a reducir costos
derivados de la atención médica.
Se acepta que la combinación de psicoterapia y tratamiento farmacológico tiene
mejor efecto que cualquier componente de manera individual, sin embargo, la
evidencia sugiere que el mantenimiento del medicamento para prevenir la
recurrencia es mejor que la psicoterapia sola. (Cassi, 2014) (Secretaría de Salud,
2013).
Trastornos del sueño en paciente diabético.- Con relación a este tema se realiza una
lista de los trastones más importantes que tiene que vivir el paciente adulto mayor
diabético:
El adulto mayor diabético suele tener sueño fragmentado siendo algunas de sus
causas la presencian de nicturia, dolor neuropático, polifarmacia y calambres.
El adulto mayor diabético tiene mayor probabilidad de padecer apnea del sueño,
particularmente aquellos con neuropatía autonómica.
Una tercera parte de los adultos mayores diabéticos presentan insomnio de
mantenimiento; la gravedad del mismo se correlaciona con el grado de
hiperglucemia.
La prevalencia de síndrome de piernas inquietas y movimientos periódicos de
extremidades es mayor en los adultos mayores diabéticos. (Secretaría de Salud,
2013)
Deterioro funcional, caídas y síndrome de inmovilidad.- Como se ha venido
manifestando, el envejecimiento y la diabetes son factores de riesgo para el deterioro
funcional. En forma independiente de la edad, los ancianos con diabetes son físicamente
menos activos y tienen más deterioro. Según los datos luego de las investigaciones, la
causa de la discapacidad funcional en los pacientes diabéticos puede incluir las
interacciones entre comorbilidades, neuropatía periférica (presente entre el 50% a 70%
de los casos), trastornos de la visión, dificultades para oír y trastornos de la marcha y el
equilibrio. En los ancianos con diabetes aumenta el riesgo de inestabilidad, problemas
de equilibrio postural y atrofia muscular, lo que limita la actividad física y aumenta el
riesgo de caídas y de fracturas. Deben evitarse la hiperglucemia grave y las
hipoglucemias. Así también se puede manifestar, que los adultos mayores con diabetes
se encuentran en alto riesgo de polifarmacia, con mayor probabilidad de reacciones
adversas y de interacciones medicamentosas. (Cassi, 2014).
Tratamiento no farmacológico de la diabetes mellitus en el adulto mayor.- Como en
los párrafos anteriores se realizará un listado de las recomendaciones realizadas por los
expertos:
 Los adultos mayores con diabetes pueden tener distintos niveles de deterioro
nutricional que influye y modifica el impacto en otras comorbilidades. Por lo
que se debe tener una evaluación nutricional de manera rutinaria. Las
recomendaciones de cambios en el estilo de vida se individualizarán de acuerdo
a la funcionalidad y capacidad física.
 Los adultos mayores diabéticos con obesidad pueden beneficiarse de una
restricción moderada en el consumo calórico e incremento de la actividad física;
los requerimientos calóricos pueden ser menores que los de un adulto joven.
 En vista de sus beneficios limitados, las dietas restrictivas deben evitarse en los
pacientes de 70 años o más, y en aquellos con desnutrición.
 Se debe monitorizar estrechamente la disminución de peso en el adulto mayor.
La pérdida de peso mayor a 5% es un componente del síndrome de fragilidad y
puede conducir a pérdida de masa ósea femoral y en mujeres aumento en el
riesgo de fractura de cadera, independientemente del peso actual.
 Los ejercicios aeróbicos así como los de resistencia progresiva a corto tiempo
pueden llevar a un número favorable de beneficios en salud como:
Control glucémico.
Incremento en la fuerza muscular.
Disminución de la masa grasa.
Mejoría en el perfil de lípidos
Mejor control de la presión arterial.
 Se recomienda realizar ejercicio aeróbico de intensidad moderada al menos
durante 150 minutos por semana (aproximadamente 20 minutos por día) y
ejercicio de resistencia al menos dos días por semana que incluya los grandes
grupos musculares (piernas, cadera, espalda, abdomen, tórax, hombros y
brazos). Lo anterior debe ajustarse, obligadamente, a la capacidad funcional de
cada adulto mayor. (Secretaría de Salud, 2013)

Tratamiento farmacológico de la diabetes mellitus en el adulto mayor.- Este


tipo de tratamiento lo realiza el médico especialista, solo por información se
mencionará a continuación:
 La metformina disminuye la glucogenólisis en ayuno y la neoglucogénesis.
Es útil en pacientes diabéticos obesos con hiperglucemia de ayuno y puede
disminuir la HbA1c de 1 a 2%. Se ha asociado a reducción de mortalidad
(comparada con sulfonilureas e insulina). Este fármaco suele ser la
alternativa de primera línea, pero se advierte cautela relacionada con la
función renal, la pérdida de peso y la intolerancia en pacientes frágiles.
(Secretaría de Salud, 2013) (Cassi, 2014).
 La edad avanzada no es contraindicación para el empleo de metformina; su
uso está relativamente contraindicado en casos de enfermedad renal
(creatinina sérica >1.5mg/dL), enfermedad vascular grave (coronaria,
cerebral o periférica).
 Las sulfonilureas tienen una capacidad de reducir la HbA1c cerca de 1.5%.
En general son bien tolerados a dosis bajas y no presentan efectos
secundarios gastrointestinales como otros euglucemiantes.
 Las meglitinidas (repaglinida y nateglinida) son secretagogos de insulina con
vida media corta que tienen el potencial de causar hipoglucemia, aunque el
riesgo es menor que con las sulfonilureas. (Secretaría de Salud, 2013).

Vous aimerez peut-être aussi