En el sistema educativo, actualmente, el tema de evaluación es casi como “pan de cada
día”, tanto en el mismo proceso de aprendizajes en el aula como las evaluaciones que practican los equipos directivos de la I.E., especialistas de OO.II., que realizan el monitoreo y acompañamiento a docente e instituciones; pero al margen de estas rutinas, nos preguntamos qué tiene que ver estas acciones con una autoevaluación institucional escolar, que hay de rendición de cuentas a la comunidad y la gestión escolar centrada en el mejoramiento de los aprendizajes, cuanto de lo que hasta ahora se viene haciendo es útil para promover el mejoramiento continuo del aprendizaje; eso realmente todavía sigue “tras la cortina”; si esto no es así, entonces porque el mejoramiento de los aprendizajes en cifras presentan serias fluctuaciones y un bajo progreso, claro que tampoco es para lamentar. Entonces, surge la necesidad de prepararse para un salto que podría ayudarnos a romper el esquema cuantitativo y el “hermetismo escolar”, me refiero al creer que la escuela es la única entidad que pueda educar y pasar a otra etapa que nos permita medir cuánto la institución educativa puede responder a las expectativas de los padres de familia, comunidad y sociedad en general, claro, que sería una autoevaluación, para empezar y luego cuánto los padres de familia están interesados en una mejor educación para sus hijos y qué hacen para lograrlo. Por otro lado, esta demás decirlo que la evaluación y autoevaluación es un mecanismo que promueve el cambio y mejoramiento de cualquier tipo de procesos y si es en aspectos educativos, mejor. lo importante es que un proceso evaluación, nos ayuda a superar situaciones de deficiencia proyectando planes para mejorarlo. Y el hecho de conocernos previamente nos da la fortaleza necesaria para mejorar la calidad educativa. Y ahora qué pasa con la “rendición de cuentas” a la comunidad, las escuelas están dando un primer intento, a esto se le está llamando “día de logro”, el nombre, lo que se le llame creo que no es lo más importante; bueno, para empezar, ya es algo, los padres de familia y autoridades de la localidad todavía no lo están comprendiendo en su real dimensión, creen que es un espectáculo. Realmente nos hace falta desarrollar una cultura de autoevaluación en el sistema educativo, y que sirva para promover el mejoramiento continuo y permanente, porque “… la mejora nace y se construye al interior de la instituciones, y en ello radica el valor de la autoevaluación. En tal sentido la autoevaluación se constituye en el mecanismo por excelencia, que permite identificar y superar brechas de calidad a partir de la elaboración e implementación de planes de mejora” (SINEACE, 2016, P.13). De esta manera haremos que educación sea una herramienta que desarrolle integralmente todas las potencialidades del ser humano. Edwin Oliver Revilla Alaya