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Las malformaciones del oído interno están presentes entre el 15 y el 20% de los pacientes
que presentan una hipoacusia neurosensorial intensa y profunda en la infancia.
Aplasia de Bing-Siebenmann.
El laberinto óseo es normal
Alteraciones en el laberinto membranoso tanto coclear como vestibular.
Se asocia a retinitis pigmentaria y retraso mental.
Tratamiento
Es quirúrgico, mediante implante coclear (tener en cuenta el riesgo de lesión del nervio facial
y el riesgo de contraer meningitis por la comunicación que puede existir con el LCR, por lo
que se recomienda la utilización de antibioterapia de amplio espectro.).
INFECCIOSAS
La causa de hipoacusia adquirida más frecuente durante la infancia es la >
Meningitis:La sordera puede ser unilateral o bilateral y, usualmente, es profunda.
TRAUMATISMOS Y TUMORES
Ocurre en los traumatismos craneoencefálicos con daño auditivo, siendo el más
relevante de ellos la hipoacusia neurosensorial con pérdida unilateral o bilateral para
las frecuencias agudas, hasta la cofosis.
El mecanismo de producción también varía, por una contusión del oído interno, por
un excesivo desplazamiento de las estructuras cocleares membranosas, o por
fracturas del hueso temporal que destruyen el oído interno y/o el nervio auditivo.
PATOLOGÍAS DESMIELINIZANTES
HIPOACUSIAS CENTRALES
Ocurre por alteración en el SNC por causas que afectan el núcleo coclear, complejo olivar
superior, colículo, tálamo o córtex auditivo.
Sordera cortical.
Incrementa los umbrales tonales, sin anomalía del sistema auditivo periférico ni del
tronco cerebral.
Evoluciona hacia agnosia auditiva o sordera verbal y/o amusia.
Agnosia auditiva.
El paciente es incapaz de reconocer los sonidos
Ocurre en lesiones temporales bilaterales.
La audiometría es normal o está poco alterada.
Sordera verbal.
Se produce por lesiones del córtex auditivo primario
Hay pérdida de la comprensión del lenguaje hablado y de la escritura bajo dictado.
Hemianacusia.
Sordera unilateral
Aparece por lesiones temporales.
Métodos diagnósticos como el SPECT o el PET(2)
La diabetes
Las hiperlipoproteinemias .
Las nefropatías
OTRAS
Neuropatía auditiva
Es una hipoacusia con alteración de la comprensión de la palabra,
La lesión puede estar a nivel de las células ciliadas internas o la sinapsis entre las
células ciliadas internas y el nervio coclear, o en el nervio coclear.
Etiología: por mutaciòn de gen OTOF o adquirida (anoxia, trastornos
metabólicos).(2)
La afectación del VIII par craneal por el virus de la varicela-zóster ocasiona pérdida
de audición, parálisis facial y vértigo (síndrome de Ramsay-Hunt)
Otros virus
La meningitis criptocócica y la otosífilis también pueden ser causa de pérdida de
audición progresiva o repentina en estos pacientes.(2)
Hipoacusias criptogénicas
Son sorderas neurosensoriales progresivas, bilaterales, de evolución lenta y
etiología desconocida.
Es importante investigar sobre las causas exógenas, como las enfermedades
infecciosas, trastornos endocrinometabólicos, intoxicaciones, intervenciones
quirúrgicas, que pueden haber actuado como un factor desencadenante en el
compromiso del oído interno y la aparición de una pérdida auditiva progresiva.
Al desconocer la etiología, los tratamientos que se instauran son empíricos, con
resultados prácticamente nulos, de modo que la hipoacusia progresa hacia pérdidas
auditivas más o menos importantes.(2)
Respecto a las hipoacusias sindrómicas cabe destacar algunas de ellas, que van
asociadas a los siguientes síndromes:
1. Síndrome de Usher.
Hipoacusia asociada con un defecto visual (retinosis). Las formas clínicas y
las malformaciones asociadas generan cuatro formas clínicas de este
síndrome.
2. Síndrome de Waardenburg.
Se asocia con malformaciones oculares (retina, iris) y afectaciones cutáneas.
3. Síndrome de Alport.
La hipoacusia se asocia con nefropatía.
4. Síndrome de Pendred.
Hipoacusia asociada con hipotiroidismo.
5. Otros síndromes.
Síndrome de Crouzon, síndrome de Norris, etc.(2)
Las afectaciones que durante la gestación, parto y período perinatal pueden cursar con
hipoacusias son muy diversas.
El 4% de los recién nacidos pueden tener factores de riesgo para alteraciones auditivas y,
de ellos, el 1% padece algún grado de hipoacusia.
1. Todo niño admitido en Unidades de Cuidados Intensivos debe ser estudiado antes
de su alta definitiva.
2. El cribado universal debe aplicarse a todo niño antes del tercer mes de vida.
3. El modelo preferido de cribado debe estar basado por lo menos en test de
otoemisiones acústicas, seguido de potenciales evocados en todos aquellos que no
pasen el test inicial.
4. Los programas de intervención precoz deben estar integrados en los programas de
detección.
5. La asistencia educacional y los cuidados sanitarios específicos deben disponerse
ante los más inminentes signos de alteración auditiva.(2)
El objetivo fundamental es detectar y tratar las pérdidas auditivas en los recién nacidos.
Otra prueba fundamental para el diagnóstico, son los potenciales evocados auditivos del
tronco cerebral (actualmente, utilizando sistemas automáticos), que pueden utilizarse de
forma independiente o secuencialmente. (PEATC).
Tanto los sistemas de OEAE como de PEATC son pruebas adecuadas en el cribado
neonatal.
TRATAMIENTO
Generalmente, en el caso de los niños las alternativas terapéuticas se basan en la ayuda
protésica que, en general, se centran en dos sistemas:
1. Amplificación acústica. Sistema que lo constituyen, por regla general, los
audífonos. Suelen cubrir bien las pérdidas auditivas neurosensoriales de moderadas
a graves, aunque su espectro terapéutico puede ser más amplio.
Los factores generales que se deben tener en cuenta antes de la aplicación del tratamiento
son los siguientes:
Para ello, contamos con las siguientes técnicas radiológicas fundamentales: la TC de alta
resolución y la RM.
El grupo de edad de menores de 2 años no ha desarrollado el len guaje oral, por lo que la
indicación del implante coclear se fundamenta en los umbrales auditivos obtenidos mediante
pruebas objetivas y subjetivas, basándose en la experiencia obtenida en niños mayores.
Las indicaciones son la ausencia de respuestas en los potenciales auditivos del tronco
cerebral en por lo menos dos exploraciones consecutivas, umbrales en la audiometría tonal
liminar igual o superiores a 90 dB de media que además presentan, en el campo libre con la
utilización de audífonos, unos umbrales superiores a 60 dB.
En los niños entre 2 y 6 años, se indicará el implante coclear en aquellos con hipoacusias
neurosensoriales bilaterales con umbrales superiores a 90 dB de media en la audiometría
tonal y ausencia de progreso del lenguaje hablado con audífonos correctamente adaptados
durante un período de 3 a 6 meses, con entrenamiento intensivo y comprensión menor del
30% en las pruebas verbales, adecuadas a la edad y nivel del lenguaje del niño. El estudio
audiológico debe completarse siempre con pruebas objetivas (potenciales evocados
auditivos de tronco cerebral y otoemisiones acústicas).
En el caso de niños mayores de 6 años y hasta la preadolescen cia, hay que tener en cuenta
que con la edad disminuye la capacidad de desarrollo del sistema central auditivo y, por
tanto, el resultado del implante coclear.
A partir de los 6 años, los niños prelinguales y peri linguales deben haber utilizado audífonos
de forma regular, seguir una educación oralista, y haber adquirido una base lingüística, para
poder beneficiarse del implante coclear.
La cirugía para la colocación del implante coclear debe realizarse según los criterios
anatómicos específicos en cada paciente, sobre la base de las diferencias en el desarrollo
anatómico en las distintas edades, así como otras situaciones especiales que necesiten una
modificación de la técnica quirúrgica (osificaciones o malformaciones del oído interno).
En los niños pequeños, de menos de 2 años, es fundamental la evaluación del peso, puesto
que las pequeñas pérdidas hemáticas deben ser consideradas en el postoperatorio. Por otro
lado, se deben evitar los procedimientos excesivamente largos de anestesia, por problemas
de hipotermia y cuidados postoperatorios.
Por ello, es necesario abordar esta población una vez alcanzado un adecuado
adiestramiento quirúrgico en pacientes adultos, y siempre en centros con área pediátrica de
control posquirúrgico (v. también cap. 16).
BIBLIOGRAFIAS:
3. Escajadillo JR. Oído, nariz, garganta y cirugía de cabeza y cuello. Sindrome de Wallemberg.
4ta edicion. Vol. vol 1. cap 8 . Mexico: Editorial El Manual Moderno,; 2014. 192 p.
4. García-Manzanares Vázquez Á, Montesinos IG, Jiménez ÁM, García JA rubio, García JG,
Hernández JÁ. Síndrome de Pendred: una causa de bocio relacionada con sordera.
Endocrinol Nutr. :428-30.