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Revista de Psicologfa de El Salvador, 1989, Vol.

vm, NV 31,5-25
DCA, San Salvador, El Salvador C.A.

PSICOLOGIA POLITICA DEL TRABAJO


EN AMERICA LATINA*

Ignacio Martín·Baró
Departamento de Psicología y Educación
Universidad Centroamericana José Sime'ón Cañas
San Salvador, El Salvador

RESUMEN

En ciertos ambientes, sigue existiendo todav(a el estereotipo acer-


ca de que los latinos son vagos e indolentes; pero lo que de verdad
pueda haber en ese estereotipo, hay que buscarlo más bien en las con·
diciones históricas y no en la naturaleza de los latinos. La situación
laboral latinoamericana se puede caracterizar en forma general por
tres notas: (1) una división discriminante del trabajo en perjuicio
del campesino, del obrero manual y de la mujer; (2) la existencia de
un amplio sector de la población marginado del sistema productivo,
ase como de elevadas tasas de desempleo; y (3) condiciones de explo·
tación que, cuando son rechazadas, tienden a desencadenar la repre·
sión violenta del trabajador. Dos han sido los principales enfoques
usados por la psicología latinoamericana para entender el trabajo:
uno individualista, que considera el trabajo como un ámbito de reali-
zación personal, y otro sistémico, que analiza el trabajo desde el pun-
to de vista organizativo y tecnológico. Trasex.aminar los valores y
deficiencias de estos dos enfoques, se plantea la alternativa de la

. * Conferencia pronunciada en el "12 Encontro Nacional de Psicología do Trabalho", organi-


zado por el Conselho Federal de Psicología, en Porto Alegre (Brasil), del 14 al 16 de julio
de 1988.

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psicología política, que estudia la actividad laboral en su vincula. rio, estudios realizados por Mó- velan la realidad psicosocial de
ción con las fuerzas sociqles y, por tanto, en su dimensión ideológi. nica Sorín (1985, 1987) muestran los pueblos latinoamericanos.
ca, es decir, en cuanto materialización y canalización de intereses que los cubanos tienen, en con-
históricos de clase. Este enfoque permite una comprensión más ade- junto, una imagen muy positiva' Por supuesto, lo que aquí nos
cuada de las tres caracterlsticas de la situación laboral latinoameri. de los pueblos latinoamerica- intere.sa no es tanto el estudio de
cana y ofrece una mejorperspectiva para su superación. nos, y más bien atribuyen a los las imágenes estereotipadas por
gobiernos o a las estructuras so- sí mismas; lo que nos interesa
1. El latino: ¿indolente o traba- ca de las situaciones coloniales ciales la raíz de aquellos rasgos es la realidad social del latino-
jador? (Fanon, 1972; Alatas, 1977), que que el estereotipo ubica en el ca- americano, tanto en lo que tiene
sirve para justificar el dominio rácter de las personas. de colectiva como de personal.
Uno de los rasgos más comu- opresor de un pueblo sobre otro o Nos pteocupa el subdesarrollo de
nes que se suele atribuir al lati- de una élite oligárquica sobre Estas notorias diferencias los pueblos latinoamericanos,
noamericano medio es el de "flo- las mayorías populares (ver nos obligan a revisar el sentido su situación mayoritaria de re-
jo" o ''haragán''. Varios estu- Martín-Baró, 1987c). Esta vi- psicosocial del estereotipo del la- traso ;y pobreza, de postergación
dios realizados en diversos paí- sión devaluadora es elevada a te- tino indolente. Es bien sabido y sufrimiento. ¿Cómo podemos
ses muestran la extensi6n de es- sis cuando, utilizando el plantea- que los estereotipos grupales no nosotros, psicólogos, contribuir
ta imagen estereotipada, que las miento clásico de Weber son ideas que surjan al azar, si- a superar esta condición históri-
personas atribuyen a sus propios (1969/1904-1905), se recurre al no que son productos de historias ca y, de ese modo, ayudar al bie-
connacionales, aunque no tanto contraste entre la "ética protes- concretas y, por consiguiente, fe- nestar fisico y mental de los pue-
a sí mismas (ver Salazar, 1983; tante" del norteamericano y la nómenos cuyo sentido se encuen- blos latinoamericanos? Carlos
Santoro, 1975; Martín-Bar6, 1987- "ética católica" del latinoame- tra en las circunstancias y pro- Alberto Montaner, un conocido
d). Esta imagen corresponde ca- ricano. blemas específicos que confron- periodista ultraconservador, ex-
si en forma especular a la idea tan los diversos grupos que cons- presaba con claridad el proble-
que sobre el carácter latino tie- Frente a esta imagen genera- tituyen una determinada socie- ma en un reciente artículo: "lo
nen en países como los Estados lizada del latinoamericano co- dad. Así, el "núcleo de verdad" que e~tá rematadamente mal no
Unidos: el latino sería una per- mo "flojo" o "indolente", sor- que suele subyacer a la generali- es la ,estructura económica de la
sona extravertida, superficial, prende encontrar que el rasgo zación simplista de todo estereo- sociedad latinoamericana, sino
poco dada al trabajo, muy afec- más estereotipado con que se des- tipo remite necesariamente a la' los hábito personales de trabaio
tiva y carnavalera. Curiosa- cribe al salvadoreño es el de historia tanto del grupo estereoti- de la )nayor parte de los latinoa-
mente, esta imagen parecería "trabajador" (Martín-Baró, pado como de los otros grupos so- mericanos. Si los latinoameri-
empalmar también con el "ho- 1987d). ¿Por qué esta notoria dis- ciales entre los cuales el estereo- canos: no son disciplinados, se-
rno psichologicus", tan sumido crepancia entre la imagen del tipo tiene vigencia. rios, rigurosos, exigentes, pun-
en conflictos afectivos y tan le- nativo de El Salvador y el este- tuale~, metódicos o estudiosos,
jano al mundo del trabajo que, reotipo más general del latinoa- Debemos entonces preguntar- ¿cómo extrañarse de que el pro-
como señala Codo (1987, pág. mericano? ¿Corresponde esta nos sobre la situación laboral ducto :de su trabajo sea de menor
293), presentan las telenovelas discrepancia a una diferencia del latinoamericano para ver valor que el que realizan los co-
que desde hace años apasionan real? ¿O es que acaso el salvado- qué pueden significar esas imá- reanos, los taiwaneses, los sui-
a las amas de casa latinoameri- reño no se percibe a sí mismo genes estereotipadas de "indo- zos o los alemanes?" (Monta-
canas. como latinoamericano? lente" o "trabajador", qué juego ner, 1988, pág. 73). ¿Tendrá ra-
de fuerzas sociales reflejan y, zón Montaner? ¿Será cierto que
La imagen del "latino indo- Tampoco en Cuba se encuen· por consiguiente, en qué medida los latinoamericanos tendemos
lente" constituye una versión in- tra esa visión devaluadora del esas imágenes nos ocultan o de- por· naturaleza hacia la indis-
ternacional de la visión del indí- connacional o del latinoameri-
gena 'perezoso, tan característi- cano en general. Por el contra-

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ciplina y la indolencia, la falta personas más capaces queda- do tipo de planteamiento. De tiende a discriminar en favor
de rigor y dedicación laboral? rían asignadas a los puestos y ta- hecho, la división social del tra- de la ciudad. Las grandes urbes
reas de mayor responsabilidad bajo sigue unos ejes que no supo- absorben abusivamente los prin-
2. La situación laboral en La- social y, en compensaci6n, reci- nen un simple reparto de tareas cipales servicios sociales -edu-
tinoamérica. birían mayores beneficios. Por sociales, sino que mantienen y cativos, sanitarios, habitaciona-
sorprendente que pueda parecer, reproducen un orden discrimi- les-, así como los beneficios de-
Toda generalización resulta esta concepción es la que todavía natorio. Tres de los ejes princi- rivados del aparato estatal y del
siempre peligrosa. En nuestro late en muchos de los plantea- pales (no los únicos) son el urba- desarrollo económico. Con ello
caso, es indudable que existen mientos y técnicas aplicados por no-campesino, el profesional- no pretendemos ignorar los cin-
notorias diferencias entre la si- psic6logos y administradores en manual y el masculino-femeni- turones y fajas de miseria que
tuaci6n laboral imperante en un los procesos de selección y entre- no. bordean y cruzan las principa-
país o en otro, y dentro de cada namiento laboral, como si la na- les metrópolis latinoamerica-
país, sobre todo si es tan grande turaleza se encargara espontá- a) División urbano-campesi- nas, continuamente aumenta-
como Brasil, entre una regi6n y neamente de definir las formas na. Hasta hace relativamente das por una inmigraci6n masi-
otra. Con todo, si queremos obte- de trabajo y los tipos de personas poco, los países latinoamerica- va; pero si se dan estos cinturo-
ner una visi6n de conjunto, más adecuados para desempeñarlas. nos eran predominantemente nes y esta inmigraci6n es preci-
que multiplicar los datos esta- rurales. En 1970, apenas cuatro samente porque el campo cada
dísticos concretos, necesitamos Una visión alternativa sostie- países latinoamericanos (Ar- vez ofrece menos 'op.ortunidades
plantear ciertos parámetros in- ne que la división social del tra- gentina, Chile, Uruguay y Vene- de subsistencia. En países corno
terpretativos generales, aun bajo responde a los intereses de zuela) tenían más del 50 % de su El Salvador se acepta como evi-
cuando su validez obviamente las clases dominantes. Son esas población viviendo en ciudades dente y está legalizado que, por
sea mayor en unos casos que en clases las que definen el ordena- de veinte mil habitantes o más un trabajo equiparable, el campe-
otros. En el caso latinoameri- miento social y, por consiguien- (CEPAL, 1987, pág. 6). Actual- sino reciba un salario mínimo
cano, tres características me pa- te, las necesidades hacia cuya mente, otros varios países, como inferior al del peón urbano.
rece que definen mejor .la si- respuesta se orienta preferente- México o Perú, se encuentran en
tuaci6n a nivel continental: a) mente el funcionamiento institu- esa situación. Sin embargo, toda- Permítanme añadir que la
la divisi6n discriminante, b) la cional. La asignación de las per- vía países como los centroameri- psicología contribuye, más por
marginaci6n y desempleo ma- sonas a uno u otro nivel de la pro- canos deben ser considerados omisión que por acción, a esta
sivos, y c) la dinámica de'explo- ducci6n o de los servicios es rea- fundamentalmente agrícolas, situación discriminatoria del
taci6n y represión. lizada mediante un sistema de aun cuando a veces, al calificar campesino. Rara vez la psicolo-
selección intrínsecamente lig~­ como urbanas poblaciones de gía ha tomado como centro de su
2.1. División discriminante del do a la jerarquía de clases~, Por cinco mil o más habitantes, se interés la realidad del campesi-
trabajo. ello, aunque eventualmente un tiende a exagerar su grado de ur- nado, muy probablemente por-
individuo perteneciente al prole- banizaci6n. Más aún, en no po- que los esquemas de la psicolo-
Todo orden social está basado tariado o al campesinado pueda cos casos, el sector campesino es- gía dominante provienen de los
en una determinada divisi6n so- ascender por la pirámide social, tá constituído en buena parte por Estados Unidos. Esta deficien-
cial del trabajo. Los teóricos clá- en conjunto la adscripción labo- la población indígena, lo que cia es todavía más notoria en el
sicos del funcionalismo mante- ral sigue un riguroso ordena- agranda todavía más la divi- área de la psicología del trabajo,
nían que esta divisi6n se funda- miento de clases. sión y diferencias. que parecería haberse olvidado
ba por un lado en las necesida- de esa forma específica de traba-
des objetivas de la sociedad y, Un análisis somero de la si- Pero sea cual sea la relaci6n jo que es el cultivo de la tierra.
por otro, en las características tuaci6n laboral latinoamerica- porcentual entre poblaci6n urba-
de las personas (ver Davis y na en los momentos actuales na y campesina, es un hecho que (b) División profesional-ma-
Moore, 1945). De este modo, las muestra la validez de este segun- la divisi6n social del trabajo nual. Uno de los errores más fre-

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cuentes al analizar la estratifi- parte de las mujeres latinoame- perjuicio de los sectores más dé- En los momentos actuales, la
cación de las sociedades es equi. ricanas, su naturaleza se con- biles: el campesino, el obrero y atención se suele centrar más
parar las clases sociales con los vierte en destino. Difícilmente la mujer. en el problema del desempleo y
estratos ocupacionales. Una cla- pueden las mujeres aspirar a los del subempleo, aunque margina-
se social no es igual a un estrato cargos de mayor responsabili· 2.2. Marginación y desempleo ción y desempleo son problemas
social. Sin embargo, una visión dad social, tanto en el sector pú- masivos. que en buena medida se superpo-
de conjunto sobre las sociedades blico como en el privado. Una nen; no. todos los desempleados
latinoamericanas muestra que simple mirada a los gabinetes Ahora bien, si el sistema so- se encuentran entre los sectores
existe un abismo de todo tipo en- de gobierno latinoamericanos, a cioeconómico que predomina en marginados, pero la mayoría de
tre unos sectores de la población, la composición de las asam- los países latinoamericanos re- los marginados, casi por defini-
que abarcan predominantemen- bleas o parlamentos, a la direc- sulta discriminante para ciertos ción, se encuentran entre los
te a profesionales, administrado- ción de las grandes empresas e sectores de la población incorpo- permanentemente desemplea-
res y empresarios, y otros secto- industrias, a la cabeza de las rados al propio sistema, resulta dos o· endémicamente subem-
res, formados por empleados su- instituciones de todo tipo más in- discriminatorio en una forma pleados. El problema adquiere
balternos, obreros y trabajado- fluyentes comprueba el dominio mucho más radical para con to- un dramatismo particular ante
res de oficios varios. Año con abrumador y casi total del hom· dos aquellos sectores a los que ni la impotencia de los países de ge-
año la distancia económico-so- breo La presencia de mujeres en siquiera incorpora al ámbito sis- nerar masivamente nuevos em-
cial entre ambos núcleos de la po- alguno de esos cargos represen· témico: circunstancial o periódi- pleos, apogados como están por
blación se agranda, sin que la ta casi la excepción que confir· camente con los desempleados y la soga 'de la deuda externa (ver
existencia de ciertos sectores in- ma la regla y sirve más bien ca· en forma casi permanente con Wells, 1987). En El Salvador, es-
termedios logre llenar ese espa- mo argumento justificador de los marginados. tadísticas oficiales tienden a si-
cio y dar continuidad socio-eco- una situación estructural de dis- tuar el' desempleo por encima
nómica a la escala social. Dicho criminación. Más aún, en casi El problema de la margina-. del 30 % de la población económi-
en términos sencillos, parecería todos los países latinoamerica- ción ocupó la atención de los camente activa; si a esas cifras
que las llamadas clases medias nos, el mismo trabajo realizado científicos sociales alrededor de se une el porcentaje de los subem-
tienden a reducirse relativa- por un hombre y una mujer, lle- la década del sesenta, cuando pIeados, nos encontramos con
mente en los países latinoameri- va a una retribución diferente, los centros de poder estadouni- una situación donde apenas la
canos, mientras se ensancha el por supuesto, en detrimento de la dense temieron que las poblacio- mitad de los salvadoreños dis-
abismo entre los que tienen mu- mujer. En el caso de El Salva- nes marginales representaran frutan del privilegio de una ocu-
cho y los que no tienen casi na- dor, por cada colón que recibe un potencial revolucionario in- pación remunerada. Por supues-
da. Esta situación puede perder- una mujer, el hombre recibe un contenible que multiplicara las to, El Salvador es un país en gue-
se de vista cuando uno permane- colón con veinte centavos (ver "Cubas" a lo largo y ancho del rra, donde casi nadie se arries-
ce en el estrecho ámbito de los nú- Rodríguez, Luzzi y Vidaurre, continente. Superado ese temor ga a invertir su dinero, y donde
cleos urbanos más desarrolla- 1983). y, sobre todo, controlados por los los masivos desplazamientos po-
dos, como ocurre con buena parte mecanismos de la "seguridad blaciona1es ocasionados por el
de los profesionales de la psico- Podrían añadirse otros aspec- nacional" los diversos brotes de accionar' bélico impiden el fun-
logía. tos para mostrar esta primera ca- rebeldía popular, el tema de la cionamiento normal del propio
racterística de la situación labo- marginación ha dejado de cons- sistema . económico dominante.
(c) División masculino-feme- ral latinoamericana. Pero los tituir una grave preocupación, Con todo, las elevadas tasas de
nino. Es, sin duda, otro de los expuestos sobran para compro- política, social y aun académi- desempleo o de subempleo tien-
ejes por el que pasa la discrimi- bar que los sistemas socioeconó- ca, a pesar de que sus dimensio- den a ser cada vez más comunes
nación laboral en los países de micos imperantes constituyen nes son cada vez más graves. en todos los países latinoameri-
Latinoamérica. Para una gran órdenes discriminatorios, en

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canos. Paradójicamente, para dad y el dinamismo que supo- el capitalista espera de cual- En El Salvador, los trabajado-
muchos hombres y mujeres de nen el poder sobrevivir en las quier tipo de empresa en nues- res que han querido buscar una
nuestros pueblos, la· principal condiciones de pobreza generali- tros países exige la depaupera- mejora a sus condiciones a lo
ocupación cotidiana es buscar zada que caracterizan a la mar- ción del trabajador, cuyo hori- largo de la última década han te-
una ocupación que les permita ginación. Sólo una visión de ga- zonte de aspiraciones no puede nido que optar entre una sindica-
seguir viviendo. binete podría afirmar que la po- ir más allá al de una simple re- lización mediatizada a los inte-
blación marginal latinoameri- producción familiar de su fuer- reses dominantes y un sindica-
¿Cómo sobreviven los margi- cana padezca serios trastornos zalaboral. lismo independiente y combati-
nados, los permanentemente de- mentales. Por el contrario, da vo, ferozmente castigado por la
sempleados, aquellos que sólo muestras de una vitalidad admi- Por supuesto, el sistema cuen- represión (ver Martín-Baró,
circunstancial o tangencial- rable si se toman en cuenta las ta con insitituciones y mecanis- 1987a).
mente se vinculan al sistema condiciones objetivas que en- mos de muy diversa índole para
económico dominante? ¿Cómo frenta (Martín-Baró, 1984). Es hacer que el obrero acepte esta si- Indudablemente hay todo un
evitan caer presa de :trastornos muy posible, entonces, que lo tuación como "natura!" y aun abismo entre la situación del tra-
mentales graves? ¿O acaso se que en ocasiones aparece como deseable, y para que, en casos de bajador salvadoreño y la del
trata de poblaciones aquejadas "flojera" constituya más bien crisis, encauce por vías controla- obrero brasilero, entre el sindi-
por graves patologías? Hace ya una economía de esfuerzos, y das sus problemas y su malestar calismo mexicano y el urugua-
una década, una antropóloga que lo que se califica como in- (Cable, 1988). Todo el aparato yo, entre la discriminación y el
chilena, Larissa Adler de constancia sea más bien conse- ideológico cumple' con la fun- desempleo en Venezuela o en el
Lomnitz, dió respuesta a algu- cuencia de la necesidad de man- ción de alimentar una falsa con- Perú andino. Con todo, las tres
nas de estas interrogantes estu- tener alternativas controlables ciencia de las clases domina- características expuestas ofre-
diando una barriada marginal de ingresos. En El Salvador das, con señuelos como la posibi- cen un marco de referencia glo-
de México. Lomnitz (1978) en- existe actualmente una organi- lidad del ascenso individual, bal que permite interpretar la si-
contró que los sectores margina- zación llamada "Comité de des- las satisfacciones vicarias que tuación de cada país y aun de di- .
les generan un sistema alter- pedidos y desempleados de El da el consumo suntuario cir- versas zonas al interior de cada
• r
nativo de relaciones sociales, Salvador" (CODYDES), cuyo ob- cunstancial y el valor gratifi- palS.
cuyo principio básico es la re- jetivo estriba en defender frente cante del conformismo.
ciprocidad de los intercambios, a gobernantes y patronos los de- 3. Dos enfoques psicológicos
basada en la cercanía física y rechos sociales de quienes, cir- Cuando el trabajador se orga- del trabajo.
en la confianza mutua. La mar- cunstancial o permanentemen- niza en sindicatos para luchar
ginación no constituye, por te, se encuentran marginados por sus intereses y derechos, em- ¿Cómo trata de comprender
tanto, una "cultura" paralela por el sistema productivo..... ' pieza a confrontar con frecuen- la psicología latinoamericana
que se traduzca en una serie de ~
cia la cara represiva de los regí- este mundo del trabajo? Ante to-
comportamientos típicos, como 2.3. La explotación y represión. menes. La historia del sindica- do, señalemos tres característi-
mantenía Oscar Lewis, y menos lismo latinoamericano está en- cas que han condicionado los en-
aún de trastornos· COlo por- Una tercera característica de sangrentada por una intermina- foques psicológicos.
tamentales, sino una exclusión la situación laboral latinoameri- ble cadena de apaleamientos,
del sistema socioeconómico do- cana es el grado de explotación a listas negras, encarcelamien- a) Por razones que no son del ca-
minante. que obliga a las perso- que están sometidos buena parte tos, torturas, asesinatos y desapa- so, la psicología ha tendido a
nas a buscar alternativas de su- de los trabajadores, sobre todo riciones, no sólo de los líderes, centrarse en el marco social
pervivencia. los obreros, campesinos y em- sino incluso de los simples afi- de la familia como ámbito de
pleados de niveles organizati- liados. referencia fundamental para
Es importante desde ahora vos bajos. El logro de los eleva-
subrayar el ingenio, l~ creativi- dos percentajes de beneficio que

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el análisis psicológico. El dividualista y un enfoque sisté- David McClelland (1968). No es sos analistas, esta visión atribu-
ámbito laboral ha sido visto mico. del caso desarrollar este mode- ye a la personalidad del indivi-
como un mundo secundario, lo, bien conocido. Sí es impor- duo la tendencia a percibir las
subordinado, cuyo sentido po- 3.1. El enfoque individualista. tante subrayar la conexión de consecuencias de sus actos como
día ser entendido a través de . este modelo con la concepción de algo bajo su controlo bajo el con·
los esquemas primarios de Considera al trabajo como la ética protestante de Weber: trol de fuerzas ajenas. El su-
las relaciones familiares. una de las áreas de realización ambas sitúan en el individuo la puesto irilplícito es que, en princi-
de la persona. Se preocupa por la razón de su éxito o fracaso y ello pio, esas consecuencias siempre
b) La perspectiva asumida por adecuación o adaptación entre tanto en el caso de la persona en podrían estar bajo el control de
la psicología al explorar el las condiciones laborales y las concreto co-mo en el de un grupo la persona. Yo encuentro este su-
mundo del trabajo ha sido la características de la persona, y aun de toda una sociedad. En puesto tasi insultante, cuando
de los sectores en el poder: el tanto sus rasgos de personalidad consecuencia, el fracaso de un examino ~ el esfuerzo incansable
patrón, el propietario, el direc- como sus hábitos, habilidades y trabajador radicaría en su baja del campesino salvadoreño por
tor. La intencionalidad más destrezas. Concede una gran im- motivación de logro, mientras sobreponerse a sus condiciones
o menos explícita ha sido en- portancia a las aspiraciones y que el subdesarrollo de un país de explotaci6n y miseria, para
tonces la de acoplar al traba- motivaciones del individuo en podría atribuirse a 10 poco moti- terminar en la misma o peor si-
jador a las exigencias pro- particular. No cuestiona los obje- vada que se encontraría su pobla- tuación que tod9S sus anteceso·
ductivas, y no la de adecuar tivos fundamentales de la orga- ción hacia metas ambiciosas. res. Al campesino salvadoreño
la producción a las necesida- nización (industria, empresa, no le falta motivación de logro
des del trabajador. El bienes- institución de servicio), aunque De acuerdo al enfoque indivi- ni deja de esforzarse por con-
tar del obrero ha sido conside- sí le plantea exigencias en cuan· dualista, la discriminación la- seguir los mejores resultados
rado instrumentalmente en to a las formas de organizar los boral que .impera en los países la- con su trabajo; al campesino sal-
función de su eficiencia, en procesos laborales, las condicio- tinoamericanos sería simple- vadoreño le es negado el progre-
lugar de considerar la efi· nes que directamente afectan a mente la organización de acuer- so, como· persona y como miem-
ciencia del trabajo como una los trabajadores y las prestacio- do a las cualidades personales bro de una clase social, porque
mediación entre otras para el nes sociales que se les asignan. de cada cual; el desempleo masi- es privado del fruto de su trabajo
desarrollo y humanizaci6n La psicología se convierte así en vo representaría la consecuen- a través de unas estructuras so-
del obrero. un instrumento útil para facili- cia infortunada de una insufi· cioecon6micas que controlan la
tar la adaptaci6n del individuo ciente motivación y laboriosi· distribución de los bienes produ-
c) El modelo interpretativo más a su trabajo y para potenciar su dad colectivas; y la explotación cidos en beneficio de los sectores
comúnmente empleado ha si- productividad mediante su satis- no sería más que una justifica- .dominantes. Y éste es un proble-
do el médico, es decir, aquél facción individual, sin cuestio- ción politizada para echar las ma psicológico, pero no de psico-
que examina los procesos la- nar el ordenamiento institucio- culpas al sistema por las defi· logía individual sino de psicolo-
borales en función de su im- nal ni mucho menos ubicar el ciencias personales. gía política.
pacto sobre la salud mental sentido de los procesos laborales
de las personas, entendida co- al interior del sistema social co- Esta visi6n del trabajo pero 3.2. El enfoque sistémico.
mo un estado individual y ca- mo un todo. mea modelos aparentemente
si orgánico. muy diversos, pero cuyo sentido La llamada teoría de los siste-
Uno de los modelos más ca- es en el fondo similar. Vale la mas ha logrado uno de sus mayo-
En la actualidad, se pueden racterísticos y que más éxito pena mencionar uno de ellos,. res desarrollos en el campo de la
distinguir dos enfoques psicoló- han tenido de este tipo de enfo- muy en boga durante la pasada psicologia organizacional. Los
gicos del trabajo más frecuente- que es el de la motivación de lo- década: el modelo del lugar del problemas laborales ya no son
mente utilizados: un enfoque in- gro propuesto hace ya años por control del refuerzo (ver Rotter, vistos desde esta perspectiva co-
1966). Como han señalado diver- mo problemas
,
de los individuos,

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por lo menos no primordialmen- línea, no siguen las necesida- personal contratado en función priva un universalismo científi-
te, sino como problemas de rela- des del país o región donde ope- de los objetivos de la empresa, pe- co mal entendido. Esto es parti-
ciones entre sujetos desempe- ran, sino las exigencias inter- ro no en cuestionar los esque- cularmente importante en el ca-
dando diversos roles al interior nas a su propia red internacio- mas económicos, la primacía so del trabajo, dada la íntima co-
de un orden organizativo. El én- nal. Su vinculación con el me- del lucro sobre el servicio, así co- nexión existente entre la divi-
fasis se cifra en las caracterís- dio externo se reduce a reaccio- mo la división del trabajo y del sión social del trabajo y el orde-
ticas del liderazgo institucio- nar frente a unas condiciones poder de decisión en que estas or- namiento político'.
nal, en la estructuración de los de posibilidad, que le permiten o ganizaciones laborales se funda-
roles o tareas, y en la elabora- no desarrollar sus objetivos me- mentan. El enfoque individualista tie-
ción de las reglas para la toma jor que en otros países, pero no a ne el gran valor de atender al pa-
de decisiones de cara a los fines satisfacer las necesidades socia- De acuerdo con el enfoque sis- pel que desempeñan las caracte-
que pretende cada organiza- les de su población. témico, la discriminación labo- rísticas de las personas en los
ción. Es interesante que el pro- ral, la marginación y el desem- procesos laborales, mostrando
pio McClelland haya desplazado El caso de las emprellas multi- pleo masivos, y hasta la explo- cómo cierto tipo de motivación y
su interés de la motivación de lo- nacionales no se trae aquí por su tación serían las consecuencias habilidades no sólo redunda en
gro a la necesidad de poder (ver peculiaridad, sino porque mues- no de un sistema político deter- un trabajo más eficiente, sino
McClelland, 1975, 1985), que re- tra el enfoque más típico de la minado, sino de un retraso tec- que produce una mayor satisfac-
presenta un constructo teórico psicología organizacionaL "Se nológico, de unos malos siste- ción personal. Ciertamente, se
más relacional (ver House y multiplican los estudios sobre mas organizativos vinculados cuenta aquí con un conjunto de
Singh,1987). las necesidades de la organiza- con la cultura latina. El proble- tesis sólidamente confirmado
ción, a fin de perfeccionar los ma no radicaría por tanto en el por una abundante base empíri-
El enfoque de sistemas hace métodos de selección (ver Guion orden político cuanto en el orden ca, e ignorar estos datos sería
de cada organización un mundo y Gibson, 1988) y entrenamiento cultural, no en la distribución una tonta presunción.
de sentido, independientemente (ver Latham, 1988), de liderazgo de poder sino en la carencia de
de que acepte su vinculación con institucional y de clima organi- una tecnología avanzada. Sin embargo, el enfoque indi-
la sociedad más amplia, sobre zativo (ver House y Singh, 1987). vidualista tiene graves limita-
todo con respecto a los intercam- Todo lo cual, sin duda alguna, 4. El enfoque de la psicología ciones y, en conjunto, ofrece una
bios de bienes y a los cambios tiene eficacia al interior del sis- política. perspectiva peligrosamente psi-
ambientales. En otras palabras, tema, de la organización, de la cologista de los procesos labora-
la lógica de las empresas se ba- empresa. Sin embargo, no pare- La psicología política no pre- les. Quizá su mayor defecto estri-
sa en una especie de autonomía ce que ello responda a las necesi- tende echar por la borda todos los ba én aquello mismo en que es
funcional respecto a los avata- dades específicas de los obreros logros de la psicología tradicio- valioso: su énfasis en la indivi-
res de la sociedad en que se en- y menos aún de los países lati- nal y, en nuestro caso, de la psi- dualidad. Al ubicar la explica-
cuentra. Esto se aplica de modo noamericanos. Como bien indi- cología del trabajo. Lo que pre- ción de los procesos laborales en
muy particular a las grandes can Sloan y Salas (1986), esta tende es superar las deficien- las caraterísticas de la persona,
empresas multinacionales, cu- concepción de psicología indus- cias de los enfoques predomi- se pierde de vista que el mismo
yo proceder simplemente aprove- trial abona un desarrollo poco nantes, que tienden a aislar los individuo es hechura de sus cir-
cha las ventajas locales de cada sensible a la situación social de procesos psíquicos de los contex- cunstancias y que el trabajo
país, pero sólo tangencialmente los países del Tercer Mundo, cu- tos sociopolíticos concretos en constituye un proceso social que
responde a sus necesidades: sus ya marginación y dependencia los que se producen y a los que ar- trasciende al individuo. La psi-
niveles salaríales, sus políticas estructural tiende a reforzar. El ticulan. En otras palabras, la cologización del trabajo hace del
de selección y despido, sus me- objetivo se cifra siempre en se- psicología política pretende de- medio laboral y del sistema in-
tas productivas y sus cambios de leccionar, entrenar y motivar al volver al análisis psicológíco la dustrial una naturaleza presun-
concreción histórica de la que le tamente fija e inmutable, como

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si fuera un dato ajeno a la histo- abstracci6n del sistema respecto política examina cualquier tipo mutua frente a los medios de pro-
ria. Este tipo de enfoque conduce a la realidad de la sociedad más de comportamiento en cuanto re- ducción en el proceso de dar res-
a buscar en el propio trabajador amplia en la que se encuentra a percute directa o indirectamente puesta a las necesidades huma-
la explicaci6n y soluci6n a todos partir de un esquema técnico. en el ordenamiento político de nas. y en ese mismo proceso las
los problemas que surgen en el En teoría, la empresa o institu- una sociedad y, por tanto, en personas se van desarrollando o
proceso laboral, lo que con fre- ci6n es concebida como un siste- cuanto responde a determinados estancando, realizando o alie-
cuencia representa una típica ma abierto en conexi6n con otros intereses sociales en una forma- nando,' humanizando o deshu-
instancia de culpabilizaci6n de sistemas; en la práctica, esta ci6n social (Martín-Bar6, manizando.
la propia víctima. En todo caso, apertura se limita a una conside- 1987a).
este enfoque tiende a plantear el raci6n sobre entradas y salidas, Las tres características del
comportamiento laboral como que en poco afecta al análisis de Aplicado al caso del trabajo, mundo¡ laboral latinoamericano
una actividad abstracta, sin refe- los procesos laborales internos. esto significa un estudio de los que hemos distinguido son arti-
rencias hist6ricas, dependiente Así, el sentido de los comporta- comportamientos laborales en culaciones históricas de un or-
exclusivamente de las caracte- mientos laborales se plantea a cuanto articulaciones del orden den soCial fundamentado en la
rísticas del individuo entendi- partir del aquí y ahora propio del social y, por tanto, de las fuerzas dominación de una clase social
das como unos rasgos genéricos sistema mismo. Por ello, el enfo- sociales. La psicología política sobre las otras y, por tanto, exi-
de personalidad. que sistémico del trabajo tiende pretende explicitar el sentido de gencias de ese mismo ordena-
a incurrir en un tecnocratismo los procesos psíquicos a la luz de miento. La discriminación esta-
El enfoque sistémico es, sin paralelo en su ahistoricismo al su enraizamiento en el contexto blece y reproduce la diferencia-
duda, mucho más rico entre o- enfoque individualista; se ana- social más amplio, y ello tanto ción clasista con su veredicto di-
tras cosas porque integra el apor- lizan los requisitos de cada pues- si las conexiones son directas e ferenciador de la población en-
te del enfoque individualista, pe- to y el entrenamiento necesario inmediatas como si son indirec- tre dominantes y dominados; la
ro supera su sesgo psicologista. para desempeñarlo, las formas tas y mediatas. En nuestro caso marginación y el desempleo ma-
Su valor estriba en que examina de liderazgo más productivas, concreto, se trata de examinar sivos hacen posible conseguir y
los procesos laborales al interior los flujos informativos y los me- los comportamientos laborales mantener los altos márgenes de
de la empresa o instituci6n como canismos para la toma de deci- como mediaciones políticas y/o lucro que requieren las clases
un todo significativo, es decir, siones, pero todo ello con una re- como procesos que influyen en dominantes o los inversores ex-
en cuanto partes de una totali- lativa independencia presunta- el orden político de un país. tranjeros; finalmente, la explo-
dad que les da sentido; así, el mente técnica de los problemas o tación 'y la represión aseguran
comportamiento laboral de cada necesidades fundamentales que Es un hecho que el poder so- la estabilidad presuntamente ar-
uno es visto en la red de relacio- aquejan a la sociedad más am- cial fundamental se genera en moniosa del sistema mediante
nes múltiples que configuran plia. las relaciones econ6micas y, por la alienación de las clases domi-
un sistema. Las características tanto, en el proceso de distribuir nadas, 'forzadas a someterse vo-
personales reciben una nueva ¿Qué propone la psicología po- socialmente el trabajo. Si el po- luntariamente, por convicción o
significación por su referencia lítica para retener lo valioso que der se fundamenta en los recur- por coerción.
interpersonal y por su cimgruen- hay en los enfoques psicológicos sos de que disponen los grupos y
cia o incongruencia con las exi- dominantes sobre el trabajo, pe- personas para sus relaciones en El comportamiento laboral a-
gencias de la propia estructura ro superando sus limitaciones? las diversas áreas de la vida so- parece así en su dimensión ideo-
sistémica. Ante todo, es necesario clarifi- cial, es obvio que el ámbito labo- lógica, es decir, como producto,
car que la psicología política no ral constituye la mina política expresión y canalización de los
Ahora bien, el enfoque sisté- se reduce a la psicología de la po- por excelencia, y ello tanto en tér- intereses de las diversas fuer-
mico adolece de una limitación lítica, es decir, al análisis psico- minos grupales como en térmi- zas soci,ales que constituyen una
similar a la del enfoque indivi- lógico de los comportamientos y nos personales. Las clases socia- determinada sociedad. S610
dualista, sólo que a otro nivel: la procesos políticos; la· psicología les se configuran en su relación cuando' el análisis psicológico

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atiende a esta totalidad sociopolí- dor y promovedor de la aliena- Cuadro!
tica puede percibirse el carácter ción política. Respuestas del obrero a las relaciones desiguales de poder
enajenador de muchas de las
condiciones laborales que, en sí La imagen del "latino indo- Atribuci6n del Efecto sobre Expresi6n
mismas, parecen inocuas y aun Respuesta estado de larelaci6n dela
lente" a la que aludíamos al co- subordinaci6n de poder alienaci6n
deseables. La carencia de sen- mienzo de esta exposición, tan
tido de muchas ocupaciones sólo decididamente aceptada por el Aceptación
se muestra cuando se recons- Auto-devaluaci6n Interna, a la incapacidad Se mantiene Baja
periodista Montaner, es un exce- El mundo esjusto Interna, al propio esfuerzo Se mantiene Baja
truye la totalidad del proceso; se lente ejemplo de un análisis psi- Sometimiento Externa, a un sistemajusto Se mantiene Baja
aprecia entonces cómo la des- cologista, que sirve unos claros
composición del trabajo es el me- propósitos políticos, pero que pue- Acomodación
Reconocimiento
canismo que precipita y justifi- de presentarse como una conclu- del status Externa, a un sistemajusto Se modifica Baja
ca la descomposición del trabaja- sión estrictamente" técnica. De Congraciarse Externa, a un sistemajusto Se modifica Baja
dor, su desarticulación personal acuerdo a un reciente estudio de Negociaci6n
colectiva Externa, a un sistemajusto Se modifica Baja
y social, base de su dominación. Sherry Cable (1988), hay tres po- (sindicalizado)
sibles tipos de respuesta del obre-
Es importante subrayar el im- ro frente a su situación de subor- Rebelión
Rebeli6n individual Externa, a un sistema injusto Se mantiene Alta
pacto político que directa o indi- dinación en las relaciones labo- Formaci6n
rectamente puede tener el traba- rales: puede aceptar sin más es- de coaliciones Externa, a un sistema injusto Se modifica Alta
jo que el psicólogo realiza en la ta situación, puede acomodarse (no sindicalizado)
empresa. La definición de pues- a ella, buscando sacarle alguna Fuenu: Cable, 1988, pág. 120.
tos, por ejemplo, no puede reali- ganancia, o puede rebelarse con-
zarse sólo con la lógica interna tra ella. En cada caso, la res-
de la institución ni siquiera re- puesta diferirá según la causa a Ahora bien, Cable subraya sanal que resulta en la devalua-
lacionándola con las caracterís- la que se atribuya el "estado de su- " que tanto los procesos de sociali- ci6n de sí mismo. La conclusión
ticas de las personas, sino que bordinación; muy distinto es zación primaria más generales inhibidora es que se está donde
debe tomar como uno de sus crite- atribuirlo a la propia incapaci- como los procesos de entrena- se debe estar porque no se sirve
rios el marco social, político y dad o falta de esfuerzo, que atri- miento o socialización secunda- para más.
cultural del país. De otro modo, buirlo a la justicia o injusticia ria que el trabajador recibe en la
lo que es adaptación a la empre- del sistema laboral. Sólo en el empresa o instituci6n tienden a A una conclusión similar se
sa puede convertirse en someti- caso de la rebelión, es decir, propiciar la respuesta de acepta- suele llegar en los análisis que
miento político, y lo que en apa- cuando atribuye su situación ci6n a las relaciones de subordi- se hace de los marginados y de-
riencia no es más que un entre- opresiva a un sistema social in- naci6n y, en el mejor de los ca- sempleados. Independientemen-
namiento técnico puede llevar justo, el obrero expresa sentirse sos," las de acomodaci6n, pero te de que se les responsabilice o
incorporada la semilla de la alienado frente a su trabajo; en descartan sistemáticamente las no de su marginaci6n o desem-
enajenación política:y social. Si los otros casos, ya sea porque se respuestas de rebeli6n que cues- pleo, el hecho es que se subraya
el trabajo del psicólogo laboral resigna a su suerte, ya sea por- tionan la justicia del sistema. como una de las consecuencias
no tiene como una de sus metas que le saca algún beneficio me- La imagen del "latino indo- más comunes la progresiva pasi-
la conscientización y como uno diante alguna forma de acomo- lente" constituye la cristaliza- vidad y tendencia a la autodeva-
de sus principios la participa- do, el trabajador no manifiesta ción de la atribución causal más luaci6n de las personas afecta-
ción activa y organizada del tra- conciencia alguna de sentirse negativa que el trabajador puede das durante un tiempo prolonga-
bajador, corre el peligro de incu- alienado (ver Cuadro 1). hacer frente a su situaci6n de do por la falta de trabajo. Y suele
rrir en un psicologismo, encubri- subordinaci6n laboral: la atribu- ser la autodevaluaci6n la que,
ci6n a su propia incapacidad per- unida al deterioro de las condi-

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ciones materiales de vida, va no de la propia sociedad. Por pervivencia en condiciones obje- ración,' puramente individualis-
produciendo un deterioro de la eso, como indica Liem, bajo mu- tivamente infrahumanas me- ta o tecnocrática. ¿Acaso se pue-
salud mental. chos respectos el desempleado diante el desarrollo de valores de identificar salud mental con
más que una víctima es un críti- de solidaridad y cooperación, de el bienestar, con frecuencia no
Como ha mostrado Ramsay co social, un testimonio viviente sobriedad y persistencia, de sen- poco artificial, que experimen-
Liem en varios trabajos, este ti- de un sistema socioeconómico cillez y capacidad de sacrificio. tan aquellos que disfrutan de
po de análisis tiende a ver muy erróneo e injusto. Pero esto es lo todos los beneficios de un siste-
sesgadamente las consecuen- que resulta inaceptable para el Esta atención al proceder de ma discriminatorio? ¿No habrá
cias del desempleo, haciendo del orden establecido; y, en el mejor los sectores discriminados y que d~cir que ese bienestar in-
desempleado una simple vícti- de los casos, se opta por compade- marginados no sólo permitirá dividualizado se funda en la ne-
ma y eludiendo así un análisis cer al desempleado más que por valorar formas alternativas de gación del otro y en la incons-
sociopolítico más amplio de las comprenderle, por darle una realización laboral, sino que cienciá del privilegio injusto?
condiciones laborales en cada si- atención conmiserativa o carita- obligaría a reconsiderar la posi- Creo que si de alguna manera
tuación (ver Liem, 1987, en pren- tiva, pero no por escucharle. bilidad de tecnologías diversas, hay que interpretar la plaga del
sa). No se pretende negar, por más adecuadas a las circunstan- stress gerencial que hoy se ex-
supuesto, las consecuencias dele- 5. Conclusión. cias sociales de nuestros países tiende por los niveles superiores
téreas del desempleo ocasional y y de nuestros pueblos. Resulta de las organizaciones empresa-
mucho menos del desempleo per- Una psicología política del sorprendente que la psicología riales, es como la materializa-
manente que agobia a gran par- trabajo en América Latina debe- latinoamericana del trabajo no ción de una estructura violenta
te de la población latinoamerica- ría prestar atención muy parti- se haya preocupado suficiente- y asimétrica, que deshumaniza
na; de lo que se trata es de com- cular a aquellos aspectos críti- mente por propiciar tecnologías tanto al que concentra el poder
pletar el panorama y ver lo que cos del sistema laboral imperan- más apropiadas, que no sólo ha- como al que se ve privado de él.
representa el enfrentar la exis- te. En otras palabras, debería gan un mayor uso de la mano de
tencia fuera del sistema econó- examinarse con ojos nuevos el obra sino, sobre todo, que se vin- Hace ya años Alfredo Mofi'at
mico formal. Y lo que represen- proceder de los sectores discrimi- culen más estrechamente con pa- afirmaba que, así como había
ta es el desarrollo de una increi- nados, de los marginados y de- trones y formas culturales pro- que buscar una distribución
ble ingeniosidad para la supervi- sempleados, de los explotados y pias. más jtista de los bienes materia-
vencia y para salir socialmente reprimidos. Verlos no como ob- les, habría que buscar también
adelante con virtudes totalmen- jetos, sino como sujetos sociales; Finalmente, esta atención una distribución más equilibra-
te excluídas del sistema domi- como diría Liem, no tanto en hacia los sectores laboralmente da de la salud mental, de tal mo-
nante. Ya Sloan y Salas (1986, cuanto víctimas de un sistema, discriminados debería llevar a do que todos nos repartiéramos
pág. 245) indicaban que el desa- que lo son, cuanto como críticos una reconsideraci6n de lo que es equitativamente las limitacio-
rrollo propiciado por el capitalis- de ese sistema. Y esto con una do- salud mental respecto al mundo nes materiales de nuestra socie-
mo contemporáneo se logra al ble finalidad: por un lado, para del trabajo. Una de las preocupa- dad y las angustias y trastornos
precio de "a) un colapso casi to- apreciar la totalidad en la que se ciones mayores del psicólogo de generádos por la convivencia co-
tal del sentido de comunidad, b) inscriben los procesos laborales la empresa es velar por la salud lectiva (Mofi'at, 1974). En otras
una participación sin sentido en que se dan en los sectores forma- mental de todos los trabajadores palabras, debemos pasar de una
la provisión de bienes materia- les a los que prioritariamente se -ejecutivos, empleados, obre- consideración de la salud men-
les y servicios, c) el consumo pa- dedica la psicología del trabajo; ros. Pero también aquí es preci- tal como un estado individual, a
sivo de un entretenimiento enla- pero , por otro lado, para descu- so replantear el concepto de sa- una concepción más social, que
tado que entorpece los sentidos y brir todas aquellas formas de ac- lud mental a la luz de la totali- ubique la salud en lo que consti-
elimina la posiblidad de refle- tuar y aun de trabajar en el sec- dad política, y no de una conside- tuye más de fondo al ser huma-
xión" y a una participación ilu- tor de la economía llamada in-
soria en la organización y desti- formal que hacen posible la su-

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