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La calidad de vida reúne elementos objetivos y subjetivos del bienestar social que están
fundados en la experiencia ya sea individual y comunitario dentro de la vida social.1
A nivel mundial existe consenso en señalar que el crecimiento económico es necesario pero
no suficiente para alcanzar el desarrollo social. En el Perú, esta discusión cobra importancia
si se tiene en cuenta que, como lo resalta el Ministerio de Desarrollo e Inclusión Social, a
pesar de haber crecido económicamente más de 73% entre los años 2001 y 2010, los niveles
de desarrollo del país no se han incrementado en la misma magnitud. Esta situación genera la
necesidad de crear indicadores que, más allá del nivel de riqueza de un país, permitan medir
el bienestar o calidad de vida de las personas.2
Es justamente esta necesidad la que busca cubrir el denominando Índice de Progreso Social
(IPS), desarrollado por la organización Social Progress Imperative. El IPS es una herramienta
que, considerando más de 54 indicadores sociales y ambientales divididos en doce
componentes y tres dimensiones, permite valorar el bienestar de las personas mediante un
enfoque holístico e integrador. Al considerar indicadores de resultado, el IPS determina el
impacto real de las diferentes políticas públicas y sociales.
1
(Galván Bonilla, s.f.)
2
(Seinfeld, 2016)
El Índice de Progreso Social (IPS) se presentó, en este contexto, como una herramienta que
permite medir el bienestar de las personas, a través de un enfoque holístico e integrador con
distintos componentes que son esenciales para el bienestar humano.
Así, el Social Progress Imperative (2016) definió al Progreso Social como la capacidad que
tiene una sociedad para satisfacer las necesidades básicas de sus ciudadanos, de establecer la
infraestructura e instrumentos que les permitan mejorar su calidad de vida y de generar
oportunidades para que todos los ciudadanos tengan la oportunidad de alcanzar su pleno
potencial. 3
Al estudiar el nexo entre el PBI y el IPS, confirmamos que existe una relación positiva
entre crecimiento económico y progreso social a nivel mundial. Vemos que países con un
determinado nivel de riqueza alcanzan un mayor nivel de progreso social. Tal es el caso de
Uruguay y Costa Rica, en Sudamérica. Pero también resaltan casos, como Venezuela, que
se sitúan en el extremo opuesto; es decir, su nivel de bienestar no se condice con su PBI
per cápita. ¿Cómo lograr, entonces, que el crecimiento económico se traduzca
efectivamente en una mejor calidad de vida? Estudiar las experiencias de Uruguay y Costa
Rica podría ser un buen punto de partida para responder a esta pregunta.
1.2.2. Importancia
La característica más importante del Índice del Progreso Social, es que solo incluye
indicadores sociales y ambientales, y que solo cuenta con indicadores de resultado, no así
de gestión. Esto significa que su objetivo es medir la calidad de vida de las personas,
independientemente de su nivel de ingreso, y de forma directa, esto es tal cual ellas la
conciben.
3
(CENTRUM Católica, 2016)
En definitiva, el índice de Progreso Social es una herramienta que permite analizar
rápidamente cuáles son las principales carencias, dónde se encuentran las brechas más
trascendentales y por dónde orientar la inversión social.
Los habitantes de 14 regiones del Perú adolecen de una baja calidad de vida, según reveló el
reciente Índice de Progreso Social Regional 2016, elaborado por Centrum Católica, con el
apoyo de Iniciativa Global Social Progress Imperative.
Así, las regiones de Ayacucho, Junín, Cusco, Apurímac, Lima provincias, San Martin,
Cajamarca, Huancavelica, Huánuco, Puno, Amazonas, Pasco, Madre de Dios, Loreto y
Ucayali obtuvieron una calificación menor a los 54 puntos, lo que las coloca en niveles bajos
y muy bajos en el estudio, que mide la satisfacción de las necesidades básicas, los fundamentos
de bienestar y el acceso a oportunidades.
En la otra orilla, Moquegua ocupó el primer lugar entre las 26 regiones analizadas, con 65.37
puntos, por encima de Ica (65.01), Lima Metropolitana (64.22), Arequipa (61.86) y Tacna
(61.71).
La evaluación respecto a la calidad de vida de las regiones del Perú se realiza mediante un
modelo operativo estructurado en torno a tres dimensiones y doce componentes. De esta
forma, el índice de Progreso Social en cada dimensión incorpora cuatro componentes. Y cada
componente incluye entre tres a seis indicadores. El modelo global presentado anualmente por
el Social Progress Imperative que incluye una muestra de 133 países, incorpora 54
indicadores.
Figura 1: Composición del IPS
Figura 2: índice de Progreso social Regional del Perú
El Índice de Progreso Social Regional Perú 2016 genera un puntaje que va del 0 al 100. A
mayor puntaje, mayor el nivel de progreso social de una determinada región. Lo mismo aplica
para cada una de las tres dimensiones y los doce componentes que comprenden el IPS
Regional Perú 2016. Todas aquellas regiones que superan los 85 puntos, tienen niveles muy
altos de progreso social, mientras que las regiones que obtengan puntajes menores a 45, tienen
niveles muy bajos.
Ninguna región del país tiene puntajes altos o muy altos en progreso social. Moquegua ocupa
el primer lugar en el ranking con 65.37 puntos. Le sigue Ica con una pequeña diferencia y
recién en tercer lugar aparece Lima Metropolitana. El cuarto lugar lo ocupa Arequipa y el
quinto, Tacna. La zona selva del Perú tiene los resultados más bajos. A fin de conocer las
debilidades y fortalezas en cada región, es importante observar los resultados desagregados
en cada dimensión y componente.
La Dimensión de Necesidades Básicas Humanas mide qué tan satisfechas están las
necesidades esenciales de las personas como son: nutrición y asistencia médica básica. Esto
es el derecho a la vida, acceso al agua y saneamiento, vivienda de calidad y acceso a la energía,
así como a la seguridad personal.
En esta dimensión, Lima Metropolitana y Callao lideran el ranking con una diferencia
apreciable en relación a Ica, que ocupa el tercer lugar. Estas regiones obtienen mejores
resultados en esta dimensión que en el Índice de Progreso Social (IPS) general. No obstante,
14 regiones del país, no logran alcanzar un puntaje superior a 55, es decir presentan niveles
bajos de satisfacción de necesidades básicas.
El mapa del Perú muestra que la costa, en general, es el área geográfica que mejores niveles
de satisfacción de necesidades humanas básicas tiene, mientras que la selva continúa teniendo
resultados poco satisfactorios. Tacna y Moquegua obtienen un puntaje de 69.55 y 69.15,
respectivamente ocupando el cuarto y quinto lugar.
La diferencia entre la región con mejor nivel de Necesidades Humanas Básicas, es Lima
Metropolitana, y la que obtuvo un bajo resultado, es Ucayali. La diferencia es de más de 37
puntos con lo que Lima Metropolitana casi le duplica el puntaje a la región Amazónica.
Figura 3: Necesidades básicas humanas de las
regiones del Perú
1.3.2. Fundamentos de Bienestar
Las regiones del Perú presentan resultados medio-bajos, bajos y muy bajos en la dimensión
de Fundamentos de Bienestar. Esta dimensión mide si existen los elementos fundamentales
para que las personas puedan aumentar su bienestar, el cual se logra accediendo a educación
de calidad, a información y conocimiento para tomar decisiones, si existen las condiciones
necesarias para vivir una vida saludable y si la relación con el manejo de los recursos
medioambientales es sostenible.
Son 15 regiones las que obtienen resultados menores a 55 puntos, mientras que ninguna llega
a superar los 65 puntos. De hecho, Tacna, que ocupa el primer lugar, apenas pasa los 60
puntos. Ica, Ancash, Moquegua y Cusco son las regiones que le siguen dentro del grupo de
las cinco mejores, aunque con resultados poco satisfactorios. Nuevamente, la zona de la selva
obtiene los peores resultados aunque llama la atención que Lima Provincias se encuentre en
antepenúltimo lugar.
Figura 4: Fundamentos del bienestar de las
regiones del Perú
1.3.3. Oportunidades
La dimensión Oportunidades mide qué tanto las regiones están asegurando que las personas
gocen de sus libertades y derechos más importantes como ciudadanos y si existen factores que
son obstáculos para que las personas puedan alcanzar todo su potencial o elegir libremente
sobre sus vidas. Aquí se incluyen los componentes de derechos personales, libertad personal
y de elección, tolerancia e inclusión, así como acceso a la educación superior.
Esta dimensión presenta resultados relativamente bajos para las regiones del Perú. Solo
Moquegua, llega a superar los 65 puntos y 18 regiones presentan resultados con un puntaje
menor a 55. Ica, Arequipa, Ancash y Lambayeque son las cuatro regiones que le siguen a
Moquegua.
Urge prestar atención a esta dimensión, la cual suele ser ignorada en distintos índices que
intentan medir el bienestar humano. De acuerdo al marco conceptual del Índice de Progreso
Social, una dimensión central del desarrollo es que las personas puedan desarrollarse en una
sociedad libre de prejuicios u hostilidades que les impidan reconocerse como ciudadanos con
las mismas oportunidades para todos.
Figura 5: Oportunidades de las regiones del Perú
1.4. Moquegua: la región con mejor calidad de vida en el país
El índice es una foto que muestra en qué nivel está la calidad de vida de la población, cómo
se suplen sus necesidades básicas, pues implica el análisis de variables como la educación, la
nutrición, el acceso a salud básica, la seguridad o el saneamiento. 4
Si bien es meritorio el puesto logrado por Moquegua (65.37 puntos), la puntuación alcanzada
por las regiones en general es “baja y preocupante. Lo ideal sería estar alrededor de los 80
puntos, añadió. Moquegua e Ica (65.01) son las dos únicas regiones del país que alcanzan el
nivel “medio bajo” del índice (65 a 74 puntos). Lima Metropolitana obtuvo 64.22 puntos, con
lo cual se ubica en el tercer puesto y en el nivel “medio bajo”.
La Región Moquegua mostro avances en estos últimos años en gran parte de sus indicadores
sociales, producto de una buena gestión, de sus ganancias de competitividad y de una
institucionalidad más sólida. Así, entre el 2004 y 2013 registro una de las mayores reducciones
de pobreza del país (-42,1 puntos porcentuales) y en 2013 tuvo la tercera menor tasa de
pobreza (8,7 %). Asimismo, en algunos indicadores de salud Moquegua ocupa una excelente
Moquegua ha sido dotada de una inmensa riqueza de recursos naturales lo que se refleja en
una dinámica actividad minera. Sin embargo, otras actividades también presentan un elevado
potencial debido a los procesos de eslabonamiento con la minería, como la manufactura, los
servicios y la construcción. Es así que Moquegua ha sabido impulsar todas estas actividades
para surgir y darle una mejor calidad de vida a sus habitantes.
Una de las principales fortalezas de la región es que presenta una base productiva bastante
diversificada que comprende una cartera de productos agrícolas y agroindustriales con una
gran demanda y alto valor agregado; importantes recursos pesqueros, una manufactura
pujante, cuya participación en la producción regional es incluso superior a la de Lima
Metropolitana y Callao; un importante desarrollo hotelero, derivado de los atractivos turísticos
4
(Gestión, 2016)
de Ica; y el dinamismo de los sectores comercio y construcción, vinculado con los mayores
niveles de empleo e ingresos de la población.
Ica sabe aprovechar los recursos que posee, y a la vez beneficiar a la población para que no
solo se desarrolle la región económicamente sino que también mejore su calidad de vida.
Amazonas junto a Pasco y Loreto se ubican en la cola del Ranking de Progreso Social por la
ausencia de políticas de Estado que apunten a mejorar la calidad de sus habitantes y por la
presencia de actividades nocivas, como la minería ilegal.
Amazonas obtuvo el último lugar de todas las regiones del Perú en los siguientes
componentes: Vivienda y servicio público y en acceso a educación superior
Sobre todo en Madre de Dios y Ucayali – la presencia de la minería ilegal, que no solo depreda
el ecosistema de la zona, sino también genera un circulo virtuosos de pobreza en la población
ubicada en estas regiones, y que se dedican a esta actividad.
La situación es distinta en las regiones de Moquegua e Ica, que lideran el ranking de Progreso
Social. Esto se debe a que, en el caso de Moquegua – además de la minería – su Gobierno
Regional ha sabido impulsar cada punto de su economía, lo mismo ocurrió en Ica.
1.7. Evolución del Índice de Progreso Social del Perú – Puesto del Perú a nivel mundial
El índice de progreso social desde el año 2014 muestra un crecimiento en cuanto al progreso
de la mejora de la calidad de vida, a excepción del año 2015 que es el año en el que se obtuvo
el menor puntaje en este estudio: los resultados del 2017 muestran una mejora de 1.38 puntos
respecto a los 70.77 puntos que obtuvo en el 2014, cuando se realizó la primera medición.
Con este resultado el Perú ocupa la posición 47 en el ranking mundial mejorando dos
posiciones. Los resultados de este índice fueron presentados por Centrum Católica y el Social
Progress Imperative como una contribución para que el Estado Peruano le tome el pulso para
auscultar cómo estamos en materia de Progreso Social.
En Fundamentos del Bienestar hay mejoras notables que catapultan al Perú al puesto 34 con
81.55 puntos. El componente Salud y Bienestar es el que mejor desempeño tiene: puesto 15
con 80.78 puntos, un resultado por encima de Chile, Colombia y México.
Esto se debe especialmente a mejoras en el servicio de salud, otro componente que ha
mejorado es el de Calidad Medioambiental.
En la dimensión Oportunidades, hay mejoras pero son leves, lográndose el lugar 48 con 58.3
puntos. El componente con mejor resultado es el de Derechos Personales con el puesto 40,
aunque bastante lejos de Chile (16).
Entre las variables que mejor desempeño tenemos figuran: la Libertad de Expresión, donde
podemos decir que existe casi una completa libertad con puntaje de 15 (puesto 19), mejor que
Colombia que obtiene un 12 en un rango de 0 a 16 (0=ninguna libertad; 16= completa
libertad), o México con 13.
En la mayoría de variables si bien el avance ha sido el esperado, y se han alcanzado mejoras
considerables como en el total de años de educación superior, aún hay mucho por trabajar en
el número de universidades de nivel mundial (resultado de 2 en un rango de 0-10), o en el
porcentaje de estudiantes de educación superior de universidades de nivel mundial (2 en un
rango de 0 a 6).
Pese a los esfuerzos del Programa de Presupuesto por
Resultados del Ministerio de Economía y Finanzas, el nivel de
ejecución de gasto continúa siendo el indicador más popular
para medir la eficiencia de una gestión pública. Ello impide ver
qué tan eficiente está siendo realmente una gestión o si estas
están siendo capaces de traducir su progreso económico en
progreso social. De ahí que el presente estudio puede aportar
al debate respecto a qué significa tener “más” o “menos”
Estado. La solución no pasa simplemente por aumentar las
arcas presupuestales. Es imprescindible que las decisiones
que se tomen en torno a la inversión social sean tomadas de
manera estratégica.
El análisis de estos resultados permite plantear algunas hipótesis interesantes. En primer lugar,
se hace evidente la relación positiva entre crecimiento económico y progreso social, aunque
no es tan fuerte como cuando ésta se analiza a nivel de países. En segundo lugar, no obstante
el evidente crecimiento económico y progreso social alcanzado por Moquegua, el gráfico
revela que, para el nivel de PBI per cápita logrado, el nivel de progreso social podría ser
mayor. Finalmente, resaltan las grandes diferencias en términos de progreso social entre
regiones con igual PBI per cápita. Así, resulta alarmante que Tacna tenga un IPS 1.4 veces
mayor que Madre de Dios, pese a que ambas tienen similares PBI per cápita. ¿Será esta otra
muestra del gran daño que genera la minería ilegal en la calidad de vida de las personas?. Es
igualmente llamativo cómo Apurímac alcanza un IPS similar al de Cusco, cuyo PBI per cápita
es 2.7 veces mayor. ¿Podemos concluir, entonces, que han sido efectivas las políticas sociales
implementadas en regiones como Apurímac, Ayacucho y Huancavelica?.
Esperamos que el IPS regional permita absolver este tipo de dudas, pero sobre todo que se
convierta en una herramienta para identificar las principales brechas a nivel regional y para
diseñar políticas que atiendan eficazmente los problemas reales de cada localidad. Asimismo,
felicitamos a Centrum por este aporte y, desde ya, esperamos que los resultados del próximo
año sean mejores, por el bien del país.
El Índice de Progreso Social (IPS) es un modelo holístico que permite medir el progreso social
de un país y según los reportes del Social Progress Index se entiende como “la capacidad de
una sociedad para satisfacer las necesidades humanas fundamentales de sus ciudadanos,
establecer los elementos básicos que permitan a los ciudadanos y comunidades mejorar y
mantener su calidad de vida, y crear las condiciones para que todas las personas alcancen su
pleno potencial”, es decir, un país debe tener la capacidad de brindarle a sus ciudadanos el
acceso a servicios básicos, darle las herramientas para su propio desarrollo, para lo cual es
necesario un contexto de respeto a las libertades y derechos de sus ciudadanos.
El IPS se caracteriza por utilizar indicadores sociales y ambientales que miden el nivel del
bienestar desde la propia situación del ciudadano. Esto significa que permite medir el
resultado real o el impacto real, más allá de los esfuerzos que hacen los países para mejorar
las condiciones de la vida de la gente. Por ello, este informe se presenta como una herramienta
de trabajo que muestra qué tan eficiente están siendo los países en convertir los logros
macroeconómicos en progreso social.
Esta es la primera vez que se hace una medición subnacional, con los estándares
metodológicos y conceptuales del Social Progress Imperative en el Perú. El Índice de Progreso
Social Regional del Perú grafica la realidad social y ambiental en las 26 regiones del país.
Ello, convierte al IPS Regional Perú 2016 en una magnífica guía para conocer dónde están las
deficiencias, carencias y las brechas que existen tanto a nivel sectorial como geográfico. Por
lo tanto, todos los profesionales vinculados al desarrollo económico y social del país, así como
a la generación de cadenas de valor compartido, pueden y deben utilizar estos resultados para
orientar sus estrategias e inversión social de manera más precisa
A nivel mundial existe consenso en señalar que el crecimiento económico es necesario pero
no suficiente para alcanzar el desarrollo social. En el Perú, esta discusión cobra importancia
si se tiene en cuenta que, como lo resalta el Ministerio de Desarrollo e Inclusión Social, a
pesar de haber crecido económicamente más de 73% entre los años 2001 y 2010, los niveles
de desarrollo del país no se han incrementado en la misma magnitud. Esta situación genera la
necesidad de crear indicadores que, más allá del nivel de riqueza de un país, permitan medir
el bienestar o calidad de vida de las personas.
Es justamente esta necesidad la que busca cubrir el denominando Índice de Progreso Social
(IPS), desarrollado por la organización Social Progress Imperative. El IPS es una herramienta
que, considerando más de 54 indicadores sociales y ambientales divididos en doce
componentes y tres dimensiones, permite valorar el bienestar de las personas mediante un
enfoque holístico e integrador. Al considerar indicadores de resultado, el IPS determina el
impacto real de las diferentes políticas públicas y sociales. En el 2015, el Perú se ubicó en el
puesto 55 de 133 países (11 en Latinoamérica), con un puntaje de 67.23. Noruega lidera el
ranking, con 88.36 puntos, mientras que a la cola está la República Centroafricana.
Al estudiar el nexo entre el PBI y el IPS, confirmamos que existe una relación positiva entre
crecimiento económico y progreso social a nivel mundial: el coeficiente de correlación
positivo entre PBI per cápita e IPS es de 0.78. También vemos que países con un determinado
nivel de riqueza alcanzan un mayor nivel de progreso social. Tal es el caso de Uruguay y
Costa Rica, en Sudamérica. Pero también resaltan casos, como Venezuela, que se sitúan en el
extremo opuesto; es decir, su nivel de bienestar no se condice con su PBI per cápita. ¿Cómo
lograr, entonces, que el crecimiento económico se traduzca efectivamente en una mejor
calidad de vida? Estudiar las experiencias de Uruguay y Costa Rica podría ser un buen punto
de partida para responder a esta pregunta.
Ahora bien, ¿qué sucede cuando queremos analizar al interior de cada país? ¿Refleja el IPS la
realidad de todos los ciudadanos o esconde grandes diferencias? Claramente la respuesta a
estas preguntas depende del país que se estudie; no obstante, para el caso de una nación con
un alto nivel de desigualdad como el Perú, la respuesta evidente es que no. Frente a este
escenario, Centrum Católica, presentó el 17 de mayo el Índice de Progreso Social Regional
Perú 2016, que utiliza la metodología del IPS para medir el progreso social de cada una de las
26 regiones peruanas.
Sus resultados no son muy alentadores. Solo dos regiones (Moquegua e Ica) alcanzan el nivel
“medio alto”, mientras que cinco regiones (Amazonas, Loreto, Ucayali, Pasco y Madre de
Dios) se ubican en el nivel “muy bajo”. Otro aspecto negativo es la marcada diferencia entre
los departamentos de la costa, la sierra y la selva, donde los primeros alcanzan mayor nivel de
bienestar y los terceros muestran los peores índices. Sin embargo, cabe resaltar que el estudio
de Centrum presenta interesantes resultados para cada uno de los componentes considerados
por el IPS.
Para contribuir a la discusión, desde Videnza Consultores queremos aportar al uso de este
índice regional analizando la relación entre el IPS regional y el PBI per cápita regional. El
cuadro siguiente muestra estos hallazgos.
El análisis de estos resultados nos permite plantear algunas hipótesis interesantes. En primer
lugar, se hace evidente la relación positiva entre crecimiento económico y progreso social,
aunque no es tan fuerte como cuando ésta se analiza a nivel de países. En segundo lugar, no
obstante el evidente crecimiento económico y progreso social alcanzado por Moquegua, el
gráfico revela que, para el nivel de PBI per cápita logrado, el nivel de progreso social podría
ser mayor. Finalmente, resaltan las grandes diferencias en términos de progreso social entre
regiones con igual PBI per cápita. Así, resulta alarmante que Tacna tenga un IPS 1.4 veces
mayor que Madre de Dios, pese a que ambas tienen similares PBI per cápita. ¿Será esta otra
muestra del gran daño que genera la minería ilegal en la calidad de vida de las personas?. Es
igualmente llamativo cómo Apurímac alcanza un IPS similar al de Cusco, cuyo PBI per cápita
es 2.7 veces mayor. ¿Podemos concluir, entonces, que han sido efectivas las políticas sociales
implementadas en regiones como Apurímac, Ayacucho y Huancavelica?.
Esperamos que el IPS regional permita absolver este tipo de dudas, pero sobre todo que se
convierta en una herramienta para identificar las principales brechas a nivel regional y para
diseñar políticas que atiendan eficazmente los problemas reales de cada localidad. Asimismo,
felicitamos a Centrum por este aporte y, desde ya, esperamos que los resultados del próximo
año sean mejores, por el bien del país.
2. NIVELES DE COMPETITIVIDAD EN LAS REGIONES
“Las diferencias de competitividad están muy marcadas por las brechas de infraestructura, por
eso no es casual que las regiones que están en el top superior sean las que están más pegadas a
la costa, donde hay mejor infraestructura con procesos avanzados en comunicaciones, red
viales, puertos y aeropuertos".
Con el objetivo de construir una herramienta que refleje las condiciones económico y sociales
de las regiones, el INCORE incluye los últimos datos disponibles de las fuentes oficiales para
cada indicador. De esta manera, el índice también constituye una fuente de información
oportuna que permite la comparación entre regiones y en relación al promedio nacional. El
INCORE intenta replicar, en la medida de lo posible, la metodología usada para el calcular el
Índice Global de Competitividad del Foro Económico Mundial. Como es obvio, variables
relevantes solo a nivel nacional –como, por ejemplo, el nivel de aranceles–, no pueden ser
consideradas en un análisis regional. El INCORE, por tanto, explota las variaciones que se dan
dentro de las regiones y que explican su grado de competitividad.
Según el Consejo Nacional de la Competitividad, las diferencias están muy marcadas por las
brechas de infraestructura, pues en las regiones que lideran el listado hay procesos avanzados
en comunicaciones, red vial.
Lima sigue como el departamento que lidera el Índice de Competitividad Regional 2014/2015
| Fuente: ANDINA
Ocho regiones subieron, otros ocho bajaron y ocho se mantuvieron sin cambios en el Ranking
del Índice de Competitividad Regional (ICR) 2014-2015, informó la directora ejecutiva del
Consejo Nacional de la Competitividad, Angélica Matsuda.
Las regiones de Ancash (0.45) avanzó del décimo al noveno lugar, Madre de Dios (0.45)
retrocedió del noveno al décimo sitio, Piura (0.45) pasó del puesto N° 12 al N° 11, Cusco (0.42)
subió de la posición N° 13 al N° 12, Junín (0.42) cayó en dos posiciones del N° 11 al N° 13,
Pasco (0.38) trepó del N° 17 al N° 14, Ayacucho (0.37) también subió tres lugares del N° 18
al N° 15 y Apurímac (0.37) retrocedió del N° 15 al 16, todos se ubican en el tercio medio.
Y en el tercio inferior están San Martín (0.37) que bajó del N° 16 al 17, Puno (0.36) fue el que
más bajó de la casilla 14 a la 18, Cajamarca (0.35) subío dos de la 21 a la 19 casilla, Amazonas
(0.33) se mantuvo en la posición n° 20, Ucayali (0.32) retrocedió dos de la 19 a la 21, Huánuco
(0.32) se mantuvo en la 22, Loreto (0.31) escaló del lugar 24 al 23, mientras que Huancavelica
descendió al último lugar, y es la región con menor nivel de competitividad a nivel nacional.
2.6. Las Regiones Que Más Avanzaron Y Las Que Más Retrocedieron
Ucayali fue una de las cuatro regiones que registró mayor avance en posiciones en el
INCORE 2017, al subir dos posiciones y alcanzar el puesto 14. Ucayali mejoró
posiciones en cuatro de los seis indicadores.
El avance de la región se explica por las mejoras en los pilares Instituciones y
Educación en cuatro y tres posiciones, respectivamente. El avance del primer pilar se
debe a la mejora en los indicadores de criminalidad (5 posiciones) y conflictos sociales
(3 posiciones). El avance del segundo pilar responde a la mejora de la asistencia escolar
primaria y secundaria (4 posiciones).
Lambayeque también avanzó dos posiciones en el índice general, al ascender del puesto
8 al 6. El mejor desempeño se debe a la mejora en cinco de los seis pilares y en 21 de
los 45 indicadores. Destaca el avance de cuatro y tres posiciones en los pilares de
Educación e Instituciones, respectivamente. En el ámbito educativo, Lambayeque
avanzó en los indicadores de asistencia escolar inicial (7 posiciones) y el rendimiento
en matemáticas (3 posiciones). En el pilar Instituciones, la región avanzó en los
indicadores conflictos sociales (5 posiciones) y de homicidios (4 homicidios).
Ayacucho fue otra de las cuatro regiones que subió dos lugares y alcanzó el puesto 15.
De esta manera, escaló posiciones en 21 de los 45 indicadores y alcanzó el tercio medio
en competitividad. El desempeño regional se explica por la mejora en los pilares
Laboral y Entorno Económico de tres y una posición, respectivamente. En el ámbito
laboral, registró un notable avance en el ritmo de crecimiento del empleo formal (14
posiciones); mientras que en el pilar Entorno Económico, mejoró en los indicadores
disponibilidad de servicios financieros (4 posiciones) y acceso al crédito (3 posiciones).
La Libertad también registró un avance de dos posiciones y alcanza, por primera vez,
el primer tercio de competitividad. Dicha región mejoró en cinco de los seis pilares,
entre los que destaca el mejor desempeño en los pilares Entorno Económico (5
posiciones), por el avance en los indicadores gasto real por hogar (3 posiciones) e
incremento del gasto real por hogar (3 posiciones), y Educación (3 posiciones) por la
mejora en la asistencia escolar a inicial (6 puestos).
Huancavelica es una de las tres regiones que más retrocedió, al caer tres posiciones y
ubicarse en el puesto 22. Dicho descenso responde, principalmente, al peor desempeño
del pilar Laboral (6 posiciones) ante la caída en los indicadores de creación de empleo
formal (16 posiciones) y del desempleo juvenil urbano (10 posiciones). Además, el
deterioro del pilar Instituciones (6 posiciones) se debe a la caída en los indicadores
resolución de expedientes judiciales (16 posiciones) y la percepción de la gestión
pública (7 posiciones).
Madre de Dios también retrocedió tres posiciones y alcanza el puesto 9, por lo que dejó
el tercio superior de competitividad. La región descendió en cinco de los seis pilares y
en 17 de los 45 indicadores. El retroceso se explica, principalmente, por el descenso en
los pilares Entorno Económico y Educación de tres y cuatro posiciones,
respectivamente. En el primer pilar, la caída responde a un peor desempeño en el
indicador de disponibilidad de servicios financieros (1 posición); mientras que, en el
segundo pilar, al retroceso en la asistencia escolar primaria y secundaria (7 posiciones)
Apurímac es la tercera región que disminuyó en tres posiciones y se ubica en el puesto
18. De esta manera, Apurímac regresó al tercio inferior de competitividad luego de tres
años. Dicho resultado se explica por el peor desempeño en los pilares Laboral (13
posiciones) y Entorno Económico (6 posiciones).
El retroceso en el primer pilar responde a una severa caída en los indicadores creación
del empleo formal (20 posiciones) y brecha de género por trabajo (8 posiciones). El
retroceso del segundo pilar se debe a la caída en los indicadores incremento del gasto
real por hogar (9 posiciones) y gasto real por hogar (3 posiciones).
En el ranking de competitividad a nivel nacional, Lima obtuvo 72,66 puntos, seguida del Callao
con 50,36, Moquegua con 44,37, Tacna con 44,21 y Arequipa con 43,51 puntos.
No obstante se advierte grandes diferencias entre regiones, por ejemplo, a pesar de encontrarse
completamente interconectados, Lima Metropolitana es 1,44 veces más competitiva que la
región Callao.
Las regiones que se encuentran en similar nivel son Moquegua y Tacna, las cuales sumadas a
Lima Metropolitana, Callao, Arequipa, Ica, La Libertad, Lambayeque y Lima Provincias,
conforman las 9 regiones con mayor índice de competitividad y se caracterizan por ser costeras.
Estas 9 primeras posiciones, se han mantenido a lo largo de cada una de las entregas del ICRP
que realiza Centrum Católica.
Arturo Bris, director del IMD de Lausanne, Suiza, detalló que en el ranking de competitividad
global el Perú se ubica en el puesto 54 de 61 países. Este resultado significa un retroceso
respecto al 2014, en donde se ocupó el puesto 50, y lejos del puesto 35 que se ocupó en el 2008.
Aclaró que en la región, Perú se ubica a mitad de tabla, aunque explicó que existen factores
externos como la caída del precio de los metales que han menguado el desempeño de nuestra
economía.
Bris recomendó al Perú seguir ejemplos como los de Tailandia que han basado su crecimiento
económico en servicios y sobre todo en el turismo receptivo, además de mejorar la calidad del
sistema educativo y la colaboración tecnológica.
Amazonas avanzó un puesto en el índice general del INCORE. La mejora responde al buen
desempeño en los pilares Laboral y Entorno Económico. En el primero, por la significativa
reducción del desempleo juvenil urbano. En el segundo, debido a un mayor presupuesto público
per cápita y un mayor ritmo de crecimiento del gasto real de los hogares.
El Índice de Progreso Social fue creado para medir el éxito de los países más allá de
indicadores económicos como el PIB per cápita. El progreso social se trata acerca de
la satisfacción de las necesidades básicas de alimento, agua potable, vivienda y
seguridad para todas las personas. Se trata de vivir vidas largas y saludables, de
proteger al medio ambiente. Se trata de educación, libertad y oportunidades.
Cabe resaltar, además, según la esencia de lo que promueve el Social Progress
Imperative, que la publicación del presente estudio, no significa la culminación de un
trabajo. Por el contrario, es a partir de la publicación de estos resultados que las redes
nacionales de Progreso Social pretenden promover dinámicas de articulación público
– privadas para colocar las prioridades, necesidades y urgencias reales de los
ciudadanos en la agenda pública. En definitiva, el Índice de Progreso Social ha sido
diseñado exclusivamente para complementar, no para reemplazar al PBI. Usados en
conjunto, ambos indicadores dan cuenta de dinámicas virtuosas de crecimiento
inclusivo que es imprescindible fortalecer en el Perú de manera mancomunada.
BIBLIOGRAFÍA
Banco Central de Reserva del Perú. (2014). Informe Económico y Social refión Moquegua.
Moquegua.