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SEPAR-2008
sobre la
Tuberculosis
y la Solidaridad
Libro del año
EditorialRespira
5
Libro del año SEPAR
ISBN: 78-84-936373-7-8
D.L.: B-24125/09
1
Índice
Prólogo 5
1
5
PRÓLOGO
La tuberculosis (TB) ha sido siempre la enfermedad de la injusticia y el fiel reflejo
de las situaciones de inequidad que siempre se han dado a lo largo de toda la histo-
ria. Por ello, no es de extrañar que, en la actualidad, en este mundo que cada año
constata un peor reparto de la riqueza y un incremento constante de la pobreza,
la TB siga siendo la enfermedad infecciosa humana más importante. Y esto a pesar
de conocerse tratamientos eficaces para curar la enfermedad desde hace más de 50
años y de la eficacia de nuestro sistema inmune que consigue controlar la infección
y la enfermedad en la mayoría de las personas expuestas. A esta pésima distribu-
ción de la riqueza en el mundo se están uniendo otros importantes condicionantes
sociales (infección por el VIH, migraciones masivas, falta de programas efectivos
contra la enfermedad…) que colaboran de manera significativa a inclinar la balanza
del lado del Mycobacterium tuberculosis en su milenaria batalla contra la especie
humana.
5
Un nuevo ejemplo de la implicación social que siempre ha tenido la Sociedad Es-
pañola de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR) y que se incrementa año a año
fue el de dedicar el año 2008 a la Tuberculosis y Solidaridad. Los objetivos que se
marcaron al inicio de este año fueron:
6
• Se construyó una gran carpa audio-visual itinerante donde se daba informa-
ción sencilla y fácilmente comprensible sobre la TB. Problemas de financia-
ción ligados a la crisis económica que nos afecta han hecho que sólo haya
sido posible exponerla en dos ciudades, Barcelona y La Coruña.
• Se ha colaborado de una manera intensa y decisiva en el desarrollo del “Ma-
nual de Manejo de la TB de las Instituciones Penitenciarias”, que se ha pu-
blicado en 2009.
• También se ha colaborado intensamente con otros organismos y sociedades
como la Sociedad Española de Infectología y Microbiología Clínica
(SEIMC), las revisiones Cochrane, etc.
Por último, en el intenso trabajo desarrollado por SEPAR durante este año, se
ha conseguido editar el presente libro, con el que se podría decir que culmina este
año de actividades específicas. Como se puede apreciar, este libro consta de cuatro
grandes fascículos:
7
mica de este año 2008 ha dificultado bastante las acciones, sobre todo porque no
hay que olvidar que la TB es una enfermedad de pobres que interesa muy poco a los
que tienen los recursos económicos. Afortunadamente, una noticia positiva y muy
reciente es que está naciendo la “Plataforma SEPAR contra la Tuberculosis y por la
Solidaridad” como iniciativa estable que da continuidad al año SEPAR-2008 y que
permitirá continuar el camino iniciado.
8
LIBRO DEL AÑO SEPAR-2008
SOBRE LA TUBERCULOSIS Y LA SOLIDARIDAD
Coordinadores:
Rafael Blanquer. Hospital Dr. Pesset. Valencia
José A. Caminero. Hospital Dr. Negrín. Las Palmas de Gran Canaria
Joan A. Caylà. Director PII TB. Agència de Salut Pública. Barcelona
José M. García. Hospital San Agustín de Avilés. Asturias
Joan Ruiz-Manzano. Hospital Germans Trias i Pujol. Badalona. Barcelona
Rafael Vidal. Hospital Vall d’Hebrón. Barcelona
Investigación de campo:
Teresa Rodrigo. Fundación RESPIRA de SEPAR. Barcelona
Estadístico:
Martí Casals. Fundación RESPIRA de SEPAR. Barcelona
9
10
Índice
Colaboradores 12
Introducción 15
Resultados 21
Discusión 28
Conclusiones 30
Recomendaciones 31
Bibliografía 32
11
COLABORADORES
12
Lloret Pérez Tomás. Hospital General Universitario de Valencia (Valencia)
Marín Royo Margarita. Hospital General de Castellón (Castellón)
Martínez Lacasa Javier Tomás. Hospital Mutua de Terrasa (Terrasa)
Martínez Moragón Eva. Hospital de Sagunto (Sagunto)
Martínez Sanchís Adela. Hospital de La Marina Baixa (Villajoyosa)
Medina Gallardo Juan Francisco. Hospital Universitario Virgen del Rocío (Sevilla)
Melero Moreno Carlos. Hospital 12 de Octubre (Madrid)
Milà Augé Celia. Unidad Prevención y Control Tuberculosis Barcelona (Barcelona)
Mir Viladrich Isabel. Hospital Son Llatzer (Palma de Mallorca)
Morales Gordillo Miguel Ángel. Hospital Cruz Roja Inglesa (Ceuta)
Moreno Celda Victoria. Hospital Carlos III (Madrid)
Muñoz Cabrera Luis. Hospital Reina Sofía (Córdoba)
Muñoz Esteban Carmen. Hospital Clínico Universitario de Valencia (Valencia)
Muñoz-Calero Martínez José Antonio. Hospital Universitario Central (Oviedo)
Parra Parra Isabel. Hospital Universitario Virgen de la Arrixaca (El Palmar)
Pascual Pascual Teresa. Hospital de Cabueñes (Gijón)
Penas Truque Antón. Complejo Hospitalario Xeral-Calde (Lugo)
Pérez Fernández José Antonio. Hospital Arnau de Vilanova (Valencia)
Rivas López Piedad. Hospital Virgen Blanca (León)
Ruiz Manzano Joan. Hospital Universitario Germans Trias y Pujol (Badalona)
Sala Barbany Joan. Hospital Universitario Joan XXIII (Tarragona)
Sánchez Benítez de Soto Mª Luisa. Unidad Tuberculosis Distrito Poniente (Almería)
Sánchez Martínez Paquita. Hospital del Mar (Barcelona)
Trujillo Santos Eugenio. Complejo Hospitalario de Ávila (Ávila)
Valencia Ortega Mª Eulalia. Hospital Carlos III (Madrid)
Vargas Puerto Antonio. Hospital Universitario Puerto Real (Cádiz)
Vidal García Iria. Complejo Hospitalario Juan Canalejo (La Coruña)
Vidal Pla Rafael. Hospital Vall d’Hebró (Barcelona)
Vizcaya Sánchez Manuel. Complejo Hospitalario Universitario de Albacete (Albacete)
Zabaleta Murguiondo Miguel. Hospital de Laredo (Laredo)
Zubillaga Garmendia Gabriel. Hospital Donosita-San Sebastián (San Sebastián)
13
14
ESTUDIO DEL CUMPLIMIENTO TERAPÉUTICO
EN LA TUBERCULOSIS EN ESPAÑA (ESTUDIO ECUTTE)
Programa Integrado de Investigación en
Tuberculosis (PII-TB) de SEPAR
INTRODUCCIÓN
15
Desde la realización de este proyecto, se observó una tendencia descendente de
la TB en España, encontrándose una incidencia de todas las formas de 26,7 ca-
sos/100.000 habitantes en 19997, disminuyendo estas cifras por debajo de los 20
casos/100.000 habitantes según el registro EDO en el año 2001. Aunque debe te-
nerse en cuenta que España es un país en el que el sistema de EDO presenta una
subnotificación importante (aproximadamente se está aportando un 40% de las
cifras reales8).
Por otra parte, desde el Área TIR de SEPAR se publicó un estudio sobre
el cumplimiento terapéutico15 del tratamiento para la tuberculosis, basado en
una cohorte de pacientes seguida durante el año 1999 y 2000. Los resultados
indicaban que el status de inmigrante se asociaba con un peor cumplimiento
terapéutico.
16
OBJETIVO PRINCIPAL
OBJETIVOS SECUNDARIOS
17
Figura 1.
18
Yo, .................................................................................................................
(nombre y apellidos del médico que informa)
declaro que he informado verbalmente al paciente:
D............................................................................................... Acerca de la enfermedad
(____________________________) que padece actualmente, de sus implicaciones clíni-
cas, de la intervención terapéutica que le propongo y que queda reflejada en su Historia
Clínica, de los riesgos de no seguir el tratamiento recomendado, de las recomendaciones
higiénico dietéticas que su estado aconsejan y de la frecuencia de las revisiones clínicas
que debe efectuar.
Así mismo le he informado que los datos de su Historia Clínica podrán ser utilizados
solamente con fines científicos y/o docentes, siempre bajo el amparo de la Ley Orgánica
de Protección de Datos de Carácter Personal (15/1999) asegurándole que nunca se podrá
identificar su nombre con sus datos clínicos.
Se excluyeron:
• Pacientes en los que esté contraindicado iniciar tratamiento estándar para la TB.
Con las variables aportadas se creó una base de datos de cuyo análisis se
obtuvieron los indicadores, objetivos del estudio. Dicho análisis se ha basado
19
Tabla 1.
V1 V2 V3 V4
Selección 2 Meses 6 Meses 9,12,18 Meses
(Opcional)
Criterios de inclusión/exclusión X
Datos sociodemográficos X
Hábitos tóxicos X
Datos antropométricos X X X X
Historia clínica X
Métodos diagnósticos empleados X
Tratamiento farmacológico X X X* X
Evolución clínica X X X
Adherencia al tratamiento X X X
Recogida de muestras X X X X
Estudio de sensibilidad X
Resultado del tratamiento X X
*En el caso de continuar otro periodo de tratamiento
20
RESULTADOS
Figura 2.
Los resultados que se presentan en este documento son los obtenidos de las 1.500
encuestas aportadas desde el 1 de enero de 2006 hasta marzo de 2007, aunque las
conclusiones finales de la totalidad de los casos no estuvieron disponibles hasta di-
ciembre del año 2007. De estas encuestas se descartaron 10 por no cumplir alguno
de los criterios de inclusión, por lo que el número total de pacientes analizados es
de 1.490.
21
El 61% de los casos se han presentado en varones y el 36% en mujeres (Figura 3).
Figura 3.
Figura 4.
Figura 5.
22
Un 30,1% de los casos se han dado en población extranjera (procedentes de 48
países distintos) principalmente de Rumanía (13,7%), Bolivia (13,5%), Marruecos
(11,5%), Paquistán (9,5%), Ecuador (7,5%) (Figura 6).
Figura 6.
La distribución según los factores de riesgo indica que el 42,3% de los pacientes
eran fumadores, el 25,2% consumían alcohol, el 1,4% eran adictos a drogas, el
4,4% eran VIH positivos y el 7,7% padecían algún otro tipo de inmunodeficiencia.
Nº casos Porcentaje
BK (+) 876 58,7
BK (-) / Cult. (+) 334 22,4
BK (-) / Cult. (-) / Otros (-) 204 13,6
Otros (+) 79 5,3
Total 1493 100,0
23
Las cifras de retraso diagnóstico (mediana de días transcurridos entre la aparición
de los síntomas y el inicio del tratamiento en casos de tuberculosis pulmonar con
baciloscopia positiva) son de 48 días y muestran que éste es mayor en la población
autóctona: 51 días vs 41 días en población extranjera.
Los indicadores muestran que el 10,2% de los casos han realizado Terapia Di-
rectamente Observada (TDO) y el 9,3% han tenido dificultades para entender las
indicaciones dadas por su médico.
La Tabla 4 presenta los resultados finales de las terapias destacando que el 88,3%
de los casos han curado o completado el tratamiento. Un 1,7% de los pacientes han
abandonado el tratamiento y un 4,2% de los casos se han perdido y se desconoce
si han completado o no la terapia.
24
Tabla 4. Distribución según el resultado final de la terapia
La letalidad hallada es del 1,8% y la edad, el estar jubilado, estar infectado por
el virus de la inmunodeficiencia humana, ser usuario de drogas por vía parenteral,
la dificultad de comprensión de las indicaciones dadas al paciente y el realizar el
25
Tabla 6. Factores asociados al abandono de la terapia
*Tampoco influyen en el análisis bivariado: resistencia, alcohol, ser fumador, radiología, y localización.
IC: Intervalo de Confianza; OR: Odds ratio
26
tratamiento directamente observado, son los factores predictores de muerte en el
análisis multivariado de las variables estudiadas (Tabla 7).
27
DISCUSIÓN
Cabe destacar en el estudio dos cosas de interés: por un lado, el importante nú-
mero de colaboradores y la amplitud de la muestra; y, por otro, el hecho de que se
conocen las conclusiones finales del 100% de los casos analizados a través de un
exhaustivo seguimiento de las encuestas.
Así mismo, hay que hacer constar que las diferencias en los porcentajes de casos
que constan en el mapa de las distintas CCAA no implican diferencias de tasas de
incidencia entre unas y otras sino que hay CCAA en las que han participado un
mayor número de colaboradores.
El número de casos a los que se les ha realizado antibiograma está muy alejado
del 100% que la Organización Mundial de la Salud y la Unión Internacional de
Lucha contra la Tuberculosis recomiendan (estudio sistemático de la resistencia a
fármacos antituberculosos de primera línea de todas las cepas de Mycobacterium
tuberculosis aisladas)17 y, a pesar de que los estudios publicados en nuestro país
presentan notables diferencias metodológicas que dificultan su comparación y la
obtención de conclusiones sobre la prevalencia nacional de resistencias, el presente
trabajo permite afirmar que existe un aumento progresivo de las mismas (tanto glo-
bales como primarias)18-20, y que son especialmente elevadas entre la población in-
migrante. Ello avala la necesidad de realizar estudios a nivel nacional para conocer
cifras definitivas de sensibilidad a fármacos que confirmen la conveniencia de usar
tres o cuatro fármacos en el tratamiento de los enfermos iniciales de tuberculosis y
que permita conocer cifras de multirresistencias en España.
28
de inmigrantes a los que se trata con tres fármacos indica que existen todavía un
elevado número de terapias incorrectas que pueden contribuir al aumento de las
resistencias.
Cuando analizamos los resultados sobre tasas de cumplimiento se observa que aun-
que son algo inferiores a cifras publicadas por el Programa de Control de Tuberculo-
sis de Barcelona (95,9%)26, se pueden considerar mejores a las publicadas por el gru-
po TIR de la SEPAR en 2004 (95%)27 pues en el denominador utilizado para hallar
las tasas en este último, se han sumado curados, completados y abandonos mientras
en el estudio ECUTTE se han sumado curados, completados, abandonos y perdidos
(si se hubiese utilizado el mismo denominador la tasa de cumplimiento obtenida en
ECUTTE sería del 98,1%). No obstante, si se comparan las tasas con las publicadas
en series de otros países, el cumplimiento de la terapia antituberculosa en España
es elevada: EE.UU28 (91,2%); San Francisco29 (88,6%); Noruega30 (83%); Europa31
(69%). No obstante, hay que hacer hincapié en que las tasas referidas son globales
pero, si analizamos separadamente las de pacientes autóctonos e inmigrantes, las
de estos últimos bajan notoriamente y que el porcentaje de casos de tuberculosis en
esta población es cada vez mayor lo cual puede llevar a la situación de países como
Noruega con tasa de cumplimiento global inferior a las de nuestro país pero con un
porcentaje de casos de TB en pacientes extranjeros del 61%.
El análisis multivariado nos indica en qué tipo de pacientes debe ponerse especial
interés en mejorar el cumplimiento del tratamiento mediante Terapia Directamente
Observada (TDO). Con respecto a la TDO, es poco indicativo saber que se aplica
en un 10,9% de los pacientes. Sería necesario para valorar el alcance de esta me-
dida definir a qué pacientes debía aplicarse sistemáticamente y qué porcentaje de
ellos la recibe.
29
estándar (como aquellos con resistencias conocidas), con lo que la frecuencia de pa-
cientes como por ejemplo los VIH o usuarios de drogas o pacientes de edad avanzada
es baja. Los factores de letalidad son los lógicos, pues se confirma una mayor mor-
talidad entre la población más sensible y de mayor riesgo, pero también indican que
hay que poner especial atención en la adherencia al tratamiento entre esta población
y realizar un importante esfuerzo para conseguir una mejor comprensión de la enfer-
medad y de la necesidad del correcto cumplimiento de la terapia mediante la inter-
vención de trabajadores de salud33, entre la población que presenta dicha dificultad.
Los resultados obtenidos hasta ahora mediante el estudio ECUTTE indican que si
no tenemos en cuenta que sigue siendo el patógeno que mayor número de muertes
produce y no tomamos todas aquellas medidas que ayudan a su control, la situación
de España con respecto a la enfermedad no sólo no mejorará, sino que la situación
social actual puede producir un notorio aumento de su incidencia.
CONCLUSIONES
El análisis multivariado indica que ser inmigrante, vivir solo, ser indigente, estar
infectado por el VIH y la difícil comprensión por parte del paciente, son los facto-
res que se asocian al incumplimiento de la terapia.
30
RECOMENDACIONES
Es preciso reducir el retraso diagnóstico y para ello hay que tener en cuenta que
algunos estudios indican que el 50% de su origen está en el paciente, pero el 75%
de la causa debida al sistema sanitario reside en el médico.
31
BIBLIOGRAFÍA
32
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33
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Workers for the control of tuberculosis in a city with recent and massive immigration.
Submitted.
34
LIBRO DEL AÑO SEPAR-2008
SOBRE LA TUBERCULOSIS Y LA SOLIDARIDAD
Coordinadores:
Rafael Blanquer. Hospital Dr. Pesset. Valencia
José A. Caminero. Hospital Dr. Negrín. Las Palmas de Gran Canaria
Joan A. Caylà. Director PII TB. Agència de Salut Pública. Barcelona
José M. García. Hospital San Agustín de Avilés. Asturias
Joan Ruiz-Manzano. Hospital Germans Trias i Pujol. Badalona. Barcelona
Rafael Vidal. Hospital Vall d’Hebrón. Barcelona
Investigación de campo:
Teresa Rodrigo. Fundación RESPIRA de SEPAR. Barcelona
Estadístico:
Martí Casals. Fundación RESPIRA de SEPAR. Barcelona
35
36
Índice
Colaboradores 38
Introducción 41
Resultados 45
Discusión 50
Bibliografía 55
37
COLABORADORES
38
Lloret Pérez Tomás. Hospital General Universitario de Valencia (Valencia)
Marín Royo Margarita. Hospital General de Castellón (Castellón)
Martínez Lacasa Javier Tomás. Hospital Mutua de Terrasa (Terrasa)
Martínez Moragón Eva. Hospital de Sagunto (Sagunto)
Martínez Sanchís Adela. Hospital de La Marina Baixa (Villajoyosa)
Medina Gallardo Juan Francisco. Hospital Universitario Virgen del Rocío (Sevilla)
Melero Moreno Carlos. Hospital 12 de Octubre (Madrid)
Milà Augé Celia. Unidad Prevención y Control Tuberculosis Barcelona (Barcelona)
Mir Viladrich Isabel. Hospital Son Llatzer (Palma de Mallorca)
Morales Gordillo Miguel Ángel. Hospital Cruz Roja Inglesa (Ceuta)
Moreno Celda Victoria. Hospital Carlos III (Madrid)
Muñoz Cabrera Luis. Hospital Reina Sofía (Córdoba)
Muñoz Esteban Carmen. Hospital Clínico Universitario de Valencia (Valencia)
Muñoz-Calero Martínez José Antonio. Hospital Universitario Central (Oviedo)
Parra Parra Isabel. Hospital Universitario Virgen de la Arrixaca (El Palmar)
Pascual Pascual Teresa. Hospital de Cabueñes (Gijón)
Penas Truque Antón. Complejo Hospitalario Xeral-Calde (Lugo)
Pérez Fernández José Antonio. Hospital Arnau de Vilanova (Valencia)
Rivas López Piedad. Hospital Virgen Blanca (León)
Ruiz Manzano Joan. Hospital Universitario Germans Trias y Pujol (Badalona)
Sala Barbany Joan. Hospital Universitario Joan XXIII (Tarragona)
Sánchez Benítez de Soto Mª Luisa. Unidad Tuberculosis Distrito Poniente (Almería)
Sánchez Martínez Paquita. Hospital del Mar (Barcelona)
Trujillo Santos Eugenio. Complejo Hospitalario de Ávila (Ávila)
Valencia Ortega Mª Eulalia. Hospital Carlos III (Madrid)
Vargas Puerto Antonio. Hospital Universitario Puerto Real (Cádiz)
Vidal García Iria. Complejo Hospitalario Juan Canalejo (La Coruña)
Vidal Pla Rafael. Hospital Vall d’Hebron (Barcelona)
Vizcaya Sánchez Manuel. Complejo Hospitalario Universitario de Albacete (Albacete)
Zabaleta Murguiondo Miguel. Hospital de Laredo (Laredo)
Zubillaga Garmendia Gabriel. Hospital Donosita-San Sebastián (San Sebastián)
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40
CARACTERÍSTICAS DIFERENCIALES DE LA TUBERCULOSIS
EN INMIGRANTES RESIDENTES EN ESPAÑA
Programa Integrado de Investigación en
Tuberculosis (PII-TB) de SEPAR
INTRODUCCIÓN
Desde el inicio de la década de los 90 se detecta, en varios de los países más in-
dustrializados, una desaceleración en el descenso de sus tasas de TB, e incluso en
algunos un cambio en su tendencia, que se atribuyó a las circunstancias citadas y a
deficiencias en las infraestructuras de salud pública. En los países con baja preva-
lencia de TB ha disminuido su incidencia en autóctonos mientras ha aumentado en
extranjeros, sobre todo en aquellos que proceden de países con altas tasas de TB
que pueden estar infectados. Los recién llegados y los indocumentados no suelen
acceder al sistema sanitario, han viajado y viven en peores condiciones. Además, es
más probable que tengan resistencia o MDR.
41
En EE.UU, Canadá y varios países europeos se constató que el aumento de nuevos
casos de TB se debía al incremento del porcentaje entre ellos de pacientes extranje-
ros, que sobrepasaban el 50% y en algún caso llegaba al 68%, con tasas muy supe-
riores a las de los autóctonos de dichos países3, desarrollándose distintos programas
para el diagnóstico y control de la TB en el inmigrante, con resultados variables que
deben revisarse en términos de derechos humanos y costo-eficacia4.
42
El objetivo de nuestro estudio es determinar la influencia de la inmigración en
la incidencia anual de la tuberculosis en nuestro país, las características y circuns-
tancias diferenciales, si las hay, entre pacientes autóctonos e inmigrantes e, indirec-
tamente, valorar el cumplimiento de consensos y normativas por los neumólogos
españoles y la eficacia de nuestro sistema sanitario ante el fenómeno.
De acuerdo con las Directrices Internacionales para la Revisión Ética de los Es-
tudios Epidemiológicos (Council for the International Organizations of Medical
Sciences -CIOMS-, Ginebra, 1991) y las recomendaciones de la Sociedad Española
de Epidemiología (SEE) sobre la revisión de los aspectos éticos de la investigación
epidemiológica, el presente estudio fue sometido, para su evaluación, al Comité
Ético de Investigación Centro Médico Teknon de Barcelona. Todos los registros
que identificaban a los sujetos fueron confidenciales y tratados de acuerdo con la
Ley 15/1999 de Protección de Datos de Carácter Personal.
43
Figura 1.
44
Análisis estadístico: se realizó un estudio descriptivo de las variables cualitativas y
cuantitativas recogidas para caracterizar la población estudiada. Se analizó la distribu-
ción de frecuencias y se calcularon medidas de tendencia central, desviación estándar
e intervalos de confianza al 95% (IC). La comparación de proporciones entre grupos
se realizó mediante la prueba de chi cuadrado, con el test de Fisher bilateral cuando
ha sido pertinente. La comparación de variables cuantitativas se realizó mediante la
prueba de la t de Student o su equivalente no paramétrico, U de Mann-Whitney, en
caso de no cumplirse los supuestos de normalidad y homogeneidad de varianzas. Las
medidas de asociación se calcularon mediante odds ratios (OR) con sus IC. El análi-
sis de factores asociados al abandono del tratamiento, a la letalidad y a la aparición
de resistencias se analizó mediante regresión logística (método stepwise) incluyendo
de forma exploratoria todos aquellos factores que pudieran influir en el mismo. Se
consideró significativo un valor “p” menor de 0,05. Los análisis se realizaron con el
paquete estadístico SPSS, versión 13.0 (SPSS Inc, Chicago, IL, USA).
RESULTADOS
La mayoría eran varones (60,2%) (Figura 4), casi en su totalidad en edad com-
prendida entre los 18 y los 50 años (93,5%) (Figura 5), profesionalmente activos
(72,3%), que viven en familia o en grupo (88,4%), que proceden en general de los
Figura 2.
45
Figura 3.
Figura 4.
Figura 5.
46
servicios de urgencias (53,6%), con tuberculosis pulmonar (80,1%), tratamiento
inicial con 4 drogas (82,2%), una parte importante tiene antecedentes de trata-
miento antituberculoso previo (9,1%), y en general (83,9%) comprenden bien lo
que es la tuberculosis y su tratamiento. En lo que a factores de riesgo se refiere,
tienen baja frecuencia de VIH, ADVP, consumo de tabaco y de alcohol. Las cifras
Tabla 2. Distribución de pacientes en función de las variables estudiadas y análisis bivariado de inmi-
grantes versus autóctonos
(Continúa)
47
(Continuación)
Tabla 2. Distribución de pacientes en función de las variables estudiadas y análisis bivariado de inmi-
grantes versus autóctonos
48
En el análisis bivariado con respecto a la población autóctona (Tabla 2), se aprecian
diferencias significativas en muchas de las variables estudiadas. Dichas variables son:
pertenencia a los grupos de edad 18-30 y 31-50, mayor proporción de paro, convi-
ven más en grupo, proceden más de urgencias o de atención primaria que del médico
especialista, padecen con más frecuencia formas extrapulmonares o mixtas, hay una
menor proporción de fumadores y consumidores de alcohol, a la mayoría se les pres-
cribe tratamientos con 4 drogas, son más resistentes, abandonan más tratamiento, se
les aplica TDO con mayor frecuencia y la comprensión es más difícil.
El estudio multivariado indica que las variables que diferencian de forma signi-
ficativa a la TB en población inmigrante respecto a la autóctona son: los grupos
de edad de 18-30 (OR:3,08;IC:1,70-5,56) y de 31 a 50 (OR:2,90;IC:1,62-5,20);
49
el paro (OR:6,74;IC:2,53-17,90); viven más en grupo (OR:6,16;IC:2,64-14,35);
proceden más de Urgencias Hospitalarias (OR:1,98;IC:1,21-3,23); consumen me-
nos tabaco (OR:2,92;IC:2,13-4,03) o alcohol (OR:2,02;IC:1,35-3,04); mayor di-
ficultad de comprensión (OR:3,91;IC:2,32-6,59) (Tabla 3).
El estudio sobre resistencias indica que tanto las resistencias globales (18,3%
vs 7,9%) como las primarias (16,6% vs 6,6%) presentan diferencias significativas
entre inmigrantes y autóctonos (p<0,001 y p<0,001 respectivamente). Lo mismo
ocurre con las multirresistencias (p=0,001; OR:10,14;IC:1,99-69,50) (Tabla 5).
DISCUSIÓN
50
Tabla 5. Diferencias en la distribución de resistencias entre inmigrantes y autóctonos
tencias iniciales conocidas a los fármacos antituberculosos, hemos analizado las dife-
rencias entre los pacientes autóctonos y los inmigrantes procedentes de otros países.
51
personas inmigrantes que llegan a España principalmente por motivos económicos,
por lo que suelen ser jóvenes y en edad laboral activa; teniendo en cuenta además
que la inmigración es un hecho relativamente reciente en nuestro país (dos últimas
décadas), la proporción de personas mayores de 50 años es mucho menor en inmi-
grantes que en la población general.
52
educativa, como los agentes comunitarios de salud que actúan como mediadores
culturales y traductores.
Los pacientes con MDR y XDR han sido más frecuentes entre inmigrantes aun-
que el número de casos es pequeño, por lo que la diferencia se ha de valorar con
precaución. Hay que tener en cuenta, además, que en el estudio se excluían pacien-
tes con resistencias conocidas, lo cual también es una limitación para demostrar las
diferencias de frecuencia en MDR y XDR entre inmigrantes y autóctonos que han
sido demostradas en otros estudios14,15.
53
como factores de riesgo de tuberculosis el vivir en grupo y la compresión difícil,
procedían con mayor frecuencia de los servicios de urgencias, consumían menos
alcohol y tabaco, tenían menor porcentaje de éxitos en el tratamiento con mayor
pérdida de seguimiento, abandono del tratamiento y traslado a otras zonas y, por
último, con un mayor porcentaje de resistencias globales y primarias tanto totales
como a isoniacida y a rifampicina así como MDR.
54
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56
LIBRO DEL AÑO SEPAR-2008
SOBRE LA TUBERCULOSIS Y LA SOLIDARIDAD
Coordinador:
Juan Ruiz Manzano. Servicio de Neumología
Hospital Universitario Germans Trias y Pujol. Badalona. Barcelona
Participantes:
Rafael Blanquer. Servicio de Neumología. Hospital Universitario Dr. Peset. Valencia
José Luis Calpe. Sección de Neumología. Hospital de la Marina Baixa.
La Villajoiosa. Alicante
José A. Caminero. Servicio de Neumología. Hospital Juan Negrín.
Las Palmas de Gran Canaria
Joan Caylà. Agencia de Salud Pública de Barcelona
José A. Domínguez. Servicio de Microbiología
Hospital Universitario Germans Trias y Pujol. Badalona. Barcelona
José Mª García. Sección de Neumología. Hospital de San Agustín. Avilés. Asturias
Rafael Vidal. Servicio de Neumología. Hospital Vall d’Hebron. Barcelona
Correspondencia:
J. Ruiz Manzano. E-mail: jruiz@separ.es
57
58
Índice
Introducción 61
59
60
NORMATIVA SEPAR SOBRE DIAGNÓSTICO
Y TRATAMIENTO DE LA TUBERCULOSIS
INTRODUCCIÓN
61
DIAGNÓSTICO DE LA INFECCIÓN TUBERCULOSA
62
se obtenga en la zona de la inyección y haciendo la medición según el diámetro
transversal al eje longitudinal del antebrazo. Sólo hay que medir los límites de la
induración y si hay sólo eritema sin induración, el resultado se registrará como 0
mm. En caso de que la lectura no se pueda realizar a las 48-72 horas, también será
válida si se efectúa antes de los 7 días5.
Interpretación de la PT
63
remarcar que en un paciente no infectado, la práctica repetida de la PT no induce
sensibilidad tuberculínica.
A efectos prácticos, se entiende por conversión de la tuberculina a la que tiene lugar den-
tro de un periodo máximo de 2 años desde que hay constancia de una tuberculina negativa.
Figura 1. Algoritmo de utilización conjunta de la prueba de la tuberculina y las técnicas in vitro del
INF-gamma en el diagnóstico de la infección tuberculosa
64
re un algoritmo de utilización e interpretación de los resultados de la tuberculina
en combinación con las técnicas de INF-.
A esta relación aún deberíamos sumar los que tienen silicosis o pérdida ponderal
marcada.
65
Aunque la TB puede afectar a cualquier persona, existen diversos colectivos que
presentan una mayor incidencia con probabilidades muy variables (Tabla 2). Se
acepta que aquellos colectivos con incidencias anuales superiores a 100/100.000
son los que reúnen factores de riesgo. Estos factores de riesgo ya clásicos se podrían
también agrupar en 4 grandes categorías14:
66
• Específicos de órgano. Varían según la localización de la enfermedad:
67
• Tuberculosis del sistema nervioso central: la manifestación más fre-
cuente es la meningitis tuberculosa. Cursa con anorexia, malestar gene
ral, cefalea, descenso del nivel de conciencia, rigidez de nuca y
vómitos. La afectación del parénquima cerebral (tuberculoma) se
manifiesta con convulsiones y signos focales.
RADIOLOGÍA
68
asociadas, o bien como adenopatías sin infiltrado, principalmente unila-
terales, que ocasionalmente pueden producir atelectasias por compresión.
También se puede apreciar derrame pleural y muy raramente cavitación.
El segundo patrón, denominado tuberculosis progresiva, se manifiesta por
una consolidación extensa y cavitación en el foco pulmonar primario o en
los segmentos apical o posterior de los lóbulos superiores. El tercero, el de
tuberculosis posprimaria, se manifiesta por opacidades parenquimatosas
heterogéneas mal definidas, distribuidas en más de un segmento, a menu-
do asociadas con cavitación que puede ser única o múltiple (cuya pared
puede ser fina y lisa o gruesa y nodular). La localización más frecuente es
en los segmentos posterior y apical de los lóbulos superiores o en el apical
de los inferiores. La diseminación broncógena se manifiesta como nódulos
de entre 5 y 10 mm, mal definidos, de distribución lobular o segmentaria
a distancia de la cavitación, fundamentalmente en zonas inferiores de los
pulmones. El cuarto patrón, el de tuberculosis miliar, está formado por in-
numerables nódulos entre 1-3 mm no calcificados, distribuidos por ambos
campos pulmonares, con predominio en lóbulos inferiores, más visibles en
el espacio retrocardiaco en la proyección lateral, y que pueden estar acom-
pañados de consolidación, cavitación y adenopatías, calcificadas o no. Por
último, el patrón tuberculoma presenta nódulos de diferentes tamaños,
generalmente menores de 3 cm, de morfología variada, de contorno bien
definido y liso aunque, ocasionalmente, pueden ser irregulares y mal defi-
nidos, con nódulos satélites circundantes y de localización predominante
en lóbulos superiores.
69
• Tuberculosis del sistema nervioso central: en la afectación meníngea, la
TAC puede mostrar una intensa y homogénea captación de contraste en la
superficie cortical que se extiende dentro de los hemisferios, mientras que
en la resonancia magnética (RM) depende del estado de la enfermedad. El
tuberculoma se manifiesta en la TAC como masas redondeadas o lobuladas
que demuestran captación de contraste en anillo.
70
tuberculosis vivo o muerto (lo que puede dificultar su interpretación en el
seguimiento de los enfermos en tratamiento), o con otra micobacteria19,20.
71
semanas frente a 3-8 semanas), una mayor sensibilidad y la posibilidad de
automatización han hecho que poco a poco se hayan ido generalizando los
medios líquidos, cuyo inconveniente es que tienen mayores tasas de conta-
minación (3-5% frente a 8-10%). En cualquier caso, su demora sigue siendo
excesiva para la toma de decisiones clínicas.
72
completamente estandarizadas y los resultados para muchas de ellas no son
del todo fiables. Están más estandarizadas y su realización es más sencilla
para fluoroquinolonas y aminoglucósidos (FQ y Ak), si bien todavía no está
claramente definida la fiabilidad de sus resultados, que parece mayor para
el resultado resistente que para el sensible. Sin embargo, para el resto de los
fármacos de segunda línea, estas pruebas no están ni siquiera estandarizadas
y es conocida la escasa relevancia clínica de su resultado21,22.
Histología
73
muestras histológicas se deben remitir también en fresco para posibilitar el cultivo
para micobacterias, así como realizar la tinción de Ziehl-Neelsen para identificar
posibles bacilos en las mismas (D). En los pacientes con infección por el VIH y/o
con profundo trastorno inmunitario la lesión granulomatosa típica es inusual.
Laboratorio
Recogida de muestras
Las mejores muestras para el diagnóstico de la TB pulmonar son los esputos espon-
táneos de procedencia bronquial. Se recomienda recoger 3 muestras de días sucesivos
que pueden guardarse en nevera. Cuando el enfermo no expectora puede intentarse la
obtención de esputos tras humidificación con vahos o inducidos con aerosoles de suero
fisiológico, aunque con mucha precaución por el riesgo de contagio por los aerosoles
contaminados. En niños pueden realizarse 3 aspirados gástricos, pero en adultos que
no expectoran, el método más recomendado es la broncoscopia (B). Hay que hacer el
estudio microbiológico del broncoaspirado, del lavado broncoalveolar y de las biopsias
de posibles lesiones endobronquiales en los que también se debe hacer el estudio histo-
lógico. También se intentará el estudio de los esputos postbroncoscopia (D).
74
TRATAMIENTO DE LA TUBERCULOSIS
Atendiendo a las bases bacteriológicas para obtener la curación de todos los en-
fermos, el régimen recomendable para el tratamiento de los casos iniciales de tuber-
culosis en España es el de 6 meses. Consiste en 4 fármacos de primera línea durante
los 2 primeros meses: isoniacida (H), rifampicina (R), piracinamida (Z) y etambu-
tol (E) y posteriormente 2 fármacos R y H durante 4 meses (2RHZE/4RH)27-30 (A).
El concepto de caso inicial incluye a los pacientes nunca tratados (caso nuevo) y a
los que hayan recibido tratamiento previo pero inferior a 2 semanas. En la silico-
tuberculosis se recomienda alargar la pauta hasta 9 meses y en la TB del SNC hasta
12 meses (D), en este último caso se deben añadir 20-40 mg. de corticoides en la
fase inicial30 (A).
75
Tabla 3. Dosificación de los fármacos antituberculosos
76
Tabla 4. Tratamiento de la tuberculosis con preparados en combinación fija. Número de pastillas,
según el peso del paciente y el preparado
Enfermedad hepática
77
Insuficiencia renal
Los fármacos E, S y todos los fármacos de segunda línea son o pueden llegar a ser
nefrotóxicos, ya que se excretan por el riñón en forma activa, excepto Et en for-
ma de metabolitos. Los fármacos antituberculosos imprescindibles (H, R y Z) que
tienen metabolismo hepático y eliminación renal en forma inactiva pueden admi-
nistrarse sin limitación de su dosis en la insuficiencia renal, siendo dializables H, R,
E y sobre todo Z27. En nuestro país, sólo los medicamentos de administración oral
con H no combinada a otros fármacos y uno de los combinados llevan incorporada
piridoxina, recomendada para prevenir la neuropatía periférica. La pauta más segu-
ra, una vez descartada resistencia a fármacos es 2HRZ/4HR, que no tiene ninguna
limitación31,28 (D). En la insuficiencia renal, puede administrarse E y S e incluso los
de segunda línea si fuera necesario, reduciendo la cantidad de fármaco a excretar
en función del filtrado glomerular. En general, aunque el aclaramiento de creatini-
na sea inferior a 50 ml/min deben mantenerse las dosis convencionales administra-
das tres veces por semana para asegurar la concentración inhibitoria mínima (CMI)
necesaria para su acción bactericida27 (D), para aclaramientos inferiores a 30 ml/
min y pacientes en hemodiálisis puede usarse la misma pauta pero es recomendable
monitorizar la concentración sérica de los fármacos. Los pacientes en hemodiálisis
deben recibir el tratamiento, siempre después de la diálisis, ya que, excepto R, to-
dos los fármacos de primera línea son dializables en mayor o menor grado.
Coinfección TB y VIH
78
• Tratar la TB los dos primeros meses para CD4+ entre 200 y 350 células/
mm3 iniciando luego el TARGA con tres de sus fármacos compatibles con
R, si es posible.
Embarazo y lactancia
Niños y ancianos
79
EFECTOS ADVERSOS DE LA MEDICACIÓN27,31,35
80
Es importante advertir a los pacientes las posibles alteraciones auditivas (S), ocu-
lares (E) y las interacciones de la R con anticonceptivos hormonales orales.
INTERACCIONES MEDICAMENTOSAS
Deben revisarse siempre las posibles interacciones entre los fármacos antituber-
culosos y el resto de fármacos administrados al paciente ya que son frecuentes y,
Hidracidas • Rash
• Elevación de las transaminasas
• Hepatitis
• Neuropatía periférica
• Interacciones con antiepilépticos (fenitoína) o disulfiram (Antabus)
• Artralgias
Rifampicina • Rash
• Hepatitis
• Trombocitopenia
• Fiebre
• Cuadros pseudogripales
• Hemolisis
• Coloración anaranjada de fluidos corporales (orina, heces, lágrimas)
Piracinamida • Malestar gastrointestinal
• Elevación de ácido úrico
• Rash
• Hepatitis
• Artralgia
• Gota (raro)
Etambutol • Neuritis óptica
• Disminución agudeza visual
• Rash
Estreptomicina • Toxicidad vestibular y auditiva
• Nefrotoxicidad
81
en ocasiones importantes. Cuando un fármaco inhibe o potencia la eliminación
de otro, condiciona que aumente o disminuya su concentración sérica pudiendo
resultar tóxico o ineficaz a la dosis establecida. Las interacciones de fármacos uti-
lizados conjuntamente, si son opuestas como en R y H, pueden compensarse pero
en general predomina el efecto de uno de ellos, en este caso R.
82
El problema de la transmisión es especialmente importante en las instituciones
cerradas, tanto en los hospitales tradicionales o unidades de hospitalización como
en otros lugares: consultas, urgencias, residencias, cárceles, hospitalización a do-
micilio39.
83
Tabla 6.Grupos farmacológicos y fármacos que disminuyen significativamente su concentración sérica
por interacción de la rifampicina según grado de evidencia y gravedad36,37
Narcóticos Morfina
Psicotropos
84
Fármacos cuya concentración sérica disminuye por efecto de la rifampicina
Interacción probable: observada y publicada**
Intensa Moderada
Amiodarona Acetildigitoxina, bosentan, carvedilol, diltiazem,
disopiramida, enalapril, losartan, metoprolol,
nifedipina, propafenona
Telitromicina Cloramfenicol, doxiciclina
Dicumarol, warfarina
Lamotrigina, fentoina
Clorpropamida, glicazida, repaglinida
Voriconazol (contraindicado), itraconazol Ketoconazol
Atovacuona Mefloquina
Bexaroteno
Amprenavir, fosamprenavir, Ritonavir
indinavir Zidovudina
Delavirdine, efavirenz
Teofilina
Atorvastatina, simvastatina
Levotiroxina
85
Tabla 7. ¿De qué fármacos antituberculosos disponemos?
ADHERENCIA AL TRATAMIENTO
86
El cumplimiento del tratamiento indica que el paciente sigue las prescripciones mé-
dicas, mientras que adherencia comporta la cooperación activa del paciente, aunque
en España estos términos se equiparan. El objetivo de un programa de control en
nuestro medio debería ser alcanzar una adherencia al tratamiento superior al 90%.
Para ello es menester, en primer lugar, que el clínico motive al paciente explicándole
la importancia de seguir el tratamiento y las recomendaciones usuales41. Se han ido
identificando diversas estrategias para conseguir buenas adherencias y que, según
grado de complejidad, son: tratamiento auto administrado con control mensual sin
o con incentivos, tratamiento supervisado semanal, TDO bimensual, TDO diario o
intermitente ambulatorio, TDO diario en unidad cerrada y TDO obligatorio42.
Los Center for Disease Control CDC de EEUU recomiendan el TDO en los grupos
con adherencia inferior al 90%43. En nuestro país, los factores asociados al abandono
del tratamiento más frecuentes son: enolismo, indigencia, encarcelamiento y toxico-
manía. En estos grupos se recomienda el TDO. Si además se potencia la coordinación
entre clínicos y el seguimiento de los pacientes por enfermeras de salud pública, se
consiguen cumplimientos superiores al 95%44. Por lo que a los presos se refiere, si
obtienen la libertad durante el tratamiento, la probabilidad de que lo abandonen
es alta. Como quiera que en la mayoría de los casos son además, toxicómanos, una
buena coordinación entre los programas de metadona de instituciones penitenciarias
y los municipales puede lograr que estos pacientes completen el tratamiento45.
Las PNE tienen siempre una duración superior a los 6 meses de las pautas están-
dar, desde 9 a 24 meses. Utilizan una prolongación de más de 2 meses en la toma
de Z, E o S en la fase inicial y casi siempre incluyen otros fármacos de 2ª línea, que
son menos efectivos, producen más efectos secundarios, son más caros y obligan a
un cumplimiento muy estricto para no crear resistencias.
87
• Resistencias. La resistencia de M. tuberculosis a cualquier fármaco antituber-
culoso existe de forma natural por mutación espontánea, siempre que haya
una colonia con más de 105 gérmenes. Para vencer esta resistencia natural,
el tratamiento de la TB precisa la combinación de un mínimo de 3 fárma-
cos. Se conocen los genes implicados en la aparición de la mayoría de las
resistencias a los fármacos de primera línea y esto ha permitido disponer de
pruebas rápidas de laboratorio que en poco tiempo aseguran la sensibilidad
o resistencia a los fármacos clave: R y H.
88
• Inmigrantes, procedentes de países en vías de desarrollo y con
altas tasas de resistencias.
89
H: Isoniacida; R: Rifampicina
Normas
90
• Las resistencias son irreversibles, por lo que nunca se puede reintroducir
un fármaco del que se sabe que hay resistencia ni se debe añadir un único
medicamento nuevo a una pauta ineficaz.
• Aminoglucósidos o capreomicina
• Cicloserina o PAS
• Otros fármacos sobre los que hay escasa experiencia (Tabla 8).
Los fármacos de segunda línea son más tóxicos, caros, menos eficaces y tienen
más facilidad para crear nuevas resistencias, por lo tanto, el cumplimiento debe ser
muy estricto, aconsejándose hacer tratamiento directamente observado (TOD) o
con supervisión quincenal o mensual y los controles de toxicidad frecuentes50.
Aunque los bacilos con resistencias son menos virulentos deben extremarse las
medidas de aislamiento, manteniéndolas hasta la negativización del esputo.
91
Tabla 8. Medidas de aislamiento hospitalario
• Evitar ingresos
• Estancia mínima necesaria
• Mascarilla de partículas para el personal sanitario
• Mascarilla quirúrgica para el paciente
• No compartir habitación en espera de confirmar/excluir tuberculosis
• Si tuberculosis: aislamiento aéreo del paciente
• Situación ideal: no compartir habitación
• Se podría suspender el aislamiento:
• Tras tres semanas de tratamiento
• Con respuesta y adherencia al mismo
• Tras baciloscopias negativas
Nivel de evidencia: D
rar la eficacia de las pautas con fármacos de segunda línea que no conseguían curar
a los enfermos51.
• Los que presentan infección reciente (así son considerados los contactos
infectados y las personas que presentan un viraje tuberculínico en los dos
últimos años).
92
Merece mención aparte el caso de un contacto en el que hay una tuberculina
positiva documentada previamente, pues el riesgo de desarrollar enfermedad es
desconocido en estos casos; la decisión se ha de individualizar (valorar tratamiento
previo, susceptibilidad del paciente, tipo de contacto: duración e intensidad de la
exposición41,52). Asimismo, en el estudio de contactos y decisión de tratamiento de-
bemos valorar datos de transmisión reciente: proporción alta de infectados en los
contactos, evidencia de transmisión secundaria, enfermedad en contactos de baja
prioridad, infección en casos menores de 5 años, casos de conversión tuberculínica
en el estudio de contactos52.
Otra indicación de TIT está en relación con pacientes infectados que vayan a
iniciar tratamiento con anti-TNF53, los candidatos a trasplante y los que reciben
terapias prolongadas con corticoides a dosis altas.
93
Tabla 9. Tratamiento de la infección tuberculosa
Indicaciones (A)
1. Infección reciente (contactos, conversión tuberculínica)
2. Coinfectados con VIH
3. Lesiones radiológicas de TB inactiva no tratada
Quimioprofilaxis primaria (tratamiento de expuestos sin infección)
1. Niños menores de 5 años (D)
2. Infección con VIH (D)
3. Niños y adolescentes (valoración individual). Adultos jóvenes (D)
4. Inmunodeprimidos
Tipo de tratamiento
1. Hidracidas 6 meses como pauta estándar (A)
2. Hidracidas 9 meses:
a. Infección con VIH (B)
b. Niños (B)
c. Lesiones residuales en Rx tórax (B)
3. Rifampicina e hidracidas 3 meses (A)
a. Pauta alternativa a hidracidas 6 meses.
4. Rifampicina 4 meses (B) en VIH (-), (D) en VIH (+)
a. En resistencia a hidracidas.
94
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5
LIBRO DEL AÑO SEPAR-2008
SOBRE LA TUBERCULOSIS Y LA SOLIDARIDAD
CONTROLANDO LA TUBERCULOSIS
101
102
CONTROLANDO LA TUBERCULOSIS
103
104
Índice
Introducción 107
¿Qué es la tuberculosis? 107
¿Cómo se diagnostica? 113
¿Cómo se trata? 114
Algunas situaciones especiales 121
¿Qué se puede hacer para prevenir la tuberculosis? 123
Estudio de contactos 126
105
106
CONTROLANDO LA TUBERCULOSIS
INTRODUCCIÓN
La tuberculosis (TB) hoy en día sigue siendo la enfermedad infecciosa más impor-
tante que existe en el mundo y la que mayor número de muertes produce, a pesar
de ser prevenible y curable desde hace varias décadas.
Sin embargo, en nuestro medio es habitual observar caras de extrañeza cuando los
pacientes o familiares escuchan la palabra “tuberculosis” ya que a menudo se piensa
que es una enfermedad del pasado. Nada más lejos de la realidad. Aunque mayorita-
riamente afecta a los países pobres y poco desarrollados, todos estamos expuestos a
contraer la enfermedad. Aún no siendo un problema grave de salud pública en nues-
tro medio, cada año seguimos teniendo un número elevado de casos nuevos.
Este libro intenta ofrecer al lector una visión sencilla sobre la tuberculosis, enfer-
medad que aún hoy día, sigue generando rechazo social.
¿QUÉ ES LA TUBERCULOSIS?
107
LA ETERNA LUCHA ENTRE EL BACILO Y EL HOMBRE
Fue en 1882 cuando Robert Koch logró aislar el bacilo de los esputos (flemas)
de los pacientes tuberculosos, demostrando el carácter infeccioso y contagioso de
la enfermedad, sugiriendo la idea de separar de la sociedad a los pacientes como
medida de barrera para combatir la epidemia. Este fue un paso decisivo, precursor
de la era actual en la lucha contra la tuberculosis.
108
¿CÓMO SE DISTRIBUYE EN EL MUNDO?
Así, el 80% de los casos nuevos que se dan en el mundo los soportan 22 países
únicamente.
Asia, África, Latinoamérica y Europa del Este son las regiones del mundo más
azotadas.
Nos queda mucho camino por recorrer para hacer realidad el sueño de la erradi-
cación. Además de conseguir terapias y vacunas más eficaces, es preciso corregir las
desigualdades sociales. Si no queremos tuberculosis aquí, tendremos que evitarla
donde más se produce ya que el patógeno no sabe de fronteras.
109
¿CÓMO ES LA SITUACIÓN EN ESPAÑA?
Estamos a la cabeza de la Unión Europea (UE), muy por encima de países como
Holanda con 5 casos por cada 100.000 habitantes o nuestra vecina Francia con 9.
Entre las causas que han originado la disparidad que existe entre el nivel so-
cioeconómico alcanzado y las tasas de tuberculosis de nuestro país, sin duda hay
que citar la falta de un Plan Nacional Contra la Tuberculosis, que permita coordi-
nar las distintas autonomías y garantice una práctica común.
¿CÓMO SE TRANSMITE?
No.
110
¿CONTAGIARSE SIGNIFICA ENFERMAR?
No.
A medida que avanza la enfermedad van apareciendo los síntomas, pero general-
mente son inespecíficos y a menudo desvían la atención hacia otras patologías más
comunes retrasando el diagnóstico.
111
Entre ellos hay que destacar la TOS porque es un síntoma al que se puede dar
poca importancia y, sin embargo, es el que mayor repercusión tiene sobre el con-
tagio.
• Dolor torácico
• Sudoración nocturna
• Pérdida de apetito
112
• Pérdida de peso
• Cansancio excesivo
• Fatiga
¿CÓMO SE DIAGNOSTICA?
• Valoración clínica
• Radiografía de tórax
La radiografía de tórax nos informa sobre la extensión de las lesiones así como de
la existencia o no de cavitaciones (son lesiones como agujeros), es decir, nos da una
idea de lo evolucionada que está la enfermedad.
113
posible recogerlo en ese momento, sirve el de cualquier otro momento del día
siempre y cuando se cubra el recipiente con un papel para evitar la exposición
a la luz, además deberá ser guardado en el refrigerador hasta que sea entrega-
do en el laboratorio, sin excederse en más de cinco días su permanencia en el
frigorífico.
Los esputos nos aportan más información cuando proceden del pulmón.
Como vemos, ambas pruebas nos informan sobre el potencial contagioso del
enfermo y, junto con la duración de los síntomas (sobretodo la tos), son el punto
de partida para la planificación del estudio de los contactos de riesgo que pueda
tener el paciente.
¿CÓMO SE TRATA?
114
¿ES OBLIGATORIO TOMARSE EL TRATAMIENTO?
Como ya hemos dicho, el tratamiento dura seis meses aunque hay situaciones
especiales en las que se precisa un tratamiento más prolongado, como, por ejemplo,
la coinfección con el VIH, la presencia de resistencias a los fármacos o bien cuando
la evolución clínica de la enfermedad no es satisfactoria. También algunas localiza-
ciones extrapulmonares requieren un tratamiento superior a seis meses.
115
¿QUÉ CONTROLES DEBO REALIZAR DURANTE EL TRATAMIENTO?
Es muy importante acudir a todos los controles que le indique su médico. Estos
controles sirven para valorar la evolución clínica de la enfermedad así como para
detectar la posible aparición de efectos secundarios debidos al tratamiento.
116
¿CUÁLES SON LOS POSIBLES EFECTOS SECUNDARIOS DE LA MEDICACIÓN?
Las dosis que se manejan para cada uno de los antibióticos son seguras pero,
como cualquier otro medicamento, el tratamiento puede tener efectos secundarios
que por lo general son de carácter leve.
La toxicidad hepática (hígado) es uno de los efectos adversos que puede presen-
tarse, incluso sin que el paciente ingiera alcohol. Por ello si advierte síntomas de
hepatitis: náuseas, vómitos, malestar generalizado, fiebre, dolor abdominal, co-
loración amarillenta de la piel (ictericia), debe acudir de inmediato al médico. Si
esto no es posible, debe dejar de tomar la medicación y ponerse lo antes posible en
contacto con el médico.
117
¿LA MEDICACIÓN INTERACCIONA CON OTROS MEDICAMENTOS?
Las mujeres que estén tomando anticonceptivos orales deberán reforzar este mé-
todo anticonceptivo con algún otro ya que la medicación para la tuberculosis dis-
minuye su efectividad.
La isoniacida puede también interaccionar con algunos alimentos, sobre todo con
el pescado, quesos fuertes y embutidos, y provocar en casos muy raros, un cuadro
de enrojecimiento de la piel, cefalea e incluso vómitos, que se llama “sintomatolo-
gía de flush”, y que puede resultar molesta aunque no peligrosa.
Así mismo, los pacientes que toman el tratamiento de forma inconstante corren
el riesgo de provocar resistencias a los fármacos que están tomando, complicando
y alargando el tratamiento.
118
Cuando el tratamiento se realiza correctamente, existe menos del 3% de riesgo de
recaer.
119
El TDO consiste en la observación directa de la toma de medicación por parte
del personal sanitario (o persona delegada por él) garantizando que se produce
la ingesta. Este método, realizado correctamente y con una pauta de tratamiento
adecuada, permite asegurar la curación del enfermo.
La administración del tratamiento en el TDO suele ser diaria, pero a veces esto no
es posible por lo que existen pautas intermitentes de dos o tres tomas por semana.
El enfermo deja de contagiar cuando lleva dos o tres semanas tomando el tra-
tamiento. Es la razón por la cual en la mayoría de los casos el enfermo ya puede
incorporarse a las actividades habituales.
No.
120
¿DEBO HACER REPOSO?
El reposo sólo está indicado cuando exista afectación del estado general del pa-
ciente, a medida que presente mejoría clínica puede iniciar progresivamente la ac-
tividad física.
Cuando hay mucha demora en el diagnóstico es probable que las lesiones produ-
cidas por el bacilo sean extensas, el tratamiento es igualmente eficaz pero pueden
quedar cicatrices que afecten al normal funcionamiento de los pulmones. En estos
pacientes conviene realizar una valoración de la función pulmonar (espirometría)
al finalizar el tratamiento.
121
VIH con frecuencia se enteran de su condición cuando debutan con la tuberculosis,
por lo que es muy recomendable que los pacientes con tuberculosis se realicen la
prueba del VIH.
TUBERCULOSIS EN LA INFANCIA
122
TUBERCULOSIS Y EMBARAZO
123
el contagio es reciente, por ello es necesario identificar los contagios recientes entre
los contactos de enfermos bacilíferos.
Es por ello que, a pesar de la ilusión que provocó durante décadas, ha sido una
vacuna que ha ido cayendo en desuso en los países más ricos y, concretamente en
España, salvo en el País Vasco, donde está incluida en el calendario de vacunación,
sólo está indicada para recién nacidos pertenecientes a grupos de riesgo.
Las medidas más eficaces para evitar el contagio las debe procurar el propio
enfermo.
Una de las más importantes, que evita que el ambiente se cargue de bacilos, es
cubrirse la boca con un pañuelo durante los accesos de tos. El pañuelo deberá ser
de papel desechable, de un sólo uso y deberá ser eliminado
en una bolsa de plástico. Se debe hacer lo mismo cuando el
paciente expectora (saca flemas). Si utiliza un pañuelo de
tela, este deberá lavarse con agua jabonosa caliente y lejía.
Es obvio que nunca se debe escupir en el suelo.
124
paciente mantiene su potencial contagioso, será preciso tomar medidas adicio-
nales:
Los rayos ultravioletas del sol son germicidas para la tuberculosis, por lo que
preferentemente mantendrá la persiana levantada. Además conviene ventilar la ha-
bitación varias veces al día, para renovar el aire y liberarlo de bacilos. La puerta de
la habitación ha de permanecer cerrada en todo momento.
Durante el periodo de aislamiento el paciente debe evitar las relaciones íntimas y sexua-
les.
125
ESTUDIO DE CONTACTOS
Sí.
Si usted reside en una zona en la que existe un equipo responsable del seguimiento
de los contactos de enfermos tuberculosos, éste contactará con usted para organizar el
estudio.
126
¿CUÁL ES LA FINALIDAD DEL ESTUDIO DE LOS CONTACTOS DE RIESGO?
No.
Para ser “contacto de riesgo elevado” es preciso que el contacto con el enfer-
mo sea directo, se produzca en un lugar cerrado y además sea prolongado en el
tiempo. Esta característica la cumplen las personas que comparten el domicilio
con el enfermo y aquéllas que realizan actividades profesionales o de otra índo-
le en lugares cerrados, compartiendo muchas horas diarias con él (orientativo
más de 6).
127
¿EN QUÉ CONSISTE LA PRUEBA DE LA
TUBERCULINA?
Ninguna en especial, se recomienda no cubrir el lugar del pinchazo con una tirita
y no rascarse el brazo, si existe sensación de picor se puede utilizar una compresa
fría.
Pero, a veces, este resultado puede ser falso ya que si el contagio es reciente, se
precisan entre 2 y 8 semanas para que el organismo reaccione de forma positiva
ante la prueba. Cuando se realiza la prueba antes de transcurrir este periodo, nos
arriesgamos a obtener un resultado de “falso negativo”. Para solventar este proble-
ma se debe repetir la prueba transcurridos dos meses desde el último contacto que
se mantuvo con el enfermo.
128
cunación con BCG (estaríamos ante un falso positivo desde el punto de vista de la
infección tuberculosa latente) esto supone una limitación de la prueba que obliga a
ser cautelosos a la hora de interpretar un resultado positivo.
Es una analítica especial de sangre que no requiere estar en ayunas. Tiene la ven-
taja de que, a diferencia de la tuberculina, no reacciona a la vacuna BCG y tampoco
a algunas micobacterias ambientales no tuberculosas.
Sí.
No.
129
¿PUEDE CONTAGIAR UNA PERSONA QUE HABITUALMENTE ESTÁ CON EL
ENFERMO?
No.
130
¿CÓMO SE TRATA LA INFECCIÓN?
Dado que la infección tuberculosa latente se trata con fármaco/s que están inclui-
dos en la pauta del tratamiento de la tuberculosis, sirve lo expuesto anteriormente
en relación a estos apartados.
131
5
5