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Tener una buena higiene personal depende de uno mismo. La autoestima juega un papel fundamental
frente a este aspecto, pues quien se aprecia y valora se esfuerza por verse y mantenerse bien.
A continuación se describirán los principales hábitos de higiene personal y su importancia:
1. La ducha es la mejor forma de aseo
Con esta práctica se controlan olores naturales de nuestro cuerpo que son producidos básicamente por la
transpiración o el sudor. De igual forma evitamos la presencia de gérmenes y bacterias que pueden afectar
la salud de nuestra piel.
El lavado del cabello debe realizarse por lo menos dos veces por semana, teniendo cuidado de usar un
champú acorde al tipo de cabello. La caspa no es necesariamente sinónimo de desaseo, puede darse por
sequedad en el cuero cabelludo.
Cuidado con los piojos
Los piojos son parásitos que se adhieren al cuero cabelludo, pero a medida que crecemos es menos
frecuente que tengamos piojos. Se propagan fácilmente, especialmente en lugares donde hay muchos niños
que pasan mucho tiempo juntos.
2. El aseo de las uñas evita la presencia de gérmenes
La limpieza y corte de las uñas de manos y pies evita la adquisición de gérmenes y bacterias así como
infecciones.
3. El cuidado de los ojos previene de enfermedades e infecciones
Los ojos son órganos muy delicados. Por lo tanto no deben tocarse con las manos sucias ni con pañuelos
u otros objetos. Su mecanismo propio de limpieza son las lágrimas.
Al estudiar, leer o ver la televisión es importante mantener buena iluminación de los espacios evitando así
un mayor esfuerzo de la vista.
4. La higiene de la nariz es fundamental para lograr una buena respiración La nariz deja entrar el
aire para que llegue a los pulmones con la temperatura y humedad adecuadas y libres de partículas
extrañas. La producción de mocos es un proceso natural que sirve como lubricante y filtro para el aire. Sin
embargo, es necesario retirarlos varias veces al día, pues además de la incomodidad que representan,
contienen partículas y microorganismos filtrados que pueden propiciar enfermedades.
Existen dudas con respecto a la higiene íntima, preguntas que cuestan trabajo formular, e incluso términos
que muchas mujeres tienen miedo de pronunciar; por lo que conversaciones de este tipo propician un
ambiente de confort que alienta a las mujeres a conocerse y cuidar su cuerpo de la forma más natural
posible.
Es imprescindible una buena higiene sexual diaria para evitar cualquier tipo de infección que perjudique
nuestra salud y nuestro bienestar sexual.
– Todos los extremos son malos: tanto una higiene insuficiente como un higiene excesiva.
– La limpieza excesiva también puede acabar con la flora propia de la vagina que se encarga de defenderla
contra infecciones ( por bacterias o hongos ), provocando resequedad y causando además, dolor durante
la penetración.
– Hablando en general actualmente la higiene femenina suele ser demasiado frecuente pero en cambio la
higiene intima masculina es insuficiente.
– Tanto para el hombre como para la mujer una limpieza íntima sistemática y cotidiana es necesaria.
– Los hombres pocas veces piensan en la limpieza de sus genitales: la falta de higiene puede dar lugar al
nacimiento de hongos, bacterias e infecciones.
– Al igual que las mujeres, los hombres necesitan una limpieza completa todos los días de sus órganos
sexuales.
. Durante el baño o ducha diario, los penes no circuncidados deberán limpiarse con agua abundante y jabón
con mayor atención en la zona del glande, echando hacia atrás completamente el prepucio, para evitar
acumulación de secreciones. Cualquier secreción extraña debe ser consultada con el médico.
– También debe lavarse con cuidado el resto del cuerpo del pene y los testículos con agua y jabón
– La zona debe secarse completamente: se recomienda que no secar esta parte del cuerpo con la misma
toalla que el resto del cuerpo, sino utilizar otra exclusiva para esta zona.
– Hay que ser cuidadoso también con la zona inguinal y secarla bien
Después de mantener relaciones sexuales con una mujer durante su menstruación, hay que lavar los
genitales después del acto, ya que la sangre es un medio favorable para el crecimiento de microbios.
– En el baño, debe dejar que el chorro de agua caiga sobre sus genitales externos en abundancia.
– La higiene íntima de una mujer debe limitarse a la vulva excluyendo el interior de la vagina.
– Nunca se debe usar jabón ni ningún otro tipo de producto dentro de la vagina.
– No se deben utilizar las llamadas “duchas vaginales” ya son dañinas para el ph interno de la vagina y para
la flora y recubrimiento de la misma.
– Después del baño diario es muy importante secar completamente la zona genital, los pliegues glúteos e
inguinales: si queda humedad, se forma el ambiente perfecto para la proliferación de hongos y bacterias.
– Es recomendable limpiarse después de cada deposición de la vagina hasta el ano, para evitar que los
gérmenes provoquen una infección genital.
– La forma correcta de limpiarse después de orinar o defecar es de la vagina hacia el ano, es decir, de
adelante hacia atrás. Así evitaremos que las bacterias del ano lleguen a la mucosa vaginal que es muy
sensible.
– En la limpieza genital diaria no conviene enjabonarse los labios para evitar irritación de los tejidos de la
vulva.
– No se deben utilizar, excepto cuando el médico lo haya indicado, irrigaciones ni desodorantes vaginales.
– En el caso de hacer el acto sexual durante la menstruación : no hay ningún peligro pero es preferible
hacer rápidamente una limpieza después del acto ya que la sangre es un medio favorable para el desarrollo
de los microbios.
Es aconsejable examinarse los testículos cuando se realiza la higiene: el cáncer de testículos, el más común
entre hombres jóvenes, tiene un índice de recuperación del 90% si se detecta a tiempo.
El mejor momento para examinar los testículos es después del baño o de la ducha, ya que la piel del escroto
está más suelta.
Se realiza enrollando cada testículo entre el pulgar y los dedos, moviendo la piel con suavidad y palpando
toda la superficie en busca de cambios de textura, tacto, tamaño y peso.
Es posible que el epidídimo (una masa muy rizada de tubos que almacenan el esperma al final del testículo)
se note más duro al tocarlo: no debe confundirse con un tumor.
Autoexamen en la mujer
Mediante el examen regular de los senos se pueden detectar bultos, cambios en la forma o secreciones de
los pezones.
El mejor momento es dos o tres días después de la mestruación, cuando es menos probable que los pechos
estén sensibles.
Una vez en la menopausia la mujer debe explorarse los senos el mismo día todos los meses.
– Se recomienda el uso de ropa interior de algodón, o con cubierta de algodón en la zona de los genitales
y no usar todos los días tangas.
– Evitar el uso de ropa muy ajustada que hace sudar mucho más los genitales femeninos.
– Lavar los genitales con agua y jabón no de barra o perfumado, enjuagando bien y utilizando de productos
específicos que permitan una limpieza profunda de de la zona íntima.
– Cuando el olor de la vagina es fétido, fuerte y molesto, indica una infección vaginal, de transmisión sexual
o de vías urinarias.
– No se deben realizar duchas vaginales ya que puede dañar el pH y con ello favorecer infecciones.
– No es recomendable la depilación láser porque altera el medio ambiente natural de los genitales.
– Los tampones deben utilizados cuando sea muy necesario y no de forma permanente, ya que impide la
salida de flujo y bacterias. Los tampones acumulan sangre que es, en la menstruación, un desecho del
cuerpo.
– Cambiar de toallita sanitaria frecuentemente y usar de preferencia las que no contienen perfumes
Para una buena limpieza se debe deslizar hacia a atrás el prepucio y exponer en su totalidad el glande,
aplicar luego abundante agua y jabón (de preferencia un jabón con pH neutro) para luego desaguar y retirar
en su totalidad cualquier residuo de esmegma, pelusa de ropa y jabón. Luego se procede a lavar el vello
púbico, y el escroto, de la misma manera.
REGIÓN ANAL
La región anal también debe ser motivo de una limpieza diaria, sin importar las preferencias o prácticas
sexuales que se mantengan. El objetivo es remover restos de materiales rectales, papel higiénico e hilos o
pelusas de la ropa interior.
REGIÓN INGUINAL
No se deben olvidar las ingles, principalmente al pliegue de piel que se forma en la unión de la pierna con
la cadera. El lavado es igual que en las otras regiones, pero se debe tener especial atención a la hora de
secarse con la toalla. Un poco de humedad que remanezca puede dar origen a infecciones de la piel por
hongo que generan comezón, irritación y mal olor.
En el baño, debe dejar que el chorro de agua caiga sobre sus genitales externos en abundancia.
Los genitales externos debe lavarlos con agua y jabón neutro exclusivamente.
NUNCA se debe usar jabón ni ningún otro tipo de producto dentro de la vagina.
NUNCA realizarse las llamadas “duchas vaginales”, dañan el pH interno vaginal y promueven las
infecciones por.
Luego del baño, es fundamental que seque completamente la zona genital, preste especial atención a los
pliegues glúteos e inguinales. Es muy importante, ya que si queda humedad, se forma el ambiente perfecto
para la proliferación de hongos y bacterias.
Se recomienda que después de tener relaciones sexuales orine y luego se realice un baño de sus genitales
o del cuerpo entero, la idea es limpiar la zona de los fluidos no propios.
Recuerde que la forma correcta de limpiarse luego de orinar o defecar, es de la vagina hacia el ano, o sea
de adelante hacia atrás, para evitar que las bacterias del ano lleguen a la susceptible mucosa vaginal.
HIGIENE VAGINAL
La vagina es una cavidad interior y húmeda puede convertirse en motivo de obsesión para
algunas mujeres que en lugar de cuidados, más bien la perjudican con tanto aseo inadecuado.
El aseo femenino debe ser diario y externo, no se lava de forma interna porque éste órgano
tiene la capacidad de eliminar, a través de fluidos y secreciones, la suciedad que pudiera estar
dentro. Irrigarla con infusiones o jabones sólo puede desnivelar el delicado pH ácido vaginal,
dando pie a la reproducción agresiva de levaduras causantes de hongos y otras infecciones.
Luego de una sesión de sexo oral es bueno asearse con agua y jabón pues increíblemente la
boca almacena más bacterias dañinas para la vagina que las que puede poseer un pene sano.
Si en cambio la práctica ha llevado al sexo anal tome en cuenta que en ese orificio vive una
bacteria llamada E. Coli, que de pasar a la vagina la infectará indudablemente. Por eso, antes
de proceder a la penetración vaginal debes cambiar de condón o lavar cuidadosamente el
miembro masculino.
Cuando hay menstruación es aconsejable cambiar frecuentemente de toalla sanitaria y si se usa
tampón, este no debe estar más de cuatro horas dentro de la vagina pues podría favorecer la
reproducción de microorganismos que afectan el balance natural del canal vaginal.