Vous êtes sur la page 1sur 4

LAS PRUEBAS ESCRITAS EN LOS EXÁMENES DE GRADO

compramos una novela policíaca para pasar las largas


te, sin oírnos, directamente sobre el papel, por los
horas del tren. Se nos está olvidando leer. Recorremos
ojos, sin que nos suenen las palabras (los músicos que
los libros rápidamente; no los leemos enteros, ni me-
no llegan a leer una partitura de este modo me en-
nos aún los releemos. Del exceso de memoria hemos tenderán bien lo que quiero decir.
pasado al extremo contrario, y estoy seguro de que
Aquí dejo a Teócrito, que se sitúa en el alma de
no más de cinco bachilleres entre mil son capaces de
la maga, la hechicera abandonada, la cual, en su dia-
guardar en su memoria, de corrido, un soneto.
lecto propio y en otro metro, repite el tema eterno
Toda la tradición humana, que es decir la tradición y tan humano de Safo ante la primera llegada de su
literaria entera, está en peligro. No de olvido, que amante:
para eso se multiplican las ediciones y las bibliote-
cas, pero sí de desconocimiento, de estudio indiferen- Toda me sentí más fría que la nieve, de mi frente
te y sin que nadie se la incorpore como propia. La el sudor se derramaba como las gotas del rocío,
tradición basada en la lectura solitaria, en la lectura y no podía decir nada, ni aun como en sueños
cuando gritan los niños llamando a su madre...
repetida, va siendo excluida del mundo.
Todos sabemos que en régimen comunista, los li-
bros tampoco son de propiedad privada. Pero también Pero tenemos que terminar. No seguiré exponiendo
sabemos que en la casa moderna de un profesor ape- la misión que tenemos los profesores de estudios clá-
nas hay sitio para los libros, y luego en los cubiculi sicos, porque ése sería el tema de otra disertación.
de la gran biblioteca norteamericana se trabaja tan Resumámoslo todo en una consigna que podríamos
cómodamente, que no merece la pena. Por mi parte, ofrecer a nuestra naciente Asociación: salvemos, si es
sé decir que el trabajo científico, el estudio, y aún posible, en la nueva era que empieza, la gran tradi-
más la consulta apresurada para comprobar un dato, ción humana, la que ha dado durante tres mil años
lo sé hacer en la biblioteca; pero cuando necesito co- consolación a los humanos, la que ha sido en defini-
nocer a un clásico, estudiar a Platón o a Euripides, tiva aliada de la religiosidad, la que ha disminuido
necesito comprarme el libro y tenerlo mío y poder la natural ferocidad del animal humano, esa ferocidad
poner alguna acotación al margen o anotar las pala- que parece que se despierta.
bras difíciles con su traducción o referencia. No- sé; Perdonadme que de toda la lección de los clásicos,
pero ahí pervive, en el trabajador a la moderna, en el yo, que soy un poco clásico, haya hecho al contrario
hombre que "investiga" (dejadme usar esta palabra que los buenos artistas, que de un poco saben hacer
un poco desacreditada), el incurable individualismo una maravilla de creación. He necesitado para seña-
del hombre de la edad humana, la que comenzó con lar algún camino a nuestra Asociación examinar todo
Homero y los profetas y parece que se está cerrando el curso de la historia universal.
ahora. Que la Sociedad que comienza su vida con tan
Vuelvo a imaginarme otra vez en mi cuarto, entre buenas esperanzas, mejor aleccionada cada vez, sepa
mis libros, con un ejemplar nuevo de Teócrito, que dar al humanismo de nuestra lengua, y a los estudios
sustituye a las dos ediciones donde lo había leído clásicos en nuestra patria, la trascendental misión de
antes, y que vuelvo a manejar una y otra vez. A veces salvar en la nueva edad que nos amenaza los tesoros
me olvido de que tengo prisa, de que, por ejemplo, de sabiduría y de consolación que se guardan en las
he de terminar la preparación de esta conferencia, y antiguas lenguas y culturas de griegos y romanos.
me detengo a releer un trozo, silabeándolo en voz La paradoja española de que nazcamos ahora—en
baja, pero leyéndolo al modo antiguo, no con esta lugar de haber aparecido a luz hace cincuenta o cien
manera que tenemos de familiarizados con la magia años—se justificaría entonces, permitidme que lo diga,
de la letra, hasta el punto de que leemos mentalmen- genialmente.

Las pruebas escritas en los exámenes de Grado

CARMELO OÑATE GUILLEN, S. I.

Al fin del presente curso vamos a conocer la pri- ma de realizarse y en los efectos subsiguientes fue-
mera experiencia de los exámenes de Grado. Las ron, por expresa declaración ministerial, exactamente
pruebas de junio del 53, aunque llamadas de Grado iguales que los Exámenes de Estado del Plan 38.
Superior, sólo en la composición de los Tribunales En las del último diciembre se restringió algo la
y en algún que otro detalle se acomodaron a la materia y los efectos han sido los mismos que serán
nueva Ley. En la amplitud de la materia, en la for- los del Grado Superior; pero, por el carácter de prue-
bas extraordinarias, se siguió en ellas la pauta de las
El R. P. Carmelo Oñate, profesor en el Colegio de anteriores.
Enseñanza Media que la Compañía de Jesús regenta Tanto en junio como en septiembre y diciembre
en Tudela, hace en este trabajo una crítica, basada he procurado captar el mayor número de juicios e
en una previa encuesta, de las pruebas escritas de impresiones, ya de los que intervinieron activamen-
Matemáticas y de Latín en el Examen de Estado. te en los Tribunales, ya de los profesores y alumnos.
REVISTA DE EDUCACIÓN
8

Desde luego, una vez más, se palpa el aforismo de vará que el escrito baja y sube indistintamente a los
que "cada uno habla de la feria como le va en ella". del centro, baja sin compasión a muchos de los pri-
Con todo, se puede concluir que las sorpresas mayo- meros y sube desmesuradamente a los últimos. El
res las da siempre el escrito. Del escrito viene el fra- de varias ciudades del Norte, examinados con distin-
caso de un alumno excelente y el éxito inesperado tos Tribunales, datos concretos de las últimas prue-
del que quizá debía haber sido eliminado. Del escri- bas de diciembre.
to se oyen la mayoría de las quejas que han reper- Es claro que si un Colegio funciona como es de-
cutido, incluso en forma oficial, en el Ministerio. Al bido y el nivel es suficientemente alto, la nota media
escrito se deben las bruscas alternativas en los resul- del último curso (reflejo de las infinitas pruebas a que
tados de un mismo Colegio a través de las diversas es sometido un alumno) dará un criterio bastante
convocatorias... Todos reconocen que el oral es más certero de su valor intelectual. Pues bien, comparan-
objetivo y moderador. Difícilmente cae en él un chico do los resultados que he podido adquirir, en globo
inteligente, y el desaplicado o corto, si pasa, será por se puede sin duda afirmar que el examen oral de
benignidad o por su buena fortuna. Grado es mucho más conforme al cuaderno escolar
Este hecho, admitido por todos desde que existe el del examinado que el escrito. Hay alguna excepción,

to 10

9 / _5SC/41LX
f / e.0.,.._y r
tee,
/0 g et
o e
o oe
, e , o , 4 fine g * n e. Y 8
-2 I .

.. P e, ,
o
u)
Adiar e e

, , .. e
á7 P
40
4 g e g .- 74 4.4 , 7 C'
rzt.
E, i 2 ›. g J 41-4,1111,-/, g 7,
6 el--
al.
''IMIVIIIIV
i t
5
N ol-a media A lu m n os
Examen de Grado
10 10
9
xx
r, ez
:- ,
e
Oral. 9
4 d4 , 4 4
8 (,)
te
o
8
eo O'ee 4 0 O
''.-7
0
0 d. 4
0
0 g "
*

0
g
4 7
....
/ e 2
cz. ' 0' 4 ' * Nealgai.11.91.... c)..
6 ii . r FI. to: , 6
. e erg

A e'4
5 A
5
A lumfics

Examen de Estado, se repite ahora, en que la pre- explicable por las circunstancias que concurrieron,
sencia de dos profesores del respectivo Centro podía pero excepción que, si no confirma, al menos no al-
subsanar algo el defecto, si éste se hallase en el Tri- tera la regla.
bunal y no en el sistema. oral tiene una tendencia a bajar algo a la mayor par-
Precisamente, para poder escribir con mayor cono- te. Lo cual es muy explicable. Los últimos aparecen
cimiento de causa, he pedido a una serie de Colegios en él flojos, como lo son en realidad; algunos de los
En el gráfico adjunto señalamos con trazo grueso primeros mejoran aún lo poco que pueden mejorar,
la nota media con décimas de cada uno de los alum- y esas altas y bajas medianas, que son capaces de
nos de un Colegio, en el Sexto curso; los remates de llevar holgadamente un curso, aquí quedan al descu-
los rectángulos indican la puntuación que obtuvieron, bierto. Es curioso que cuatro han obtenido en el oral
ya en el escrito, ya en el oral, en los exámenes de la misma exacta puntuación, en décimas, que el pro-
Grado del último diciembre. La altura de ese rec- medio de Sexto. Y más de la mitad no llegan a tener
tángulo es la diferencia de puntuación con el cua- cuatro décimas de diferencia.
derno escolar en Sexto. Incluso se podría afirmar que en los casos de ma-
No elegimos ese Colegio porque sea el más sig- yor contraste el examen oral ha puesto en claro mu-
nificado para lo que queremos demostrar. Los hay chas cosas, que por un cúmulo de circunstancias nos
con mucho mayor contraste V con peores consecuen- las revelaba suficientemente el cuaderno escolar. Al
cias. Lo ponemos por ser del que más datos hemos ver el resultado se ha podido afirmar: está en su
adquirido, y porque al haber pasado todos al oral, punto. No olvidemos, además, que la suerte y otros
ha podido aparecer la nota de éste. factores siempre pueden favorecer o desgraciar a
No es el primer golpe de vista del gráfico lo que cualquiera.
más hiere, ni siquiera la suma total de las divergen- Quizá ha sido excesivo el estudio de este caso par-
cias, que en el oral fué de 290 décimas y en el escri- ticular, pero sirve para asentar lo que es reconocido
to de 441. Una divergencia como la del oral de seis por todos aquellos con quienes he cambiado impre-
décimas por alumno no se puede llamar divergencia. siones: Que el examen escrito, tal como se ha llevado
Ni tampoco es excesiva la de un punto por alumno hasta ahora, no es objetivo.
en el escrito. Sin embargo, hay que reconocer que en muchas
Pero estudiando con atención el cuadro se obser- naciones cultas sólo existen las pruebas escritas y que
LAS PRUEBAS ESCRITAS EN LOS EXÁMENES DE GRADO 9

en el curso preuniversitario (este año al menos) sólo eliminados. Este caso, resuelto en una u otra forma,
por escrito se va a examinar a los alumnos. Por otra se ha ido repitiendo año tras año y muchos han sido
parte, siendo dichas pruebas eliminatorias por sí so- testigos de cosa semejante en las dos últimas convo-
las, e influyendo ahora en un medio de la nota final, catorias.
parece que debía rodeárselas de las máximas garan- Con un solo problema hay, además, mucha faci-
tías de objetividad. lidad de copiar, aunque la vigilancia se extreme. Y,
Prescindo de las faltas que en algunas partes han sobre todo, nadie puede asegurar que un alumno ex-
podido cometer los jueces. Nosotros hemos sido tes- celente no tenga una equivocación o, peor aún, una
tigos de la mayor ecuanimidad. Mi opinión es que ofuscación que lo aparte del camino verdadero. Tam-
la falta principal proviene del sistema y vamos a ana- bién aquí la experiencia nos ha dado muy tristes
lizarlo. ejemplos.
La prueba de redacción es de las tres la que me- ¿Remedio ? Tres horas para el ejercicio de Mate-
nos se tiene que reformar. Es un breve escrito, en el máticas con cinco problemas de escalonada dificul-
que el alumno revela sus conocimientos de un asun- tad, y calificando con dos puntos cada problema bien
to propuesto de improviso, su poder de inventiva, hecho y con un punto uno planteado, revelarían con
su capacidad de concretar, sus lecturas, su vocabu- gran exactitud el talento y la preparación del exa-
lario y hasta su falta de plebeyez en la ortografía. Se minado, sin exponerlo al azar de un fracaso o un
podrán copiar unos a otros algún dato concreto, pero éxito inmerecido. No sería recomendable proponerles
nunca la personalidad, que se manifiesta en mil de- ningún problema arduo o enrevesado ni mucho me-
talles. Quizá una idea feliz haga exaltar excesiva- nos penoso en el cálculo. El que sea capaz de resolver
mente a alguno de los jueces hasta puntuar con la cinco corrientes sin tacha y dando los resultados, bien
máxima nota a un chico vulgar; quizá un desliz or- merece un diez.
tográfico le irrite de tal modo, que señale hasta con
suspenso a un alumno excelente; quizá ha habido en Y no se crea que la corrección de cinco problemas
muchos examinadores tendencia a calificar excesiva- ha de ser demasiado laboriosa a los jueces. Se puede
mente bajo, sin acordarse de la edad y de la men- hacer en menos tiempo que la revisión de un escrito
talidad del examinado. Pero es lo cierto que no es literario o científico.
la nota de redacción la que más sorpresas produce Otras formas de hacer un examen objetivo no di-
en profesores y alumnos. fieren de la que proponemos, sino en cosas acciden-
Otra cosa muy distinta ocurre con las matemáticas. tales. El ejemplo de muchas Facultades de Ciencias,
Es quizá la parte más aleatoria de todo el examen. y el modo de realizar los Exámenes de Estado en el
Un problema no basta para juzgar a un alumno. En extranjero, puede ser una razón para no seguir con
primer lugar, es casi imposible seleccionarlo bien, esa tortura de profesores y alumnos ante el azar del
aun poniendo dos a elegir. Si, mirando a la masa "problema".
que ha de alcanzar el cinco, se pone al menos uno También el ejercicio de Latín tiene bastante que
fácil, todos se lanzan a él..., y el corrector, para no reformar. Y aplíquese lo que digamos a las nuevas
prodigar los dieces, tiene que buscar defectos aparen- pruebas escritas de lenguas modernas.
tes con los que pueda justificar notas algo bajas. Y Es una pena que no se hayan publicado antolo-
claro, entonces corre peligro de dar los golpes a cie- gías de "Trozos latinos de Examen de Estado". Se
gas, hiriendo a los que menos lo merecen. Nada digo les podría poner como subtítulo: "Jeroglíficos clási-
tde los que han optado en este caso por poner una cos." Se ha dicho que la enseñanza del Latín ha fra-
puntuación máxima de seis o siete, con evidente in- casado. No vamos a discutir la afirmación. Pero si
justicia. Si resultan los dos difíciles, la mayoría, o en todo se hubiese examinado a los muchachos como
todos, se encuentran en la imposibilidad de hacerlos, en Latín, habrían fracasado todas las asignaturas. Yo
y para evitar catástrofes hay que regalar los puntos cteo que hombres con cinco o seis años de gramá-
a discreción o dar los suspensos, notables y aun so- tica, humanidades y retórica; con otros siete u ocho
bresalientes atendiendo a los otros ejercicios. estudiando libros en Latín, oyendo explicaciones en
No basta con decir que se pongan dos problemas Latín, respondiendo a los profesores en Latín, exa-
(le mediana dificultad. Esto es, sin duda, lo que han minándose, no de Latín, sino en Latín, tendrán obli-
pretendido los que a lo largo de quince años han gación de saber la lengua del Lacio mejor que un
hecho la selección; pues bien, hasta manejar cualquie- bachiller. Pues bien, muchos de esos hombres han
ra de los libros en que se han ido coleccionando quedado perplejos ante algunos de esos "jeroglíficos
muchos cientos de problemas de Examen de Estado clásicos". Y más de una vez, después de llegar a tra-
para persuadirse que esa selección debe de ser muy ducir todo el párrafo, han tenido que buscar el ori-
difícil. Los hay propios de un niño de Ingreso y ginal, para entender por el contexto lo que esas fra-
los hay para las Escuelas de Ingenieros. ses, ya castellanas, querían decir. Y ha sido en
Por eso "el problema" ha sido siempre el enigma ocasiones grande su sorpresa al encontrar en el origi-
del Examen de Estado. De cómo salga ha dependido nal palabras, y sobre todo puntuación, omitidas, no
muchas veces el éxito o el fracaso. Más que del tra- sabemos con qué intención, pero que hacían el pá-
bajo del curso, más que del talento, dependía de la rrafo más inteligible.
suerte. Recuerdo todavía lo que ocurrió hace diez Y como esas frases de ordinario han sido tan cor-
o doce años en una de las Universidades. Uno de los tas, a veces se han encontrado casi enteras en los
días "salieron" dos problemas difíciles. No hizo na- diccionarios, otras se han podido soplar sin dificultad,
die ni el planteo. Entonces un cero anulaba y los y así nos hemos visto de nuevo sorprendidos por las
ceros se solían prodigar. Pues bien, para evitar el anomalías de las calificaciones, imputables no tanto
total fracaso se decidió poner a todos "uno". Con al Tribunal como al sistema. Los jueces sí han solido
esto, 14 puntos en las otras dos materias podían bas- corregir con excesivo rigor, dada la dificultad que el
tar para salir adelante. La cosa no trascendió. Entre tema entrañaba en sí, para los que no tuviesen la
los miles de alumnos matriculados en aquel distrito, suerte del diccionario o tuvieron la sinceridad de no
los trescientos o cuatrocientos interesados suponían copiar.
muy poco. Pero los Colegios afectados vieron con es- Todo este conjunto de circunstancias ha obligado
panto que casi la mitad de sus alumnos quedaban a los profesores de Latín a escoger también para sus

lo REVISTA DE EDUCACIÓN

clases cosas excesivamente difíciles y a emplear mé- zo y fin, en Castellano. Así, el contexto, le ayudaría
todos menos pedagógicos en sí, aunque más eficaces a dar idea exacta del texto.
para el examen, con lo cual los alumnos se han has- Se haga así o de otra forma, todos están de acuer-
tiado y perdido la confianza en sí mismos. La con- do en que los trozos han de ser más largos, más fá-
secuencia todos la hemos palpado. Esos chicos no han ciles y que tengan sentido de por sí. Si no tienen
sido capaces en la Universidad, no ya de manejar un sentido completo, podría venir junto con la traduc-
autor latino de Filosofía o de Historia, pero ni si- ción una explicación de las circunstancias que el exa-
quiera de entender un aforismo de Derecho Romano minador leyese en el aula.
o Eclesiástico. "El Latín ha fracasado." Pero hagamos punto final. Sea ésta la conclusión
A un director de Instituto oí una vez un modo de todo lo dicho: Antes de la primera experiencia
más racional de poner el ejercicio de Latín. A cada del Examen Preuniversitario y de los exámenes de
uno de los alumnos se le debía de dar una hoja im- Grado propiamente dichos, quizá convendría pensar
presa de un autor latino, clásico o cristiano, con un si en los "ejercicios escritos" del artículo 91 de la
asunto tratado en su integridad en unas cuarenta o Ley de Ordenación de Enseñanza Media se han de
cincuenta líneas. En el medio, unas quince o veinte seguir, paso a paso, las huellas dejadas por los an-
líneas, no muy difíciles, en Latín. El resto, comien- teriores, o sea, la de tomar un derrotero distinto.

Reflexiones sobre la Formación Política

RODRIGO FERNANDEZ- CAR VA/AL

II
Convengamos, sin demasiadas precisiones, en que la Podrá argüirse a lo anterior que un buen profesor
asignatura de "Formación política" o "Formación del de Formación Política no transmite tan sólo concep-
espíritu nacional" tiende a inculcar en nuestros es- tos, sino que también contagia entusiasmos, y que su
tudiantes hábitos de mando y de obediencia. Esto es, impulso poético puede muy bien suplir el defecto o
tiende a procurar que en su futura vida ciudadana elementalidad de aquéllos. Cosa hasta cierto punto
sepan ejercer el poder medida y eficazmente, y obser- exacta, pero que debe examinarse más despacio.
ven por otro lado respecto a él una actitud de sumi- El contagio simpático de entusiasmos, tanto en esta
sión lúcida. materia como en cualquiera otra, opera siempre sobre
A la formación de tales hábitos contribuye sin duda un supuesto: la existencia de alguna connaturalidad
la transmisión de ciertos conceptos; pero sería una entre el portador del entusiasmo y aquel a quien in-
ingenuidad—no por su ascendencia socrática menos tenta enardecer. Acudamos a una comparación tópi-
nociva—creer que estos conceptos bastan para engen- ca: la posibilidad de que los atletas se transmitan
drar esos hábitos. Ocurre, en realidad, que el título unos a otros la antorcha encendida está condicionada
mismo de "Formación Política" es equívoco. Un pro- por el consenso de todos ellos en aspirar a la victoria.
fesor, al menos que tenga facultades de sugestión má-
gicas, no puede lograr que sus alumnos resulten for- En España tal connaturalidad tropieza con un obs-
mados políticamente. Cuanto él puede hacer, en su táculo: hoy día es muy grande entre nosotros lo
estricta función profesoral, es transmitir conceptos, o que suele llamarse "distancia social", esto es, se di-
extraerlos mayéuticamente del espíritu del propio ferencian sobremanera las mentalidades del cuerpo
alumno. Si esta faena no va acompañada por una docente y del cuerpo discente. La experiencia polí-
ejemplaridad moral del profesor en las tareas ajenas tica del primero, y consecuentemente su sistema de
a la docencia, por una colectiva ejemplaridad del am- ideas y entusiasmos, fluye de nuestra trágica y glo-
biente político y por una labor pedagógica eficiente riosa historia entre los años 1931 y 1939; historia en
en todas las restantes materias de estudio, la Forma- la cual todos, más o menos activamente, intervinie-
ción Política corre riesgo de fracasar en toda la línea. ron. El cuerpo discente, por el contrario, ha crecido
Ha de tenerse especial cuenta, sobre todo, de cierta en años de paz. Lo que para los maestros es recuerdo
relación existente entre Formación Política y compe- personal, para los alumnos es referencia libresca, sus-
tencia profesional. Muchas veces la preocupación por tancialmente semejante a la que podría tener de las
la cosa pública es índice de alguna insatisfacción res- guerras carlistas un joven de 1900. En la Universidad
pecto a las tareas del propio oficio. El vacío interior el alumno concluye normalmente su vida escolar a
se llena de política, con lo cual esta misma se des- los veintidós años; lo cual quiere decir que la For-
orbita y enrarece. De aquí se deriva en el plano do- mación Política universitaria actúa hoy sobre gentes
cente un grave riesgo: la unilateral especialización del que, cuando más, tenían en 1936 cuatro años, y siete
profesor en materias de Formación Política. El ideal años en 1939. Por lo que respecta al Bachillerato, los
sería, en beneficio de la máxima eficacia de esta ense- profesores han de enfrentarse con alumnos nacidos
ñanza, que quien la profesara compartiera tal dedi- después de 1937. Y los maestros, al menos en los dos
cación con otra, sea docente o extradocente. Y que primeros períodos escolares, tratan con niños nacidos
viviera esta otra con pleno y sincero fervor. después de la terminación de la guerra mundial.

Vous aimerez peut-être aussi