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PRIMER ACTO ...


SALA LUJOSAMENTE AMUEBLADA EN CASA DE D. EMILIO DEL VALLE Y MODESTA
HABITACION DEL PADRE AMBROCIO. \\,,¡//
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CUADRO PRIMERO \J, \:::\'.){ J') f
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Una historia olvidada. Cl\,~

Sala lujosamente amueblada en casa de D. Emilio del Valle. La escena permanecerá escueta
durante algunos momentos.

Personajes: D. Emilio del Valle, Lic. Leobino del Valle, Dr. Eduardo,"Pablo y Carlos del Valle,

ESCENA PRIMERA
Em.- (Entrando) Pase doctor; hágame favor de tomar asiento.

Ed.- Lo hare después de usted, amigo mío. (A Leobino Lic. Le indica que se siente; idem a Leobino).

Ern.- (Después de encender el platón central) Doctor ... (. Le indica que se siente; idem a leobino).

-----
se.. Mil gracias.
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Em.- (Sentado)/ Feliz de coincidencia/ ¿Verd~e

Ed.- Cabalmente. Iba yo a cruzar la ,inco de mayo, cuando se puso rojo el semáforo; frene, y todo fue
una cosa: reconocer su coche y oír la llamada de atención del claxon.
¡')'\-el')~~ e..

Le,- Deheríamos de haber cerrado el banco a las ocho, pero un~lefon~de la Secretaria de Hacienda nos
comunico la orden de suspender - inmediatamente -toda ltJa actividad financiera, por un imprevisto descenso
de la moneda. Suspendimos nuestras labores, abordamos el coche y fue así como nos encontramos en la
e_nco de may6=)

Em.- Y fue así también como se vieron cumplidos mis deseos: de invitarle a saborear el añejo y generoso
licor que bondadosamente que han traído los señores. Gamba de. San Luis de la Paz/ Aprenda a gustar
productos de calidad, doctor/ (Flamando) / Pablito/.

Pa.- (Saliendo por la puerta del fondo) A sus órdenes, señor. Buenas noches doctor, licenciado ... Ed.-
Buenas noches, Pablito.

Em.- Pablito, el doctor desea con vivas ansias probar el vino de San Luis. Pa.-

Inmediatamente será usted complacído, doctor.

Ed.- Gracias, amigo mío. (Sale Pablo por el vino)

Em.- ¿No le agradaría alguna pieza de música mientras vuelve Pablito, doctor? Ed.-

/Y mucho que me agradaría/ /Nada más a propósito/.

Em.- Por favor, Leo, enciende la radio y sintoniza con la estación preferida del doctor.

Le.- (Se levanta y después de encender la radio-consola): tiene usted la palabra doctor ¿Qué música
prefiere? Clásica, de salón popular o superpopular.

Ed.- ¿Superpopular? Desconozco por completo esta última clasificación Licenciado.

t9 ~'\). \'l,V\•:fl,"~
Le.- Superpopular es lo mismo que :Cha-ch;c;;a"" ~doctor/, porque -sepa usted- la popularidad de
la música va en razón directa del mal gusto.

Ed.- E!S,-verdad, Licenciado pero nosotros -los que nos gloriamos del nombre cristiano- debemos retornar a
la antigüedad dejando aj_tCha-cha-ch9ara los títeres de las cantinas que a decir verdad abundan en este
católico pueblo de Leó~.,Sintonice, por favor, con ... la X.E.L.G. (Leobino va a la
. . . \ v\""
radio y sintoniza). ~ ~ • r\ e>< ¡'e"",,·

Pa.- (Entrando) /Que largas se me hacen las horas sin verte/ verdad doc. Ed.-

/Mmm ... una eternidad/.

Pa.- Pues ahora deleite su exquisito paladar. (Sirve las copas y las distribuye). Después deleitara sus finos
con unas aljamiadas coplas.

Ed.- ¿Cómo?

Le.- Sí, Señor: ¿el clásico sirviente de Don Emilio del Valle es ahora, Poeta? ... Ed.-
/No me diga/ (Ríen)
Pa.'" Y, ¿Por qué no? Cosas mayores veremos en el futuro. Voy a tener la inmensa satisfaccíón de
obsequiarle un sencillo recital. Apuren su copa. (Brindan).
. ~
l-1-
i~,c;,e" Em.- ¡Salud!

Le.- ¡Salud!

Ed.- ¡Salud!, por el nuevo poeta. (Después de apurar las copas) ¡Ahora si Pablito todo mundo está
atento! (Pablo apaga_ la_ rfll?rlyuelve al medio de la escena).

Pa.- Con mucho gusto para usted -y solo para usted- ¡Doctor! (tose y se compone) "El Medio Cazador"
(Todos se miran; Pablo declama el siguiente fragmento del "Médico Cazador "de Vital Aza)
... Un doctor muy afamado - ~ -- ---------
Que jamás cazado había,
Salió una vez invitado
A una alegre cacería.

Con cara muy lastimera Confeso el


hombre ser lego, Diciendo "es a la
vez primera Que cojo una arma de
fuego".

¡Bueno, bueno, siendo así!


Nada, que no tema usted.
Quietecito junto a mí.
Chitón, y yo avisare.

Colocoquese tembloroso El buen


doctor a la espera, Cuando un
conejo precioso Salió de su
gazapera.

--Ahí va el conejo; le grita El


guarda. ¡No vacilar!
Y el doctor se precipita, Y
¡pum! Disparo al azar.

Y es claro, como fallo Diez


metros la puntería El conejo
se escapo Con más vida que
tenía.

El guarda puso mal gesto Y


rascase la cabeza.
Hubo una pausa y en esto de pronto Salió
de pronto otra pieza.

--¡Ahí va una liebre, doctor! ¡Tire


usted pronto o se esconde! ¡Y pum! El
pobre Señor Disparo ... ¡Dios sabe a
dónde!

¡Gasto en salvas sin piedad!,


Lo menos diez tiros, diez!
Sin que por casualidad
Acertara una vez.

Guillermo era un zote Sino


un guardia muy astuto,
Dijo para su capote: --Ese
doctor es muy bruto.

No le pongo como un trapo;


Más yo sé lo que he de hacer;
Y al ver pasar un gazapo corriendo a todo A
todo correr:

--¡Doctor! exclamo Guillermo


Con rabia mal reprimida:
¡Ahí va un enfermo! ¡Un enfermo!
¡Y pum! Lo mato enseguida.
Todos.- ¡Bravo!, ¡Bravo!

Em.- Estuviese substancioso, Pablito; hablaste con expedición y elegancia; ¡Tus extraordinarios dotes
artísticos muy pronto irán en las de la fama! ¡Son dig·nas de la tribuna ilustre y señorial de un parlamento!
(Ríen).

Ed.- ¡O de un consultorio médico! (Ríen) Como haría alarde de elocuencia en tus diagnósticos.

Pa.- Mil gracias, gentilísimos caballeros. Solo vuestra magnanimidad y vuestra bondad os han movido a
tributarme tan inmerecidos e innumerables elogios.

le.- Mi opinión es completamente distinta. Agárrense. ¡A mí me parece que tiene vocación de cura! Pa.-
"Siento por esta vez no complaceros. Estoy en vísperas de celebrar mis bodas"

le.- ¿Qué importa? Te divorcias. ¿¡O que es pecado mortal?!.


Pa.- Exactamente.

Ed.- El divorcio es una causa principal del desquiciamiento moral de la sociedad. Es la frágil fortaleza en que
se escuda el Espíritu del mal. Por eso la Iglesia Católica lo ha condenado siempre y lo condenará mientras
exista sobre la tierra.

Le.- Supongamos que usted dijo la verdad, doctor, pero una cosa si le dire: todo se arregla con dinero, hasta
el divorcio. (A Pablo con gesto de remedo) Parece que te estoy mirando: ¡Hermanos mios muy amados, el
mundo se desquicia y se hunde en las tinieblas por la injusticia de los ricos!. ..
Pa.- Muy cierto, la verdad desnuda, y nada más.

Le.- Y, ¿Qué me dices de la charolita que pasa y repasa a diestra y siniestra?

Ed.- La Santa Iglesia Católica, Señor Licenciado, no pide limosna; exige de sus hijos el cumplimiento de un
deber sagrado, de un deber de justicia.

Pa.-Así es, Licenciado.

Em.- Eso es muy cierto, Leo. Yo me quedare sin comer, pero no sin dar mi peso los domingos. Le.-
¡como me gustaría ser Cura, a la hora de la colecta!
'
Pá,c Aun es tiempo, mi señor. Siempre serán actuales las palabras de Cristo: ¡La mies es mucha y los.
opeCários pocos! Que en una parodia singular vendría quedando así: i Hay muchos sacerdotes, pero que
pocos de ellos son ricos!

Le.- Solo eso faltaba, ¡ser Cura!. ..

Pa.- Claro; no se puede estar con Dios y las riquezas.

~~SCENA SEGUNDA/
Ca.- Con permiso, ¿Soy inoportuno?

Em.- De ninguna manera, hijito. Tu presencia nos será sumamente grata. Más aun: Te necesitamos.
(Sale Pablo haciendo una reverencia).

Ca.- Gracias papacito. Buenas noches, doctor. Buenas noches, tío.


Ed.- Jovencito, buenas noches.

Le.- Buenas noches, sobrino.

Ed.- ¿Quiere decir que este es el primer día en que convive con vosotros después de su retorno de
Lovaina?

Em.- Si, doctor, este es el primer día. Ha sostenido una prestigiada universidad un brillantísimo examen
que lo ha hecho acreedor a la máxima calificación. ¡Summa cum laude!
'\t.,
Ed.- ós feliclto y me felicito. Este triunfo es un presagio -¿Quién lo duda? De otros triunfos que Dios le
tiene preparados y cuya predicación ya se perfila a la buena, aunque, quizás, misteriosa.

Ca. - Siempre caminamos rumbo al misterio, doctor, mientras vamos hacia Dios.
Em.- Pero hazme favor de sentarte, hijito.
Ed.- Exactamente.

Ca.- Solo por uno momentos, doctor. Antes de que expire el día, debo saludar al Padre Ambrosio. Le.- Sí,
doctor, sepa usted -de una vez por todas- que la familia del Valle, es ciento por ciento: católica,
apostólica, romana, más papista que el Papa, rata de sacristía ...

Em.- (Interrumpiendo) ¡Ya párale, hombre! ¿A dónde vas a llegar? ¡Por poco nos ca_nonizas! (Al doctor)
y este triunfo de mi hijo, doctor, ¿No es también un presagio halagüeño de una prospera fortuna?

Ed.- Así lo estimo, amigo mío. Aunque debemos convencernos que los regalados frutos de nuestra
profesión no son el brillo del oro ...

¡Oro que se extingue como el humo! Sino el deslumbrante resplandor de la virtud, eterna como Dios.
Em.- es que el dinero es un factor de capital importancia, doctor.
Éd.- No tanto como la virtud. Ya está dicho que cuando todo acaba, queda el honor, es ·decir la virt_ud.-
Además, si fundamos la razón de nuestra vida en el dinero, naufragamos infaliblemente, pues nos
convertiremos en arlequines del oro y disiparemos nuestro noble y santo ideal -de servir a Dios y a la patria- en
mezquino egoísmo.

También está dicho: "Donde está tu tesoro ahí está tu corazón".

Le.- Muy bonitas palabras, doctor. Pero es más bonito el dinero y ... sobre todo más práctico.

Ca.- Todo está muy en su lugar, doctor. De mi parte, se decirle que temo mucho no ser un digno hijo de Dios
en mi vocación, por este peligro del dinero.

Ed.- Actualmente, ¿Qué año cursa?

Ca.- El penúltimo, doctor.

Ed.- Esto quiere decir que -un año más- y ... ¡un Licenciado hecho y derecho! Ca.-
Sí, doctor, aunque ...

Le.- ¿ Qué te vas a arrepentir?

Ca.- No ... no ... , sino que ...

Ed.- Yo me congratulo con usted y desde ahora le ofrezco mi amistad y mis humildes servicios.

Ca.- Muchas, gracias, doctor, abrigo la esperanza de serle útil, yo también. Quede en su casa. (A Emilio)
Papacito, el padre Ambrosio me espera.

Em.- Cuenta con mi ausencia, hijo. (Leobino hace un gesto de desaprobación).

Ca.- (A Leobino) Al padre Ambrosio le favorece también el derecho de mi amistad. Es un fiel y excelente
amigo mío.

Le.- ¡Ah!, ¿sí? ¡Pues ve a saludar a tu amigo el... Cura!

Em.- Salúdalo de mi parte, Carlitas.

Ca.- Con mucho gustoe Con permiso. //

< ESCENA TERCERA/ p/'

Em.- La última, doctor. (Sirve las últimas copas) ¡Salud!


Ed.- ¡Salud!

Le.- ¡Salud!

Ed.- Señores perdón que me retire. Tengo algunos pacientes que reclaman mi presencia, aunque sea para
morirse más pronto. (Ríen>'. No me olvide del brindis nocturnal. Mil gracias por haberme participado en
vuestra alegría. Me ofrezco a vuestras leales órdenes en todas aquellas cosas que se relacionan con mi
profesión.
.
Em . ..: Gracias, doctor. Nosotros también queremos - muy sinceramente- qu
\1\ MJ. '(\).
lo VUe'srrcfs~ J

Ed.- Sellemos, pues, el pacto. (Se estrechan mutuamente la mano). Hasta la vista Don Emiliq..Em.-
Adiós, doctor.

Ed.- Buenas noches, licenciado.

Le.- Buenas noches, doctor. Permítanos acompañarle. (Salen por la puerta que da a la calle. El cuadro se
termina y se significa con: ~ ,

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APAGON... i 0 ~

CUADRO SEGUNDO ... l'().""'\-.,, d.>, .


UNA VOCACION DEFINIDA:

Modesta del Padre Ambrosio. Este se verá sentado rezando. Después se quita su sotana y se dispone
a salir cuando llaman a la puerta.

PERSONAJES QUE INTERVIENEN: PADRE AMBROSIO Y CARLOS DEL VALLE. Am.-


¡Adelante!

Ca.- ¡Padre Ambrosio!

Am.- ¡Carlos Bienvenido! (se abrazan) ¡Mag(:lifico eres todo un caballero! Desde ayer comenzaron a circular
los rumores en torno a tu llegada a ~eón. Yo hacía actos de fe y esperanza y decía para mis adentros: Creo y
espero firmemente que Garlitos vendrá a visitarme atraído del buen olor de nuestra amistad. Dios me oyó.
¡Bendito sea el! Pero hazme el favor de sentarte.

Ca.- Es que usted está de salida ...

Am.- Eso no me importa. Era una visita de simple cortesía. No es nada que se relacione con mi santo
ministerio sacerdotal.

Ca.- Faltará a su promesa, renunciara a un gusto legítimo.

Am.- Vale la pena renunciar a un gusto pequeño por otro mayor. Tal vez -en esta ocasión- sea más necesaria
mi presencia aquí que allá.

Ca.- Precisamente.

Am.- Bueno, y para que quedes más tranquilo, voy al teléfono a pedir excusa de mi informalidad. Espera un
momento hazme el favor de sentarte. (Sale)

ESCENA SEGUNDA ...


Ca.- (Cuando el Padre Ambrosio ha salido, Carlos se sienta por algunos momentos. Vuelve la mirada hacia
todos lados. Repentinamente mira la sotana del Padre Ambrosio. La cual estará suspendida
'
dél perche. hacia la puerta, se asegura la de ta ausencia del Padre Ambrosio y vuelve con decisión.
Coge Ja sotana, y se la pone. Cuando con toda emoción se contempla revestido de la sotana; Vuelve el
Padre Ambrosio deteniéndose en la puerta. Sin ser advertido por Carlos.

ESCENA TERCERA ...


Am.- No está bien un Licenciado con habito de cura ...

Ca.- ¡Ah!, perdón, Padre. Es que yo ...

Am.- Comprendo. Mejor diré: no comprendo como en vísperas de celebrar un triunfo profesional, pienses
aun en un cáliz de oro ...

Ca.- Padre, yo ...

Am.- Es superflua toda explicación. Esta actitud tuya no es sino una explicación de fuego abrazador que
te consume. Sin embargo, hijo mío, teme mucho ser el juguete de una ilusión pasajera.

Ca.- Padre, no es ilusión pasajera un ideal que ha llenado toda mi vida. Un ideal que ha madurado en el
silencio de mi sufrimiento y hasta con el roció de mis lágrimas, no puede ser estéril. Vengo que me
escuche, no puedo esperar más.

Am.- No basta que el fruto este maduro, es necesario que sea de buena calidad. A veces los frutos no se
maduran espontáneamente, sino por artificio humano.

Ca.- "No, Padre, nadie ha provocado jamás en mi estos pensamientos: nada natural me atrae".

Am.-A veces falta el dicernimiento, o no sabemos tomar partido del ambiente que nos rodea .

Ca.- Ni el ambiente de la Universidad, ni la amistad con algunos condiscípulos menos malos, han llenado
el vacío de mi alma. Cuando todos corren presurosos a los clubs, a los pasatiempos ilícitos, al
espectáculo frívolo, yo me recluyo en la soledad de mi amargura. Considero que no puedo ser feliz ~ino
escucho este clamor divino y poderoso.
/

Am.- A este clamor, que tu llamas divino y poderoso, se opone otra, que yo llamare humano, ciertamente;
pero más poderoso, por ser mas allegador a nuestra débil naturaleza. Es la voz de tu rancio abolengo
que protesta, es el brillo deslumbrante de tus ídolos de oro.

. Ca.- "Todas estas alegrías del dinero, todos esos pedacitos de placerp me parecen vacíos.
Bendiga, se lo ruego mi resolución". .

Am.- "Tal vez no hayas meditado suficientemente las Palabras del Santo Evangelio: "El que ama a su
padre y a su madre ... y a sus hermanos más que a mí, no puede ser mi dlsclpulo"..
/

Ca.- "Si tuviera que dejarlos cien veces más, los dejaría, porque amo a Dios y al sacerdocio más que a
todo el mundo".

Am.- 'Tus padres tienen necesidad de cariño". Ca.-

Tiene usted en nada a mis demás hermanos".


' .

Am.- "Tu salud" ...

Ca:- "¿Me ha visto alguna vez enfermo? Resistiré a todas las enfermedades"

Am.- Ten en cuenta el temperamento anticlerical de tu tío y la timidez y fríaldad religiosa de tu padre. Para
hacer a Dios la ofrenda de un hijo es necesario haberse ofrendado antes.

Ca.- Pero Dios es el que obra en nosotros al querer ofrendarnos y el ofrendarnos.

Am.- Se nos acusara -a tus antiguos maestros- de haberte atraído, engañado, ¡qué sé yo! Ca.-
¡Ahí estaré para afirmar lo contrario!

Am.- No se dará crédito a tus palabras ni a tus negociaciones, que serán calificadas de ingenuas. No hay
hombres tan obstinados como los anticlericales.

Ca.- ¡Cuánto mejor! Así, mi sacrificio y mi ofrenda serán más agradables a Dios "Se dice una vez la verdad
para tranquilizar la conciencia, después se pasa por sobre todos y por todos" ... (Volverán ambos la mirada a
la Santísima virgen Mar~i ~

Am.- (Después de breve pausa musical1.~ÍHágase la voluntad de Dios y la tuya!, preparémonos para la
lucha ...

Ca.- No tema, Padre, ¡Dios estará con nosotros!

Am.- No hay duda, Dios está contigo. Carlos del Valle. Tu vocación es definitiva, tú triunfo es seguro. Ya no
hay tinieblas, en tu camino. Tu arma invencible será la oración, y solo la oración. Se pordiosero en la oración
del inocente y del humilde. Toma por especial protectora a la Reina del cielo y de la tierra, a la bienaventurada
Virgen María. Desde el despuntar de la aurora hasta el morir de la tarde, desgranen tus manos las cuentas del
rosario y tus labios el Ave María.

Ca.- Así lo hare, Padre, hasta triunfar. Adiós. Padre Ambrosio.

Am.-Adiós padrecito Carlos.

Ca.- Bendígame, Padre. (Se arrodilla).

Am.- Que te bendiga el Padre todopoderoso, el Hijo y el Espíritu Santo .

. Ca.-Amén. ·Se levanta y sale. (El Padre Ambrosio lo sigue con la mirada).

APAGON ...

( CUADRO TERCERO .. ~
ESCENA UNICA
MEDIOS DE LOGRAR LA VOCACION INFALIBLE

Sala l_ujos~ente, awueblada en casa de _!2.n. Emilio del Valle... Carlos, sentado, Jorge y Pablo en
actitud interrogante.
q
PERSONAJES: Carlos del Valle, Jorge del Valle y Pablo, sirviente. Pa-

(A Carlos) Usted oculta algo. ¡A mí no me la pega!

Jo.- ¡Hasta parece que vas a llorar!

Ca.- No amigos míos, no. También de alegría se llora ... ¡No, yo no tengo nada, no! ... Pa.-

Es inútil toda sin razón. No hay lugar para el engaño.

Jo.- ¡Tu siempre has sido alegre y cariñoso!

Pa- Alegre y cariñoso no solo con Jorge -que es tu hermano- sino también con este pobre sirviente tuyo.
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. ; y-(.,"1•··
Ca.- (Levantándose y adelantándose hacia el proscenio) Amigos míos queridos, jtf~dme que nunca
(' flvl,l,!'} /\A"'
revelareis e, secreto que os voy a confiar.

Jo.- (Después de una breve vacilación) ¡Yo si juro!¿ También tú, verdad Pablo? Pa.-

Sí. ¡Juramos como juran los caballeros nobles!

Ca.- Pues bien. Hace mucho tiempo que yo abrigo y acaricio un deseo ... Pa.-
¿Un deseo?

Jo.- ¿Qué deseo?

Ca.- El deseo más sublime que existe sobre la tierra ... El ser. .. ¡Sacerdote!

Jo.-¿ Tú quieres ser cura? ... ¡No!. .. no te vayas de mi. .. ¡Yo te quiero mucho, Carlitos!. .. (Llora).

Pa.- ¡Bendito sea Dios! ¡Que honor para mí, el sirviente de la familia del Valle; para ti, Jorge; para ti, ilustre
familia del Valle; para ti mil veces heroico pueblo de León; para ti también, querida patria mía, República
Mexicana! ¡Carlos permíteme que te abrase! (Lo abraza) ¡Y tu, hermano carnalito, hermano legitimo de un
sacerdote, abrázame! (Lo abraza).

Jo.- (Viendo la alegría de Carlos y de Pablo) ¡Carlitas! (Lo abraza).

Pa.- Bésale la mano, niño: es ministro de Dios. .L \V


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Ca.- (Rehusando) No, todavía no. \1 ~"
. .~~ J.
Pa.- Y, ¿Por qué no? ~s~~~
í-;). \).. f'
Ca.- Por que les falta la unción sacerdotal. Solo dos manos veneramos con un santo~sculo)a de
nuestros progenitores según la carne, nuestros padres, y la de nuestros progenitores--ségún el espíritu, los
sacerdotes.

Pa.- Y ... ¿Cuándo te vas al Seminario?

Ca.- Solo falta la voluntad de mi padre y de mi tío.


JO
Pa.:-· ¡Áhí está lo bueno! Tu padre y tu tío, llenos de riqueza, en todo piensan y todo les entra, menos
quete hagas sacerdote.

Ca.- Sin embargo, todo lo obtendremos con la gracia de Dios y con la oración.

Jo.- Te obtendré el permiso. Yo convenceré a mi papá y a mi tío Leo.


\\

Ca.- Si, Jorgito, tu puedes obtenerme el permiso medianté\preciosa oración de niño, que será la más
poderosa delante de Dios ... El Reino de Dios es de los pobres y los humildes ... Juradme, pues, que
seréis -mediante la oración constante- mis abogados delante de Dios.
Jo.- ¡Lo juro!

Pa.- ¡Lo juramos!

Ca.- Gracias, buenos amigos ... (Levantando la mirada al cielo). ¡Triunfaremos!.

Todos.- ¡Triunfaremos! --------


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TELON LENTO

SEGUNDO ACTO

Sala lujosamente amueblada en casa de Dn. Emilio del Valle y modesta habitación del P.
Ambrosio. Es la noche del día siguiente.

CUADRO PRIMERO.
DELIRIO DEL BIEN Y DUDA DE EL.

Sala lujosamente amueblada en casa de Dn. Emilio del Valle. Carlos se ha quedado dormido
sobre el confidente con el rosario en la mano.

La escena permanece iluminada con luz tenue. Leobino entra.

MUSICA: Preludio del "Carmen".

PERSONAJES: Carlos del Valle, Leobino del Valle, Emilio del Valle, sirviente, Padre Ambrosio y Voz de
Carlos.

ESCENA PRIMERA

Le.- ¡Se durmió en el Señor!... (Viendo el rosario) ¡Bah!... ¡Boberías! (Enciende la luz central) ¡Señorito,
Carlos! ¿En cuál misterio nos quedamos? ... (Lo mueve).

Ca.- (Soñando) ¡No, tío, no! ¡Déjame!

Le.- ¡Ya es hora de cenar, patrón! (Le coge la mano).

Ca.- ¡Déjame, tío, déjame! ¡No, no me bajes las manos del cielo!; ¡Estoy rezando, déjame!. ..
L ,.?
·Q
e.-¿ ue 0190 ....
II
Ca.~ ¡\/irg~ncita de Guadalupe!. .. ¡Madre mía, .. coge mis manos ... son tuyas ... no las sueltes!. ..
Le.- Sueña ... sí. ... Sueña.

Ca.- ¡Señor!. .. (En este preciso momento se escucha la voz reveladora del sueño).

. Voz.- Acéptame como uno de tus obreros, si soy digno; yo no puedo ser feliz sino durmiendo en el ..
arrullo de tu dulee voz ... yo no puedo ser feliz sino portando sobre mis débiles hombros la suavidad
\ ·.,'de tu yugo... "La mies es mucha, mas los operarios pocos". Pocos... pocos... Señor, ¿Por qué pusiste en
mi la luz divina de tus ojos? ¡Madre mía, alcánzame esta gracia! ¡Alcánzame esta gracia! Dale fortaleza a
mi alma. ¡Dale fortaleza al Padre Ambrosio! Ruega por mi papacito. Ruega por mi tío! Haz que ...

Le.- ¡Carlos! ¡Carlos!. ..

Ca.- ¡Mueve sus corazones!

Le.- ¡Carlos, despierta!

Ca.- (Despertándose) ¡Tío! (viendo el rosario) ¡Ah! (lo guarda) Me venció el sueño ...
Le.- Levántate a cenar.

Ca.- Sí, tío ... (Se levanta).

Le.- Podrías decirme, ¿Qué significan tus sueños?

Ca.- ¿Mis sueños?

Le.- (Sin contestar) Te prohíbo que vuelvas a estar acá a solas ... soñando ... ¡Tonterías!. .. ¡A cenar!
(Carlos entra al comedor; Leobino lo sigue, quedándose en la puerta. Luego vuelve a la escena y pide
pensativo): ¡Alcánzame esta gracia! ¡Dale fortaleza al Padre Ambrosio!... ¡Ruega por mi
lJapacito .y .. mi tío! .. ¡Alcánzame la gracia!. .. (Entra Emilio, el cual viene de la calle).

ESCENA SEGUNA
Em.- ¿Comento va-t-il?

Le.- Tres bien.

Em.- No haz olvidado el francés (Deja el abrigo y el sombrero, se sienta y lee el periódico).

Le.- Hay cosas que no se pueden olvidar, Señor del Valle, un poco más aprisa ... ¡Y asiste usted al
espectáculo más grande del mundo!

Em.- ¿Qué paso Leo?

Le.- Su hijo transportado de la tierra al cielo.

Em.- Explícate

Le.-Si viendo a los ángeles en sueños. ¡Yo me quedo atónito ... extasiado; sentí que me salían alas y
volaba!. ..

IL
'
Em.- ¿Dónde ocurrió esto?

Le:- Aquí, sobre el confidente.

Em.- Y, ¿Que hacia Carlos por acá a estas horas? Le.-

No lo sé. ¡Pero su sueño es revelador!

Em.- Tu sabes que la fantasía de los jóvenes se exalta mucho en determinadas circunstancias. Más aun, así
son a esa edad.

Le.- Sin embargo de unos días acá anda ascético, serio y meditabundo. Hay algo en su interior que no se
atreve a revelar. Jorge y Pablo lo siguen en su misticismo.

Em.- ¿Qué quieres que tenga, hombre?

Le.- Cuando se educa a los hijos como lo haces tú, puede temerse cualquier cosa ... Esa religiosidad que le
metes en la cabeza tú y tu esposa ...

Em.- Pero, yo no me arrepentiré de creer en Dios, Leo.

Le.-Respeto tus opiniones, Señor del Valle, pero esas sesiones de Iglesia, esas predicaciones ardientes ...
esa predicación dada por curas, jugaran una mala partida en tu hijo.

Em.- ¡Ah! No, no digas eso, Leo, yo soy cristiano de corazón, tu bien lo sabes, pero nuestros hijos son
nuestros.

Le.- Mientras no caigan en las redes de los curas ... Bueno eso digo yo. Yo sé bien que tengo mis ideas
anticlericales que me desacreditan delante de ustedes.

Em.- También sabes -de sobra- cuanto cariño se te profesa en esta casa. Eres como un segundo padre para
mis hijos. A ti te debemos el crédito del banco.

Le.- Reconozco que es poca cosa lo que hice por ti.

Em.- Te equivocas, Leo. No es insignificante para nosotros un hecho del cual depende nuestra vida. Le.-
¡No exageres, hombre!

Em.- Esa es la verdad. ¡Que hubiera hecho yo ante esa quiebra irreparable! Le.-

bueno, sea, como usted quiera, Señor del Valle (Llaman a la puerta). Em.- ¿Quién

va?, ¡Adelante!

Pa.- Un bulto para el joven Carlos, de parte de la sastrería "Ludovici". Em.-

¿De la sastrería "Ludovici"?.

l ~-- Sí. El portador, además, este recibo para que le sea liquidado inmediatamente (Entrega el recibo
a Emilio).

I:? el importe del recibo).


Em.- Pero si Carlos ... Bueno. (Entrega a Pablo en billetes,
Pa.s Con permiso. (Viendo que Leobino examina el bulto).Ah! dijo que se le entregara tal cual esta. Le:-
¿Si? ... Está bien ... (Emilio después de una breve pausa) ¿Desde cuándo se viste de luto el joven del
Valle?

Em.- No a Carlos no le gustan los colores negros.

Le.- No le gustarían, pero ya le gustan. Observe.

Em.- (Mirando el color) ¡No comprendo!

Le.- Y seria interesantísimo comprenderlo, ¿No es verdad?

Em.- Tal vez un pantalón.

Le.- Fúnebre ... Esto indica que ya la muerte viene al trote ¿No querría el Señor del Valle hacerme el
favor de descorrer el velo de este misterio?

Em.- Pero ...

Le.- Ábralo, por favor, se lo suplico. (Irónico).

Em.- (Desenvolviendo el paquete) ¿Qué es esto? ¡Una sotana!

Le.- Un botón de muestra, una falsa prueba, un débil argumento de mis presentimientos y de mis
predicciones.

Em.- ¡No es posible! (Pensativo).

Le.- (Riendo sarcásticamente) ¡Señor del Valle, lo felicito muy sinceramente J;t~s por sus
adelantos y progresos en el terreno de la santidad! r.--

No hay duda: Usted será el padre de un santo, puesto que todos los curas ... ¡Santos!

Em.- ¡Estoy seguro que esa prenda no tiene nada que ver con Carlos!

Le.- Pero Carlos con ella si. ..

Em.- tú lo conoces como es de caritativo.


]bOO, Ot.
Le.- Sí, ¡Muy caritativo!. .. una caridad de $500.00 cuando menos. ¡Con esas caridades yo aumentaba
ciento por ciento mis millones!. .. No ... Si. .. hay que regalar de lo bueno para ganarnos ¡el cielo ¡(Llama
el teléfono. Leobino sale y vuelve en seguida).

Em.- (Solo) ¡Imposible!... ¡Carlos no piensa en estas cosas¡ ... ¡No¡

Le.- (Volviendo) Señor del Valle la Secretaria · de Hacienda reclama nuestra presencia inmediatamente.
¡Resígnese a ser el papá de un cura! (Ríe).

Em.- Vamos necesitamos dinero, mucho dinero. (Salen por la puerta que queda a la calle).

APAGON

I 't
CUADRO SEGUNDO.
FUERZAS SOBRNATURALESEN JUEGO Y PRIMER CHOQUE CON EL MAL

Sala lujosamente amueblada en casa de Dn. Emilio del Valle. Entra Jorge con una valedora en la
mano. Va hacia el crucifijo.

ESCENA PRIMERA.

Jo.- Ahí está, pues, tu regalito que te compre ahora ... ¿ Te gusta? ... Gaste todo mi domingo en tu
veladora ... ¿Qué quieres? ¡No me dieron más!... Y eso que estamos muy ricos ... No se te olvida Carlitas,
¿Eh? Acuérdate que tienes muchos deseos de ser padrecito... ¿ Tu también quieres verdad? ¡Y, si no!. ..
Entonces quien te confesaba tanta ger)te, quien le daba de comer a las almas, ¿Quién enseñaba tu
doctrina? ¡Voy que no te gusta que haya nadie quien quiera!, sino haces que mi papá y mi tío le den
permiso a Garlitos de irse al Seminario. (Aparece Pablo, quien escucha complacido la oración de Jorge,
este llama a Pablo) ¡Dios mío, Padre, bueno y querido mira cuanto sufre Carlitas!...

Pa.- Tu dijiste: "Pedid, y se os dará, tocad y se os abrirá" ...

Ca.- Nosotros -tus hijos pequeñitos- venimos ante tu planta a suplicar que muevas los corazones de mi
papacito y de mi tío, ¿Lo harás Señor? ...

Pa.- ¡Sí que lo harás! ... por que nos quieres mucho. Nosotros también te queremos y queremos a
Carlitas ... ¡Es tan bueno!...

Jo.- Nos duele en el corazón y en el alma que nos abandone; pero queremos ofrecerte este sacrificio, tan
pequeñito para que lo hagas ¡muy santo!.

Pa.- ¡No mires, Señor, nuestros pecados!; mira más bien tu gloria y el triunfo de tu Santa Iglesia sobre la
tierra; la necesidad de que los ricos comprendan ¡que también para ellos es el reino de los cielos!. ..

Jo.- Yo te ofrezco mi pureza en ara de tu altar, mi inocencia, ¿Qué más quiere? ...

Pa.- Y yo mi pobreza, mi trabajo cotidiano y mi vida, ¿Qué más quieres?.


Jo.- Padre nuestro ...

Pa.- ¡El señor don Emilio!.

Pa.- ¡El pan nuestro!... (Oyese la voz de Don Emilio). Jo.-

Sí. .. (Se levantan y toman actitudes disimuladas). -

ESCENA SEGUNDA
Em.- (Entrando), ¡Pablo!.

Pa.-A sus órdenes, Señor.

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Em.~ ¿Dónde está Carlos?.

Pa.:.. E su recamara Señor. Hace unos momentos ahí estaba.

Em.- Dile que le espero inmediatamente. Oye, ¿Dónde quedo el famoso paquetito?.
Pa.- ¿Cuál paquetito?.

Em.- El que remitieron de la sastrería "Ludovica".

Pa.- No, no se Señor ... yo no lo he tomado.

Em.- (Viendo la sotana sobre el confidente) Aquí esta, pronto, háblale. (Sale Pablo)

Em.- (A Jorge) ¿ Ya cenaste Jorgito?.

Jo.- Si, papá. ¡Poca cosa!: Dos pasteles, una taza de chocolate, dos teleras y un bistec, galletas y dulces.

Em.- rcarambal ¡Esta noche estallaras!.

Jo.- ¡Y todavía me quede con hambre! Oye pa, ¿para qué quieres a Garlitos?.

Em.- Para un asunto importantísimo, hijo.

Jo.- ¿Importantísimo?.

Em.- Sí.

Jo.- ¿Para ti, o para el?.

Em.- Para los dos.

Jo.- ¿Para darle la noticia del coche que le compraste?.

Em.- No eso ya es una canción vieja. El ya vio el coche y por suerte que le gusto mucho.

Jo.- ¡Sí, pues! Yo por eso dije: si lo quiere para enseñarle el coche, es tiempo perdido, porque Garlitos ya
se dio una vuelta por el parque en su flamante Cadillac. (Imitando ruidos de coche) ¡Rrrrrr. .. ¡Vuelta!...
¡Frenos!. .. liiiiii ...

Em.- No, no; para eso no lo necesito.

Jo.- Entonces ¿Para qué?.


Em.- Para algo que tú no puedes saber, Jorgito.

Jo.- ¡Ah!... Oye papá, ¿Por qué mi tío Leobino no quiere a los curas?.

Em.- Sus razones tendrá hijo. A nosotros no nos corresponde hacer juicio de las personas ni investigar
sobre su conducta.

Jo.- Bueno, sí; pero yo me dije: mi papá~~ debe de saber puesto que es hermano de mi tío Leo.
Em .. .., No hijo no sé.

Jo.~ Yo pienso dentro de mí que eso no está bueno. Porque, fíjate; los padrecitos nos confiesan, nos
enseñan la doctrina, nos dan de comer al niño Dios. (Oyese los pasos de Garlitos).

Em.- Sí, hijo si. .. Pero después hablamos de eso. (Entra Carlos). Por ahora ve a dormir. .. Sueña con los
angelitos.

Jo.- Esta bien papá, adiós (Le besa la mano y sale).

Ca.- A tus ordenes, papacito.

Em.- Parece que los hechos no corresponden del todo a tus palabras. Te hemos visto pensativo ...
meditabundo ...

Ca.- No olvides, papá, que ya debo pensar en mi porvenir, voy a terminar mi carrera y se acerca para mí
una fase decisiva. Es necesario medir nuestras fuerzas, hacer cómputo de nuestra ciencia, y, sobre todo
de nuestra conciencia.

Em.- Bueno, hijo, te doy la razón. Pero quiero que me contestes una pregunta . Quisiera que fuera sin
titubeos. ¿Qué significación podrá tener una sotana dentro de nuestra casa?.

Ca.- Una sotana, no comprendo, papá ...

Em.- Si, una sotana. Es decir, para que viendo entiendas. !Esta sotana! (Cogiendo la sotana) Esta sotana
está confeccionada a tu gusto y a tu medida ... ¡Esta sotana que me tiene muy nervioso desde que la vi!
¡Esta sotana que es quizá el símbolo de tu mutismo! ¿Qué hace aquí esta sotana?.
Ca.- No ... se ... papá. ..

Em.- Debes saberlo. Mira que no mientas, por que serán lamentables las consecuencias.

Ca.Sesa sotana ... No, no me atrevo ...

Em.- ¡Habla, te digo!...

Ca.- Esa sotana es ... ¡para mí!.

Em.- ¡Bueno, si! ¿Qué pretendes con ella?.


Ca.- Nada.

Em.- Entonces, ¿Qué quieres?.

Ca.- Ser ... ¡Sacerdote!.

Em.- ¡Cura!, tu ¡cura! ¡Mire., usted que hermoso invento! (Se sienta a un lado de Galos) y podría decirme
¿Por qué la compro desde ahora? Piensa usted ¿Qué los curas se hacen en ocho días como los rábanos
que se come?.

Ca.- ¡Para empezar a amarla!.

/ 1-
' .
Em .. - ¡Fantástico! iEncatador!. .. (Ríe sarcásticamente) Hágame favor de ponérsela; se verá usted muy
biende ... ¡lego!. .. (Ríe).

Ca.- Papá. Es que ...

Em.- (Interrumpiendo) ¡No, déjeme, hablar, déjeme decirle lo que siento de su pantomima! ¡Tu deseo es
irracional en el más alto grado! Ya me imagino ¡Como me voy ·a imaginar! ¿Quién es el autor genial de este
sainete ... Te iras, si lo quieres; pero sin mi bendición; ya lo oyes sin mi bendición (Carlos agacha la cabeza).

Ca.- Jamás partiré sin tu bendición ...

Em.- Pues desiste de tus payasadas. ¡Acaba ya esta comedia! Quieres que la gente me señale con el dedo y
que -al cruzar yo la calle- murmuren y digan: ¿Ahí. va el padre del Cura?.

Ca.- (Levantándose enardecido) ¿Eso te avergüenza a ti papá? ¡Eso es motivo de orgullo! ¡No hay en el
mundo quien lleve la frente ten levantada como el sacerdote! ¡Quien considera que tener un hijo sacerdote es
una desgracia, ese está ciego y tiene el alma muerta, muerta al verdadero honor y la dicha! ¡Quien se
avergüenza de una sotana y la desprecia, es porque sabe que detrás de ella está
oculto el mayor enemigo de sus pasiones!... ·-· · · · · ·

Em.- ¡Carlos, te prohíbo que sigas hablando así!

Ca.- Esta bien. Papá. No hablare más. (Pausa larga).

Em.- (Con ternura) Hijo, jamás te había oído hablar así.

Ca.- Cuando se trata de honrar a Dios, papacito. El pone en nuestros labios sus palabras y la enciende con el
fuego ardiente.

Em.- Pero, hijo, que te falta aquí, tu vida está rodeada de nuestro cariño. Eres rico ... sirve a Dios cuanto
quieras pero no pienses en un claustro, ¡NO!...

Ca.- No se puede servir a Dios sin acatar su voluntad, sus designios. Es un absurdo querer servir a Dios y no
querer servirle como él quiere.

Em.- Y, ¿Quién te dijo que es esa la voluntad de Dios?.

Ca.- La voz d~~¿~"~ien.;!~d~ vo;~~~~~ue palpita de mi alma y me llama sin cesar. Em.- (Con
garbo) Los ricos no son para andar con sotana.

Ca.- (Cogiendo a Emilio del brazo)" Lo sé, y yo os amo también mucho, pero amo mas a Dios; y tú no puedes
reprenderme por ello".

Em.- No, ¿Quién contra Dios? ... Pero acuérdate que si a tu tío Leobino no le gusta la idea, estaremos
perdidos. Además un disgusto de esta clase le acarreara la muerte. ¡Tú, también sabes cuan avanzada esta
su enfermedad del corazón!.

Ca.- Dios velara por la salud de mi tío.

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Em.- Pero, ¿Como salvaremos la perdida de nuestra fortuna? ¡Sera irreparable! (Se deshace de Carlos).
-

Ca.- Perdemos aquí en la tierra, pero ganaremos en el cielo. Dios no nos abandonara ... Ten fe, papá

Em.- Yo no comprendo estas cosas. ¡Dios no puede exigir ni de ti ni de mi sacrificio!. ..

Ca.- Todos tenemos que sufrir para arrebatar a Dios el cielo, para salvar nuestras almas y la de nuestros
semejantes.

Em.- ¡No, yo no comprendo estas cosas!. .. ¡Oh, si yo las comprendiera!.

Ca.- Dios te hará comprenderlas papá. Ya veraz como vas a terminar por querer lo que ahora crees
imposible.

Em.- ¡Dios quiera que así sea!. ..

Ca.- ¡Sí, así será! (levantando la mirada al cielo) ¡Dios mío, a vos os toca convencerlo!... (Se deshace de
Emilio y sale, deteniéndose en el medio del escenario para mirarlo. La música sube de volumen; Emilio se
sienta con las manos entre los cabellos).

APAGON ...

CUADRO TERCERO ...


REBELION ABIERTADEL MAL.

Sala lujosamente en la casa de DN. Emilio del Valle. Entra Leobino.

PERSONAJES: Emilio del Valle, Leobino del Valle.

Le.- ¿Por qué no fue hoy al rosario Señor del Valle? Es cosa rara e inaudita en el siglo XXI ... y en
nuestro México donde toda la gente excepto yo es santa y beata.

Em.- Es que hoy he andado un poco indispuesto, Leo.


Le.- ¿Quién te indispuso?.

Em.- Nadie ... un dolor de cabeza.

Le.- (Sonriendo) ¡Te traeré unlmejoraf /


Em.- No, gracias; no hace falta.
Le.- ¿Fumas un cigarrillo?.

Em.- No, gracias, Leo.

Le.- (Enciende un cigarrillo) Supongo que ya averiguaste para quien era la mortaja.

Em.- Sí, pero ... no es nada de importancia.

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Le.~ Tú semblante me dice que mientes.

Em.- Ño es nada te lo aseguro.

Le.- ¡Miente, Señor del Valle! ¡Tenga en cuenta que sus palabras resuelven su suerte!... ¡No le vaya a
suceder que hasta el nombre de banquero pierda!.

Em.- No, ¡hombre! No te acalores. No quise causarte un disgusto tan desagradable. Pero si tú lo
quieres ...

Le.- ¡Habla!.

Em.- Tu sobrino quiere irse al Seminario ...

Le.- ¿Para hacerse cura?.

Em.- Sí. ..

Le.- ¡Me lo imaginaba!... ¡Ya te había dicho que te jugaría un mal partido!.

Em.- Es lo que quiere; yo lo he amenazado, le he suplicado y no he obtenido nada. Con todo, me ha


prometido no hacer nada en contra de mi voluntad.

Le.- Y yo que me había forjado castillos en el aire ... ¡Y yo que me había ilusionado con el porvenir de mi
sobrino!. .. ¡Y yo que soñaba en el bufete de un licenciado! ¡Mal haya la hora en que tales cosas soñaba!

Em.- Otro tanto -y más- había soñado, Leo.

Le.- Prométeme no ceder jamás (Emilio calla) ¡Prométeme, te digo!

Em.- Leo, ¿Quién soy yo para declarar la guerra a Diqs?


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Le.- ¿Qué me quieres decir con eso? ¿Qué caderast'/Emilio calla) ¡Pues entiéndelo! De una vez por
todas: te desconozco para siempre con todas las consecuencias que trae anexas este desconocimiento ...
¡Vuelve a tu primitivo estado de plebeyo, para que puedas meter a tu raza maldita y malnacida al
monasterio! ¡Es indigno de un hombre aristócrata y afortunado como tu llevar ante los hombros de la
sociedad enaguas de cura! ¡Levántate -ándale- tómalas de la mano y ponlas en las puertas de la Iglesia,
no sea que se vayan a condenar!

Em.- No te acalores ¡hombre! Si tu no prestas tu consentimiento, no podrá partir.

Le.- Júrame, pues, que no consentirás jamás. ¡Júrame!

Em.- Leo. ¿Cómo puedes exigirme que haga un juramento? ¿Dudas, acaso, de mi palabra?

Le.- Sí, dudo de tu palabra ... dudo de tu lealtad ... dudo de tu cabaHerosidad dudo de todo; de todo ¿Lo
oyes? O, que no quieres jurar ¿Por qué ofendes a Dios y a los santos? ¡No te apures, después te vas a
confesar!

Em.- Por favor Leo, no hablemos más de esto.


Le.- ¡Pües_jura!

Em.- No puedo jurar, no puedo traicionar mi conciencia con un juramento que a nada conduce.

Le.- Te tientas el corazón para no ofender tu conciencia meticulosa de hipócrita, pero ni te inmutas ante
la traición que has inferido a nuestro nombre ... ¡Traidor!

Em.-¡Calla, por favor, Leo!

, ·t .dL I IT S ºd 1 ·M ·· d til ·T' .h 1 ·N 1 1


e.- 1, 1 ra1 or. .... ra1 or. ... 1 e averguenzo e 1. 1 u no eres m1 ermano .... 1 o o eres ....
Em.- No puedes negarme.

Le.- No eres mi hermano. Nada de lo que hay en esta casa es tuyo. Esta casa es mía; nada es tuyo.
Marchate por donde viniste con sayal de fraile. Llévate los harapos que trajiste ¡mugroso!. .. ¡Vete de mi
casa!. .. ¡Vete!

Em.- Leo, no me insultes de esta manera, no me despojes de esta casa que amo tanto.

Le.- Pues solo hay un camino para tu salvación: que jures.


Em.- Pero, Leo ...

Le.- ¡Jura!

Em.- (Después de tanta deliberación) ¡Juro!


Le.- ¡Pues yo también juro que esa calaverada no se llevara a efecto! (Toma la sotana y se dispone a
salir).

Em.- ¿A dónde vas Leo? ¡Espera!

Le.- ¡No muy lejos! ¡Ahí enfrente! . .. ¡A echar en cara a esos ladrones de almas, a esos sobornadores de
niños, a esos traidores de su hechicería!

Em.- (Cogiéndolo del brazo) ¡No des escándalo, te lo suplico!

Le.- ¡Suéltame ... suéltame! (Lo arroja fuertemente sobre el confidente).

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-Le.- (Desde la puerta) ¡Es también mi hijo!. .. ¡Tú, me lo has dicho!. .. ¡Es también mi hijo!... ¡Mueran los
'-- curas!...
ooúsica:¡Mueran los curas!
"Tempestad" (Sale violentamente).
de Beethoven.
Em.- ¡Considera que ... !

Le.- (Desde afuera) ¡Mueran los curas ............ !!!

APAGON ...

CUADRO CUARTO ...


EL BIEN Y EL MAL EN RETO.

r¿ (
"Modesta habitación en casa del Padre Ambrosio. Este está sentado en un escritorio· Leobino
~ . . ,
llama a la puerta.

PERSONAJES: Padre Ambrosio y Leobino del Valle.


Am.- ¡Adelante!

Le.- ¡Buenas noches, Señor cura!

Am.- (Levantándose) Buenas noches, Señor Licenciado; pues pase usted. ¿A qué debo el honor de su
visita?

Le.- El honor es para mí, Señor cura.

Am.- Bueno, para los dos, pero ... Leobino me da pena verle de pie. Hágame el favor de sentarse.

Le.- Para lo que tengo que decirle, prefiero estar de pie.

Am.- Como usted guste, licenciado.

Le.- Vengo para felicitarle por lo que ha hecho.

Am.- Ignoro a que se refiere usted.

Le.- Se lo explicare con toda precisión. (Saca la sotana que trae bajo el abrigo) ¿Qué le recuerda este
trapo mugroso?

Am.-A mí, nada. Simplemente reconozco en él a mi propio hábito, el hábito eclesiástico.


Le.- ¿No se acuerda de otra cosita?

Am.- No.Señor licenciado. Puede usted estar seguro que no.


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Le.- Pues yo le refrescaré la memoria. ¡Carlos del Valle, mi sobrino, mi hijo, quiere partir al Seminario, por
la astucia de usted Sr. Cura!... ¡Y yo vengo a pedirle cuenta de su ridículo proyecto!

Am.- Pero ... Sr. Licenciado, yo no he intentado tal proyecto, se lo aseguro.

Le.- ¡No se haga el tonto! ¿De qué novela extrajo mi sobrino esta aventura? ¿No sería, por ventura, del
maguin del Señor Cura? ¡Ya conozco, a estos heraldos del Evangelio, a estos que se autodenominan
Cristos en la Tierra!. ¡ Preparan discretamente sus asuntitos triturando las almas de los inocentes y -
llegando el momento de la pesca- les declaran, en nombre del cielo que deben abandonar a sus
padres!...

¡ Manejos estúpidos!

Am.- Sin embargo, hace seis años que vengo resistiendo al deseo de Carlos, juzgando que todo era una
ilusión pasajera ...

Le.- Pero resulto' que ahora no es así y que mi sobrino por sus hechizos está muy ilusionado.
Am . .,. Peroresulto que me ha vencido la mano_ de Dios que esta sobre él y he acabado por acceder a
su petición, de hablar a sus padres sobre este interesantísimo asunto; pero siempre inculcándole
sumisión y obediencia a ellos.

Le.- Después de _envenenar al corazón, no es ya eficaz la obediencia. Y dígame: ¿Quién es usted para
acceder a este interesantísimo asunto? (Irónico).

Am.- Nadie ni nada, amigo mío; solo me ampara el titulo y la dignidad de ser sacerdote, de ser aquellos a
quienes Cristo ha encomendado el gobierno de las conciencias humanas y la dirección espiritual de las
almas.

Le.- ¡Mire ... Mire! ¿A poco me va a exigir que me arrodille delante de usted? ¡Farsante!

Am.- No puedo exigirle un acto de idolatría -que usted .falsarnente me adjudica- pero siP'' más
respeto al sacerdocio de Cristo, a la dignidad que ostento. ··

Le.- ¡No vine a oír sermones, vengo a pedirle razón de esa comedia, de la cual ha hecho usted
protagonista a mi sobrino!...

Am.- Pedir a Dios razón de sus actos, es soberbia, amigo mío. Se busca una razón donde no existe
cuando queremos eludir una obligación, o hacernos esclavos de un capricho. Además: ¿Porque se le
intercepta a Carlos el camino cuando va hacia Dios y se le alfombra de ilusiones cuando corre hacia una
profesión que cualesquiera -tal vez- su perdición y su ruina?

Le.- Es que cada quien tiene sus intereses propios, cada quien está obligado a procurar su porvenir de la
manera que más le plazca. No creo yo que cuando Carlos tenga hambre, vendrá a sentarse a la mesa de
un cura ...

Am.- Ciertamente no sucederá así, aunque tal vez pueda suceder. Pero también creo yo que - cuando
Carlos quiera salvar su alma va a recurrir a usted para la conquista del Reino de los cielos . Debemos
convencernos, pues Señor licenciado, que ni usted ni yo vamos a constituir la felicidad de Carlos. Recurra
a su cultura y a su caballerosidad para que, de común acuerdo, analicemos la situación y nos convirtamos
en dos baluartes para Carlos.

Le.- Sí, precisamente a eso es a lo que ha venido, a que nos pongamos de acuerdo. Yo soy el primero en
reconocer que no hay motivo para disgustarnos; pero, -¿Qué quiere?- a veces uno no anda de muy buen
humor y ...

Am.- Eso es natural en todo amigo mío. De San Francisco de Sales se cuenta mucho a este respecto. De
manera que -aun los santos- no se vieron libres de estas... pudiéramos decir ... imperfecciones naturales.
(Sonríen).

Le.- Eso, es, Padre, muy bien dicho.

Am.- Pero hágame el favor de sentarse, licenciado.

Le.- Muchas gracias, Padre. (Se sientan). Padre y ... ¿Que me platica de la construcción del Seminario?
Tengo entendido que esta obra es de suma trascendencia para nuestro católico clero leones.
Am.-Así ~s, Licenciado. Todos los sacerdotes, los verdaderos sacerdotes, amamos al Seminario como a
las niñas de nuestros ojos y nos preocupamos de veraz por su adelanto y prosperidad. De acuerdo con
los últimos informes rendidos por el Padre Martínez -alma de esta obra- después del Excmo. Sr. Obispo.
Dr. D. Manuel Martin del Campo, de Monseñor D. Vicenta V. y de su Señoría el Padre Rector D. Samuel
Ruiz -he podido darme cuenta de que se ha suspendido la construcción por falta de recursos
económicos, pero confiamos en Dios y en la generosidad de nuestro pueblo. La obra grandiosa del
Seminario seguirá adelante.

Le.- Esos son los deseos de todos los leoneses ¿y cuanto asciende el costo total, Padre?

Am.- Se ha calculado que ascenderá a seis u ocho millones. Pero usted sabe que los cálculos
matemáticos también están expuestos al error; no por defecto de la ciencia, si no de los científicos
(Sonríen).

Le.- Padre, yo seré malo y todo lo que usted quiera; pero en el fondo amo también a Dios; pues bien yo
he alagado la idea de poner también mi granito de arena. Tengo destinado para esta obra algunos
centavitos.

Am.- Puede usted hacerlo, amigo mío, también usted también usted tiene derecho a manifestar su amor
a Dios de esta manera.

Le.- Pero yo quisiera donarlos al seminario por conducto suyo, y que usted en cambio -¿Qué quiere?- Es
propio del hombre ser interesado, me prestara su ayuda.

Am.- Necesito conocer la forma en que usted quiere que le ayude.

Le.- Es muy sencilla, Padre. En cambio las ventajas son muy grandes ... unos pues ... ¡Cincuenta mil
pesos!...

Am.- Pero explíquese... /


\

Le.- Si: que usted pasara por alto eso de Carlos ... ¡Usted sabe las ventajas un modernísimo edificio para
el prestigiado Seminario de Nuestra Señora de la Luz!.. .. · , ,., ,:·

Am.- ¿Entonces lo que usted quiere es que le ayude a retener a Carlos?

Le.- Eso es, Padre ...

Am.- No tengo ningún derecho para disputar a Dios un holocausto que él reclama para sí. No, Señor,
Licenciado, no puedo obrar en contra de mi conciencia. Si yo callara, hablarían las piedras. Los mismos
padres de Carlos tendrán que ceder, tarde o temprano. ¡Carlos tendrá que escuchar siempre la voz de
Dios! ¡Yo también tengo que guiarlo a Dios!

Le.- ¡Eso es, precisamente, lo que yo, Leobino del Valle, no permitiré jamás!

Am.- (Levantándose rápidamente) Y, ¿Con que derecho impedirá usted a ese joven seguir el
llamamiento de Dios?

Le.- ¡Mejor diga; el llamamiento de un Cura fanático! ¡No cantara usted victoria con mi sobrino, se lo
prevengo: me encontrara en su camino para deshacerle sus intrigas! ¡Y si quiere conocer mi
derecho, se lo cantare: un cariño sincero y más ilustrado que el de usted!
Arn .. -: ¿Más ilustrado y sincero que el de su P~dre, que el de Dios?

Le,- ¡Dios no puede permitir que se mancille nuestro nombre con semejante locura! [Dios no puede
permitir que se ensucie nuestro honor!

Am.- Solo a Dios se le debe la gloria y el honor. Nadie puede permanecer impune y honorable cuando se
ha levantado contra él. Su honor lo ha pisoteado el Sr. Lic. D. Leobino del Valle desde el momento en que
intento pisar los umbrales de esta casa cural para insultar a un ministro de Dios, con el pretexto de
reclamar un derecho que no existe.

Le.- ¡Mida sus palabras, o no respondo de mis actos!

Am.- ¿Cómo quiere, pues, el Sr. Lic. Sondear los eternos designios de Dios si no es dueño ni de sus
actos?

Le.- ¡Cállese, le digo!

Am.- ¡No puedo callar ante la injusticia ¡Repito si yo callara, hablarían las piedras! ¡En este caso el
silencio es la flor de la cobardía!

Le.- ¡Cállese loco!

Am.- ¡Si, loco! Locura la de un Joven valiente que abraza el sacerdocio por amor a Dios y a las almas,
pero sano y cuerdo el que pone su corazón' en vil metal; locura la del que escucha la voz de Dios que
grita en su conciencia, cordura la del que la ahoga con la avaricia; locura la del que ofrece a Dios un
holocausto, ¡genio y prodigio de la naturaleza el que se entrega al diablo! Así juzgan los hombres. ¡El
primer loco fue Cristo, y nosotros sus sacerdotes debemos seguirlo por el camino de la locura!

Le.- Esta bien. ¡Me las arreglare sin usted; tengo medios poderosos para ello!

Am.- Conozco sus medios; pero muy pronto se desengañara de que el amor de Dios no tiene precio.
Empléelos usted Sr. Lic. Lo que Dios toma, está bien guardado.

Le.- ¡Eso es lo que veremos! (Toma la sotana y sale violentamente).

MÚSICA: "TEMPESTAD,,, Beethoven.

TELON RAPIDO

TERCER ACTO ...


Sala lujosamente amueblada en casa de O. Emilio del Valle y modesta habitación del P.
Rector del Seminario.

CUADRO PRIMERO
EL MAL Y EL BIEN CARA A CARA.

Sala lujosamente amueblada en casa de D. Emilio del Valle. Emilio, Carlos y Jorge, sentados;
Leobino, de pie, arrogándolos.

!5
PERSON~JES: Emilio, Carlos, Leobino y Jorge del Valle.

Le.-· Os he congregado en torno mío para que seáis los árbitros de vuestra suerte, para vosotros mismos
seáis los autores de vuestra salvación, o de vuestra perpetua ruina. Que vuestros mismos labios prefieran la
sentencia. ¿Permitiréis que vuestro nombre se mancille con la mortaje de una sotana? ... ¿ Ya sabéis a que
me refiero? ... ¡Respóndanme!

Ca.- ¡Sí, tío; ya sabemos a qué te refieres!

Le.- Pues mucho me alegro ... mucho me alegro ...

Ca.- Pero no es verdad lo que tú dices, tío; perdóname si te contradigo nuestro nombre no se mancilla con la
mortaja de una sotana -como tú dices-, sino que se cubre de gloria.

Jo.- Sí, tío. Es una gran dicha para nosotros que Carlitas se· haga sacerdote.

Le.- ¡Necio! ¿No comprendes que vas a perder a tu hermano para siempre? ¿Qué harás sin tu querido
hermano? ... Cuando sientas el dolor de su ausencia, lloraras; pero ya no habrá remedio ... ¿ Qué dices
ahora?

Ca.- Que Dios es el consuelo de las almas. Además, no me va a perder para siempre, sino que me va a ganar
para siempre, pues iré en pos de Dios.

Le.- ¡Otra vez tus necedades!... ¡Alucinado!. .. ¡Soñador!. ..

Jo.- Por favor tío, concédele permiso de irse al Seminario. Ca.-

Tal vez no ha considerado detenidamente mi petición.

Le.- ¡Basta! ¡Basta ya!. .. ¡Sacristán mal pagado! Conozco perfectamente el alcance de tu locura ... Jo.-
Pero, tío ....

Le.- ¡ Basta he dicho!... ¿ Y ahora qué? Habéis conspirado todos contra mi ¡Vaya que seréis los árbitros de
vuestra suerte!. .. (Emilio) Y, tú, ¿Por qué no hablas? ... ¿Por qué no respondes a los insultos que se profieren
contra tu linaje? ... Cuéntales de tu juramento ... ¡Mantenido!

Ca.- Habla, papá, pero recuerda que Dios te oye ...

Jo.- No le niegues a Dios lo que te pide.

Em.- (Levantándose) Se acabo el drama de una vida y hoy comienza el de otra. Carlos del Valle, mi hijo
querido, irá al Seminario.

Ca.- ¡Gracias, papacito!

Jo.- Dios ha escuchado mi oración ... ¡Gracias, Dios mío!

Le.- ¡Canallas!. ..
Em,~ la gracia de Dios me ha tocado. Ouiero dar testimonio de la verdad. Quiero declarar, ante la faz_ del
mundo, que el egoísmo y la avaricia son el abismo que nos aparta de Dios por el odio a sus sacerdotes.

Le.- ¿ Y, tu juramento? ...

Em.- Mí juramento es nulo. Ni ante la ley divina ni ante la ley humana tiene valor un juramento arrancado por
coacción.

Le.- ¡Canallas!... ¡Canallas!... Yo os despojo de mi casa ... ¡Fuera de aquí!. .. ¡Fuera todos!...

Em.- No hace falta un despojo. Ya nos vamos. (A Carlos y a Jorge) Hijos miren por última vez la mansión que
nos albergó durante toda nuestra vida ... Considerad su opulencia ... su lujo. Mirad ahora a Cristo crucificado,
pobre y despojado de sus vestiduras, y repetid siempre desde el fondo de nuestra alma: "Vanidad de
vanidades, y todo vanidad". Vamos, vamos a levantar el estandarte de nuestra victoria ...

Jo.- Vamos (Salen).

ESCENA SEGUNDA ...


Le.- (Deteniendo a Carlos) Tu no, espera (Carlos se detiene) ¿Conque te harás cura? Ca.-
Si, tío, si Dios quiere.

Le.- Pues yo te desafío, ¿Lo oyes?, te desafío a llevar por seis meses la vida que pretendes abrazar. Educado
entre algodones, consentido y mimado desde la infancia. ¿Cómo vas a soportar esa vida a pan y sal?

Ca.- Precisamente esa vida regia de que usted me habla es un testimonio elocuente y un argumento seguro
de mi vocación. No puede haber argumento más fuerte que una vida que, destinada solo al pecado, se
endurezca solo a Dios.

Le.- Escúchame, Carlos. Un poco de razonamiento te hará olvidar tus propósitos. Perderlo todo para no ganar
nada, es irracional.

Ca.- Tiene usted razón, tío. "Pero abandonar poco para ganar mucho, es dar un golpe maestro". Le.-

¡Desgraciado!. .. ¿Qué puedes tu ganar de cura? ...

Ca.- Todo y nada. Nada de dinero -que es solo en lo que usted piensa- todas las almas. ¡Usted no sabe el
precio de las aímasl...

Le.- Bueno, Carlos, nada de riñas entre nosotros. Para que vamos a discutir. Yo solo me preocupo por tu
bien, y no quiero que des un mar paso en la vida. Te falta la reflexión ... ~ demasiado
joven ...

Ca.- Pero ya puedo juzgar mis actos y hacerme responsable de ellos.


le.-:-Si, pero es necesario de experiencia. Prométeme renunciar a tu capricho, y hoy mismo hago
extender ante un notario una nota por la cual te doy ¡Quinientos mil pesos!. .. (Se acomoda en el sillón y
espera con seguridad).

Ca.- ¡Oh, tío!

Le.- ¿Rehúsas? ¡No es posible!


- .. r-

Ca.- Mi querido tío déjese de chanzas." ""·· . º~

Le.- ¡Chanzas! ¡Quinientos mil! Te rugo que me creas.

Ca.- Usted me ofrece dinero, pero yo no estoy para venderme. No me enojo con usted por que no sabe ni
comprende la dulzura de estas palabras: ¡He salvado un alma por toda la eternidad!. .. Por salvar un alma
¡Quinientos mil pesos! ... (Al público) ¡Oiga todo el mundo por que el Lic. D. Leobino del Valle no quiere a
los curas porque tiene su corazón apegado a las arcas de oro!

Le.- ¡Calla, maldito! (Cuando levanta la diestra se apaga la luz. Al volver la luz Galos aparece sangrando
de la boca con las manos de Leobino en su pecho).

Ca.- He, escuchado, he seguido la voz de Dios. Sean bienvenidos los sufrimientos, fuente fecunda de la
salvación de las almas ... (Señala a Leobino) ¡De la salvación de tu alma!

Le.- ¡Sangre!. .. ¡Sí!... ¡Sangre! ¡Curare tus heridas con el nununfar seductor de oro!. .. (Busca apoyo en
el confidente) ¡No!, ¡Para ella no sirve el oro!... ¡Me vencfsteí¡Me venciste!

Le.- ¡Me venciste! (Se desmaya).

Ca.- ¡Tío! ¡Tío! (Corre hacia Leobino) ¡Mi tío se muere!

CUADRO SEGUNDO ...


TRIUNFO DEL BIEN EN EL DOLOR.

Sala lujosamente amueblada en casa de D. Emilio del Valle. Emilio se pasea nervioso y triste;
Jorge y Pablo lloran. Entra el doctor Eduardo por la puerta de fondo.

PERSONAJES: Emilio, Carlos, Jorge, Pablo, sirviente y Padre Ambrosio.

ESCENA PRIMERA ...


Ed.- (Entrando) ¿No llega aun el padre?

Em.- ¡No, doctor! ¿Qué hay? ¿Cómo esta Leo?

Jo.- ¡Hable, por favor!

Pa.- ¡Si, hable pronto!

Ed.- ¡Si, sumamente grave!... ¡Disminuye la respiración!... ¡los latidos de corazón son cada vez más
débiles!. .. ¡Hay un peligro de una embolia o de un paro cardiaco!. .. ¡Hay además derrame interno de
bilis!. ..

Pa.- ¡Sagrado corazón de Jesús! ..

Jo:- ¡Virgen Santísima salva a mi tío!. ..

Em.- ¡Doctor, ponga en juego toda su ciencia y salve a mi hermano!...

Ed.- Amigo mío, hay un término a donde no llega la ciencia, sin embargo hare todo lo que pueda.
Procurad le el confesor y tener fe en Dios. Pero conformaos con su voluntad.

Jo.- ¡Sálvele, doctor! ¡Pablito recemos nuevamente, elevemos a Dios nuestra ardiente plegaria por mi
tío!. ..

Pa.- ¡Si, vamos al templo a rezar!

Jo.- ¡Vamos! ¡Papa, vamos a buscar el consuelo en Dios! íVamos a los pies del sagrario a decirle a Jesús
que aceptamos su santísima voluntad! .... (Emilio solo afirma con la cabeza).

Am.- ¿Dónde está? ¿Dónde está?

Ca.- Más adelante Padre.

Am.- Temo que rechace la confesión ... Orad.

Am.- Orad.

Ca.- ¡Si, padre!. .. ¡Señor, hágase tu voluntad .... Así en la tierra como en el cielo!. .. Papa recuerda que
Dios prueba a las almas en la tribulación y en el dolor. ¡Cobra ánimo, tranquilízate!
,· '
/:~~ \ .

1 ·.:~::'.. ¡No puedo ... no puedo!... Siéntate a mi lado ... dame fuerza .... Tú eres fuerte.

Ca.- Dios es el que nos da la fortaleza.

Em.- Pues yo también amare a Dios, desde ahora con todo mi corazón ...

Ed.- ¡Leobino del Valle ... ha dejado de existir!. .. ¡Sobrevino el paro cardiaco!. .. Pero consolaos murió
bendiciendo a Dios e implorando perdón.

Ca.- ¡Descanse en paz, tío! (Llora).

Em.- ¡Señor yo acepto tu santa voluntad!. .. ¡Descanse en paz, Leobino hermano querido!. .. ¡Descanse
en paz! (Llora).
APAGON ...

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