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INSTITUTO MEXICANO DE PSICOTERAPIA

COGNITIVO CONDUCTUAL

“Estilos de crianza y dependencia emocional en adultos universitarios”.

Tesis profesional que para obtener el grado de

Maestría en Psicoterapia Cognitivo

Conductual

Presenta

Blanca Romero Álvarez

Directora de Tesis: Dra. Martha Patricia Bonilla


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Dependencia Emocional y Estilos de Crianza

Índice

PÁG.

INTRODUCCIÓN…………………………...……………………..……………….…9- 13

MARCO TEÓRICO…………………….……………………..…………………...….…14

CAPITULO I: DEPENDENCIA EMOCIONAL….…….………………………...........14

I.1. Definición de la Dependencia Emocional ……………….……………………...…15-16

I.2. Factores de origen de la Dependencia Emocional………..………………….……..16-21

I.3. La Dependencia Emocional en relación con el Apego ………..……………….......21-27

I.4. Características de la Dependencia Emocional ………..…………..………..…...….28-38

I.5. Características de los objetos de los dependientes emocionales ……....………......38-41

I.6. Fases de la Dependencia Emocional …………………………………….....……...41-43

I.7. Dimensiones de la Dependencia Emocional ………………………...…………….43-51

I.8. Factores Causales ……………………………………….…………...…..…...……51-52

I.9. Trastornos que pueden presentar debido a la Dependencia Emocional …….….….52-53


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Dependencia Emocional y Estilos de Crianza

I.10. Diagnóstico diferencial ……………………………………….……………….… 54-56

I.11. Diferencias fundamentales entre relaciones normales y dependientes……..…......56-57

I.12. Distorsiones cognitivas en personas con Dependencia Emocional ……….…..….57-61

CAPITULO II: ESTILOS DE CRIANZA ……………..…………….……...…….……62

II.1. Que son los Estilos de Crianza ………………………………....….……...………63-65

II.2. La socialización …………………………………………….………………...….. 65-69

II.3. Factores de Riesgo para el ajuste psicosocial………….…….……….…….………... 69

II.4. Clasificación de los Estilos de Crianza………………..……….………………… 69-74

II.5. Problemáticas en las dimensiones parentales ………...…….……….....……..….. 74-76

II.6. Características de los niños con un Estilo de Crianza …………….……...…….... 77-78

II.7. Problemas que pueden presentarse en los Estilos de Crianza ……….……….…... 78-

79

II.8. Cómo influyen los estilos parentales según Culturas ........………….………..…….…

79

II.9. Estilos parentales en relación con conductas disfuncionales………….…...………….

80

II.10. Estilo de Crianza saludable: Autoritativo…………………………….………… 80-81


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II.10.1. Ventajas del Estilo Autoritativo ……………………………….…….….…. 81-85

II.10.2. Como poner en práctica el Estilo Democrático ……………….……...…..…86-90

CAPITULO III: INTERVENCIONES PARA LA DEPENDENCIA EMOCIONAL..91

III.1. Cuestionarios ………………………...…………………………………..………92-93

III.2. Intervencion……………………………………....………………...…………….93-99

CAPITULO IV: METODOLOGIA…………….………….…..……….……....……...100

IV. 1. Planteamiento del problema ……………………………………………………….101

IV.1.1. Justificación………………………………...…………………..….….…101-103

IV.1.2. Pregunta de investigación ……………………………………….………...…103

IV.1.3. Objetivos………………………………………………….........….….............104

IV.2. Hipótesis …...……………………………………...…………………………….....104

IV.3. Método …………………………………..…………………………………………105

IV.3.1. Variables………………………………………………………………………… 105

IV.3.1.1 Definición conceptual y operacional de la Dependencia Emocional …..105-106

IV.3.1.2. Definición conceptual y operacional de los Estilos de Crianza .…..…...106-107


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Dependencia Emocional y Estilos de Crianza

IV.3.2. Participantes………………………………..…….………….……………..……..108

IV.3.2.1 Muestreo ………………………………………………………………………. 108

IV.3.2.2 Criterios de inclusión ………………………….……….……….……...…..108-109

IV.3.3 Técnicas de recolección de datos………………..……….………….………….…110

IV.3.3.1.** Dependencia Emocional: Cuestionario de Dependencia Emocional de

Méndez, A. Favila, M., Valencia, A. y Díaz- Loving (2010) ………………..…… 110-112

IV.3.3.2. **Estilo de crianza: Escala de Estilos Parentales e Inconsistencia Parental

percibida (EPIPP)………………………………………………………..…………..112-115

IV.3.3.3. **Consentimiento ………………………………………….………………116

IV.3.4. Diseño…………………………………………………………..……...….…...... 117

IV.3.4.1. Procedimiento……………………………………………....………………. 117

IV.3.4.2. Análisis estadístico …………………………………………………………...117

RESULTADOS ………………………………………………….……………………... 118

Análisis descriptivo de la muestra, tablas y graficas …..…………………....……... 119-134

DISCUSIÓN Y LIMITACIONES....….…………………………….………..…..135-140
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Dependencia Emocional y Estilos de Crianza

REFERENCIAS …………………………………………………………………....141-166

CAPITULO IV: APÉNDICES…………...……………………………….………....….167

IV.1. APENDICE I. Consentimiento ……………...……..……………………….....168-169

IV.2.APENDICE II. Cuestionario de Dependencia Emocional……...………….…. 170-172

IV.3. APENDICE III. Escala de Estilos Parentales e Inconsistencia Percibida……..173-175


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Dependencia Emocional y Estilos de Crianza

Resumen

La dependencia emocional se define como un patrón persistente de necesidades emocionales

insatisfechas que se intentan cubrir de manera desadaptativa con otras personas. Los estilos de

crianza se conciben como “un conjunto de actitudes comunicadas a los hijos, las cuales en su

totalidad crean un clima emocional que facilita el bienestar y desarrollo de los mismos”. Como

podemos ver los estilos de crianza son la base que determina qué tipo de patrones de conducta,

pensamientos y emociones presenta el individuo que esta misma puede influir que en futuro

presente relaciones desadaptativas. El objetivo del siguiente estudio fue comparar los estilos de

crianza entre hombres y mujeres en un grupo de participantes con dependencia y sin dependencia

emocional. Se seleccionó la muestra de forma no probabilística por cuota, se incluyeron a 230

sujetos, 115 mujeres y 115 hombres con el criterio de inclusión de tener una relación de noviazgo de

al menos 6 meses. Se utilizó un tipo de investigación cuantitativo con diseño no experimental

transversal con alcance descriptivo. Para medir las variables se les aplico el Cuestionario de

Dependencia Emocional de Méndez (2010) y la Escala de Estilos Parentales e Inconsistencia

Percibida de Iglesia, Ongarato y Fernandez Liporace (2011). En los resultados se presentaron 39.6%

con dependencia emocional y 60.4% sin dependencia emocional. Se encontró que la dependencia

emocional fue mayor en los participantes de 25 años, casados y personas que estudian y trabajan al

mismo tiempo. En cuanto a los estilos de crianza, en el padre predomino el estilo Autoritario con

47% y en la madre el estilo Permisivo con 61.5%; de lo contrario, el estilo de crianza que menos

predomino en el padre fue el Permisivo con un 22.2% y en la madre el Negligente con 36.4%. En
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Dependencia Emocional y Estilos de Crianza

conclusión los participantes con dependencia emocional cumplieron con la mayoría de las hipótesis

realizadas en esta investigación.

Palabras clave: 1. Dependencia emocional. 2. Estilos de Crianza 3. Adultos 4.Universitarios

5. Relación de noviazgo

Abstract

Emotional dependency is defined as a persistent pattern of unmet emotional needs that maladaptive

attempt to cover with other people. Parenting styles are conceived as "a set of attitudes

communicated to the children, which as a whole create an emotional environment that facilitates the

welfare and development of them." As we can see parenting styles are the basis that determines

what kind of patterns of behavior, thoughts and emotions has the same individual can influence

future that this maladaptive relationships. The aim of this study was to compare parenting styles

between men and women in a group of participants with no emotional dependency and dependency.

Probabilistic sample form for fee was selected included 230 subjects, 115 women and 115 men with

the inclusion criteria of having a dating relationship of at least 6 months. A type of quantitative

research with cross non-experimental design was used with descriptive scope. To measure the

variables we applied the Questionnaire emotional dependence Mendez (2010) and the Scale of

Perceived Parenting Styles and inconsistency Church, Liporace Ongarato and Fernandez (2011).

Results with 39.6% and 60.4% emotional dependency without emotional dependence were

presented. It was found that emotional dependence was higher in participants aged 25, married and

people who study and work at the same time. As for styles of parenting, the father there were more

authoritarian style with 47% and the mother permissive style with 61.5%; otherwise, parenting style
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Dependencia Emocional y Estilos de Crianza

that less dominated the forgiving father was 22.2% and the mother neglects 36.4%. In conclusion

participants with emotional dependence they met most of the assumptions made in this

investigation.

Keywords: 1. Emotional Dependency. 2. Parenting Styles 3. Adults

4. University 5. Relationship

Introducción

Presentación
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Dependencia Emocional y Estilos de Crianza

La dependencia emocional juega un papel importante para el establecimiento de relaciones

poco sanas, ya que cabe señalar que “la dependencia emocional genera relaciones definidas

como destructivas” (Echeverría, 2008, p. 101), y de igual manera “es la responsable del

comportamiento del grupo de personas víctimas de malos tratos que continúa amando a su

pareja” (Castelló, 2003, 2009). En nuestra sociedad es una realidad los altos índices de

violencia tanto físico como emocional, en el Instituto Nacional de Estadística y Geografía

(INEGI) en el año 2003 registró 2380 casos de violencia hacia la pareja.

Este factor se empieza a evidenciar en la adolescencia desde las primeras relaciones

afectivas, entra en juego las habilidades sociales que se hayan adquirido desde la infancia y

que a si mismo se estén afianzando durante esta etapa, a través de la relación familiar, por

lo que el estilo educativo adoptado por los padres es primordial.

Por la cual las relaciones afectivas saludables que se establecen con una pareja son una

fuente inagotable de bienestar para los miembros que la conforman. Es una expresión más

de salud mental que un individuo goza en una época determinada de su vida.


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Dependencia Emocional y Estilos de Crianza

Este problema es poco conocido, pero es frecuente en la actividad clínica y en muchos

casos son la base de algunos trastornos afectivos (Castelló, 2005; Riso, 2003; Sirvent y

Moral, 2007). La mitad de la consulta psicológica se debe a problemas ocasionados o

relacionados

con dependencia patológica interpersonal, principalmente con la pareja. En muchos casos,

pese a lo nocivo de la relación, las personas son incapaces de ponerle fin a la misma (Riso,

2003). Sirvent y Moral (2007) confirman que un alto porcentaje de la población se declara

dependiente emocional (49.3%) y que en su versión más severa puede llegar a afectar nada

menos que a un 8.6%.

En relación al género, Lazo (1998) manifiesta que el mayor porcentaje de personas con este

problema son mujeres, de diferentes clases sociales, atractivas, inteligentes, con

ocupaciones diversas, trabajadoras dependientes e incluso amas de casa. Castelló (2005)

concuerda con esta observación y manifiesta que en lo que se refiere al género, la

confluencia entre factores biológicos y socioculturales otorga a la mujer una mayor

probabilidad de que padezca dependencia emocional.

Respecto a las investigaciones sobre la dependencia emocional se han obtenido pocos

estudios científicos referente a este fenómeno, ya que se han enfocado más en la

construcción de instrumentos para su evaluación, al igual que la descripción de sus

características, perfil cognitivo, distorsiones, entre otras.


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Dependencia Emocional y Estilos de Crianza

En 2 estudios encontrados se proponen algunas estrategias que le permitan al sujeto

recuperar su estado óptimo, tomando en cuenta el valor que tienen los pensamientos ya que

actúan como un mecanismo mediador entre esquemas cognitivos y síntomas psicológicos.

Por lo

cual cabe destacar que entre las intervenciones más utilizadas se encuentra la Terapia

Cognitiva Conductual. Por lo tanto estos son precedentes para futuras intervenciones y uso

de los instrumentos para un mejor manejo en el trato de la dependencia emocional.

En este estudio se aportaran algunos datos de comparación sobre las diferencias presentadas

entre los estilos de crianza que influyen en los grupos de participantes con y sin

dependencia emocional. De igual forma, se obtuvieron algunos datos que nos permitirá

distinguir los factores como el género, edad, estado civil y ocupación que predominan en

ambos grupos.

A continuación se presentan algunos capítulos, donde el primer capítulo se enfoca en la

dependencia emocional y en su estructura conformada por su definición, factores de origen,

la dependencia emocional en relación con el apego, características de los dependientes y

sus objetos de relación, sus fases, dimensiones, factores causales, trastornos, diagnóstico

diferencial, diferencias fundamentales entre relaciones normales y dependientes y por

ultimo sus respectivas distorsiones cognitivas.


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Dependencia Emocional y Estilos de Crianza

Por consiguiente, en el capítulo dos sabremos que son los estilos de crianza, su influencia

con la socialización, factores de riesgo por el ajuste psicosocial, clasificación de estos

mismos, problemáticas de las dimensiones parentales, características de los niños con un

estilo de crianza, problemas que pueden presentarse en los estilos de crianza, como influyen

los estilos parentales en las culturas, estilos parentales en relación con conductas

disfuncionales y su estilo de crianza saludable como lo es el autoritativo y las ventajas de

este.

En el tercer capítulo mencionaremos las intervenciones, apoyándonos por algunos

cuestionarios de la dependencia emocional entre los principales está el de Lemos y

Londoño y la escala ER del inventario de dependencia interpersonal. Así mismo para las

intervenciones encontramos la Terapia Cognitivo Conductual, Terapia Genero- Sensitivo y

por último la Terapia de Aceptación y Compromiso.

La metodología la encontraremos en el cuarto capítulo con la estructura del desarrollo y

obtención de datos de esta investigación. Y por último, en el quinto capítulo corresponde a

los apéndices, conformado por 3 apéndices: 1) el consentimiento informado, 2) cuestionario

de dependencia emocional de Méndez y Diaz-Loving y 3) la escala de estilos parentales e

inconsistencia percibida por de la Iglesia, Ongarato y Fernandez (2011).


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Dependencia Emocional y Estilos de Crianza

Capítulo I.

Dependencia Emocional
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Dependencia Emocional y Estilos de Crianza

Dependencia Emocional

I.1. Definición

La dependencia emocional es un “patrón persistente de necesidades emocionales

insatisfechas que se intentan cubrir desadaptativamente con otras personas” y otra

definición de la dependencia emocional es “un patrón crónico de demandas afectivas

insatisfechas que llevan a la persona a buscar desesperadamente satisfacerlas mediante

relaciones interpersonales estrechas” (Castello, 2000).

Según Castelló (2005) la dependencia emocional se caracteriza por una notable exageración

patológica de aquellos comportamientos y actitudes que se presentan en el contexto de las

relaciones interpersonales, donde cobran una importancia fundamental las relaciones de

pareja, y donde la persona busca de manera desesperada colmar una serie de demandas

afectivas insatisfechas, mediante el establecimiento de vínculos estrechos y

desequilibrados, por lo cual los comportamientos de los dependientes emocionales se van

orientando a querer mantener la cercanía de su pareja obteniendo como consecuencia

creencias y pensamientos erróneos acerca de la visión de sí mismo, la relación con los otros

y el valor que otorga el dependiente al amor, la cercanía, separación, soledad, etc.


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Dependencia Emocional y Estilos de Crianza

Schaeffer (1998) plantea que este tipo de personas pierden su identidad y asumen

posiciones de subordinación, con el fin de mantener el afecto y aprobación de su pareja.

Atención e Investigación de Socioadicciones (2009) menciona que la dependencia

emocional afecta a un 10% de la población y es más frecuente encontrar este trastorno en

mujeres que en hombres (75%). Es posible que esta diferencia se deba tanto a factores

culturales (en el caso de la mujer existe una tendencia a la empatía y la vinculación

afectiva) como biológicos. En la práctica clínica, la dependencia a la pareja es la que genera

más demanda, pero se puede dar en otras relaciones como con los hijos o con los

progenitores.

I.2. Factores de origen de la Dependencia Emocional

Comenta Castello (2005) la dependencia emocional ha sido entendida como un patrón

configurado por aspectos cognitivos, emocionales, motivacionales y comportamentales, que

lleva a concebir la vida sólo dentro de una relación afectiva, en la cual, el otro es

considerado como la fuente de satisfacción de necesidades emocionales, que no fueron

satisfechas durante las primeras experiencias afectivas que se intentan cubrir de manera

desadaptativa con otras personas. Este patrón de necesidades incluye creencias acerca de la

visión de sí mismo y de la relación con otros, tales como creencias sobrevaloradas frente a

la amistad, la intimidad y la interdependencia. Además, creencias sobre las emociones

generadas por las relaciones cercanas e íntimas, por la soledad y la separación.


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Dependencia Emocional y Estilos de Crianza

En el caso de los dependientes emocionales se ha encontrado que su historia de

experiencias infantiles se caracteriza por situaciones lo suficientemente adversas que llegan

a generar disfuncionalidades en sus autoesquemas y pautas de interacción, que se

generalizan a todo el entorno, pero que no son lo suficientemente nefastas como para

generar desconexión. Este conjunto de experiencias tempranas empieza a forjar creencias

negativas sobre sí mismo, pobre autoestima y concepción de los demás como superiores a

él y con mayor importancia; trayendo, por consecuencia, un estilo de relaciones

desequilibradas desde los primeros años de vida (Castelló, 2005)

Estas pautas de interacción disfuncionales parecerían entonces estar ligadas con la no

realización de alguna de las cinco tareas básicas planteadas por Young (1999), quien afirma

que cuando alguna de éstas no se lleva a cabo, es posible que las personas presenten

dificultades de funcionamiento en algún área, que se verá reflejado finalmente en patrones

de relación repetitivos y perpetuantes, que llevan a la confirmación de los esquemas que se

conforman en esos primeros años de vida. De esta forma se entiende que los esquemas

desadaptativos se desarrollan durante la infancia de un individuo, debido a patrones

constantes de experiencias nocivas que experimenta un individuo al relacionarse con su

entorno (padres, hermanos, amigos), más que la consecuencia de un evento traumático

particular. Estos esquemas son el producto de las interacciones entre experiencias

disfuncionales de quienes rodean al niño y su propio temperamento innato.

Los esquemas desadaptativos tempranos se elaboran a lo largo de la vida y son estables,

duraderos y significativamente disfuncionales, por su carácter resistente al cambio.


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Dependencia Emocional y Estilos de Crianza

Resultan familiares y cómodos, hasta tal punto que la amenaza de cambio resulta un

desestabilizador de la organización cognitiva central, llevando al individuo a distorsionar la

información y utilizar maniobras cognitivas para mantener válido e intacto el esquema

(Young, 1999).

En 2006, Mariantonia Lemos Hoyos realizó una investigación en la Universidad CES de

Medellín, Colombia sobre los esquemas desadaptativos tempranos en estudiantes

universitarios con dependencia emocional donde encontró que los esquemas desadaptativos

tempranos de desconfianza/abuso e insuficiente autocontrol predominan en estudiantes

universitarios con dependencia emocional hacia su pareja, los cuales explicarían un gran

porcentaje de los comportamientos de estos sujetos en sus relaciones afectivas.

Young (1999) plantea que quienes tienen el esquema de "desconfianza/abuso" presentan la

sensación de que sus necesidades afectivas no serán satisfechas de modo predecible,

perciben su entorno como lastimador, y consideran que el daño sufrido es intencional por

parte de los demás o es consecuencia de una injustificada y extrema negligencia. En este

estudio se encontró que los universitarios con dependencia emocional presentan la

sensación de que no se tiene una relación estable y fiable con sus figuras significativas, así

como una sensación de que no se es digno de ser amado, aceptado, atendido y respetado.

Esto implica que los dependientes emocionales presentan una sensación de

impredecibilidad acerca de la satisfacción de las propias necesidades afectivas y la creencia

de que aquéllos que rodean el individuo lo van a hacer víctima de sus humillaciones,

engaños, abusos o mentiras.


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Dependencia Emocional y Estilos de Crianza

Esto se evidenciaría en comportamientos como la ansiedad por separación y la búsqueda

constante de expresión afectiva de la pareja que logran explicar los comportamientos

demandantes hacia éstas; así como las preocupaciones acerca del abandono y la

disponibilidad de las figuras de apego, que llevan a que estas personas presenten altos

síntomas de ansiedad y sentimientos de inferioridad (Lemos y Londoño, 2006).

Bornstein, Geiselman, Eisenhart & Languirand (2002) hallaron que estudiantes

universitarios con altos niveles de sobredependencia destructiva experimentaban

preocupaciones acerca del abandono, ansiedad sobre la disponibilidad de sus cuidadores,

problemas con la cercanía y la intimidad, dificultad para resistir la presión externa y la

influencia, además de alteraciones en la identidad y en la regulación del afecto; algunas de

estas características han sido halladas también en otros estudios.

Por otra parte, dos estudios realizados en población clínica, hacen referencia a

comportamientos propios de los dependientes emocionales evidenciados en situaciones de

alto estrés, que podrían comprenderse desde el esquema de "desconfianza/abuso". Lynch,

Robins & Morse (2001) señalan que los pacientes depresivos con altas puntuaciones en

sociotropía, presentaban comportamientos demandantes que llevaban a que sus parejas

terminen por apartarse. Además, Robins, Bagby, Rector, Lynch & Kennedy (1997)

encontraron que los pacientes con altos niveles de sociotropía presentaban sentimientos de

inferioridad, culpa y autocastigo, así como síntomas de ansiedad.


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Dependencia Emocional y Estilos de Crianza

Lo anterior lleva a pensar que podría existir una relación entre el apego ansioso

ambivalente y la dependencia emocional. Esto teniendo presente lo encontrado por West,

Spreng, Casares-

Knight, Rose & Leiper (1998), quienes afirmaron que los adultos que han presentado un

apego ansioso ambivalente, no ven a sus figuras de apego romántico como disponibles, por

lo cual experimentan ansiedad constante de ver satisfechas sus necesidades de seguridad,

tal y como se presenta en los estudiantes evaluados en este estudio.

Por otra parte, el esquema "Insuficiente autocontrol" en los estudiantes universitarios con

dependencia emocional, hace referencia a la creencia de estas personas acerca de que existe

dificultad para manejarse a sí mismo, tolerar la frustración y limitar los propios impulsos y

emociones, generando una clara evitación de todo aquello que pueda generar incomodidad

(dolor, conflicto, confrontación, responsabilidad o esfuerzo excesivo), sin importar la

interferencia que esto pueda tener para la integridad, la realización personal o el

compromiso (Young, 1999).

Así, los universitarios con dependencia emocional presentan comportamientos que

evidencian no sólo que la pareja es el centro de su vida, sino que nada es más importante

que estar atento a sus necesidades para satisfacer todos sus deseos y asegurar su

permanencia en la relación, con estrategias como la modificación de los planes personales y


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Dependencia Emocional y Estilos de Crianza

la utilización de comportamientos límites en los momentos que existe la probabilidad de

una ruptura en la relación (Lemos y Londoño, 2006).

Esto se hace evidente en las conductas de tipo histriónico que manifiestan en algunas

ocasiones y que se relacionan con los hallazgos de Morse, Robins & Gittes-Fox (2002) en

una evaluación con pacientes psiquiátricos, donde se encontró que la sociotropía se

correlacionaba con características de personalidad dependiente e histriónica. Así como con

las dificultades que presentan para resistir la presión externa y en la regulación del afecto,

características informadas en investigaciones con estudiantes universitarios que presentaron

altas puntuaciones de sobredependencia destructiva (Bornstein et al., 2002; Bornstein,

Geiselman, Gallagher, Hughes & Languirand, 2004).

De esta forma, los hallazgos de este estudio permiten evidenciar cómo la ansiedad por

separación y la búsqueda de expresión afectiva por parte de la pareja son manifestaciones

comportamentales del esquema de "Desconfianza/abuso" presente en los estudiantes con

dependencia emocional, que los lleva a buscar ser el centro de atención para ésta, mediante

comportamientos demandantes y la modificación de los planes personales, anteponiendo

los de su figura de apego, para evitar, al mismo tiempo, la incomodidad y el dolor,

explicados desde el esquema de "Insuficiente autocontrol", que generaría la soledad y la

separación, y que lleva, finalmente, a la realización de conductas límites ante la posibilidad

inminente de la ruptura (Lemos y Londoño, 2006).


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Dependencia Emocional y Estilos de Crianza

I.3. La Dependencia Emocional en relación con el Apego

En la revisión de las producciones bibliográficas tales como Brenlla, Carreras y Brizzio

(2001); Repertur y Quezada (2005) concluyen que si durante la infancia no se establece un

buen apego, cuando la persona sea un adulto tendrá problemas para desarrollarse

socialmente

con sus pares y en las relaciones que vaya estableciendo con ellos, un ejemplo de ello son

las relaciones de pareja donde un apego inadecuado podría ser causante de la dependencia

emocional, situación que afectaría a los miembros de dicha relación.

Spitz (citado de Mundaca, Gallardo & Angulo, 2002) un vínculo inadecuado puede

ocasionar que en un momento posterior de su vida el niño tenga dificultades para establecer

relaciones futuras, esto significa que la forma en que un infante organiza su conducta hacia

la madre o su cuidador principal afecta la manera en que organiza su comportamiento hacia

los otros y hacia su ambiente.

De la Cruz, Luviano y González (s.f.) mencionan que los estilos de apego juegan un papel

fundamental en la persona ya que este va a trascender a lo largo de toda la vida, debido a

que las relaciones que se van creando pueden afectarse debido a las relaciones que se

establecieron desde la infancia y estas relaciones de apego se van estableciendo a lo largo

de todo el ciclo vital.


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Dependencia Emocional y Estilos de Crianza

Como lo menciona Castello (2005) la dependencia emocional suele ser una necesidad

afectiva extrema que una persona siente hacia otra a lo largo de sus diferentes relaciones de

pareja, donde se generan demandas afectivas frustradas, buscando desesperadamente

satisfacerlas mediante el establecimiento de relaciones, quienes pueden producir daños

emocionales y físicos, debido a que los dependientes emocionales creen que amar es poseer

u ofrecerlo todo, justificando las conductas de la pareja de manera idealizada debido a que

la

baja autoestima y una débil autoimagen conllevan al tema del abandono aferrándose a la

relación siendo incapaces de terminarla.

De la Cruz, Luviano y González (s.f.) hacen hincapié que el apego establecido en la

infancia es un factor detonante de la dependencia emocional en etapas posteriores, ya que si

en la infancia no se genera la proximidad y el contacto de una figura de apoyo, ni el vínculo

o el lazo afectivo se deterioraran las relaciones que se puedan establecer más adelante, dado

que la principal figura de apego en la infancia es quien cumple la función materna o

cuidador primario, generando una conducta de acercamiento, fuente se seguridad y

protección. Bien pareciera por todo lo anterior que el adulto depende de las

representaciones interiores que hace de su relación con la figura de apego elaborada en la

infancia. Los adultos al establecer la relación de pareja, tratan de hacer una planificación a

futuro que aporte seguridad y estabilidad, pero si durante la infancia el apego fue resistente,

el individuo se encontrará altamente ansioso, en condiciones desfavorables, estresantes y


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Dependencia Emocional y Estilos de Crianza

con excesiva preocupación, su personalidad se verá afectada, no solo en lo cognitivo, motor

o social sino también en lo afectivo.

Si no se genera una coordinación en el vínculo, el menor lo registra como una gran

frustración que tendrá un gran peso en sus futuras relaciones y las situaciones afectivas

serán vivencias como todo o nada siendo gratificantes o de frustración total, generando una

imagen negativa de sí mismo, además de pensar que no reciben respuesta a sus demandas

afectivas por no merecerlo, se harán presente sentimientos de desvalorización o angustia

intensa.

La dependencia emocional se encuentra ligada al establecimiento del apego en edades

tempranas, ya que el desarrollo de un apego resistente hace que el menor se encuentre

ansioso, aparecen preocupaciones exageradas respecto a la figura con la que establece el

vínculo y el paradero de la misma y puede encontrarse presente la rabia continua durante el

procedimiento, estas características prevalecen en el dependiente emocional, la ansiedad es

constante ante el miedo a la soledad y ante la fuerte necesidad de ser amado (De la Cruz,

Luviano y González, s.f.).

Algunos factores causales que pueden desarrollar la dependencia emocional en relación al

apego son las carencias afectivas tempranas aquellas carencias graves que son sostenidas y

acompañadas en ocasiones de negligencia, maltrato, abusos etc., la dependencia emocional

es característica en los niños pequeños de manera natural, si las necesidades no son

cubiertas durante la etapa de la niñez, es posible que se origine una dependencia emocional
25
Dependencia Emocional y Estilos de Crianza

en la etapa adulta para compensar la carencia y esta permanecerá en búsqueda de alguien

que compense dichas carencias (De la Cruz, Luviano y González, s.f.).

Comenta Cid (2007) que al presentar un apego inadecuado da pie al desarrollo de una

dependencia emocional donde se comienza a generar una tendencia persistente en las

relaciones de pareja caracterizadas por la necesidad afectiva de forma excesiva y el

sometimiento inapropiado hacia su pareja, que empieza al principio de la edad adulta y se

da en diversos contextos.

Explica Sánchez (2010) que la dependencia emocional se origina en la niñez por no ser

amado de forma apropiada por las personas más significativas para el niño y de adulto el

dependiente emocional recrea situaciones en las que asume un papel sumiso intentando

siempre complacer a los demás con el don de mantener el vínculo con los otros a toda costa

y evitar un posible rechazo, convirtiendo la relación en una adicción y un calvario,

propiciando la aparición y aceptación de agresiones, humillaciones, infidelidades, burlas,

etc., con tal de que la relación perdure y si esta se rompe, el dependiente hace hasta lo

imposible para reestablecerlo. Es fácil alimentar la dependencia emocional toda la vida,

cuando la persona carece de lucidez necesaria para no dejarse impactar por las expectativas

creadas por la sociedad y es que el dependiente emocional acepta desprecios y maltratos

como algo normal y tiende a sentirse atraído por personas que aparentan una gran seguridad

en sí mismas y que tiene una personalidad dominante, el dependiente emocional no ha

conocido lo que es el amor genuino entre dos personas que se respetan y se intercambian
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Dependencia Emocional y Estilos de Crianza

afecto, tiene dificultad en tomar las riendas de su vida y espera que aparezca esa persona

especial que le hará feliz y acabara con su soledad y angustia vital.

De igual forma, el dependiente emocional experimenta la rabia cuando su pareja no

reafirma constantemente el amor que siente mediante expresiones afectivas que le aseguren

que es amado, sin embargo la rabia se vuelve un continuo cuando el dependiente modifica

toda su rutina, sus planes y comportamientos para satisfacer al otro y la pareja no responde

de la forma en cómo él o ella esperaría (De la Cruz, Luviano y González, s.f.).

Sánchez (2010) menciona que “una vez encontrada esa persona especial la relación tiende a

deteriorarse y a polarizarse: el dependiente emocional no se respeta a sí mismo ni se afirma

por miedo a que la relación se rompa y si lo hace, se siente automáticamente culpable, lo

que le hace disculparse en seguida y no mantenerse en su lugar. Por un lado esa conducta le

convierte en una víctima fácil del abuso de otro y por otra le crea un gran resentimiento

contra sí mismo porque sabe que en el fondo no se está respetando. El sentimiento y la

acumulación de ira no expresada, junto con los frecuentes sentimientos de culpa que

alberga son los ingredientes que alimentan su baja autoestima y su tendencia a la depresión.

La relación se convierte así en una verdadera adicción para el dependiente emocional, en

espera de un nuevo amor que le haga salir de su desasosiego.

Pareciera que el dependiente es aquel que está constantemente movilizando sus recursos

para mantener a la pareja a su lado, sin embargo seria relevante indagar en el


27
Dependencia Emocional y Estilos de Crianza

comportamiento y el apego desarrollado en la otra persona ya que aun cuando es este el que

posiblemente cause daño físico y psicológico en la otra persona y le lleve a actuar en contra

de su bienestar, permaneciendo aparentemente integro, también experimenta necesidades

afectivas que no están siendo satisfechas (De la Cruz, Luviano y González, s.f.).

La ruptura de la relación es un trauma que le ocasiona un desequilibrio emocional grave

puesto que el dependiente carece de una fuente de equilibrio interna, tras esta ruptura el

dependiente emocional tiende a reaccionar de dos maneras: buscando desesperadamente

una

nueva pareja que llene el vacío de la anterior y le reafirme su valía o aislándose

completamente por temor a que le maltrate de nuevo. La dependencia crea un tipo de

relación toxica, en ocasiones, no solo por causa del dependiente sino también por causa de

la persona que elige a un dependiente como pareja y que lo necesita para llenar a sí mismo

un vacío, esta dinámica puede desencadenar en relaciones muy destructivas en las que las

dos personas en la relación están enganchadas al otro aunque se destruyan (Sánchez, 2010).

De aquí la importancia como individuo de establecer un apego favorable en las futuras

generaciones para que su desarrollo no se vea afectado en los diversos factores y en este

caso en lo emocional o afectivo, además de crear una reflexión sobre cuáles son las

necesidades o deficiencias que se tiene que trabajar con un proceso psicoterapéutico con el
28
Dependencia Emocional y Estilos de Crianza

objetivo de mantener un equilibrio emocional y así las futuras relaciones que se establezcan

sean las esperadas (Castello, 2005; De la Cruz, Luviano y González, s.f.).

Por eso es necesario que las personas que presentan dependencia emocional realicen un

profundo proceso reflexivo personal o psicoterapéutico, tengan un verdadero conocimiento

de sus necesidades, deficiencias y cualidades personales, situación que les permitirá la

elección de una pareja con mayor claridad y madures (King, 2009).

I.4. Características de la Dependencia Emocional

Según Castello (2005) dentro de las diferentes áreas:

Área cognitiva.

Este apartado describe las características cognoscitivas (de pensamiento) o sus limitaciones

y carencias de sujetos con dependencia emocional. El objetivo es analizar si la persona es

capaz de interpretar adecuadamente su entorno social y hace razonamientos, inferencias y

atribuciones apropiadas, incluidas las competencias de regulación verbal (Muñoz & Novoa-

Gómez, 2010). Indagar los pensamientos, las reglas, marcos y filosofías respecto a una

relación en pareja, es el objetivo fundamental en el abordaje de esta problemática (Besser &

Priel, 2011). De esta manera, es común encontrar un miedo desproporcionado a estar solo,

pensamientos de no valer nada, de no merecer amor, que la pareja es infiel, entre muchos
29
Dependencia Emocional y Estilos de Crianza

otros que tienden a variar dependiendo del consultante y sus quejas (Collins & Feeney,

2004).

Según la teoría de los marcos relacionales, este estilo cognitivo surge por el aprendizaje de

relaciones y asociaciones que atribuyen características sobrevaloradas a la pareja, lo que

lleva al consultante a relacionarse en función de cómo quiere que sean los otros y no como

son realmente. Con el paso del tiempo, la preocupación excesiva por agradar y complacer a

la persona de la que se depende, se convierte en la constante que usualmente se acompaña

de una modificación conductual y reglas rígidas de comportamiento para adquirir cierto

tipo de refuerzos y asegurar la presencia del otro (Moral & Sirvent, 2009). El temor frente a

la

separación y el miedo a la soledad, se presentan simultáneamente con pensamientos

recurrentes que conducen al desarrollo de estrategias interpersonales de control para

mantener a la persona al lado, tales como la expresión afectiva inadecuada, modificación de

planes, búsqueda de atención y expresión emocional impulsiva (Lemos & Londoño, 2006).

De esta manera, las rumiaciones sobre posibles abandonos, el miedo a la soledad y las

conductas que debe hacer para mitigar estos pensamientos, son los más comunes en este

tipo de patrón (Castelló, 2005).

Al realizar un análisis funcional del pensamiento es posible evidenciar que las personas

pueden dirigir su comportamiento por medio de las instrucciones que adquiere de su


30
Dependencia Emocional y Estilos de Crianza

comunidad verbal y las cuales hacen las veces de reglas que gobiernan su propia conducta

(Pérez, 1996). Sin embargo, las consecuencias para las reglas establecidas pueden ser

principalmente mediadas por el otro. Este repertorio es limitante en tanto que genera una

dependencia extrema de los demás y produce insensibilidad a las consecuencias que

emanan de las acciones (perfiles típicos de la DA) (Hayes , Gifford & Hayes, 1998).

Área conductual.

Como se mencionó anteriormente y vinculando el patrón de dependencia emocional a un

repertorio de conductas adictivas, se pueden observar comportamientos encaminados a

disponer del otro, a expresar emociones intensas y a complacer por medio de la atención

exclusiva a la pareja, dejando de lado necesidades e intereses personales incluso de manera

obsesiva, tal como podría presentarse dentro de un trastorno obsesivo compulsivo (Feeney

& Collins, 2001; Secades & Fernández, 2001). Esto se refleja en las conductas de

reparación y comprobación que suelen presentar estos individuos (v. g. llamadas o mensajes

continuos, revisión de redes sociales, de objetos personales, entre otras), (Bogerts, 2005).

Estos comportamientos suelen ser resultado de la evitación que hace la persona a establecer

contacto con sus experiencias privadas (v. g. pensamientos sobre lo que está haciendo su

pareja, ansiedad al estar solo, estados emocionales de tristeza o preocupación) y se

comporta deliberadamente para alterar, tanto la forma o frecuencia de tales experiencias,

como las condiciones que las generan. El llamado trastorno de evitación experiencial (TEE)
31
Dependencia Emocional y Estilos de Crianza

aunque puede resultar aparentemente efectivo a corto plazo, cuando es crónico llega a

producir una limitación en la vida personal del individuo (Luciano & Hayes, 2001).

Otro comportamiento habitual es la búsqueda activa de atención que asegure la

permanencia de la pareja en la relación y una posición central en la vida de esta.

Regularmente, esta búsqueda se realiza asumiendo una posición pasiva y sumisa o, en el

extremo contrario, agresiva, guardando siempre el objetivo de mantener a la pareja

(Bornstein, 1993).

Área emocional.

Esta área caracteriza las competencias de la persona para identificar estados emocionales y

afectivos en sí mismo y en los demás, así como la capacidad para relacionarlos con el

contexto. También permite relacionar las congruencias entre la situación y los parámetros

topográficos (intensidad, duración, frecuencia) de estos estados, los repertorios de

autorregulación y de expresión emocional (Muñoz & Novoa-Gómez, 2010).

Una de las características fundamentales de la dependencia emocional es la inestabilidad

emocional que suelen manifestar las personas que la presentan (Joel, MacDonald &

Shimotomai, 2010). En sus relaciones, tienden a presentar altas y bajas emocionales, los

conflictos aumentan su frecuencia y poseen niveles más bajos de regulación emocional. Es

común que se manejen mecanismos de evitación y escape, lo que dificulta asimilar el


32
Dependencia Emocional y Estilos de Crianza

problema y sus consecuencias. Así mismo, manifiestan sentimientos de inestabilidad como

el rechazo, miedo, abandono, rabia, pseudosimbiosis (no estar completo sin el otro) y culpa

(Moral & Sirvent, 2009; Sophia, Tavares & Zilberman, 2007). Además, las personas con

este tipo de repertorio están tristes y preocupadas la mayor parte del tiempo y presentan un

miedo irracional y desproporcionado a estar solos. Su estado de ánimo es por tanto

disfórico con tendencia a la ansiedad en los momentos en los cuales hay alguna señal de

amenaza en el contexto o un evento privado molesto. La soledad es vista en la mayoría de

casos como algo aterrador; algo a ser evitado y que podría explicar muchos de los

comportamientos orientados a lograr mantener una pareja o un apoyo social constante

(Castelló, 2005).

Finalmente, otra manifestación emocional común en la dependencia emocional son los

celos obsesivos resultado de factores como el miedo a la pérdida, sensaciones de

inseguridad y sospecha constante sobre el comportamiento de la pareja y quienes le rodean

(Sophia,

Tavares & Zilberman, 2007). Sin embargo, a diferencia de la dependencia, los celos

patológicos por lo general parecen infundados, irrazonables y poco realistas. De ahí que

posean una gran carga cognitiva que genera un malestar significativo (Bogerts, 2005).

Relaciones de pareja.
33
Dependencia Emocional y Estilos de Crianza

 Relaciones basadas en la sumisión y la subordinación. La sumisión del dependiente

hacia su objeto es una respuesta casi inmediata, la sumisión es una ofrenda como

pago de estar y cuidar de ella. Es, por tanto, un medio para preservar la relación, es

lo que se utiliza para asegurar al máximo la continuidad de la misma. El

dependiente no tiene problema en aceptar y llevar a cabo activamente desde el

principio en el otorgar todo tipo de atenciones y privilegios a su pareja. Solo se hará

lo que su pareja quiera, se irá a los lugares que desee, el dependiente se vestirá para

el otro, comerá en el restaurante los platos que le indiquen, etc (Castello, 2005,

2007).
La sumisión es el regalo que la persona dependiente da a su pareja, es la forma de

agradecer que esté a su lado, en primera instancia es un medio para preservar la

relación, siendo esto también el resultado de la falta de autoestima del dependiente,

aquí se observa que el dependiente permite a la pareja que haga lo que fuera

necesario para que se sienta bien, le da todo tipo de atenciones y privilegios, porque

darle gusto al otro es lo único importante. Esta sumisión con el paso del tiempo se

profundiza y como un círculo vicioso comienza a traer más dominación del objeto

hacia el

dependiente y viceversa, este se ve humillado y comienza a sufrir pero aun así la

ruptura de la relación le provocaría más dolor, resultándole difícil escapar.


 Son relaciones desequilibradas.
 Excesivas demandas afectivas.
 Relaciones interpersonales estrechas.
 Deseos de exclusividad en la relación. La exclusividad se entiende aquí en ambos

sentidos, en el del propio dependiente, que voluntariamente se aísla de mayor o


34
Dependencia Emocional y Estilos de Crianza

menor medida de su entorno para dedicarse por entero a su pareja, y en el del anhelo

y exigencia que el otro haga lo mismo.


 Idealización de la pareja. Menciona Castello (2007) que la idealización consiste en

primer lugar en sobrevalorar sus cualidades, desde físicas hasta intelectuales; las

cualidades son atribuidas por el dependiente. La idealización del objeto es también

global a la totalidad de su persona, es una admiración hacia lo que pueden

considerar un “ser especial”, alguien que está en otro plano diferente al de la

mayoría y, desde luego, extraordinariamente mejor que el del propio dependiente.

La persona dependiente mira al objeto como aquel ser que tiene todo aquello que a

ella le falta, como por ejemplo seguridad en sí misma, autoaprecio y una posición de

superioridad sobre los demás, el dependiente mira al objeto como su salvación, la

única persona en la que ella puede encontrar lo que le falta. Se aferra al objeto, lo

idealiza y sobrevalora en tal manera que considera el haberlo encontrado como la

culminación de sus aspiraciones.


 Necesidad excesiva del otro, deseo de acceso constante hacia él. Deseo de acceso

constante hacia él. Existen deseos constantes de saber o estar con la otra persona,

por lo que se identifican conductas de llamadas y mensajes muy frecuentes, planean

y realización de todo tipo de actividades considerando siempre a la pareja. La

reacción de las parejas a las dependientes emocionales puede ser de agobio

(Castello, 2007).
 Si la persona amada no está disponible o si no se obtiene de ella las manifestaciones

de afecto deseadas se produce un sufrimiento (equiparable al síndrome de

abstinencia).
35
Dependencia Emocional y Estilos de Crianza

 Necesidad imperiosa del otro.


 Necesidad de la aprobación de la pareja y preocupación excesiva por agradarle.
 Abandono o modificación de planes propios para satisfacer los planes de los demás.
 Comportamientos excesivos de aferramiento hacia la pareja.
 Prioridad de la pareja sobre cualquier otra cosa. El dependiente emocional considera

a su pareja el motivo de su vida, la razón de su existir, quien hará todo para y por él.

No habrá nada ni más importante que la pareja, aun ni las propias prioridades

(Castello, 2005).

 Suelen aparecer altos niveles de preocupación y/comportamientos vigilantes y

controladores por miedo a perder a la pareja.


 Pese a tener claras las consecuencias negativas que produce el hecho de amar sin

límites (depresión, ansiedad…) se sigue teniendo un estilo de relación dependiente.


 Pánico a la ruptura. Por muy nefasta que sea la relación, por mucho que la persona

sea capaz de aguantar en forma de humillaciones, desprecios o malos tratos, lo peor


que le puede ocurrir es que la relación se rompa, que la persona a la cual admira y a

la que se ha aferrado pueda marcharse y dejarle solo o sola.


 Asumir el sistema de creencias de la pareja, por encima del propio.

 Historia de relaciones de pareja desequilibradas. Comenta Castello (2005) que la

vida amorosa del dependiente emocional es una sucesión de relaciones de parejas

tormentosas y desequilibradas.

Relaciones con el entorno interpersonal según Castello (2005)


36
Dependencia Emocional y Estilos de Crianza

 Deseo de exclusividad, pueden sentirse incomodos en los grupos, puesto que el

afecto y la atención de difuminan y no se llega a obtener el suministro necesario de

afecto, llegando a sentirse más solos.


 Necesidad de agradar.

 Reducción de actividades sociales, laborales y de ocio. La pareja es el centro del

pensamiento de la persona dependiente, todo gira en torno a ella y se prioriza sobre

cualquier otra cosa.

 Cierto déficit de habilidades sociales: falta de asertividad, dificultad en la toma de

decisiones, carencia de empatía, solución de problemas o regulación emocional,

egoísmo, confunden el dar cariño con la sumisión, no entienden tampoco que recibir

amistad no es tener al otro como “paño de lágrimas” (Castello, 2005). Por ejemplo

la necesidad de agradar y el miedo al rechazo, deriva de una carencia de afectividad

donde el individuo es incapaz de expresar con libertad los intereses o las demandas

personales, las cosas que le desagradan o las que no. En ocasiones las

conversaciones del dependiente suelen estar en torno a sus problemas o sus temas

favoritos como sus ex relaciones, y cuando la otra persona habla de sus problemas

el dependiente muestra desinterés y esto puede deteriorar la relación.

Autocontrol y solución de problemas

 Según la literatura, las personas con un patrón de DA poseen un locus de control

externo, es decir, tienen la percepción de que los eventos ocurren como resultado

del azar, el destino, la suerte o el poder y decisiones de otros (Moral & Sirvent,
37
Dependencia Emocional y Estilos de Crianza

2007). Sumado a ello, en estos consultantes existe una marcada dificultad en el

arreglo de contingencias con el fin de controlar el propio comportamiento. De esta

manera, es usual que sus conductas estén encaminadas a conseguir beneficios a

corto plazo
(como reducir su ansiedad al llamar a su pareja), en vez de otro tipo de actividades a

largo plazo que pueden fortalecer la relación. En una persona con un patrón de DA,

las conductas en relación a su pareja serían inmediatamente reforzadas tanto

negativamente, por el alivio o respuesta que obtiene de ella, como positivamente por

la derivación de estar haciendo lo correcto. Así, el comportamiento de estas

personas sería una acción dirigida a la evitación del malestar, a reducir las ganas de

estar con la pareja o al control del deseo o la incomodidad social que puede suponer

el no tener una relación (Luciano, Páez-Blarrina & Valdivia, 2010).

Autoestima y estado anímico según Castello (2005)

 Presencia de baja autoestima y autoconcepto negativo a los cuales se suele asociar

sensación de aislamiento y abandono. Debido al rol de sumisión que acepta la

persona dependiente, ésta va elaborando un sentimiento de inutilidad, así como una

falsa percepción de su autoimagen.


 Minimizan sus propias fortalezas y habilidades.
 Miedo e intolerancia a la soledad.
 Estado de ánimo negativo y comorbilidades (enfermedades asociadas) frecuentes

(depresión, ansiedad…). Presentan estado de ánimo disfórico – preocupación,

tristeza al imaginarse la temida separación (ansiedad de separación) o a la


38
Dependencia Emocional y Estilos de Crianza

percepción de desvalimiento emocional y vacío. Se puede destacar en un trastorno

depresivo y de ansiedad.

Por supuesto, no son necesarias todas las características señaladas para que se pueda

considerar a una persona como dependiente emocional, con algunas ya podrá considerarse

como tal y cuantas más tenga tanto en cantidad como en calidad, mayor grado de

dependencia padecerá.

I.5. Características de los objetos de los dependientes emocionales

Según Cid (2007) antes de comenzar con la descripción de las características es importante

mencionar que el término “objeto” proviene de la expresión psicoanalítica “elección del

objeto”, es adecuado para acentuar el patrón habitual de los dependientes emocionales para

elegir su pareja, la cual sigue unas pautas muy concretas y no una elección al azar, además

porque indica el papel que estas personas (los objetos) desempeñan como depositarias de

las necesidades psicológicas de los dependientes emocionales.

1. Son fácilmente idealizables.

Los objetos en realidad no son personas fácilmente idealizables, son los dependientes los

que engrandecen ciertas características de los mismos, o les otorgan cualidades positivas

que no existen, esto sucede gracias a la coexistencia entre la elevada autoestima de los

objetos, y el autodesprecio de los dependientes, también se puede entender ya que el


39
Dependencia Emocional y Estilos de Crianza

dependiente va más allá de un deseo de parecérsele si no de anularse a sí mismo para dar la

importancia primordial al otro, buscando desesperadamente satisfacer su necesidad de

afecto con él.

El objeto puede ser una persona con cualidades dentro de lo normal, esto significa que lo

pueden ignorar o simplemente mirarlo con extrañeza, desinterés, antipatía o en ocasiones

entablar contacto superficial ya que son personas egocentristas, la idealización puede ser en

varios aspectos, como el físico, el desenvolvimiento en su trabajo, características de su

personalidad y hasta su inteligencia.

2. Son narcisistas y explotadores.

Esta característica es exclusiva de los objetos y no en función de su relación con el

dependiente. En el plano interpersonal el narcisista desea que el entorno admire sus

cualidades, entiende a una relación positiva únicamente como la adulación a sí mismo, se

ama de manera exagerada y busca que el resto de personas haga lo mismo, por esto

podemos decir que no existe afecto sincero hacia los demás, tampoco desea su cariño, sino

su sometimiento y su admiración.

“Del mayor o menor éxito del objeto ante los demás dependerá su satisfacción, en caso de

encontrarse en una situación de verdadero aislamiento junto con el dependiente emociona,

único admirador incondicional, este puede ser la válvula de escape de la frustración

generada.
40
Dependencia Emocional y Estilos de Crianza

La necesidad del objeto hacia el dependiente será mayor, de la misma forma que su

desprecio; esto mezclado con dicha frustración puede generar agresividad frecuente, tanto

verbal como física, criticas, humillaciones, burlas, menosprecios.”

3. Suelen padecer trastornos de personalidad.

Este no es un requisito indispensable, en este caso el más común de los trastornos es sin

lugar a dudas el Trastorno Narcisista de la personalidad, pero aunque no sean merecedores

de ningún diagnostico concreto pueden tener rasgos de personalidad desadaptativos más

atenuados que los de las categorías oficiales. Entre otros trastornos está el de la

personalidad histriónica, antisocial y el paranoide, puede que además del trastorno

narcisista de la personalidad coexistan solo rasgos disfuncionales paranoides, antisociales,

etc. No se descarta la posibilidad de Trastornos relacionados con sustancias esto elevaría el

riesgo de violencia doméstica.

4. Puede ocurrir que el objeto sea también dependiente emocional dominante.

Menciona Cid (2007) las siguientes características de la dependencia emocional dominante:

o Muy frecuente en varones.


o Ambivalencia enfermiza, quiere a la vez que odia a su pareja (Lo cual llega

a traer consecuencias trágicas).


o Necesidad afectiva que no es tan excesiva.
o Pauta principal de interacción: dominación, menosprecio y explotación.
o Autoestima no tan deteriorada.
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Dependencia Emocional y Estilos de Crianza

o Satisfacen su necesidad afectiva dominando a la otra persona,

considerándola una pertenencia suya.

o Suele ser desconfiado y celoso.


o Predomina la hostilidad, pudiendo llegar a la violencia explícita (verbal y

física).
o Su pareja será frecuentemente dependiente emocional.
o Reaccionará de manera brutal ante la ruptura, con dolor o con violencia, y

deseará la reanudación de la relación.

I.6. Fases de la Dependencia Emocional

Cid (2007):

1. Fase inicial de euforia: Los comienzos de la relación cuando el dependiente conoce

a su futuro compañero están cargados de expectativas.


2. Subordinación: En esta fase la pareja se convierte en el centro de todo; se idealiza y

todo lo que él desea se acata con sumisión.


3. Deterioro: Debido al desequilibrio extremo entre los miembros de la pareja, uno

dominante y la otra sumisa, hay un deterioro de la pareja que, a veces, lleva a la

ruptura.
4. Ruptura con un importante sufrimiento asociado (ansiedad, depresión…): Presencia

de síndrome de abstinencia. En este momento es cuando más frecuentemente se

pide
la ayuda de un profesional de la salud.
5. Relaciones de transición: Relación de transición sin la correspondiente fase de

duelo por la pérdida de la relación anterior. Búsqueda desesperada de nuevas


42
Dependencia Emocional y Estilos de Crianza

relaciones, a veces como apoyo para salir de la pareja actual (la persona dependiente

emocional no soporta la soledad) o como nueva pareja.


6. Reinicio del ciclo: Recomienzo del ciclo. Se encuentra otra persona con el perfil

adecuado para establecer otra relación desequilibrada.

Fase 1:
Euforia

Fase 2:
Fase 6: Recomienzo Subordinación

Fase 5:
Fase 3:
Relación de Deterioro
transición

Fase 4:
Ruptura

Figura 1. Fases de la Dependencia Emocional

Atención e Investigación de Socioadicciones (2009) sugieren algunas señales de

alarma.

a. No ser capaz de poner fin a una relación de pareja negativa.


43
Dependencia Emocional y Estilos de Crianza

b. Aguantar y justificar a la pareja aun teniendo un comportamiento violento, poco

afectivo, etc.
c. Pensar en cambiar la forma de actuar o de comportarse de la pareja.
d. Sentir atracción por hombres distantes, fríos, poco afectivos.
e. Vivir en una constante ansiedad y cada día esforzarse por conseguir la aprobación

de la pareja.
f. Pensar que amar es sufrir.
g. Creer que la culpa de que la pareja actúe de un modo incorrecto es culpa de la

persona que presenta el trastorno de dependencia emocional.

1.7. Dimensiones de la Dependencia Emocional

Cid (2007) destaca seis dimensiones básicas relacionadas con la dependencia emocional:

1. Ansiedad de separación: Se describen las expresiones emocionales del miedo que

se producen ante la posibilidad de disolución de la relación, el temor es por el

abandono, la separación o el distanciamiento:

“Me preocupa la idea de ser abandonado por mi pareja”, “Si mi pareja no llama o aparece a

la hora no acordada me angustia pensar que está enojado conmigo”, “Cuando mi pareja

debe ausentarse por algunos días me siento angustiado”, “Cuando discuto con mi pareja me

preocupa que deje de quererme”, “Cuando tengo una discusión con mi pareja me siento

vacío”, “Siento temor a que mi pareja me abandone”, “Si desconozco donde está mi pareja

me siento intranquilo”.
44
Dependencia Emocional y Estilos de Crianza

Menciona Cid (2007) que el/la dependiente emocional comienza a percibir con gran

inquietud la posible disolución de la relación, el objeto se torna distante y más explotador,

éste se da cuenta de esta vulnerabilidad y en ocasiones amenaza a la pareja. La ansiedad de

separación es la responsable parcial del aferramiento que el dependiente efectúa hacia el

objeto, las causas del miedo que lo atormenta son: el importante papel que el objeto cumple

en su vida, como un guía, su tabla de salvación, la persona perfecta (idealización), y con la

cual se asegura de no sentir la soledad; al terminarse la relación el síndrome de abstinencia

es tan terrible que se manifiesta con firmeza la necesidad psicológica que tenia de ésta.

La ansiedad por separación genera y refuerza las pautas interpersonales de dependencia, la

persona se aferra demasiado a su pareja, le asigna significados y lo sobrevalora, lo percibe

como necesario para vivir feliz y en calma, y como la opción directa para no sentir la

angustia que le genera la soledad. La ansiedad por separación puede surgir ante el

distanciamiento temporal que implica la vida cotidiana, separaciones rutinarias que pueden

generar desconfianza del regreso de su pareja y que lleva a la activación de pensamientos

automáticos

de relacionados con la pérdida y la soledad. (Beck, Feeman, Davis et al, 2004; Castello,

2005; Schaeffer, 1998).

2. Expresión afectiva: Necesidad del sujeto de tener constantes expresiones de afecto

de su pareja que reafirmen el amor que se sienten y que calme la sensación de inseguridad.

La desconfianza por el amor de la pareja y la necesidad de un amor incondicional llevan a


45
Dependencia Emocional y Estilos de Crianza

que el dependiente emocional demande de su pareja expresiones constantes de afecto, que

le aseguren que es amado (Lynch et al., 2001). Esta demanda puede estar originada por una

necesidad insaciable de la pareja, que es lo que ha asemejado este cuadro a una

dependencia a sustancias. Las creencias hacen referencia a enunciados como los siguientes:

“Necesito constantemente expresiones de afecto de mi pareja”, “Necesito demasiado que

mi pareja sea expresiva conmigo”, “Necesito tener a una persona para quien yo sea más

especial que los demás”, “Me siento muy mal si mi pareja no me expresa constantemente el

afecto”.

3. Modificación de planes: El cambio de actividades, planes y comportamientos debido

a los deseos implícitos o explícitos por satisfacer a la pareja o a la simple posibilidad de

compartir mayor tiempo con ella. Para el dependiente emocional su pareja es el centro de su

vida, de tal forma que no existe nada más importante, incluyéndose a sí mismo, a sus hijos

o al resto de su familia. Así, es importante estar atento a las necesidades, deseos o incluso

caprichos de la pareja para poder satisfacerlos (Castello, 2005).

Adicionalmente, este comportamiento hace referencia al deseo de exclusividad del

dependiente emocional, el cual se da en ambos sentidos, tanto del dependiente que deja de

involucrarse en otras actividades para estar enteramente dispuesto para su pareja, como en

el deseo que su pareja realice lo mismo. Se incluye una serie de supuestos y preposiciones

tales como:
46
Dependencia Emocional y Estilos de Crianza

“Si mi pareja me propone un programa dejo todas las actividades que tenga para estar con

ella”, “Si tengo planes y mi pareja aparece los cambio sólo por estar con ella”, “Me divierto

sólo cuando estoy con mi pareja”, “Me alejo demasiado de mis amigos cuando tengo una

relación de pareja”.

4. Miedo a la soledad: Dentro de la descripción del componente se identifica el temor

por no tener una relación de pareja, o por sentir que no es amado. El dependiente emocional

necesita a su pareja para sentirse equilibrado y seguro, de tal forma que la soledad es vista

como algo aterradora, aspecto que es evitado por el dependiente emocional. (Castello,

2005; Schaeffer, 1998).

El miedo a la soledad ha sido bastante tratado por Castello (2005) quien ha afirmado que el

dependiente, por encima de cualquier cosa, es consciente de su necesidad del otro,

considerando que no poder vivir sin su pareja y que necesita contar con el otro y tenerlo a

su lado:

“Me siento desamparado cuando estoy solo”, “No tolero la soledad”, y “Siento una fuerte

sensación de vacío cuando estoy solo”.

5. Expresión límite: Comenta Cid (2007) que la posible ruptura de una relación para el

dependiente emocional puede ser algo tan catastrófico por su enfrentamiento con la soledad

y la pérdida del sentido de vida, que puede llevar a que el sujeto realice acciones y
47
Dependencia Emocional y Estilos de Crianza

manifieste expresiones impulsivas de autoagresión, relacionadas con las características de

la persona con un trastorno límite de la personalidad.

Las manifestaciones límites frente a la pérdida, las cuales pueden ser vistas como

estrategias de aferramiento ante su pareja, reflejan el grado de necesidad que el dependiente

tiene de la misma (Bornstein et al, 2002; Castello, 2005). Esta dimensión está conformada

por enunciados que describen eventos pasados, concepto actual sobre sí mismo y creencias

sobre lo que se podría llegar a hacer, con el fin de retener al otro:

“He amenazado con hacerme daño para que mi pareja no me deje”, “Soy alguien necesitado

y débil”, “Soy capaz de hacer cosas temerarias, hasta arriesgar mi vida, por conservar el

amor del otro”.

6. Búsqueda de atención: Menciona Castello (2005) que se tiende a la búsqueda activa

de atención de la pareja para asegurar su permanencia en la relación y tratar de ser el centro

en la vida de éste(a). Se expresa a través de la necesidad psicológica que el dependiente

tiene hacia su pareja. La búsqueda de atención podría verse como una tendencia histriónica

que se

presenta en algunos dependientes emocionales (Morse et al., 2002), aunque debe aclararse

que esta búsqueda puede hacerse también por otros medios, tales como la asunción de una

posición pasiva y sumisa, si esto es lo que la pareja desea (Bornstein, 1998). Esta búsqueda

responde también a ese deseo del dependiente emocional de tener la atención de su pareja
48
Dependencia Emocional y Estilos de Crianza

en forma exclusiva, de tal forma que lleva a cabo lo que sea necesario para tener siempre su

atención:

“Hago todo lo posible por ser el centro de atención en la vida de mi pareja”, “Para atraer a

mi pareja busco deslumbrarla o divertirla”.

La ansiedad de separación y el miedo a la soledad, han sido identificados como las

principales amenazas percibidas que desatan estrategias interpersonales de control para

mantener a la pareja a su lado: expresión afectiva, modificación de planes, búsqueda de

atención y expresión emocionales impulsivas (Lemos y Londoño, 2006).

La ansiedad de separación y la demanda de expresión afectiva de la pareja, características

básicas de la persona con dependencia emocional, son manifestaciones comportamentales

del esquema de desconfianza/abuso, en el que una posible disolución de la relación genera,

en quien presenta el patrón, un temor intenso a ser traicionado, evidencia de su creencia

paranoide; un aferramiento excesivo a la pareja, muestra de su creencia dependiente y

demandas respecto a la expresión de afecto, ocasionadas por la distorsión cognitiva de

falacia de cambio. Por último, esta desconfianza a la disponibilidad afectiva de su pareja y

la

necesidad de contar con ella, puede llevar a quien presenta dependencia emocional, a que

cuando se siente amenazado, es decir, a punto de ser abandonado, utilice estrategias como
49
Dependencia Emocional y Estilos de Crianza

la expresión límite, que sería una evidencia del hipodesarrollo de la autonomía como

estrategia de afrontamiento.

También la dependencia emocional está asociada con episodios de depresión mayor ante las

pérdidas (muerte de un cónyuge o familiar, separación o divorcio, enfermedad o abandono

del hogar de algún cónyuge) y con la mala calidad de la relación conyugal. La probabilidad

de aparición de un trastorno depresivo mayor se estableció entre 10 y 25 veces más alta que

en la población normal. También se ha asociado con los intentos de suicidio. De acuerdo

con el estudio de Bornstein y O’Neill (2000) se encontró que la dependencia se asociaba

con altas puntuaciones del índice de suicidio en mujeres y hombres, de forma independiente

de las medidas de depresión.

Según Lemos y Londoño (2006) en el Cuestionario de dependencia emocional, las

diferencias individuales con relación al sexo se manifiestan en “Expresión afectiva de la

pareja y “Miedo a la soledad”, donde las puntuaciones son superiores en las mujeres; y en

la “Búsqueda de atención”, donde las puntuaciones son más altas en los hombres.

Comenta Cid (2007) que es más frecuente encontrar este trastorno en mujeres que en

hombres (75%). Es posible que esta diferencia se deba tanto a factores culturales como

biológicos. Estos resultados pueden abordarse desde la teoría social cognitiva con relación

a la
50
Dependencia Emocional y Estilos de Crianza

identificación del género: es decir, la aceptación de ciertas pautas comportamentales en las

mujeres, las cuales suelen ser más expresivas emocionalmente y buscan estar acompañadas,

y en los hombres con pautas comportamentales que los hace ser atentos con sus parejas. Las

expectativas sociales frente al comportamiento de la mujer en su rol femenino se aproximan

al perfil de afectuosas, tiernas, empáticas y poco autónomas. Las mujeres, tanto por

convenciones sociales como posiblemente por su propia naturaleza, tienen una tendencia

más pronunciada a la empatía y a la vinculación afectiva. El hombre sin embargo, tiene

más accesible el camino de la desvinculación afectiva de los demás, y por consiguiente de

la hostilidad y el individualismo (aunque preservando la autoestima, al contrario del patrón

que manifiesta la dependencia emocional), y evidenciando ciertas conductas relacionadas

con ser el centro de atención, lo cual puede estar relacionado con la imagen de conquistar, y

mantener la superioridad frente a otros pares masculinos.

Otro punto interesante con relación a esto, es que el dependiente emocional tiende a

maximizar sus vulnerabilidades y minimizar y ocultar sus fortalezas, mientras que el objeto

de la dependencia hace todo lo contrario. Todos estos puntos hacen que ambos encajen a la

perfección como piezas de un engranaje y que por tanto se busquen mutuamente para

completarse. La interacción de estas pautas individuales y complementarias origina un

patrón de relación limitante y lesivo para ambos miembros de la pareja (Cid, 2007).
51
Dependencia Emocional y Estilos de Crianza

Figura 2. Las actitudes de dependencia

I.8. Factores causales

Según Cid (2007) los factores causales son los que se presentan a continuación:

 Carencias afectivas tempranas: Estas primeras experiencias afectivas, se cree que fueron

frustrantes, insatisfactorias, frías, menospreciadoras, sostenidas y acompañadas en

ocasiones de negligencia, maltrato, abusos, por la cual se encuentran profundas

necesidades emocionales. Consecuentemente, estas primeras experiencias han ido forjando

creencias negativas sobre sí mismo, pobre autoestima y concepción de los demás como

superiores a él y con mayor importancia, conformando esquemas cognitivos y emocionales

como el pobre autoconcepto, la búsqueda de las necesidades insatisfechas, la sumisión

como estrategia – coherente con la baja autoestima – para evitar el abandono, la idea de

amor como apego


52
Dependencia Emocional y Estilos de Crianza

obsesivo y admiración en lugar de como un intercambio reciproco de afecto.

Decimos que la dependencia emocional es característica en los niños pequeños de manera

natural. Si las necesidades no son cubiertas durante la etapa de la niñez, es posible que se

origine un trastorno de dependencia emocional en la etapa adulta para compensar la

carencia.

 Mantenimiento de la vinculación afectiva a pesar de estas circunstancias desfavorables,

que propicia que el individuo esté permanentemente en búsqueda de alguien que compense

dichas carencias.

 Focalización excesiva en fuentes externas de la autoestima.

 Existen también otros factores que pueden contribuir, como culturales, biológicos, etc.

I.9. Trastornos que pueden presentar debido a la Dependencia Emocional

Menciona Guevara (2009) que la dependencia emocional es un trastorno de la personalidad

enmarcado dentro de las dependencias afectivas, este trastorno presenta síntomas variados,

desde la depresión reactiva, los trastornos obsesivos o los síndromes desadaptativos, de la

cual el sujeto es controlado por su necesidad hacia la otra persona y el intenso miedo a la

pérdida contamina el vínculo establecido. La dependencia emocional se ha asociado con la

depresión y con los intentos de suicidio.


53
Dependencia Emocional y Estilos de Crianza

Según Sánchez (2010) entre los trastornos más frecuentes de la dependencia emocional se

encuentran los siguientes:

 Ansiedad

 Depresión

 Estrés postraumático (Heise y García-Moreno, 2002; Sarasua, Zubizarreta, Echeburúa, y

Corral, 2007).

 Anorexia y bulimia

 Dependencia de sustancias tales como, alcohol, cigarrillos, etc.

Gema Sánchez (2013) comenta que la dependencia emocional de la pareja puede

equipararse actualmente con el concepto de “adicción al amor". Son muchas las personas

que tienen la necesidad de tener una pareja, y si la relación fracasa buscan rápidamente otra

relación amorosa.

Explica Castello (2000) que la adicción al amor, como cualquier otra adicción, hace que la

vida de la persona adicta gire en torno al objeto amado (la pareja). Su bienestar personal

estará en función de la satisfacción que le produzca su pareja, buscará continuamente estar

en su presencia y sufrirá cuando no está cerca de ella. Las rupturas amorosas las vivirán

como un gran trauma, y tendrán la necesidad irrefrenable de recuperar la relación o buscar

una nueva pareja.


54
Dependencia Emocional y Estilos de Crianza

I.10. Diagnóstico diferencial

La dependencia emocional debe distinguirse de dos trastornos de la personalidad con los

que puede existir confusión:

•Trastorno de la personalidad por dependencia.

El trastorno puede confundirse con otros trastornos de la personalidad por ser similares,

aunque muchos tienen como característica la dependencia, el trastorno de la personalidad

por dependencia se caracteriza por el acompaño de comportamientos de sumisión y

adhesión, tanto este en este trastorno como en el trastorno límite de la personalidad (TLP)

tienen temor al abandono, sin embargo se distinguen por la reacción que procesan después

de dicho abandono, en el trastorno por dependencia se reacciona con un aumento de

sumisión y el sujeto busca urgentemente otra relación que reemplace la anterior, sin

embargo, en el TLP el sujeto reacciona con un tremendo vacío emocional y demandas

(Guevara, 2009).

Hay individuos que pueden mostrar rasgos por dependencias, sin embargo, no se constituye

un trastorno hasta que estos rasgos sean inflexibles, desadaptativos, persistentes y

ocasionen un deterioro funcional significativo o bien malestar subjetivo. La principal

característica del trastorno de la personalidad por dependencia es la necesidad clara de que

se ocupen de uno, lo que ocasiona un comportamiento de adhesión y temores a la

separación. Este patrón comienza al principio de la edad adulta y se debe dar en diversos

contextos. Estos comportamientos sumisos surgen de la percepción del propio sujeto de no

funcionar
55
Dependencia Emocional y Estilos de Crianza

adecuadamente sin la ayuda de los demás.

Aparentemente, y no sólo por el término común "dependencia", existen paralelismos entre

ambos cuadros: excesivo aferramiento interpersonal, sumisión, ansiedad de separación,

descompensaciones en caso de rupturas, etc. Pero se da una diferencia que desde nuestro

punto de vista es fundamental, y que reside en la naturaleza de la referida dependencia.

Como hemos señalado, en nuestro objeto de estudio la necesidad es emocional, está basada

en un anhelo irresistible de ser querido, escuchado o atendido, y de tener alguien al lado al

que adorar que proporcione el ansiado suministro afectivo, suministro que por otro lado el

propio sujeto no se da a sí mismo (Castello, 2000).

En el trastorno de la personalidad por dependencia, la naturaleza de ésta es principalmente

de cuidado y protección. El sujeto necesita a los demás para que tomen las decisiones por

él, para que asuman responsabilidades que le corresponden, para que le aconsejen

continuamente sobre la más mínima dificultad que se presente, etc. Es como un "niño

adulto" que no sabe conducirse ante la vida, y que para conseguirlo adopta un

comportamiento interpersonal similar al del dependiente emocional, pero con una

motivación subyacente y un carácter muy diferente. Millon y Davis (1998) señalan como

otra característica en estos pacientes la excesiva sobreprotección parental, condición

etiológica radicalmente diferente a la expuesta en el presente trabajo para la dependencia

emocional.
56
Dependencia Emocional y Estilos de Crianza

•Trastorno límite de la personalidad.

El DSM-IV (1995) menciona que en estos pacientes sí aparece con claridad la dependencia

emocional, sólo que alternada con periodos totalmente opuestos en los que son más

autónomos y agresivos. Se produce "un patrón de relaciones interpersonales inestables e

intensas caracterizado por la alternancia entre los extremos de idealización y devaluación",

fenómeno que podríamos denominar "oscilación vinculatoria" y que en absoluto es

exclusivo de los pacientes límite, si exceptuamos la notable intensidad con la que dichos

pacientes establecen y luego rompen sus lazos afectivos, transitando entre periodos de gran

vinculación y de tremenda desvinculación.

Además, en los dependientes emocionales tampoco se producen inestabilidades

clínicamente significativas en el estado de ánimo o en la identidad.

I.11. Diferencias fundamentales entre relaciones normales y dependientes

Castello (2005) menciona que la diferencia entre la dependencia emocional patológica y la

"normal" es únicamente de grado, es cuantitativa y no cualitativa, es la distancia entre

querer y necesitar; por esto los factores que en ella están involucrados son aspectos que

pueden aparecer en forma moderada en una relación de pareja normal, pero que en el

dependiente emocional son permanentemente presentes y marcan su pauta de interacción

con su pareja.
57
Dependencia Emocional y Estilos de Crianza

Tabla 1.
Diferencias entre relaciones normales y dependientes

Relaciones de parejas normales Dependencia emocional


La necesidad del otro será más bien un Es una necesidad absolutamente
deseo. imprescindible
Es saludable que existía cierto grado de Dese la exclusividad absoluta, aislarse
intimidad que fortalezca los vínculos ambos del entorno.
afectivos.
Sitúan a la otra persona en lo alto de su Objeto como la única y máxima prioridad
escala de prioridades, junto a otras en su vida.
personas significativas y junto a sí mismo.
La valoración (subjetiva) intenta adaptarse Sobrevaloración en todos los sentidos de su
a las características reales del compañero. pareja.
Existe un cierto grado de sumisión, de Sumisión incondicional.
negociación.
Relaciones de pareja equilibradas. Relaciones de pareja claramente
desequilibradas.
No vive con la sensación continua de Miedo permanente al abandono
abandono.
Conservan su individualidad. Asume el sistema de valores del objeto.
Ruptura traumática; cuanto más fuerte Sufre de manera mucho más pronunciada,
fueran los vínculos, más dolorosa. a pesar de ser una relación nefasta; no
supone un alivio.

I.12. Distorsiones cognitivas en personas con Dependencia Emocional

Según Beck (1996) las distorsiones cognitivas juegan un papel importante en el

mantenimiento de la problemática. Las distorsiones cognitivas son descritas como un

conjunto de procedimientos por el cual el sistema opera y manipula la información. De esta

manera los procesos cognitivos logran guiar el procesamiento de la información hacía,

entre y desde los esquemas con la finalidad de generar los productos o eventos cognitivos.

Se ha identificado que los esquemas nucleares de las personas se relacionan directamente


58
Dependencia Emocional y Estilos de Crianza

con el procesamiento de la información, dado que aportan las ideas centrales de sí mismos

y de los

demás. Los procesos cognitivos no actúan en forma independiente, sino que operan a través

de los esquemas, al servicio de los intereses, necesidades y propósitos de las personas. Por

lo tanto, el reconocimiento de las distorsiones cognitivas contribuye a la comprensión del

mantenimiento de los esquemas de dependencia emocional, y a la manera como se generan

los productos o eventos cognitivos que reflejan el patrón interpersonal disfuncional hacia la

pareja.

Según Zapata, Lemos y Londoño (2006) de todas estas distorsiones cognitivas que

refuerzan los esquemas de dependencia emocional, dos mostraron un mayor poder

discriminantes: los deberías y la falacia de control.

Los Deberías se consideran como una distorsión cognitiva en la medida que genera un

procesamiento de la información con estándares elevados, rígidos e inflexibles de las

situaciones o acerca de cómo tienen que suceder las cosas, donde cualquier desviación de

estas normas se considera insoportable, lo cual repercute en la estabilidad emocional de las

personas y en la calidad de la relación con los demás.

En la relación de pareja, cuando las personas tienen esta distorsión cognitiva de los

Deberías, pueden imponer reglas y mantener supuestos de cómo deberían ser las relaciones.

Esto es apoyado por Castelló (2005) y Lemos y Londoño (2006), quien afirmó que las
59
Dependencia Emocional y Estilos de Crianza

personas que presentan dependencia emocional, presentan unas características específicas

en el área de relaciones interpersonales en la que se establecen reglas para la exclusividad o

el control de

la pareja, en las cuales se exige al otro una atención constante, así como la fantasía de tener

el control de la vida del otro y de sus relaciones.

Así visto es natural que el dependiente emocional juzgue su relación basado en unos

estándares dados desde el amor romántico, imponiendo a su pareja los Deberías en la

relación, con demandas afectivas en ocasiones excesivas e irracionales dentro de una

relación madura, que los lleva a exigir de su pareja una atención constante, la cual

generalmente no logra ser satisfecha completamente, ocasionando en ellos una sensación

constante de fracaso. Esta distorsión también puede observarse en el componente de

Expresión afectiva de la pareja, el cual nombra la importancia de tener constantes

expresiones de afecto de su pareja que reafirmen el amor que se sienten y que calme la

sensación de inseguridad. En este aspecto el dependiente emocional instaura unas reglas

claras para cubrir su necesidad y poder sentirse mucho mejor. Esta demanda puede estar

originada por una necesidad insaciable de la pareja, que es lo que ha asemejado este cuadro

a una dependencia a sustancias (Castelló, 2005; Schaeffer, 1998).

Con respecto a la Falacia de control, en los dependientes emocionales se tiene que ésta se

manifiesta en pensamientos como Si otros cambiaran su actitud yo me sentiría mejor, Yo


60
Dependencia Emocional y Estilos de Crianza

soy responsable del sufrimiento de los que me rodean; […]Soy una víctima de mis

circunstancias. Estas afirmaciones llevan al dependiente emocional a asumir la

responsabilidad por el cambio de comportamiento de su pareja, asumiendo una posición de

salvador frente a ésta o

de mantener una seguridad que contrarreste la originada por sus primeras relaciones

afectivas en las que quizás se configuró generalmente un patrón de apego ansioso

resistente, por encima de uno seguro (Norwood, 1985).

Este punto hace referencia a uno de los aspectos que se afecta en el establecimiento de una

relación con un dependiente emocional y es el respeto a la individualidad del otro, ya que el

aferramiento excesivo a su pareja y el creer que todo lo que hace es por el bien de la

relación, da lugar a una falta de construcción personal y a una incapacidad de aceptar al

otro tal y como es. Por consiguiente su pareja se termina saturando de los caprichos que

debe efectuar para complacerle, y con una sensación de agobio asfixiante a causa de las

continuas llamadas telefónicas, los mensajes y todos los demás comportamientos del

dependiente en su búsqueda insaciante de amor y aceptación de su pareja (Castelló, 2000,

2005; Norwood, 1985; Schaeffer, 1998).

Adicionalmente se tiene que esta distorsión podría generar en los dependientes una

sensación de angustia exagerada al sentir que se ha perdido el control en el momento de la

ruptura, llevándolo a hacer cualquier cosa con tal de recuperar el equilibrio. Esto puede ser
61
Dependencia Emocional y Estilos de Crianza

interpretado desde las intensas expresiones emocionales, o expresiones típicas de las

personas con una estructura de personalidad límite (Lemos y Londoño, 2006).

Finalmente esta falacia también permite comprender los altibajos emocionales en el

dependiente emocional, quien no logra controlar completamente la vida de su pareja, lo que

le ocasiona una sensación de ansiedad constante y de desesperanza (Castelló, 2005). Cano

(2006) describe que estos altibajos emocionales provocan no sólo problemas en el ámbito

individual, sino alteraciones en el ámbito familiar, por lo que la depresión se convierte en

una de las principales expresiones de su intensa tristeza.

Desde estas distorsiones cognitivas puede comprenderse la existencia de juegos de poder en

las relaciones de los dependientes emocionales, manifestados en su necesidad de control

sobre el otro para poder satisfacer sus ideales de relación (Schaeffer, 1998). Este hecho

también lleva a explicar una de las acciones más particulares de este tipo de personas y es

el hecho de que quienes son emocionalmente dependientes asuman la culpa de situaciones

emocionalmente dolorosas dentro de las relaciones, incluso en aquellas oportunidades en

que no son responsables, ya que de esta manera controlan la situación y tienen la solución

en sus manos: si ellas cambian, el dolor desaparecerá (Norwood, 1985).


62
Dependencia Emocional y Estilos de Crianza

Capitulo II.

_________________________________________________________________________

Estilos de Crianza
63
Dependencia Emocional y Estilos de Crianza

II.1. ¿Qué son los estilos de crianza?

Guevara, Cabrera y Barrera (2007) retoman la categorización de los estilos de crianza por

Baumrind (1991) donde se estable que los estilos de crianza se conciben como “un conjunto

de actitudes comunicadas a los hijos, las cuales en su totalidad crean un clima emocional

que facilita el bienestar y desarrollo de los mismos” (p.56).

Menciona Ramírez (2005) que cuando se relacionan con los hijos y realizan sus funciones,

los padres ponen en práctica unas tácticas llamadas estilos educativos, prácticas de crianza

o estrategias de socialización, con la finalidad de influir, educar y orientar a los hijos para

su integración social. Las prácticas de crianza difieren de unos padres a otros y sus efectos

en los hijos también son diferentes.

Con las prácticas de crianza los padres pretenden modular y encauzar las conductas de los

hijos en la dirección que ellos valoran y desean y de acuerdo a su personalidad.

Las prácticas de crianza son las pautas de comportamiento que los adultos adoptan para

satisfacer las necesidades de supervivencia de los infantes, lo que asegurará una adecuada

calidad de vida; estos patrones conductuales adoptados por padres, abuelos u otros
64
Dependencia Emocional y Estilos de Crianza

cuidadores se van a asociar con el estado de salud, nutrición, desarrollo físico y psicológico

de los niños, principalmente en edades tempranas; ello va implicar que el modelo de

cuidado funcionará como protector del desarrollo (Myers, 1993 en Cortés, Romero &

Flores 2009).

Los estilos de crianza implican toda la constelación de actitudes de los padres que se

traducen en prácticas específicas que influyen en los comportamientos de los hijos (Darling

& Steinberg, 1993). Están íntimamente vinculados con las pautas, patrones, modelos y

teorías implícitas acerca de la crianza de los/as hijos/as o de quienes hacen sus veces y

responden a las necesidades e intereses de quienes inician, mantienen o interfieren con su

constitución, a las carencias afectivas, decisiones, deseos, frustraciones y conflictos de cada

miembro.

Los estilos de crianza tal y como se expresan o manifiestan en las relaciones humanas, los

eventos psicológicos y en el proyecto de vida familiar, actúan como organizadores de los

mapas psicológicos individuales, orientando las acciones futuras de los individuos, sus

esquemas mentales y contacto socioemocional con otros seres humanos (Vielma, 2002).

Maccoby & Martín (1983) menciona que el estilo de crianza captura dos importantes

elementos de los padres: la responsabilidad y las demandas. Por una parte, la

responsabilidad (que supone también el apoyo y calidez), se refiere también a la intención

de los padres de fomentar la individualidad, la autorregulación y el auto respeto,

estableciendo un apoyo empático con las necesidades y demandas particulares de los hijos.
65
Dependencia Emocional y Estilos de Crianza

Por otra parte, las demandas paternas (también denominadas como comportamiento

control) se refieren a las exigencias de los padres hacia sus hijos para integrarlos a la

familia, la supervisión y los esfuerzos para imponer disciplina cuando desobedecen.

Es importante considerar que la familia como primer agente socializador en el cual se

presentan las normas culturales y morales de la sociedad, es la presentadora del sujeto en el

medio en el cual se va desarrollar (Ortiz, 2008).

Los padres representan el mundo exterior del niño es de ellos de quien toman su forman de

comportarse y actuar, son ellos los encargados de dar una formación que permita

desempeñarse adecuadamente en sus distintas áreas ya que ellos dan a conocer al niño

principios, valores, reglas que deben respetar.

Del estilo de crianza que adopten los padres dependerá la calidad de relación que tendrá su

hijo a futuro.

II.2. La socialización

Ortiz (2008) menciona que el aprendizaje de la socialización para el sujeto en el primer

sistema, será de vital importancia para el continuo con los demás escenarios, es decir, en su

desarrollo tendrá que enfrentarse a una serie de re-aprendizajes, lo cual le permitirá

acoplarse a las nuevas normas sociales.


66
Dependencia Emocional y Estilos de Crianza

La socialización comienza, así, desde el establecimiento del primer vínculo que es el que se

da entre la madre y su bebé. De esta manera la familia es la primera institución por la cual

el sujeto se enfrenta, por lo tanto las normas sociales y morales son aprendidas en su

mayoría por el paso de ésta, funge como socializadora del niño, y a partir de ella el sujeto

generará coaliciones con las demás instituciones, tales como la escuela y la iglesia. Así la

familia es la primera instancia en la que el niño práctica y somete a prueba el

comportamiento social.

Por lo tanto una de las funciones principales de la familia es la socialización de los hijos en

el sistema de valores, actitudes y creencias sobre sí mismos y sobre la sociedad.

En el contexto familiar donde al niño, por primera vez, se le indica qué es lo bueno, lo

valioso, lo deseable y en donde comienza a construir su propio sistema de valores.

Evidentemente, el proceso de construcción del sistema de valores no solo se ve influido por

estos otros significativos; no es un sistema inmutable y, a lo largo de la vida, son diversas

las influencias que se adivinan en la organización del sistema de creencias (Buega y

Murillo, 1997).

Los estilos de crianza y la disciplina con la que pretenden regular ciertas conductas,

establecen en gran medida la forma de relación entre madre e hijos, todo ello está

enmarcado en un contexto cultural de acuerdo con el grupo de pertenencia y son un reflejo

de las presiones del medio ambiente, de las creencias y del valor que se le atribuye al

período de la infancia. Por ello los estilos de crianza de acuerdo a la sociedad, valores y
67
Dependencia Emocional y Estilos de Crianza

costumbres, varían de familia en familia en una misma sociedad, en donde supuestamente

se comparten los mismos códigos de socialización (López, 2000).

La mayoría de las investigaciones acerca de la disciplina familiar han detectado dos

dimensiones o factores básicos que explican la mayor parte de la varianza de la conducta

disciplinar: el apoyo parental y el control parental (Baumrind, 1978; Ferrari & Olivette,

1993, en Buega y Murillo, 1997). A partir de éstos dos factores, muchos autores han

intentado describir una tipología de los estilos disciplinares con el fin de estudiar los

antecedentes y las

consecuencias que se derivan de las diversas formas de socialización.

Las prácticas de crianza de los padres a través de conductas agresivas sobre niños y jóvenes

aumentan considerablemente sus conductas antisociales. Por otro lado, los padres que

aceptan y utilizan un control firme o racional promueven un ajuste de competencia tanto

psicológica como social en sus hijos (López, 2000).

Es obvio que muchos niños que son víctimas de condiciones familiares visiblemente

desagradables son propensos a la violencia, además de esta condición también se encuentra

el descuido o negligencia de los progenitores, es obviamente doloroso para los niños

pequeños y por lo tanto no resulta sorprendente encontrar que muchos niños altamente

agresivos hayan tenido progenitores indiferentes (Hurtado, 2000).


68
Dependencia Emocional y Estilos de Crianza

La familia es responsable del funcionamiento social de los hijos, en su papel de proveedora

de oportunidades de interacción social, fungiendo como arquitecta de escenarios propios

para esa interacción. Las prácticas de crianza representan el factor más poderoso, por medio

del cual, la familia modifica y mantiene el ajuste socioemocional de los hijos. Cuando las

prácticas de crianza son positivas, promuevan la salud psicológica infantil, entendida esta

como la utilización de recursos de afrontamiento del estrés orientados hacia la adquisición

de habilidades y capacidades de solución de problemas para ajustarse a las demandas

sociales y ecológicas (Hernández, 1999).

Menciona Izzedin y Pachajoa (2009) que la crianza implica tres procesos psicosociales: las

pautas de crianza, las prácticas de crianza y las creencias acerca de la crianza. Por un lado,

las pautas se relacionan con la normatividad que siguen los padres frente al

comportamiento de los hijos siendo portadoras de significaciones sociales. Cada cultura

provee las pautas de crianza de sus niños. Por otro lado, las prácticas de crianza se ubican

en el contexto de las relaciones entre los miembros de la familia donde los padres juegan un

papel importante en la educación de sus hijos.

Las prácticas son acciones, comportamientos aprendidos de los padres ya sea a raíz de su

propia educación como por imitación y se exponen para guiar las conductas de los niños.

En consecuencia, son los padres quienes funcionan como agentes de socialización de sus

hijos constituyéndose en el nexo entre el individuo y la sociedad. La familia socializa al


69
Dependencia Emocional y Estilos de Crianza

niño permitiéndole interiorizar normas, valores culturales y desarrollando las bases de su

personalidad. El proceso de socialización se caracteriza por cuatro aspectos básicos

(Aguirre y Durán, 2000):

1. Es continuo.
2. Es interactivo. La sociedad influye en la vida de la persona pero a la vez la persona

participa de la vida en sociedad.


3. Posibilita el desarrollo de la identidad personal y social del individuo.
4. Le permite al individuo internalizar las normas, los valores y las reglas que dan

sentido a la cotidianidad del ambiente social en que está inserto.

5. La socialización de los niños se produce a través de las prácticas de crianza

Comenta Richaud de Minzi (2005) que casi todas las teorías de la socialización en la

familia enfatizan la necesidad de considerar, conjuntamente y en interacción, el efecto de

diferentes dimensiones del comportamiento parental. Muchos de estos estudios combinan

un índice de calidez, aceptación o compromiso con un índice de control y estrictez y tienen

en cuenta a ambos padres.

II.3. Factores de Riesgo para el ajuste psicosocial

Según Buega y Murillo (1997) la familia puede caracterizarse desde el punto de vista de sus

miembros como un modelo de compromisos y obligaciones a largo plazo, la evidencia

demuestra que con cierta frecuencia los miembros familiares fracasan en el cumplimiento

de éstas funciones, además la violencia, los malos tratos, la indiferencia, el abandono y

otros tipos de problemas familiares tienen lugar en el seno familiar.


70
Dependencia Emocional y Estilos de Crianza

II.4. Clasificación de los Estilos de Crianza

Los cuatro estilos parentales se basan en variaciones en los niveles de las dimensiones

parentales de sensibilidad (calidez), exigencia paterna (control parental) y autonomía

otorgada, y los hallazgos indican que se relacionan con el desarrollo y bienestar de los

niños.

Calidez implica involucrarse y mostrar interés en las actividades del niño o niña, escucharle

y apoyarle. Exigencia paterna se refiere a la cantidad de control que ejerce un progenitor

sobre su hijo (por ej., expectativas en relación a su conducta), la implementación de

estándares y reglas, y hasta qué punto un padre o madre hace cumplir dichos estándares y

reglas (Broderick & Blewitt, 2003).

La autonomía otorgada se ha descrito como permitir a los niños autonomía y expresión

individual dentro de la familia (Steinberg, Lamborn, Darling, Mounts, & Dornbush, 1994).

El estilo parental democrático se ha correlacionado con resultados positivos en el desarrollo

y bienestar de los niños, tales como funcionamiento social y cognitivo (Baumrind, 1989,

1993), logros académicos (Steinberg, Dornbusch, Lamborn, Darling & Brown, 1992),

ajuste social (Stewart, Bond, McBride-Chang, Fielding, Deeds, & Westrick,

1998),autoestima (Carlson, Uppal, & Prosser, 2000) y habilidad social (Fagan, 2000). El

estilo parental democrático también se correlaciona con bajas tasas de psicopatología


71
Dependencia Emocional y Estilos de Crianza

infantil (Reiss, Hetherington, Polmin., Howe, Simmens & Henderson, 1995). En cambio, se

ha demostrado que los estilos parentales autoritario y permisivo están asociados con tasas

más altas de psicopatología en los niños (Shelton, Frick, & Wootton, 1996).

Baumrind (1991) hace una clasificación de los estilos parentales según sus características

estableciéndolos como:

1. Autoritario: Se prioriza el castigo antes que el diálogo, ejerciendo

la disciplina en demasía. De esta manera se limitan las

posibilidades de autonomía y creatividad, generando un desarrollo

emocional deficitario para adaptarse y desarrollarse en el ambiente

social. Además provoca baja autoestima y personalidades

dependientes y sumisas “inseguridad, evitación de los problemas,

afrontamientos desadaptativos, depresión, además, la soledad está

asociada al rechazo y al desinterés de los padres.” (Cuervo, 2009, p

115). Dada las características de este modelo de crianza, se puede

deducir que estos padres se relacionan de manera agresiva con sus

hijos, priorizando la violencia para la resolución de los conflictos,

antes que una respuesta afectiva positiva que le genere seguridad y

confianza en sí mismos. Asimismo, se caracterizan por ser padres

que utilizan prácticas de crianza punitivas y castigo físico y

emocional como método correctivo. El padre autoritario establece

normas con poca participación del niño. Estos padres se

caracterizan por manifestar alto nivel de control y de exigencias de


72
Dependencia Emocional y Estilos de Crianza

madurez y bajos niveles de comunicación y expresiones afectivas.

Estos padres es que llenan a sus hijos de abundantes normas y le

exigen una obediencia impecable. Ejerce una disciplina basada en

la afirmación del poder. Sus exigencias con frecuencia son

inadecuadas y los castigos son severos o poco razonables, a

menudo físicos; llegan a

ser altamente intrusivos. La comunicación es pobre, las reglas son

inflexibles, la independencia escasa. Por ello el niño tiende a ser

retraído, temeroso, apocado, irritable y con poca interacción social.

Carece de espontaneidad y de locus de control interno. Las niñas

tienden a ser pasivas y dependientes en la adolescencia; los niños

se vuelven rebeldes y agresivos (Craig, 1997; Kimmel & Weimer,

1998).

2. Indulgente: Estilo en el que los padres están muy involucrados con

sus hijos, pero imponen poca exigencia y control sobre ellos.

Exigen menos y permiten a los niños regir sus propias actividades,

no son exigentes, ni controladores, son relativamente cariñosos con

sus hijos y casi nunca los castigan. Los padres permisivos se

sienten inseguros con su rol como padres, tiene poco control sobre

sus hijos

y no consideran necesario castigarlos. Aquí es el niño es el que

tiene el control y los padres se doblegan ante sus caprichos.


73
Dependencia Emocional y Estilos de Crianza

3. Negligente: El padre indiferente o negligente es aquel que no

impone límites y tampoco proporciona afecto. Se concentra en las

tensiones de su propia vida y no le queda tiempo para sus hijos. El

padre está muy poco involucrado en la vida del niño. Se asocia con

niños socialmente incompetentes, especialmente con falta de

autocontrol. Si además los padres son hostiles entonces los niños

tienden a mostrar muchos impulsos destructivos y conducta

delictivas.

4. Autoritativo: El padre democrático o autoritativo, sería el padre

exigente y al mismo tiempo sensible, que acepta y alienta la

progresiva autonomía de sus hijos. Tiene una comunicación abierta

con ellos y reglas flexibles. Tiene un buen cuidado con ellos y un

buen afecto. Cuando aplica castigos estos son razonables y ejerce

un control firme. Aplica una disciplina inductiva, ya que le explica

el propósito de las reglas y está abierto a las argumentaciones sobre

las mismas, están dispuestos a escuchar sus ideas y a llegar a

acuerdos con ellos. Sus hijos son los que tienen el mejor ajuste,

con más confianza personal, autocontrol y son socialmente

competentes.
74
Dependencia Emocional y Estilos de Crianza

Tienen un mejor rendimiento escolar y elevada autoestima.

Algunos psicólogos consideran que es el estilo de crianza más

efectivo.

En la siguiente tabla comparamos los distintos estilos educativos que los padres pueden

presentar en relación con los elementos o pilares básicos para una buena educación,

descritos en el apartado anterior:

Tabla 2.
Relación en afecto, comunicación, normas, límites y autonomía en los distintos Estilos

educativos

Estilo Democrático Estilo Autoritario Estilo Permisivo Estilo Indiferente

Afecto Muy alto Bajo Muy alto Bajo

Comunicación Altos niveles Bajos niveles Altos niveles Bajos niveles

Normas y limites Claros, explicados y Impuestos Inexistentes Inexistentes


justificados

Autonomía Controlan el Control rígido y Poco control Poco control


comportamiento severo
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Dependencia Emocional y Estilos de Crianza

II.5. Problemáticas en las dimensiones parentales

El control normal acompañado del control patológico de parte del padre se relaciona con la

aversión a la soledad, hallazgo similar al obtenido en otro estudio con niños donde la

percepción de control extremo por parte del padre se relacionó con aversión a la soledad, es

decir, con no querer estar solo, sentirse rechazado por los demás y sentirse inadecuado ya

que no se le ha permitido desarrollar su autonomía. Los padres que se caracterizan por un

estilo restrictivo imponen muchas reglas en varios dominios incluyendo la restricción de la

libertad de los niños para elegir sus actividades después de la escuela, para elegir sus

amigos

o tomar decisiones como elegir su ropa (Richaud de Minzi, 2002).

Parecería entonces que la desvalorización del niño por parte de los padres se relaciona con

la desconfianza hacia los demás y la tendencia a estar solo (afinidad por la soledad)

mientras que el control patológico se asocia a sentimientos de inadecuación e incapacidad y

por lo tanto a sentirse rechazado por los demás (aversión a la soledad) (Richaud de Minzi,

2005).

En general, parecería que el uso de una disciplina coercitiva para controlar a los niños y

hacerlos sumisos favorece la tendencia al aislamiento social; aunque los padres restrictivos

parecen enseñar a los niños a asumir los compromisos de la vida social, aquéllos que

garantizan autonomía dan a los niños la libertad de aprender a través de una mayor

interacción con otros niños, otros adultos y con el ambiente físico. El restringir las
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Dependencia Emocional y Estilos de Crianza

interacciones de los niños y evitar los conflictos interpersonales a través de la imposición

de reglas que evitan la ocurrencia del conflicto, priva a los niños de las oportunidades de

desarrollar las habilidades de comprometerse en las relaciones y resolver los conflictos

(Richaud de Minzi, 1999).

El control excesivo puede conducir a sentirse rechazado, lo que afecta el acercamiento del

niño a los otros (aversión a la soledad). Por otra parte, son necesarias ciertas restricciones

que permitan buenas relaciones con los pares (Alíes- Jardel, Fourdrinier, Roux &

Schneider, 2002).

Una autonomía extrema con un control insuficiente de parte de los padres se ha asociado

con conducta antisocial (Dishion, 1990). El estilo laissez faire implica poco control de la

autonomía de los niños y una falta general de rutina y consistencia (Lautrey, 1980). Los

padres autoritarios tienen efectos especialmente adversos para el desarrollo psicosocial

debido a que restringen el sentido de competencia y la independencia del niño, mientras

que el control de los padres evita la conducta desviada (Patterson & Stouthamer- Loeber,

1984). A la inversa, la indulgencia produce beneficios en el desarrollo psicosocial pero

determina mayor desviación (Lamborn, Mounts, Steinberg & Dombush, 1991).

En resumen, las familias democráticas promueven afrontamientos adaptativos de la

amenaza y defienden a los niños de la depresión y la soledad. Por el contrario, las familias

rechazantes promueven afrontamientos des adaptativos, soledad frente a los pares y


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Dependencia Emocional y Estilos de Crianza

depresión. Por su parte, las familias autoritarias determinan frente a la amenaza la búsqueda

de apoyo en personas ajenas a ella y aparente inseguridad, ya que estos niños no utilizan la

acción sobre el problema (Richaud de Minzi, 2005).

Con respecto a los sentimientos asociados a los afrontamientos desadaptativos, la depresión

y la afinidad por la soledad de los runos aparecen principalmente asociadas al rechazo y al

desinterés de los padres, mientras que la aversión a la soledad se relaciona principalmente

con el control normal y patológico.

II.6. Características de los niños con un Estilo de Crianza

Según Hoffman, Paris & Hall (1995) las características de los niños con un estilo de crianza

autoritario, permisivo, democrático y negligente o indiferente son los siguientes:

 Autoritario.

- El niño tiende a ser más retraído, temeroso, apocado, irritable y con poca interacción

social.

- Carece de espontaneidad y control interno.

- Las niñas tienden a ser pasivas y dependientes en la adolescencia; los niños se vuelven

rebeldes y agresivos.
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Dependencia Emocional y Estilos de Crianza

 Permisivo.

- Disponen de una gran libertad y poca conducción

- Tienden a ser impulsivos, agresivos, rebeldes, socialmente ineptos y no son capaces de

asumir responsabilidades.

- En otros casos pueden ser independientes, activos, capaces de controlar la agresividad y

con un alto grado de autoestima.

 Democrático/ Autoritativos.

- Mejor ajuste emocional, con más confianza personal, autocontrol y son socialmente

competentes.

- Mayor rendimiento escolar y elevada autoestima.

 Negligente/ Indiferente.

- Impulsos destructivos y conducta delictiva.

II.7. Problemas que pueden presentarse en los Estilos de Crianza

A continuación analizaremos los problemas que pueden derivarse del resto de los estilos

educativos:
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Dependencia Emocional y Estilos de Crianza

 Problemas de ser un padre/ autoritario/a: Ser exigente con tu hijo, ponerle normas y

límites es importante, pero tomando en cuenta que debe existir mayor dialogo y afecto; si tu

hijo no entiende el porqué de estas normas, puede que el excesivo control desemboque

problemas emocionales, como baja autoestima e incluso depresión. Además, si el control es

muy autoritario tu hijo puede reaccionar con rebeldía.

 Problemas de ser un padre/ permisivo/a: Está bien que tu hijo se sienta querido, que

hables en casa, que se respete su opinión, pero sin olvidar que las normas también son

importantes, y que todos necesitamos saber que existen límites y dónde se encuentran.

Cuando en casa no existen reglas claras y no supervisas la conducta de tu hijo, corres el

riesgo de que se implique en conductas problemáticas, o que tenga dificultades para

controlar sus impulsos.

 Problemas de ser un padre/ indiferente/a: Es el estilo que más puede perjudicar al

hijo y presentar problemas tanto emocionales como conductuales. Si no se supervisa la

conducta y/o hay demostraciones de afecto o comunicación, puede pensar que no te importa

y que ya no le quieres. Entre los problemas que este estilo educativo puede ocasionar

podemos encontrar una baja autoestima, poco interés por la escuela y conductas de riesgo.

II.8. Cómo influyen los estilos parentales según Culturas


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Dependencia Emocional y Estilos de Crianza

Menciona Craig (1997) una importante excepción: La cultura

1. Autoritarios mejores resultados en algunas sociedades asiáticas y de estas minorías

étnicas de Estados Unidos (son estudiantes excepcionales) y zonas muy pobres (muy

estudiada la minoría negra, USA).

2. Autoritativos mejores resultados en la mayoría blanca de los Estados Unidos (gran

influencia por los medios de comunicación social).

3. Indulgentes mejores resultados en ESPAÑA, algunos países mediterráneos y de

Sudamérica (México y Brasil).

II.9. Estilos parentales en relación con conductas disfuncionales

1. Los estilos parentales pueden influir de manera indirecta en el consumo de drogas.

También en el rendimiento académico, grupo de iguales, agresividad y delincuencia,

ansiedad y depresión, impulsividad y autocontrol.

2. El estilo democrático está relacionado con un menor consumo de drogas en los hijos.

3. El estilo negligente está relacionado con el consumo de drogas en los hijos.

4. Los estilos autoritario e indulgente están relacionados, en general, con el consumo de

drogas en los hijos, pero a veces el indulgente no.

II.10. Estilo de Crianza saludable: Autoritativo


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Dependencia Emocional y Estilos de Crianza

Según Bouquet, Cuervo y Londoño (2009) el estilo democrático se caracteriza por una

relación afectiva intensa entre los integrantes de la familia, en donde las actividades

realizadas por los hijos/as son supervisadas y las demandas escuchadas. Estos padres

entienden que deben establecer normas, pero dispuestos a negociar en los casos que crean

pertinentes. Les brindan autonomía a sus hijos/as, proveyéndolos de responsabilidades que

les permiten resolver problemáticas de las actividades cotidianas y así fortalecer su

autonomía e iniciativa personal. Este estilo de crianza promueve un apropiado desarrollo

socio-afectivo, y una adecuada adaptación a situaciones desconocidas. Además, produce en

los hijos/as la sensación de estar protegidos, generando así mayor confianza al momento de

la toma de decisiones.

Sin embargo, existen ciertos ingredientes que combinados en su justa medida, pueden

facilitar la tarea de la educación y contribuir a formar personas saludables:

 Afecto y comunicación: establecer una buena comunicación con los hijos y hacer que se

sientan queridos y cuidados.

 Normas y límites: supervisar su conducta y ponerle límites y normas ajustados a su

edad.

 Autonomía: promover un comportamiento independiente y responsable.


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Dependencia Emocional y Estilos de Crianza

En el estilo autoritativo los padres y madres que manifiestan este estilo, además de ser

cálidos y afectuosos con sus hijos/as, suelen establecer normas claras y coherentes,

supervisan y guían su comportamiento, y fomentan su autonomía, animando al pequeño/a

para que comience a ser más independiente, estimulando así su desarrollo en adquirir

confianza en sí mismos, autocontrol, independencia y criterios maduros.

II.10.1. Ventajas del Estilo Autoritativo.

Según Baumrind et al. (1992) el estilo parental democrático se ha correlacionado con

resultados positivos en el desarrollo y bienestar de los niños, tales como funcionamiento

social y cognitivo, logros académicos, autoestima, ajuste social y habilidad social. El estilo

parental democrático también se correlaciona con bajas tasas de psicopatología infantil a

diferencia de los estilos parentales autoritario y permisivo están asociados con tasas más

altas de psicopatología en los niños (Shelton, Frick, & Wootton, 1996).

En primer lugar, el ser padres y madres afectuosos, hace que sea más fácil intentar

trasmitirles aquellos valores y formas de comportamiento en los que se les quiere educar, ya

que estarán más receptivos si las cosas se le enseñan en un ambiente de amor y respeto

mutuo. Además, es necesario demostrarles nuestro afecto y transmitirles seguridad porque

sentirse querido y aceptado contribuye a la formación de un buen autoconcepto y una

autoestima adecuada (Fernández, 2009).


83
Dependencia Emocional y Estilos de Crianza

De otra parte, los altos niveles de comunicación, hacen que sean frecuentes los diálogos con

los hijos e hijas, llegando a conocer sus inquietudes e intereses. Esto hace que padres y

madres tengan el camino más fácil a la hora de llegar a acuerdos, de saber cómo son y qué

hacen sus hijos e hijas y de que ellos/as conozcan también a sus padres y madres, creando

un clima de confianza donde se sientan con más libertad para comunicarse de forma sincera

y abierta. Todo ello permitirá al niño/a aprender a relacionarse con los demás y a ponerse en

el lugar de otras personas, desarrollando capacidades muy importantes para la vida en

sociedad: expresión y comprensión de sentimientos, empatía, habilidades sociales, etc.

De igual forma, el estilo democrático combina la supervisión y el control de la conducta de

los hijos, a la vez que les anima a ser independientes y responsables de sus actos. Es muy

importante que los hijos e hijas tengan unos límites y unas normas muy claras, que se les

expliquen y que hayan sido establecidos con ellos/as, teniendo en cuenta su opinión y

necesidades, de manera que no entiendan las normas como algo impuesto, sino como reglas

necesarias que son razonables y flexibles, y en las que se les ha tenido en cuenta. En la

medida que el niño/a entienda el motivo de las reglas, estén claras y sean siempre las

mismas, más fácil será que las acepte y las cumpla.

Por lo tanto, la mejor estrategia para guiar y supervisar su conducta será estar disponible

para hablar, escuchar y atender sus necesidades. Esto hará que les conozcamos mejor y les

transmitamos de forma natural las normas y valores que creamos más importantes,

sirviendo nosotros mismos con nuestra actitud como modelos de comportamiento. Por el
84
Dependencia Emocional y Estilos de Crianza

contrario, si el control se ejerce de forma autoritaria, pueden aparecer la rebeldía y los

problemas de comportamiento (Fernández, 2009).

No podemos olvidar que en la adolescencia la capacidad intelectual aumenta, y esto hace

que sean capaces de cuestionar los límites impuestos por los adultos, tienen sus propios

argumentos, y necesitan que se les tenga en cuenta. Por eso es tan importante explicarles y

justificarles aquellas normas que queramos establecer.

Según Rodrigo y Palacios (1998) los hijos de padres democráticos tienden a ser los

alumnos con mejores logros escolares, porque los papás les dedican tiempo en la

realización de las tareas escolares, les clarifican las dudas, recompensan las conductas

apropiadas y se enfocan menos al castigo físico y sólo recurren a él cuando consideran muy

necesario, y lo acompañan

con una explicación, generalmente son hijos más seguros competentes socialmente,

presentan menos agresividad y hostilidad, tienden a ser independientes con una mayor

autoestima y autocontrol, son más autodogmáticos, más populares, se muestran más

satisfechos y tienden a desarrollarse satisfactoriamente dentro de la sociedad, siendo son

más activos y creativos.

Según Alcocer (2009) lo anterior nos explica que en los estudios sobre estilos parentales

hay consistencia en cuanto que la crianza democrática probablemente favorece a una mejor
85
Dependencia Emocional y Estilos de Crianza

competencia social y menores índices de trastornos de conducta, tanto en varones como

mujeres en todas las etapas del desarrollo.

Por último, debemos recordar que el fomento de la autonomía es muy importante. Por lo

que padres y madres han de animar al hijo/a hacer cosas por sí mismo y a comportarse de

forma autónoma e independiente. Sólo así el niño/a será capaz de aprender a tomar

decisiones, asumir responsabilidades, y aceptar las consecuencias de sus errores, evitando

actitudes sobreprotectoras (Fernández, 2009).

Si bien es cierto que, en algunas situaciones, padres y madres tienen ciertas dificultades

para conciliar la supervisión con el fomento de la autonomía, hemos de ser conscientes que

la estimulación de la independencia es básica para que hijos e hijas se desarrollen de forma

saludable. Incluso se ha demostrado que la ausencia de independencia está relacionada con

la aparición de síntomas como ansiedad o depresión, inseguridad, pobres habilidades

sociales para relacionarse con los demás y dificultades para crear su propia identidad

personal.

En definitiva, el estilo democrático, es el que conlleva más ventajas, tanto para el bienestar

del niño/a, como de los propios padres y madres, pues repercutirá positivamente en las

relaciones familiares (Fernández, 2009).


86
Dependencia Emocional y Estilos de Crianza

Sin embargo, es cierto que no es fácil ser democrático en todo momento y en todas las

situaciones y que habrá diferentes formas de ser un padre o una madre democráticos. A

pesar de ello, lo más importante será esforzarse por adaptar los tres aspectos comentados —

afecto, control y fomento de la autonomía— a las características de los hijos e hijas y a las

distintas situaciones que se vayan viviendo con ellos/as.

En último lugar, hay que destacar que las prácticas concretas que darán lugar a dichos

estilos pueden ser entrenadas y que, en general, padres y madres pueden aprender a

comportarse con sus hijas e hijos con los “ingredientes” que componen el estilo

democrático: mejorando las formas de expresión del cariño; aprendiendo a comunicarse

con ellos; mejorando la forma de establecer normas, de supervisar y guiar el

comportamiento; y finalmente aprendiendo a dejarlos/as volar, siempre con nuestro apoyo y

ayuda, pero animándolos/as para que sean personas cada vez más independientes, capaces

de ir afrontando las situaciones que su vida cotidiana les plantee.

II.10.2.Como poner en práctica el Estilo Democrático según Fernández (2009)

El afecto y la comunicación:

 Escuchar lo que dice tu hijo y dejarle terminar de hablar.


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Dependencia Emocional y Estilos de Crianza

 No criticar, no juzgar y no culpabilizar.

 No darle lecciones.

 Dar importancia a lo que te dice.

 Enseñar a nuestro hijo a comunicar sus sentimientos.

 Controlar nuestros impulsos.

 Demostrarle nuestro afecto.

 Conocer las amistades de nuestros hijos.

Sugiere Fernández (2009) la supervisión y establecimiento de normas y límites claros y

coherentes.

 Los motivos que justifiquen las normas han de ser claros.

 Han de ser normas breves y fáciles de recordar: “Haz los deberes antes de ver la tele”.

 Deben referirse a conductas concretas en momentos concretos: “Debes recoger tus

juguetes antes de cenar”.

 Las normas deben poderse cumplir con facilidad.

 Tu hijo/a debe conocer la consecuencia de incumplir una norma.


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Dependencia Emocional y Estilos de Crianza

 Las consecuencias deben ser fáciles de aplicar y tener un valor de premio: “Si haces los

deberes por la tarde después podrás salir a jugar una hora”.

 Deben ser razonables y adecuadas a la edad del menor.

 Deben hablarse, darse explicaciones, fijarlas de antemano. Para ello llevamos a cabo tres

pasos: primero se habla, después se recuerda y hay consecuencias si no se cumple.

Habrá normas que son inamovibles y otras que se podrán negociar previamente con los

hijos/as, una vez fijada ha de mantenerse.

 Cuento mayor sea la edad de nuestros hijos/as, más tendremos que negociar más las

normas.

 Hay que ser consistente e ignorar sus protestas o rabietas.

 Cuando la norma ya está clara, no se pueden hacer excepciones. Es necesario mantener

la actitud “las cosas son así y esto ya lo hemos hablado antes”. Permanece tranquilo/a y

controlado/a.

 Padre y madre han de estar de acuerdo en las normas y en la aplicación de las

consecuencias.

Sugiere Fernández (2009) el fomento de la autonomía.


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Dependencia Emocional y Estilos de Crianza

 Estimular la responsabilidad.

 Permitir que cometa errores, y asuma las consecuencias de esos errores, siempre

mostrándoles nuestro apoyo, pero dejándoles que sean ellos los que solucionen sus

pequeños fracasos.

 Enseñar a los más pequeños a realizar acciones que pueda hacer por sí mismo

 Permitir que vaya tomando algunas decisiones.

 Celebrar los éxitos y apoyarle en los fracasos.

 Respetar su grado actual de capacidades, no le exija más de lo que puede dar, esto le

haría sentir mal.

 Estimularle para que se fije metas y objetivos.

 Dejar que desordenen y ordenen sus espacios, respetando sus gustos.

 Permitir que opine.

Comenta Soto y Arndt (2004) que respecto al sexo de los adolescentes, ellos perciben que

sus padres tienden a ser más negligentes hacia los varones que hacia las mujeres (30.1% vs.

10.2%) y más autoritarios hacia las mujeres que hacia los varones (48.8% vs. 28.2).

Otras investigaciones llevadas a cabo por Agudelo y Gómez (2010) mencionan que no se

encuentran asociaciones estadísticamente significativas entre la relación de los estilos de


90
Dependencia Emocional y Estilos de Crianza

crianza y la dependencia emocional de manera general, pero se observan tendencias

relevantes en varias subcategorías de los estilos parentales, que es pertinente para el estudio

tenerlas presentes; se defiere una asociación entre la subcategoría del estilo parental de

forma rígida en la madre y la dependencia emocional, con unas puntuaciones que sugieren

que cuando la madre es más rígida, mayor es el grado de dependencia y cuando la madre es

menos rígida el nivel de dependencia es bajo, en cuanto a la tendencia del padre por éste

estilo de

pauta de crianza, no se encontró una variación que permita hacer alguna asociación; en lo

concerniente a la tendencia de la madre y el padre por un estilo inductivo, los hallazgos

permiten suponer que entre menos inductivos es mayor la dependencia emocional generada

en el adolescente y entre más inductivos menor dependencia emocional; del estilo

indulgente del padre se puede deducir que a menor tendencia de esta pauta de crianza

mayor será la dependencia emocional y a mayor tendencia más baja la dependencia

emocional, mientras que con la variable de madre indulgente se observa una variación

menor.

Con respecto a indagar si existen diferencias de sexo y el grado de dependencia emocional

de los adolescentes, se puede manifestar que si bien el resultado no es estadísticamente

significativo, si se observa cierta tendencia del sexo masculino a presentar mayor nivel de

dependencia emocional, con un 50% contra el 44.4% de las adolescentes mujeres; por

consiguiente no se pudo reconocer el planteamiento de los investigadores Alonso-Arbiol, I.,

Shaver, P. y Yárnoz, S. (2002) que sustenta que la dependencia emocional está más

acentuada en el sexo femenino (Agudelo y Gómez, 2010).


91
Dependencia Emocional y Estilos de Crianza
92
Dependencia Emocional y Estilos de Crianza

Capitulo III.

Intervenciones para la Dependencia Emocional

III.1. Cuestionarios

Los cuestionarios que evalúan la dependencia emocional son:

 Cuestionario de dependencia emocional CDE (Lemos & Londoño, 2006):

Cuestionario de autorreporte que evalúa dependencia emocional, basado en los

componentes del perfil cognitivo. Para la medición de la dependencia se centra en


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Dependencia Emocional y Estilos de Crianza

seis aspectos: ansiedad de separación, expresión afectiva de la pareja, modificación

de planes, miedo a la soledad, expresión límite y búsqueda de atención. El

coeficiente de confiabilidad de la prueba es de 0.93.

 Escala ER (Emotional Reliance) del Inventario de Dependencia Interpersonal

(Interpersonal Dependency Inventory - IDI), creado por Hirschfeld, Klerman,

Gough, Barrett, Korchin y Chodoff (1977), que mide dependencia emocional e

instrumental. Es el que cuenta con mayor respaldo científico y por tanto el más

riguroso.

 ASPA - Test de Aserción en la Pareja (Forma A). (Carrasco-TEA Ediciones, 1998).

40 items (Likert de 6 puntos) que miden el estilo de comunicación e influencia en la

pareja. Se subdivide en 4 factores: Aserción, Agresión, Sumisión y Agresión Pasiva.

Baremos españoles.

 Test de Perfil Relacional (Relational Profile Test – RPT), construido por Bornstein y

Languirand en el 2002, mide tres conceptos relacionados con la dependencia:

Sobredependencia destructiva, Desapego disfuncional y Dependencia saludable.

III.2. Intervención
94
Dependencia Emocional y Estilos de Crianza

Según Román (2011) considera que las cogniciones y los roles sociales tienen un papel

fundamental en la depresión y en la dependencia afectiva, el tratamiento cognitivo

conductual ha demostrado ser eficaz con en los casos de la dependencia y depresión.

Con estos pacientes se han utilizado intervenciones basadas en la Psicoterapia Focalizada y

con elementos tomados del modelo integrador de Jorge Castello Blasco que considera 6

dimensiones: biológica, psicodinámica, interpersonal, afectiva, cognitiva y conductual,

centrándome principalmente en las más afectadas en cada caso y con preferencia en las

áreas psicodinámica, interpersonal y afectiva.

Las conductas de dependencia se inician y se mantienen por complejas interacciones entre

el contexto, la conducta y sus consecuencias, requiriendo igualmente de un abordaje

multifactorial, donde se tengan en cuenta aspectos biológicos, conductuales y sociales.

Desde una perspectiva conductual, la intervención psicológica se plantea como un proceso

de aprendizaje cuyo objetivo fundamental es la mejora del comportamiento de las personas

que buscan ayuda para sus problemas (Crespo & Larroy, 1998).

A continuación, se exponen algunas estrategias que han sido efectivas en el análisis del

comportamiento de la dependencia emocional y las nuevas terapias de tercera generación,

tales como:

1. Análisis funcional y programas de reforzamiento


95
Dependencia Emocional y Estilos de Crianza

Actualmente, las intervenciones basadas en contingencias se enfocan en disminuir

comportamientos a través de la alteración de las condiciones antecedentes para hacer que

estos sean menos susceptibles al refuerzo. En el caso, por ejemplo, de la búsqueda

permanente de atención, típica en la dependencia emocional, es conveniente «romper» la

contingencia entre el comportamiento de la persona y sus consecuencias (extinción),

reforzar conductas opuestas a las inadecuadas y reforzar comportamientos alternativos. Así

mismo, este programa de reforzamiento habrá de ir acompañado de un entrenamiento en

habilidades de comunicación, incluyendo terapia conductual familiar y de pareja (Iwata &

Worsdell, 2005).

2. Entrenamiento en habilidades

El planteamiento que subyace en el entrenamiento en habilidades sociales es que las

deficiencias en ciertas habilidades interpersonales pueden dificultar a las personas un

afrontamiento apropiado y eficaz. Los aspectos centrales de este procedimiento incluyen:

habilidades interpersonales, afrontamiento de estados cognitivo-emocionales, afrontamiento

de eventos vitales estresantes y afrontamiento de situaciones relacionadas con conductas de

dependencia (Monti, Rohsenow, Colby & Abrams, 1995). Las competencias susceptibles de

abordaje incluyen afectivas-emocionales, académicas, cognitivo-verbales, de interacción

social, autocontrol, solución de problemas y autocuidado (Muñoz & Novoa-Gómez, 2010).


96
Dependencia Emocional y Estilos de Crianza

3. Exposición y prevención de respuesta

Las técnicas denominadas exposición y prevención de respuesta en un patrón de

dependencia emocional estarían orientadas a reducir la reactividad a las señales mediante

procedimientos de control estimular y de exposición. La intervención consiste en la

exposición repetida a señales o estímulos (como pensamientos, emociones, sensaciones, o

situaciones contextuales) en ausencia de conductas (que impliquen acceder a la pareja,

llamar su atención u obtener verbalizaciones y expresiones emocionales), con la

consiguiente extinción de las respuestas condicionadas (Secades & Fernández , 2001).

4. Terapia de aceptación y compromiso

Como se mencionó con anterioridad, en la Terapia de Aceptación y Compromiso (ACT) se

examinan los problemas psicológicos a la luz de las prácticas sociales, específicamente, de

las reglas que circulan en la comunidad verbal y que gobiernan mal adaptativamente la

conducta de los individuos. El TEE (Luciano & Hayes, 2001), aplicable a la dependencia

emocional, se caracteriza por la inflexibilidad en el comportamiento de la persona, cuya

principal función es controlar el malestar y los eventos privados (principalmente

pensamientos), así como las circunstancias que los generan, mediante comportamientos de

comprobación del amor de la pareja, de búsqueda o de atención.


97
Dependencia Emocional y Estilos de Crianza

Como alternativa a la evitación experiencial, la terapia de aceptación y compromiso plantea

la aceptación psicológica, es decir, el estar dispuesto a aceptar las sensaciones y

pensamientos problemáticos. En los casos de dependencia emocional, las numerosas formas

de responder a los signos de malestar o de sufrimiento, conforman una clase funcional –una

operante– reforzada positiva (por hacer lo que uno cree que es correcto) y negativamente

(porque de modo inmediato reduce en parte el malestar, la duda o el sufrimiento emocional)

(Luciano & Hayes, 2001).

Los estudios dirigidos a la evaluación de su eficacia en la alteración del uso y dependencia

de sustancias han sido varios (v. g. Hayes, Wilson, Gifford, Bissett, Piasecki & Batten,

2004). No obstante, las investigaciones relacionadas a un patrón de dependencia emocional

son muy escasas en la literatura y requieren investigación y un trabajo más allá de la

evidencia acumulada a través de diferentes trastornos psicológicos que muchas veces están

asociados o encubren este patrón comportamental.

5. Terapias conductuales de pareja

A través de la terapia conductual de pareja se busca no solo el cambio en el

comportamiento de la persona sino además, que esta acepte el comportamiento de su

compañero (a) (Koerner, Jacobson & Christensen, 1994).


98
Dependencia Emocional y Estilos de Crianza

Así, la intervención se estructura en torno a tres cuestiones fundamentales: discusión de

situaciones generales y específicas en torno a los comportamientos típicos de la

dependencia; situaciones en las que han surgido dificultades relacionadas con la

dependencia y han sido resueltas con éxito y situaciones que se podrían llamar positivas.

Así mismo emplea elementos de aceptación (propios de la terapia de aceptación y

compromiso) y entrenamiento en habilidades sociales (Morón, 2006).

Por otro lado, como lo indica García (2005) quien plasmó una investigación de tipo

descriptivo que tenía como objetivo comprobar si la Terapia Genero-Sensitiva es efectiva

para recuperar el trastorno de personalidad dependiente, reconociendo la dinámica

psicológica, cultural y social por lo cual se revela la dependencia.

Comenta Batres (1997) que la terapia género-sensitivo tiene como tema central el

reconocimiento de que para las mujeres, vivir en una sociedad sexista, ha tenido un costo

en su salud mental. Que la opresión que ha vivido, basada en el género, la clase y la etnia,

han generado grandes problemas en su autoestima y en la falta de poder y autonomía.

Por lo tanto, esta terapia explica los roles exigidos a las mujeres, más que el conflicto

individual que además no toma en relación el sistema socioeconómico en que vivimos.

Evita el uso de etiquetas de diagnóstico. Se apoya la exploración de los recursos internos de

las mujeres y su capacidad para cuidarse y autocurarse.


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Dependencia Emocional y Estilos de Crianza

García en el 2005 realizo una investigación con 15 mujeres comprendidas entre las edades

de 20 a 50 años y que tienen una personalidad de tipo dependiente a causa de abusos

sexuales, físicos y verbales. Los resultados de esta investigación comprobaron que la

terapia si es efectiva ya que al inicio del tratamiento se manifestaron altos niveles de

dependencia (moderada, severa) y que no habían recibido ningún tratamiento psicológico.

Se pudo comprobar, después del tratamiento de 14 sesiones, que 10 de las pacientes tenían

una dependencia leve y 5 de ellas una dependencia moderada. Se concluye que la

codependencia puede ser recuperada cuando se enfoca directamente a abusos (físico, verbal

y sexual) logrando empoderamiento y reconstrucción de su vida personal. La Terapia

Genero- Sensitiva es recomendable, ya que se ha comprobado que es confiable y valida

ante este tipo de problema.

Mencionan Cuevas y López (2012) en cuanto la atención comunitaria de las personas con

diagnóstico de trastorno límite de la personalidad, la terapia dialéctico-conductual parece

ser la primera opción terapéutica. En el resto de las terapias, aunque con menor grado de

evidencia, parece ser que la terapia basada en la transferencia y la terapia cognitivo-

conductual contribuyen de manera significativa a la reducción de conductas que suponen un

riesgo para la vida de estos pacientes. También hay datos que apuntan a la eficacia de la

terapia cognitiva y de la terapia interpersonal en el tratamiento de la depresión mayor en

personas con TLP. Por último, algunas intervenciones farmacológicas podrían mejorar
100
Dependencia Emocional y Estilos de Crianza

significativamente los efectos terapéuticos de las intervenciones psicológicas en este grupo

de pacientes.

En formato grupal, la terapia centrada en esquemas se ha mostrado eficaz en la reducción

de síntomas y mejora del funcionamiento global.

Es necesario, que los manuales que rigen la actual Psicología Clínica abarquen la

dependencia emocional, buscando programas cognitivos – conductuales o de otra tipología

que mejoren la calidad de vida de los seres que la padecen y medrando, a su vez, las

relaciones interpersonales en todos los ámbitos.


101
Dependencia Emocional y Estilos de Crianza

Capitulo IV.

Metodología

IV.1. Planteamiento del Problema


102
Dependencia Emocional y Estilos de Crianza

IV.1.1. Justificación

Mencionan Agudelo y Gómez (2010) que el clima social familiar desempeña una función

privilegiada al ejercer las influencias más tempranas, directas y duraderas en la formación

de la personalidad de los individuos.

El medio familiar es el primer medio con el que una persona se relaciona y del que toma los

elementos necesarios para afrontar de manera apropiada y eficaz las diversas problemáticas,

pero también al ser un medio conflictivo, puede llegar no solo a limitar las estrategias de

solución de problemas sino que pueden afectar la estabilidad emocional. Por lo tanto la

familia puede ser tanto un factor de protección como un factor de riesgo cuando las

relaciones entre los individuos que la componen son inadecuadas (Agudelo y Gómez,

2010).

La National Center for Injury Prevention and Control en el 2005 hace hincapié en que el tipo de

educación parental recibida por el niño desempeña un papel importante en las relaciones de

pareja establecidas en el futuro. Cuando hay una relación pobre entre los padres y los

niños/adolescentes, cuando los padres no están apenas implicados en la educación de los

hijos y cuando hay una inestabilidad familiar grave, aumenta considerablemente la

probabilidad de implicarse en relaciones de pareja violentas en el futuro.

Es importante conocer cómo influyen los estilos de crianza en la dependencia emocional ya

que el procesamiento de la información se basa en la experiencia de la persona, teniendo


103
Dependencia Emocional y Estilos de Crianza

especial importancia el tipo de relaciones que tuvo en la infancia, el vínculo afectivo, el

estilo de autoridad utilizado por sus padres, las experiencias a las que fue sometido y por

consiguiente forman un cuerpo de conocimiento distorsionado que modelan y refuerzan

nuestra forma de percibir e interpretar el mundo y a nosotros mismos/as.

Todo esto deja como resultado un bagaje, que se observa a través de las conductas

ejecutadas

por un individuo: estrategias de acción, afectos, sentimientos, pensamientos,

verbalizaciones, entre otros; y de esta forma nos permita comprender la dependencia

emocional desde cada uno de los elementos constitutivos del modo cognitivo que este

patrón representa y así nos facilite en darnos una mejor idea en como intervenir con

pacientes que presenten dependencia emocional previniendo futuras consecuencias

negativas, conductas de riesgo, inestabilidad emocional y el desempeño en las posteriores

relaciones afectivas; promoviendo en establecer relaciones más sanas y procesos de

separación adecuados.

Según el estudio realizado por la Fundación Instituto Spiral y expertos de la Universidad de

Oviedo se sometieron más de doscientas personas, un alto porcentaje de la población,

superior al 40 por ciento, se declara dependiente emocional y afirma haber sufrido

conflictos relevantes de pareja, por la cual es de suma importancia que como

psicoterapeutas cognitivo conductual realicemos intervenciones en esta problemática como

lo es la dependencia emocional.
104
Dependencia Emocional y Estilos de Crianza

Por otro lado, la dependencia emocional también presenta agresión en la relación con la

pareja, las conductas agresivas más comunes son psicológicas y físicas leves. El 45-50% de

los adolescentes han sufrido y ejercido insultos (Ortega, 2008). El 52% de las mujeres están

en desacuerdo en que si la pareja te hace sufrir, es que no te quiere; entre los varones, esta

creencia se aprecia en el 31% (Arroyo, Izarra y Pinto, 2006).

Sin embargo, durante el noviazgo son muchas las parejas jóvenes que ya se enfrentan a

situaciones anómalas de violencia que poco tienen que ver con el amor o con las

expectativas de una relación en sus inicios. De hecho, la violencia suele instalarse en las

relaciones de forma gradual, es decir, no suele surgir habitualmente de forma espontánea o

brusca durante el matrimonio o cuando las relaciones son ya estables (Echeburúa y Corral,

1998 Barilari, 2007).

IV.1.2. Pregunta de Investigación

¿Qué estilo(s) de crianza predomina(n) en mujeres y hombres con y sin dependencia

emocional?

¿Es el mismo nivel de dependencia emocional en mujeres y hombres?

¿En qué edad predomina más?


105
Dependencia Emocional y Estilos de Crianza

IV.1.3. Objetivos

1) Comparar los estilos de crianza entre hombres y mujeres con y sin dependencia

emocional.
2) Determinar el nivel de dependencia emocional.

3) Determinar que estilo de crianza predomina en la dependencia emocional.

4) Comparar el nivel de dependencia emocional entre hombres y mujeres.

5) Comparar la edad que predomina en la dependencia emocional.

IV.2. Hipótesis

1.- Los estilos de crianza rígidos, autoritarios o sobreprotectores predominan en personas

con dependencia emocional.

2.- Los estilos de crianza negligente y permisivo predominan en personas sin dependencia

emocional.
106
Dependencia Emocional y Estilos de Crianza

IV.3. Método

IV.3.1. Variables

VD: Dependencia emocional

IV.3.1.1 Definición conceptual: La dependencia emocional se entiende como un patrón

crónico de demandas afectivas insatisfechas, que llevan a la persona a buscar

desesperadamente satisfacerlas mediante relaciones interpersonales estrechas (Castelló,

2002, 2005).

Definición operacional:

El cuestionario fue conformado por 10 reactivos agrupados en 2 factores: abandono y

expresiones límite respectivamente, cuya varianza explicada fue de 62.58%, con una

confiabilidad interna de 0.90 y un indicador de autoestima con 2 reactivos y un reactivo

suelto de búsqueda de atención.

El mayor puntaje del Cuestionario de Dependencia Emocional es de 40, ya que consta con

las opciones de 1 a 4, se sumaron los puntos según la opción que haya contestado el

participante de los 10 reactivos; y a partir de 25 puntos se consideró que el sujeto

presentaba una Dependencia Emocional.


107
Dependencia Emocional y Estilos de Crianza

Los resultados mostraron que el 60.9% de la muestra se situó por debajo de 15 puntos, es

decir, que según el CDE en una muestra mexicana, no presentaron dependencia emocional

mientras que el 39.1% se ubicó por arriba de los 25 puntos; estos individuos según el CDE

presentaron o son propensos a presentar dependencia emocional. El puntaje que más

predomino en los participantes sin dependencia emocional fue el de 17 puntos con un 7.8%

y los que presentaron dependencia emocional fue de 27 puntos en un 6.5% de los

participantes.

VI: Estilos de crianza

IV.3.1.2. Definición conceptual: Según Diana Baumrind (1968) los estilos parentales

dan cuenta del comportamiento de los padres hacia los hijos en dos aspectos. Uno es el

involucramiento y aceptación, definirlos como el grado en que los hijos son aceptado y

tomados en cuenta por sus padres; el otro es exigencia y supervisión, definidas como el

grado en que los padres establecen reglas explicitas de comportamiento a los hijos y

supervisan su conducta. Estás dimensiones dan lugar a los cuatro estilos parentales básicos

autoritativo o democrático, autoritario, negligente o indiferente y permisivo.

Definición operacional: La escala de estilos parentales e inconsistencia parental

percibida (EPIPP) elaborada por De la Iglesia, Ongarato & Fernández (2010) se encuentra

compuesta por 24 ítems que evaluó las conductas maternas y los mismo 24 para las

paternas.
108
Dependencia Emocional y Estilos de Crianza

Por medio de esto se pudo observar el grado de presencia de respuestas y demandas de los

padres hacia sus hijos sumando las tres dimensiones que contiene cada una, a continuación

se exponen los ítems a evaluar en cada dimensión.

Respuesta Demanda

1. Afecto: Ítems 1,7,13,19 y 24. 1. Coerción verbal: Ítems 4,10,16 y 22.

2. Dialogo: Ítems 2,8,14 y 20. 2. Coerción física: Ítems 5 y 17.

3. Indiferencia: Ítems 3,9,15 y 21. 3. Prohibición: Ítems 6,12,18 y 23.

La combinación de ambas escalas marco el estilo característico de cada progenitor

Los puntajes obtenidos mediante la dimensión respuesta (X=0-50) y demanda (Y=50-100)

nos arroja a un estilo Autoritario; la respuesta (X=0-50) y demanda (Y=0-50) a un estilo

Negligente; la respuesta (X=50-100) y demanda (Y=0-50) a un estilo Permisivo; la

respuesta (X=50-100) y demanda (Y=50-100) a un estilo Sobreprotector, y por último, la

respuesta (X=25-75) y demanda (Y=25-75) a un estilo Autoritativo.

En la inconsistencia intraparental salió baja (0 a 25 puntos) con 139 participantes sin

dependencia emocional y 91 con dependencia emocional; es decir, que en ambos grupos se


109
Dependencia Emocional y Estilos de Crianza

presentó una baja inconsistencia en los estilos de crianza tanto en la madre como en el

padre.

IV.3.2. Participantes

La investigación de realizo en México, D.F. donde participaron 230 sujetos con edades

entre 20 a 25 años de ambos sexos pertenecientes a cualquier tipo de universidad tanto

pública como privada, sin importar que tipo de carrera o estatus social, presentando una

relación de noviazgo a partir de 6 meses.

IV.3.2.1 Muestreo

La selección de la muestra fue aleatoria simple.

IV.3.2.2 Criterios de inclusión

 Entre 20 y 25 años
 Mujeres y hombres
 De cualquier carrera, estatus social, etc.
 Que presenten una relación de noviazgo mayor a 6 meses

Criterios de exclusión

Escenario: Cualquier universidad, tanto privada como pública.


110
Dependencia Emocional y Estilos de Crianza

VARIABLES VARIABLES DESENLACE O


ANTECEDENTE DE RESULTADO
S EVALUACIÓN

SOCIO EVALUACION CON DEPENDENCIA


-DEMOGRÁFICAS CIERTOS EMOCIONAL
Entre 20 y 25 años. INSTRUMENTOS COMO:
Mujeres y hombres. **Estilo de crianza: Escala
De cualquier carrera. de Estilos Parentales e
Universitarios. Inconsistencia Parental
Cualquier estatus percibida (EPIPP).
social.
Que presente una ** Dependencia
relacion de noviazgo Emocional: Cuestionario
de al menos 6 meses de Dependencia
en adelante. Emocional de Méndez, A.
Favila, M., Valencia, A. y
Díaz- Loving (2012).

Figura 3. Relación conceptual entre variables


111
Dependencia Emocional y Estilos de Crianza

IV.3.3 Técnicas de recolección de datos

IV.3.3.1. ** Dependencia Emocional:

Cuestionario de Dependencia Emocional de Méndez, A. Favila, M., Valencia, A. y Díaz-

Loving (2012).

El Cuestionario de Dependencia Emocional en una muestra mexicana realizado por

Méndez, A. Favila, M., Valencia, A. & Díaz-Loving (2012). El cuestionario está

conformado por 10 reactivos agrupados en 2 factores: abandono y expresiones límite

respectivamente, cuya varianza explicada fue de 62.58%, con una confiabilidad interna de

0.90 y un indicador de autoestima con 2 reactivos y un reactivo suelto de búsqueda de

atención.

En donde en cada reactivo contaba con cuatro opciones de respuesta tipo Likert que va

desde completamente de acuerdo (1) hasta completamente en desacuerdo (4).

El mayor puntaje del Cuestionario de Dependencia Emocional es de 40, ya que consta con

las opciones de 1 a 4, se sumaron los puntos según la opción que haya contestado el

participante de los 10 reactivos; si el resultado del participante se sitúa por debajo de 15

puntos, no presenta dependencia emocional, mientras que por arriba de los 25 puntos; si

presenta dependencia emocional.


112
Dependencia Emocional y Estilos de Crianza

Finalmente, los factores que conforman la adaptación en una muestra mexicana del CDE

son:

Factor 1. Ansiedad por separación. El factor cuenta con una confiabilidad interna de

0.88 cuya varianza explica el 33.43%, el cual está compuesto por los reactivos: cuando

discuto con mi pareja me preocupa que deje de quererme, si mi pareja me propone un

programa dejo todas las actividades que tengo por estar con ella, si tengo planes y mi pareja

aparece los cambio por estar con ella, cuando tengo una discusión con mi pareja me siento

vacío, me preocupa la idea de ser abandonado por mi pareja, cuando mi pareja debe

ausentarse por unos días me siento angustiado, no tolero la soledad.

• El abandono describió las expresiones emocionales del miedo, preocupación,

ansiedad y angustia excesivas que se producen ante la posibilidad de disolver la

relación. La ansiedad por separación tiene una fuerte relación con el apego ansioso.

Por tales motivos, se genera y se refuerzan las pautas interpersonales de

dependencia. La ansiedad por separación puede surgir ante distanciamientos

temporales que activan pensamientos de abandono y de soledad (Castelló, 2005).

Factor 2. Expresiones límite. Este factor cuenta con una confiabilidad interna de 0.60

cuya varianza explica el 29.13% del cuestionario. Esta dimensión está compuesta por los

reactivos: me divierto sólo cuando estoy con mi pareja, soy capaz de hacer cosas temerarias
113
Dependencia Emocional y Estilos de Crianza

hasta arriesgar mi vida por conservar el amor del otro, me he hecho daño físicamente con la

intención que mi pareja no me abandone o que regrese a mi lado.

• Las expresiones límite describieron aquellas expresiones o conductas que anteceden

o que son impulsos de auto agresión. Las expresiones límite en un dependiente

emocional son vistas como estrategias de aferramiento para evitar la pérdida. De

igual manera se encontró la presencia del indicador denominado baja autoestima. El

primer indicador fue conformado por los reactivos: soy alguien necesitado y débil,

necesito tener a una persona para quien yo sea más especial que los demás. El

segundo indicador se conformó por los reactivos: para atraer a mí pareja busco

deslumbrarla o divertirla, para atraer a mi pareja busco ser espontáneo e interesarme

en sus actividades.

IV.3.3.2. **Estilo de crianza:

Escala de Estilos Parentales e Inconsistencia Parental percibida (EPIPP).

La EPPIP es un inventario autoadministrable para la evaluación de estilos parentales e

inconsistencia parental percibida dirigido a adultos jóvenes elaborado por De la Iglesia,

Ongarato & Fernández (2010), se encuentra compuesta por 24 ítems que evaluó las

conductas maternas y los mismo 24 para las paternas.

1) Se otorgaron los siguientes valores a las respuestas del evaluado:


114
Dependencia Emocional y Estilos de Crianza

2) Se invirtieron los puntajes de los ítems 3, 9,15 y 21. Es decir:

3) Se calcularon los puntajes brutos de las subdimensiones y dimensiones para PADRE

y para MADRE:
115
Dependencia Emocional y Estilos de Crianza

4) Se transformaron los puntajes brutos del padre y la madre a percentiles ( Tabla 9,10

y 11 de Baremos para Jóvenes Universitarios de la ciudad Autónoma de Buenos

Aires).

Por medio de esto se pudo observar el grado de presencia de respuestas y demandas de los

padres hacia sus hijos sumando las tres dimensiones que contiene cada una, a continuación

se exponen los ítems a evaluar en cada dimensión.

Respuesta Demanda

1. Afecto: Ítems 1,7,13,19 y 24. 1. Coerción verbal: Ítems 4,10,16 y 22.

2. Dialogo: Ítems 2,8,14 y 20. 2. Coerción física: Ítems 5 y 17.

3. Indiferencia: Ítems 3,9,15 y 21. 3. Prohibición: Ítems 6,12,18 y 23.

La combinación de ambas escalas marco el estilo característico de cada progenitor.

5) Para calcular los estilos parentales se graficaron los percentiles de las dimensiones

principales utilizando el gráfico que figura al final del mismo artículo. Para ello se

identificó el percentil correspondiente a la dimensión respuesta (eje X) y a la

dimensión demanda (eje Y). De acuerdo a ello se identificó el estilo parental.


116
Dependencia Emocional y Estilos de Crianza

Por otra parte, en un enfoque diferente y de acuerdo con criterios teóricos o estadísticos, se

construyeron distintas categorizaciones de los estilos de parentalidad. La más utilizada fue

aquella propuesta por Maccoby y Martin (1983), que postulo cuatro estilos constituidos

mediante la combinación de las dos dimensiones antes nombradas:

1. El autoritario (alta demanda y baja respuesta)

2. El permisivo (baja demanda y alta respuesta)

3. El negligente (baja demanda y baja respuesta)

4. El autoritativo (alta demanda y alta respuesta).

6) Se verifico si existe inconsistencia intraparental simplemente corroborando si los

padres tienen el mismo estilo o no.

Para medir la inconsistencia intraparental se deberá sumar todos los ítems de la parte B de

cada pregunta, donde Si vale 1, y No vale 0. Si la suma de este puntaje es de 0 a 25 puntos,

hablamos de una inconsistencia intraparental baja. Si la suma esta entre 25 y 75 puntos la

inconsistencia será media y superando los 75 puntos hasta los 100 se considera como una

alta inconsistencia intraparental.


117
Dependencia Emocional y Estilos de Crianza

IV.3.3.3. ** Consentimiento:

El consentimiento consto de una hoja en la que se le invito a participar a los sujetos en el

estudio denominado: Relación entre los estilos de crianza y dependencia emocional en

adultos universitarios.

 En donde se mencionaron los objetivos:

1) Determinar el nivel de dependencia emocional.

2) Analizar la relación que existe entre los estilos de crianza y la dependencia emocional en

una muestra de adultos (20- 25 años).

3) Comparar el nivel de dependencia emocional entre hombres y mujeres.

“Todos los datos e información personal que proporcionaron a este estudio fueron tratados

de forma confidencial, privada y anónima. Se asignó un número de folio a sus carpetas y en

ningún momento se les pidió que proporcionaran su nombre o identificación”.

Ya que se mencionaron los objetivos y la confidencialidad, y el sujeto aceptaba la

participación del estudio, posteriormente, se le pedía la firma al participante y el encargado

junto con la fecha de aplicación.

IV.3.4. Diseño
118
Dependencia Emocional y Estilos de Crianza

Se utilizó un diseño no experimental- transversal con alcance descriptivo.

IV.3.4.1. Procedimiento

Las aplicaciones se llevaron a cabo afuera de las universidades tales como ISEC,

Politécnico Campus Zacatenco, Fez Zaragoza, UAM Iztapalapa, UPIICSA, entre otros; en

la Ciudad de México, D.F.

Se seleccionó la muestra de forma aleatoria tomando en cuenta que cumplieran los

requisitos de inclusión y exclusión. Con la muestra seleccionada se realizó el trabajo de

campo, aplicando el instrumento a 230 sujetos entre 20 y 25 años de edad, a quienes se les

invito a participar en la investigación; realizando la aplicación de instrumentos y un

consentimiento por escrito en donde el sujeto estuviera de acuerdo en realizarse la

aplicación de los instrumentos y haciendo hincapié en la confidencialidad de los datos y

resultados.

IV.3.4.2. Análisis estadístico

Con el propósito de comparar los estilos de crianza entre los participantes con y sin

dependencia emocional se utilizó la prueba chi-cuadrado debido a que las variables estaban

en un nivel de medición nominal (categorías de estilo de crianza predominante y

dependiente/no dependiente), el programa utilizado fue SPSS versión 21.


119
Dependencia Emocional y Estilos de Crianza

Resultados

Resultados
120
Dependencia Emocional y Estilos de Crianza

Análisis descriptivo de la muestra

Se realizó el análisis descriptivo de cada una de las variables sociodemográficas y

posteriormente se realizó una prueba x2 para comparar las variables dependencia emocional

y estilos de crianza.

La muestra estuvo conformada por 230 participantes del Área Metropolitana de México,

D.F., de los cuales 118 fueron hombres (51.3%) y 112 fueron mujeres (48.7%), que se

encontraban en una relación de pareja. La edad mínima fue de 20 años y la máxima de 25.

El mayor número de participantes tenían 25 años con 72 participantes (31.3%), seguido de

24 años con 50 (21.7%) y 20 años con 40 (17.4%).

Sexo

48.7% 51.3%
Hombres

Mujeres

Figura 4. Género que presentan los participantes de la investigación.


121
Dependencia Emocional y Estilos de Crianza

La mayor parte de los participantes evaluados eran casados con 135 (58.7%), seguido de los

solteros con 95 (41.3%).

Con relación al nivel académico 227 participantes (98.7%) están cursando una licenciatura

y 3 participantes (1.3%) un posgrado.

Por último, la ocupación que más predominó fue la de empleado (ya graduados) con 98

participantes (42.6%), seguido de estudiante/empleado con 87 (37.8%) y finalmente, 45

estudiantes (19.6%).

Inicialmente se aplicó la Escala de Dependencia Emocional de Méndez, Favila, Valencia &

Díaz-Loving (2010). El cuestionario está conformado por 10 reactivos agrupados en 2

factores: abandono y expresiones límite respectivamente, cuya varianza explicada fue de

55%, con una confiabilidad interna de 0.89 y un indicador de autoestima con 2 reactivos y

un reactivo suelto de búsqueda de atención.

Los resultados mostraron que la puntuación que predomino en el grupo con dependencia

emocional fue de 27 puntos, lo que indica que la muestra que sobrepasa el punto de corte

(25 puntos) presenta dependencia emocional. Donde 91 participantes (39.6%) presentaron

dependencia emocional.

Tabla 3.
Estadísticas descriptivas de variables demográficas
122
Dependencia Emocional y Estilos de Crianza

Variable Valor n %
Genero Mujeres 112 48.7%
Hombres 118 51.3%

Edad 20 años 40 17.4 %


21 años 15 6.5 %
22 años 20 8.7 %
23 años 33 14.3 %
24 años 50 21.7 %
25 años 72 31.3 %

Estado civil Soltero 95 41.3 %


Casado 135 58.7 %

Nivel académico Licenciatura 227 98.7 %


Posgrado 3 1.3 %

Ocupación Estudiante 45 19.6 %


Empleado 98 42.6 %
Estudiante / Empleado 87 37.8 %

Tabla 4.
Estadísticas descriptivas de variables demográficas de mujeres que presentan dependencia
emocional

Variable Valor N %
Genero Mujeres con Dependencia Emocional 44 48.3 %

Estado civil Mujeres Solteras 17 18.6 %


Mujeres Casadas 27 29.7 %

Ocupación Mujeres Estudiantes 9 9.9 %


Mujeres Empleadas 16 17.6 %
Mujeres Estudiante / Empleada 19 20.8 %

6 6.5 %
Edad 20 Años
21 Años 3 3.3 %
22 Años 2 2.2 %
23 Años 5 5.5 %
24 Años 9 9.9 %
25 Años 19 20.9 %

Nivel académico Licenciatura 42 46.1 %


Maestría 2 2.2 %
123
Dependencia Emocional y Estilos de Crianza

Tabla 5.
Estadísticas descriptivas de variables demográficas de hombres que presentan
dependencia emocional

Variable Valor N %
Genero Hombres con Dependencia Emocional 47 51.6 %

Estado civil Hombres Solteros 12 13.2 %


Hombres Casados 35 38.4 %

Ocupación Hombres Estudiantes 4 4.4 %


Hombres Empleados 22 24.2 %
Hombres Estudiante / Empleado 21 23 %

Edad 20 Años 4 4.4 %


21 Años 2 2.2 %
22 Años 5 5.5 %
23 Años 6 6.5 %
24 Años 10 11 %
25 Años 20 22 %

Nivel académico Licenciatura 47 51.6 %


Maestría 0 0%
En los estilos de crianza del padre predomina el estilo Autoritario en 115 participantes

(50%) y en segundo lugar, el estilo Autoritativo en 73 participantes (31.7%). Se encuentra

representada en la Figura 5.
124
Dependencia Emocional y Estilos de Crianza

50.0%

31.7%

9.1%
3.9% 5.2%

Autoritario Negligente Permisivo Sobreprotector Autoritativo

Figura 5. Tipo de Estilos de crianza del padre.

En los estilos de crianza de la madre se obtuvieron 115 participantes (50%) donde la madre

es más Autoritaria y por otro lado con 51 participantes (22%) donde la madre es

Autoritativa (Con una DS= 1.653). Se encuentra representada en la Figura 6.


125
Dependencia Emocional y Estilos de Crianza

50%

22%

14%

8%
6%

Autoritario Negligente Permisivo Sobreprotector Autoritativo

Figura 6. Tipo de estilos de crianza de la madre.

El 60.4% de los participantes (n=139) no presentan Dependencia Emocional, y 39.6%

(n=91) si presentan Dependencia Emocional. Se encuentra representada en la Figura 7.

NO PRESENTA DEPENDENCIA EMOCIONAL SI PRESENTA DEPENDENCIA EMOCIONAL


39.57%

60.43%
126
Dependencia Emocional y Estilos de Crianza

Figura 7. Resultado de Dependencia Emocional

Se presenta la diferencia de género en participantes con dependencia y sin dependencia

emocional, en donde podemos apreciar que el grupo que presenta dependencia emocional

en mujeres presentan un 39.3% y en hombres un 39.8%, donde predominan los hombres en

la dependencia emocional, presentando una ligera diferencia de 0.50% con las mujeres. Y

en el grupo que no presentan dependencia emocional, las mujeres obtuvieron un 60.7% y

los hombres un 60.2%, en este grupo predominan las mujeres, presentando una diferencia

de 0.50%, de lo cual no hay una diferencia significativa y no solo en este grupo, sino en

ambos grupos. Se encuentra representada en la Figura 8.


127
Dependencia Emocional y Estilos de Crianza

70.0%
60.2%
60.0%
60.7%
50.0% 39.8%

40.0% 39.3%
Femenino
30.0% Masculino

20.0%

10.0%
Masculino
0.0%

Con dependencia emocional Femenino


Sin dependencia emocional

Figura 8. Diferencias en el género con dependientes y no dependientes emocionalmente.

Se presentan los porcentajes entre las edades de 20 a 25 años donde podemos apreciar que

la edad que predomina más es la de 25 años donde se obtuvo 72 participantes con un

31.3%, en segundo lugar, se encuentra la edad de 24 años con 50 sujetos y representando un

21.7% y por último, se encuentra la edad de 20 años con 40 participantes representado por

un 17.4%; de tal forma que sigue predominando la edad de 25 años en esta investigación

(Con una DS= 1.840). Se encuentra representada en la Figura 9.


128
Dependencia Emocional y Estilos de Crianza

Edad

25 años

24 años

23 años Porcentaje

22 años

21 años

20 años

0.0% 5.0% 10.0% 15.0% 20.0% 25.0% 30.0% 35.0%

Figura 9. Edades que presentan los participantes de la investigación.


129
Dependencia Emocional y Estilos de Crianza

Edad

Primer grupo: 20-23 años


Segundo grupo: 24-25
años

continuación en la Figura 10 se presentan 2 grupos de edad, un grupo conformado con las

edades de 20 a 23 años y el segundo de 24 a 25 años, de ambos grupos predomina el

segundo con 122 participantes (53%) a diferencia del primer grupo con 108 participantes

(47%). Se encuentra representada en la Figura 10.

53% 47%

Figura 10. Edad que predomina en los participantes de la investigación.

Se presentan la diferencia de edades entre 20 a 25 años con sujetos que resultaron con

dependencia y sin dependencia emocional, en donde podemos apreciar que como se


130
Dependencia Emocional y Estilos de Crianza

mencionó anteriormente en la Figura 9, predomina la edad de 25 años; se presenta en los

dependientes de 25 años un 38.9% seguido de un 26.3% en los de 24 años; y por otro lado

se encuentra el grupo sin dependencia emocional predominando de igual forma la edad de

25 años con un 28.9% y los sujetos de 24 años con un 19.3%.

Se observa que la edad predominante fue 25 años en ambos grupos, el grupo con

dependencia emocional con un 38.9% y el grupo sin dependencia un 28.9%, presentando

una diferencia del 10%, es decir, que los sujetos de 25 años predominan más en el grupo

con dependencia emocional. Se encuentra representada en la Figura 11.

40.0%

35.0%

30.0%

25.0%

20.0%

15.0%

10.0%

5.0%

0.0%
20 años 21 años 22 años 23 años 24 años 25 años
131
Dependencia Emocional y Estilos de Crianza

Figura 11. Diferencias en la edad con dependientes y no dependientes emocionalmente.

Estado Civil

Solteros
Casados

En la variable estado

civil está formado por solteros y casados donde contamos con 95 participantes solteros

(41.3%) y 135 participantes casados (58.7%) habiendo una diferencia de 17.4%, por lo

tanto, predomina el estado civil casados. Se encuentra representada en la Figura 12.

41.3%
58.7%
132
Dependencia Emocional y Estilos de Crianza

Figura 12. Estado civil que presentan los participantes de la investigación.

Se presentan las diferencias del estado civil con sujetos que resultaron con dependencia y

sin dependencia emocional, en donde podemos apreciar que el grupo que obtuvo

dependencia emocional con participantes solteros presentan un 30.5% y en casados un

69.5%, de modo que predomina el estado civil casados. Y en el grupo que no presentan

dependencia emocional, los participantes solteros obtuvieron un 46% y los de estado civil

casados un 54%, nuevamente predomina el estado civil casados en ambos grupos.

En el estado civil casado del grupo con dependencia emocional presenta una diferencia de

15.5% con los no dependientes, por la cual obtiene una diferencia significativa. Y en el

estado

civil solteros del grupo sin dependencia emocional presenta una diferencia significativa de

15.5% con los dependientes emocionalmente. Se encuentra representada en la Figura 13.


133
Dependencia Emocional y Estilos de Crianza

70.0%

60.0%

50.0%

40.0% Con dependencia emocional


Sin dependencia emocional
30.0%

20.0%

10.0%
Sin dependencia emocional
0.0% Con dependencia emocional
Solteros Casados

69.5%
54%
46%

30.5%

Figura 13. Diferencias en el estado civil con dependientes y no dependientes emocionalmente.

Se presentan los porcentajes de las siguientes ocupaciones tales como estudiante, empleado

(ya graduados) y estudiante/empleado; el grupo de estudiantes está conformado de 45

participantes (19.6%) , el grupo de empleados (ya graduados) por 98 participantes (42.6%)


134
Dependencia Emocional y Estilos de Crianza

y por último el grupo de estudiante/empleado por 87 participantes (37.8%) predominando

la ocupación de empleado (ya graduados), presentando una diferencia de 4.8% con el grupo

estudiante/empleado; y un 23% con el grupo de estudiantes. Se encuentra representada en

la Figura 14.

Ocupación

Estudiante/empleado

Porcentaje
Empleado

Estudiante

0.0% 10.0% 20.0% 30.0% 40.0% 50.0%

Figura 14. Ocupación que presentan los participantes de la investigación.

A continuación en la figura 15 se presenta la diferencia en ocupaciones en los sujetos con

dependencia y sin dependencia emocional, en donde podemos apreciar que el grupo con

dependencia emocional se obtuvo un 28.9% en estudiantes, 38.8% en empleados (ya


135
Dependencia Emocional y Estilos de Crianza

graduados) y por último un 46% en estudiante/empleado donde predomina la ocupación de

estudiante/empleado.

Y en el grupo que no presentan dependencia emocional, los participantes que son

estudiantes obtuvieron un 71.1%, en empleados (ya graduados) 61.2% y en

estudiante/empleado un 54% donde en este grupo predominan los estudiantes.

80.0%

70.0%
71.1%
46% 54%
60.0%
61.2%
50.0% 38.8%
Estudiante
40.0% Empleado
Estudiante/empleado
28.9%
30.0%

20.0%
Estudiante/empleado
10.0%
Empleado
0.0%
Con dependencia emocional Estudiante
Sin dependencia emocional

Figura 15. Diferencias en la ocupación con dependientes y no dependientes emocionalmente.


136
Dependencia Emocional y Estilos de Crianza

Se presentan las diferencias en los estilos de crianza del padre entre los sujetos con

dependencia y sin dependencia emocional en donde podemos apreciar que los estilos de

crianza que más se destacan en los que no presentan dependencia emocional es el estilo

Permisivo con un 77.8% y en segundo lugar, el estilo Autoritativo con un 67.1%; aunque

en los participantes con dependencia emocional predominan el estilo Autoritario con 47% y

el

estilo Negligente y Sobreprotector con un 33.3%.

En los estilos de crianza del padre de ambos grupos no se encontró una diferencia x 2 =

5.661 p = 0.50

En cuanto al estilo de crianza que menos predomina en el grupo sin dependencia emocional

es el Autoritario con un 53%, a diferencia del grupo con dependencia emocional, es el estilo

que más predomina. Y en el caso de los participantes con dependencia emocional el estilo

que menos predomina es el Permisivo con un 22.2%, siendo que es el estilo que más

predomina en el grupo que no presenta dependencia emocional. Se encuentra representada

en la Figura 16.
137
Dependencia Emocional y Estilos de Crianza

77.8%
NO PRESENTA DEPENDENCIA EMOCIONAL SI PRESENTA DEPENDENCIA EMOCIONAL
80%

66.7% 66.7% 67.1%


70%

60% 53.0%
47.0%
50%

40% 33.3% 33.3% 32.9%

30%
22.2%

20%

10%

0%
Autoritario Negligente Permisivo Sobreprotector Autoritativo

Figura 16. Estilos de crianza del padre con sujetos que presentan y no presentan dependencia emocional.
138
Dependencia Emocional y Estilos de Crianza

Tabla 6.
Tabla de contingencia del resultado de Dependencia Emocional con los distintos tipos
de Estilos de Crianza del padre

Dependencia Emocional Total

NO SI

Autoritario 61 54 115
Negligente 14 7 21
Tipo de estilo de crianza del padre Permisivo 7 2 9
Sobreprotector 8 4 12
Autoritativo 49 24 73
Total 139 91 230

En los estilos de crianza de la madre de ambos grupos no se encontró una diferencia x 2 =

6.851 p = 0.718

Se presentan las diferencias en los estilos de crianza de la madre con los sujetos con

dependencia y sin dependencia emocional en donde podemos apreciar que en el grupo que

no presenta dependencia emocional los estilos de crianza que más destacaron son el

Sobreprotector con 83.3%, el Negligente con 63.6% y en tercer lugar, el Autoritativo con

58.8%; por otro lado, en los participantes que presentan dependencia emocional

predominan el estilo Permisivo con 61.5% y el Autoritario con 42%.

El estilo Permisivo con un 38.5% es el que menos predomina en los participantes sin

dependencia en comparación con el grupo con dependencia, en el que más predomina. Por

otra parte, el estilo Sobreprotector con 16.7% y el Negligente con 36.4% son los que menos

prevalecieron en el grupo con dependencia emocional, sin embargo, son los estilos que más
139
Dependencia Emocional y Estilos de Crianza

sobresalieron en el grupo sin dependencia. Se encuentra representada en la Figura 17.

90% NO PRESENTA DEPENDENCIA EMOCIONAL SI PRESENTA DEPENDENCIA EMOCIONAL


83.3%

80%

70% 63.6%
61.5%
59.1% 58.8%
60%

50%
40.9% 41.2%
38.5%
36.4%
40%

30%
16.7%
20%

10%

0%
Autoritario Negligente Permisivo Sobreprotector Autoritativo

Figura 17. Estilos de crianza de la madre con dependientes y no dependientes emocionalmente.

Tabla 7.
Tabla de contingencia del resultado de Dependencia Emocional con los distintos tipos
de Estilos de Crianza de la madre

Dependencia Emocional Total

No Si

Autoritario 68 47 115
Negligente 21 12 33
Tipo de estilo de crianza de la madre Permisivo 5 8 13
Sobreprotector 15 3 18
Autoritativo 30 21 51
Total 139 91 230
140
Dependencia Emocional y Estilos de Crianza

Discusión
141
Dependencia Emocional y Estilos de Crianza

Los objetivos de esta investigación fueron el 1) comparar los estilos de crianza entre

hombres y mujeres con y sin dependencia emocional, 2) determinar el nivel de dependencia

emocional y que estilo de crianza predomina en la dependencia emocional, 3) y por último,

comparar el nivel de dependencia emocional entre hombres y mujeres y la edad que

predomina.

En la dependencia emocional se presentaron 39.6% con dependencia emocional y 60.4%

sin dependencia emocional, habiendo una diferencia de 20.8% de ambos grupos,

predominando el grupo sin dependencia.

En cuanto a los estilos de crianza de la madre y el padre predominó el estilo autoritario,

esto nos arroja a que ambos presentaron altos niveles de control y exigencias de madurez y

bajos niveles de comunicación y expresión afectiva (Craig, 1997 y Weimer, 1998).

En segundo lugar, predominó el estilo autoritativo en ambos padres, siendo un estilo donde

los padres marcan más límites y ofrecen orientaciones a sus hijos, están dispuestos a

escuchar sus ideas y a llegar a acuerdos con ellos (Ramírez, 2005).

Menciona Ramírez (2005) que en el estilo autoritativo también se ejerce un firme control

cuando es necesario, expresando su razonamiento detrás de una conducta y fomentando el

intercambio verbal; de igual forma presenta niveles de comunicación, afecto y refuerzan el

comportamiento evitando el castigo siendo sensibles a las peticiones de atención del niño.
142
Dependencia Emocional y Estilos de Crianza

En cuanto a los grupos que presentan y no presentan dependencia emocional, en los estilos

de crianza del padre podemos apreciar que en el grupo sin dependencia emocional

predomino el estilo Permisivo y el estilo Autoritativo; aunque en los participantes con

dependencia emocional predomino el estilo Autoritario, Negligente y Sobreprotector.

De lo contrario, el estilo de crianza que menos predomino en el grupo sin dependencia

emocional es el Autoritario, a diferencia del grupo con dependencia emocional en el que

fue el Permisivo.

Por otro lado, en los estilos de crianza de la madre en el grupo sin dependencia emocional

sobresalieron el estilo Sobreprotector, el Negligente y el Autoritativo; en cambio, en los

participantes con dependencia emocional predomino el estilo Permisivo y el Autoritario.

Y en los estilos de crianza que menos predominaron se encuentra el estilo Permisivo en los

participantes sin dependencia emocional. Por otra parte, el estilo Sobreprotector y el

Negligente son los que menos prevalecieron en el grupo con dependencia emocional.

En los estilos de crianza del padre podemos apreciar que en el grupo con dependencia

emocional predomino el estilo Autoritario, Negligente y Sobreprotector. De lo contrario, el

estilo de crianza que menos predomino en el grupo con dependencia emocional, fue el

Permisivo.
143
Dependencia Emocional y Estilos de Crianza

Por otro lado, en los estilos de crianza de la madre en el grupo con dependencia emocional

predomino el estilo Permisivo y el Autoritario. Y los que menos prevalecieron fueron el

estilo Sobreprotector y Negligente.

En ambos padres predomino el estilo autoritario, y el estilo sobreprotector en el padre, por

la cual ambos padres en los estilos de crianza del grupo con dependencia emocional

cumplieron con la primera hipótesis: Si presenta un estilo de crianza de forma rígida,

autoritaria o sobreprotectora existirá mayor nivel de dependencia emocional.

Y por otra parte, si presentan un estilo de crianza de tipo negligente y permisivo presentara

menor nivel de dependencia emocional, por consiguiente, la madre obtuvo el estilo

negligente y el padre el estilo permisivo.

A partir de los resultados obtenidos podemos concluir un perfil diferencial en la evaluación

de la dependencia emocional y estilos de crianza. En cuestión de género, las mujeres que

presentaron dependencia emocional obtuvieron un 39.3% a diferencia de los hombres un

39.8% por la cual en la dependencia emocional predominaron los hombres, presentando

una ligera diferencia de 0.50%. Por la tanto no cumplió con nuestra tercera hipótesis.

En el factor edad los sujetos que presentaron mayor dependencia emocional fue a los 25

años y en segundo lugar a los 24 años.


144
Dependencia Emocional y Estilos de Crianza

Otro elemento fue el estado civil, donde el estado civil soltero con dependencia emocional

presento un 30.5%; y en el estado civil casado un 69.5%, predominando los casados en la

dependencia emocional.

Y por último, el último elemento donde se realizó la investigación fue la ocupación, la

ocupación que presento mayor porcentaje en los participantes con dependencia emocional

fue el estudiante/empleado, en segundo lugar el empleado y por último el estudiante, donde

concluimos que la ocupación que más predomino es estudiante/empleado.

LIMITACIONES

Durante la investigación se encontraron algunas limitaciones, tales como:

- En algunos casos se presentaron que los participantes no contaban con alguna de las

figuras paternas, así que se tuvo que realizar la evaluación de la persona que ocupo

ese rol familiar.

- La forma de calificar la escala de los estilos de crianza no nos ofrece puntajes en los

estilos, sino percentiles, utilizándolos para graficar las dimensiones de respuesta y

demanda, y de acuerdo a ello identificar el estilo parental. Por la cual no ocupamos

puntajes en los estilos de crianza para poder realizar una correlación en el programa

SPSS, debido a esto, solo se pudo realizar una comparación.

- En el cuestionario de dependencia emocional presentaba algunas preguntas

extremas de tal forma que pudo influir que el participante diera otra respuesta de
145
Dependencia Emocional y Estilos de Crianza

modo que afecto en el puntaje y con esto se inclinara a otro resultado. De manera

que, pudo ser un factor para que se presentaran un mayor número de participantes

sin dependencia emocional que con dependencia.

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171
Dependencia Emocional y Estilos de Crianza

Capítulo V.

Apéndices
172
Dependencia Emocional y Estilos de Crianza

V.1. APENDICE I. CONSENTIMIENTO INFORMADO

Folio: _____________

Consentimiento informado

Si tienes esta hoja entre tus manos es porque recibiste una invitación verbal para participar

en el estudio denominado:

Relación entre los estilos de crianza y dependencia emocional en adultos

universitarios

Por lo tanto es muy importante que leas la siguiente información para que sepas

exactamente de qué se trata:

 ¿Cuáles son los objetivos del estudio?


173
Dependencia Emocional y Estilos de Crianza

1) Determinar el nivel de dependencia emocional.


2) Analizar la relación que existe entre los estilos de crianza y la dependencia

emocional en una muestra de adultos (20- 25 años).


3) Comparar el nivel de dependencia emocional entre hombres y mujeres.

 Confidencialidad y privacidad

Todos los datos e información personal que proporciones a este estudio serán tratados de

forma confidencial, privada y anónima. Se asignara un número de folio a tu carpeta y en

ningún momento se te pedirá que proporciones tu nombre o te identifiques.

BASADO EN ESTA INFORMACIÓN ACEPTO PARTICIPAR

VOLUNTARIAMENTE EN EL ESTUDIO

_________________________ __________________________

Firma del participante Firma del encargado(a)

Fecha _____ de ___________________________ del 201_


174
Dependencia Emocional y Estilos de Crianza

V.2. APENDICE II. CUESTIONARIO DE DEPENDENCIA EMOCIONAL

Cuestionario de Dependencia Emocional en una muestra mexicana Méndez, A. Favila, M.,

Valencia, A. & Díaz- Loving (2010)

Edad: ____________

Sexo: M ___ F ___

Escolaridad: Primaria ___ Secundaria ___ Bachillerato___ Licenciatura___ Posgrado ___

Pareja Actual: Si __ No ___

Estado Civil: Soltero (a) ___ Casado (a) ___ Divorciado (a) ___Viudo (a) ____Unión

Libre___ Separado (a)___

Ocupación: Estudiante___ Trabajador(a) ____ Estudiante/Trabajador(a)

___Desempleado(a) ___ Hogar___ Hogar/Trabajador(a) _____


175
Dependencia Emocional y Estilos de Crianza

Instrucciones:

Enumeradas aquí, usted encontrará unas afirmaciones que una persona podría usar para

describirse con respecto a sus relaciones de pareja. Por favor, lea cada frase y decida que

tan bien lo(a) describe a usted.

Cuando no esté seguro(a), base su respuesta en lo que usted siente, no en lo que usted

piense que es correcto. Para contestar a cada afirmación se presentan las siguientes

opciones de respuesta, elija sólo una respuesta por cada pregunta y ponga una X en la

opción que eligió.

1 2 3 4
Totalmente en Totalmente de
En desacuerdo De acuerdo
desacuerdo acuerdo

1. Me divierto sólo cuando estoy con mi pareja. 1 2 3 4

2. Si mi pareja me propone un programa dejo todas


1 2 3 4
las actividades que tenga para estar con ella.

3. Si tengo planes y mi pareja aparece los cambio


1 2 3 4
sólo por estar con ella.

4. Cuando tengo una discusión con mi pareja me


1 2 3 4
siento vacío.
176
Dependencia Emocional y Estilos de Crianza

5. Soy capaz de hacer cosas temerarias, hasta


1 2 3 4
arriesgar mi vida, por conservar el amor del otro.

6. Me he hecho daño físicamente con la intención

que mi pareja no me abandone o que regrese a mi


1 2 3 4
lado.

7. Me preocupa la idea de ser abandonado por mi


1 2 3 4
pareja.

8. Cuando discuto con mi pareja me preocupa que


1 2 3 4
deje de quererme.

9. Cuando mi pareja debe ausentarse por algunos


1 2 3 4
días me siento angustiado.

10. No tolero la soledad. 1 2 3 4

V.3. APENDICE III. CUESTIONARIO DE ESTILOS DE CRIANZA


177
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