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Muchas tartas y recetas requieren merengue (sobre todo si son recetas inglesas). Sin
embargo, puede parecer difícil de preparar, sobre todo por el almíbar. No os preocupéis,
no es tan difícil como parece, aquí os explicamos cómo hacer el merengue clásico para
decorar tartas paso a paso.
El merengue es un batido de clara de huevo con azúcar, que se usa para la decoración de
tartas y postres o para rellenar pasteles o bizcochos. También se puede consumir tal cual
horneándolos previamente para que se sequen y endurezcan.
La clara de huevo está compuesta por proteínas y agua. Cuando se baten las claras, se
incorpora aire y las proteínas recubren las burbujas de aire. A medida que se va batiendo,
las proteínas ejercen fuerza contra la gravedad, permitiendo la estabilidad del batido. Por
esta razón, el batido debe de ser rápido y constante hasta lograr el punto de firmeza. De lo
contrario las claras se bajarán.
Hay distintos tipos de merengue. El merengue francés, o merengue básico, que es el más
sencillo de preparar, y consiste en batir las claras a punto de nieve con unas cucharadas
de crémor tártaro o maicena, para que sea especial para hornear. El merengue suizo se
bate al baño maría con el azúcar y normalmente se le añaden unas gotas de limón al
retirarlo del fuego. Este merengue es más consistente, más cremoso y más brillante. El
italiano, que es el que explicamos aquí, se prepara añadiendo un almíbar de agua y azúcar
a las claras a punto de nieve, produciendo un merengue duro, brillante y estable. Se
emplea para cubrir tartas o postres y permite flambearse con soplete o al horno.
Ingredientes:
4 claras de huevo
1 vaso de agua (unos 240ml)
400 g de azúcar
Preparación:
4 claras de huevo
400 g de azúcar
4 pizcas de crémor tártaro
2 cucharaditas de maicena
Procedimiento: