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el aula”.
Introducción
Todo ser humano en su vida diaria tiene una influencia interpersonal, la misma que es
desarrollada mediante la comunicación y que le orienta hacia el logro de metas
específicas, se trata del liderazgo. Esta habilidad de influir en los demás aplicada en el
campo educativo y específicamente en la docencia tiene mucha relación con la
motivación, la persuasión y el emprendimiento. Lo cual conlleva a conocer y llevar a
cabo mejores procesos de aprendizaje en el aula consiguiendo el desarrollo de
capacidades cognitivas en medio de un proceso de experiencia vivencial que solidifica
los conocimientos asimilados.
Desarrollo
Considerando que el liderazgo como proceso histórico ha estado presente desde
siempre en el pensamiento de un individuo hasta llegar a convertirse en creencia de una
multitud. Por lo tanto, el liderazgo es la capacidad de ver en totalidad un problema o una
situación, realizando una síntesis integradora de aspectos.
Pero se debe tener claro que el verdadero liderazgo, el que se debe relejar en el aula,
no es aquel que obliga a los demás a hacer lo que hay que hacer, sino el arte de lograr
que los demás quieran hacer, mediante la persuasión, y lo más importante con el
ejemplo personal.
El docente constituye la autoridad en el aula, en relación con el nivel que ocupa respecto
a los estudiantes. Dicha autoridad no debe ser entendida para ejercer un liderazgo
autocrático, sino más bien practicar un liderazgo democrático, mediante el cual como se
señaló anteriormente motive al estudiante a ser protagonista de su aprendizaje, un
liderazgo con el cual se pueda reforzar la tarea grupal antes que la individual, que logre
no centralizar el poder en una sola persona, sino que haga partícipe a todos de las
actividades y decisiones que lleve a cabo en su práctica diaria.
La práctica del liderazgo en el proceso de aprendizaje es positivo, toda vez que los
alumnos siempre tienen la expectativa en su profesor, muchas de las veces lo imitan o
adoptan ciertos hábitos característicos de ellos, lo cual refuerza la concepción del
liderazgo pedagógico, el cual proviene siempre de los estudiantes con los cuales
interactúa y con quienes comparte su posición, normas y valores. Constituye entonces
una autoridad moral, por lo que entonces nos encontramos con que la figura más
aceptable para hacer agradable el proceso enseñanza-aprendizaje es la del líder
pedagógico. En consecuencia, se puede decir que el concepto de líder pedagógico
siempre implica la existencia de un determinado vínculo entre el docente y los
estudiantes, caracterizado por la ascendencia más o menos estable del profesor sobre
sus educandos, donde tal ascendencia resulta mayor que la que posee cualquier otro
docente sobre el grupo de estudiantes.
Conclusión.
Concluyendo se puede manifestar que el líder en el ámbito educativo debe ser una
persona visionaria, pragmática que orienta con cautela las acciones que lleva a cabo
con sus estudiantes, debe tener un hábito indagador, investigador, debe ser un
constante estudioso de la escolarización, de la enseñanza y del aprendizaje, con un
espíritu aventurero y una actitud humilde.