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AUTOPSIA
Salvo uno o dos libros Balzac nos parece hoy irresistible. Si se me pregunta
por qué la obra de Balzac me parece inaceptable, responderé: “Porque el cuadro
que me ofrece es solo un chafarrinón” ¿Qué diferencia hay entre el chafarrinón y
la buena pintura? En la buena pintura, el objeto que ella representa se halla en
NO DEFINIR
Es, pues, menester que veamos la vida de las figuras novelescas y que se
evite referírnoslas. Toda referencia no hace sino subrayar la ausencia de lo que
se refiere, relata y narra. El mayor error estriba en definir el novelista sus
personajes.
DOSTOIEVSKI Y PROUST
ACCION Y CONTEMPLACION
HERMETISMO
Para lograr este efecto hace falta que el autor sepa primero atraernos al
ámbito cerrado que es su novela y luego cortarnos toda retirada
El novelista ha de intentar, por el contrario, anestesiarnos para la realidad,
dejando al lector recluso e la hipnosis de una existencia virtual. Yo encuentro
aquí la causa de la enorme dificultad aneja a la llamada “novela histórica”.
En 1910 escribe:
Baroja no ha conseguido en ninguno de sus libros la aspiración esencial del
arte novelesco: suscitar en torno a sus figuras el medio de que espiritualmente
viven, en que, se personalizan. Si esto es así no tendré otra salida que aceptar
como consecuencia lamentable la exclusión de Baroja de entre los novelistas.
Baroja me parece mas bien un temperamento de metafísico que de novelista.
Un metafísico un poco holgazán, un metafísico sin metafísica.
Tratándose de Baroja, no podemos quedar en nada. Es un organismo tan
peculiar, tan interesante que consiste en la desorganización misma. Baroja es
esto y lo otro, pero no es ni aquello ni esto. Su esencia es su dispersión, su
carencia de unidad interna. Es, en rigor, un montón de cosas espirituales.
LA SOBERBIA
Me parece que en los libros de los pasados decenios no hay apenas lección
aprovechable, ni gran enseñanza, no es época de invenciones literarias.
La novela tiene que estar encajada en las tres unidades clásicas, hallarse
aislada, como metida en un marco bien definido y cerrado.
La novela debe vivir en un ambiente muy limitado, debe ser un género lento,
moroso de escasa acción; presentar pocas figuras, y estas muy perfiladas.
El novelista no puede aspirar a inventar una fábula nueva, y su única defensa
será la manera, la perfección y la técnica.
Contra tales proposiciones, mi principal argumento es el ejemplo. Cito
novelas, muchas, que cumplen estrictamente las reglas expuestas y que, sin
embargo para nosotros, de común acuerdo, son estrictamente pesadas y
aburridas. Cito luego otras que, sin las anteriores condiciones, son libros
extraordinarios. Un ambiente limitado, pocas figuras, es el de La Regenta de
Clarín, y de Pepita Jiménez de Valera; un ambiente ancho, extenso y muchas
figuras, tiene La guerra y la paz de Tolstoi ¿Hay alguno que ponga las novelas de
Clarín y Valera sobre la de Tolstoi?
UNOS A OTROS
Nuestro ensayista quiere también que la novela sea aséptica, es decir, que no
tenga nada transcendental, nada excepcional, ni nada extraordinario.