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Los inconversos dicen que el evangelio es para los bobos. Peo la biblia dice; Que
es poder de Dios, para salvación a todo aquel que cree. Veamos entonces las
características del pecado.
Segundo: Esclaviza: Romanos 6: 16. Todos los amos exigen obediencia plena.
El pecado es un amo cruel, exige esclavitud y obediencia continua. ¿Qué no?
Observe al fumador; es un esclavo de su chimenea. Cuando se le esta acabando el
pucho, con ese mismo enciende el otro. Y si no tiene dinero para calmar su
inmundo vicio, recoge las colillas de la calle. Como es posible que un elemento
tan pequeño doblegue a una persona, allí halla usted el poder del pecado sobre
quien lo practica, lo hace un esclavo.
Que decir del drogadicto, que tiene que robar aún a sus propios padres para
sostener su vicio. El fornicario, llora y jura que dejara a su concubina y regresará
a su casa a su hogar original, y después de miles de auto-juramentos, esta más
hundido en los pecados sexuales que antes de juramentar. ¿Y el borracho que? El
día sábado llega a la casa, sin un peso, borracho, y llora y le dice a su esposa:
Mija: le juro que esta es la última vez. Y la media hora desea calmar el guayabo
con otra tanda, que manda a fiar donde el vecino. Así es el pecado, convierte en
un esclavo al que lo practica.
Un día se encontraron dos perros en la vía pública. Uno andaba de callejero, y
estaba flaco, el otro estaba gordo, pero tenía una cadena que lo ataba a una
caseta. Después de saludarse, el gordo dijo dirigiéndose al que estaba flaco. Te
noto muy acabado. Este a su vez respondió: Yo si. El que estaba robusto atino a
decir: Es que mi amo me cuida mucho. El que era flaco, inquirió: Prefiero estar
flaco y en la calle y no con esas gruesas cadenas que te atan.
Cuando el diablo tentó a Jesús, no le mostró la cárcel donde terminan los que
practican el pecado. Tampoco le mostró los hospitales donde terminan
pudriéndose los contagiados por el pecado del sida. La soledad aterradora de los
que abandonan a su propio cónyuge, por irse en pos del otro (a) La gente es
Ciega. No alcanzan a vislumbrar los resultados de su maldad, de su pecado, y el
final espantoso que les tiene reservado su amo. El diablo y el pecado son amos
crueles.
En un intento por enderezarlo, fue llevado a un país en donde afirman que tienen
los mejores especialistas en medicina, expertos en rehabilitación humana;
Ciertamente duró un año en el proceso, al cabo de los cuales regreso al país.
Aparentemente venía mejorado.
Solo Jesús vino para abrir la cárcel a los presos. Solo el vino a libertar a los
cautivos, solo el quebrantó las puertas de hierro y desmenuzo los cerrojos de
bronce. (Salmos 107: 16.) El y solo el, fue quien apareció para deshacer las obras
del diablo.
El hombre ha intentado cambiar el corazón de los hombres, desde hace siete mil
años. (Tiempo que tiene el planeta desde Adán hasta aquí) La cultura, la
represión (cárceles) la siquiatría, la ciencia, y la religión con sus azotes y sus
penitencias inútiles, (son como balas de corcho frente a un riel de acero) han
intentado hacer del hombre una nueva persona, pero hasta hoy, sus esfuerzos han
sido inútiles. El día que vino Jesús a este planeta dijo: No he venido a llamar a
los justos, sino a los pecadores, al arrepentimiento. ¿Por qué? Sencillamente:
Porque justo no hay ni aún uno. Que quiso El Rey de los reyes decirnos con esto?
Que el hombre es incorregible. Ningún método humano lo puede cambiar.
¿Cuantos hogares hermosos, fueron destruidos por una miradita, por una
palabrita amorosa?
Empiezan tomándose de las manos, luego el beso, y de allí al motel. Ese fuego no
hay bombero que lo apague, una vez comienza. Las llamas se propagan
progresivamente, hasta destruirlo todo: resultados? Vergüenza, humillación,
desconcierto, desesperación, soledad etc. Y al final? el crimen del aborto, que
aunque los hombres lo hayan despenalizado, para Dios sigue siendo un crimen
por el que hay que responderle a el, en el día final.
Cuarto: El pecado mata. La palabra del Señor, dice, que: La paga del pecado es
muerte. Todos aquellos que practican el pecado están en muerte. La palabra de
Dios dice acerca de los que practican el pecado:
Sabed que vuestro pecado os alcanzará. Números 32; 23.
Todo esto es la mejor oferta que el Señor en su gran misericordia nos ofrece, para
podernos librar de la muerte eterna, que causa el pecado. Él es el regalo de
Dios que quita el pecado del mundo.